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Sentía el agua alrededor de él...

Esta era tibia, tranquila y para su sorpresa, no se estaba ahogando...

No supo exactamente dónde estaba y mucho menos como había llegado a ese lugar, pero de algo si estaba seguro... había estado antes ahí. De alguna manera, ese sitio le era muy familiar, pero no lograba recordar de donde o cuando estuvo antes ahí...

Sus recuerdos en si eran confusos...

Estaba en la torre Hokage, firmando papeles como cualquier otro día: pero después de ese lapso nada... Entonces ¿Qué hacía ahí? ¿Por qué se sentía asi?

Intento abrir sus párpados cuando el silencio del lugar fue interrumpido por movimiento del agua siendo empujada, como de pisadas... estas eran rápidas y constantes que solo aumentaron a su dirección. Al principio eran lejanas, pero al poco tiempo estas empezaron a escucharse más cerca, incluso diría que estaban arriba de él...

De golpe escuchó su nombre.

—¡Naruto! —escucho un sonido, como el de una pared siendo golpeada y después escucho de nuevo esa voz—. ¡NARUTO!

Conocía esa voz, claro que la conocía... era la voz de la persona más importante para él...

Era la voz de Sasuke...

Intentó abrir los ojos de nuevo, pero no lo logro. Extrañado intento mover sus brazos para ver qué ocurría, pero tampoco podía moverlos.

Desesperado, intento mover cada parte de su cuerpo sin éxito alguno; aun así volvía a intentarlo... una y otra y otra vez; pero el resultado era el mismo, no se movía en lo absoluto, salvo el agua que lo rodeaba que lo mecía suavemente...

Durante ese tiempo escuchó la voz de Sasuke y de alguien más, claramente teniendo una charla... pero las palabras no las alcanzaba a entender, apenas lograba entender nombre la cual era dicha por el moreno. Después más sonidos que no sabía que no lograba identificar la fuente, pero de repente... no se escuchó nada... Eso solo lo asustó...

No podía quedarse en ese lugar, debía de salir de cualquier manera, debía ir tras Sasuke...

Intentaba una y otra vez moverse. ¡Pero le era imposible! Sentía que ese ya no era su cuerpo, no podía manejarlo...  

El silencio de lugar era casi asfixiante...

No podía quedarse solo, debía de salir de ahí, debía de ir tras él. Quería ver de nuevo a Sasuke...

y con ese último pensamiento... pudo abrir los ojos.



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Eran aproximadamente las 8 de la mañana, el sol ya había salido hace un par de horas. 

Como todos los días durante dos meses, Sakura caminaba por los pasillos del hospital con una bandeja llena de medicamentos, en dirección a la habitación de su compañero; a diario Naruto recibía terapias de chakra por parte suya o de Tsunade, más unos medicamentos que le eran inyectados dos veces a la semana.

Esta rutina lo habían hecho desde que los exámenes confirmaron el estado crítico del Hokage. Desde entonces ella y Tsunade iban a la habitación, esperando que algún día el Uzumaki apareciera sentado en la cama, con esa sonrisa tonta que tanto lo caracterizaba... pero con el paso del tiempo, sus esperanzas comenzaron a desaparecer.

Naruto no daba señales de mejoría, aunque tampoco mostraba señales de estar empeorando. Eso era lo único positivo de la situación.

Además, desde que el rubio cayo en estado de coma Sasuke no ha ido a ninguna misión. Incluso visita muy regularmente a Naruto, encontrándoselo siempre en la habitación de su compañero, apoyado al lado de la puerta.

Suspiro. En esta ocasión su esposo no se había levantado de su cama, aunque no le extrañaba demasiado, luego el Uchiha se iba todo el día a entrenar a los niños, pero en esta ocasión noto que su nivel de chakra estaba algo bajo, aunque no le tomo demasiada importancia ya que tenía que ir al hospital.

Llegó a la puerta, tomo la perilla y entro a la habitación.

Su compañero seguía en el mismo lugar con los ojos cerrados, acostado en la cama.

Caminó hasta él y colocó la bandeja en la mesita de noche. Giro su mirada a la ventana, notando que esta estaba cerrada, algo raro, ya que siempre se mantenía abierta, o al menos un poco para que el aire entrara. Se acerco y retiró las cortinas, permitiendo que la luz del sol entrara, abrió la ventana llenando el lugar con el olor fresco de la mañana.

