~34~
Seok Jin estaba atento a cada rostro al otro lado de la pantalla luego de que el 'video mensaje' se había reproducido frente a todos y cada uno. La "advertencia" de los rebeldes, dejaba la situación delicada de Seok Jin y su naturaleza en una cuerda floja.
— ¿Velo del hilo rojo roto? Explícate, Kim —pedía el alfa norteamericano de nombre Nathan.
Seok Jin apretaba sus dientes, evitando apretar consigo la mano de TaeHyung que se hallaba bajo la suya.
—Estoy seguro que no eres tan estúpido como para no entender lo que está sucediendo —respondía Seok Jin.
Podía notar de reojo el suspiro de su padre ante su respuesta altanera y Nathan Marshall golpeaba su escritorio con furia ante sus palabras.
— ¿Me quieres ver la cara de imbécil, Kim? —susurraba entre dientes con ojos verdes brillantes—. Responde la maldita preg-...
—Cierra la maldita boca, jodido temperamental —susurraba Seok Jin desde su asiento con sus ojos encendidos en rojo carmesí, amenazantes y autoritarios.
TaeHyung y Hwan giraban cuando notaban el salto que cada alfa daba al otro lado de la cámara en esa reunión virtual y cuando veían a Seok Jin, Hwan por su lado, sentía que veía por primera vez a ese alfa a su lado a pesar de haberlo presenciado hace poco y haberse asustado al respecto, ahora Seok Jin parecía más en control y los ojos rojos parecían darle un aura más que poderosa y oscura. Dios, ese era su hijo, un alfa único dejando a la vista que era diferente con tan sólo cambiar el color de sus ojos amielados a rojo sangre.
Y TaeHyung también notaba a Seok Jin más en control, más poderoso y más oscuro y extrañamente tenebroso. Para el resto, sabía que imagen proyectaba este alfa, a él le parecía, ante todo y primero que nada, demasiado caliente. Dioses, él era un desastre con pensamientos pecaminosos en momentos inapropiados.
—Kim Seok Jin —el alfa de Japón, quien era de los que más trataba con Gon Hwan y eran bastante cercanos, respetándose mutuamente, hablaba por primera vez—. Shogo Ishikawa presente y tomo la palabra con el permiso del alfa Marshall.
El alfa de E.E.U.U apretaba sus dientes y miraba con desdén, en dirección a—seguramente—el recuadro de Seok Jin en la reunión virtual, luego asentía y pasaba la palabra al alfa de Japón.
—Bien. Seok Jin, querido. Tuve la oportunidad de conocerte en persona como todos aquí. Has estado más que comprometido con los negocios de tu padre para tomar su lugar cuando sea tiempo y debo admitir que eres el primer alfa que sigue a su padre unos pasos más atrás y no a su lado como todos lo hemos hecho. Tu presión no sube ni baja por estar un paso atrás. Eres respuetoso, centrado y calmado. Siempre me pareciste algo fuera de lo ordinario, para nada común. Nunca hubiera imaginado que serías el arcano, pero tiene total sentido mirándolo detenidamente.
— ¿Cuál es el punto Ishikawa? —cuestionaba el alfa Marshall—. No estamos aquí para tirarle flores —susurraba, viendo nuevamente al recuadro de Seok Jin.
El alfa alzaba su mentón y apretaba sus dientes, él ciertamente jamás había sido impulsivo como los de su casta, pero se sentía atractiva la idea de patearle el culo, verbal y literalmente al tal Marshall. Este era sólo un par de años más grande que Seok Jin, pero había asumido antes su puesto, desde joven, debido a la temprana muerte de su padre diez años atrás cuando lo secuestros habían empezado. El pico más alto había sido del lado de Asia, en especial Corea del Sur y un poco más violento en los otros continentes, su padre había sido el blanco en un intento descarado de secuestro a hijos de figuras importantes en ese entonces y al defenderlos e interponerse, no se había llevado su parte gratis.
Marshall principalmente, no veía a estos rebeldes como posibles aliados, pero Seok Jin no estaba seguro que a él tampoco lo viera de tal forma.
—Mi punto es que deberíamos escuchar a Seok Jin y lo que tiene en mente, como lo hubiéramos hecho en su reunión si se la hubiéramos dado a tiempo —exclamaba el alfa con algunas canas a la vista. De los más mayores junto al padre de Seok Jin y un par más—. Estoy seguro que recurrir a una guerra con esas bestias no era el plan del arcano ¿Correcto?
De acuerdo, eso no era del todo correcto. Seok Jin apiraba por aire y su mandíbula se tensaba visiblemente.
—No —afirmaba—. Una guerra no es el primer plan, pero de todos modos estoy intentando tener unas tropas de confianza. La guerra definitivamente no es algo que esté en mis planes y en los planes de nadie, pero he recibido un mensaje al respecto por parte de los rebeldes. Ellos no dudarían en ocasionar una si no se le da lo que esperan.
—Es una locura ¿Qué se supone que esperan? No somos un par de animales y es demencial si creen que podemos coexistir en un mismo mundo sin que hayan heridos el día de mañana —soltaba el alfa de china Yang Xian.
Seok Jin suspiraba—. Bueno, ciertamente está más que claro que quieren vivir libres, pero están equivocados si creen que van a conseguir tener éxito de esta manera. La mayoría de esos rebeldes son personas desaparecidas, por lo que hay que apuntar directamente a los pioneros de esta locura —afirmaba—. Luego los que quieran seguirlos, se les aplicará el mismo peso de la ley.
