Capítulo 4: Bienvenida a Pléthore.
"Mi Suk"
¿Será que...?
—¿Será que...?
Sun Hee sonrió mientras asentía frenéticamente, aquella acción me daba a entender que nos encontrábamos en una misma sintonía, y eso, provocaba que la idea que estaba a punto de salir fuera pronunciada con mucha más firmeza.
—¿Será que es la marca de los pañuelos? —Solté con energía. —¡Claro! ¿Por qué no me había dado cuenta? Esto debe ser alguna señal para que le compre un juego nuevo. ¿Sabes? Estaba pensando en pedirte algún consejo, por qué estaba entre regalarle eso o...
—No, tonta. Me refiero a que estas siglas deben ser las iniciales de su nombre —mencionó mientras apuntaba aquel característico signo. Dejando que mis pensamientos revolotearan como mariposas atrapadas en un frasco.
—¿En serio? ¿O por qué piensas que se puede tratar de su nombre?
—Por favor, es sencillo descifrar cuando algún artículo está personalizado. Además, ¿qué compañía fabricadora de pañuelos se llamaría "W.Y.S"?
—¿Y qué tal si se trata de las siglas del nombre de esa compañía? —Pregunté desafiante, la expresión de Sun Hee cambió a una de enfado cuando vio que me había cruzado de brazos. Al parecer su palabra tenía más poder que la mía.
—Sé lo que te digo, deberías confiar en mí. Es normal que hombres millonarios hagan este tipo de cosas.
—Está bien, está bien. Supongamos que se trata de las iniciales de su nombre, pero ahora ¿qué? Tenemos que descifrar cuál apellido y qué nombre conforman su respectiva identidad, y déjame decirte que esa no será una tarea fácil.
—A ver, pensemos un poco... ¿qué apellidos conforman a las familias más adineradas del país? Tomando en cuenta que debe comenzar con la letra W.
Mis ojos rodaron al escuchar aquella tontería, no entendía cómo habíamos llegado a esto cuando en un inicio solo pensé que se trataba de un insignificante pañuelo.
Sin embargo, al analizar la situación desde el punto de vista de Sun Hee, no me cabía en la cabeza lo complicado que sería pensar en un apellido y en un nombre que fueran parte de una persona importante ante la sociedad. La lista sin duda sería larga ante muchas combinaciones, dejando en claro que el 99% de ellas fueran una simple posibilidad.
—¿No sería más fácil preguntarle a su chófer?
—Claro que sí —dijo totalmente indignada. —Pero a todo esto no olvides que le estamos añadiendo un poco de misterio, y eso, lo pone más interesante.
En eso, ambas escuchamos como alguien externo se acercaba hacia nosotras. Mi vista se levantó hasta encontrarme al susodicho, logrando ver como en su rostro aún reflejaba una pizca de arrepentimiento. En ese momento quería regresar el tiempo para analizar mis acciones antes de ejecutarlas, si tan solo hubiera controlado mi ansiedad, en este momento no estaríamos en medio de una situación tan incomoda.
—Una disculpa por molestarlas, pero solo quería mencionarle a la señorita Kim que la cuenta en el hospital ha sido cubierta.
¿Señorita Kim? ¿cómo sabía mi apellido?
—Ah sí, muchas gracias por eso. Estoy tan agradecida por el trato que le han brindado a mi amiga.
La sonrisa de Sun Hee era tan grande que sentía como se le iba a salir cada una de sus piezas dentales. De inmediato, el hombre nos pasó unos cuantos papeles que, seguramente era algo relacionado con la consulta de esta mañana.
—No se preocupe, era nuestro deber. Después de todo no podíamos permitir que esta situación quedara bajo una injusticia, al final de todo, fue culpa mía que se haya lastimado.
Mis ojos se abrieron como platos e inmediatamente me levanté de la cama.
—¡Por supuesto que no! —Grité. Dejando que el silencio culminará una vez más sobre la habitación. Lograba percibir como las personas nos miraban con confusión, no obstante, desde el interior intentaba ignorar aquella atención excesiva para que mi corazón dejara de latir con nerviosismo. —La culpa es mía, y siempre lo será. Siento que se haya preocupado por mi salud.
—Bueno, creo que todos tenemos cosas por hacer, así que me imagino que el tiempo no es suficiente como para que se estén lanzando la pelotita de la culpabilidad cada que uno de ustedes empieza a hablar. Dejemos la situación como un problema que no volverá a suceder, o eso espero.
