~8~
Un mes y medio había pasado de aquel encuentro fogozo y hacía dos semanas que TaeHyung no respondía los mensajes, llamadas y correos de Seok Jin. El Alfa sabía que TaeHyung estaba pasando por todo tipo de emociones y eso lo ponía demasiado ansioso y hasta un poco loco porque no le respondía. Sabía que estaba bien por parte de Do-San e incluso había mensajeando al amigo de TaeHyung, el bonito Omega SeongHwa quien también le recalcaba que estaba bien, solo demasiado sensible por todo lo que estaba sucediendo.
Para TaeHyung, escuchar su voz o verlo por una cámara solo rompería su corazón porque la situación de seguir impidiendo todo tipo de viajes se estaba extendiendo a más que solo Corea del Sur y Japón. Las desapariciones iban en aumento, cada vez más... Tanto cerca del distrito de Tae en Japón y cerca de Seok Jin también. Resoplaba y estaba a punto de tirar su teléfono contra el piso de la plazoleta cuando una mano tomaba su muñeca.
— ¡Ya! —una voz dulce tras él lo detenía.
— ¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste? —cuestionaba el Alfa, soltandose del agarre suave.
—Seguí tu aroma luego de mis clases, estás furioso y un fuerte aroma a canela se desprende de tí, mi amigo —mencionaba WooYoung, sentándose a su lado.
De repente Seok Jin giraba y lo veía con su cabello—el cual era azabache—ayer y ahora estaba completamente rubio. Los ojitos celestes de WooYoung y el conjunto de su nuevo color lo hacían verse demasiado etéreo.
—Y luego no quieres tener a los alfas detras de ti —setenciaba—. ¡Mira como te ves!
WooYoung abria grandemente sus ojos—. ¿Eso significa que me veo bien? —arrugaba su ceño—. Tu estado de ánimo ha estado tan extraño que no entiendo cuando estás feliz o enojado... ¿Sigues sin saber de tu novio?
Seok Jin apretaba sus dientes—. Toda esta maldita situación empeora poder vernos
—Solo ha pasado mes y medio, no es para siempre...
—Mes y medio y TaeHyung volvió a dejar de comunicarse conmigo —apretaba sus dientes y cerraba con fuerza sus ojos. Estar nervioso y enfurecido, triste o feliz no era de ayuda para él ni mucho menos para TaeHyung. Suspiraba y se calmaba de repente.
Inhalaba y exhalaba.
—Es fascinante la forma en que cambias totalmente tu actitud —susurraba WooYoung, viéndolo de cerca—, apenas y puedo olerte ahora. Dejaste de esparcir tus feromonas con tal facilidad... ¿Qué eres? nunca leí que un puro Alfa fuera tan controlado, de hecho se dice que son más territoriales de lo común, más enojones y bravucones... Tú eres demasiado amor y paz para tu casta.
WooYoung lo miraba tan de cerca y descaradamente que, Seok Jin se había sentido un poco invadido, aunque no era la primera vez, WooYoung era bastante descarado y tenía esa esencia que le recordaba mucho a Tae.
—Deja de verme como bicho raro tú también —pedía.
—No eres un bicho raro —mencionaba relajado y sonriente—. Creo que eres extraordinario —exclamaba.
De nuevo el recuerdo de Tae y la mismas palabras que él la había dicho mes u medio atrás.
—Lo extraño —soltaba, recibien una mirada de lástima por parte de su amigo—, sé que esto solo es momentáneo, pero maldita sea que solo va un maldito mes y medio y ya dejo de hablarme ¿si esto se extiende a años que se supone que debo esperar de él?
WooYoung lo miraba con un poco de congoja y ponía su mano en el hombro del Alfa—. Desde que te conozco dices lo mismo. Solo sé que no estoy seguro que deberías esperar, pero te es inevitable "esperarlo" a él —hacía las comillas y una mirada de lástima se pintaba otra vez en sus orbes celestes—. Si son destinados ¿qué importa cuánto tiempo pase? ¿y que importa si él se aleja de ti?. Ustedes siempre esperarán por el otro, así que relájate y dale un tiempo.
