27 | двадцать семь
Presta el oído a todos, y a pocos la voz. Oye las censuras de los demás; pero reserva tu propia opinión.
Pasaron varios días hasta que OMS declaró que Alicia estaba en condiciones para abandonar el Hospital junto con Rusia. Salieron de las Naciones Unidas por la mañana siendo escoltados por agentes de seguridad pertenecientes al FBI con la misión de protegerlos de algún tipo de emboscada que pudiesen llegar a sufrir de imprevisto. Por lo que ellos querían prevenir cualquier situación.
OMS le aconsejó a la azabache no caminar largos trazos, no hacer fuerza y descansar mucho pues la herida en su abdomen podía volver a abrirse y tenía que evitar aquello a toda costa. Le entregó un par de pastillas analgésicas y calmantes para los dolores que pudiese llegar a sufrir debido a la herida, debía tomarlas cada ocho horas en un margen de dos semanas. Le pidió a Rusia que cuidara de ella lo mayor posible para evitar algún golpe, daño o caída accidental. ONU le dijo que se mantendría trabajando para ellos como miembro de ciberseguridad pero que, por ahora, descansara todo lo necesario y que siguiese las palabras de Rusia en todo momento. Le pidió que no saliese a ningún sitio sin estar acompañada de él o algún miembro de seguridad que le enviaría con la misión de escoltarla.
Alicia no estaba ni feliz ni triste con irse de Estados Unidos, de hecho, parecía estar más preocupada y asustada de lo habitual. Pues, después de un mes entero finalmente se iría de las Naciones Unidas, un lugar donde había una extrema seguridad y protección hacia ella con enormes restricciones. Ahora, se sentía como si hubiesen soltado un polluelo en medio de una enorme e inhóspita jungla brasileña. Era normal en ella, después de todo había sufrido un secuestro que puso su propia vida y la de Bielorrusia en peligro.
Observó por la ventana de aquel enorme edificio, en el cual ya estaba asentada desde el día de ayer. Su cuerpo estaba cubierto por una manta cálida mientras delante de ella había una hoguera encendida, la televisión inteligente a su frente mostraba directos resubidos de canales que ella seguía desde hace años. Las calles transitadas de Moscú se veían mientras todo estaba pintado de un tono blanco debido a la nieve que había caído recientemente. El silencio estaba apoderado de ella y el inmenso departamento que ahora compartía con Rusia. Había centenares de cámaras de vigilancia en cada rincón del edificio, casi como si el eslavo estuviese totalmente emparanoiado y pensara que algo le perseguía. Había cámaras en la entrada del departamento, en el ascensor, en los pasillos, en la entrada del edificio, en las calles. Lo había en absolutamente todas partes, y no descartaba que los electrodomésticos también tuviesen cámaras ocultas. Incluso el cojín que usaba como almohada.
El ruso paranoico o, amante de las cámaras de seguridad, le entregó un nuevo teléfono celular y notebook que él había comprado especialmente para ella. Pues sus pertenencias se las había quedado ONU y pidió que las destruyeran por completo, no confiaba en lo mínimo que pudiesen llegar a tener en el interior ni qué les hicieron.
Rusia había salido por trabajo hace unas cuantas horas, tenía planes qué hacer y reunirse en el parlamento ruso por lo que ella estaba sola, en parte pues ONU le había enviado un fiel compañero que estaba seguro que no fallaría en su misión de cuidarla.
—¿Tienes hambre? —cuestionó Frank desde la cocina a unos cuantos metros, su voz resonó por el lugar y obligó a Alicia voltear a verle con una tostada a medio comer en la boca—. Pediré un juego de mate por Amazon.
—No tengo hambre, quiero levantarme. Me duele el orto ya. —habló.
Alicia trató de acomodarse en su sitio, pero FBI corrió hacia ella como un desquiciado al cual se le estaba quemando el arroz. La tomó por los hombros mientras ella le miraba con un rostro notablemente perplejo y molesto al mismo tiempo. Si había algo que Alicia no toleraba era que le ayudaran sin ella pedirlo, consideraba que era capaz de todo y ayudarle de este modo le hacía sentir inútil.
