Corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron.

Estaba furioso.

Le tomo bastante tiempo perder a los ANBUS que lo tenían vigilando, tuvo que dar varias vueltas a la aldea y esconder su chakra por un tiempo considerable para perder a los ninjas, suficiente tenía con los chicos no necesitaba a más personas que lo vigilaran.
Cuando por fin perdió a los ANBUS, y se aseguró de no ser seguido por alguno de sus compañeros, se dio cuenta de que el sol estaba por ocultarse, así que fue al único lugar que creyó que no lo encontrarían.

Necesitaba estar solo.

Salto por los tejados hasta llegar a la parte más alta de los rostros de los Hokages, más específicamente; arriba de la cabeza del séptimo.

Llego a la sima, y aun con el odio ardiendo dentro de él, formo un par de puños con sus manos y golpeo la pared de piedra, una y otra vez y otra vez. Incluso cuando su prótesis estaba comenzando a romperse, pero no le importo, siguió golpeando la pared, incluso sentía como sus nudillos sangraban, pero no podía importarle menos.
Los golpes no eran lo demasiado fuertes como para dañar los rostros tallados (en parte por su mano protésica), pero si lo suficiente como para causar un agujeró en la pared.

Después de todos estos años, después de todo lo que sufrieron ambos, ni sus esposas y mucho menos sus hijos eran capaces de admitir que sus familias estaban rotas y que siempre seguirían así. Que sus "vidas perfectas" eran más que una farsa que la aldea les obligo a hacer para mantener contentos a todos. ¡Para que sus malditos clanes no desaparecieran!

Tras la discusión con Sarada y Boruto se alejó lo más que podía de ellos, no regresaría aun a "casa" lo único que pasaría es que su furia aumentaría al ver las fotos de la aparente "familia feliz" del séptimo, sabiendo que esas sonrisas en las fotos son falsas. Que lo único que trajo ese matrimonio fue más que dolor para el Uzumaki.

Ante sus propios pensamientos Kawaki cerró los ojos con fuerza y siguió golpeando la maldita pared. No fue hasta que sintió que su rabia disminuyo que dejo de golpear, bajo los brazos y suspiro, aun con los ojos cerrados; para finalmente caer al suelo de rodillas, sintiendo como el dolor en sus brazos comenzaba a crecer.

Simplemente mantuvo la cabeza baja, aguantando el dolor en sus nudillos, aun con los ojos cerrados y la respiración acelerada.

Lentamente levanto su mirada y observo el daño; su mano estaba cubierta por su sangre, sus nudillos estaban heridos a causa de las rocas; mientras que su prótesis presentaba un daño menor, aunque igual de malo; no podía ni moverlo y vio que, a causa del choque contante con la pared, tanto la pintura como la estructura de la mano estaban dañadas, incluso varias partes pequeñas estaban en el suelo. Suspiro de nuevo, y abrió sus manos; aparte de sus heridas abiertas en los nudillos, por la fuerza que ejerció se terminó clavando las uñas en sus palmas haciendo que estas sangraran y tuvieran la marca de sus uñas; con su mano protésica había pasado algo similar, pero simplemente ahí quedo la marca, ya que no podía sangrar.

Su expresión seria paso a una melancólica, por su rabia había dañado la mano protésica y aunque esta no le sirviera ya de mucho por la falta del chakra del zorro, era un recuerdo de todo lo que Naruto había hecho por él.

—¿Qué es lo que estás haciendo, Kawaki? —pregunto alguien tras de él.

Tan rápido Kawaki escucho esa voz se levantó del suelo y voltio; para encontraste frente a frente con Sasuke.

—Respóndeme Kawaki, ¿Qué es lo que estás haciendo aquí? —volvió a preguntar el mayor.

—Simplemente... yo... —no sabía exactamente que responder, ni siquiera el mismo sabía por qué había corrido hasta ahí.

El azabache al ver que el menor no respondía se dedicó a ver la escena completa; pequeños pedazos de metal en el suelo y vio claramente el gran agujero en la pared de piedra tras Kawaki. Aunque, lo que más le preocupo fue el estado de los brazos del menor, ya que se veía claramente como sangraba su brazo por las heridas en los nudillos, incluso el brazo protésico tenía daños.

—¿Cómo me encontraste? —pregunto Kawaki, al notar que Sasuke no insistiría con la pregunta anterior.

—Shikamaru me aviso hace poco de que los ANBUS que te asigno te habían perdido el rastro, así que simplemente visité los lugares a los que posiblemente estarías, ya que por lo que vi, querías estar solo.

