~12~

TaeHyung había sido bien recibido, había conocido a muy pocos compañeros que aún no entraban en su turno, pero que habían sido llamados para brindarle un tour por el gran hospital. Se veía ya largas horas en aquel lugar intentando buscar un rincón donde dormir en sus momentos de descanso, pero le gustaba.

Era mucho más grande que el hospital de donde venía y mucho más importante. Realmente tenía grandes posibilidades de poder crecer como quería si se lo proponía a corto o largo plazo. Daba lo mismo, ya estaba en casa, no había apuro de nada.

Excepto ver a SeokJin. Sus dedos picaban, como habían picado todos estos años por llamarle, por mandarle mensajes, pero debía de contenerse aunque le hubiese costado horrores y algunos anti depresivos. Pero ahora que se encontraba despidiéndose del resto y esperando afuera del hospital en cuestión para que Suho viniera por él, se preguntaba si era un buen momento para un llamado.

Joder, él lo necesitaba. Necesitaba tanto a SeokJin que estaba haciendo demasiado esfuerzo por contenerse y ya no quería hacerlo más.

—De acuerdo, lo llamaré. Sólo un llamado —mencionaba con sus dedos tecleando el número de memoria.

Como si no lo hubiesen tipeado y borrado más de una vez en todos estos años.

El llamado conectaba y un tono de espera se escuchaba. Luego dos, tres... TaeHyung movía su pierna ansioso, pero no quería cortar, quizás y lo agarraría el contestador y podría al menos oír la voz de Jin en el mensaje grab-...

—Tae —la forma en la que el castaño decía su nombre era algo muy similar a un tono aliviado.

—Alfa... —susurraba el azabache ido, apretando sus ojos intentando borrar el exterior.

—Oh, amor —susurraba SeokJin al otro lado.

TaeHyung mordía su belfo inferior y sentía un cosquelleo en su bajo vientre y su cuerpo sensible al roce de la ropa, otra vez. Temía comenzar a humedecerse pronto y no poder controlar sus feromonas en plena luz del día y aún estando en las puertas del hospital.

—Creo que el efecto supresor de mi dosis está pasando porque tu sola voz me pone muy... —TaeHyung suspiraba y fregaba su frente. SeokJin no decía nada, pero de repente se sentía más aliviado, por lo que, dejaba salir todo el aire en un sonoro suspiro y susurraba dulcemente—, gracias

— ¿Tu entrevista salió bien? —preguntaba el alfa, dulcemente.

—Mmhp —TaeHyung asentía como si SeokJin pudiese verlo.

— ¿Qué estás haciendo ahora? ¿Donde estás? —preguntaba y se escuchaban ruido de papeles y cosas que parecía estar moviendo de un lado a otro.

— ¿Estás ocupado? —preguntaba TaeHyung con una mueca en su rostro.

Mierda, él ya estaba libre y no comenzaría a trabajar hasta dentro de cuatro días, pero SeokJin seguía con su rutina laboral como de costumbre. Y era muy probable que estuviese molestando.

—Estoy... Con papeleo pendiente, yo solo necesitaba hacer algo —respondía SeokJin, sintiéndose mal por haber dejado cosas sin hacer creyendo que tendría otro fin de semana solitario.

—Lo entiendo y lo siento —se apresuraba a soltar TaeHyung.

—No lo sientas —pedía SeokJin. Siempre tan comprensivo—, anhelaba escuchar tu voz —susurraba gravemente.

TaeHyung apretaba la tela de su remera y tragaba duro, relamiendo sus labios y resonando su cuello. La sola voz comenzaba a hacer estragos en él y la anticipación de saber que su celo sería saciado por SeokJin, lo hacía comenzar a perder los estribos.

—Jin... —susurraba—. Alfa... —soltaba jadeante, apretando sus ojos para calmar las sensaciones que querían comenzar a brotar otra vez y el calor que iba en aumento.

—Mi precioso Omega —susurraba SeokJin con dulzura. Nunca le había llamado "mi precioso" y se escuchaba perfecto para TaeHyung quien, nuevamente se sentía aliviado.

