Capítulo 3
Naruto caminaba sosteniéndose de la pared de la cueva con dificultad, sus piernas eran débiles en ese momento, había usado su poca energía para desmayar al guardia, lo había dejado encerrado tomando su lugar, por lo menos mientras lograba hablar y pedir ayuda, creerían que era él. Mientras caminaba pensaba, necesitaba eliminar el maldito sello de chakra en su cuerpo, no sabía cómo demonios hacerlo, no tenía chakra, no tenía conocimientos en fuinjutsu, pero eso ahora mismo no era prioridad, no era idiota, con el sello de limitación de chakra, tampoco ellos podían sentirlo, era un simple civil, sólo debía ocultar su imagen al salir de ese lugar.
Observó el final de la cueva, lo difícil comenzaría en ese momento, la prisión de sangre estaba frente a sus ojos, podía recordar ese maldito lugar a la perfección, antes de la guerra las aldeas ya habían mostrado indicios de traición, lo habían entregado para que el maldito loco de Mui liberara al demonio del lugar. Giró su mirada, la luz comenzaba a llegar a su pupila, caminó lentamente adaptándose con calma, daba un paso a la vez cerrando y abriendo sus grises que dolían esperando poder adaptarse, mientras la luz comenzaba a cubrir su rostro, sonrió como si nunca lo hubiera hecho, la recibió con ansiedad y desesperación, parpadeó sin querer parar de ver la luz, veía todo como si fuera nuevo.
Con el filo de su mirada vio a los guardias acercarse a un pequeño disturbio, sacudió su mente afilando su mirada, comenzó a recordar aquella vez que casi escapa del lugar por los acantilados, estaba por dirigirse a esa zona cuando vio cómo metían en sus celdas a los reclusos, una puerta más se abría del otro lado del patio, un grupo de cinco hombres entraban a la cocina con cajas llenas de alimentos, analizó un momento sus posibilidades, los guardias estaban alerta por la presencia de los foráneos, el camino hacia el acantilado estaba custodiado al ser el lugar que los reclusos preferían para huir, giró sus grises lentamente, los abrió al recordar, esperó algunos momentos en el lugar viendo cómo entregaban las cajas los repartidores mientras los guardias los apuraban.
Naruto vio que la atención de los guardias estaba en las celdas, los foráneos y las salidas posibles, se dejó caer al suelo, comenzó a gatear con velocidad evitando ser visto, la entrada a la cueva no estaba lejos de las escaleras a las oficinas de Mui, en cuanto dio la vuelta en el pasillo se levantó, comenzó a subir las escaleras con cuidado arrastrando su cuerpo con debilidad por cada escalón sosteniéndose de la pared hasta llegar a la torre, respiraba agitado.cada maldito paso era una agonía, se dejó caer en el suelo del campanario, respiraba con desesperación tratando de recuperar un poco de fuerza, giró sus grises afilados, escuchó pasos de dos guardias, de inmediato se ocultó tras un muro- toca la campana en dos minutos para avisar que pueden salir de sus celdas, ya se van los repartidores- el segundo guardia asintió viendo como el primero regresaba, la gente de la entrega de cajas de comida salió retirándose de la prisión.
Naruto observó como todos los guardias vigilaban la salida y las rutas de posible escape, el líder de la prisión estaba al centro del patio, lamió sus labios con ansiedad, era su momento. Mientras el guardia tocaba la campana para avisar que ya podían salir de las celdas, el rubio se escabulló por una puerta, la recordaba perfectamente, era la oficina del líder de la prisión, sin dudarlo caminó directamente a la pintura tras el escritorio, tocó la orilla del marco con cuidado buscando un pequeño botón en el lugar, la última vez que estuvo ahí, de esa manera descubrió todo el plan de Mui para despertar al demonio. El cuadro se abrió, con velocidad se introdujo dentro del pasaje, cerró el cuadro a su espalda, escuchó como alguien entró en la oficina, estaba acompañado, se detuvo evitando hacer ruido- cada día llegan más reclusos, si seguimos así, terminaremos por crear otra prisión de sangre- escuchó un pequeño silencio, el segundo sujeto carraspeó un poco, soltó el humo en sus pulmones- es verdad, ya nada es como antes, desde la guerra todo es diferente, aún no entiendo, la Hokage era alguien realmente poderosa, ser asesinada tan fácilmente-
Naruto abrió sus ojos con terror, sus manos comenzaron a temblar, tapó su boca evitando soltar un suspiro, sus lágrimas cayeron por sus azules, su abuela no lo había traicionado, la asesinaron, sus ojos se hicieron aún más grises, negaba con dolor y frustración. El líder de la prisión con velocidad habló -es pura mierda, creímos que todo había acabado cuando despertamos del Tsukuyomi, ahora vivimos bajo el yugo de ese mocoso mimado, su clan siempre ha causado conflictos, esa maldita guerra la iniciaron los suyos y ahora- apretó sus puños con frustración, golpeó con coraje el escritorio.
Naruto negó lentamente al entender de quién hablaban, no podía ser cierto- ni siquiera su aldea pudo detenerlo, escuché que es la más afectada, al parecer se dividió, una gran parte se rindió ante su poder y otra escapó, los aldeanos son idiotas, creen lo que les dicen, los que han huido se regaron por los distintos países, ahora son cazados, se ocultan del mundo- Naruto apretó sus puños con coraje- tenemos que resignarnos, mientras seamos obedientes, nuestro trabajo continuará, aunque no nos guste, al final somos simples shinobis recibiendo órdenes- un enorme suspiró se escuchó en el escritorio, el líder de la prisión negó con frustración -es verdad, no podemos hacer nada, es demasiado poderoso, aún si quisiéramos, cada movimiento rebelde ha sido sometido, no es sólo su poder y lo sabes, tiene demasiado apoyo y control en el mundo- ambos negaron con fastidio.
Naruto apretó sus puños con coraje, su mirada gris se hizo aún más afilada, más fría, todo el coraje que había recolectado por años comenzó a juntarse, pensaba escapar, obtener su libertad, había pensado tal vez simplemente vivir ¿pero esto? negó lentamente temblando en coraje, levantó su mirada fría, se las pagaría el hijo de puta y cada uno de los traidores que estaban de su lado, ese desgraciado aprovechó su debilidad y el chakra que usó en la guerra para encerrarlo en un maldito hueco y asesinar a su abuela, la vengaría, encontraría la forma de hacerlo, se dio la vuelta decidido, comenzó a caminar débilmente nuevamente, cada paso sumaba más coraje en su corazón.
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