- Color -

Usopp decidió que hoy usaría una coleta de color rojo. Usualmente, sus colores eran café o amarillo, pero usar otros colores de vez en cuando no estaba para nada mal. Ahora mismo, decidió salir de su habitación. Todo el día estaba tranquilo; no había dormido bien. No llevaba bien el dormir solo, le recordaba todos los años que estuvo durmiendo solo en esa casa vacía donde antes vivía con su madre.

Cuando salió, se dio cuenta de que aún era demasiado temprano como para que todos estuvieran levantados. Culpo a su falta de sueño la razón de su desvelamiento, así que caminó hacia la cocina para prepararse algo para comer. Realmente tenía hambre en este momento.

Tomó su delantal, que estaba bien guardado en uno de los cajones de la cocina, y se lo puso. Era amarillo con un girasol en medio; le gustaban los girasoles.

Comenzó a cocinar un par de huevos para hacer huevos revueltos y café. No, mejor no tomaría café; el café empeoraría más sus problemas de sueño. Ya tenía ojeras, después de todo.

Mientras cocinaba de lo más tranquilo, escuchó cómo la puerta se abría detrás de él. Miró hacia atrás, y Sanji lo miraba sorprendido, sacando el cigarrillo de su boca se acercó a paso lento mientras Usopp volvía a lo suyo.

—Ahora tienes mucho más control de la cocina que antes —Usopp sonrió, pero luego su sonrisa decayó un poco, claro, después de todo el tiempo que estuvo solo.

—Sí... —Sanji miró bien el rostro de Usopp; como aún no había mucha luz, no lo había visto bien, pero ¿eran esas ojeras?

La mano de Sanji viajó hasta la mejilla de Usopp, que se sorprendió por el tacto. Con su otra mano y maestría, apagó el fuego e hizo que el chico mirara hacia su dirección. Aunque el chico parecía estar sorprendido, el pulgar de Sanji acarició la zona debajo de los ojos de Usopp, donde se podía ver ahora sí, perfectamente las ojeras.

—No parece que hayas dormido muy bien —Usopp tomó la mano de Sanji y la alejó de su rostro con calma, después de todo, estaba acostumbrado.

—No me gusta mucho dormir solo —Usopp movió sus huevos revueltos a un plato y procedió a preparar su té, pero Sanji le quitó la tetera de las manos.

—Yo lo hago, no quiero que te quemes por estar distraído —Usopp se sonrojó un poco y comenzó a retirarse el delantal amarillo, mientras Sanji servía, se distrajo ante la vista, y el agua caliente comenzó a escapar de la taza, quemándolo, pero él ni siquiera lo sentía.

Usopp lo miró sorprendido y con su propia mano le quitó la tetera de las manos a Sanji, poniéndola de regreso en la cocina, haciendo que el cocinero reaccionara. Al ver cómo Usopp le quitaba la taza y tomaba preocupado su mano "herida".

—Está bien.

—No está bien, te quemaste. ¿Qué pasó? —Usopp se alejó un poco cuando Sanji retiró su mano para ponerla unos segundos en agua fría y luego retirarla. Estaba acostumbrado al fuego.

—Me distraje con una vista hermosa —El color subió a la cara de Usopp, que se avergonzó y movió su taza y huevos a la mesa. No podía creer que en un momento así le lanzara un piropo.

—Eres un idiota, Sanji —El cocinero encendió la cocina y siguió con su labor, no sin antes besar la cabeza de Usopp, que lo miró avergonzado. Discretamente, aprovechó a oler el aroma tan atrayente del omega.

—El delantal te quedaba bien —Usopp quería huir de la vergüenza; sentía el latido de su corazón en sus oídos.

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