Una gota de agua caía constantemente en espacios de dos segundos de manera lenta y hostigante, un débil ser podía escuchar el choque del diminuto cuerpo de agua estrellarse con el suelo de tierra y piedras, giró sus grises tratando de definir algo más que esa oscuridad y la pesada puerta metálica a poca distancia suya, cerró lentamente sus ojos, nuevamente esa gota de agua caía, había dejado de ser irritante hace tiempo, el ruido de su caída se volvió su única compañía en esos últimos años, había perdido noción de la realidad y el tiempo, suponía que tenía años en el lugar por el ligero crecimiento de su cuerpo, giró su mirada, sintió un insecto caminar por su pierna, simplemente lo ignoró, era común que sucediera, ya ni siquiera tenía energía para alejarlos de su cuerpo.

Cada día sentía que se perdía más a consecuencia de la soledad y la oscuridad en la que lo habían hundido, habían bloqueado su red de chakra y la del bijuu aprovechando que perdió la conciencia después de la guerra, no sabía qué había sucedido exactamente, simplemente despertó en ese lugar, nadie le explicó, nadie le dio razón, nadie hablaba con él, ni siquiera los bijuus. El sello en su cuerpo también limitaba su comunicación, el zorro estaba dormido en su espacio mental, había tratado de despertarlo, pero su voz no llegaba a él. Hace tiempo se había rendido, había dejado de intentar escapar después de las dolorosas golpizas, no le quedaba energía para volverlo a intentar, su fuerza en esa condición se limitaba a la de un bebé.

Cerró sus grises tratando de recordar ese último día cómo tantas veces había rememorado antes. Sasuke y él estaban agotados después de realizar el sello de la rata para despertar del Tsukuyomi infinito a la humanidad, al finalizar el jutsu habían caído completamente agotados, aún podía recordar mientras sus ojos se cerraban, recordó el llanto de la gente al darse cuenta que la guerra había terminado y que sus seres amados jamás volverían, apretó ligeramente sus puños. Lo único que ahora le quedaba eran sus recuerdos, ese Naruto había dejado de existir hace bastante tiempo, ahora sólo quedaba un leve soplo de lo que representaba, su poder, su orgullo, su valor. Cada día en ese lugar sentía cómo desaparecían sus bondades con las dudas que constantemente lo atormentaban ¿por qué sus amigos no lo rescataron? ¿por qué Sasuke y Kakashi no lo buscaron? ¿por qué su abuela lo había abandonado? ¿por qué Konoha lo traicionaría? No sabía porqué había sucedido todo ello, sólo quería regresar el tiempo y dejar morir a todos esos desgraciados en esa maldita guerra, su mirada se hacía cada vez más gris, apretó un poco más sus puños sintiendo coraje.

La determinación qué tanto presumía había acabado por ceder, nunca creyó que eso podía suceder, nunca creyó que podrían traicionarlo, aún recordaba como lo alababan después de salvar a Konoha el día del ataque de Akatsuki a la aldea, como lo lanzaban en el aire gritando su nombre con emoción, como la gente se llenaba la boca pidiendo su autógrafo, una mísera foto a su lado; levantó su mirada gris ¿de qué sirvió la muerte de sus padres? ¿de qué sirvió el sacrificio de su Ero-sennin? esa paz que tanto había costado formar lo excluía con descaro y sin remordimiento alguno. Le arrebataron la vida lentamente encerrado en ese hueco oscuro.

¿Las Naciones ninjas sabrían de su estado actual? ¿participarían en su encierro? lo más seguro era que sí. Apretó sus puños con coraje, era el maldito héroe del mundo ninja ¿ese sería su fin? Bajó su mirada con cansancio, simplemente cerró los ojos, analizar lo que le había sucedido era desgastante, no tenía respuestas, no tenían teorías fijas, sólo existían las dudas.

....

Sus azules veían a la nada, sólo deseaba tener el valor de arrancar su vida, pero si lo hacía, Kurama moriría con él, era una víctima más de la traición del mundo, parpadeó con debilidad ¿qué le diría su único amigo? tal vez le diría idiota por dejar que lo atraparan de esa forma, por confiar en los malditos humanos. Comenzaba a divagar, si algún día alcanzaba su libertad ¿qué sería lo primero que haría? sonrió con locura al recordar las palabras de Sasuke cuando apareció en la guerra, eliminar a los kages, tal vez debió escucharlo ¿qué estaría haciendo? tal vez ya lo había olvidado, tal vez él mismo lo capturó, apretó ligeramente el ceño ¿si era así? nuevamente esa idea donde todos lo traicionaban volvió con fuerza, su corazón cada vez se llenaba de más rencor, eso debía ser, no había más explicación para lo que estaba viviendo.

Por un momento imaginó que escapaba de ese infierno, cerró sus ojos imaginando que encontraba al dueño de su infortunio y lo destruía, sonrió con locura, se imaginó cazando a cada uno de esos traidores como pequeñas liebres en fuga, giró en el suelo estirando sus manos y pies, se giró boca abajo recostando su rostro en sus brazos, sus pies se movían juguetonamente de arriba a abajo suavemente, imaginó el monte Hokage cayendo sobre Konoha con violencia en una avalancha de destrucción masiva, la sonrisa terminó cuando imaginó a Shikamaru, Choji, Iruka, konohamaru, Sakura y Kakashi bajo tierra, apretó ligeramente el ceño, no, ellos no pudieron haberlo traicionado, no, ellos no, sus piernas se estiraron suavemente, negó lentamente tratando de convencerse que ellos no lo habían traicionado, no pudieron hacerlo, sintió lágrimas rodar por sus mejillas, creyó que no podía llorar más, negó con tristeza.