Seok Jin lo miraba y suspiraba—. Solo me gustaría ser su consuelo por llamados y él no me lo permite. A la distancia es él quien me condiciona a mí y no es justo.
WooYoung acariciaba su espalda en un intento de enviar calma, apenas se sentía su aroma a fresas que destilaba tímidamente sabiendo que Seok Jin podría sentir repugnancia al no ser el aroma de su Omega, pero extrañamente y una vez más, Seok Jin no decía nada y absorbía el aroma a fresas, teniendo en cuenta la buena actitud de su único amigo. Y aunque le había creído aquellas palabras de que solo era momentáneo—en ese entonces—aquello se había extendido más de lo que imaginaba.
Cuatro meses había pasado ya y la cosa no mejoraba. Los desaparecidos iban en aumento. Omegas pequeños, jóvenes y en cinta, seguían subiendo en números. ¿Personas encontradas? ninguna, ni vivas, ni muertas. Como si la tierra se los hubiese tragado y a TaeHyung junto con ellos, porque para Seok Jin hablar con él seguía siendo imposible. Apenas obtenía respuestas nulas a sus preguntas. Llamados jamás y poder verse por Skype muchísimo menos. La comunicación era tan escasa y lo último que Seok Jin quería era ponerse demasiado demandante. Entendía la frustración que le llegaba del Omega, el miedo, la tristeza. Estaba demasiado atento a las emociones de su Tae, y cuando podía e intentaba mantener sus propias emociones a raya, enviaba calma y cuando lo hacía un mensaje de texto de agradecimiento le llegaba por parte de TaeHyung.
Aquello era un especie de consuelo pero no era lo que esperaba. Él no se imaginaba que TaeHyung se volvería tan distante y a la vez emocionalmente dependiente, pero cerrando toda vía de comunicación. Para esas estancias los alfas habían sido reclutados para tomar turnos y vigilancias, para poder tener todo cubierto y ciertamente, la comunidad y manada que los padres de Seok Jin llevaban a cabo, tenía la tasa más baja de desparecidos a lo que iba de esos meses. Eso era lo único positivo, tanto trabajo y sacrificó le está resultando. Pero los nombres en su lista seguían sin aparecer.
El castaño volvía a su casa a horas elevadas de la noche, el silencio era el que reinaba en su residencia. Sus pies arrastrados resonaban en la misma y daba evidencia de que había estado patrullando y luego solo... Caminando sin rumbo alguno, luego de varios intentos de llamar a TaeHyung. Cuando pasaba por en frente del despacho de su madre, veia las luces encendedidas y se atrevía a abrir la puerta. Sunny giraba y lo veía con una dulce sonrisa en sus labios.
—Estás agotado —susurraba—. Ven aquí —palmeaba el asiento vacío a su lado.
Seok Jin se acercaba a paso lento y lo primero que salía de su boca era—: ¿Hablaste con la señora Tae-Eul? Tae no me ha respondido en todo el día.
Sunny suspiraba y acariciaba su rostro, luego asentía—. Hablé con Tae-Eul, ella me dijo que Tae está bien, solo que surgieron cosas que lo han tenido muy pegado a ella y muy preocupado
— ¿Qué cosa? ¿Qué le sucedió y por qué no me lo dijo?
—Porque no tiene que ver con Tae... —Sunny sonreía con dulzura—. Tae-Eul está embarazada —la mandíbula de Seok Jin por poco y tocaba el piso junto con sus ojos abiertos de par en par y sus cejas a punto de salir de su frente—. No quisieron anunciar nada hasta pasar los primeros meses, son tiempos complicados para que una Omega este esperando familia
— ¿Por qué no me lo dijo? —cuestionaba dolido—. Es por eso que lo he sentido tan... —Seok Jin tocaba su pecho—. Debe estar aterrado...