Joder, era una maldita montaña rusa de puro libido en aumento y descenso. Su celo sería muchísimo más fuerte e intenso si se desataba con SeokJin cerca. Como aquella y única vez que había podido tener al Alfa con él. Para TaeHyung los encuentros que vinieron después habían sido experiencias que deseaba olvidar. Su cuerpo le pedía una cosa, pero era todo lo contrario a lo que su corazón deseaba. Agradecía que SeokJin lo hubiese controlado en más de una ocasión, pero tenía momentos bochornosos que deseaba olvidar. Y nunca le había mencionado nada a su Alfa, pero cada vez que su celo comenzaba, usaba automáticamente el collar antimarca. Él se perdía en pocas ocasiones, Seokjin le controlaba en otras y habían momentos de lucidez en los que dejaba en claro que solo necesitaba a alguien golpeando su punto dulce para saciarle y dejar de su sufrir en sus epocas de calor intenso, pero nada de marcas,  lazos y besos que no venían al caso para lo que necesitaba.

Él solo le pertenecía a una sola persona, por siempre y para siempre.

— ¿TaeHyung? —Llamaba el castaño al otro lado de la línea.

—Quiero verte, aunque entiendo que estés ocupado —susurraba con voz temblorosa.

De repente para el Alfa, ese adulto independiente le recordaba al adolescente de hacía diez años atrás que le había mencionado por llamado telefónico que lo necesitaba. El castaño al otro lado de la línea tenía tantos pendientes que había dejado para pasar sus fines de semanas solitarios. Se maldecía recordando las palabras de TaeHyung, sobre que una relación a distancia hubiera sido realmente imposible.

Suspiraba sonoramente—. ¿Quieres que vaya por ti? —preguntaba con su garganta seca.

—Pero ¿no estás ocupado? —cuestionaba TaeHyung, apoyándose sobre la pared y cerrando sus ojos unos momentos.

Se estaba comportando tan necesitado que estaba comenzando a odiarse un poquito.

—Quiero que sepas que acepte la invitación de WooYoung para esta noche —mencionaba el alfa al otro lado de la línea, luego de que un suspiro retumbara en el oído de TaeHyung.

No estaba seguro como sentirse al respecto.

¿Jin no quería verlo? ¿Estaba inseguro sobre sus sentimientos y por eso no quería tenerlos a WooYoung y a él en el mismo lugar?

TaeHyung suspiraba inconscientemente.

— ¿No quieres ir? —se apresuraba a preguntar SeokJin—, puedo cancelar

—No, Jin... —mordía su labio. Le dolía el alma no sentirse cien por ciento seguro—, hágamoslo —afirmaba.

— ¿Que hagamos que? —susurraba SeokJin.

—Jin... —soltaba TaeHyung sonriendo.

—Lo siento, puedo ir por tí ¿dónde estás ahora? -—preguntaba el castaño.

TaeHyung suspiraba y a lo lejos veía a su chófer bajando del auto y haciéndole seña.

—Si nos vemos ahora, no saldremos de cualquiera sea la habitación en la que me encierres contigo —afirmaba TaeHyung en un susurro.

—Es verdad... —exclamaba SeokJin—, puedo cancelar

—Pero también sé que quieres conocer al alfa de tu mejor amigo y seamos honestos Jin, no retrasemos esto...

— ¿Por esto te refieres a...?

—WooYoung y yo —afirmaba, caminando en dirección al auto.

—No es con la intención de nada romántico, Tae. Él es-...

—Tu amigo y lo entiendo

—Y tú eres mi Omega —afirmaba el alfa—. Eres mi amor.

TaeHyung sonreía levemente—. Hagamos esto, salgamos y tengamos esa doble cita. Tampoco confío en esas aplicaciones y no estarás tranquilo, tampoco quiero que tu cabeza este en otro sitio —afirmaba seguro—. Conoce al alfa de WooYoung y luego solo piensa en mí ¿puede ser?

SeokJin suspiraba, no estaba seguro si sentirse aliviado o no, pero había mucha razón en sus palabras. Él no estaría tranquilo hasta ver con sus propios ojos al otro tipo y también quería seguir el consejo del señor Min. Redescubrir a TaeHyung, salir juntos, ver qué le gustaba en la actualidad y que no.

