DÍA 5: Pactos con demonios
Inosuke, Tanjiro y Zenitsu se cogieron de las manos mientras rodeaban el pentagrama invertido dibujado con kétchup en el suelo del salón. ¿Cómo se habían dejado convencer Tanjiro y Zenitsu para hacer una cosa tan estúpida?
- ¡Demonio! ¡Te habla el gran Inosuke-sama! ¡Te ordeno que aparezcas ante nosotros!
Nada paso, las palabras de Inosuke desaparecieron en el silencio de la habitación.
- No pasa nada... - Tanjiro murmuró.
- Porque esto es una estupidez, no va a aparecer un demonio solo por llamarlo.
- Tienes razón – Inosuke frunció el ceño – Hay que ofrecerle algo para que aparezca.
- ¿El qué? ¿Dinero?
- Monjiro, los demonios no quieren dinero.
- ¿Y qué le damos entonces? – Zenitsu miró mal a Inosuke, ya se estaba cansando de esta tontería de invocar demonios.
- ¡Ya lo sé! – Inosuke cerró los ojos para concentrarse - ¡Demonio! ¡Si consigues que yo apruebe mi examen de la semana que viene... podrás disfrutar de la virginidad de Agatsuma Zenitsu!
- ¡¿Qué?! ¡La primera vez que dices bien mi nombre y es para esto!
- Inosuke... ¿todo esto ha sido para que apruebes el examen de la semana que viene?
- Sí, no creo poder hacerlo estudiando así que he tenido que recurrir a medidas más... extremas.
- ¡¿Y por qué me metes a mí en esto?! ¡Le acabas de ofrecer mi virginidad a un demonio!
- Relaja la raja, de todas formas nadie ha aparecido – Inosuke soltó las manos de sus amigos – Era mi última esperanza...
- Ponte a estudiar, cerdo estúpido.
Inosuke le miró mal, se iba a lanzar hacia el chico pero Tanjiro le detuvo.
- Lo mejor será que dejemos esto hasta aquí. Nos vemos el lunes – Tanjiro agarró a Inosuke y lo sacó de la casa del rubio antes de que empezaran a pelear.
Cuando sus amigos se fueron y la puerta se cerró, Zenitsu suspiró. Limpió el símbolo dibujado en el suelo y empezó a apagar las velas usadas para el ritual de invocación.
- Era una tontería – sopló y apagó la vela, alargó su brazo para coger otra pero una mano se adelantó y se la ofreció.
- Toma.
- Gracias – cogió la vela de la mano del desconocido y la apagó - ¿Eh?
Zenitsu miró al intruso en su casa. Alto, muy alto, con unos brazos muy musculosos, su pelo blanco liso caía hacia abajo, sus ojos oscuros de color fucsia con un extraño dibujo en su ojo izquierdo. Aprisionando sus músculos había dos especies de brazaletes gigantes dorados y lo más llamativo, en su cabeza había dos cuernos puntiagudos y en su boca unos colmillos blancos.
- ¡AHHHH!
- Hola, ¿Inosuke?
- ¡NOOOO! ¡¿Quién eres?!
- Uzui Tengen, el demonio más extravagante del infierno. Un tal Inosuke-sama me ha invocado, ha hecho un pacto así que vengo a por mi parte.
- Tu parte... - Zenitsu tragó duro, no sabía que estaba pasando pero el hombre delante de él no era un humano, eso estaba claro. Entonces... ¿era de verdad el demonio que invocó Inosuke? Su parte del pacto era... - Mierda.
- Agatsuma Zenitsu ¿eres tú?
- N-no, no sé quién es ese.
- ...
- ...
- Eres tú.
- ¡NO!
- Inosuke ha hecho un pacto conmigo, hay que cumplirlo.
- ¡No, no tiene que ser así! Se puede anular ¿no?
- No puedo rechazar una ofrenda, pero no soy un demonio malo. ¿Dónde quieres que te desvirgue? Te dejo elegir.
- ¡No quiero que me desvirgues! ¡Vete o llamaré a la policía! – cogió los cojines del sillón y empezó a lanzárselos.
Uzui estiró su brazo para coger los cojines que el chico se lanzaba, según llegaban a sus manos, estos se acababan convirtiendo en cenizas.
- ¡AHHH! ¡No los vuelvas cenizas, idiota!
- Chillas mucho. Oye, Inosuke ha hecho un pacto conmigo y no puedes romper un pacto con un demonio. Lo siento por ti pero no te preocupes, haré las cosas más fáciles – chasqueó los dedos y Zenitsu sintió un cosquilleo en su cabeza y en la parte baja de su espalda – Así es más fácil.
- ¿Eh? – Zenitsu pestañeó y dirigió sus manos hacia su cabeza, había algo que no debía de estar, eran dos orejas de gatito. También dirigió su mano a su espalda baja, había una colita amarilla de gatito - ¡¡¡¿EHHHHHH?!!! ¿QUÉ HAS HECHO? NYA~ - tapó su boca después de decir lo último.
- Vaya, ni volviéndote un gatito te vuelves menos gritón – se sentó en el sillón con las piernas bien separadas – Gatito, ven. Este demonio tiene un pacto con tu amigo.
