15 | пятнадцать
Es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada.
La noche pasó y ambos se habían ido a sus departamentos como OMS se los había pedido. Alicia no podía dejar se pensar en lo ocurrido y aunque estaba cansada, quería entender y corroborar que las ideas y pensamientos que se habían formado en su mente no eran solo unas hipótesis infundadas.
OMS le había dicho que los representantes actúan y reaccionan dependiendo lo que ocurra de forma geopolítica. Por lo tanto, si ocurría un sismo, repercutía en ellos, si había una guerra civil sus cuerpos responderían de algún modo.
Eso le daba pie a pensar que la droga, la cual según OMS no estaba reaccionando del mismo modo que lo sería la cocaína, marihuana o alguna variante. Si no, como una intoxicación. Y en base a lo que le había entregado a ella antes de que se desmayara, algo le decía que tenía que ver con la empresa de narcotráfico que Víctor le había comentado y la cual pagaban demasiado por el simple hecho de esparcirla por la ciudadanía. No era mera casualidad que un grupo de la Deep Web llevase el mismo nombre que la organización de investigación que trabajaba para las Naciones Unidas y los representantes.
Miró el chat inactivo de su amigo Víctor, el cual mostraba que no se conectaba desde hacía una semana, la última vez que habló con él. Y el mensaje que le había enviado hace solo diez minutos, no se entregaba. Probó llamarlo a su número personal y enviarle un mensaje por WhatsApp, pero tampoco había una respuesta. Era como si hubiese desaparecido en el aire. Intentó rastrearlo usando sus ventajas como miembro del FBI, pero nada daba con él, sus cuentas, cámaras, números de teléfonos, todo estaba inactivo desde hace una semana.
Necesitaba saber sobre aquella droga, él era su contacto más cercano y el cual había negociado para venderlas. Ahora que estaba desaparecido de la faz de la tierra, no tenía cómo preguntarle sobre ello.
Investigó en Google, buscando información entorno a una intoxicación masiva de personas en México que pudiese haber sido causante del estado de Francisco. No tardó mucho en encontrarse con una noticia. Era un noticiero local de un pequeño pueblo de México en Baja California, llamado San Quintín. Más de veinte personas fueron ingresadas de urgencias durante una semana entera, todos los hospitalizados no tuvieron modo de salvarse, debido a fallecer al cabo de tres horas de llegados. Según el noticiero local, decía que fue a causa de una ingesta de un medicamento altamente tóxico que no se tiene registro ni conocimiento del mismo. Los médicos especialistas hallaron unos rastros de un polvo sutilmente amarillo en sus fosas nasales e impregnado en sus gargantas, había dejado severas heridas de quemaduras y ampollas.
Alicia ahora entendía por qué estaba desaparecido. Probablemente había vendido esa droga y ocasionó la muerte de esas personas.
La reacción y hallazgos de los médicos concordaban con la reacción de Francisco al intentar expulsar algo que no poseía y como consecuencia, sangrado interno.
Envió la noticia a imprimir a su impresora personal con un solo clic. Continuó indagando en internet, tratando de dar con más noticias similares. No tardó mucho en encontrarse con cinco diarios locales más que llevaban entre dos y cinco meses de publicados. Todos con víctimas fatales, pero con distintos resultados de intoxicación. Envió las cinco páginas a imprimirse del mismo modo para tenerlas a mano.
Contó las víctimas fatales. Primeras víctimas, quince. Segundo pueblo con dieciséis. El tercero decía que el número de fallecidos rondaba los quince y treinta, pues el hospital se negó a dar la cantidad exacta. El cuarto, otras quince. Y el último, de San Quintín, veinte. Alrededor de setenta a cien muertes.
Buscó en su chat con Víctor la página de la Deep Web que le había entregado y volvió a copiarla para pegarla en Tor e ingresar al sitio. Pronto se abrió mostrándole una estructura básica de HTML5, parecido a Wikipedia. Todo estaba en ruso por lo tanto no entendía absolutamente nada y algo le decía que allí podría hallar un poco de información con respecto a la droga. Aunque, ya daba por sentado que la droga de Sycorax que Víctor vendió fue la que provocó la internación de México.
Capturó la pantalla completa, haciéndole una foto y la envió a imprimir también. Tomando todo el contenido que había en la misma.
Lo que más le preocupaba y consternaba era el poder que tenía esa droga, la cual con solo cien personas intoxicadas ocasionó de forma severa un sangrado en el representante. Tenía que ser altamente tóxico del solo hecho de estar cerca.
Se giró en su silla rotatoria en dirección a la impresora que acababa por fotocopiar todas las páginas que ella había enviado. Las tomó en manos y se levantó de su asiento caminando en dirección a la puerta de su oficina con las fotocopias que había hecho. Tenía siete papeles en manos. Organizó las noticias en orden en el que se publicaron y colocó la página de la Deep Web al último.
Iba a mostrarle esto a Frank, aunque su idea sería dárselo a OMS para informarle y mostrarle lo que había sonsacado de internet gracias a mantenerse investigando desde hace tres horas. Sus ojos ya le ardían de no haber despegado su mirada de la pantalla.