TaeHyung miraba a Seok Jin sin apartar la vista de él, su padre estaba entre ver a su hijo y ver a los alfas en cada recuadro.
— ¿Y crees que ganaría hombre contra bestia? —susurraba el alfa Marshall.
Seok Jin apretaba sus dientes, probablemente era previsible lo que diría y no podía hacer nada más que decir sus verdaderas intenciones al respecto y luego estaría solo o acompañado.
—Estoy comenzando a entrenar a mis hombres —respondía Seok Jin con calma y la frente en alto—. Esta no puede ser una batalla de hombre contra bestia. Estaríamos perdidos antes de siquiera comenzar. Y si crees que no sería de esa forma, estarías siendo un total ingenuo al respecto. Ellos no van a retroceder y nuestras leyes no causan temor si no estamos a su nivel. Necesitamos gente que sepa estar a su nivel físico, pero con la cabeza dentro de nuestras reglas. O será una completa locura.
Marshall apretaba sus dientes y luego de unos momentos de silencio comenzaba a reír. Una risa seca y burlona que ponía incómodos a todos en esa reunión virtual, pero no lograba hacer que Seok Jin retrocediera o se pusiera más tenso.
— ¿Y como planeas entrenar a 'hombres' que fueron eso toda su vida, sobre otros enfermos que han entrenado la mitad de nuestra vida para ser lo que son ahora? Y que por cierto, gracias a ti y a la marca en tu Omega, ellos podrían durar... —decía con la total intención de culparlo por esta locura—. Estamos perdidos Kim, y toda la culpa es tuya.
—Eso es ridículo —decía TaeHyung repentinamente. Todos los ojos de aquellos alfas se posaban en él con sorpresa y algo de rechazo a las palabras de un Omega, pero TaeHyung sólo tenía a Seok Jin mirándolo con calma y dejándolo continuar si así deseaba. TaeHyung no era para nada un Omega indefenso y lo dejaría en claro—. Con todo su respeto, es ridículo que quieras culpar a mi alfa por su naturaleza. Él nació así, no es culpa suya que sea la solución o bien parte d- de... del problema actual —decía mordiendo su mejilla ante su propio balbuceo—. Seok Jin no sabía quién era hasta hace poco. Todo lo que está sucediendo, toda la información masiva que claramente muchos de ustedes sabían antes que él, no es su culpa. En todo caso, si ustedes tenían una sospecha como claramente al parecer la tenían y por eso lo estaba evitando, entonces los únicos a culpar son a ustedes. Podrían haber incluído a Seok Jin mucho antes. Estuvo en esta guerra solo por miedo a ser rechazado e incomprendido y claramente está a punto de serlo porque en vez de confiar en él están pensando en tenerlo como su enemigo y dime... ¿Cómo planeas enfrentarte al alfa que incluso podría doblegarlos a todos ahora mismo a través de una pantalla? Porque créeme, él puede hacerlo —setenciaba TaeHyung con seguridad.
Aunque debajo de la mesa, su mano estaba temblando, pero pronto sentía la mano de Seok Jin sobre la suya, sosteniendolo allí y cuando encontraba su mirada, el alfa estaba más que orgulloso de él.
El alfa Nathan Marshall tenía sus dientes tan apretados y sus ojos a punto de tornarse verdes y brillantes que, todos sentían la tensión aún sin estar en la misma habitación y estar separados por largas distancias. Seok Jin lo observaba con cautela y lo estudiaba unos momentos antes de su siguientes palabras.
—No hay tiempo. Demando a que envíen a sus hombres de más confianza conmigo, los voy a entrenar y ellos serán los encargados luego de entrenar a los suyos. Asumiré toda la responsabilidad de lo que pueda llegar a suceder si algo falla y algo va a fallar, porque no será perfecto. Pero esta es nuestra realidad ahora. No habrá sólo hombres, hay hombres y bestias y si queremos que siga habiendo un orden, hay que tener bestias de nuestro lado.
El silencio sepulcral a través de la reunión virtual quería hacer flaquear las esperanzas de TaeHyung e incluso las de Gon, pero Seok Jin estaba más que seguro acerca de lo que seguía.
—No va a ser perfecto. No esperen que lo sea, pero es nuestra realidad. Y habrá nuevas leyes a construir, es así de complicado y a la vez es así de simple. Es lo que hay. Asumo toda la culpa si es lo que quieren oír
—No, Jin... —su padre lo miraba preocupado, pero Seok Jin sólo negaba con calma.
—Si es lo que ellos necesitan para dormir en paz —decía mirando a su padre a los ojos—. Entonces culpenme de todo. Pero mi Omega no mentía cuando dijo que hace poco estoy lidiando con todo lo que está sucediendo y asumiendo que es mi responsabilidad, sin embargo ustedes sabían de mí, al igual que los rebeldes. Excepto que ellos intentaron acercarse a mí y ustedes solo esperaron el momento justo para encontrar un culpable.
El alfa de Japón aspiraba por aire y pedía la palabra antes de dejar que otra discusión se armara entre Seok Jin y su último fan, Marshall.