—Lo está. Cambio sus estudios, está desde casa, no quiere dejar sola a Tae-Eul mientras Do-San siguen haciendo su trabajo, el que cada vez le consume más tiempo como a tu padre y a ti. Do-San está codo a codo con el Alfa de su manada y tenerlos a ambos juntos en casa, resguardados, es algo bueno si familia
—Si —susurraba sin aliento con su cabeza muy lejos de ese lugar—. El lado positivo es estar con su madre. Están juntos y protegidos —murmuraba.
Su pierna subía y bajaba mientras sus codos estaban apoyados sobre sus rodillas y todo su cuerpo terminaba vibrando a la par de su pierna.
— ¿Qué tienes? —cuestionaba Sunny.
Seok Jin alzaba la miraba, abría su boca y—. ¿Qué tal si..? —volvía a cerrarla y negaba, la mano de su madre se posaba en su pierna para que dejara de moverla y lo hacía, luego sus ojos le incentivaban a hablar—. ¿Cómo sabes qué...? Dios, olvídalo... Estoy delirando y haciendo conjeturas extrañas
—Compartelas conmigo —pedía, logrando que Seok Jin saltará de su silla cuál resorte—. Jin...
— ¿Y si es Tae quien está en cinta y no Tae-Eul? —soltaba de repente.
Su madre notaba sus ojos llorosos y lo ansioso, triste y preocupado que se había puesto, mientras se despeinaba y su mandíbula se apretaba.
—No lo es —susurraba débilmente.
— ¿Cómo estás tan segura? La forma en que he sentido el estado anímico de Tae, cambiante, ansioso, triste... Asustado
—Cariño... —Sunny tomaba su notebook y buscaba entre sus correos—. Tae-Eul me envió una foto... —mencionaba mirando a Seok Jin y pidiéndole que se sentará a su lado nuevamente, mientras le permitía ver la foto de la familia Kim. Una Tae-Eul reluciente, con una panza asomandose, un TaeHyung acaramelado a su lado y Do-San abrazando a ambos—. Mira, se puede ver su pancita...
Seok Jin se acercaba y suspiraba—. Oh...
Sunny sentía como su pecho se contraía, Seok Jin estaba decepcionado—. De todas formas ustedes se cuidaron ¿no?
—Si lo hicimos, pero... —miraba de soslayo a su madre, sintiéndose fuertemente intimidado por la delta.
— ¿Pero? —cuestionaba preocupada.
—Nada —le resultaba extraño hablarlo con su madre, pero a la vez se había soltado un poco más aquellos meses, así que suspiraba sonoramente. Ella siempre le daba esperanzas respecto a Taehyung y él—. Rompí unos de los condones al quitarmelo —admitía con su rostro rojo—, pero no estaba seguro del todo y una cosa coincidió con la otra... —agachaba la cabeza apenado—. No lo sé, no saber de él me tiene mal.
Sunny suspiraba—. Por un momento pensé lo mismo que tú, que era TaeHyung y que te lo estaban ocultando. Aunque estaba segura que ustedes tendrían cuidado y seguramente Tae-Eul tiene a TaeHyung bien aprendido.
Seok Jin suspiraba y miraba al Tae de la foto, lo extrañaba horrores.
—No veo la hora de poder viajar y verlo, mamá...
—Ya lo harás, mientras tanto dale su espacio. Creo que el embarazo de su madre, extrañarte y todo el caos allá afuera podrían hacer de cualquiera de nosotros un mar de contradicciones emocionales... No te obsesiones demasiado, envíale calma. Enfócate tú también... Es un proceso, es la realidad que vivimos y tenemos que cuidar de la mejor forma que sepamos a nuestros seres amados y aquellos que no tienen a nadie. Tú estás haciendo ambas... De hecho te veo demasiado cansado ¿cuántos turnos has tomado esta semana?
—Todos ellos, siete veces. A la misma hora, en el mismo lugar, combinando con otras zonas que son un punto ciego en las cámaras... —respondía, frotando su rostro.
—Tienes que descansar —exclamaba su madre—. Ve, dale tiempo a Tae y deja de maquinar demasiado... ¿si?