Se detuvo frente a un par de puertas de roble y dio unos toques sonoros a la madera para llamar. Esperó unos segundos para después recibir una respuesta afirmativa desde el interior. Tomó el pomo de la puerta en manos e ingresó en silencio. Notó que dentro de la habitación había otras tres personas más.
Estalló en un sonoro grito mientras pegaba los papeles contra su pecho del susto.
—Alicia, ¿Qué te pasa? —inquirió Frank exaltado por el grito.
—¡Qué les pasó en la cara! —espetó del terror apuntando hacia los cuatro en el interior. Los cuales giraron para mirarle expectantes. Eran rostros de colores azules y blancos con logos de la ONU, CIA, OMS y FBI.
—Así nos vemos realmente. —respondió OMS su cabello blanco se había convertido en un azul, intentando calmarla. Llevaba una corona de lirios blancas que parecía flotar alrededor de su cabeza, su rostro portaba el logo de la Organización Mundial de la Salud.
Alicia le miró con los ojos salidos de sus cuencas, totalmente petrificada en su posición. Era normal, al final nunca había visto el rostro de los representantes y nada de ellos se asemejaba a algo que era común en la sociedad.
ONU también tenía su cabello del mismo color que su piel, con el logo de las Naciones Unidas, sus ojos eran brillantes de color miel. Y una corona de lirios azules que tenían luz propia y levitaba magníficamente alrededor de su cabeza.
Frank tenía la piel blanca al igual que Mason, con el logo de la CIA. Ambos tenían cabellos blancos y ojos celestes. Se diferenciaban por altura, el logotipo impreso en sus caras y la forma de sus cabellos.
—¿Todos se ven así? —cuestionó con un tono consternado y desconcertada.
Realmente pasar de ver un par de humanos a unos seres con logos en la cara y colores antinaturales no era algo que sucediese todos los días y mucho menos se creía sucedería algún día. Aunque ella asumía cómo se veían sin las vacunas, nunca se pensó que eran de este modo.
—Te acostumbrarás, no te preocupes —le comentó Frank y ella le miró estupefacta en su posición—. ¿Qué necesitabas?
Alicia repasó su mirada sobre las cuatro personas que le miraban en silencio esperando que ella abandonara su posición defensiva y de miedo. Inhaló una gran cantidad de aire y lo exhaló para intentar calmarse. Eran sus compañeros de trabajo, no cambiaba en nada que sus apariencias fuesen un logo tatuado en sus caras. Avanzó unos pocos pasos hasta acercarse al escritorio en el que todos estaban reunidos y soltó los papeles sobre la mesa.
—Encontré un par de noticias sobre una droga que puede ser lo que provocó el estado de México. —comentó Alicia, mostrando las noticias. Frank tomó los papeles en manos para revisarlos de cerca.
—¿Sabes de dónde sacó el papel? —le preguntó ONU y ella negó con suaves movimientos de cabeza.
—No tengo ni idea. Es código ASCII debe haberlo copiado de algún lado, alguien se lo dio o encontró. Puede ser cualquier cosa. —le respondió Alicia y vio a Frank teclear en su computadora. Realmente podría ser cualquier variante la razón de encontrarse aquel pedazo de papel.
OMS tomó los papeles que FBI dejó sobre la mesa y leyó la primera página que aparecía. Intentando conocer más a profundidad aquello que le había sucedido a Francisco.
—Les dejo esta información. Me retiro a buscar información del tema de Brasil y México. Si necesitas algo, me avisas Frank. —le habló Alicia y este le miró para después mostrarle una sutil sonrisa de amabilidad. Ella le devolvió el gesto y se giró sobre sus talones para caminar en dirección a la salida.
La tarde transcurrió con normalidad, enterándose que los representantes son caras de colores llamativos y tatuadas. Supuso que todos los representantes de los países poseían la misma temática, colores idénticos a sus banderas.
Había hallado algo de información con respecto a la mafia que estaban amenazando al presidente de México, era bastante extenso el tema. Era una familia de narcotráfico que exportaba drogas por todo el mundo y se enfocaba principalmente a Estados Unidos, pero esa misión se había complicado ligeramente debido a las nuevas acciones de seguridad en las aduanas y fronteras, por lo que, cada vez era más difícil enviar toneladas de drogas a sus vendedores norteamericanos.
Con Brasil era distinto, era una red de tratas de personas. Se enfocaban especialmente en secuestrar mujeres y niños blancos para luego venderlos y enviarlos a países extranjeros para la explotación sexual o comercial. Eso era un mundo mucho más oscuro que la Deep Web, lo cual con ayuda de esa red en conjunto de Dark Web halló varios videos altamente mórbidos y perturbadores que se conectaban con ellos. Alicia no tenía ni la mínima intención de abrir esos videos si quería seguir siendo un ser humano cuerdo y moral. La Dark Web era el sitio más aterrador que el internet nunca tuvo desde su creación. Era como el subsuelo del subsuelo. La capa profunda que nadie tocaba porque era tóxica.