—Estoy contigo. Lo que sea que desees hacer, te seguiré. Enviaré a mis mejores hombres para controlar a los rebeldes de tu país. Ciertamente los más fuertes están ahí porque sabían que tú estabas allí y eres uno de ellos. Te enviaré toda la información de mis mejores hombres y confiaré en que volverán sabiendo lo que es necesario para esta nueva era que se acerca
—Es una locura —decía Marshall.
— ¿Tienes una mejor idea aparte de culparme? —soltaba Seok Jin impaciente ya.
El alfa entrecerraba sus ojos y mordía su labio inferior, era estéticamente perfecto con su cabello color miel y sus ojos azules. Sus cejas tupidas y pestañas abundantes le daban una mirada que podía doblegar a cualquier Omega y sus labios carnosos también eran perfectos en su rostro. Pero era un culo engreído de lo peor—. Tu adorable Omega mencionó —las palabras hacían que el interior de Seok Jin se sintiera como un volcán a punto de hacer erupción—. Que incluso podrías doblegarnos a través de una pantalla —su cabeza se torcia, la incredulidad en las palabras de TaeHyung eran obvias—. ¿Por qué no demuestras que tan poderoso puedes llegar a ser? Entrena a mis hombres a través de una reunión virtual, controla a todos a través de una transmisión masiva y veremos hasta donde eres capaz de llegar.
Seok Jin entrecerraba sus ojos y apretaba sus dientes, Marshall tenía un sólo propósito en esta reunión y claramente era sacarlo de quicio y dejándolo del bando contrario.
Suspirando y relajando sus músculos, Seok Jin hacía tronar su cuello—. Tienen nuevas leyes en las cuales pensar, yo me encargo de los rebeldes de mi lado. Si ustedes quieren poner un orden en su país y en su zona, saben que hacer. Les ofrecí mi ayuda y me haré cargo personalmente de los desbaratos en mi propio país y ciudad, pero no puedo hacer mucho por ustedes excepto entrenar a sus mejores hombres y sí. Si puedo darte una simple orden a través de una pantalla mediante una reunión virtual, pero creo que lo mejor sería ocultar quien soy y lo pido amablemente porque no se trata de mí, sino del bienestar de los que me rodean —su mano se apretaba sobre la de TaeHyung—. Ya estoy poniendo por obra un pequeño grupo de hombres. Ustedes decidan que desean hacer, no soy su enemigo, no me conviertan a la fuerza en uno.
Luego de sus palabras, Seok Jin se desconectaba de la reunión y suspiraba sonoramente mirando entre su padre y TaeHyung. Un TaeHyung al que acariciaba con suavidad y pasión. Lo miraba en detalle y recibía una sonrisa orgullosa por parte de su Omega.
—Estoy contigo, lo que sea que decidas hacer —susurraba TaeHyung.
Su padre al otro lado, aclaraba su garganta y escuchaba su teléfono sonar con muchas notificaciones.
—Bien. Estoy contigo también, pero hay que tener sumo cuidado. Toma todo el tiempo extra que necesites, y hay que estar atentos, porque seguro como el infierno que intentarán contactarte Seok Jin.
El alfa puro asentía, lo siguiente a eso, fue salir de la oficina de su padre directo a su apartamento. Necesitaba calmarse él, calmar a TaeHyung y estar atento por si los rebeldes lo contactaban luego de pasar por encima de él. Iba a ser una noche agitada, serían días agitados y por alguna extraña razón, Seok Jin sentía que estaba corriendo en contra del reloj. Algo no olía bien.
— ¿Podrías dejar de comerte las uñas? —pedía TaeHyung.
La cita a primera hora del día siguiente con el doctor Park, tenía al alfa más nervioso que el simple hecho de saber que los rebeldes ya no iban a contenerse.
Podía significar muchas cosas y ciertamente la extraña tranquilidad era demasiado ruidosa.
—Jin, te estás comiendo las uñas que no tienes. Ya, por favor —pedía el Omega a su alfa, una vez más.
—Lo siento, es que-... —Seok Jin miraba los ojos curiosos de TaeHyung. Grandes y hermosos y no podía decirle que sentía que algo estaba mal—. Sólo estoy un poco nervioso.
TaeHyung tomaba su mano y la apretaba dulcemente con la suya—. ¿Es por lo sucedido anoche? Dijiste que aparte del alfa de Japón, otros seis más iban a enviar a sus mejores hombres para ti ¿No crees que lo harán? Estás demasiado inquieto y crees que algo anda mal. Puedo sentir vagamente tu preocupación. No ha disminuido ni un poco.
Seok Jin lo miraba seriamente e intentaba sonreír—. Había olvidado que puedes sentir algo de todo lo que siento. Con respecto a su gente, si lo harán. De hecho ya fueron enviados y mi padre me acaba de mandar la información de cada hombre. Lo recibí camino aquí —respondía moviendo su teléfono intentando parecer despreocupado—. Mencionó también que debía hablarme de algo más, pero no dijo qué. Estoy esperando. Pero si enviaran a sus mejores hombres.
Entre esos, el alfa Nathan Marshall no había mandando a sus hombres de confianza. Había decidido viajar él mismo para encontrarse con Seok Jin y ver por cuenta propia de lo que era capaz. Ahora, el tipo jamás había puesto nervioso a Seok Jin, pero la situación era delicada y él tendría que ser sumamente cuidadoso si no quería ser considerado como enemigo del concilio. O enemigo propio del alfa.
—Entonces, por favor. Por este momento, no pienses en nada más —pedía su Omega con voz dulce y mirada suplicante.
