Capítulo 24

La hoja se movió siguiendo los deseos de su portador. Cortó la distancia entre su dueño y su objetivo, recorriéndola como un soplo de aire y sin resistencia alguna. Simplemente cortó el aire, la piel y el músculo de su objetivo de distintas maneras según los deseos de su dueño. Ella solamente era un arma, un objeto, una herramienta de supervivencia que bloqueaba los cortes que intentaban matar a su dueño y al mismo tiempo dañaba a sus enemigos, sintiendo como la sangre de estos mojaba su cuerpo de acero forjado y como las manos de Yuta Okkotsu la tomaban con fuerza y decisión para cortar el cuerpo del shikigami evolucionado, pues Mahoraga ya no era el mismo que había invocado Megumi Fushiguro y mucho menos el que invocó Ryomen Sukuna contra Satoru Gojo. Era un monstruo completamente diferente...

El cuerpo de Mahoraga no había cambiado externamente. Su piel seguía siendo blanca como la cal, pero de un tono realmente mucho más enfermizo. Era de un tamaño que sobrepasaba, sin duda alguna, los dos metros de altura y contaba con unos músculos sobrehumanos que rozaban lo indescriptible, teniendo así una fuerza que pocos hechiceros o maldiciones poseían. En toda regla, Mahoraga era un poderoso luchador físico y de corto a medio alcance, esto último gracias a su brazo/espada, el cual le permitía utilizar la energía maldita para atacar con un corte horizontal de energía maldita.

Al contrario que Mahoraga, Yuta Okkotsu era un adolescente de estatura media y cuerpo normal, sin exagerar de manera física, aumentando su fuerza gracias a la energía maldita que manipulaba, la cual era inmensa para un hechicero, pero su ascendencia ligada a la del clan Gojo, le había dotado de ciertas facultades para la hechicería que lo colocaron como un hechicero de grado especial...eso y su compañera.

La batalla que antes era de Yuta y Yuji contra Mahoraga, ahora se había tornado en un enfrentamiento entre Yuta y Rika contra Mahoraga, quien fue sorprendido por el ataque del shikigami del hechicero. Aunque ambos, tanto Yuta como Rika, se veían limitados a la hora de usar el poder de la Reina de las Maldiciones.

El brazo/espada de Mahoraga no había asesinado a Sukuna cuando lo golpeó porque estaba dentro de un cuerpo humano, más concretamente el de Yuji. Pero Rika no estaba en ningún cuerpo, era una manifestación de energía maldita...y podía ser eliminada con la energía positiva del brazo/espada del shikigami, haciéndola desaparecer por completo. Esto había obligado a Yuta a tomar un enfoque distinto, siendo él directamente el que enfrentara a Mahoraga mientras Rika intervenía en ciertas ocasiones, todo bajo la atenta mirada de Ryomen Sukuna.

Tampoco había tenido tiempo para preocuparse de su compañero.

Yuta había sido testigo de como Yuji fue atravesado por el brazo/espada del shikigami del Rey de las Maldiciones, todo después de haber recibido un poderoso ataque a bocajarro que debió eliminarlo. ¿Lo había esquivado? ¿Lo resistió y aprovechó el humo causado por la explosión para atacar a Yuji? Había unos cuantos caminos, pero Yuta no podía evaluarlos todos al mismo tiempo ni pensar en una contramedida. Solo le quedaba una forma de lidiar contra Mahoraga...y el tiempo corría en contra.

―¡Expansión de Dominio!―entrelazó los dedos de sus manos después de clavar su katana en el suelo―. ¡Amor Puro y Verdadero!

―¿Kek?

―¿Oh? Una expansión...

La energía maldita salió disparada hacia Mahoraga y Sukuna como un torrente feroz. Cuando ambos enemigos parpadearon, dicha energía los había rodeado y los dejó en un cementerio lleno de espadas, con mangos sobresaliendo de la tierra creando un campo de espadas, como si una enorme batalla entre dos bandos hubiera tenido lugar en aquel sitio, mucho tiempo después.

Aquel era el campo de Yuta Okkotsu.

Las expansiones podían ser de dos formas: abiertas o cerradas. Las expansiones abiertas, abarcaban un amplio campo (probablemente de cincuenta a cien metros) y formaban ataques de alcance amplio, afectando a todos los que entraran en dicha zona, siendo una debilidad el hecho de que los objetivos de la técnica podían escapar del ataque sin problema ninguno saliendo de la zona de efecto. Las expansiones cerradas envolvían tanto al invocador como a los objetivos en un territorio del que no podían salir fácilmente, quedando a merced de la persona que invocó la expansión.

―¡Muere!

Yuta apuntó con una espada directamente a Mahoraga. Un segundo después, el shikigami se deshizo completamente, como si hubiera sido calcinado.

―...

Dejó caer la espada que había tomado con la mano derecha y tomó otra al mismo tiempo que se lanzaba hacia Sukuna. Apretó fuertemente las manos alrededor del mango de la espada.