Regreso su mirada hacia su compañero, notando que los rayos del sol le daban directo en el rostro. Sonrió de lado "Así al menos no tendrá la piel tan pálida" pensó, caminando de vuelta a la cama; tomó una de las medicinas y comenzó a llenar una jeringa...

—Sakura-chan... ¿No podrías cerrar las cortinas? —dijo una voz que no había escuchado en mucho tiempo.

Dejó de moverse y sus ojos se abrieron como platos. Rápidamente giro su cabeza, rogando a kami que su mente no estuviera jugado con ella.

En la cama se entraba Naruto, completamente despierto y con su cabeza ligeramente levantada de la almohada. En su mano izquierda tenía sosteniendo la mascarilla (la cual se había retirado para poder hablar) y con su mano derecha intentaba tapar los rayos del sol que tocaban su rostro.

Sakura se alejó dejando caer lo que tenia entre sus manos, rompiendo la ampolleta.

Las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos.

—Na..ruto...

—Sakura-chan... creo se te cayo eso, dattebayo —señaló la medicina que estaba rota en el suelo, mientras que se sentaba en la cama.

—Naru..to..

—¿Sí? Soy yo Sakura ¿Acaso no reconoces al Hokage? —dijo en tono de broma, mostrándole una sonrisa de lo más radiante.

—¡NARUTO!

La peli rosa rápidamente corrió hacia él y atrapándolo en un fuerte abrazo, mismo que el rubio correspondió y la mujer por fin sacó las lágrimas que tenía contenidas.

—Sakura-chan... creo que me estoy ahogando...

De repente una enfermera entro a la habitación por el repentino grito de su doctora.

—Señorita Sakura ¿Que ocur... —no termino de formular su pregunta, ya que frente a ella veía a su Hokage despierto, siendo abrazado por la doctora—. Hokage-e...sama ¡HA DESPERTADO!

Con el grito muchos de los empleados del hospital corrieron a la habitación, donde comprobaron que efectivamente, el Séptimo había despertado. Varios de los presentes comenzaron a abrazarse, alegres de que su Hokage despertara; otros lloraban de felicidad. Otros en cambio se fueron de la escena para informar a toda la aldea que por fin: Naruto Uzumaki había despertado.

Mientras tanto, Sakura no había soltado en todo ese tiempo a Naruto, quien a duras penas podía respirar.

—Sa-a...kur-ra..chan... ya-a...no pue-edo re-espi..rar...


.。.†:*・゜.。†.:*・゜


Sasuke estaba corriendo a toda velocidad en dirección al Hospital de Konoha.

No supo exactamente cuándo llegó al hospital, había ignorado a todo el mundo y no le podía importarle menos, solo quería llegar rápidamente.

Corría lo más rápido que sus piernas le permitían por el edificio y cuando estuvo cerca de la puerta se detuvo abruptamente en el pasillo, notando que la entrada estaba abierta; permitiéndole ver los rayos de sol que salían de la habitación.

Cerró los ojos por un momento y suspiro, calmándose. Volvió a abrirlos caminando a paso firme hasta la puerta.

Su vista se nublo por un segundo a causa de la luz, pero rápidamente regresó, siendo recibido por los rayos del sol que le daban de lleno en el rostro. Lo cual lo hubiera molestado, si la imagen frente a él no hubiera sido más importante que la luz en su cara.

Su cuerpo se llenó con una sensación calidad, haciendo que inevitablemente formará una pequeña sonrisa en su rostro.

Frente a él, Naruto se encontraba despierto, sentado tranquilamente en la cama sin respirador. Con la mirada clavada en la ventana; dándole la espalda a la puerta, pero dando una vista de lo más brillante, ya que la luz del sol hacia resaltar su cabello rubio, haciendo que este brillara como el mismísimo sol, si no es que más.

De repente, giró su rostro a su dirección, encontrándose con los ojos de la persona que tanto quería ver.

El color negro obsidiana chocó con el azul cielo y en ese momento... el tiempo se detuvo para ambos.