Seok Jin se ponía de pie, besaba la frente de su madre y salía de su despacho. Una vez en su habitación decidia perderse un momento bajo la ducha hasta que decidía salir, ponerse solo un boxer y dejarse caer agotado sobre el colchón. De repente su teléfono sonaba, no tenía ganas de atender pero se obligaba a verlo y cuando lo hacía, saltaba de inmediato del colchón para senterase erguido y atender.
— ¡Tae...! —soltaba alterado.
—Jinnie... Hey —se escuchaba esa voz grave demasiado dulce y baja.
— ¿Por qué me tienes con la maldita incertidumbre? —cuestionaba con algo de irritación.
La línea quedaba en silencio—. No quiero que estés pendiente de mí. Solo es eso... —respondía débilmente.
—Estar pendiente o no de ti, es mi decisión. No decidas por mi otra vez... No lo hagas —pedía sin aliento.
TaeHyung suspiraba sonoramente—. Han pasado muchas cosas, Jin... Lo siento
—Me enteré lo de tu madre y su embarazo.
TaeHyung quedaba en silencio y Seok Jin podía sentir sus nervios y ansiedad. La línea quedaba en silencio y estaba intentando no llenarlo de preguntas, por lo que dejaba que éste respondiera a si tiempo.
—Más que nunca deseo estar con ella —soltaba finalmente—. No quiero dejarla sola... ¿Qué tal si algo le pasa? —susurraba acongojado
Seok Jin apretaba sus ojos y tensaba su mandibula, lo único que deseaba era...
—Me gustaría tenerte entre mis brazos en este momento... —murnuraba suavemente.
—Dios, lo que necesito eso viniendo de ti... —admitía TaeHyung con tristeza—. Te necesito mucho y te extraño, pero no quiero ilusionarme creyendo que esta crisis terminará pronto y no quiero sonar tan malditamente egoísta por querer tenerte conmigo cuando hay gente perdiendo familiares y amigos
—Iré q verte en cuanto esto haya terminado... —prometía de inmediato.
—No quiero eso —susurraba TaeHyung.
— ¿Por qué dices algo así? —el dolor en el pecho del Alfa era inevitable.
¿Por qué Tae decía algo tan frío?
Un silencio abismal al otro lado de la línea y se escuchaba al Omega—probablemente—sorbiendo sus lágrimas.
—Esto no tiene pinta de mejorar y aún si lo hiciera, no te quiero viniendo para estos lados. Todo es tan inseguro y... Frágil
—Mi amor por ti no es inseguro ni frágil —setenciaba.
TaeHyung suspiraba—. No dije que lo fuera y creeme que te siento, como si estuvieras conmigo. Te metes en mis sueños o en mi cabeza, no estoy seguro pero te siento cerca y a la vez tan lejos que duele, Jin. Duele despertar y saber que no estás mi lado —su voz se quebraba un poco.
—Solo un tiempo más... —susurraba el Alfa sin aliento.
Aquello no parecía un simple llamado telefónico. Aquello era una despedida y lo sabía.
—Cuando todo se calme y se pueda viajar nuevamente con normalidad. Me tendrás ahí, lo prometo —volvía a repetir.
—No hagas promesas que no puedes cumplir... —susurraba TaeHyung—. Me gustaría que fuera tan simple
—Lo es... Solo que estás demasiado negativo para ver las variables —mencionaba.
—No las hay... Mis padres aún no volverán a Corea y con la llegada de esta nueva criatura... —Quedaba en silencio y suspiraba—. No dejaré a mi madre ni a mi nuevo hermano o hermana... Y tú no puedes dejar tu lugar...
—Solo estás llamando para decirme "Adiós" —soltaba entre dientes y con un nudo formándose en su garganta—. Solo me estás sacando de tu vida otra vez
—Eres mi Alfa, no te estoy sacando... Te estoy dejando vivir, ninguno va a modificar su vida personal para mantener una relación a la distancia que, eventualmente terminará fracasando —soltaba.
Quizás Seok Jin creía que aquello le resultaba fácil a TaeHyung, pero la verdad era que cada palabra sonaba tan amarga y ácida en la punta de su lengua.