Seok Jin sonreía y besaba la frente de TaeHyung mientras estaban sentados en el consultorio del doctor Park. Bueno 'consultorio' era un poco exagerado. El doctor Park tenía una pequeña y camuflada clínica para gente con suficiente dineral para pagarle por su silencio y discreción. Era exactamente lo que Seok Jin y TaeHyung estaban necesitando en este momento.
—Lo siento. Estoy aquí, en cuerpo y mente. Lo juro —susurraba acariciando la nariz de TaeHyung con la suya.
El Omega sonreía y suspiraba enamorado, sucumbiendo al deseo de un suave y gentil beso. Cuando sentía la sutil lengua rozar su belfo inferior, TaeHyung sentía que su cuerpo comenzaba a prenderse fuego por algo tan simple, pero una garganta carraspeando, lo hacía saltar lejos de esa boca deliciosa que en ese momento, deseaba por todos lados. Los ojos de TaeHyung habían parpadeado en un color celeste brillante, pero rápidamente se había recobrado de aquello. Aunque seguía anhelante.
—Lamento la interrupción —decía el doctor Park. Un alfa de sesenta y tres años, pero que parecía en sus mejores cuarenta y tantos debido a su casta y lo bien que se cuidaba—. Señores Kim, es un placer finalmente verlos —decía con amabilidad, acercándose al mismo tiempo que la pareja se ponía de pie—. Lamento la espera, tenía un trabajo pendiente fuera de aquí, intenté venir lo más rápido posible, decía saludando a Seok Jin y luego a TaeHyung con un apretón de manos gentil.
—No se preocupe, dió tiempo a qué la pequeña cosilla dentro de mí tuviera su tiempo de... Bueno, ver si es una cosilla —decía TaeHyung con un puchero adorable y metiéndo las manos en sus bolsillos.
El ademán de tocar su vientre, se sentía extraño ahora. No lo había intentado mucho luego de que Seok Jin le dijera que estaba en cinta.
—Bien, entonces vengan conmigo —decía el alfa amable que conducía a la pareja llena de nervios y expectativas adentro.
Cuando el doctor guiaba a TaeHyung sobre la camilla para sentarse allí, comenzaba a hacer unas preguntas básicas.
— ¿Te hiciste el test? —preguntaba mientras pedía a TaeHyung levantar su manga para dejar su brazo a la vista.
Seok Jin estaba a su lado mirando los movimientos en automático de TaeHyung. Su cabeza y su pecho se llenaban de todo tipo de sentimientos al pensar en como se vería TaeHyung en unos meses.
—No lo he hecho... En realidad, Seok Jin tiene la leve sospecha —decía TaeHyung entre dientes.
Seok Jin alzaba la vista ante su nombre, saliendo de sus fantasias y sonreía—. Tengo buen olfato —mencionaba como si no fuera la gran cosa.
El doctor Park hacía una mueca divertida, pero no cuestionaba, tampoco se sorprendía. Él sólo lo tomaba como una broma, broma que ponía los pelos de punta en TaeHyung quien le hacía un rostro peculiar de pura advertencia a un Seok Jin que ondeaba su mano despreocupadamente. Confiaba en el hombre, había estado por años atendiendo a su familia y a su madre incluso desde antes que Seok Jin viniera al mundo, monitoreando que la delta logrará tener un embarazo exitoso y seguro.
—Bien. Espero no tengas impresión con las agujas. Vamos a tomar un poco de tu sangre para una prueba cuantitativa y estar seguros. Tengo entendido que ha pasado poco más de una semana ¿Correcto? —mencionba amablemente, preparando todo.
Seok Jin aspiraba con ganas mientras estaba a su lado y TaeHyung buscaba repentinamente su mano y lo sostenía con fuerza, pero no lo miraba. El nudo en la garganta del alfa se intensificaba nuevamente pensando en todo lo que habían perdido y que su vida sería diferente si tan sólo-...
—Dime Tae, si esto nos diera positivo ¿este sería tu primer embarazo? —preguntaba con su voz amable el alfa de bata de blanca a punto de comenzar con la toma de sangre.
Los dedos del Omega se aferraban con fuerza en los de Seok Jin cuando veía su sangre fluir cuesta arriba. El alfa, a pesar de sentirse a flor de piel, sabía que no debía de estar ni la mitad de afectado que TaeHyung se sentía con esta pregunta y estos procesos y lo sabía con certeza. TaeHyung era todo tristeza cautelosa. Esperanzas reprimidas y miedo latente. Mientras que él era pura furia y rencor, con una tristeza que aplacaba a causa de sus ganas de venganza. Pero calmando su interior, emanaba un aroma dulce, bastante dulce para ser un alfa y aquello llegaba a su omega. Su aroma sintiéndose como una manta cálida y su interior con una calma ajena y un sabor agridulce muy en el fondo que TaeHyung lograba sentir con respecto a los sentimientos de venganza y rencor que Seok Jin tenía.
Dios, había olvidado que podía sentir levemente las emociones de su alfa.
—No le tengo miedo a las agujas y... —TaeHyung mordía su labio cuando el doctor Park asentía y se disponía a terminar su acción y con su mirada suave le indicaba que hablara con confianza. El Omega miraba unos momentos a su alfa y este le sonreía pacíficamente, asintiendo sin problema—. Bien, umm-... No, no es mi primer embarazo —susurraba sin fuerzas, el doctor Park no quería poner ningún rostro, pero TaeHyung e incluso Seok Jin veían un destello de sorpresa.
