Capítulo 23

El General Divino de las Ocho Hojas Divergentes de Sila: Mahoraga, era el shikigami más fuerte que Megumi Fushiguro podía invocar gracias a su técnica maldita. Había sido la pieza clave para la muerte de Satoru Gojo y para que Ryomen Sukuna se adaptara al "Infinito" de su adversario, convirtiéndose así en el ser en derrotar a dos miembros del clan Gojo de manera directa e indirecta. Y Sukuna lo había convocado nuevamente al campo de batalla siendo su pieza sobre el tablero mientras él se recuperaba para las próximas batallas, para la próxima pelea.

Esto era algo que Sukuna no debería haber podido realizar. Una vez que permitió que su cuerpo evolucionara, que se convirtiera en una manifestación de su antiguo ser, se había desprendido de todo aquello que Megumi le había otorgado, impidiéndole usar nuevamente a Mahoraga en la batalla...o eso era lo que se había leído entre líneas y lo que los hechiceros comprendieron según las palabras de Sukuna.

Sin embargo, había algo que no tuvieron en cuenta.

Ryomen Sukuna había aprendido a usar la "Técnica de Sombras de Diez Tipos" gracias a su propia técnica maldita. Al poseer el cuerpo de Megumi Fushiguro y haber comprendido la legendaria técnica maldita, el Rey de las Maldiciones la había agregado dentro de su "Relicario" como si de un tesoro se tratara, haciendo uso de la misma en momentos de necesidad, convirtiendo así la técnica de Megumi en una extensión de la suya propia, lo que le daba una enorme ventaja contra sus enemigos y contra cualquier usuario del "Infinito".

Mahoraga ya estaba adaptado.

Este pensamiento fue el que destelló como un faro en la mente de Yuji Itadori cuando vio a la enorme figura de más de dos metros del shikigami. Este lo había intentado apuñalar sin temor alguno, sin medida alguna de seguridad o intención de adaptarse a él. Fue, como un animal desbocado, directamente a atacarlo.

"Si este no es el Mahoraga que enfrentó al profesor Gojo...¿eso significa que puede superar mi Infinito mejorado?"

La enorme altura de Mahoraga destacaba sobre su adversario. Con un cuerpo inmenso, monstruoso y de forma humanoide, el shikigami sacaba unas tres o cinco cabezas al hechicero de primer año, contando también con un cuerpo el doble de grande o casi el triple...según la persona que lo mirara.

―¿Kek?

El brazo/espada de Mahoraga se movió velozmente por segunda vez en un lapso de cinco minutos, en esta ocasión generando un corte perfectamente horizontal contra su objetivo. Si una maldición hubiera sido golpeada, esta habría desaparecido en solamente un instante. Como demostró Ryomen Sukuna, quien tiene cuerpo humano, cuando la espada toca a un hechicero, solamente le genera una herida. Esto fue lo que le pasó a Yuji, quien se protegió con los brazos, pero sintió que estos fueron cortados y su "Infinito" traspasado en solamente un segundo.

"¡Esto complica las cosas!"

Frenó el empuje haciendo fuerza con ambos talones. Miró sus extremidades. Sentía la sangre goteando por sus brazos, cayendo al suelo gota a gota, el escozor de los cortes causados por el ataque de su enemigo. Podía decir que había tenido "suerte" al no perder los brazos ante aquel corte, el cual había sido tan fuerte...que traspasó su mejor defensa. ¿Podría haber mitigado el "Infinito" el ataque de Mahoraga? Yuji no lo sabría, porque no iba a recibir un segundo corte como aquel.

"Si el plan sigue...¡tengo un tiempo limitado!"

La energía maldita brotó en un segundo. Ambos puños (el de Yuji y Mahoraga) chocaron al segundo después, con una onda de ciento levantando polvo y escombros, con el suelo resquebrajándose ante el fuerte choque.

―¡Oh! ¡Tienes algo de fuerza, mocoso!

Yuji saltó hacia atrás, esquivando el tercer corte por parte de Mahoraga. Estiró el brazo y disparó un "Rojo" contra el monstruo. Mahoraga movió el brazo/espada y cortó la esfera, causando que explotara tras haber sido cortada, cubriendo la visión del monstruo por unos breves instantes...

―¡Puño Divergente!

El brazo se movió velozmente hacia abajo. Yuji, aprovechando que la explosión cubrió el rostro de Mahoraga, había saltado sobre este con fuerza y cargó su puño con energía maldita. Esta energía había sido condensada completamente alrededor de su mano, volviéndose mucho más intensa de lo normal, y sin esperar a que su enemigo se recuperara, simplemente lo golpeó con toda la fuerza que tenía, dejando a un lado la cobertura del "Infinito".

―Eso no lo detendrá.

Un brazo el doble de ancho que la cabeza de Yuji, tomó a este de la pierna. Zarandeó al adolescente y lo estrelló contra el suelo resquebrajado, produciendo un "click" cuando la rueda en la espalda del shikigami completó un pequeño jiro.