—Eso tú no lo sabes —exclamaba Seok Jin.
—Es verdad —interrumpía—. No lo sé, pero no quiero esperar lo peor, es solo cuestión de tiempo y no es un adiós el que pretendo darte, Kim Seok Jin
— ¿Ah no? ¿Y que se supone que estás haciendo? de nuevo decides por mi. Eres tú quien me condisiona ahora, el que me pone un párate... Eres tú decidiendo por ambos —repetía sin aliento.
—Y quizás sea lo correcto —mencionaba débilmente.
—No lo es —soltaba sin aliento—. Un adiós nunca es la maldita solución —exclamaba Seok Jin.
—Esto no es un adiós —susurraba TaeHyung—. Es un hasta luego...
—Tae-...
—No es nuestro tiempo...
—Lo es, es nuestro tiempo
—Todo está dado vuelta, Jin... El destino está enojado o no nos quiere ver triunfar aún, pero necesito enfocarme en mí y tú necesitas enfocarte en el glorioso Alfa que estás destinado a ser.
Seok Jin derramaba la primer lágrima y una tristeza y pesadez se instalaba en su pecho.
—Eres tú quien nos separa, no el destino —musitaba—. Si no me quieres a tu lado solo dilo y no interferire...
—Te quiero cada maldito segundo conmigo, Jin
—No lo parece...
—Prepárate, tienes un rol importante y yo tengo que cuidar de mi madre y... El nuevo miembro que está en camino —un suspiro abandonaba el cuerpo de Tae y sentía su voz rota, su corazón roto. Seok Jin lo sentía—. Estaremos juntos, cuando el tiempo sea correcto
—El tiempo es correcto
—No lo es. Miranos, mira lo que se desató impidiendonos vivir lo que sentimos como corresponde —mencionaba cruzando la histeria.
—Volaré a Japón en cuento la cosa se calme
—"La cosa" —replicaba TaeHyung—. Va de mal en peor. Prométeme que vivirás hasta que vuelva a Corea. No quiero una relación a distancia y no quiero estar pendiente de ti... —TaeHyung mordía su belfo, las lágrimas ya inundaban sus ojos y bañaban sus mejillas—. Tampoco puedo irme contigo ni tu venir conmigo. Será doloroso esperar por ti y será frustrante para tí correr solo por mí...
—No pienso sacarte de mi vida
—No espero que lo hagas porque yo no voy a sacarte de la mía. Solo quiero que me prometas que entenderás... Quizás no ahora, pero más adelante, cuando veas todos los compromisos que debes cumplir y el crecimiento que tendrás —volvía a suspirar.
—Dijiste que estarías a mi lado y me estás dejando —susurraba Seok Jin.
—Te estoy dando tu espacio. Yo estaré bien, deja de estar pendiente de mi, de mis emociones... Me tendrás contigo, solo que cuando el tiempo sea correcto
— ¿Y como se supone que sabremos eso? —insistía Seok Jin.
—Cuando ya sepas cuidar a más de una sola persona. Estás destinado a algo grande, no te límites a mí cuando muchas personas dependerán de ti más adelante —la voz quebrada de Tae era un puñal en el corazón de Seok Jin—. Estás en pleno entrenamiento, enfócate en crecer, aprender... Tu comunidad y futura manada van a necesitarte, Jin y tienes que estar listo
—Tú también me necesitas y yo a tí —susurraba dolido.
—Y te tendré lo que resta de vida... Te lo dije, es un hasta luego, es un break antes de lo nos espera en verdad. Ambos necesitamos aprender mucho... No quiero una relación a distancia, esas cosas no funcionan, pero quiero hacerte saber que estaré esperando por el momento indicado...
— ¿Y si te enamoras de alguien más? —cuestionaba con temor.
—Es imposible. Tú eres mi Alfa... El amor de mí vida —admitía melosamente.
—Eso no significa que alguien venga y te robe el corazón. Que te dé lo que no me dejas darte... —exclamaba Seok Jin.