Mi frente se arrugó cuando volví a recordar el suceso, no existía ninguna persona que culpar más que a mí. Yo fui la única que fue descuidada ante todo esto, así que no me cabía en la cabeza como es que ese hombre no paraba de disculparse por algo que ya no era de mucha importancia, a decir verdad, a veces la situación se volvía tan pesada cuando el individuo no paraba de repetir la misma frase de siempre, entonces... ¿qué tenía que hacer para que entendiera?
—Te acompañaré hasta tu casa y me aseguraré de que te encuentres en un entorno seguro. Capaz que te dejo ir y no me entero de que has sido arrollada por otro vehículo, o mucho peor, por un tren.
Me sentía como una niña recién regañada, yo no pedí ser arrollada por un automóvil ni mucho menos estar en una sala de hospital, ¿cuántas veces tenía que decir que fue un nefasto descuido?
—Eh... si no es mucha molestia. —Ambas dirigimos la mirada hacia el contrario. Su voz se escuchaba entrecortada, brindando una imagen vergonzosa. —Me gustaría llevarlas hacia su domicilio, creo que podría ser la última cosa que logré hacer por ustedes. Después de eso, prometo que mi rostro no volverá a ser visto.
Seguramente mi expresión de confusión era cómica para algunas personas, la manera en la que se dirigía hacia nosotras era tan peculiar, tal como si él fuera una persona que había hecho algo imperdonable. Sin embargo, desde el fondo de mi corazón agradecía que su atención (por ahora) fuera totalmente una maravilla, tanto así que en esta ocasión se podría considerar como una de las primeras veces que alguien ajeno ha tenido un excelente trato hacia mi persona.
—Tengo clase a la una —mencionó Sun Hee un tanto penosa. —No sé qué te parezca si te llevo hasta tu casa y luego me regreso a la universidad.
—No tengo ningún problema con llevarla también a la universidad, claro, si no me estoy entrometiendo mucho.
Miré a mi amiga un tanto indecisa, entendía que el hombre estuviera arrepentido por lo que había pasado, pero tener la desdicha de invadir más allá de lo personal me dejaba un poco pensativa. Fácilmente podría subirme en un autobús o incluso ir a pie hasta mi hogar, al final de todo no me fracturé alguna extremidad ni mucho menos tengo algún problema para recordar quien soy o en donde vivo, así que lentamente giré mi cabeza hasta encontrarme con la mirada curiosa de mi amiga. Sabía que ella se encontraba en la misma situación que yo.
—¡Esta bien! —dijo en alto, permitiendo que mi mandíbula cayera poco a poco ante la sorpresa. —Solo voy a la farmacia por estos medicamentos y nos vamos.
¿Pero qué demonios acababa de suceder?
💸
—Bien, hemos llegado —comentó el hombre un tanto satisfecho. Agradecí una vez por su atención y junto con Sun Hee bajamos del vehículo un poco apuradas. El día estaba más caluroso de lo normal, tanto así que en cuestión de segundos mi piel comenzaba a crear una fina capa de sudor sobre mi frente.
—Bueno, creo que es momento de decir adiós. —Reí, posteriormente mi amiga copió mi acción un tanto nerviosa. Indicando en su mirada que la idea de irse con el chofer comenzaba a crear un conflicto dentro de su cabeza y eso, me estaba preocupando.
—Creo que me quedaré contigo, pienso que no es apropiado que te quedes sola en tu casa.
Sí, yo también pensaba que mi madre no se encontraba, no porque ella haya salido a atender su negocio de pescadería (por cierto, estaría tan encantaba de saber que esa idea fuera cierta), sino más bien que, algo dentro de mí me indicaba que ella se encontraba en algún restaurante divirtiéndose con sus amigas o incluso, con su nueva pareja. Me daba temor con el solo hecho de pensar que esto era el comienzo de una nueva etapa en su vida, y aunque no estuviera de acuerdo con muchas de sus acciones no tenia de otra que guardar silencio y aceptarlo. Como cada suceso que experimentaba.
—Eres muy considerada, supongo que el hecho de tener clase a la una no es de mucha importancia.
Sun Hee, rió más fuerte. —No te preocupes, sé que el profesor entenderá nuestra situación, además, aún debes tener el susto de esta mañana y lo mejor es que estés muy bien acompañada, ¿no lo cree?
Preguntó en dirección al contrario, provocando que su expresión de confusión cambiara a una de asombro.