Esto había despertado al estudiante de primer año. Giró en el suelo y chasqueó los dedos contra Mahoraga. "Púrpura" fue convocado por segunda vez. Yuji sintió el drenado de su energía maldita, como caía en un instante. Pero disparó la esfera que combinaba "Rojo" y "Azul", causando una explosión que le permitió saltar hacia atrás, escapando de su enemigo.

―Eso debería...¡¿?!

Los instintos lo avisaron como una alarma. Se agachó al momento de sentir como los pelos de la nuca se erizaban y vio con sus ojos dispares el corte de energía que lo habría partido en dos. ¿Había sido Sukuna interfiriendo?

―Por una vez, no soy yo mocoso.

Mahoraga seguía de pie. No había heridas en su cuerpo, ni siquiera un rasguño. Había atacado a Yuji enviando un corte de energía maldita con la intención de partir en dos al adolescente, pero los reflejos del muchacho eran mejores de lo que alguien podría haber esperado. Al menos, Sukuna no vio como el adolescente podría esquivar dicho movimiento...

―Mahoraga está adaptado al "Infinito" y a las técnicas del profesor Gojo, incluyendo a su expansión. Prácticamente...estoy desprotegido ante un enemigo que me hace counter completamente. Soy inútil en esta situación sin dependo de las habilidades del profesor Gojo―el oxígeno salió por su boca formando una pequeña nube de vaho. Era invierno, 25 de diciembre. Una fecha que sería recordada en la historia―. Pero no he sacrificado mi humanidad...para que tú venzas.

El suelo crujió. Mahoraga salió disparado contra el estudiante de primer año. Movió el brazo/espada cargando su próximo movimiento...y chispas saltaron cuando el shikigami lanzó un corte, encontrándose con una hoja de acero en su camino.

―Siento haber tardado, Itadori-san.

Mechones de cabello oscuro se movieron por el viento ligeramente. Ojos oscuros miraron a la sorprendida forma de Mahoraga, el cual había sido bloqueado con un simple movimiento de espada. El brazo/espada del shikigami había sido descolocado con aquel intercambio de golpes y el chico de cabello oscuro no parecía preocupado; de hecho movió la espada en un segundo corte, en esta ocasión vertical, y golpeó el torso del monstruo con toda la intención de partirlo en dos, enviando energía maldita a la espada para realizarlo de manera eficiente, haciendo que este se desplazara un par de metros.

―¡Kek!

Mahoraga respondió a la presencia de Yuta Okkotsu con fuerza y ferocidad. El hechicero de grado especial saltó a la derecha al mismo tiempo que el de primer año lo hacía a la izquierda. Con un contundente golpe, Mahoraga partió el suelo y lo hizo temblar, enviando una onda de choque que hubiera destrozado ventanas de haber habido edificios en buen estado cerca del punto de impacto.

Yuji y Yuta se posicionaron, tomando distancia de su enemigo en común. El chico de segundo año agarró con firmeza su katana, dejando que el aliento saliera entre sus labios. Sus músculos se cuadraron, siendo ligeramente amplificados por la energía maldita que estaba bombeando en se momento. Por su parte, el adolescente de primer año solamente se colocó en la pose de combate de su mentor, de Satoru Gojo. Su ojo azul relucía con intensidad, fijo en Mahoraga, alternando con la figura de Sukuna detrás de su protector.

―No puedo usar las habilidades del profesor Gojo...

―Es el principal motivo de que haya cambiado el curso de acción. Higuruma ha ido a pelear contra Kenjaku y yo he venido a apoyarte contra Sukuna. Hemos modificado nuestros planes, por un motivo claramente aparente.

Mahoraga se movió hacia los adolescentes. Yuji fue el primero en interceptar el ataque del shikigami, golpeando el costado de este con un jab envuelto en energía maldita, enviando un segundo golpe consecutivo a causa del "Puño Divergente", lo que detuvo el movimiento del shikigami por un segundo entero; mismo segundo en el que Yuta atacó directamente al monstruo con una fuerza abrumadora, enviando un corte vertical que debió partir al shikigami.

Vapor salió de la herida causada. Ante los ojos de los estudiantes, la piel cortada comenzó a unirse en solamente un parpadeo, algo que no debió haber pasado.

Aprovechando el shock de ambos estudiantes, Mahoraga envió un tajo contra yuta, quien se protegió siendo lanzado hacia atrás, y tomó con su otra mano a Yuji del rostro, estrellando al chico contra el suelo, causando que escupiera sangre.

―¡Kekekkke!

Los dientes del shikigami producían una risa extraña, como si estuviera constantemente chocando los dientes de arriba con los de abajo, como si estuviera mordiendo algo sin parar. Y era mucho más molesta cuando se oía de cerca, como le pasó a Yuji. El chico solamente fulminó con su mirada al shikigami que lo tenía atrapado del cuello, oyendo el castañeo de sus dientes sin cesar.

―¡Explota!

En una grotesca explosión, el brazo/espada de Mahoraga estalló ante la mirada divertida de Sukuna, la molesta de Yuji y la decidida de Yuta. El joven hechicero de primer año había decidido darlo todo en la pelea contra el shikigami, lo que implicaba el uso de su "Mimetismo" a consciencia, aunque fueran solo cinco minutos.