—Tú eres el único al que amo desde que tengo memoria y al único al que seguiré amando. Estás destinado a algo grande y yo no voy a ser una piedra de tropiezo, esperaré mi turno para entrar en tu vida y quedarme para siempre en ella —otro suspiro que atravesaba al castaño y TaeHyung finalmente lo decía—. Te amo, Jin....
El Alfa apretaba sus ojos y más lágrimas caían, el nudo en su garganta le dificultaba respirar correctamente—. ¿Por qué me lo dices ahora y por teléfono?
—Porque sin importar cuando volvamos a reunirnos, siempre tendré un pedazo de ti conmigo y sé que tú no podrás librarte de mí... El lazo que tenemos, este hilo rojo o como le llamen será el encargado de volvernos a unir y tú, engreído... —exclamaba con dulzura—. Vas a marcarme y te quedarás conmigo para siempre ¿me oiste?
Seok Jin sentía como TaeHyung intentaba disipar la tristeza, aunque era casi imposible, pero se estaba esforzando.
—Lo prometo, eres mío —y justo en ese instante se arrepentía de no haberlo hecho antes. Quizás y si lo hubiera hecho sus padres lo hubieran dejado venirse con él.
—Para siempre... —respondía TaeHyung, interrumpiendo sus pensamientos y escuchando su tierna voz—. Sin importar cuánto tiempo nos lleve llegar a eso
— ¿Vas a esperarme? —Seok Jin no quería hacer aquella pregunta de forma tan directa por miedo a la respuesta, pero TaeHyung no dudaba.
—Siempre. Mi Alfa.
Seok Jin apretaba sus ojos y sabía que había razón en las palabras del Omega, pero también sabía que sería un infierno sin él. Se sentía enojado, furioso porque todo le parecía tan injusto y no podía hacer nada para impedir que, el destino y las circunstancias alejaran nuevamente a TaeHyung de él.
—No estaré con nadie más —mencionaba Jin.
—No te pedí que hicieras eso. Todo lo contrario, te pedí que vivieras hasta que sea nuestro tiempo y no, no significa que deseo estar con alguien más —aclaraba, era lo último en su lista de planes y cosas por hacer—. Mi cabeza, cuerpo, corazón y alma, eran, son y serán tuyos
—Eso solo es... —Seok Jin tragaba el nudo en sus garganta y musitaba débilmente—. Podrías enamorarte de alguien más...
—Imposible —la voz quebrada y triste sonaba segura—. Te llevaré siempre conmigo y la próxima que nos veamos será cuando estemos listos y lo nuestro sea para siempre. Ahora déjame darte este tiempo antes de que me lo pidas tú a mí —suspiraba por enésima vez—. Serás cada vez más requerido para diferentes quehaceres y eventualmente me dirás que no tienes tiempo y no quiero que lleguemos a eso. Tampoco quiero ser yo quien frustrado y enojado te saque de su vida —soltaba sin aliento—, quiero que esto sea una promesa de volver a vernos cuando seamos conscientes del futuro que vamos a tener...
—Te amo y te odio por tener razón...
TaeHyung reía al otro lado de la línea.
—Es temporal y sabemos muy bien que esto es muy fuerte. Desde el primer momento en que te bese supe que habría historia entre nosotros y no hay forma en que esto vaya a terminar... —TaeHyung sonaba tan seguro que Seok Jin que refutar algo, pero no sabía como—. Kim Seok Jin, esto solo es un hasta luego, no lo olvides. Estamos destinados y eventualmente nos encontraremos en el mismo punto de la historia...
—Tú definitivamente serás un buen esposo ¿cierto? —murmuraba Seok Jin, intentado disipar el dolor.
Una risita adorable se escuchaba al otro lado de la linea—. Que no te quepa duda alguna —luego TaeHyung se arriesgaba un poco más—. ¿Está es la forma de decirme que soy tu prometido oficialmente?
—Si no lo hacen nuestros padres lo haré yo...
—Lo mismo digo —otro suspiro y el tiempo se acababa—. Vive, aprende, prepárate y luego será nuestro tiempo —mencionaba TaeHyung.