—Por supuesto —contestó firme. El tono de la voz se escuchaba tan diferente a lo que usualmente había oído esta mañana. —Si es que más tarde tiene algún otro compromiso yo creo que lo mejor es que se quede en casa. Por favor, descanse por hoy, estoy seguro que los demás entenderán su razón.
Asentí un par de veces. Tal vez, lo tomaría en cuenta ya que, el simple hecho de estar toda la mañana en el hospital me había dejado tan agotada, tomando en cuenta que mi estancia sobre una cama junto al estrés que generé había provocado que el dolor de la caída se haya intensificado. Solo deseaba recostarme sobre mis sabanas y dormir un poco.
—Entonces... yo me retiro. —Sonrió mientras realizaba un ligero inclinamiento de la cabeza. Se giró sobre sus talones y caminó hacia la puerta del automóvil, sin embargo, antes de que jalara la palanca algo dentro de mi cabeza me indicaba que debía detenerlo. No podía permitir que esta situación se quedara en el aire sin haber hecho el intento de conocer sobre aquel hombre.
—Disculpe, antes de que se vaya... —Tan pronto hablé, el sujeto se dirigió a nosotras. —El hombre que venía acompañado por usted, supongo que se debe tratar de su jefe, ¿cierto?
—Oh, sí, sí. —Asintió de inmediato. —Como pudo notar es un buen hombre y sobre todo es de admirar todo el esfuerzo que él hace en su compañía. Muchos de los empleados han estado muy satisfechos con la manera en la que trabaja.
¿Compañía? ¿empleados? Así que a eso se dedicaba el susodicho, y por las palabras mencionadas se escuchaba como si él mandara a una gran corporación.
—Bueno. —Reí un tanto nerviosa. —Dado que el problema lo ocasione yo y aun así han tenido un excelente trato hacia mi persona, está claro que a estas alturas no podría quedarme con el cuento de que yo soy la víctima y que debo acomodarme a sus cuidados, quería saber si había alguna posibilidad de regresarle el favor a su jefe. Tal vez me podría proporcionar su número de celular para hablar un poco de lo que sucedió esta mañana.
El hombre guardó silencio por algunos segundos mientras analizaba mis palabras, desde la lejanía lograba notar como la indecisión se manifestaba por todo su rostro y eso, me estaba provocando un mal sabor de boca. A decir verdad, no entendía como era posible que ese hombre se la pensara por tanto tiempo ya que, desde mi perspectiva no veía algo negativo sobre mis intenciones.
Solo quería agradecer por su solidaridad.
—Le podría proporcionar la dirección de la compañía, como mi jefe es un hombre tan ocupado y siempre está atendiendo llamadas de altos ejecutivos no creo que le agrade el hecho de que usted este marcando solo para agradecer, no es mi intensión ofenderla, pero no quiero tener algún problema con él.
Lograba sentir como mi rostro se calentaba por la vergüenza, ¿había escuchado bien? ¿hombre ocupado? Bueno, tal vez entendía eso puesto que, si se tratara de una empresa multimillonaria no dudaría que el trabajo se multiplicaría el doble o incluso el triple, pero, ni siquiera conocía la condición de su trabajo e independientemente de eso, ¿se podría considerar como una persona tan requerida que ni siquiera tiene cinco minutos para atender mi llamada? Todo el mundo tiene algo de tiempo, así que eso solo eran excusas.
—Está bien, no se preocupe que yo entiendo su situación.
—Si gusta puedo buscar en el vehículo alguna tarjeta de presentación o...
—No, no, creo que lo mejor sería olvidar todo esto, no vería el caso de tener algo relacionado con su jefe si al final de todo su trato no será honesto, no querría pasar por la incomodidad si es que yo me apareciera por allá. —Reí sarcásticamente, intentando olvidar como aquel empleado me había rechazado. —Cuando lo vea dígale que estoy tan agradecida por lo que hizo. Su jefe es una persona con un inmenso corazón.
El hombre asintió un par de veces un tanto confundido y sin más, subió a su automóvil para desaparecer en cuestión de segundos, la gran nube de polvo comenzaba a disolverse entre nosotras y en algunas estructuras que se encontraban a nuestro alrededor, provocando que la vista hacia la ciudad no fuera muy clara.
Sun Hee apretó ligeramente mi mano para que recordara que aún se encontraba a mi lado, cuando me topé con sus ojos la expresión molesta de mi amiga comenzaba a crear una cierta inquietud dentro de mí. Tal vez estaba experimentando el mismo mal sabor de boca que yo.