- No voy a... nya~... ¿nya? – sin saber por qué, Zenitsu se puso a cuatro patas y se dirigió hacia el demonio - ¿Por qué estoy... nya?
- Eso es, buen gatito.
Zenitsu llegó delante del demonio y restregó su rostro contra el muslo del mayor. No sabía por qué hacía esto y tampoco sabía por qué no podía parar. Le estaba avergonzando, demonio o lo que fuera, quería darle una patada en las bolas.
- ¿Quieres leche, gatito?
- Siiii nya~ ¡NO! ¡Claro que no! Esto es humillante, ¿te divierte humillar a un chico virgen? Usas tus poderes raros para hacer que me salgan estas cosas y humillarme haciendo que me ponga a cuatro patas ¡¿cómo puedes ser tan cruel?!
- Dos cosas. La primera, a cuatro patas te iba a poner en algún momento y la segunda, soy un demonio, ¿de verdad me estás preguntando cómo puedo ser tan cruel?
- NYA~ - su rostro se puso más rojo todavía, iba a gritar pero le salió ese ruido tan raro.
Una sonrisa se dibujó en el rostro de Uzui.
- Cuando haces ese ruido estás muy mono, ven gatito – cogió al menor y le tumbó boca abajo encima de su regazo – Te he vuelto un gatito por dos motivos, así estabas más dócil y además así no podías soltar tantos gritos – dirigió sus dedos hacia la cola de gatito.
- Ah... ny.. nyaaa~ ¡N-no toques eso!
- Pero si te está gustando – bajó lentamente el pantalón de Zenitsu dejando su trasero al aire – No estás mal gatito, entonces, eres virgen. Nadie ha entrado aquí.
- Ummm – mordió sus labios cuando sintió las manos de Uzui recorrer sus nalgas – N-no me toques.
El demonio no le respondió, llenó de saliva tres de sus dedos y empezó a meterlos en el interior del rubio.
- ¡Ny... Nya~! Ghm – tapó su boca con fuerza, no quería estar gimiendo por esto y menos de esta forma tan rara – Demonio... nya~ demonio pervertido.
El número de dedos en el interior del rubio empezó a aumentar y sin darse cuenta acabó con tres dedos del demonio dentro de su interior simulando embestidas mientras él movía su trasero.
- ¿Demonio pervertido? Entonces tú eres un gatito travieso.
- ¡N-no! ¡Nya~! ¡Ahí no! ¡Ahhh! – se agarró con fuerza a uno de los cojines del sillón - ¡Ahhh! ¡Nya~! S-se siente tan raro... ¡U-uzui!
Los dedos del demonio dejaron de moverse, de repente se había sentido raro. Oír como Zenitsu gemía su nombre le había hecho sentirse raro. Como demonio no sentía ningún sentimiento hacia los humanos pero lo de ahora había sido distinto. Le había gustado, definitivamente le había gustado oír como Zenitsu le llamaba.
- Otra vez, llámame otra vez.
- ¿Eh? ¿Por qué...? ¡Ahhh! ¡Nya~! ¡Uzuiiii! - sus caderas empezaron a moverse contra el regazo del demonio – U-uzui... algo va a salir, ya no puedo nya.
- Tranquilo, solo sigue llamándome.
- Nya... - cerró los ojos y se preparó para liberarse por el jugueteo del demonio en su trasero – Uzui...
La puerta de la casa se abrió y por ella entró un adolescente de cabello negro. Uzui se puso alerta y chasqueó sus dedos otra vez.
- ¿Eh? – Zenitsu abrió los ojos, sus atributos de gatito no estaban y sus pantalones no estaban bajados. Lo que si sentía era como si un increíble placer se hubiera cortado de golpe, no había conseguido correrse - ¿Uzui? – le buscó con la mirada, había desaparecido.
- ¿Qué haces? – Kaigaku entró al salón y vio al chico tumbado en el sillón con restos de sudor - ¿Has tirado todo eso al suelo? – señaló varios cojines en el suelo, los que supuestamente Uzui había convertido en cenizas – Recógelos – subió a su habitación después de darle esa orden al rubio.
- Uzui...
Se tendría que sentir bien. El demonio se había ido y aunque le metió los dedos, no llegó mucho más lejos. Era un demonio tonto y pervertido que le volvió mitad gato solamente para que gritara menos. Se había salvado, entonces... ¿por qué no se sentía bien?
Cuando la noche llegó, Zenitsu no podía dormir. Estaba tumbado en su cama mirando hacia el techo esperando dormirse pero no lo conseguía. ¿Por qué Uzui no volvía? ¿Ya no quería cumplir el pacto con Inosuke? Mejor para Zenitsu pero...
- Idiota – dirigió su mano hacia donde antes estaban sus orejas de gatito – Ya no voy a gritar, no hace falta que me vuelvas un gato. Solamente... cumple tu parte y haz que Inosuke apruebe, puedes tomar tu parte del pacto. Uzui... vuelve.
- Estabas muy bonito como gatito.
