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—¡Teme! Convence a Sakura-chan de que estoy mejor. ¡Estoy cansado de estar aquí! —suplicaba el rubio, estaba arto de estar en cama.

—No hay de otra, quedaste demasiado tiempo en coma y no sabemos exactamente las consecuencias que tengas por ello, dobe. —dijo, con los ojos cerrados. Apoyado en la pared.

—¡Ahhh! —coloca ambas manos en su rostro.

El azabache al escuchar del Naruto sonrió.

Hace poco que había llegado a visitar al Uzumaki, y este, impaciente, no veía la hora para irse del hospital.

Hace poco su familia fue a visitarlo, pero al retirarse Sasuke fue a hacerle compañía. Mas que nada para que el rubio no se escapara del hospital. (había intentado irse más de tres ocasiones) Por esa razón dos ninjas estaban colocados en la entrada de la habitación por ordenes tanto de Shikamaru como de Sakura.

Tan solo esperaban que los niveles de chakra de Naruto estuvieran a un nivel estable y por fin regresaría a su hogar.

—Sasuke...

—¿Qué?

—¿Cómo fue exactamente que desperté? —pregunto, mirando fijamente al moreno.

Al escuchar la pregunta Sasuke abrió los ojos, observando la mirada seria de su compañero.

Desde que el Uzumaki había despertado, ninguno de los dos había tocado el tema. Ya que toda la aldea alardeaba de que el regreso del séptimo había sido un milagro, mas que nada porque no encontraban respuestas.

Pero Naruto sabia que no era ningún milagro. El mejor que nadie sabía que Sasuke no permitiría que quedara tanto tiempo en ese estado, no sabia como, pero de alguna forma el Uchiha había logrado regresarlo.

—Habían pasado ya dos meses, y tu estado no presentaba ninguna mejora —empezó a relatar—. Sabíamos que si no despertabas probablemente no soportarías mas así... fue cuando tome la decisión de pedir ayuda externa.

—Orochimaru.

—Si

—Y... ¿Cómo lograste que los ancianos permitieran su entrada a la aldea? —no pudo evitar preguntar.

—No lo hice. Nadie de la aldea sabe que el entro a la aldea, salvo tu.

—Debí imaginármelo dattebayo... —dijo poniendo una mano en su frente.

El Uchiha soltó una pequeña risita.

—Sellaste a Kurama... —afirmo.

Frunció el ceño.

—¿Cómo lo sabes?

—Cuando estaba dormido, sentía que mi cuerpo estaba flotando. Todo era silencio, ni siquiera recordaba en donde estaba, no podía abrir los ojos o moverme, aunque lo intentara mil veces... —lo miro a los ojos—. Hasta que escuché tu voz... después, cuando ya no pude escucharte fue cuando desperté.

—Tiene sentido... Cuando entré a tu subconsciente te encontré encerrado en una pared de chakra. Kurama en un intento de alejarte de su chakra te puso ahí, pero la pared no era suficiente. Por lo que tuve que sellarlo, para evitar que su chakra siguiera haciéndote daño.

—Que mal... —suspiro, colocando sus brazos atrás de la cabeza—, no pude despedirme de ese zorro, me hubiera encantado decirle un par de cosas... —revelo, con una sonrisa triste en su rostro.

Al escuchar las palabras de su compañero, llegó a su memoria la ultima frase dicha por el 9 colas:


"Haz que cumpla su sueño..."


—Naruto, sabes qu...

Antes de que Sasuke pudiera preguntar, se escucho el golpeteo de la puerta, interrumpiendo su conversación.

—Adelante. —dio permiso Naruto.

Con la aprobación del Séptimo, Kawaki entro a la habitación, y cerro la puerta tras de sí.

—¡Kawaki! ¿Qué haces aquí? —pregunto sorprendido el rubio.

—Deberías de estar descansando... —regaño Sasuke.

—Ya descansé lo suficiente... —respondió en tono neutro—. Además, hay alguien que necesita respuestas.

Al escucharlo, ambos adultos se tensaron. Esa frase solo podía significar una cosa.

—¿Quién los necesita?

—La única persona capas de darse cuenta tan pronto...

Naruto suspiro. Sabia a quien se refería Kawaki.

—¿En donde se encuentra? —pregunto el Uchiha sin rodeos, no necesitaba confirmación, sabía que era Sarada.

—En el campo de entrenamiento...

—Iré yo...

—No, Naruto —lo interrumpió el azabache—. Esto tengo que hacerlo yo. Además, tu aun no puedes salir del hospital.

—¡Ay! ¡Por favor! —pidió el Uzumaki—. ¡Necesito salir de aquí!

—No será este día, dobe. —dijo, para finalmente salir de la habitación, en compañía de Kawaki.

—¡No me digas dobe, teme!




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Corrieron por los techos en dirección al campo de entrenamiento. Durante todo el recorrido, ninguno de los dos menciono palabra, y no era necesario, ya que la persona que necesitaba respuestas no era ninguno de los dos.

Rápidamente llegaron al campo, ambos caminaron hasta que divisaron los tres troncos alineados, viendo que Sarada estaba sentada en uno de ellos, dándoles la espalda.

—Ya puedes irte Kawaki —dijo, sin voltear a verlo—. Ve con Naruto y evita que vuelva a intentar escapar.

—¿No necesitas ayuda?

—Ya haz hecho suficiente. Además, necesita escuchar toda la historia por mí.

—De acuerdo. —respondió y rápidamente se alejó.