En el lugar solo estaban ellos, el sonido como la habitación en donde estaban habían desaparecido. Sólo tenían sus miradas fijas en ellos... nada les importaba ni siquiera respirar, olvidando incluso de parpadear.

Sasuke caminó lentamente a la puerta, sin despegar su mirada ni por un segundo.

—Naruto...

El mencionado al escucha su nombre sonrío enormemente, llenándolo una sensación cálida y quitándole el sentimiento de vacío que no sabía que tenía. Abrió su boca, teniendo la intención de decir el nombre de la persona que lo miraba con tanto aprecio.

—Sasuk...

—Naruto-kun... —Dice una voz femenina.

Fue en ese momento que recordaron en donde estaban...

El moreno paró de caminar y giro su mirada, observando como Hinata estaba a su lado, con lágrimas en sus ojos y una sonrisa dulce, viendo feliz como su esposo había despertado; notando la presencia de sus hijos detrás de ella. El Uchiha se hizo a un lado, sin decir palabra.

La pelinegra sin importarle lo que pasa a su exterior, corrió rápidamente a los brazos de su esposo y le dio un gran abrazo, siendo seguida por sus hijos, quienes habían llegado tan pronto Shikamaru les aviso que Naruto había despertado.

—¡Otosan! —grito alegre la pequeña al estar a los brazos de su padre, soltando lágrimas de felicidad.

—Oh Naruto... no sabes cuánto te extrañamos.... —susurró la Hyuga, quien no tenía intenciones de soltar al rubio, pensando que tan rápido lo dejara volvería a dormirse.

El mencionado simplemente se dedicó a corresponder los abrazos de su familia, viendo apoyado en la puerta a su primer hijo: Boruto. El menor se acerca a él, extendiéndole el puño.

—Hola... viejo —dijo el menor, dándole una sonrisa a su padre, aguantando las ganas de llorar. Sonrío de lado al escuchar el apodo de su hijo.

Levanto su puño y lo choco con el menor, quien simplemente cerro los ojos regalándole una gran sonrisa, regresándosela.

Abrió los ojos y rápidamente dirigió su mirada a la puerta, esperando ver a su amigo. Su sonrisa desapareció al instante.

Sasuke ya no se encontraba en la puerta, el Uchiha se había ido tan pronto la esposa de Naruto entro a la habitación, salió del lugar en silencio. Solamente vio apoyado en el marco de la puerta a Kawaki, quien veía la escena con una expresión estoica, teniendo el ceño más fruncido de lo normal.

Hace apenas unos minutos que Shikamaru había llegado a su hogar contándoles a todos que Naruto había despertado. Como era de esperarse toda la familia fue corriendo al hospital.

Mientras corrían él había percibido el chakra de Sasuke, moviéndose a toda velocidad hacia el hospital.

Cuando entraron debieron detenerse en la recepción para dar sus nombres; tan rápido todos los dieron corrieron en dirección a la habitación. Fue ahí cuando vio al Uchiha, caminando lentamente a la habitación del Hokage; pero su avance fue interrumpido cuando la Hyuga mencionó el nombre del rubio, haciendo que el moreno se alejara de la puerta y observara entrar a la familia de Naruto a su habitación y viendo la escena por última vez, se giró. Caminando rápidamente con dirección a la azotea.

Fue en ese momento que el entro a la habitación, viendo la razón por la que el mayor se fue.

El Uzumaki  tenía su mirada clavada en la puerta, teniendo la esperanza de ver a su compañero entrar por ella, pero una voz lo hizo volver.

—Ottosan... ¿Por qué estás triste? —cuestionó Himawari, al ver la expresión de su padre.

—No es así Hima —dijo, revolviéndole ligeramente los cabellos a la pequeña—. Es solo que, hace mucho que no los veía...

Kawaki al escuchar la excusa no lo soporto más y salió de la habitación. Sin saber que un rubio lo observaba.

─── ───


Dejó de correr hasta llegar a la azotea, esperando encontrar al Uchiha en el lugar. Pero tan pronto llego supo que era el único ahí.

Suspiro.

Al estar el Nanadaime en coma, el moreno había tomado el papel de profesor en los entrenamientos que tenía con Boruto, incluyendo a Sarada también.

Pero durante esas clases, él era el único que notaba la expresión triste en el rostro del mayor, cada vez que miraba a Boruto.