—Nuestro —aclaraba Seok Jin—. No sería nuestro primer embarazo —aclaraba. El doctor Park sacaba la muestra de sangre de TaeHyung y aplicaba un pequeño algodón con alcohol y cinta encima para sostenerlo.
—Lamento mi rostro, no quise ser desubicado —decía inclinándose levemente.
TaeHyung bajaba su manga y forzaba una sonrisa—. No hay por qué disculparse.
—Bien, con cuidado baja y tomen asiento un momento. Dejaré esta muestra en mi laboratorio y los resultados estarán en unas horas o como mucho mañana por la mañana —aclaraba mientras la pareja lo seguía a su escritorio—. De acuerdo, necesito hacer estas preguntas y te daré las órdenes de análisis prenatales. No has vuelto hace mucho, por lo que creo que esta sospecha que tienen, si es positivo aún no tiene más de cuatro semanas
—Oh, no —negaba TaeHyung.
Seok Jin notaba que aún había cierta cautela en su Omega.
—Bien, vamos a necesitar esperar un poco para la primera ecografía —mencionaba escribiendo las recetas—. Pero a través de los análisis vamos a verificar que tan riesgoso pueda ser. Considerando que no es su primer embarazo, deduzco que el primero fue complicado —mencionaba mirando a TaeHyung a los ojos con seriedad y empatía.
El Omega se sentía sólo un poco inquieto ante las memorias y Seok Jin posaba su brazo alrededor de sus hombros y presionaba sin decir nada. TaeHyung lo agradecía, pero a la vez era sofocante.
—Fue un accidente —decía el Omega.
— ¿De que tipo? —preguntaba el doctor Park con amabilidad. Su voz se había vuelto aún más suave.
TaeHyung quitaba el cabello de su frente. Sus delicadas y sutiles ondas azabache le molestaban, pero solo necesitaba hacer algo para no rememorar demasiado detallado ese día.
—Ah... Bueno, un gran empujón y arrastrada en un intento de secuestro —susurraba con las palabras saliendo con lentitud.
Sentía el exacto momento en que los dedos de su alfa se presionaban contra su hombro haciendo el medio abrazo más apretado. Seok Jin proyectaba consuelo, pero TaeHyung sentía su impotencia en el fondo de su pecho.
El doctor Park fruncía levemente el ceño y parecía hacer sus propias cuentas—. ¿Los secuestros de años atrás? —TaeHyung asentía rigidamente—. Eras muy joven —susurraba y el Omega volvía a asentir.
El doctor Park miraba a ambos con una compasión sultil en sus ojos y Seok Jin decidía que no le gustaba la mirada de lástima. Alimentaba su ira.
—Lo lamento mucho. Con los análisis prenatales veremos si quedó algo que pudiera ser riesgoso para esta nueva vida, pero no te preocupes. No se preocupen —corregía—. Si es positivo, les prometo que todo estará bien. Me aseguré que así fuera para tu madre aunque todos pensaban que era locura y demasiado riesgoso —decía viendo directamente a Seok Jin—. Cuidaremos a tu Omega.
El alfa no podía decir palabra alguna sin sentir que su voz no fallaría debido al nudo en su garganta. TaeHyung estaba igual, pero se las arreglaba para agradecerle.
—Toma las órdenes y entregalas a mi asistente para los turnos. Ella conoce mi agenda mejor que yo y tengo compañeros de confianza que trabajan a la par conmigo en diferentes áreas —exclamaba dándole las órdenes a TaeHyung, luego tomaba su laptop y mientras tipeaba allí, continuaba la charla con otro tema—. Por cierto, me llegó la invitación a la presentación oficial de tu familia y su reintegro a la manada —decía a TaeHyung, cambiando de tema.
La pareja se miraba sin ser demasiado obvia con respecto al hecho de que no tenían idea de eso.
—La invitación me llegó hoy a primera hora. Presentarán a tu pequeño hermano ¿Cierto? —el doctor Park no tenía idea que la pareja estaba perpleja.
Si bien, ya sabían que esto sucedería e incluso TaeHyung lo había hablado con su jefe Joo Ji Moon, esperaban ser notificados con antelación y no repentinamente y por boca de alguien más que no fueran sus padres.
TaeHyung miraba a Seok Jin y este le daba pie para continuar la charla como si ellos supieran al respecto. Sabían que sucedería, pero carajo que había sido sorpresivo o habían estado demasiado inmersos en sus propios asuntos.
—Sip, YeonJun será finalmente presentado en sociedad a la manada y bueno, también seré anunciado como el Omega de Seok Jin —eso era algo obvio, no había sido planteado oficialmente con sus padres, pero sabían que sería algo obvio que llevar a cabo.
El humor de TaeHyung había cambiado positivamente cuando había mencionado que sería presentado oficialmente como el Omega del futuro alfa. El pecho de Seok Jin se inflaba de orgullo y amor.
—Eso es fantástico. Cuando supe que tu padre volvía, algo me decía que nuestro futuro alfa iba a ser amarrado finalmente —mencionaba con sorna amable y sonrisa cómplice—. Los he visto crecer juntos y tengo que admitir que cuando tu familia se fue a Japón, temía que este chico de aquí terminará con alguien que no fuera lo suficientemente digno de su potencial. Desde niños supieron complementarse muy bien. Nuestra manada quedará en buenas manos en un futuro —decía levantando su mano.