—Nos viste ¿no? —lo mira a los ojos—. Viste mi discusión con Sarada y Boruto. Por eso sabias que quería estar solo.

Ante la pregunta Sasuke no respondió, sino que simplemente movió la cabeza ligeramente hacia enfrente. Tras ver la acción Kawaki desvía la mirada hacia un lado.

—Te dejaste llevar por tus emociones, eso no es propio de ti.

—Bueno, estaba cansado de sus preguntas absurdas —dice algo molesto—. Estaba cansado de que preguntaran lo mismo... como si ellos no notaran nada.

—Hay cosas que la mayoría de las personas prefieren ignorar...

—¡Eso lo se Sasuke! Pero estaba harto, no soportaba que me preguntaran de nuevo por ti o por el Séptimo. Preguntando mil veces que es lo que se, cuando ellos mismo lo saben ¡PERO SIMPLEMENTE A ELLOS LES DA MIEDO ADMITIR LA VERDAD!

—¡Kawaki es suficiente! —grito Sasuke, haciendo que el menor bajara la mirada—. Se que estas furioso, esta situación no es sencilla, aun cuando ya pasaron muchos años desde que Naruto y yo tomamos la decisión —se acerca al menor—, se lo difícil que es ver toda esta farsa y tener que guardar todo en tu interior... el quedarte de brazos cruzados cuando ves a una persona importante y tener que quedarte lejos, viendo como alguien más lo cuida —posa su mano sobre el hombro del menor—. Duele... todo lo que está ocurriendo duele, y sé que estarías más que dispuesto a decirle a toda la aldea la verdad, y acabar con toda esta farsa, pero ya no se puede hacer nada.

—No es cierto... —levanta la mirada, encontrándose con los ojos melancólicos de su sensei—. Pueden ambos terminar con todo esto, explicarles a sus hijos lo que ocurrió, tal vez lo entiendan...

—No Kawaki... —interrumpe al menor—, esto es una decisión que tomamos nosotros hace mucho tiempo, conocíamos los riesgos y lo que sacrificábamos, pero aun así lo hicimos. Era por el bien de la aldea.

—Si la aldea —repite amargamente, alejándose del Uchiha—. La aldea que los desprecio a ambos, la misma aldea que margino a tu hermano, la misma aldea que le arrebato sus padres al Séptimo y los tuyos, ¡La misma maldita aldea que te quería muerto! —suspiro, intentando calmarse—. ¿Por qué sacrificar sus vidas por una aldea que solamente los ha lastimado desde siempre?

—Porque su hogar —responde con una sonrisa triste en el rostro—. El siempre ha amado a la aldea como si fueran su familia. Si, el perdió a sus padres en esta aldea, pero fue por culpa de alguien de mi propio clan... la aldea lo despreciaba por el jubi en su interior, pero cuando el vio que necesitaba ayuda... yo lo aleje, cuando vio que perdí el camino, lucho con uñas y dientes para que volviera... —levanto su mirada al cielo—. Pero yo siempre lo aleje, lo lastime en más de una forma, y aun así el me perdono, perdono a la villa, incluso juro protegerla desde que decía de niño que quería ser Hokage... es capaz de dar su propia vida por esta aldea.

—Y tú también... darías tu vida, solo por él. Diste tu propia felicidad por él.

—Era el pago que debía dar por todo el daño que le hice... se lo debía —suspira—. No dejaría que el solo sacrificara su felicidad por la villa.

Tras decir eso, ambos se quedaron en completo silenció.

Kawaki al escucharlo prefiero dejar el tema, sabía lo orgullosos que eran tanto el Séptimo como el Uchiha, la prueba misma eran sus familias, pero aun sabiendo toda la historia y las razones de esta, no soportaba ver la tristeza en los ojos de ambos ninjas.

Por esa misma razón él tampoco había visitado muy seguido al Uzumaki; simplemente se quedaba en la entrada de la puerta, apoyado en la pared. No entraba completamente a la habitación, y cuando lo intentaba, solamente se encontraba con la cara de desilusión del Naruto.

Él nunca tuvo una familia, fue criado por la organización Kara y marcado por el Karma de Jigen, pero desde su llegada a la aldea y por la amabilidad y simpatía del Séptimo, por primera vez se sintió... completo, sintió por primera vez que era una familia, tanto por el Uzumaki como por su esposa y sus hijos. Pero no pasó mucho para que se diera cuenta de la farsa, veía como Naruto miraba a Sasuke, su tiempo juntos... vio la verdad.

