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El Autobot no estaba muy seguro de cómo o cuándo él y Miles se habían ido fuera del club, el aire fresco de la noche era agradable incluso para su holoforma.

Lo que estaban haciendo ahora era exactamente por qué Ratchet lo había arrastrado al club en primer lugar, pero en algún lugar entre comenzar a hablar con Miles y balancearse contra el joven orgánico en la pista de baile, se había olvidado por completo. Ahora era solo el calor del momento lo que lo estimulaba, porque no tenía nada que perder al hacerlo y en la parte posterior de su procesador sabía que también se quitaría a Ratchet de la espalda. Después de todo, a Miles no le importaba lo que estaba pasando. De hecho, todo lo contrario, lo único que había dicho el joven orgánico era que no iban a llegar hasta el final.

Lo cual estaba bien para Orion, había muchas cosas que podía hacer con el joven y acabar con él que no implicaba recorrer las nueve yardas.

Era casi demasiado fácil levantar a Miles lo suficiente como para que pudiera tenerlo tendido sobre la capucha de su modo alternativo, sentir la presión de los dedos orgánicos clavándose en su espalda a través de su camisa mientras frotaba contra la erección del humano. Y cuando una de esas manos viajó a su cabeza para pasar por su cabello antes de tirar de él hacia abajo para darle un beso desesperado, fue igual de fácil devolver el beso y encontrar el camino hacia esa boca.

Los holoformas sentían tanto como los humanos. Podría ponerse duro y, aunque no podría reproducir el semen, podría sufrir una sobrecarga en su holoforma. Los receptores tradujeron las cosas en placer, diciéndole que quería sentir más a Miles contra él, haciéndole saber que el joven sabía a menta. El hecho de que tuviera a Miles frente a su cuerpo real hizo que todo fuera mejor, pudiendo sentir al joven orgánico en ambos sentidos y disfrutando cada segundo.

—¡Orion!–

Había pasado mucho tiempo desde que escuchó que se usaba su nombre original, y no podía recordar un momento en el que se hubiera usado así, una súplica de una sola palabra para más. Le encantaba, y durante toda la noche intentaba que Miles dijera su designación más y más.

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