—Quien diría que aquel hombre han generoso era nada más y nada menos que alguien tan decepcionante. Debería de sentirse bien consigo mismo al saber que había ayudado a alguien más, no entiendo porque es alguien tan cerrado. Además, ¿qué tendría de malo que tú quisieras agradecer por su gesto? Me da un poco de rabia con solo pensarlo.
—Olvídalo Sun Hee, si es que se trata de esos típicos hombres ricachones no dudaría que su trato hacia las personas de bajo estatus social fueran un tanto desagradables para él. Aun así, sé que su chofer le pasara mi recado, así que supongo que no le debo nada con el simple hecho de no aparecerme frente a él.
—Por cierto... —Sonó una tanto inquieta, dejando que mi interés ahora cayera totalmente en sus palabras. —Ni siquiera le preguntamos cómo se llamaba su jefe.
W.Y.S
"—¿Será que es la marca de los pañuelos? —Solté con energía. —¡Claro! ¿Por qué no me había dado cuenta? Esto debe ser alguna señal para que le compre un juego nuevo. ¿Sabes? Estaba pensando en pedirte algún consejo, por qué estaba entre regalarle eso o...
—No, tonta. Me refiero a que estas siglas deben ser las iniciales de su nombre —mencionó mientras apuntaba aquel característico signo. Dejando que mis pensamientos revolotearan como mariposas atrapadas en un frasco."
Después de todo, la gran incógnita nunca fue descifrada, así que lo único que estaba en mi poder era un simple pañuelo con unas marcas que, para mí, no solo eran las iniciales de su posible nombre si no que, adentrándonos a la inmensa cultura coreana era posible crear una infinidad de significados. Significados de los cuales ninguno llamaría mí atención.
—No me interesa —dije rápidamente. —Al final de todo, no lo volveré a ver así que... solo formara parte de un recuerdo más.
💸
Esta mañana desperté más cansada de lo normal, durante la noche no fui capaz de conciliar el sueño gracias a que el dolor físico no paraba de presentarse sobre mis extremidades. Siendo sincera, a pesar de que fui cuidadosa en tomar mi medicación, el plazo de efectividad no duraba por muchas horas, así que me dispuse a mantener la mente activa mientras suplicaba desde el interior que el sueño me venciera por una vez por todas.
Antes de iniciar con mi día (a muy temprana hora) decidí comprobar que mi madre se encontrara en su habitación, por suerte, cuando di un vistazo en su terreno de la privacidad noté que ella permanecía envuelta entre las sabanas mientras que de fondo se escuchaba un delicado respiro profundo. Se veía como si fuera un bebé. Cerré la puerta cuidadosamente y me dirigí a la cocina para ir preparando el desayuno.
Como pocas veces se puede presentar en mi vida, por fin dejaba a un lado la adrenalina que me envolvía cada mañana para que esta, fuera remplazada por el renacimiento de mi paz interior. El día de ayer me había comunicado con mis dos jefes para explicar lo que había ocurrido, siempre me he caracterizado por ser una persona muy trabajadora y sincera, así que después del trato que ellos me han brindado, mi deber era ofrecer una sincera explicación.
Por suerte entendieron la situación y por ambos lados me permitieron tener un día de descanso, puede que no sea mucho tiempo, pero por mi condición lo veía más que suficiente. Aun así, estaba segura que mi estancia sería algo divertido ya que más tarde volvería a ver a Sun Hee, el día de ayer había hecho un gran papel para engañar al chofer y así, no tendría un motivo para irse con él a la universidad, se disculpó y me mencionó que volvería después de tener su última clase.
Pasamos una tarde tranquila en medio de la charla, tocamos temas pasajeros y vimos algunos vídeos en su celular, después cenamos en casa y me despedí de ella alrededor de las ocho de la noche. Cuando por fin me quedé en completa soledad, me dirigí a mi habitación con el único propósito de descansar un poco, ni siquiera presté la suficiente atención como para darme cuenta a qué hora había regresado mi madre. Tal vez, fue antes de que empezara con mi malestar físico.
Mientras buscaba algunos ingredientes desde el refrigerador, la puerta fue golpeada un par de veces, miré el reloj que se encontraba en una de las paredes de la sala y arqueé la ceja al ver lo temprano que empezaban a molestar. Ante la insistencia, dejé algunos alimentos sobre la mesa y me conduje hasta la salida un tanto perezosa.
Un hombre bien uniformado se encontraba frente a mi mientras que detrás de él parecía verse una camioneta de entregas. El chico era alto y no parecía ser muy mayor.
—Buenos días, de casualidad... ¿se encuentra la señorita Kim Mi Suk?