—Seré todo tuyo sin inconvenientes luego. Lo prometo —afirmaba SeokJin.

Asintiendo exclamaba—.No tienes que prometerme más. Confío en tí —exclamaba tranquilo, llegando al auto en cuestión y abriendo la puerta.

— ¿Y eso? —cuestionaba SeokJin por el ruido.

—Mmm, entrando al auto de Suho y cerrando la puerta —respondía TaeHyung.

— ¿Va por tí aún sin YeonJun? —cuestionaba con un tono de voz peculiar.

—Sip —respondía el Omega como si nada, haciendo una reverencia al susodicho—, voy a camino a casa de mis padres ya. Prometí ver unas películas con Yeon al llegar.

Un silencio al otro lado y TaeHyung se sentía ansioso.

—Tengo que volver al trabajo, te enviaré el horario en el que pasaré por ti. WooYoung aún no me confirma lugar y horario —mencionaba.

—De acuerdo... Está bien —respondía TaeHyung, perdiendo toda esperanza de verle en el día—, te dejaré trabajar tranquilo. Lamento haberte molestado

—No, tú-... —SeokJin suspiraba—, solo son cosas que debo hacer, pero tú no me molestas. Es todo lo contrario, Tae.

El Omega cerraba sus ojos y asentía como si SeokJin pudiese verlo.

— ¿Sigues ahí? —se escuchaba el alfa preocupado.

—Siempre —respondía TaeHyung—. Te dejaré hacer tus cosas y me avisas luego el horario y que debería ponerme ¿de acuerdo?

—En público, lo que sea —mencionaba Jin y agregaba—. A solas, me gustaría que no usarás nada —susurraba.

—Jin —pedía TaeHyung, apretando sus piernas y la tela del pantalón en su puño—, no hagas eso de repente

—Lo lamento, tienes razón —mencionaba  el alfa—. Hasta la noche.

Un gran suspiro sonoro por parte de TaeHyung—. Hasta la noche.

Luego de aquella despedida se quedaban colgados del llamado, sin decir una palabra, pero sin poder cortar.

—No me hagas cortar a mi —pedía el alfa.

—Lo siento. Adiós —exclamaba una última vez, pero la linea quedaba nuevamente en silencio sin dejar ir el llamado del otro—. Jin... —TaeHyung mordía su lengua y miraba alrededor y por la ventana del auto hacia afuera—, hazme saber luego que debo ponerme, si muy elegante o relajado. Cuidate.

Cortaba el llamado y relamia sus labios mientras rascaba su frente sin saber cómo sentirse. Él quería decirle a SeokJin tantas cosas, pero no quería abrumarlo. Sin mencionar que cada vez que había querido soltar un "Te amo" por llamado telefónico, SeokJin cortaba la llamada.

No estaba seguro hasta el día de hoy si se debía a que no le creía o no lo sentía. Pero estaba seguro que tenía más que ver con la primera opción o quizás un poco de ambas. Pero debía de armarse de paciencia, no dejar que la ansiedad lo hiciera adelantarse a posibles escenarios que quizás no llegarían a suceder. Tenía que saber esperar y dejar que todo pudiera avanzar de forma tranquila, pero constante y natural.

SeokJin se encontraba en su apartamento finalmente. Si hubiese sabido que TaeHyung llegaría, no hubiera dejado trabajo apilado, pero tenía que cumplir o luego sería peor. Había pasado largas horas poniéndose al día, aunque no estaba seguro si estaba siendo responsable o evitando pensar en TaeHyung.

Cuando yacía en el centro de su apartamento, miraba alrededor y estaba igual que como le había dejado hacia dos noches. Solitario, pulcro y aburrido.

Camino a su habitación por algo cómodo, recordaba su momento con TaeHyung en el auto. El cuerpo del Omega sobre el suyo. El aroma, la piel de TaeHyung, sus besos. La forma en que esos ojos celestes lo miraban con tanto deseo y amor. Se calentaba de pies a cabeza sin retroceder y revivir demasiado aquellos besos y caricias compartidas. TaeHyung tenía tanto poder sobre él que, giraba sobre sus talones y veía su propio reflejo.

