En la aldea se comenzaron a escuchar ciertos rumores...

De un día para otro los aldeanos habían observado el cambio drástico que había tenido la relación del ya famoso Sasuke Uchiha y su hija Sarada.

Se sabía perfectamente que la relación entre los últimos dos Uchihas no era del todo sencilla, ya que claramente el mayor había dejado a su familia durante años, pero a su regreso se vieron los intentos del azabache al acercarse a su hija, los cuales le ayudaban, aunque no del todo.

Tras lo ocurrido con el séptimo Hokage, las cosas habían dado un giro de 180° grados.

Ya que no solo se estaba viendo la gran relación entre los últimos Uchiha, si no también la aparente relación de maestro-alumno que tenían el Uchiha y Kawaki, la cual según algunas personas afirmaban, era mas parecido a una relación de padre he hijo. Misma que sorprendió a muchos, ya que era bien sabido la relación que tenían el moreno con el hijo del séptimo y esto solamente desconcertaba a las personas.

Muchos en la aldea aun le tenían desconfianza a Sasuke Uchiha, pero ahora que se veía su buena relación, no solo con Boruto, si no también con Kawaki y con Sarada. La gente comenzaba a preocuparse.

Decían que el Uchiha era una mala influencia para los niños, que posiblemente si seguían a su cargo se convertirían en unos ninjas renegados igual que él; otros afirmaban a ver escuchado que el mayor se llevaría a los jóvenes. 

Aunque el rumor más escuchado últimamente era: que Uchiha Sasuke y Kawaki eran los verdaderos causantes de que el Hokage hubiese caído en coma.

Desde hacia tiempo la aldea hablaba sobre Kawaki: ya que siendo un antiguo integrante de la organización Kara posiblemente fuera un agente infiltrado que solamente abusaba de la buena voluntad del séptimo para darle información de las aldeas a su antigua organización, además de tenerle miedo al poder que tenía, mismo que tenia el hijo del séptimo.

Aunque todo esto solo fueran simples rumores de la aldea, ya comenzaban a causar problemas. Pues no solo eran los chismes, si no también las miradas de odio y desconfianza que lanzaban al ver al último Uchiha y al antiguo integrante de Kara.

Sasuke no les prestaba ni la mínima importancia, después de todo ya estaba acostumbrado a esas miradas, pero era a Kawaki a quien comenzó a incomodarle la situación, mas aun cuando escucho los rumores de que el fuera el causante de toda esta situación.

No veía ya la hora de que el Hokage saliera del hospital.

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Naruto observaba el amanecer solo, desde la ventana de su habitación. Desafortunadamente aún seguía en el hospital, aunque si todo salía bien en sus últimos exámenes, podría salir hoy mismo del lugar.

Desde que despertó Sakura le ha practicado todo tipo de exámenes cada semana, al principio eran para saber la razón por la que había despertado, pero al no encontrar respuestas la pelirosa prefirió enfocarse en la salud de Naruto, más específicamente cuanto tiempo le quedaba.

Este tema en particular se había ignorado, mas que nada por la familia del Uzumaki, pero con este último examen, determinaría el tiempo aproximado que le quedaba en este mundo. Siendo la prueba mas importante hasta el momento.

Si fuera por Tsunade y su amiga habrían hecho tal prueba desde el día que despertó, y lo intentaron; pero los resultados salían inconclusos. La mescla del chakra de la quinta y la Uchiha afectaba en la prueba y no permitan un resultado.

Fue así que decidieron cambiarle el tratamiento a Naruto: sus terapias de chakra seguían siendo realizadas por ambas mujeres, pero en vez de usar su propio Chakra, usaban el de un árbol: el mismo árbol de chakra de donde se sacaba el papel que le permitió saber la naturaleza de su chakra hace ya varios años.

Siendo el árbol la fuente de chakra mas pura, se adaptaba perfectamente a su cuerpo y este a comparación del de ambas médicos ninja, no afectarían las pruebas.

No paso mucho desde que el sol apareció en todo su esplendor, que al poco tiempo apareció una enfermera en su habitación. Aparentemente le iba a cambiar la intravenosa.

—Buenos días, Hokage-sama —saludo con una sonrisa la enfermera, entrando a la habitación. Dejando ver por un momento a dos ninjas custodiando la puerta.

—Buenos días. —regreso el saludo, con su clásica sonrisa.