Eran videos provenientes de Taiwán, Filipinas e India. Supuso que se trataba debido a la poca regulación que poseían aquellas patrias, donde la explotación infantil era muy notoria y destacada debido a las situaciones económicas y sociales de los países. No quería saber más nada de ello, pero no le quedaban muchas alternativas con respecto al tema, William se lo había pedido y solo tenía hasta hoy para entregarle algo.
Dale Alicia, vos podés.
Su mente le alentó con el fin de motivarle a continuar investigando, aunque su estado moral estaba poniéndose en juego al estar indagando dentro de la Dark Web. Era un sitio de difícil acceso y muy difícil de ingresar sin contactos o conexiones directas con servidores. Ella ya tenía esas redes gracias a Víctor, quien le había motivado a entrar para que conociera lo que era ese mundo oscuro. Alicia no estaba segura si tenía que agradecerle o asesinarlo por poner en juego su estado mental.
Suspiró, se alejó de la computadora y se levantó de su asiento. No podía más, tomaría un poco de aire y trataría de relajarse. Le estaba poniendo de los nervios el tema de Brasil. Era un tema muy delicado que tenía que tomar con pinzas para no resultar afectada.
Caminó por los pasillos con dirección al ascensor. No estaba segura si había terrazas dentro del edificio de las Naciones Unidas, no se había topado con alguna. Pero es que tampoco había visto más allá de la Sala de Juntas, las salas de reuniones, el piso de medicina de OMS, y de investigación del FBI.
Apretó el botón de ascensor y esperó paciente mientras miraba por los inmensos ventanales a su derecha, los cuales apuntaban perfectamente a un jardín cuidado al detalle por los empleados. Sin embargo, se veía opacado debido a la lluvia densa que caía sobre la ciudad de Nueva York. Los nubarrones grises cubrían el celeste del cielo y las calles empapadas de agua le daban un aspecto solitario pero relajante.
El sonido del elevador llegando le hizo girar para ver las puertas metálicas. Estas se abrieron lentamente y pronto sus ojos captaron un cuerpo tambaleante del interior que amenazó con caer hacia delante. La nariz de Alicia se arrugó en cuanto sus fosas nasales percibieron el terrible olor a alcohol escapar del ascensor. Su rostro llevaba franjas rojas, blancas y azules en horizontal. Sobre su cabeza llevaba un gorro de orejas con una estrella roja en medio. Supo por los colores que se trataba de Lev, el representante de Rusia. Llevaba un suéter de lana negro de franjas que se degradaban hasta el blanco al final de su atuendo, el cual estaba levantado hasta sus codos, en su hombro izquierdo llevaba la bandera de Rusia. Tomó por el hombro izquierdo y brazo derecho para evitar que cayera encima de ella.
Miró al suelo totalmente mojado y repleto de pedazos de cristales esparcidos por todo el piso. Era una botella de alcohol que seguramente había dejado caer.
Pronto la cabeza de Lev se apoyó sobre el hombro derecho de Alicia y ella desconcertada intentó sacárselo de encima. No le agradaba que gente que no conocía, hiciese contacto físico o invadiera su espacio personal. Era capaz de reacción a la defensiva con un golpe inconsciente. Reacción reactiva que había adoptado de forma defensiva debido a su padre.
Pronto sus oídos percibieron unos sollozos sutiles que escapaban de sus labios. Le desconcertó por completo el escucharle llorar sobre su hombro, no era la misma faceta que había visto días atrás. Aquello le petrificó en el sitio, totalmente helada y sin saber qué hacer. Parecía una estatua en la cual Rusia usaba de soporte. Lo sollozos se intensificaron al punto de parecer lamentos adoloridos que escapaban de un alma rota y perturbada por un demonio. Eran lamentos, y se estaba culpando por algo.
—но не специально no ne spetsial'no (Yo no quise hacerlo.) —habló en una voz ronca y tendida en un hilo mientras sorbía de su nariz. Alicia sintió como su hombro lentamente se humedecía ante las lágrimas y estaba segura que por sus mocos también.
Pronto los brazos de Rusia le rodearon del mismo modo que un niño pequeño con un oso de felpa en medio de una oscura e inhóspita noche de tormenta. Se aferró al cuerpo de ella, envolviéndola por completo y sin dejarle una alternativa de escapar de él. Alicia aún permanecía estática y perpleja. Su cara acabó pegada a su clavícula mientras ejercía presión por sus hombros y espalda. Podía oír casi a la perfección los latidos de su corazón y sutiles sollozos a través de su pecho.
Realmente no entendíaqué le pasaba ni el por qué estaba llorando.
Que le habrá pasado a victor? 🤔🤔
Pobre Alicia casi se va con dios cuando vio 4 pelotas con pelo y caras tatuadas KSJSKAKA
Psicóloga: no te podes enamorar de un país
El país:
Alchile otro crush pa la colección oleee
Espero que les haya gustado, de ser así no olviden dejar un like o comentario. Me ayudaría muchísimo a continuar escribiendo.
Nos vemos.
—Homicidal_Bloody
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