- ¿Eh? – sin saber cuándo, un peso extra se sintió en la cama. Miró a su lado y una sonrisa se dibujó en su rostro - ¡Uzui! Has vuelto.
- Me tuve que ir, había intrusos.
- ¿Vas... a seguir con lo de antes?
- No.
- ¿No? – Zenitsu se sorprendió.
- Pero no te preocupes, tu amigo aprobará y tu virginidad quedará intacta.
- ¿No tendrás sexo conmigo?
- Es que antes, cuando gemías mi nombre... ha sido raro para mí. Me ha gustado oírte. Eso no me había pasado nunca.
- Pero si te ha gustado es bueno ¿no?
- No lo sé, lo mejor será que...
- ¡Haz bien tu trabajo! – Zenitsu le regañó – Has hecho un pacto con Inosuke, su aprobado a cambio de mi virginidad. Serás un demonio horrible si no lo cumples.
Una sonrisa de lado se dibujó en el rostro de Uzui.
- Al final te ha gustado que te toque ¿no puedes admitir eso?
Zenitsu infló sus mofletes y se subió a horcajadas encima de Uzui.
- ¿Zenitsu...? – las palabras de Uzui se cortaron por un beso del chico – Zenitsu.
- No gritaré, así que no me conviertas en gato. Tú solo... haz bien tu trabajo, idiota.
- Entonces... ¿te parece bien que me quede con tu virginidad?
- Ese fue el trato ¿no?
- Sí... así fue – sonrió y chasqueó sus dedos, otras características de animales aparecieron en Zenitsu, esta vez fueron unas orejitas de conejo y una esponjosa colita blanca.
- ¡¿Qué haces?! Te dije que no iba a gritar.
- Aunque ya has gritado.
- Porque has hecho esto ¿por qué soy ahora un conejo?
- Muy sencillo, esta noche te la vas a pasar saltando.
- ¿Saltando? Creía que íbamos a...
- Jajaja, tranquilo chico virgen. Eso es lo que vamos a hacer – al volver a chasquera sus dedos, la ropa de ambos desapareció.
- U-uzui ¿dónde está mi ropa?
- Ya la buscaremos mañana – levantó a Zenitsu de la cadera y le hizo ponerse encima de su miembro – Ahora tienes que saltar conejito.
- ¿Saltar? ¡AHHHH!
Esa noche, Uzui tuvo que usar sus poderes para insonorizar la habitación del chico. Gritaba mucho durante el sexo.
Después de esa noche Uzui desapareció. El pacto se había llevado a cabo y el demonio, al igual que su virginidad, se había ido.
- ¡Monitsu, mira! – Inosuke enseñó feliz su examen, se podía ver un cinco, el chico había aprobado – Parece que esto de ofrecer la virginidad de tus amigos a un demonio funciona, el siguiente será Monjiro.
- Me alegro por ti pero... ya sabes, no apareció ningún demonio al final – Zenitsu recogió sus cosas y abandonó el aula. Le gustaría volver a ver a Uzui. Mientras iba metido en sus pensamientos se chocó con alguien sin darse cuenta – Oh, lo siento.
- No pasa nada conejito, ¿todavía estás cansado por saltar tanto esa noche?
Zenitsu levantó la mirada para ver al demonio que le quitó la virginidad pero en una versión más humana. Se veía igual que antes, simplemente iba vestido con ropa de calle y sus cuernos y colmillos habían desaparecido.
- ¡Uzui! – se lanzó hacia él para abrazarle - ¡Has vuelto!
- Sí, me voy a quedar por esta escuela como profesor. Así puedo verte más seguido.
- ¿Eso está bien? ¿No tienes cosas de demonio que hacer?
- Sí que tengo cosas de demonio que hacer – separó al rubio de su cuerpo – Molestar a chicos rubios es una de ellas – con una sonrisa traviesa chasqueó sus dedos y un humo gris rodeó el cuerpo de Zenitsu. Cuando el humo desapareció se pudo ver que el uniforme escolar había desaparecido y que en su lugar su ropa consistía en un cortísimo y apretado short negro y un top del mismo color que dejaba a la vista su ombligo. Sus zapatos eran ahora botas negras, en su cabeza había dos cuernos negros y en su espalda baja una larga cola acabada en forma de corazón – Eso sí que es sexy.
- ¡Uzui! – se tapó con las manos - ¿Por qué has hecho esto? ¡La gente va a verme!
- No lo harán – abrió una puerta a su lado – Este es mi nuevo despacho, puedes ocultare ahí un rato mientras intentas convencerme de que vuelva tu ropa a la normalidad.
- Pero serás... ¡¿Cómo puedes ser tan cruel?!
- Soy un demonio cariño, soy un demonio extravagante.
Con una sonrisa se metió en su nuevo despacho y el rubio fue detrás de él. Tenía que convencer al demonio para que devolviera su ropa a la normalidad.
Hola!! Quinto día acabado.
Creo que de todas las historias cortas para la week que he escrito, esta es de las que más me ha gustado. De hecho podría dar para una historia a parte perfectamente.
Historia de mañana: Campamento.
Gracias por leer, os quiero y nos vemos mañana con la siguiente historia.
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