Capítulo 12
Mitzuki abrió sus ojos bastante al reconocer su voz- ¡hijo de puta! por fin te encontré -activó el poder completo del sello de maldición. Naruto no lo dejó avanzar, levantó sus manos, con gran habilidad desenvainó los dos tantos de Itachi a su espalda, los enterró en el pecho y cuello del sensei. Mitzuki cayó nuevamente, perdió la transformación, susurró con debilidad escupiendo sangre- mal… dito te juro… que pagarás -su vida se extinguió lentamente.
Naruto se cercioró que no tuviera pulso, se levantó pateando su cuerpo -hijo de puta, gracias a kami eras un bastardo, arrogante y confiado- sonrió con maldad -la tercera era la vencida, ahora sí te moriste- sacudió su ropa, recuperó los senbon, los kunais, el cable ninja, no podía desperdiciar nada, giró su mirada -salgan de ahí, debemos irnos o más podrían venir- la señora con los niños salió del hueco en el árbol, observó al rubio con sorpresa, lo analizó con cuidado observando sus ojos y cabello, la vio cargar a su marido -¿eres un shinobi?-
Naruto apretó el ceño- no más -la señora lo veía con cuidado- eres una chica increíble -el rubio parpadeó con sorpresa, sacudió su mente, la gente era malagradecida, su tiempo en la oscuridad debía darle una lección, guardó silencio avanzando por el bosque -¿cómo te llamas?- el menor guardó silencio -¿te molesto? lo lamento, hablo mucho- sonrió con vergüenza rascando su nuca-
Naruto parpadeó, por un momento la imagen de su madre vino a él, mordió su mejilla con dolor, la señora se parecía bastante a ella, como quisiera poder tener cerca a sus padres, toda su vida le habían hecho falta, habló con duda- no me molesta, alguna vez fui igual- la señora parpadeó con duda, la mirada del chico era fría, había dolor en sus ojos, apretó el ceño analizando al chico- me llamo Kasumi- el Uzumaki levantó sus grises buscando un nombre que no tuviera alguna relación con él para poder dar -Tomoyo- la castaña sonrió amable- gracias por salvar nuestra vida, arriesgaste la tuya por unos desconocidos, debes tener un enorme corazón -el rubio no respondió, ese maldito corazón era el que lo había llevado a su destrucción, odiaba sentir que aún era débil.
Continuaron caminando hasta la aldea donde la gente los recibió con una sonrisa, el médico del lugar atendió al herido, el líder de la aldea, Osaka, se acercó. Naruto lo observó, era un anciano con evidente daño en su pierna, la tenía paralizada, uno de sus brazos estaba quemado y su rostro tenía cicatrices, el ojo derecho estaba blanco, no tenía vista en él, usaba bastón para caminar, parecía haber sido shinobi y haber tenido alguna batalla en la que casi perdió la vida, su rostro a pesar de ser amable mostraba inteligencia, experiencia, su cabello blanco era largo al igual que su bigote y larga barba, había algo familiar en él para el rubio -te agradezco salvar a mi nieta y su familia, constantemente somos asediados, siempre estaremos en deuda contigo -la aldea aplaudió con emoción.
Naruto asintió incómodo recordando por un momento como Konoha le gritaba héroe cuando los salvó de Pain, hipócritas pensaba -vamos, quédate a comer, te hospedaremos gratis- el Uzumaki vio con sorpresa Kasumi saliendo de sus pensamientos, negó -no creo que sea buena idea- la castaña negó -nada de eso, eres nuestra heroína, con confianza -Osaka sonrió al ver la alegría de su hija -vamos niña, acepta o no se rendirá -Naruto sonrió ligero un poco incómodo- gracias-
Osaka observaba con cuidado a la chica, afiló su mirada- te pareces a ese chico -el rubio se puso algo tenso- ese chico era un héroe- Naruto negó dando a entender que no comprendía. Osaka sonrió amable -a muchos de aquí nos salvó la vida en aquella guerra, estamos agradecidos, muchos en el mundo le dieron la espalda, estoy seguro que ese sujeto lo traicionó- Naruto giró su mirada gris hacia la nada perdido en sus pensamientos, el líder de la aldea veía con cuidado al Uzumaki pensando con agudeza, su mirada le daba esperanzas a pesar de ser fría -los rumores de su regreso son cada vez más fuertes, ese día nos uniremos a él, estoy seguro que nos salvará de ese maldito opresor, sólo él puede hacerlo-
Naruto abrió sus grises con sorpresa, giró su mirada a la gente que sonreía alrededor de los niños y Kasumi, la aldea estaba oculta entre el bosque y una barrera de roca, evidentemente un cráter, en la entrada había una cueva oculta que los transportaba a ese pequeño cráter lleno de naturaleza y vida, era obvio que se escondían del exterior a pesar de ser shinobis, sonrió ligero al encontrar más gente que no le había dado la espalda.
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