Capítulo 8

Scary Love.》

“Tu amor está asustándome. Nadie se había preocupado por mí, tanto como tú”.

A media carretera, en el auto. Harry dormía a su lado, y Louis no hacía más que contemplar el contorno de sus labios.

—Así que….Tomlinson...—La mujer que conducía le llamó de repente aprovechándose del momento.—Harry me comentó que irías a la universidad el próximo año, eso suena muy importante.

Louis tragó seco, no estaba preparado para hablar. Joder, su cerebro no funcionaba al 100% a esas hora del día.

Tratando de sonar tranquilo. Y rogaba a cualquier deidad que decidiera ayudarle no arruinar todo.

—De hecho, aún me faltan un par de pruebas y…

No muy convencida de su respuesta. —¿Entonces no estás seguro qué harás con tu vida?

(Mierda, ¿¡Por qué todos se creían consejeros motivacionales!? Y peor aún, ¿Por qué le hacían preguntas que no sabía responder?)

Sin medir demasiado sus palabras.—De hecho. No, no lo sé. Pero, ¿Quién está totalmente seguro de eso? Sé lo que quiero, séa donde quiero llegar, es solo que en mí mente, planificar mi vida está demás. Porque no sé qué pasará más adelante. Así que no me queda más que adaptarme y dar lo mejor de mí.

Louis había alzado ligeramente su tono de voz, causando que Harry despertara; Aún así, no iba a abrir los ojos porque conocía lo suficiente a su madre como para saber que se comportaría de forma diferente si creía que él no la observaba.

—Me gusta más esa respuesta.

—G-gracias.

(No, silencio incómodo no, por favor.) Rogaba el castaño.

—¿Por qué eres amigo de mi hijo?

—Es una gran persona, es genial pasar tiempo con él.—Nervioso.

—Perdón, no formulé bien la pregunta. Quise decir si eres “Ese” tipo de amigo.

Sin comprender.—¿A qué se refiere con eso?

—Me refiero al tipo de amigo que lo vea fijamente de perfil, que se deja abrazar y que se escabulle de mi casa en las mañanas.

Abrió los ojos con sorpresa.

Rió nerviosamente, rascando su cuello.—No estoy seguro de serlo, digo, nosotros nos hemos vuelto muy cercanos. Él es tan interesante y…

Interrumpiéndole.—Yo tuve un amigo que me consideraba interesante, lo malo es que, ahora me engaña con cuánta moza puede y quiere dividir mis propiedades.

—¿Insinúa que quiero sacar provecho de Harry?

—No lo sé, no estoy segura. Es por eso que te lo pregunto directamente; porque Harry odia las mentiras pero él es a veces tan crédulo.

Esto era lo que menos quería, un problema innecesario.

—¿Por qué se supone que iba a mentirle? Yo no tengo nada que ocultarle, (Sí. Sí tienes, imbécil.) ¿Usted sí?

—Ya veo...solo, cuida tus acciones, William.

Louis no sabía si sonreír victorioso o golpearse por mentiroso.

Oh, vaya. Hasta sus pensamientos rimaban.



Verde por todos los lados. Grandes árboles, y verde, frente a él.

Reaccionó cuando Harry tiró levemente de su hombro.—William, te has quedado en blanco.—comentó con gracia al ver la reacción del castaño.

—Bueno, me perdí en el medio de tus ojos.—Estuvo a punto de ser totalmente tierno cuando—Digo, tienes un grano justo allí.—Recibió un pequeño golpe.—Bien, bien.

—Eres un tonto.

—Tienes un grano y unos ojos muy bonitos.

No sabía qué contestar, no sabía cómo reaccionar a las muestras de afecto, por ridículas que fueran.

Cambiando de tema.— Pienso que podríamos ir a caminar en lugar de quedarnos afuera de la oficina del decano esperando a mamá.

Victorioso ante la actitud nerviosa del otro. —Lo que ustede órdene, Capitán.

El ambiente era limpio, se respiraba entusiasmo y la motivación parecía estar presente en el aire.