Tomando ventaja de ese momento, Yuji se quitó a Mahoraga de encima empujándolo con su fuerza sobrehumana hacia el cielo, actuando él de trampolín. Esto le dio a Yuta el momento exacto para utilizar nuevamente su técnica maldita, en esta ocasión cortando el cuerpo del shikigami de cientos de formas posibles, como si el monstruo hubiera pasado por una sierra mecánica o una habitación llena de cuchillas que lo hubieran cortado sin miramientos.

―¡Kekk!

Todo estalló. Yuta fue empujado hacia atrás, estrellándose contra un edificio medio derruido, quedando sepultado por los escombros. Yuji sintió que su cuerpo se rompía cuando la mano de Mahoraga lo tomó nuevamente del rostro, estrellándolo directamente y por segunda vez contra el suelo sin miramientos.

―Trascender―Sukuna apoyó su rostro en la mano superior derecha. Mostraba una sonrisa burlesca en sus labios―. Mahoraga ha trascendido a un ser superior. O, si quieres una definición más burda, ha "evolucionado" a algo más, cambiando completamente lo que era, lo que fue antes del enfrentamiento con Satoru Gojo.

―S-solo es un monstruo más...

―¿Más? ¿Un monstruo más? ¡JAJAJAJAJ! ¡MOCOSO IGNORANTE!―el cuerpo del Rey de las Maldiciones se había recuperado en un veinticinco por ciento. Su cerebro estaba completamente funcional, recuperado de su pelea contra el Hechicero más Fuerte―. Mahoraga no es solamente un shikigami. No más. ¡Es un demonio en toda la extensión de la palabra!

―¡MUERE!

Haciendo uso del "Discurso Maldito", Yuta envió una orden directamente contra Mahoraga. Este estalló en cientos, tal vez miles de fragmentos, como si un globo hubiera estallado por haber sido llenado excesivamente de aire...sin embargo, en solo un segundo, Mahoraga se reconstruyó y giró la cabeza hacia Yuta.

―Adaptarse. ¿Lo habéis olvidado mocosos? ¡NO PODÉIS GANAR A ALGUIEN QUE NO PODÉIS DAÑAR!

Las maldiciones evolucionaban constantemente, se transformaban en algo más. Mahito había demostrado esa evolución en su enfrentamiento contra Yuji en Shibuya, como había conseguido una "Expansión de Dominio", como aprendió el "Black Flash" para crecer y ser un monstruo peor de lo que había sido.

Y ese monstruo fue derrotado.

Nuevamente, como cuando peleó contra Naoya, Yuji sintió el calor naciendo desde su pecho. Los músculos parecían desgarrarse continuamente para volver a unirse. La piel le estaba quemando, provocando que se imaginara rodeado de vapor. Y, su único ojo propio, se volvió amarillo intenso, casi dorado, como el de una bestia con la mirada poseída.

―...

Mahoraga no pudo responder al golpe. El "Puño Divergente" lo golpeó directamente en el pecho cuando el chico se libró de su agarre. Sin esperar una respuesta, Yuji se coló y golpeó ahora el abdomen del shikigami, pasando a golpear el otro lado del abdomen. Como un boxeador, evadió el golpe de Mahoraga y conectó un "Puño Divergente" directamente contra su mentón, lo que desestabilizó al gigante.

―¡Black Flash!

La energía maldita estalló dentro de él, lo envolvió como el fuego a un edificio y luego se comprimió directamente en su puño diestro, el cual se movió a una velocidad sorprendente y golpeó directamente el pecho del shikigami, causando un estallido de energía maldita que envió lo hizo caer de rodillas.

―Rojo y azul―saltó hacia atrás, extendiendo el brazo derecho―. ¡Imaginaria: Púrpura!

Mahoraga movió el brazo/espada...o mejor dicho lo intentó. Haciendo uso del "Mimetismo", Yuta congeló el brazo del shikigami directamente al suelo, impidiéndole mover la extremidad y cortar el ataque del chico de primer año. Por ello, el movimiento de Yuji, golpeó directamente a Mahoraga y lo envolvió en un domo de energía maldita que no permitió a nadie ver el resultado.

Cuando el domo se comprimió, no había rastro del general divino.

El sonido de aplausos hizo que ambos chicos miraran al causante. Sukuna había estado observando toda la batalla, permitiendo a su propia energía maldita recomponerse y curarse así mismo.

―¡Bravo! ¡Bravo! Diría que nunca vi una desesperación que despertara tantos demonios en alguien...¿eh mocoso? ¿Te has visto acorralado?―Sukuna rio secamente―. Pero no es como que hubieras ganado...no todavía, al menos.

―¡¿?!

La carne, el músculo y la tela fueron rasgados, cortados, cuando una hoja emergió del estómago del estudiante de primer año, manchada con trozos de carne y sangre del adolescente.

―¡Cough!

―¡Itadori!

―Yuta Okkotsu. ¿Podríamos tener una peleanosotros ahora?―Ryomen Sukuna chasqueó los dedos. Mahoraga dejó caer a Yuji ycomenzó a caminar hacia el espadachín―. Es hora de ver lo que puedes hacer,muchacho.

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