24 | двадцать четыре

Para engañar a los tiempos confórmate a sus mandatos.

 

 

 

 

 

 

  

FBI estaba tan exaltado y alterado que no podía ni siquiera razonar con la mente en frío. Miraba a su equipo de investigación intentar ubicar la posición de Alicia desde que le había enviado un mensaje, sin embargo, la señal estaba totalmente perdida, solamente un punto rojo en una esquina era la última ubicación que recibía. Incluso intentó dar con el teléfono y la ubicación de Oliver, incluido el coche. Pero ambos estaban en la misma ubicación, no había absolutamente nada en esa esquina. Frank supo al instante que habían utilizado un interceptor de señal para que el satélite no fuese capaz de capturar su ubicación en tiempo real, por tanto, mostraba el último momento de conexión.

—Señor, ¿Y si utilizamos Horus? —preguntó un hombre de tez mestiza, los ojos de FBI le miraron por unos pocos segundos y analizó sutilmente aquello.

Era una gran ventaja usar el programa de Alicia, al final había sido creado con el objetivo de rastrear y sí ella había logrado hallar a Estados Unidos cuando lo secuestraron, entonces podía ubicar a Alicia o simplemente usando el número de la patente del vehículo. Sin embargo, no estaba muy seguro si era posible utilizarlo, pues según la azabache, había sufrido un ataque DDoS por lo tanto debía restaurar su sistema caído, razón por la cual Alicia le había pedido guardar su programa en su base de datos.

Pero no perdía nada por intentarlo. Llevaba perdida del mapa casi una hora y no había señales de vida.

—Úsalo. —accedió FBI y él asintió para después buscar a Horus dentro del sistema.

Pronto lo halló inhibido en un servidor separado del resto de archivos y datos. FBI se acercó a la computadora de su subordinado, quien tecleaba con una fantástica habilidad. Apoyó la palma de su mano sobre la mesa y colocó la otra encima del respaldar de su empleado. Sus ojos enfocados sobre la pantalla con tanta cautela como si tratara de no perderse un momento. Fácilmente lo inició y le vio proyectar unas estéticas letras en blanco mostrando el nombre de la aplicación y detrás de esta, un planeta digitalizado en colores oscuros apareció y comenzó a rotar sobre su eje en segundo plano.

Introduzca la clave, por favor. —una voz masculina artificial se dejó oír.

Alicia, ¿Es en serio?

FBI soltó un suspiro de impaciencia y molestia, era muy obvio que ella le había colocado una clave de alta seguridad para evitar que cualquier otra persona fuese capaz de utilizar su programa al libre albedrio, además, probablemente la había hecho con la finalidad de que, si alguna vez volvía a ser robado, fuese casi imposible que pudiesen acceder a Horus. Sin embargo, el programa pertenecía indirectamente a ellos por lo que no podía colocarle una contraseña de seguridad por decisión propia, más allá de ser su creación.

—Saca la clave. Rápido. —ordenó FBI y su subordinado asintió, intentando averiguar qué clase de contraseña le habría colocado Alicia.

Las puertas de la inmensa oficina grupal del FBI se abrieron para ver el cuerpo de ONU totalmente rodeado por una energía oscura a su alrededor, se notaba desde kilómetro y medio lo enfurecido que estaba. Caminó ingresando a la habitación con pasos apresurados en dirección a Frank, quien le miraba expectante.

La contraseña ha sido exitosa. Por favor, ingrese el token de seguridad. —volvió a decir Horus, Frank miró la pantalla proyectando seis huecos pequeños.

—Me cago en su puta madre. —insultó Frank con molestia mientras veía como ONU se avecinaba hacia él similar a una avalancha de nieve después de haber soltado un fuerte grito en medio de una montaña.

El clave token de seguridad era un método de autenticación de identidad y datos que, por lo general, se enviaba a su correo para luego introducir los seis dígitos encriptados con la función de mantener segura la privacidad de la aplicación o la información. Es un método muy utilizado por los bancos de todo el mundo para evitar robos cibernéticos, pues es muy segura gracias al método de expiración de sesenta segundos.

—Busca su correo, rápido. Probablemente tienes tres intentos. —le pidió FBI y el sujeto a su lado asintió para devolver su atención a la pantalla.

FBI notó como el peliazul se posaba justo a su frente y cruzó sus brazos sobre su pecho mientras su cara demandaba perfectamente qué era lo que intentaba decirle y que le sucedía.

—CIA fue de chismoso, ¿No?

—¿Vas a explicarme por qué estás movilizando un equipo SWAT por todo Nueva York? —inquirió ONU y Frank le miró totalmente frío, pero al mismo tiempo alterado, algo que el contrario podía percibir perfectamente debido a conocerle de años.

—Alicia dio el aviso de que Oliver, su conductor, la estaba secuestrando. No tenemos más información de ella, su chofer y el coche. Ha desaparecido del ojo del satélite —le explicó manteniéndose calmado. Apuntó hacia la inmensa pantalla similar a un monitor de cine. Se veía el mapa satelital de la ciudad expandido mientras un punto rojo se ubicaba a cinco cuadras de los limites extraterritoriales de las Naciones Unidas—. Esa fue su última ubicación, lo más seguro que es hay un inhibidor de señal y el satélite los perdió.

—¿Cuánto lleva perdida?

—Cincuenta minutos.

—¿Has intentado utilizar a Horus? —le preguntó y Frank asintió con un solo movimiento. Miró la pantalla la cual, ahora proyectaba la ventana principal de Horus con su subordinado intentando descifrar el clave token. Ya llevaba dos intentos y solo le quedaba uno—. Hay que encontrarla rápido. No tenemos ni idea de lo que puede suceder si ella acaba en manos de Anarchy.

