Día 4: mariachis

El mexicano se levantó de mal humor, empezando con Ciudad de México que estaba dándole unos buenos golpes a Michoacán mientras lo regañaba por el precio del aguacate.

A Coahuila se le quemó el desayuno y Nuevo León estuvo quejándose del agua toda la mañana.

San Luis estaba todo asustado porque se cargaron a una persona en un mercado sobre ruedas de su capital, Sonora, Sinaloa y Baja California se quejaban del calor. 

Y para acabarla, el pendejo de ONU lo regañó otra vez por la inseguridad. 

Después de desayunar entre gritos y discusiones que eran normales, el mexicano subió a su habitación y abrió su laptop para empezar con un trabajo que el presidente le había encargado. 

Seguía escuchando gritos en la parte de abajo, que realmente eran capaces de desconcentrarlo, así que simplemente se puso unos audífonos y fingió que no escuchaba. Necesitaba terminar para mañana, y si se distraía daría por perdido el día. 

Por su parte, los estados seguían peleando por cualquier tontería cuando se dieron cuenta de que su padre se había esfumado. 

-Ya vez pedazo de animal!- le gritó Michoacán a su hermano 

- Ora'! Yo que chingados wey! fue culpa del pendejo de San Luis!-

-Y yo porque OjEte! si fue Coahuila el que quemó la comida de todos! 

Y así otra pelea comenzó... y está vez, por quién tenía la culpa del malhumor del jefe. 

-30 minutos después-

-a vEr ¿Cómo le vamos a hacer para que mi apa' nos perdone? -preguntó Sinaloa con una pistola en la mano. 

-Y luego porque Roma piensa que eres sicario wey- se escuchó decir a uno de los estados. 

-Oigan, ¿Y si secuestramos al noviecito y se lo traemos?- 

Esa fue la idea que pegó más en toda la tarde. ¿Por qué no? 

Y así, nuestros queridos estados se aventuraron hacia la frontera para llevarle una ofrenda de paz a su padre. 

El plan era el siguiente:

Guanajuato se iba a encargar de ser el conductor de escape, porque 1, es bueno manejando como si trajera vacas y 2, el guanajuatense no tenía culpa de nada y solo quería estar en el desmadre. 

A San Luis le toco lo cinta adhesiva y el cloroformo

A Jalisco le toco proveer de vestimenta a todos. 

A Nuevo León le toco cargar a la gord- digo, a Usa a la camioneta (Que por cierto, se la iban a robar a la migra)   

Y a los demás les tocaba conseguir instrumentos. 

llegaron hasta Texas, por suerte, el estadounidense se estaba tomando unas vacaciones en territorio del texano y fue más fácil llegar a la mansión en la camioneta. 

F por Usa, no pudo terminarse su hamburguesa porque San Luis lo durmió. 

Cuando nuestro querido gringo se despertó los estados rodeaban al americano. 

¿Y si lo mataban y vendían sus órganos en tamales? ¿Su querido mexicano se enteró de que promociona el taco Bell como taco mexicano y ahora había mandado a sus estados-sicarios a que le pasen factura? Sip, el gringuito se estaba cagando poquito. 

-Tranquilízate ballenita, mi jefe trae un humor de perros y seguro tu sabes como hacerle- dice Jalisco riendo ¿Usa debería ofenderse?

Unas cuantas horas después, todos bajaban de la camioneta vestidos de mariachis y se posicionaban frente a la ventana del mexicano. 

Michoacán aventó una pierda que llamó la atención del tricolor, quién salió a ver el numerito. 

-Aviéntale güero, como lo practicamos- le susurró Nuevo León con una guitarra en la manos. 

El estadounidense suspiró y miró directamente a los ojos verdes de su amado, y con su mejor pronunciación empezó a cantar: 

Mil y una historia me he inventado
Para estar aquí, aquí a tu lado
Y no te das cuenta que
Yo no encuentro ya qué hacer


Sé que piensas que no he sido sincero
Sé que piensas que ya no tengo remedio
¿Pero quién me iba a decir que sin ti no sé vivir?


Y ahora que no estás aquí
Me doy cuenta cuánta falta me hacesSi te he fallado, te pido perdón
De la única forma que sé
Abriendo las puertas de mi corazón
Para cuando decidas volver


Porque nunca habrá nadie que pueda llenar
El vacío que dejaste en mí
Has cambiado mi vida, me has hecho crecer
Es que no soy el mismo de ayer
Un día es un siglo sin ti


Los estados tocaban la melodía de aquella canción de Chayanne observando como su jefe cambiaba su semblante serio a una sonrisa sincera. 

(Los estados no se salvarían de la putiza)

Si te he fallado, te pido perdón
De la única forma que sé
Abriendo las puertas de mi corazón
Para cuando decidas volver


Porque nunca habrá nadie que pueda llenar
El vacío que dejaste en mí. 


La canción terminó y el mexicano salió de su casa para abrazar fuertemente a su pareja, a pesar de que la idea no fue de esta. 

-Ese pendejo se llevó todo el crédito -dijo molesto Sonora

-Pero el jefe ya no anda molesto- le respondió Baja California. 





jaksjsk perdón desayuné payaso hoy xd.

El miércoles si se cargaron a un vato en el mercado yo vivo por ahí  😳


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