— ¿Podría enterarme por ti cuando el nuevo miembro de tu familia llegue? —preguntaba con ternura—. No quiero enterarme por mí madre... Hazmelo saber tú.
Otro silencio que duraba poco menos—. De acuerdo, te enviaré una foto del nuevo intruso o intrusa —reía dulcemente—. Ahora debo irme, estoy agotado... Y por tu voz y las cosas que debes de estar haciendo como muchos alfas de tu edad alrededor del mundo, me imagino que has estado de guardia ¿cierto?
—Si, solo para evitar que esto se propague aún más... Para hacer de este lugar uno seguro, para ti —susurraba.
—Lo sé, ten mucho cuidado —pedía.
—Tú igual ¿tu madre y tú están bien cuidados, cierto? —volvia a asegurarse.
—No te preocupes —exclamaba Tae—. Demasiada gente en la casa, pero estoy aliviado de estar con ella en estos momentos —un pequeño silencio—. Debo irme, Jin...
—No te desaparezcas del todo —se apresurada a mencionar—. Por favor...
TaeHyung suspiraba—. No lo haré, pero tampoco estés pendiente y yo no lo haré contigo... Cuando te extrañe demasiado lo sabrás y no tendrás más opción que intentar calmarme cómo lo has hecho hasta ahora... Pero espero no ser una carga
—No lo eres, jamás serias una carga.
Seok Jin sentía sus latidos acelerarse, el pensamiento que TaeHyung tenía sobre si mismo en su vida era algo que Seok Jin quería arrancar de raíz.
—No eres una carga... —susurraba otra vez.
—De acuerdo... —TaeHyung volvía a sorber sus lágrimas—. En serio debo cortar. Hasta luego, Alfa...
—Hasta luego y... —Seok Jin odiaba tener que decir aquello mediante un llamado teléfono y se golpeaba mentalmente por no lo haberlo dicho en persona—. Te amo, mí Omega... Te amo, mí amor.
El castaño escuchaba a TaeHyung ahogar un sollozo o una risa, no estaba seguro, pero lo dejaba tomar un momento y luego lo escuchaba decir de forma melosa y casi rota—. Yo también te amo, Jin.
TaeHyung y su madre, Tae-Eul, se encontraban en la sala de su casa. Había calma y no estaban llenos de gente que trabajaba para su padre. Les habían dado un momento a solas y tranquilidad luego de la visita de la doctora. El clima entre ambos era tenso y sabían que no había forma de dejar la preocupación de lado.
TaeHyung miraba a su madre y exclamaba—. Me despedí de Jin... Anoche.
Tae-Eul alzaba la vista y acariciaba su rostro—. ¿Cómo lo tomó?
TaeHyung sorbia su nariz y abría sus ojos, no quería que se pusieran llorosos de nuevo—. No quiero estar en el medio de su crecimiento... Sé que es lo mejor
Tae-Eul suspiraba, en esos meses que habían pasado, había dejado a TaeHyung tomar sus propias decisiones. Ya no era un niño y no quería una constante tensión entre ellos.
—Si tú crees que es lo mejor, está bien —suspiraba y peinaba el pelo amarronado y lacio de Tae—. Estamos pasando tiempos delicados...
—Y este nuevo miembro vino en un momento poco indicado —mencionaba y miraba el frasco que la doctora había dejado—. ¿Se supone que tomando estas gotas el aroma de los omegas en cinta disminuye en gran cantidad junto con todos los síntomas del embarazo?
—Exacto, sirve para que el resto no pueda darse cuenta por nuestro aroma —respondía su madre—. La suma de omegas en cinta desaparecidos es preocupante y ciertamente no todos tienen este privilegio. Aparte se sospecha que por culpa de las emociones fuertes, los síntomas, el aroma... Todo el conjunto nos vuelve un blanco fácil.
TaeHyung suspiraba y echaba su cabeza hacia atrás—. Es un remedio muy caro
—Un gusto que podemos darnos... —exclamaba Tae-Eul.
—No quiero que Jin me termine odiando... —susurraba TaeHyung de la nada.