—I know! That's what I try, UN. I'm trying to hack a fucking program made by a hacker who hacked into the United Nations. (¡Lo sé! Eso intento, ONU. Estoy intentando hackear un maldito programa hecho por un hacker que pirateó las Naciones Unidas.) —le respondió con los nervios desbordando cada poro de su piel.

Estaba totalmente frustrado, no podía comprender cómo podía perder la señal del chofer, el coche y de Alicia al mismo tiempo. Además, estando dentro de los límites de la ONU.

—Yo les dije que era mejor meterle un chip en la nuca, pero nooo... era muy arriesgado según ustedes —habló CIA desde la puerta de entrada, ambos miraron hacia el tercero que comenzaba a caminar hacia hasta pararse frente a ellos con los brazos cruzados—. No me miren así, saben que tengo razón.

—No puedo creer que vaya a darte la razón, pero es cierto, debimos haberlo hecho. —habló FBI con recelo en su voz. No soportaba a CIA la mayor parte del tiempo, pero no tenía otra opción que darle la razón.

—Y aunque así fuese, cuando ella lo notara seguramente hallara una madera de desactivarlo. Estamos hablando de Alicia, no un ciudadano normal. —le respondió ONU con un tono frío y analítico, pues tenía razón. En tanto ella se hubiese percatado de tener un chip implantado, lo habría hecho.

Clave token aceptada. —la voz de Horus resonó por los oídos de todos y los tres fijaron su atención en la inmensa imagen a su frente que mostraba el programa que ahora solo proyectaba un enorme planeta digitalizado que rotaba en su posición. 

Había barras de búsquedas en las cuatro esquinas de la pantalla, probablemente cada una hacía una función distinta. Incluso se inició un pequeño recuadro al lado izquierdo que estaba iniciando y decía Espere... en unas letras blancas trasparentes. Se trataba de la inteligencia artificial preparándose para ser ejecutada.

El dependiente tomó la patente del vehículo que llevaba y traía a Alicia constantemente. Las miradas de los tres estaban clavadas sobre el programa. Horus analizó los números de la matrícula y pronto colocó un punto sobre el mapa de los Estados Unidos, se acercó hasta enfocarlo aparcado frente a un edificio. Calles desoladas y farolas amarillas. Mostró tres cámaras distintas que enfocaban al mismo coche desde distintos ángulos.

—Calle 41-89 E 42nd. —leyó FBI al notar como una serie de coordenadas aparecían al lado izquierdo superior y al lado contrario, aparecía la calle en el cual el vehículo estaba situado.

—Ya tenemos su ubicación —habló CIA y tomó su radio para hablar con su malla—. Busca a Alicia, puede que no esté en el coche.

El chico de tez mestiza colocó una imagen de la azabache dentro de la aplicación y este la procesó trazando una imagen artificial de su rostro, se movió pocos centímetros hasta colocarse sobre un edificio que llevaba abandonado diez años pues allí se ocasionó un asesinato múltiple. Las cámaras se mostraron en simultáneo, reproduciéndose al mismo tiempo desde distintos ángulos. Se podía ver como Oliver le sacaba del coche a la fuerza y la arrastraba hacia un callejón.

Pronto todas las pantallas de la sala de investigación dejaron de proyectar las páginas que estaban utilizando para mostrar una enorme palabra en negro diciendo: Ups. Frank observó pálido lo que estaba sucediendo, les habían hackeado el sistema. ¿Cómo se supone que era eso posible? Alicia había reforzado la seguridad lo suficiente como para que fuese inquebrantable. Inmediatamente su mente sacó la conclusión del culpable. La única persona que construyó el sistema reforzado es la única capaz de derrumbarlo del mismo modo, por lo tanto, era Alicia.

—Ja. Cagaste. —bromeó CIA jocoso, pero al mismo tiempo estaba enfurecido, pues esto no era absolutamente nada bueno.

—Como vuelvas a abrir la boca, voy a matarte. —amenazó FBI.

—Ay, por favor. Ambos sabemos que yo soy mejor que tú.

—¡Me tienes harto! ¡Sal de aquí!

—¡Oblígame!

—¡Ya basta! —intervino ONU salido de sus casillas, ambos le miraron con rostros de sorpresa y perplejo.

ONU suspiró tomando su frente entre sus manos mientras masajeaba, sentía una enorme jaqueca apoderarse de él. Realmente había días en los cuales era imposible mantener al borde ambas organizaciones de investigación, siempre discutieron por quién era el mejor y quién hacía mejor trabajo de investigación.

—La mejor persona en este trabajo es Alicia, y ni siquiera es una organización. Así que mejor, cierren la boca.

—Entonces contrátala a ella como FBI. —respondió con un tono ofendido. Se separó del pequeño grupo avanzando unos pocos pasos.

ONU le miró severamente enfurecido y con la paciencia colmándose, a veces simplemente la solución era arrojarse del edificio. Era como tratar con niños pequeños y ni siquiera sabía por qué se comportaban de ese modo.

La pantalla se encendió nuevamente, pero Horus ya no mostraba la ubicación ni el planeta. Ahora salía un cartel en rojo con las palabras diciendo: Señal interrumpida, parpadeando en gigante.





















C

apitulo editado.

Espero que les haya gustado de ser así no olviden dejar un like o comentario. Me ayudaría muchísimo a continuar escribiendo.

Nos veamos.

—Homicidal_Bloody

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