Había grupos de jóvenes en el césped, otros corriendo atareados a sus clases, y Louis solo podía pensar, qué tal vez, estar allí no era algo malo de desear.

Comenzaron a caminar mientras hablaban de cada detalle que les parecía fascinante.

Llegaron a un salón que parecía estar abierto al público, sin dudarlo mucho, la curiosidad les movió a entrar en ella.

Louis que tenía fama de ser impulsivo, y en un intento de lucirse frente a Harry, al ver el piano que estába en la esquina del que parecía ser un salón de clases, corrió hacia el.

Tecleando una canción con lentitud mientras tarareaba levemente, ante Harry que le veía interesado.

—Nunca mencionaste que sabías de música.

—Sí, lo hice.

—Es decir, no dijiste que tocaras el piano.

—Oh, sí. Y también canto como un ángel. —Dijo con gracia mientras inclinaba su cabeza hacia atrás.—Bueno, solía cantar.

—¿Ya no lo haces? —Curioso.

—Desde...—Su memoria rebuscó quizás dando en algo que no debía.


William lloraba en la esquina de la sala. Louis trataba de consolarlo, y su abuela no muy lejos de allí intentaba no prestar demasiada atención al escándalo.

—Las cosas llevan tiempo, Will. Solo tienes que seguir practicando, ya verás, sé que serás genial con el piano.

—¡No quiero que tome tiempo! Tú aprendiste muy rápido, ¿Por qué yo no?

—Todos tenemos distintas habilidades, solo tienes que esforzarte, ya verás. — sonrió Louis, tiernamente a su clon.

Nana y Louis eran un dueto. Desde que era muy pequeño había adorado ensayar la misma canción una y otra vez con su abuela.

Después poco después de cumplir once años logró aprender esa misma tonta canción en el piano. Ahora no solo cantaba, era todo un músico.

Pero William se sentía desplazado, olvidado. Se ponía triste cada vez que Lou se marchaba a casa de su abuela a ensayar. Así que comenzó a acompañarle; pero el sentimiento de insuficiencia crecía dentro de él, aplastándole.

Y Louis, que era tan noble, y que conocía ese sentimiento tan bien encontró una solución.

—Si prometes no llorar, haré cambio de lugar contigo. Si quieres, puedo tocar y tú cantarás con la abuela. —El pequeño castaño sabía que cantar se le daba muy bien a su hermano.

William limpió sus mejillas.—Está bien.—Aceptó tranquilizándose.

Louis pasó al fondo, y eso no le molestaba. Porque nisiquiera era consciente de lo que pasaba.

Él no se sentía como una sombra, a pesar de que él mismo se estaba convirtiendo en una.

—Es decir, mi hermano canta. Mientras yo toco el piano.

—Pero... él no está aquí.—Dijo Harry.— Canta para mí.

—¿Me estás ordenando que cante?

—Sí, pequeño.

—No tienes autoridad de decirme pequeño. Soy mayor que tú.

—Cierto, pero desde que nos conocimos. Yo he crecido más de cinco centímetros y tú sigues igual.

Ofendido.—Me duele tu actitud prejuiciosa.

—Bien, bien. Gran hombre, canta para mí.

—Lo haré si cantas conmigo.

_ ¿Acaso crees que me voy a negar a eso? Soy excelente cantando.

—Olvidé que hablo con el Sr. Piernas egocéntricas.

—Espera, ¿Qué?

—Tu ego es proporcional a tu altura. Dios nos libre si sigues creciendo.

—Crecer es una ventaja para mí.—Se sentó junto a él en el taburete del piano.

—¿Por qué lo dices?

—Es una ventaja si quiero retenerte conmigo.

—¿¡A la fuerza!?—Dramatizando, mientras reía.

Negó con la cabeza, tomando con gracia las exageraciones del otro. Tomando la iniciativa de cantar.

— “Bebé, tengo buena suerte contigo. No sabía que llegaríamos tan lejos. Y es solo el comienzo
Bebé, me tienes preocupado…”

Louis conocía esa canción como buen fan obsesivo de The Neighbourhood que era.