Durante sus lecciones el Uchiha había mencionado más de una vez que el rubio se parecía mucho a su padre; Boruto no se lo tomaba muy bien algunas veces, pero era verdad. Aunque al ojo azul no le gustara admitir que se parecía mucho a su padre, era cierto y su apariencia hacía que el Uchiha siempre tuviera una expresión melancólica, la cual solo él se percataba, ya que ni  Sarada notaba algo.

Desde entonces él había pasado más tiempo con Sasuke, con la excusa de entrenar y aunque si entrenaban la mayoría de las veces, había ocasiones en la que el Uchiha solo se sentaban en el campo de entrenamiento, haciéndose compañía en silencio o hablando. El mayor se abría con él, aunque no contaba mucho de su vida al principio, más que nada solo le había dicho de algunas batallas; pero un día, él decidió decirle la razón por la que lo consoló, cuando había llorado en la torre Hokage.

Fue ahí cuando Sasuke finalmente hablo.

Él sabía que al Uchiha le había dolido ver esa escena con Naruto y su familia, por eso decidió buscarlo, pero aparentemente el moreno lo que quería era alejarse del hospital.

Camino en dirección a la puerta, le avisaría a los Uzumaki que se iría a entrenar y buscaría a Sasuke.

—¿Qué haces aquí, Kawaki? —pregunto Boruto, quien se encontraba recargado en el marco de la puerta de la azotea. Tan rápido vio que el moreno se fue a la azotea lo siguió, dándole la excusa a su madre de que iría al baño.

El mencionado simplemente se cruzó de brazos.

—No es algo que te interese, Boruto —contesto, caminando hacia la puerta, pero el brazo del rubio le impidió salir.

—¿A dónde vas?

—Abajo, iré a entrenar —contesto, seco.

—Mientes.

—Si miento es problema mío.

—No, si es que se trata del tío Sasuke —supo en ese momento que debía irse.

—No sé a lo que te refieres, Boruto —dijo, intentando quitar el brazo del rubio, pero este lo empujo, alejándolo de la puerta— Oye... ¿Qué te pasa?

—No mientas Kawaki —dijo enojado Boruto—. Los vi ese día en la torre Hokage, tú mismo me viste. El tío Sasuke estaba llorando y tú, la persona menos cercana a él lo estabas consolándolo —reclamo, recordando como el pelinegro lo había corrido de la escena—. Luego, de un día para otro te vuelves más cercano a él, al punto de quedarse a entrenar por horas. Dime la verdad Kawaki ¿Qué sabes?

—Con quien entrene, no te incumbe Boruto —respondió, sin cambiar su expresión—. Y lo que sea que creas que yo sé, no es cierto. Ahora muévete, iré a entrenar.

—¡DEJA DE MENTIR! —grito, ganándose la mirada algo sorprendida del moreno. Estaba harto de que le mintieran, él no era tonto, sabía que Kawaki ocultaba algo; incluso había notado como su tío Sasuke se comportaba diferente al estar con él, como si su presencia le trajera dolor—. Se que no irás a entrenar... los he visto Kawaki. Ustedes apenas entrenan unas horas, pero después se sienta a platicar como si fueran viejos amigos.... —suspiro, calmándose—. Escúpelo de una vez dattebasa, ¿Qué es lo que sabes?... ¿Por qué me mira como si le estuviera haciendo daño? —pregunta lo último en un tono bajo.

Kawaki no supo qué responder.

No había notado la presencia de Boruto cuando estaba con Sasuke y menos que él se diera cuenta del dolor del Uchiha al mirarlo. Suspiro de nuevo. No podía decirle nada a Boruto, no era su responsabilidad ni su historia, pero tampoco quería que volviera a preguntarle algo con esa voz triste. No él.

—No es algo que me corresponda decirte....

—¿De qué hablas? ¿Qué es lo que no puedes contar? —pregunto, notando el cambio de expresión en Kawaki.

—Si tanto te interesa saber, entonces te recomiendo que dejes de ver solo el dolor de tu familia... porque no son los únicos que están sufriendo por esto.

Y diciendo lo último, camino de regreso a la entrada, dejándolo solo y con miles de dudas en la cabeza a Boruto.

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