Capítulo 4

Narra Ai.

Bonney-Estaré en la puerta en todo momento.

Ai-Vale.

Bonney-Te prometo que no escucharé nada.

Entré en la consulta de la doctora Wanderlust. Ella no era usuaria, sino humana. Era una de las pocas humanas que trabajaba aquí. Tenía la piel pálida al contrario que la mía, unos ojos verdes preciosos y el cabello castaño y ondulado.

Dra. Wanderlust-Hola Ai, ¿cómo te encuentras? [sonriéndome].

Ai-Ahora mismo...Confundida.

Dra. Wanderlust-¿Qué ha hecho que te sientas así?

Le expliqué el incidente de la cafetería, ella no me interrumpió en ningún momento, esperó a que acabara para poder darme su opinión.

Dra. Wanderlust-Ese es un comportamiento un tanto extraño, ¿no crees?

Ai-Sí, es por eso que estoy confundida.

Dra. Wanderlust-Por lo que sé sobre los usuarios...Estaban intentando reclamarte.

Ai-¿Reclamarme?

Dra. Wanderlust-Sí, ambos querían que fueras su compañera.

Ai-Pero eso no puede ser posible, apenas les conozco.

Dra. Wanderlust-Así son los machos usuarios, cuando ven algo que les gusta, lo reclaman como suyo. No obstante, si te hacen sentir incómoda, se lo puedes decir y ellos te dejarán en paz.

Ai-Ya veo...

Dra. Wanderlust-Ahora que hemos hablado un poco, ¿qué te parece si nos ponemos a ejercitar tu habilidad?

Siempre que tenía una sesión la Dra. Wanderlust, había una parte en la que me hacía desarrollar mi "habilidad", que era como lo llamaba ella. Consistía en pequeños ejercicios en los que yo movía cosas con la mente, o me ponía a levitar o le leía la mente a la doctora.

Dra. Wanderlust-Ai, quiero que me traigas la taza que hay encima de mi escritorio.

No hizo falta decir más, la taza apareció en su mano en una fracción de segundo.

Dra. Wanderlust-Muy bien [apuntando en su libreta].

Ai-¿Qué es lo siguiente?

Podía leerle la mente pero prefería que ella me lo dijese.

Dra. Wanderlust-Levántate e intenta llegar a la puerta lo antes posible.

Tras dos horas de sesión, volví a mi solitario apartamento.

Bonney-Podrías venir a la cocina, Viola nos va a enseñar a hacer galletas.

Ai-Está bien.

Bajé con Bonney a la cocina, todas las hembras estaban atentas a las explicaciones de Viola. A pesar de lo bien que me trataban todas, yo me sentía un poco apartada.
Me senté en uno de los muchos taburetes de la barra americana, nadie parecía fijarse en mí.

¿?-Ai.

Ai-Viola.

Viola-¿Por qué no estás haciendo las galletas? Todas parecen estar disfrutando, incluso Perona.

Perona era la otra hembra regalo, iba vestida como una muñeca.
Yo pedí un laboratorio en el centro médico, mientras que ella pidió su propia boutique dentro del Grand Line. La verdad es que le iba bastante bien.

Ai-Es que estoy pensando.

Viola-¿En qué?

Ai-En muchas cosas...Debería irme a dar un paseo.

Viola-Deja que avise a alguien para que vaya contigo.

Ai-No, necesito estar sola.

Salí de la residencia de mujeres, no tenía un destino fijo por lo que deambulé hasta llegar a un lago.
No tuve que acercarme mucho para ver que alguien salía después de haberse bañado. Tenía el torso lleno de tatuajes, además de la piel ligeramente bronceada. Mi cerebro no tardó mucho en darse cuenta de quien era.

Ai-Oh oh...

El ojigris se giró en mi dirección en cuanto esas palabras se escaparon de mi boca.

Continuará...

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