⭘ ᎓ ⁝┇Cᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 13┇⁝ ᎓ ●

Hinata se encontraba en la cocina de su hogar, terminando de guardar la comida que termino de cocinar en una linda canasta para campo. Eran aproximadamente las 11 de la mañana y hoy le darían el alta a su esposo.

Al terminar de guardar todo, limpio rápidamente una lagrima que escapo de sus ojos ligeramente rojos.

Hace ya dos días que su esposo le dijo su condición, y los resultados finales.

El moriría.

Ella no quería creerlo al principio, de alguna manera su mente quería creer que todo esto era un sueño, que despertaría y esta enfermedad desaparecería, junto con esa maldita organización.

Pero esto era la realidad y debía de afrontar los hechos.

Su amado esposo, el único hombre que llego a amar desde que tiene memoria, el hombre que le dio una hermosa familia... se iría de su lado.

Y esta vez, ella no podría ir tras él.

La antigua Hyuuga lentamente se comenzó a sentar en una de las sillas de su comedor, figando su mirada a las fotos de su familia, las que estaba acomodadas en un mueble y otras estaban colgadas.

Observo cada una de las fotografías con una pequeña sonrisa, ahí estaba ella junto con Naruto y sus dos amados hijos: estaba la foto de su boda; el nacimiento de Boruto; el nacimiento de Himawari; como también el día en que se volvió Hokage.

Pero hubo una foto en especial, una que se encontraba algo escondida entre las demás que provocó que su sonrisa desapareciera. Tomo el marco entre sus manos, con un leve ceño fruncido vio a las dos personas en la fotografía.

Naruto, su esposo se encontraba sonriendo a la cámara y a su lado se encontraba uno de los últimos Uchiha, Sasuke. El Uzumaki tenía su brazo izquierdo sobre los hombros del moreno, quien tenía una leve sonrisa en la comisura de sus labios y mantenía los ojos cerrados.

Esta foto en especial la había sacado Sarada, tiempo después de que su padre vino a visitarla en la aldea. Junto a la fotografía de ella y sus padres saco otro par, siendo esta una de ellas. La joven Uchiha vino y se la dio personalmente a Naruto, quien inmediatamente la coloco en un marco, uno que el mismo compro especialmente para esa foto.

No había comentado nada sobre el asunto, no quería admitirle a su esposo cuanto desconfiaba de su amistad con el Uchiha... y la razón era una.

Sabía que su esposo no la amaba a ella... lo supo desde el día su boda.

Ella y Naruto estaban disfrutando la fiesta, era tarde y la noche rápidamente se acercaba a la aldea. Mientras ella conversaba felizmente con su esposo, después de disfrutar de un agradable banquete, Sakura se había acercado a ellos y les dio una nota... una nota que rompió su corazón.

Recordaba ese momento como si fuera ayer.

La peli-rosa le acerco la nota a su esposo y el la tomo, con clara curiosidad en su mirada, lo observo desdoblar la pequeña hoja y ver una sola palabra escrita en ella.

"Felicidades"

Su amiga rápidamente le informo al Uzumaki que, hace unas horas un águila le había dado el mensaje. Una de las invocaciones de Sasuke.

Los ojos del rubio estaban fijos en la pequeña hoja entre sus manos y mientras escuchaba las palabras de su antigua compañera de equipo, su rostro mostro una sonrisa.

Ella conocía esa sonrisa.

La había visto contadas veces en su vida, pero la reconoció demasiado bien.

Era la sonrisa dedicada únicamente a Sasuke.

Era una sonrisa de amor...

Durante su vida como genin, había visto desde lejos a Naruto muchas veces, maravillada por aquel niño.

Muchas veces lo había visto junto al equipo 7 y había visto cada sonrisa que el Uzumaki le dedicaba a su equipo; con Kakashi siempre era una sonrisa emocionada o infantil; con Sakura era una sonrisa de alegría, (a veces unas emocionadas o esperanzadas, cuando le proponía hacer algo juntos). Pero con Sasuke siempre fue distinto. A diferencia del resto de su equipo, al momento de saludar o despedirse del Uchiha, Naruto lanzaba una sonrisa única.