Algo dentro de su estómago se movió. Era extraña la forma en la que la letra de una canción podía ser tan semejante a sus pensamientos.

Sería posible que…¿Harry también se sintiera de esa forma?

—”Tu amor está asustándome. Nadie se ha preocupado por mí. Tanto como tú...”—Louis le siguió cantando, tocando a media el piano.

—”Luces mejor cada día, lo juro. Realmente, es un poco injusto. Bebé, me estoy estrellando por ti’.

—”Tu amor es terapia. Ninguna droga puede darme claridad. Tanto como lo haces…”— Louis se quedó callado.

Demonios que él sentía algo. Algo de lo que se había jactado todo su vida ser incapaz de sentir.

Se había burlado por años de los tontos enamoramientos de sus hermanas; pero allí estaba él. Desesperado, desesperado por besar a Harry, por correr hacia el interior de su mente y saber si él estaba allí tanto como el rizado estaba en la suya.

Respirando con dificultad cuando su mente le dijo a su pecho lo que estaba pasando.

Porque la había liado en grande, y no debería sentirse de esta forma; pero no había manera de detenerlo.  

Realmente sentía algo por el rizado  a su lado.

—Tommo, ¿Estás bien?

—Yo...—Sin reaccionar.

No lograba entenderse a sí mismo a totalidad. Solo estaba seguro de que si seguía un segundo más sin tocar los labios del otro moriría.

Se acercó a él, aprovechándose aún más de lo cerca que ya estaban.

No quería perder el control, pero lo hizo. Lo último que sintió fue  el aliento del otro topar con el suyo. Respirando lento, con cada movimiento en cámara lenta.

Harry solo estaba allí, disfrutando de la timidez que mostraba el otro para besarle. Lo cuál le llevaba a preguntarse, ¿Cuántas veces había hecho esto antes?

Porque Louis, le besaba con dulzura demasiado inocente.

Alguien aclaró su garganta detrás de ellos haciendo que se separaran.

—Venía hacia acá a pedirles que por favor se retiraran, luego los escuché cantar y quedé fascinada. Justo cuando iba a felicitarles, vienen y me dan tremenda escena, jóvenes.

Avergonzados.—Ya nos íbamos.—Harry poniéndose de pie tirando del brazo del otro.

—No, no. ¿Tomarán esta clase este semestre? Dios, la forma en que tú, el de anteojos ejecutabas el instrumento  sin dejar de verle a él. ¡Debes tener oído absoluto!

Doblemente avergonzado, Louis. —No, no. Nosotros ni siquiera estudiamos aquí…

—Deberían.—Afirmó la mujer, catedrática de ese lugar. —Si gustan, pueden quedarse oyentes a la clase de hoy.

Ambos asintieron y acataron las indicaciones.

Harry sabía que él nunca podría estar en una clase de arte, o tomar una carrera así.  Sabía que debía seguir los pasos de su padre; pero ver al castaño sonreír con algo que verdaderamente amaba consiguió que su ser entero temblara.

Aunque traten de negarlo. La única cosa que el ser humano jamás podrá cambiar será tu pasión.

Louis era un apasionado a la música, y Harry, definitivamente se estaba apasionado por Louis.  




[Notificaciones:]

Messenger

Liam Payne:

Oye, ¿Eres el chico con camiseta de Daft Punk?

Zayn ladeó la cabeza, estaba  desayunando en la barra de en un restaurante a unas calles de su apartamento.

No era especialmente sociable, es decir, era guapo y las personas solían verle demasiado cuando caminaba por la calle; pero fuera de Louis, no era como si todas esas personas se animasen a hablar con él.

Bajó la vista hacia su pecho.

Sí, él estaba usando esa camisa.

Zayn Malik:

¿Te conozco?

¿Debería preocuparme porque un desconocido sepa cómo estoy vestido?

Liam Payne:

No te estoy siguiendo si es lo que piensas.

Zayn Malik:

Sí, claro…

Levantó la vista buscando a alguien que podría estar observándole.

Liam Payne:

Deja de buscarme, es gracioso

Deja de tomar agua así.