—Mierda... —sus ojos rojos le daban casi un porte atemorizante. Los cerraba y sacudía su cabeza.

Su teléfono sonaba en su bolsillo y lo traía a la realidad, WooYoung le llamaba—. Woo

—En tres horas en el precioso restaurante de la quinta avenida —exclamaba entusiasmado.

SeokJin miraba su reloj y mierda, si se había pasado todo el día encerrado y ayudando por aquí y por allá, logrando que las horas pasarán más rápido o más lento, quién sabía.

— ¿A las nueve? —preguntaba.

—Eres bueno en matemáticas —se burlaba su amigo—. Te siento decaído ¿estás bien?

SeokJin suspiraba y se sentaba sobre su cama—. Sólo tuve una larga jornada de trabajo

— ¿Y desde cuándo trabajas un fin de semana? —cuestionaba el pelinegro al otro lado—. ¿Estás evitando a TaeHyung?

SeokJin volvía a suspirar—. Quería verme y también quería verlo, pero si lo hacía no iba a aparecer por tu cena de a cuatro —mencionaba.

—Ay, Jin... Si quieren salir entre ustedes está bien ¿desde cuándo no me dices lo que realmente quieres? Le diré a San

—No, no —pedía el alfa—. No quiero que nuestro instinto animal se oponga, quiero conocer a TaeHyung y esta salida de a cuatro creo que será buena para que ustedes se conozcan y para que nosotros no estemos extraños e incómodos con el otro

—Mmm... Veo —mencionaba WooYoung—. Quieres ir a paso lento con él

—Exacto —mencionaba aliviado de nunca tener que explicarle demasiado a Woo. Él diría un par de palabras y WooYoung entendería—. Min dijo que teníamos que conocernos nuevamente. Que somos diferentes ahora y las citas serían un buen inicio

—Creo que es una excelente idea. Tienen que ponerse al día, entrar en el territorio del otro...

—Exacto —mencionaba SeokJin—, con calma

—Van a follar de todas formas —afirmaba su amigo con seguridad.

—Woo, no ayudas

—Jinnie, fueron diez años. Deben estar ardiendo ¿Pudiste tocarlo un poco? ¿Besarlo? Lo anhelas desde hace tanto, Jin —exclamaba su amigo.

—Lo hice —susurraba apretando sus ojos para evitar calentarse al respecto—, fue él quien nos trajo a la realidad de que estábamos en mi auto. Creo que su entrevista laboral lo hizo ser recatado

—Bueno ¿estás seguro que quieres venir? Puedes conocer a San en otro momento —mencionaba el pelinegro.

— ¿Habrá otros momentos? —mencionaba SeokJin preocupado.

—Si, yo creo que sí... Él es diferente, Jinnie —repetía.

—Entonces con más razón lo conoceré esta noche —afirmaba.

—Te sorprenderás —replicaba seguro—. De acuerdo, debo prepararme. Vayan lindos, pero cómodos para ir al club del amigo de San —mencionaba—. Siempre y cuando TaeHyung lo quiera ¿de acuerdo?.

SeokJin asentía en silencio con un leve puchero.

—Jin no asientas como si pudiera verte —Replicaba el Omega.

—Lo siento —reía apenas—. Estaremos ahí. Adiós.

Soltaba el teléfono y se despeinaba bruscamente dejándose caer en la cama. Tenía que llamar a TaeHyung y mencionarle sobre cómo vestirse, pero si escuchaba esa voz lo alteraría y cambiaría sus planes totalmente y no, debía de seguir como estaban. Paso a paso, tranquilos. Llegarían ahí, llegarían sin apuro.

Así que solo enviaba un texto informándole a TaeHyung como debería asistir y el horario en el que estaría pasando por él.

El Omega se encontraba en su nueva habitación, aún no había desempacado nada por dos razones. Habían llegado hacia menos de setenta y dos horas y TaeHyung no pretendía seguir viviendo con sus padres. La idea de vivir solo le aterraba por razones muy válidas en la actualidad, pero estaba decidido a avanzar.