Cuando mostraba esa sonrisa las comisuras de sus labrios se agrandaban, como con todas sus sonrisas, pero hacían una pequeña curvatura mostrando calidez y cariño en su rostro; sus ojos se volvían más vivos mostrando un azul mucho más intenso, como si se trataran de un azul zafiro en vez de su clásico color cielo, también aparecía un pequeño rubor de color rosa pálido en sus mejillas, su tono de piel no lo hacía ver tan fácilmente pero ahí estaba y miraba únicamente en dirección a Sasuke, solo a Sasuke...

A pesar de sus peleas, de su obvia competencia y rivalidad, nunca faltaba esa sonrisa en su rostro en cada despedida y en cada saludo.

En un comienzo no sabía que quería decir esa sonrisa, pensaba que se las daba a personas que eran importantes a él, pero esa razón quedo descartada después de ver su interacción con el resto de los 11. Naruto siempre decía estar enamorado de Sakura, así que... ¿Por qué no le mostraba esa mirada de cariño a ella? ¿Por qué a Sasuke? ¿Por qué solo a él?

El día que Naruto se confesó a ella, vio una sonrisa parecida en su rostro, una sonrisa que jamás vio y que solo se la dio a ella. Y cuando le dijo que le quería tras la misión de Toneri, verdaderamente pensó que había entrado en su corazón... pero se equivocó.

Ver esa sonrisa, solo por la mera mención del Uchiha le dio la respuesta a su pregunta. Esa sonrisa era únicamente para Sasuke porque era una sonrisa de amor... Naruto amaba a Sasuke, no ha ella.

Durante el resto de la fiesta observo a su esposo con mucho cuidado y de vez en cuando lo observaba mirar el suelo, especialmente cuando se hizo de noche, donde las estrellas se pintaban en el cielo oscuro y la luna resplandecía con su luz blanca, iluminando un poco la oscuridad de la noche.

No necesitaba preguntarle a Naruto en quien pensaba, ella ya sabía la respuesta.

Ante el recuerdo, Hinata apretó más fuerte el marco entre sus manos.

Ese día, se juró a ella misma, que durante su matrimonio ella haría todo lo posible para que Naruto le diera esa sonrisa de amor a ella, y solamente a ella.

Desde entonces, se dedicó como nunca a su vida de casada. Apoyo a su esposo en sus metas, le dio dos hijos maravillosos y ella y su familia estuvieron a su lado el día en que su sueño se volvió realidad. Era el Hokage de Konoha.

Pero esa sonrisa aun no aparecía...

El día de su boda él lo mostro, pero fue solamente por la mención de Sasuke.

El día en que nació Boruto estaba extasiado de felicidad, pero no mostro esa sonrisa.

Cuando nació Himawari fue igual.

El día de su ascenso a Hokage no estaba, sus hijos habían decidido pelear ese día y su hija menor sin querer noqueó a su padre. Estando solamente un henge en el evento y en las fotografías.

Han pasado años y a pesar de todos sus esfuerzos, de a ver dado todo de ella... Naruto jamás le ha dado lo único que ella ha querido en su vida.

Su amor.

Y ahora, la muerte se lo llevaría y ella no podía evitarlo.

—¿Por qué Naruto-kun...? —preguntó en voz alta, aun mirando la fotografía entre sus manos—. ¿Qué es lo que él tiene que yo no?... Te lo he dado todo... él nunca te ha dado nada... solo te lastimo y.. —cerro los ojos fuertemente, conteniendo sus lágrimas—... y a pesar de eso, lo sigues mirando solamente a él... ¿¡POR QUE!?

Despotrico la mujer en voz alta, sabiendo perfectamente que nadie se encontraba en su casa y que nadie la escucharía.