El Uchiha al observar que su discípulo se había retirado, comenzó a caminar hasta la menor. Solo cuando estuvo a su lado observo que sus ojos estaban rojos, había llorado.

—Sarada...

—giro su cabeza, encontrándose con el mayor— Padre...

El azabache se recargo en uno de los troncos, y miro a la misma dirección que su hija.

Sarada no sabia como iniciar exactamente con la conversación, tenia dudas si, pero no sabia con cual de todas iniciar, aunque no tuvo que preocuparse mucho, ya que fue Sasuke quien inicio.

—¿Hace cuánto lo sabes?

—Desde hace una semana... —un poco dudosa, pregunto—. Acaso... ¿no te sorprendiste de que me enterara?

—No en realidad —respondió sin titubeó—. Sabía que era cuestión de tiempo para que lo notaras. Lo que me hubiera sorprendido seria que Boruto se hubiera dado cuenta antes que tú.

Ante lo dicho la menor sonrió ligeramente.

—Tienes muchas dudas...

—Bastantes...

—Puedes preguntar todo lo que quieras. Te contestare todas tus preguntas.

—¿De verdad? —pregunto, mirando a los ojos a su padre—. ¿Cómo sé que me dirás la verdad?

—Porque tanto tú, como Boruto merecen saber toda la verdad —respondió sincero—. A diferencia de la aldea ustedes son nuestra familia, y deben conocer toda la historia.

—Y si Boruto se entera... ¿Le dirán toda la verdad también?

—Será Naruto quien se lo cuente —suspira—. Aunque conociéndolo, probablemente no querrá escuchar ni a su padre ni a mí.

—Es verdad... el simplemente ve por su familia, y si su imagen le es cambiada, no querrá escuchar razones. Y mas si se entera que todos sabían, menos él.

—Si, pero tarde o temprano se le contara todo.

Quedaron bastante tiempo en silencio, la tensión había disminuido un poco, aunque las dudas aún seguían ahí. La menor no encontraba las palabras correctas, pero antes de que le contara todo, quería cerciorarse de algo.

—¿Amas a mi madre? —pregunto, viéndolo directamente a los ojos.

—No —respondió sincero—. No, la amo.

—Entonces... ¿Por qué te casaste con ella? ¿Por qué me tuviste a mí? —termino de preguntar, con la mirada triste.

—Cuando yo era gennin, tu madre estuvo a mi lado la mayor parte del tiempo, ella junto con Naruto fueron los que nunca se rindieron en su misión de regresarme a la aldea —comenzó a relatar—. Le hizo mucho daño a Sakura, no es algo de lo que este orgulloso... la lastime tanto física como sentimentalmente, y ella solamente intentaba regresarme al camino correcto —suspiro, cerrando los ojos por un momento—. Cuando todo había terminado, fue cuando verdaderamente me di cuenta de todo el daño que causé, no solo a la aldea, si no a mi equipo y a pesar de todo tu madre siempre me dio su apoyo y su compañía... —conto, mirando a Sarada—. Fue ahí que tome la decisión de pagar todos y cada uno de los errores que había cometido... durante ese tiempo Sakura observaba como cada uno de sus amigos comenzaban a hacer una familia. Tu madre nunca amo a otra persona que no fuera yo, desde que íbamos a la academia siempre me decía lo mucho que yo era importante para ella, y por ese amo ella estaba volviendo a sufrir por mi culpa... fue ahí que decidí que le daría la vida que ella soñaba, prometí cuidarla y protegerla. Y al poco tiempo tu naciste —revolvió los cabellos de la menor—. Y hiciste que verdaderamente fuera feliz.

—Pero... ¿nunca te enamoraste de ella?

—No la amo de la misma forma que ella a mí. Pero no significa que no la quiera, le tengo un gran cariño y aprecio a tu madre, Sarada. No solo porque sea tu madre, sino también porque es una preciada amiga, y le tengo un gran respeto como Ninja y compañera. —termino, con una ligera sonrisa.

—Y ¿Por qué te fuiste? —necesitaba oírlo de su voz.

—Me fui... porque sabía que teniendo a Sakura como tu madre estarías en perfectas manos. Yo no fui criado como tu madre o tú, yo estuve solo la mayor parte de mi infancia, sin padres... y sin mi hermano —dijo lo ultimo en voz baja—. Yo no sabia como ser un padre para ti, aunque sigo sin saber como serlo... me fui, porque tenia miedo de que fueras igual a mí.

La menor simplemente miro el rostro de su padre, notando por primera vez una expresión de culpa y arrepentimiento. Inevitablemente llevo su mano a la mejilla del mayor, en un intento de que dejara de poner esa expresión. No le gustaba ver a su padre así...

—Gracias...

—¿Por qué? —pregunto confundido el Uchiha, posando suavemente su mano en la de su hija.

—Por pensar siempre en mi y en mi madre... aunque tuvieras que sacrificar lo que verdaderamente amas... —revelo, soltando unas ligeras lágrimas. Imaginando todo lo que su padre debió de sufrir.

Sasuke rápidamente seco las lagrimas de su hija, y la envolvió con su brazo en un cálido abrazo, acariciando lentamente su cabello. Agradeciendo silenciosamente a su hija por comprenderlo, aun con todos sus errores.



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Kawaki observaba la escena, oculto entre los árboles de campo.

Le fue inevitable el no quedarse, quería ver de primera mano una verdadera conversación entre padre e hija. También para contarle todo al Séptimo, quien se había quedado preocupado.

Dio un ultimo vistazo a la familia, y se dispuso a irse. 

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