Vas a atragantarte

Oh, bonito. Vamos, parece que estás teniendo un ataque de nervios

Zayn Malik:

Esto es tan malditamente raro.

¿Quién eres? ¿Dónde estás?

Liam Payne:

Si es tan raro, ¿Por qué sigues respondiendo?

Buscó entré sus bolsillos efectivo, y se lo entregó a la mujer que estaba atendiéndole. Se puso de pie, dispuesto a irse. Siendo retenido por la persona que comía unos metros a su lado.

—¿Me excedí, cierto?—Dijo el sujeto. Zayn levantó la vista hacia el chico con una mezcla de molestia e incertidumbre.

—¿Por qué estás tocándome?

—Porque no estoy seguro que me recuerdes y la última vez que nos vimos me llamaste “Idiota”.

Buscando un recuerdo.—me corrijo ¿Por qué el idiota que me destrozó un retrovisor está tocándome?

—Oh, no solo soy ese. También soy el idiota que tomaba clases de francés contigo cuando estudié en una escuela religiosa. Desapareciste y nunca tuve oportunidad de saber tu nombre.

—No era necesario que lo supieras. —De pronto consternado.

—Lamento haberte asustado; pero no podía perder la oportunidad de hablarte.

Quería saber hasta dónde podía llevarle su interacción con el chico Malik, Liam no solía ser así de amable, no sabía cómo comportarse con otras personas.

Era este chico  que le daba una pauta a ser tan desagradable como estaba acostumbrado, pero no podía.

El desperdicio de Zayn parecía dulzificarlo.

— Suéltame.—Dijo desafiante y contrario a lo que creía, el otro lo soltó.

—Creo que ya lo sabes, pero mi nombre es Liam.

—No me importa.

—Y tú, el pequeño moreno  eres Zayn.

—Deja de hablar mierda.

—Vaya temperamento….—Se burló un poco.—Entonces…¿me das tu número?

Ofendido, caminó ignorando al otro, dejándole hablar solo mientras salía completamente del restaurante.

No había llevado su motocicleta, así que solo le quedaba caminar muy muy rápido.

Liam corrió hacia su auto. Y a paso lento le siguió.—Oh, vamos. Eres mejor que dejarme hablando solo de esta forma. —Dijo a través de la ventana.

—No voy a darte nada.

—Eso es muy poco optimista de tu parte.

—¿Qué pasa contigo? No te conozco, y no te daría mi número ni porque lograras conseguir todas las malditas margaritas del centro de londres.

Para mala suerte de Liam, habían llegado hasta el edificio de Zayn. En dónde el otro no dudó en correr hacia adentro, haciendo que perdieran su rastro.

Sus intereses se movían de forma automática.

Sabía que tenía una cita con William en media hora.

Platón define al amor platónico como “El deseo de conocer a alguien”

Le gustaba estar con el castaño, y sí debido a que era su “platónico” no podía evitar sentir es ligera atracción a él.

pero tras varias semanas tratando con él, había algo en su interior que no le gustaba sobre él.

Quizás era el hecho de que William estaba obsesionado con su primo falso o que fuera  ambicioso.

O Acaso era que, ¿Se parecían demasiado?

No, no. William le parecía...tierno.

Pero demonios, este chico Zayn, era más que eso.

Era el perfume caro, el rostro perfecto y la personalidad explosiva que Liam, no podía pasar por alto.




No es sano, es un químico metido en la sangre que  pudre cada parte del alma.

Es veneno.

Y William estaba infectado.


Louis regresó a casa esa noche sin tener idea de que el Armagedón se había desatado.

Creyendo que su habitación estaba vacía, entró. Encontrándose con William con la mirada en blanco.

—Apareciste.

—No es asunto tuyo.—Repuso Louis Molesto.

—¿Qué tal la universidad? ¿Disfrutaste lo que nunca podrás tener?

—¿Podrías callarte? Estoy demasiado feliz como para hacer caso a tus estupideces.

—¿Disfrutaste a Harry? ¿Hacerte pasar por mí te dió la atención que estás mendigando?