Seok Jin sonreía amablemente—. Usted tiene más fe que yo con respecto a mi liderazgo —mencionaba el alfa.
TaeHyung lo miraba frunciendo levemente el ceño, era una locura que Seok Jin no se sintiera lo suficientemente confiado para saber que sí era capaz de llevar adelante a la manada de Bucheon e incluso era más que digno de ser quien era.
—Oh, Seok Jin. Siempre me pareciste un chico especial. Tus padres se preocupaban porque no eras un típico alfa hormonal y sin embargo a mí me pareciste siempre fascinante. Por supuesto tengo fe en ti —mencionaba con una sonrisa amable.
De repente Seok Jin recordaba los diferentes estudios a los que había sido expuesto en su pre adolescencia y desarrollo de esta porque su casta no se presentaba y más encima, parecía ser inmune a todo alfa y luego, porque parecía sólo un poco anormal por ser demasiado centrado y calmado cuando se había presentado como alfa. Pero para entonces había desistido de seguir siendo inspeccionado por el doctor Park. Aún así el hombre siempre fue silencioso al respecto. Auténticamente de confianza para la familia.
—Así que estoy feliz que mis hijos y futuros nietos estarán bajo tu mando. Y TaeHyung, siempre fue digno de ser tu compañero —halagaba—. Perdonen mi indiscreción, pero la marca en el cuello de ambos es muy peculiar. ¿Algún motivo por el cuál no se completó en TaeHyung?
Ambos se congelaban, por supuesto el doctor Park iba a preguntar, era su deber. TaeHyung se tapaba instantáneamente y Seok Jin se sentaba erguido.
—Cuestiones personales. Deseamos esperar un poco. Es decisión de ambos, pero estamos bien. Nada clínico que analizar aquí —exclamaba.
El doctor Park asentía—. Claro, olvidaba que TaeHyung comparte parte de mi rama laboral también, si hubiera algún problema podría encargarse o bien decirme. Pueden confiar en mí para todo ¿Lo sabes, cierto Seok Jin?
El alfa asentía—. Si señor. Gracias por su atención a lo largo de estos años. Sé que está de más decirlo, pero queremos que esto sea lo más confidencial posible hasta que estemos seguro que todo estará bien con-... —sus dientes se apretaban—. Con el proceso que esto lleva.
—No tienes que mencionarlo dos veces, estén tranquilos. Intentaré en lo posible decirles hoy el resultado de la prueba de sangre si se logra a tiempo ¿De acuerdo?
La pareja asentía y daba gracias cuando la consulta terminaba. Minutos más tarde estaban sacando los siguientes turnos para TaeHyung y por supuesto que la posición de Seok Jin, adelantaba muchas fechas y acceso fácil. TaeHyung sonreía amablemente a la asistente del doctor que los veía con una fascinación extraña en sus ojos amielados y se preguntaba ¿Por qué? Pero como sea, su cabeza iba a mil por horas, mientras revisaba su teléfono de salida al estacionamiento un piso más abajo, techado con el edificio encima, pero con mucha luz del día.
—Dios. Mi madre me avisó de la decisión precipitada de la presentación anoche. No siquiera vimos el teléfono cuando llegamos —decía TaeHyung mirando su móvil y siendo llevado por Seok Jin—. ¿Viste una notificación sobre esto en tu teléfono hoy antes de sali-...?
—Detente —pedía Seok Jin, repentinamente susurrando. El brazo que había estado en la espalda baja de TaeHyung ahora estaba frente a él deteniendolo. El corazón del Omega había comenzado a saltar en su pecho y su mano se había aferrado a su teléfono y al brazo de Seok Jin.
El alfa tenía el ceño fruncido, estaban en el estacionamiento y sus ojos estaban afilados y atentos, su mandíbula apretada y marcada. Le había costado apartar sus ojos de Seok Jin, porque se perdía en la imagen y en el olor de su alfa, incluído su cuerpo cubriendolo de algo que TaeHyung no podía ver. Hasta que prestaba atención.
— ¿Dónde están SuHo y MinGi? —preguntaba.
Conducir con un auto adelante y otro atrás se había vuelto más normal y se había acostumbrado más rápido de lo esperado. Ahora TaeHyung sabía que algo andaba mal si sus sombras no estaban en el estacionamiento, lo extraño era que sus autos sí. Pero más inquietante era que el estacionamiento estaba completamente vacío. Algún que otro auto en el enorme lugar.
—Jin~... ¿Dónde están todos? —la voz de TaeHyung temblaba. Más grave y baja, sus dedos aferrandose dolorosamente al bíceps tenso de Seok Jin.
—Están aquí, pero están lejos y no estamos solos —susurraba el alfa. Cuando TaeHyung lo miraba, su mandíbula se marcaba y sus ojos estaban rojos.
Notaba sus fosas dilatadas, olfateando más allá de lo que el mismísimo TaeHyung podía. Sus ojos carmesí, amenazantes y alertas. Cuando TaeHyung sentía que Seok Jin lo cubría un poco más con su cuerpo y su brazo se presionaba en su cadera al momento de llevarlo tras él, TaeHyung miraba en dirección a dónde los ojos de su alfa miraban fijamente y ahí estaba. Un hombre de aproximadamente 1,80. Cabello negro y cuerpo bien trabajado. Cabello corto con ojos bien rasgados, nariz larga y rostro ovalado con pomulos bien definidos.