—Eso te queda muy apretado —soltaba YeonJun desde la cama, juzgando con total derecho la vestimenta de TaeHyung.

—No es apretado —replicaba, mirándose al espejo.

YeonJun reía divertido—. ¿Usarás esos tiradores? —preguntaba curioso.

— ¿No te gustan? —replicaba TaeHyung, tratando de que su cabello quedará muy prolijamente ondulado.

El niño tras él asentía sonriente—. ¿Veras a Hyung, cierto?

TaeHyung se giraba y volteaba a ver al niño curioso. Luego se acercaba a la cama y se sentaba en esta.

— ¿Te agradó SeokJin? —preguntaba finalmente.

Se había contenido de preguntarle al niño que pensaba realmente del Alfa y tener esta pequeña conversación que, podría tener como resultado quién sabe qué tipo de respuestas. YeonJun era impredecible.

—Si, me agrada —mencionaba tranquilo—. Sus panqueques son ricos.

TaeHyung reía de forma rectangular agachando su cabeza y sentía al niño moverse por encima de la cama para llegar a él, luego veía y sentía las pequeñas manos de este acunar su rostro y levantarlo para mirarle curioso.

— ¿Qué? —preguntaba TaeHyung.

YeonJun peinaba su flequillo y lo quitaba de sus frente.

—Ya no te ves triste —mencionaba—. Solías tener tus ojos apagados y no te ves así desde que vimos a Hyung.

TaeHyung pasaba saliva y sonreía dulcemente al niño.

—Eres tan metiche —susurraba el mayor.

YeonJun sonreía de oreja a oreja.

—Dile a Hyung que te cuide —exclamaba.

TaeHyung hacia una pequeña mueca—. Creo que lo hará

— ¿Lo crees? ¿No estás seguro? —preguntaba, torciendo su cabeza cual cachorro confundido.

—Si, lo hará —afirmaba con voz temblorosa.

YeonJun sonreía inocentemente y asentía frenéticamente para luego salir de la habitación. TaeHyung suspiraba y buscaba sus cosas para salir, Jin estaría en cualquier momento frente a su pórtico. En su mesa de noche tenía un vaso de agua y se encargaba de volver a tomar una dosis para mantenerse tranquilo. Él también deseaba esta salida, no quería ir a los golpes de inmediato.

Había algo en esto de la espera que lo hacía sentirse ansioso, pero emocionado.

—Supongo que no vendrás a casa una vez que toques el apartamento de SeokJin ¿cierto? —su madre aparecía en la puerta de la habitación, cruzada de brazos y apoyada sobre el marco de la misma.

TaeHyung la veía y se encogía de hombros—. No lo sé. Estamos tratando de no ser tan salvajes...

—Irán lento —mencionaba su madre y TaeHyung asentía—. Tengan mucho cuidado

—Lo tendremos, estaré con él. Y no quiero salir pensando en cosas negativas —exclamaba camino a la salida y encontrando a su madre finalmente—. Sé que te preocupas, pero ya estamos aquí. Estaré bien

— ¿Cuándo vas a contarle? —preguntaba Tae-Eul.

TaeHyung suspiraba y secaba una gota de sudor de su frente—. Cuando el momento sea propicio y esto recién comienza, mamá. Por favor

—No creo que pueda haber un momento propicio —mencionaba la Omega—, tampoco te descuides mucho

—Lo sé, pero la paranoia tampoco es buena. Estamos aquí, estamos bien y hablaré con SeokJin pronto. Le contaré todo —exclamaba—. Y si él no entiende-...

—Lo hará —afirmaba su madre—, estará furioso. Pero entenderá.

TaeHyung suspiraba y de repente un bocinazo de afuera se escuchaba. Su corazón comenzaba a latir con rapidez, inclusive asombradole a él mismo la rapidez con la que su pulso se aceleraba ante la sola idea de la presencia de su Alfa.

—Ve —pedía su madre, palmeando su brazo—. Diviértete, lo mereces. Ambos.