Desde ahí todo se desborono, tras el coma del Hokage y la escena en la torre Hokage, él se acercó más a Sasuke, conociendo no solo la historia del Uchiha, sino también la de su primer mentor y el gran sacrificio, que ambos tuvieron que hacer.

No soportaba la farsa, quería de alguna forma ayudar a los dos tanto como ellos lo ayudaron, ya que no solo le tenía un gran aprecio a Naruto, sino también a Sasuke.

Fue así como se ocurrió una idea.

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El aire entraba libremente por la ventana, moviendo en una ligera danza las cortinas que se encontraban a los costados, permitiéndole al rubio en la habitación apreciar la vista que le otorgaba su habitación.

Su esposa ya se había retirado a su hogar desde hace unas horas, Sakura se había despedido de el antes de irse a su casa. Era el único en la habitación.

Era ya de madrugada, y el lo sabia perfectamente, pero su cuerpo no tenía ni la mínima intención de descansar, había descansado lo suficiente estando en coma, pero su compañera aun insistía en mantenerlo en el hospital. Suspiro, apoyando su cabeza en su mano.

La noche estaba increíblemente oscura, siendo su única compañía la luna, que se encontraba brillante en el cielo, siendo la única fuente de luz que evita que el cielo este en completa oscuridad. Una vista que para el Uzumaki era mas que cautivadora, y que le recordaban, a la mirada de la persona que tanto espera.

El silencio en la habitación se vio interrumpida por el sonido de la puerta.

Al escuchar, Naruto voltio rápidamente, encontrándose con la mirada de Kawaki, sorprendiéndolo.

—Kawaki... ¿Qué haces aquí? —pregunta el mayor.

El menor no respondió, si no que entro a la habitación y se acercó a la cama del rubio, y extendiéndole su mano dice:

—Hay un lugar al que debe ir, Séptimo.

El mayor, aun sorprendido observa la mano entendida del castaño, quien tiene una expresión tranquila en su rostro. Algo raro en él, ya que siempre tenía una expresión seria. Y lo mas extraño era que estuviera en su habitación a esa hora, ya que desde que despertó Kawaki no había entrado a su habitación, si no simplemente se quedaba afuera.

Aun con dudas, el Uzumaki toma la mano del menor.

Kawaki a continuación, prosiguió a acercarse más y colocando su brazo en la espalda del mayor, ayudándolo a levantarse de la cama.

Naruto al principio no podía sostenerse solo, sus piernas estaban algo débiles, pero gracias a Kawaki pudo caminar hasta salir de su habitación, siendo guiado por el menor, a algún lugar del hospital.

Al poco tiempo el mayor se dio cuenta de que se dirigían a la azotea, inmediatamente volteo a ver al moreno, quien lo vio con esa expresión calmada que aun tenia en el rostro. Sonrió, y siguió caminando.

Subieron los escalones y fue Naruto quien abrió la puerta, encontrándose con la persona que tanto quería ver.

Sasuke se encontraba de espaldas, frente a la cerca, observando la brillante luna.

El rubio observo al moreno, quien inmediatamente entendió la situación y soltó al mayor, retirándose del lugar.

Ahora solamente estaban ellos dos.

Naruto lentamente camino hasta el Uchiha, deteniéndose hasta que estuvo al lado de él, observando la vista.

Ambos se encontraban en completo silencio, uno que ninguno quería romper. El único sonido era el de las hojas de los árboles, siendo balanceadas por el aire fresco.

Inevitablemente, el rubio cerro los ojos disfrutando de la sueva caricia el aire, como de la cálida compañía del azabache.

Sasuke, quien no había hecho ningún movimiento hasta ahora, giro su cabeza, observando la expresión tranquila de su compañero. Naruto abrió los ojos y giro también su cabeza, cruzando su mirada con la del Uchiha. Sonrió, sin poder evitarlo y recibiendo una pequeña sonrisa del contrario.

Ambos, disfrutando de la oscura noche, perdiéndose en la mirada del contrario, y disfrutando de la cálida compañía... que tanto les había echo falta.

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Observo la escena frente a ella, sin ninguna expresión.

Le había costado toda su cautela para que su padre no la detectara y más, por el hecho de que Kawaki estaba con él.

Le había dicho a Boruto que juntos investigarían lo que estaba ocurriendo con sus padres, pero no podía esperar más, tenía que saber, y... lamentablemente, entendió las palabras dichas por su compañero, horas antes.

Al final, Kawaki tenía razón...

"... ustedes también lo saben, solo que simplemente no aceptan lo obvio"

... ellos siempre lo habían sabido.