Era atractivo. Era un alfa y toda su aura y su actitud denotaba una pasiva violencia contenida. TaeHyung no lo conocía, Seok Jin no recordaba haberlo visto por Bucheon y sus alrededores, pero todo se ponía peor cuando de detrás de su enorme figura salían dos lobos inmensos en cuatro patas, fauces apenas amanezantes y caminata tranquila. TaeHyung sentía su respiración estancarse y su pulso acelerándose, el lobo de pelaje negro con ojos dorados estaba nuevamente frente a él. Ho-Seok.
—Da un paso más cerca y cualquiera sea el motivo de tu descarado encuentro conmigo, saldrá mal —decía Seok Jin con su voz más grave.
Oh, TaeHyung conocía esa voz. No era la voz normal de Seok Jin, era la voz que venía con todo el conjunto del alfa arcano. No había usado una voz de mando en absoluto, él solo había dicho esas palabras con total calma y suavidad. Pero sus cuerdas vocales parecían más fuertes. El humano y los dos animales se detenían automáticamente, el tipo en cuestión alzaba sus manos.
—Vengo en son de paz, arcano —susurraba.
— ¿Y mis hombres? Si les hicieron algo, no creas que saldrás ileso
— Están bien. Ellos saben que si mantienen la calma, nada le pasará a su jefe y a su omega —decía sin ver a TaeHyung detrás de Seok Jin. Sus ojos solo se mantenían en los rojos de Seok Jin—. Es un placer conocerte, Kim Seok Jin
—No recuerdo haber oído tu nombre y no puedo decir que sea un placer conocerte también —exclamaba Seok Jin con una suavidad fingida que incluso ponía los pelos de puntas en TaeHyung.
El alfa frente a él vacilaba un momento, pero una sonrisa ladina se pintaba en su cincelado rostro—. Sólo llámame Shownu
—Mientes —decía gravemente Seok Jin—. Ese no es tu nombre.
El alfa escoltado por las bestias de cuatro patas apretaba sus dientes y acomodaba su postura—. Es un apodo. Todos me llaman así en mi manada
— ¿Tu manada? —el tono de Seok Jin había sido tan burlonamente seco que TaeHyung tenía que mirarlo. El agarre sobre él no había aflojado, su cuerpo seguía cubriendolo y podía saborear en su interior la rabia que Seok Jin estaba conteniendo para evitar lanzarse contra el hombre frente a ellos.
El autocontrol era una locura para la casta de Seok Jin, simplemente increíble, TaeHyung no podía dejar de sorprenderse de ello. Pero sus ojos volvían al lobo negro de ojos dorados. El animal no le había quitado la vista de encima. Ho-Seok estaba quieto en su forma animal detrás del otro hombre. El otro lobo de pelaje marrón oscuro, también lo estaba.
—Mira, no tengo mucho tiempo —decía intentando no sonar amenazante. Más bien parecía extrañamente suplicante mientras levantaba su mano y una memoria USB había entre sus largos dedos—. Sólo vine por un trato.
Seok Jin estrechaba sus ojos—. ¿Qué te hace pensar que yo podría hacer un trato contigo?
—Sé que van a reformar algunas leyes —decía Shownu—. Aquí está nuestra ofrenda de paz. El trato que queremos hacer con el concilio y un vídeo exclusivo y muy explicativo que podría ser transmitido mundialmente. Te pedimos estar de nuestro lado, pero eso no va a suceder ¿Cierto? Así que estamos jugando nuestras cartas —decía sin vueltas.
Seok Jin apretaba su agarre sobre la cadera de TaeHyung al punto de ser casi doloroso para el Omega.
—Te presentas aquí de imprevisto, secuestrando a mis hombres y pretendiendo ser un líder que tiene todo bajo control ¿Con que descaro crees que voy a sucumbir a tus deseos?
La voz de Seok Jin era tan grave, el autocontrol seguía siendo una locura. Pero era representado por un fino hilo que estaba a punto de cortarse.
—Puedo arruinarte con unas simples palabras, a tí... Y los que trajiste contigo y a los que tienen a mis hombres —exclamaba. Shownu sabía por la leyenda que Seok Jin era capaz de mucho, pero sentirlos a tal distancia era un poco descabellado—. Oh, si. Puedo oler cada uno de sus peculiares aromas.
Seok Jin no quería ser demasiado violentamente verbal, pero la expresión correcta era "asquerosos aromas" podía sentir a todos y cada uno, allí y él no olvidaría como olían.
—No queremos estar en tu contra, es todo lo contrario —decía Shownu.
—Ese barco de creer en una lealtad 'inexistente' de ustedes hacia a mí ya zarpó cuando decidieron que secuestrar a mi Omega era el paso correcto y está muy lejos sin vuelta atrás cuando decidiste amenazarme con revelar mi identidad a todo el mundo. Si crees que tus amenazas van a funcionar, estás equivocado
— Jamás fueron amenazas, queríamos abrirte los ojos, 'arcano' —susurraba—. Ni siquiera tú sabías lo que eras antes de todo esto. Solo queríamos darte un pequeño incentivo y que veas que hay fanáticos tuyos con nosotros. Solo queremos unidad —exclamaba—. Y lo de tu Omega, fue un pequeño incidente
— ¿Pequeño incidente? —decía TaeHyung en susurro roto—. Saben muy bien lo que perdí ese día
—TaeHyung, nosotros está-...