―¡¿?!

―No te dije...¡qué no puedes matarlo!

La espada se movió bloqueando el ataque cortante de Mahoraga, quien se había vuelto a reformar en un segundo. Yuta intentó escapar, pero el shikigami lo golpeó enviándolo hacia atrás.

―Debería haber muerto en tres ocasiones―meció la espada con cierta elegancia, generando un viento que agitó el cabello del Rey de las Maldiciones―. ¡Misil de Hielo Delgado!

La espada cortó el aire al tiempo que su dueño se movía. Un proyectil salió disparado hacia el general divino partiéndolo en dos ante la mirada de su invocador.

Sukuna no parecía molesto o preocupado ante las muertes de Mahoraga y seguía señalando que Yuta no podía matarlo. Esto, por supuesto, alertó al hechicero de grado especial. ¿Cómo se estaba regenerando su enemigo? ¿Qué estaba haciendo Sukuna para devolver a Mahoraga a la vida? Cuando mató por quinta vez al shikigami, Yuta miró directamente al invocador de este, esperando ver algún tipo de señal, alguna frustración de parte de Sukuna. Pero su rostro siguió completamente impasible, con aquella sonrisa burlesca aumentando de tamaño.

"Él lo está devolviendo a la vida. ¿Pero cómo?"

Plantó firmemente los pies en el suelo. La katana cayó de sus dedos y chocó con el suelo, desvaneciéndose al contacto, y tomó la siguiente espada tirando de ella, generando un corte que partió el brazo/espada de Mahoraga en el acto. Aprovechando eso, Yuta tomó la siguiente katana y, con un poderoso ataque de fuego, hizo que el shikigami se deshiciera en cenizas.

―Por más que lo intentes, no podrás lograr vencer, chico. Mahoraga volverá a la vida, quieras o no.

Nuevamente, con cierta lentitud, Mahoraga comenzó a regenerarse de nuevo. De lo que parecía ser un pequeño trozo de la carne chamuscada del shikigami, el general divino se hizo presente nuevamente, lanzando un golpe con su brazo izquierdo contra el hechicero. Yuta se cubrió con la katana y su otro brazo, sintiendo el golpe y como la fuerza de dicho ataque lo envió hacia atrás.

Giró la katana, la clavó en el suelo y levantó la mirada.

Mahoraga ya iba corriendo hacia él, con su brazo/espada en ristre y listo para cortarlo en dos. Anticipándose a dicho movimiento, desclavó la katana del suelo y, con la hoja de manera que apuntaba al suelo, bloqueó el tajo proveniente de su enemigo, momento en el que él, aprovechando el peso de Mahoraga, desvió el brazo/espada con su fuerza mejorada, lo que dejó el torso del shikigami completamente desprotegido y el cual él atravesó con la katana.

―...

―¡Ah! Es tan bueno verte intentando matar a alguien que no puede morir―Mahoraga gruñó y lanzó un gancho descendente. Viéndose obligado, Yuta soltó la katana, dejándola incrustada en el cuerpo del shikigami, y saltó hacia atrás―. No puedes ganarle, Yuta Okkotsu. ¡No podéis ganar!

Había una situación extraña con el General Divino. Yuta ya la había percibido tanto dentro como fuera de su dominio, comprendiendo que Sukuna estaba realizando algo para que el shikigami convocado no pereciera contra alguno de sus ataques. ¿Por qué no murió con el ataque de Yuji? ¿Por qué no se convirtió en cenizas por su propio ataque? Miró primero hacia Mahoraga, quien se había desecho de la katana clavada en su pecho. Después, movió los ojos hacia el Rey de las Maldiciones. Sukuna seguía en la misma posición sentada, completamente relajado y sin preocupación reflejada en su rostro. De hecho, una sonrisa petulante estaba bailando por aparecer.

Eso fue todo lo que él necesitó para comprender lo que estaba pasando entre el shikigami y su invocador.

Técnica de Manipulación de Sangre: Sangre Penetrante.

El cuarto ser vivo dentro del dominio también había llegado a la misma conclusión que Yuta Okkotsu, procediendo a aumentar primero su presión sanguínea para luego atacar directamente a Sukuna con una técnica proveniente del clan Kamo.

Sukuna miró el ataque con cierto aburrimiento. Con un movimiento del brazo superior izquierdo, desvió la sangre que intentó penetrar en su cuerpo.

―¡Lanza Perforante Ascendente!

Los ojos de Sukuna se abrieron cuando sintió como su cuerpo fue destrozado en un segundo. Una inmensa lanza hecha de sangre perforó su cuerpo, su torso cerca del corazón, dejándolo empalado y mirando hacia el techo del domo de energía maldita que formaba el dominio, pues la lanza salió del mismo suelo.

―Llegas tarde...

El eco de pasos atrajo la atención del Rey de las Maldiciones, quien abrió los ojos levemente y por un segundo al ver quien estaba dentro de aquel dominio con ellos, procediendo a reír seca y burlonamente.