Empezando a enojarse.—Harry no es un objeto, no puedo “Disfrutarlo”—Hizo comillas con los dedos.—Ese es tu problema, imbécil. Por eso Él no te quiere.

William se acercó violentamente, empujándole.—¿Qué dijiste?

— Él. No. Te. Quiere.

—Le gusta William, ¿No es así? Tú solo eres un fraude.

—Le gusto yo. Y estoy seguro que si tú te acercaras a él te rechazaría. Él sabrá que no eres yo.

—¿¡Ah sí!? ¿Quieres probar eso?

—Pierdes tu tiempo. — Se alejó y Tomó una almohada y una cobija dispuesto a irse a dormir a la habitación de las gemelas.

—¿Tan asustado estás, Louis, de que él me quiera a mí?

Saliendo totalmente de sus casillas. Desapareció el espacio entre ellos. Tomando a Wiliam de la camiseta.

—¡Aléjate de Harry! ¡Tú estás enfermo! Eres un acaparador que quiere todo para sí mismo.—Le agitó con rudeza.

Riéndose.—¿Qué harás cuándo sepa que tú eres un mentiroso?—Le soltó.

—Esa decisión le corresponde a él, no a tí.

—Entonces acepta mi trato. Deja que él elija entre nosotros.—Le tendió la mano.

Nublado por el enojó la tomó.—Sé que me elegirá a mí.

—No tienes nada para confirmar eso.

—Sí, lo tengo.—Sonriéndo con supremacía.— Porque cuando me besa, me besa con tanta suavidad, con tanta paciencia. Como si quisiera cuidarme. ¿Y a tí?

Oh, es cierto. Tú no sabes nada de él. Ríndete, William.

Salió de la habitación dejando al otro perplejo, pensando.

Si Louis había besado a Harry, William debía llevarlo...al siguiente nivel, ¿Cierto?

Sin importar la pelea, el Tomlinson mayor durmió sobre la alfombra rosa de sus hermanas con una sonrisa.


Un par de horas antes.

—Bien, muchachos. Espero que esta experiencia les haya servido.—La madre del rizado hablaba durante la cena, (a la que había obligado a Louis a quedarse).

—Sí, a tí….—Tommo— Tommo, realmente espero que el próximo año estés allí. Es lo que quiero de las amistades...de Harry.—Ahora el padre.

Harry, avergonzado.—Papá, deja de presionarlo. Por favor, no es como si fuéramos a casarnos.

Louis vió la oportunidad y la tomó. Sin importar que fuese en frente de los padres del otro.

—¿No vamos a casarnos? ¿Qué pasará con nuestro hijo?

El padre del rizado se ahogó con su ensalada.—¿Su qué?—Riendo ante tal idiotez.—Ya escuchaste, Harry. Más le vale a ambos terminar la universidad por el bien de su hijo.

—Cierto, mí hijo.—Harry pateó a Louis debajo de la mesa.—Por eso es que estás más gordo.

Ofendido, sobándose el pecho.—Tranquilo, Lorenzo. Tu padre no me ofende en vano.

—¿El bebé está en tu pecho?—Harry con gracia

—Está en mi corazón.

Los padres de Harry diferían en ideas, y nisiquiera podían comer el uno frente al otro.

Pero no cabía duda de que lograban muchas cosas por Harry.

Aunque sacrificar su felicidad, estaba sobrevalorado ¿Cierto?

Louis pensaba, ellos tienen un hijo tan maravilloso y  una mirada tan triste, porque no se aman.

Entonces comprendió que los hogares perfectos, están muy lejos de ser una más que una mentira.

Pero no podía quejarse, después de todo, ser aceptado por la familia del chico era, aparentemente muy difícil de lograr.

No, definitivamente no podía quejarse. No cuando Harry le besó en el pórtico antes de irse. No.

No cuando tenía una imagen mental tan clara de sus ojos brillando solo para él.









¡Hola! ¿Cómo están?
Ya saben, si les gusta compartan, voten y compartan, ah y compartan.

¡Nos leemos el jueves!

Manténgase con vida.J.S.

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