—Sí, soy yo —contesté un tanto confundida, de pronto el contrario me regaló una tierna sonrisa.
—Tiene un paquete, si es tan amable podría firmar aquí.
Tras esto, el hombre extendió una pequeña tablilla junto a un par de hojas de paquetería. Leí rápidamente el papel sin haber captado algo que fuera de mi interés hasta que, mis ojos se encontraron con aquella característica línea vacía, luego leí en la parte de abajo "Firma de recibido". Con cierta duda no dejaba de jugar con el bolígrafo que se me había proporcionado, tal vez se trataba de una especie de esperanza para saber si lograría saber que es lo que debería hacer.
No obstante, siempre llegaba a la misma conclusión. No había ordenado nada, así que no entendía de donde había salido ese paquete tan misterioso.
—Disculpe, pero creo que se ha equivocado de persona, yo no ordené nada.
—Oh, pero... —Miró rápidamente las hojas, indicando con su dedo índice una línea importante. —Aquí dice que es enviado por parte de Pléthore.
—Perdón, ¿de quién? —Pregunté más confundida de lo que ya estaba. ¿cómo era posible esto? ¿qué tenía que ver yo con una empresa tan valorada entre el público coreano? Es que claramente esta situación no tenía lógica ya que un suceso que solo ocurría en la ficción era tan extraño que se estuviera manifestando. —Una disculpa por hacerlo venir hasta acá, pero reitero, creo que se ha equivocado de persona.
—Pero... aquí en el destinatario me indica que el paquete está indicado a Kim Mi Suk y me ha confirmado que es usted.
—Es que... —Ni siquiera encontraba las palabras correctas para expresar mi asombro, así que era seguro que aquel empleado se estaba dando cuenta de eso. —Esto no puede ser posible, ¿por qué yo recibiría algo por parte de ellos si nunca he tenido alguna interacción hacia esa compañía? Acaso, ¿también no se le haría un poco extraño que esto esté sucediendo? Quizás, hubo algún error a la hora de referirse al destinatario o que se yo.
—Sinceramente, me pongo en sus zapatos, pero al final de todo no puedo hacer nada ya que es mi trabajo y debo seguir algunas reglas. El hecho de que se hayan equivocado o no, es una cuestión que no tiene que ver conmigo, yo solo reparto los paquetes y si fuera como usted lo menciona, tendría que dirigirme hacia mis superiores para aclarar este malentendido.
En este punto de la historia, ¿qué otra cosa debía que afrontar para que mi día se tornara tan extraño?
—En un principio no dude que se tratara de un paquete especial, ya sabe, con sus productos estrella, pero al parecer mi punto de vista cambió al darme cuenta que los gustos de la empresa han empezado a cambiar ya que, nunca pensaría que en la actualidad se encargarían de fabricar bicicletas. —La risa del hombre no paraba de sonar fuertemente como si lo que acabara de decir se tratara de un buen chiste, sin embargo, lo que habían captado mis conductos auditivos estaba provocado que mi cabeza estuviera a punto de explotar.
—Una... ¿qué? —pregunté lentamente, sin dejar de creérmelo. De pronto, solté la tablilla y corrí detrás de él para comprobar que las imágenes que comenzaban a crearse fueran un error, no obstante, sentí como mi mandíbula caía poco a poco mientras que mis ojos se agrandaban ante la sorpresa que se encontraba frente a mí.
Tal vez se trataba de la adrenalina que había experimentado el día anterior ya que, desde este punto de la historia, no había recordado que mi bicicleta había fue apartada de mi lado y ahora que observaba aquel objeto con tanto detenimiento, algo dentro de mi provocó que las ganas de llorar se intensificaran. ¿Como es que permití que esto sucediera?
—¡Oh, aquí viene algo más! —mencionó un tanto emocionado. Al parecer aún tenía la intención de dejarme en claro que yo siempre he sido el destinatario correcto. —El paquete si viene de Pléthore, pero la persona que se encargó precisamente del papeleo se trata de un tal Won Young Soo.
De pronto, el recuerdo de aquellas iniciales comenzaba a carcomerme la cabeza, mi frecuencia respiratoria se disparó al mismo tiempo que mi corazón golpeaba fuertemente contra mi pecho. Después de pasar todo un día intentando imaginar qué palabras coherentes podrían conformar aquellas iniciales era de mencionar que a estas alturas las siglas W.Y.S por fin tenía un significado, y este era nada más y nada menos que...
¿Won Young Soo?
HyunJack.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top