Sabiendo que, si seguía con ese marco entre sus manos lo terminaría rompiendo, lo dejo rápidamente en su lugar anterior dando un largo suspiro se dirigió a la cocina, dejando el tema de lado.

Después de todo, tenía solo unos minutos para ir por su esposo al hospital y el tiempo era esencial. Mentalmente comenzó a enlistar todo lo que necesitaría para el pequeño día de campo.

Puede que el shinigami se lleve a su esposo, pero en el poco tiempo que les quedaba juntos, ella se encargara de hacerlo lo más feliz posible. Después de todo ella es su esposa, y eso nadie se lo puede arrebatar.

Tal vez no tenga el amor de Naruto, pero se asegura de tener todo el tiempo que le quedaba, ella y sus hijos. Ni siquiera eso se lo podía quitar el Uchiha.

Tenia que terminar con sus preparativos rápido, recogería a sus hijos y a Kawaki de la casa de su padre en el camino.

Tan absorta estaba en sus pensamientos que apenas noto que estaban tocando la puerta de su hogar, solo hasta el tercer toque fue que se percató del sonido proveniente de la entrada.

Rápidamente sacudió su ropa, alisando las arrugas casi inexistentes e inmediatamente se acercó a la puerta, mostrando la dulce sonrisa que siempre adornaba su rostro. Tomo la manija de la puerta y la abrió, aun teniendo la mirada en su ropa.

—Buenos días a ust... —se vio en la necesidad de para su saludo, tan pronto vio de quien se encontraba frente a ella—. Naruto-kun...

Su esposo se encontraba parado en la puerta, quien le estaba regalando una pequeña sonrisa siendo detallada un poco mas por el cabello largo que tenía ahora. Le comentaría a su esposo que debería cortárselo ese mismo día.

—Naru... debiste esperarme en el hospital, aun te encuentras débil —no pudo evitar regañarlo.

—Hinata, estoy perfectamente bien. No debes... —comenzó el rubio, pero no le dejo terminar.

—Lo entiendo, pero deberías a verme esperado. Los niños ahora se encuentran en el complejo Hyuuga —le aviso al rubio, girándose para caminar en dirección mesa de la cocina—. Tenía planeado pasar por ti y luego por los niños... arregle todo para un pequeño día de campo juntos...

—Hinata, espera —la interrumpió esta vez Naruto con voz firme.

La mujer rápidamente se detuvo en medio del pasillo, cerca de las escaleras del segundo piso. En ese mismo momento, al analizar mejor las palabras del rubio se dio cuenta que su esposo no le había dicho *Hinata-chan* como siempre la llamaba, además de a verla interrumpido, algo que no había hecho en años. Algo estaba pasando...

Giro sobre sus talones, dispuesta a preguntarle a su esposo que era lo que pasaba. Además de también preguntarle cómo fue que salió del hospital sin compañía de nadie.

Tan rápido fijo su mirada al Uzumaki, sus preguntas fueron respondidas inmediatamente... depositándole también un sentimiento de pavor.

Aun en el marco de la puerta se encontraba su esposo, el hombre mostraba una expresión seria, pero a la vez decidida, acompañada de un extraño brillo en los ojos... uno que no había visto en esos orbes de color azul desde que se casaron.

Pero lo que más la asusto fue la segunda persona detrás de él.

Sasuke Uchiha se encontraba parado estoicamente detrás de Naruto, el moreno no portaba ni su capa ni su espada, mostraba una expresión seria en su rostro lo normal en el... pero sus ojos... por primera vez la mujer pudo ver en esos ojos oscuros un sentimiento que jamás creyó él tendría en su vida.

Paz.

En ese momento, las manos de la oji-perla se comenzaron a cerrar lentamente, volviéndose puños.

—Es momento de hablar —exclamo Naruto, mirándola fijamente a los ojos, sin mostrar ningún signo de vacilación en su voz.





"En el amor y en la guerra todo se vale, menos arrastrarse.

En la guerra se muere de pie y en el amor se dice adiós con dignidad"

—Charles Bukowski

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