―¡Pareces un gato, Yuji Itadori!―el chico de primer año detuvo sus pasos a un lado de su compañero de curso superior―. Atacar al emisor ha sido lo mejor a lo que podríais haber optado―lentamente, mientras las palabras salían de su boca, Mahoraga se fue desvaneciendo hasta desaparecer completamente―. Apertura de Reloj de Arena. Supongo que habéis llegado a tiempo para eliminar a Mahoraga, pero no para para evitar que me recupere...

Ambos adolescentes se cubrieron cuando la energía maldita estalló tomando a Sukuna como el centro del estallido. Las grietas en el dominio de Yuta no tardaron mucho en aparecer, desvaneciéndose completamente cuando el Rey de las Maldiciones atacó a ambos hechiceros con un poderoso corte que destruyó incluso la misma energía maldita, dejando tanto a Yuta como Yuji en el suelo, heridos atrás el ataque de masivos cortes.

―Desde la era Heian, no me he visto en la necesidad de matar a alguien. Supongo que es hora de aplastar unas mocas―movió las manos de una extraña manera, como si estuviera gesticulando―. Itadori, no eres capaz de usar la "Manipulación de Sangre" al mismo tiempo que el "Infinito" y te he dañado―el chico de cabello rosado comenzó a levantarse, mostrando un ojo azul reluciente―. Okkotsu, simplemente esperaba más de ti―los relámpagos comenzaron a formarse en las manos del Rey de las Maldiciones―. Apertura de la Tormenta.

Estiró los brazos de ambos lados de su cuerpo formando dos finas lanzas hechas de relámpagos. Separando las piernas, Sukuna disparó ambas lanzas con la intención de asesinar a los dos hechiceros adolescentes, los cuales estaban recuperándose del estallido causado por el mismo Sukuna.

―¡ADIÓS MOCOSOS!

El sonido de un "pop" precedió al estallido de relámpagos cuando la técnica de Sukuna golpeó la zona donde estaban los dos adolescentes de Tokio, siendo esta envuelta en un pequeño resplandor que hizo sonreír al Rey de las Maldiciones.

Se había desecho de las dos moscas...

[¡YUTAAAAAAAAAAAAAAAAA!]

Dos inmensas manos intentaron aplastar a Sukuna, quien saltó hacia atrás evadiendo el ataque por parte de Rika Orimoto, la Reina de las Maldiciones. El suelo donde antes había estado el rey, quedó completamente destrozado después de ser aplastado por los brazos de Rika.

―Supongo que tu novio no va a volver―Sukuna miró a Rika mostrándole los dientes en una sonrisa condescendiente―. Mis condolencias...

Técnica de Manipulación de Sangre: Flecha Sangrante.

Reaccionó ante el sonido de la voz. Movió el cuerpo ligeramente hacia la derecha, torciendo el torso unos centímetros, levantando la mano izquierda superior. Sintió como la flecha de sangre cortaba los nervios, la carne, el músculo y los huesos que formaban su mano, perforándola limpiamente, dejando un agujero por el que vio a la persona que lo atacó.

―Deshacerme de vosotros, es más complicado que matar a Satoru Gojo.

Yuji Itadori chasqueó los dedos con total tranquilidad después de disparar la flecha de sangre. El proyectil giró y atravesó el abdomen del Rey de las Maldiciones de lado a lado, estallando poco después para hacerlo tambalear.

―No nos vamos a rendir―la katana se movió y rebanó la mano derecha superior de Sukuna, pillando al rey desprevenido, viéndose obligado a recular―. No vamos a permitir que Kenjaku haga realidad sus planes.

―¡Y POR SUPUESTO...NO DEJARÉ A MI BROTHER SOLO!

Detrás de ambos chicos que habían estado peleando contra Sukuna, la figura de Aoi Todou se hizo presente, mostrando seguridad.


*Nota de Autor:

Apertura de Reloj de Arena: es una técnica derivada de la Técnica de Relicario de Sukuna, la cual le permite restaurar al completo algo que entre dentro de un rango establecido, volviéndolo a su forma origen o a un estado completo. En el caso del propio Sukuna, le ha permitido restaurar sus fuerzas al 100% con su cuerpo original, no volviendo a la forma que compartía en el cuerpo de Megumi. También le ayudó a mantener vivo a Mahoraga hasta que fue atacado por Yuji de manera directa, lo que cortó la conexión entre el shikigami y su invocador.

Apertura de la Tormenta: es una técnica derivada de la Técnica de Relicario, la cual le permite manejar los relámpagos y rayos así como la Apertura de Cocina le permite a Sukuna manejar el fuego.

PD: sé que probablemente me vais a quemar la casa, pero es hora de darle protagonismo a Kinji Hakari  en su pelea contra Uraume y, si porque no, a Nobara en su pelea contra Uruame también.

PD2: estoy por cambiar mi imagen de Yami por la del Gato Gege Akutami.

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