Le ayudó a levantarse del sofá y con cuidado la colocó sobre sus dos pies mientras ella se sujetaba de su brazo para no ejercer mucha fuerza sobre su pierna derecha, pues era el lado en el cual la herida estaba. FBI la soltó con cuidado, acomodó el sitio donde estaba sentada colocando mejor los almohadones y cojines del sofá mientras ella suspiraba con molestia. Estaba harta de estar sentada en un solo sitio desde que había despertado. En otra situación probablemente hubiese agradecido a Dios estar en vagancia de este modo, pero no era el caso. El peliblanco se giró sobre sus talones y la ayudó a sentarse nuevamente en el mismo lugar, pero todo mucho más acomodado y preparado para que su cuerpo no se acalambrara de estar siempre en una misma situación.
—Bien. Es hora de tus pastillas. —comentó FBI y le miró con una sutil sonrisa mientras se apartaba de ella buscando las tres tabletas de analgésicos diferentes. Ella soltó un gruñido exasperado, dos de ellas tenían un terrible sabor amargo que le generaban asco. Era una mezcla muy rara entre amargo y ácido.
—¿Y si mejor me lanzo por la ventana? —le respondió Alicia y le vio salir de la sala en dirección a su habitación donde las pastillas estaban guardadas, realmente volver a tomar unas pastillas que parecían estar hechas con ácido sulfúrico y arsénico no estaba en sus planes.
—¿Habéis visto lo que pasó en Estados Unidos? —pronto el streamer de su pantalla habló. Ella giró la vista para enfocarla en el chico de cabello castaño que permanecía leyendo en una pantalla a las personas que comentaban—. No, no. El atentado no. ¿No habéis visto lo otro?
Alicia frunció el entrecejo, confundida. Tomó el control remoto en manos y apretó un botón con la función de mostrar el panel de información del directo resubido, era de ayer. Miró al streamer leer el chat por unos cuantos segundos, leyendo a sus personas escribiendo. El mismo que se mostraba en pantalla a un lateral.
—Filtraron unos archivos del FBI, creo que eran —comentó con un tono de impresión y alzando las manos con la misma sorpresa. Realmente lo que había sucedido era una situación que solo saldría en películas famosas, nadie se imaginaría que un día sucedería algo como aquello—. Yo no lo vi, pero hablaban algo sobre unos representantes de los países y que tienen caras de banderas, que son mitad humano. Bueno, bueno. Una fumada como una catedral era eso.
Alicia frunció el ceño perplejo, no recordaba nada sobre haber filtrado algún tipo de información a internet sobre los documentos clasificados de ONU o FBI. Tomó su celular en manos y pronto buscó aquello que el streamer estaba hablando. Entró a la red social de preferencia por todas las personas del mundo para adquirir información inmediata sobre alguna situación: Twitter. Tecleó en la barra de búsquedas una palabra clave que le llevase directamente hacia aquella filtración de datos que estaba diciendo aquel streamer español.
Al instante se encontró con una cuenta que fácilmente reconoció, era Anonymous. En su cuenta había centenares de tweets publicados con respecto a diversos temas sociales que sucedían en el mundo, algo que siempre destacó por parte de Anonymous. Una cuenta activista que, por lo general, era borrada por el mismo Twitter por compartir información privada o altamente clasificada. Sin embargo, volvía aparecer otra nueva a los pocos minutos. Había publicado varios tweets recientes compartiendo publicaciones para dar voz y visibilidad. Rápidamente lo encontró con un archivo adjunto y un mensaje en su encabezado:
"We have to know who they are, don't be afraid of us. We understand you. (Tenemos que saber quiénes son, no nos tengan miedo. Los entendemos.)"
Había incluso videos sobre los representantes de los países debajo del mismo tweet, y colocaban el nombre del país al cual pertenecía. Había filtraciones de USA, Portugal, España, Chile, Rusia, Polonia y Francia. Había documentos científicos en ruso sobre las investigaciones hechas con respecto a su anatomía y había un encabezado en el mismo:
"They were hidden among us for a long time. It is difficult to think that there are beings that are not human. We must understand that human countries exist. They, our representatives, are human countries. (Estuvieron escondidos entre nosotros durante mucho tiempo. Es difícil pensar que hay seres que no son humanos. Debemos entender que los países humanos existen. Ellos, nuestros representantes, son países humanos.)"