—No le dirijas la palabra a mi Omega. Y tus disculpas no sirven, vete antes de que cambie de idea y terminen encerrados por la cantidad de leyes que están rompiendo y no lo diré dos veces.
De repente uno de los lobos gemía, era Ho-Seok con un leve estruendo de los huesos de sus patas delanteras. Shownu lo miraba con cierto resentimiento , su tiempo era corto.
—Mierda —decía entredientes. Nuevamente levantaba la mano con la memoria USB—. Sólo queremos ser aceptados, no cazados y tú quieres paz para ti y para los tuyos. Nuestra libertad por tu paz o le diremos al mundo quien eres y créeme que a pesar de ser un secreto a voces nuestra existencia, no tendrás a dónde huir cuando todos sepan quién es exactamente el arcano y todos puedan ponerse en tu contra. No eres estúpido, sé que lo entiendes —exclamaba.
Seok Jin quería golpearlo, la necesidad expandiéndose como un viscoso líquido venenoso entre sus venas y construyéndose como una necesidad furiosa en su interior. TaeHyung apretaba su brazo y Seok Jin lo miraba unos momentos. Los ojos de su Omega brillaban en un celeste refulgente, pero luego otro sonido de huesos y un sollozo más agudo por parte del lobo negro. Shownu miraba entre el lobo y Seok Jin, sin más arrojaba cerca de los pies del alfa la memoria y retrocedía. Sus ojos eran una provocación a qué Seok Jin tan sólo intentará decir o hacer algo contra ellos.
Seok Jin daba un paso—. Piénsalo dos veces, arcano —exclamaba el pelinegro—. Somos más de tres y lo sabes. No podrías contra nosotros ni aunque lo intentarás y estoy seguro que no quieres poner en peligro a la nueva vida en el vientre de tu Omega.
Las palabras habían sido un susurro filoso con promesas amenazantes que aterraban a Seok Jin, así que no decía nada. Solo apretaba sus puños y estaba seguro que rompería sus dientes por tenerlos presionados. El trío peculiar salía de allí, pero Seok Jin hablaba una última vez.
— ¡Ho-Seok! —su voz un estruendo en el estacionamiento vacío, casi haciendo eco. El lobo negro giraba repentinamente con un leve show de sus fauces—. Ni siquiera he comenzado contigo, pero no esperes un final feliz para ti —susurraba Seok Jin con seguridad.
Luego de eso, el lobo volvía a gemir del dolor, el tiempo de transformación se les estaba acabando y cuando desaparecían bajo la aguda vista del alfa puro, el silencio que los rodeaba era casi aterrador. Cómo incluso si los pájaros hubieran dejado de cantar ante el enfrentamiento pacífico. La ira dentro de Seok Jin se cocinaba a fuego lento, miraba a TaeHyung unos momentos y notaba la Omega mirando la memoria USB sobre el suelo a metros de distancia de ellos. Seok Jin iba a caminar hacia ella, pero TaeHyung lo sujetaba con fuerza del brazo.
—No hay nadie aquí, cariño —su voz era la de siempre, finalmente.
Gravemente dulce, envolviendo con su aroma los sentidos de TaeHyung dándole calma y anclandolo a la realidad.
—Lo siento, ve por esa cosa —decía levemente alterado.
Seok Jin besaba su frente unos momentos y caminaba a recoger la memoria. No miraba a ningun lado, los diferentes aromas se habían alejado, pero los de Suhoo y MinGi se sentían más cerca, desesperados y alterados.
Guardando la memoria en su bolsillo extendía su mano hacia TaeHyung y el Omega la tomaba.
—Sube al auto, nuestros hombres están en camino y van a tener que darme una buena y jodida explicación —era lo último que decía el alfa entre dientes, mientras metía a TaeHyung en el auto y miraba a su alrededor.
"Shownu" ese era el nombre del tipo dueño de un rostro y un aroma que no olvidaría y no estaba seguro que había en esa memoria, pero el tiempo se estaba acabando y él tenía una decisión que tomar. Sabía muy bien que esto significaba probablemente no reclamar nunca a TaeHyung y sucumbir a los deseos de su corazón—y su lobo—por temor a desatar un posible caos. Pero últimamente e independientemente de la paz que deseaba para los suyos, no estaba seguro que no reclamar a TaeHyung significaba 'paz', porque los rebeldes al parecer, ya estaban cansados de estar en la oscuridad anhelando.
Genial, sin importar que decidiera sobre informar o no al concilio, estaba entre la espada y la pared, especialmente porque no deseaba provocar a toda una manada de cambiantes que podían tener a su Omega como blanco. Seok Jin necesitaba velar por la seguridad de su Omega y su-... Su futura familia.
Perdón la demora. Expliqué en mi perfil mi pequeña recaída de desgano y quise frenar después de JUNE 28. Pero aquí estamos, saben que a veces pido un break, pero que no abandono. Gracias la espera y comprensión.
También anuncié y cambie en los títulos que 'upsida' está finalmente en sus momentos culminés 🤸🏻♀️
Buen finde, besitos voladores y abrazos psicológicos para tod@s.
Con amor niñita Nanykoo 💜
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