TaeHyung sonreía y besaba su mejilla para salir con prisa, sus pasos acelerados lo llevaban de inmediato a la entrada. Cuando se encargaba de salir ahí lo veía a él, apoyado sobre su auto con un pantalón negro ajustado, zapatos de cuero en punta y una camisa de seda azul oscuro que, resaltaba sobre la piel blanquecina que dejaba ver desde el cuello largo del alfa, cuesta arriba.

—Bien, solo recuerda como caminar —susurraba TaeHyung.

Yendo a paso lento, veía a SeokJin caminar en dirección a él. Podía sentir su aroma cada vez más cerca e intenso.

«Canela»

El alfa por su parte solo podía barrer a TaeHyung con su mirada, completo. De arriba abajo y volvía a empezar. Este llevaba también un pantalón negro y una camisa gris con pequeños detalles similares a bolados de forma vertical y los tiradores que YeonJun había criticado. Estaba-...

—Te ves precioso —susurraba cuando llegaba frente a TaeHyung y lo miraba con un destello especial en sus orbes.

Alzaba su mano y acariciaba su mejilla mientras que TaeHyung se apoyaba sobre su mano.

—Deja de verme como si no pudieras creer que estoy aquí —exclamaba el Omega.

SeokJin tenía tantas emociones sin decir en su mirada que, solo podía sonreír levemente y meterse en el hueco del cuello de este y aspirar. TaeHyung sentía que su corazón rompería su pecho si seguía latiendo de aquella forma desenfrenada. Sus oídos escuchaban la fuerte aspiración que SeokJin daba y él soltaba más de su aroma a arándanos para impregnarlo en su alfa.

Este dejaba que su propio aroma a canela se entre mezclará con el de su Omega y hacía lo mismo, impregnaba a TaeHyung con su aroma y luego lamía su cuello.

"Ah~..."

El azabache gemía, apretando un puñado de la camisa de seda azul que SeokJin llevaba y echando su cabeza hacia el lado contrario. Dejando ese bonito cuello de piel dorada a merced de otra lamida más lenta y que pasaba con más presión. Se sentía desfallecer y Seokjin estaba totalmente drogado por el aroma ajeno. Por el cuerpo de TaeHyung entre sus brazos y sus dientes raspaban la sensible zona.

—Jin-... —pedía TaeHyung con voz estrangulada.

—Lo siento —susurraba el Alfa, apretando a TaeHyung para abrazarlo con fuerza.

El Omega se dejaba estrechar otra vez, como si no fuera nunca suficiente. También se permitía abrazarlo otra vez y meter su rostro en el cuello de Jin. Se veía tan necesitado, ambos lo estaban.

—Te extrañé —soltaba TaeHyung con voz amortiguada—. Y lo siento si sueno tan repetitivo

—También te extrañé —exclamaba SeokJin, aflojando el agarre y llevando de nuevo su mano al rostro de TaeHyung y acariciar con su pulgar la mejilla del Omega, mientras bajaba a sus labios y acariciaba el inferior mientras tenía sus ojos clavados en estos.

TaeHyung se acercaba para rozar su nariz a la ajena, pero no le besaba, de lo contrario se pegaba a sus labios luchando con sus propios deseos desenfrenados.

—Entremos a tu auto y bésame de una jodida vez, allí dentro. Por favor —pedía.

SeokJin sonreía y se contenía. Se alejaba relamiendo sus labios y asentía. Tomaba la mano de TaeHyung bajo la atenta mirada del Omega y entrelazaba sus dedos para echarse a andar con él camino a su auto. Cuando llegaban, se encargaba de abrirle la puerta del acompañante y TaeHyung alzaba sus cejas sorprendido.

— ¿Me abres la puerta? —cuestionaba el Omega sonriente.

SeokJin abría sus ojos—. ¿Demasiado cursi?—cuestionaba preocupado.

TaeHyung reía con dientes y todo. Una bonita y rectangular sonrisa con un poco de timidez y negaba.

—Me gusta, es extraño, pero me gusta —se acercaba y besaba la mejilla de SeokJin, muy amenazadoramente cerca de sus labios—. De hecho me encanta que seas cursi, quién lo diría.