Alicia palideció. Estaba segura que esta información la hallaron dentro de la DeepWeb y como tal, miembros esporádicos alrededor del mundo decidieron que era momento de dar a conocer a los países humanos, como la sociedad pronto los apodó. Anonymous era siempre una fuente de información y revelaciones informáticas y pirateo de perfecta confianza, pues la principal misión del legado de este grupo de activistas anónimos era la verdad y el fin de la censura a la sociedad. Otorgándole voz a los pueblos del mundo y advirtiendo abiertamente a los gobiernos sobre sus objetivos, su poder, su control y activismo informático. Siendo prácticamente imparables e imposible de rastrear al no ser un organismo ni equipo formado, eran simples personas con la suficiente inteligencia y conocimiento para realizar hackeos o piratería.
—"Lo publicó Anonymous, si viene de ellos..." espera, espera que se me ha ido... "si viene de ellos yo me creo lo que sea." —leyó en el chat, en voz alta. Alicia miró con atención lo que decía y sus expresiones. Claramente sabía que hablaban de ellos—. Sí, lo publicó Anonymous. Pero yo qué sé, tío. Acojona que te cagas esa información. Vi el video de España, y ostias... habla español, tiene la bandera, y con el presidente.
Pronto FBI apareció en la habitación con las tres tabletas, caminando hacia la cocina para buscar un vaso de agua con el cual acompañar las píldoras.
—¿Filtraron información sobre ustedes? —cuestionó Alicia en tanto el peliblanco se asomó a la sala.
FBI se detuvo a medio camino con dirección a la cocina, pues iba a por un vaso de agua para poder tragar las pastillas con mayor facilidad. La azabache giró un poco sobre su cuerpo con dificultad para verle por encima del hombro. Notó la mirada estática de Frank sobre ella.
—Sí. Ayer, pero no fue sacada del FBI. Es la misma data que nos diste tú de la DeepWeb —habló FBI y reinició su caminata en dirección a la cocina—. El problema no es que hayan filtrado esa información, el tema es cómo están los países ahora. Según OMS están muy exaltados por sus poblaciones. Muchas personas alrededor del mundo están asustadas, otros incrédulos, algunos dicen que somos reales.
Todos los canales de reportajes y personas alrededor del mundo especulaban sobre la veracidad de la información revelada en las redes sociales. Hubo reportajes con personas del ámbito científico y médico que buscaban darle una explicación racional y objetiva sobre este tema. Muchos coincidían que nunca habían leído algún tipo de informe científico ni nada relacionado con la anatomía de los representantes y toda la información biológica que se había revelado, llena de fórmulas y datos químicos que eran conocibles para ellos, pero, algunas cosas se escapaban de su comprensión, como la célula r010-D la cual existía únicamente en ellos.
El mundo conocía a los representantes, pero con sus rostros y cuerpos humanos, no con aquellas apariencias que les arraigaban y ataban a sus territorios y personas. Por lo mismo, aquella información era altamente impactante y totalmente descabellada. Es decir, ¿Cómo diablos piensas que tu representante tiene un rostro de bandera tatuado, sienten y reaccionan dependiendo sus territorios y poblaciones? Quiero decir, es totalmente una locura. Algo sacado de un libro de ciencia ficción o de fantasía, no tiene una explicación nada racional. Simplemente eran especulaciones y falsas hipótesis de alguna persona con un verdadero problema de paranoia con respecto a los representantes.
Cerró la canilla y caminó en dirección a Alicia con el vaso de cristal con agua y las tres tabletas en la otra mano. Ella suspiró recomponiéndose en su asiento mientras fijaba su atención en la pantalla del SmartTV delante de ella, transmitiendo el directo con aquel chico hablando sobre el tema tan candente que había sido revelado por la famosa cuenta de pirateo informático, Anonymous. Frank se sentó a su lado y le extendió una pastilla para que ella la tomara en su mano izquierda, la colocó en su boca y luego le entregó el vaso de cristal, y beber una gran cantidad de agua para eliminar el terrible sabor rancio de sus papilas gustativas. Hizo una mueca de asco ante el sabor.