Tae-Eul fruncía su ceño—. Seok Jin no podría odiarte ni aunque lo intentará —mencionaba—. Yo no voy a decirte que hacer de ahora en más, solo quiero apoyarte en lo que decidas... Pero si en algún momento todo esto encuentra un balance y quieres correr a los brazos de tu Alfa...
—No lo haré —afirmaba suspirando—. Las relaciones a la distancia fracasan, no quiero fracasar. No voy a dejarte y no voy a irme con él porque solo estorbaria... Él necesita estar enfocado.
Tae-Eul suspiraba—. No me gusta que te des por menos
—No lo hago pero tienes que admitir que Seok Jin está fuera de mi liga...
—No lo está —afirmaba Tae-Eul—. Son igual de tercos, se complementaban muy bien de niños y se completaron aún más al volver a reencontrarse... No creo en los destinados pero ustedes comparten un fuerte lazo... Me da mucho alivio que quieras quedarte conmigo —admitía—, pero puedo entender lo mucho que duele estar lejos de tu Alfa...
TaeHyung derramaba una lágrima—. No voy a estorbar en su camino. Resistiré, él me mantendrá cuerdo y este nuevo cachorro será una muy buena distracción. Alguien a quien querré proteger y cuidar... No me iré de tu lado, eres mí segundo lugar seguro —mencionaba viendo a su madre.
—Siento envidia por no tener el primer lugar —se quejaba su madre con dulzura—. Hay que esperar... Pero estarás entretenido en el proceso
—Lo estaré —admitía, sonriendo débilmente—. Eventualmente volveremos a Corea
—Si, si. Lo haremos, quizás más pronto que tarde. No digo que mantengas tus esperanzas en alto pero tampoco seas tan pesimista —pedía Tae-Eul—. Un par de años más.
TaeHyung asentía con congoja—. Un par de años más —repetía casi de forma robotizada, intentando no sentir demasiado.
Seok Jin tenía responsabilidades que cumplir y llevar a cabo. Y él tendría las suyas, eventualmente el punto medio surgiría y luego verían como retomar todo.
—Tengo miedo de perderlo... —admitía de repente—. Tengo mucho miedo de perderlo
—No lo harás... Si Seok Jin hubiera insistido en llevarte con él meses atrás o interferir de forma más terca con la decisión que tú padre y yo habíamos tomado, no tendría confianza alguna en él... Pero desde que lo ví, no puedo imaginarte con nadie más, él respeta lo que queremos para ti porque sabe que es lo mejor y eso habla muy bien de él
—Eres una pesadilla cuando te lo propones —acusaba TaeHyung con un tono cálido que hacía sonreír a su madre—. Pero te entiendo... Y más encima deberás velar doble de ahora en más
—Y lo haré gustosa —admitía—. Estaremos bien, estarás bien.
TaeHyung asentía con su cabeza lejos de la conversación—. Estaremos bien... —repetía sin fuerza.
Tae-Eul tomaba su mano y la presionaba con dulzura. TaeHyung no pasaba un buen momento pero estaba intentando poner su mejor cara a la situación. Quería ser fuerte para Seok Jin, para sus padres y para él mismo. Él deseaba ser un Omega que estuviera a la altura de Seok Jin, no quería ser dependiente de si alfa, dios, él relamente no quería ser una distracción. Quería crecer y también aprender por su parte para estar a la altura de aquel Alfa. Había que ser positivos, como su madre y Seok Jin le habían mencionado, pero Dios era testigo de que no quería depender de Jin. Todo su mundo había quedado de cabeza y ahora entendía las responsabilidades que su Alfa tendría, él no quería verlo fracasar y mucho menos ser motivo de dicho fracaso.
Él resistiría, se haría más fuerte, maduraria y luego sería el compañero que un Alfa como Seok Jin necesitaría a su lado... Y confiando en que nadie se entrometería entre ellos.
Se fue el último flashback.
Si ven errores, perdón :(
No sufran, nos leemos pronto.
Con amor, niñita Nany 💜
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