—¿A tenido una buena noche? —pregunto la mujer, mientras cambiaba la intravenosa.

—Igual que todas... —respondió, simple—. ¿De casualidad no sabrás si mis exámenes están listos?

—No se nada aun de sus pruebas, Hokage-sama. Probablemente las traiga la señorita Sakura mas tarde.

—¡ahhhh! —exclama el rubio, moviendo sus brazos impidiendo que la enfermera no pueda terminar de colocar la intravenosa.

—Godaime-sama, por favor no se mueva —pide la mujer, intentando tomar el brazo del Uzumaki.

—Gomenazai, dattebayo jijijij —se disculpó, extendiendo su brazo, permitiendo a la mujer acabar su trabajo.

—Bien, eso seria todo.

—Según tengo entendido... ¿esta será mi ultima dosis de suero no? —pregunto, observando su mano.

—Esta en lo correcto. Su cuerpo ya esta recuperado de su anterior coma, por lo que este será su ultima intravenosa.

—¡¡Excelente!! —exclama feliz, formando puño ambas manos.

—¡Hokage-sama! por favor no se mueva —exclama preocupada la enfermera, tomando su mano izquierda—. Si no se queda quieto se puede mover la aguja —aclara, acomodando la cinta de la intravenosa que se había despegado.

—oh ijijijij —soltó una pequeña risita—. Gomene...

La divertida situación fue rápidamente interrumpida: la doctora de cabello rosado entro rápidamente a la habitación, y Naruto felizmente se da cuenta que tiene unos papeles en su mano.

—Buenos días, Sakura-sama —saluda la enfermera—. Acabo terminar de ponerle la última intravenosa al Hokage.

—oh... claro —dice, un tanto perdida—. Ya puedes retirarte...

—De acuerdo —hace una ultima reverencia a los presente y finalmente sale de la habitación.

Tan rápido la enfermera sale de la habitación, Sakura se acerca a la puerta y rápidamente le coloca el seguro. Después camina en dirección a Naruto.

—Hola Sakura-chan —saludo alegre su compañero—. ¿Acaso esos son mis exámenes? —pregunta, señalando los papeles en su mano izquierda.

—he... sí. —responde, sin atreverse a mirar el rostro de su compañero—. Apenas acabo de recogerlas...

—Excelente —toma rápidamente las hojas que le extendía su compañera.

Sus ojos rápidamente comenzaron a leer el documento entre sus manos, y entre más rápido avanzaba entre las letras... su gran sonrisa comenzó a desvanecerse lentamente, dejando en su lugar una expresión preocupada.

Cada una de las sospechas que habían tenido sus compañeros en los últimos meses, desde que se comprobó su enfermedad se estaban volviendo reales, con cada paso que avanzaba su lectura solo veía mala noticias.

Leyó cada letra, cada párrafo de ese documento minuciosamente, esperando que de alguna manera haya leído mal y el resultado fuera el que había esperado, pero no importaba cuantas veces lo leyera, no había ningún cambio. Solamente, hasta que llego al final de la segunda página: vio la noticia que confirmaba todo...

Solo le quedaban dos años.

Miro por un momento mas la hoja entre sus manos, suspiro para después dibujar en su cara una pequeña sonrisa.

Volteo su rostro en dirección a su compañera, con la intención de decirle que no se preocupara: pero tan pronto su mirada se encontró con su amiga de la infancia fue recibido por un abrazo, el cual acepto sin dudarlo, cerrando los ojos.

Rápidamente la habitación fue llenada con los sollozos antes reprimidos de Sakura.

Antes de llegar a la habitación del Uzumaki, había tenido en su poder los resultados desde hace un rato.

Tan pronto el examen se lo entregaron lo abrió, esperanzada de que los resultados fueran favorables: pero tan pronto termino de leer el documento, su lagrimas se acumularon en sus ojos sin control. No fue hasta una hora después, que encontró el valor suficiente para entrar a la habitación de su compañero y decirle la noticia.

—Lo siento... Naruto —soltó entre sollozos, abrazando protectoramente a su amigo en un intento de evitar de que la muerte se lo llevara.

—No tienes que discúlpate, Sakura-chan —dijo sincero—. Tú y Tsunade Bāchan hicieron todo lo que pudieron.

Y ahí, sin que nadie pudiera verlo; Naruto Uzumaki por primera vez en años... soltó una lagrima. 

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