—Я дома. YA doma. (Estoy en casa.)
Pronto la voz de Rusia se oyó resonar por la sala anunciando su llegada. El sonido de la puerta cerrarse detrás de él mientras se quitaba los zapatos en la entrada. Observó hacia la sala donde FBI estaba con Alicia entregándole sus pastillas. La azabache alzó la mano al aire y la agitó en señal de saludo mientras tragaba una pastilla más. Caminó en dirección a ellos y le vio hacer una mueca de asco mientras aspiraba una exagerada cantidad de aire como si hubiese estado bajo agua durante mucho tiempo.
—¿Aún sigues aquí? Te he dicho que no te quiero en mi departamento.
—¿Prefieres a CIA? Era el siguiente en la lista. —encaró FBI hacia el eslavo y este rodó los ojos para caminar en dirección hacia la cocina.
—Забудь это. Zabud' eto. (Olvídalo.) —respondió mientras caminaba en dirección a la alacena. Abrió una de las puertas y sacó un pequeño plato en el cual tenía Vatrushka, unas pequeñas roscas dulce con mermelada en el medio.
—Alicia, tómate la pastilla. —pidió FBI, ofreciéndole una diminuta píldora de un tono crema que destacaba de las demás por su color y textura áspera. Era la peor de todas. Sabía exageradamente mal.
—No. Sabe a mierda esta porquería, boludo. —le respondió con una mueca de asco, en verdad no quería saber absolutamente nada con respecto a esa última píldora.
—Alicia. —advirtió el peliblanco con un tono profundo y una mirada retadora.
—Te la escupo en la jeta.
—Alicia.
—Alicia las pelotas. Prefiero morirme acá a comerme eso. Qué querés que te diga. —contraatacó y levantó la mirada para ver al eslavo comerse una rosca mientras observaba con una atención desinteresada el televisor al frente, el cual ahora mostraba al streamer jugar GTAV en carreras.
—Rusia dame una Vatrushka, por favor. —pidió FBI y este giró a mirarle con un rostro molesto.
—Consíguete las tuyas. —respondió directo y atrajo el plato hacia él como si lo alejara de FBI con recelo.
—No es para mí. Es para Alicia.
—¿Me ves cara de perro para que me metas las pastillas en la comida, la concha de tu vieja? —inquirió la azabache con un tono severamente ofendido.
Pronto el eslavo soltó una risa por la respuesta sorpresiva que había dado Alicia con un tono bastante directo y ofendido. Ella le miró con una ceja alzada, sin comprender por qué le había causado tanta gracia.
—Lo estoy considerando. —le respondió Frank con un tono tranquilo, pero se podía percibir la poca paciencia que le quedaba.
—Toma, te ganaste mi Vatrushka. Come la píldora con eso, será mejor que con agua. —dijo Rusia y le entregó a Alicia una rosca que le quedaba.
Agarró la pastilla y la metió en medio de la vatrushka para volver a tomarlo. Le observó pensativa pues, morderlo sería peor que tragarlo.
—Cómelo.
—No me digas que hacer, puto.
FBI contuvo su risa ante la respuesta y trató de no escupir el agua que había bebido del vaso de Alicia. Ella le vio colocarse rojo mientras sus mejillas infladas por el agua hacían fuerza por no soltar el agua contenida en su boca. Estalló en carcajadas al ver la graciosa cara roja e inflamada como las mejillas de una ardilla. Rusia suspiró mientras se giraba sobre sus talones en dirección a la cocina para prepararse un té.
—¡No! ¡La concha de tu vieja! ¡Me mojaste toda!
—¡Es tu culpa, me hiciste reír!
—¡Rusia! —llamó Alicia como una niña llama a su madre para regañar a su hermano.
—Alicia gana. —sentenció Rusia desde la cocina, colocando agua dentro de una pava eléctrica.
—Te cabió, puto.
Capitulo editado.
En fin
Que lindo dibujo chau
Espero que les haya gustado de ser así no olviden dejar un like o comentario. Me ayudaría muchísimo a continuar escribiendo.
Nos vemos.
—Homicidal_Bloody
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