Sonreía una última vez y se metía dentro, el alfa cerraba la puerta y exclamaba:

—Le gusta que sea cursi, de acuerdo... Bien, si —hablaba para si solo, anotando todo mentalmente mientras se metía en su respectivo asiento del conductor.

Cuando lo hacía, miraba a TaeHyung y le sonreía. Extrañamente nervioso iba a colocarse su cinturón de seguridad, pero la mano del Omega sobre la suya lo detenía.

—Bésame, por favor —susurraba TaeHyung necesitado.

SeokJin no necesitaba más, estiraba su mano y tomaba al azabache de la parte posterior de su cabeza, empuñaba un maraña de cabello oscuro y tiraba de él para encontrar su boca hambrienta que lo recibía con ganas. TaeHyung separaba sus labios y con su lengua buscaba la de SeokJin.

"Mmm~..."

TaeHyung llevaba una de sus manos al largo cuello del alfa y la subía a la nuca para enredar sus dedos en la suaves hebras de color negro. Luego lo atraía más y más hacia él mientras se devoraban en un beso que los dejaría sin aire muy pronto. Su temperatura iba en aumento y lo sabía, sabía que una simple dosis no sería suficiente para resistirse a SeokJin, para apaciguar la necesidad de su cuerpo.

Los dientes del castaño tiraban de su labio inferior y de repente se alejaba, dejándolos a ambos agitados. Con labios rojos y  cabello despeinado.

—Tarde mucho en dejar mi pelo pasable —soltaba TaeHyung.

SeokJin reía y apoyaba su frente a la del Omega, acariciando con sus dedos la zona de la nuca de este, brindando una extraña calma que bajaba totalmente la temperatura de ambos. TaeHyung se sentía aliviado, más relajado y recibía un beso fuerte de recompensa para luego ser dejado repentinamente.

—Vas a volverme loco —mencionaba desorientado el Omega.

—Podemos resistir un par de horas —exclamaba el alfa—, prometo no soltarte luego

—Lo sé —afirmaba TaeHyung con una sonrisa calmada. Luego se sentaba, se acomodaba y abrochaba su cinturón—. Tengo hambre, vamos

—Sigues siendo mandón —mencionaba SeokJin, abrochando su cinturón también—. Me gusta

—Lo sé —afirmaba TaeHyung con su mentón en alto—. No te gusta, te encanta.

SeokJin mordía su labio inferior de forma sensual y miraba a TaeHyung de cuerpo entero. Se lo comía con los ojos unos segundos logrando que este suspirara sonoramente.

—Tu mirada tiene promesas tan sucias que no estoy seguro si eres consciente al respecto —susurraba el Omega.

SeokJin parpadeaba de repente—. Lamento hacer esto... Contenerte así

—No te disculpes. Lo bueno se hace esperar —exclamaba tranquilo—, es increíble cómo me subes y me bajas. No lo sé, pero no te disculpes —el Omega estiraba su mano y entrelazaba sus dedos a los del alfa—. Vayamos a divertirnos, tenemos todo el tiempo del mundo.

SeokJin sonreía de lado y asentía, apretando el agarre y besando el dorso de la mano de TaeHyung. Luego y sin soltarlo, giraba la llave y encendía el auto. Tiraba sutilmente del Omega para maniobrar el volante y los cambios, pero sin soltarle y robándoles varias carcajadas. Relajando el ambiente, iban camino a una noche en la que ambos querían conocerse y disfrutar. Sólo poder disfrutar y continuar con esas risas cómplices que eran ungüento para las heridas de tantos años separados.

Era un viaje con un rumbo desconocido, pero estaban juntos. Finalmente lo estaban y nada podía salir mal. Sin importar la incomodidad de asuntos inconclusos, seguían sintiéndose que pertenecían. Aún debajo de las dudas, ellos se pertenecían.

Ahora y siempre.

Perdón la tardanza, estaba inspirada pero el robo de mi teléfono con el primer capítulo completo hizo que me desinflara un poco mucho.

Ojalá les guste cómo van avanzando estos dos. Pasito a pasito, suave suave-.... Perdón

Con amor Niñita Nany 💜

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top