──── 035.
La señora Pomfrey me había permitido quedarme unos minutos con Draco luego de que él se quedara dormido al recibir atención médica. He mirado el pálido rostro de Malfoy y sentí una pequeña opresión en mi pecho al verlo un tanto demacrado debido a que él no se había estado alimentando bien en este último tiempo.
Suspiré, bajé la mirada y llevé una mano a mi pecho intentando calmar esta angustia. Fue entonces en que escuché al chico quejarse y al volver a mirarle pude notar como su cuerpo se retorcía e incluso comenzaba a sudar mientras susurraba suavemente: "no le haga daño".
—Draco —le llamé esperando a que reaccionara a mi voz, pero él no dejó de quejarse o siquiera despertarse, por lo que rápidamente sostuve su mano—. Estoy aquí contigo, Draco.
Presioné suavemente la mano del chico mientras volvía a mencionar esas palabras, entonces, él comenzó poco a poco a calmarse y volvió a dormir tranquilamente. Volví a suspirar, pero esta vez aliviada de ver que él estaba un poco mejor.
—Aleja tus sucias manos de mí Draco y vete de aquí.
La voz de Pansy Parkinson llegó a mis oídos y al mirar hacia un lado pude encontrármela parada a los pies de la cama con actitud poco amigable.
—¿No me has oído? —preguntó arrugando levemente la nariz al no obtener respuesta de mi parte—. ¡He dicho que te vayas!
—Deberías bajar la voz —dije mientras sentía como Malfoy se retorció ante el grito de la muchacha—. Él necesita tranquilidad.
—Lo que mi Draco necesita es a mí —dijo con superioridad mientras se me acercaba—. Ahora vete de aquí.
Pansy iba a apartarme, pero antes de que pudiera siquiera tocarme me he apartado por mi cuenta y aquello ocasionó que ella casi se estampara contra la pared. Aquella acción no le pareció para nada agradable, ya que no tardó en mirarme con odio e incluso la vi intentar tomar su varita, pero la voz de la señora Pomfrey ingresando a la enfermería la ha detenido.
—¿Qué es todo este alboroto? —preguntó la señora Pomfrey y al vernos ha soltado un suspiro—. Regresen ambas a sus respectivas habitaciones.
—Me gustaría quedarme con Draco —insistió Pansy.
—No. El chico necesita descansar.
Pansy se alteró por un momento al recibir una negativa, pero luego se tranquilizó y me miró con cara de poco amigos esperando a que abandonara la enfermería. No quería discutir, por lo que miré una vez más a Draco y comencé a abandonar la enfermería para así dirigirme a mi habitación.
Mientras caminaba por los pasillos del castillo me he encontrado con Harry, quien se veía un tanto arrepentido e inquieto.
—¿Podemos hablar? —preguntó, se paró frente a mí para impedirme que continuara mi camino.
—Ahora mismo no me siento con ganas de hablar, Harry.
—Por favor. Déjame explicarte —suplicó—. Lo que pasó hoy ha sido un accidente.
—¿Llamas un accidente el casi matar a Draco?
—Yo no sabía qué hacía aquel hechizo.
—¿Por qué utilizar un hechizo del cual desconoces? —pregunté. Mi pregunta había ocasionado que Harry demostrara una mirada de arrepentimiento.
—Yo en verdad lo lamento.
—No es conmigo con quién deberías de estar disculpándote.
—¿Estás insinuando que debo...?
—La persona que salió lastimada por tu hechizo ha sido Draco... Así que deberías de disculparte con él y no conmigo.
Harry se mantuvo en silencio, así que aproveché aquello para seguir mi camino y mientras caminaba me iba encontrando con algunos alumnos que cuchicheaban sobre lo sucedido esta noche. La noticia de que Draco Malfoy había sido atacado por Harry Potter se esparció por todo el colegio: al parecer, Myrtle la llorona se había encargado de asomarse a todos los lavados del castillo para contar la historia.
Había intentado quedar con Draco varias veces, pero él siempre encontraba la manera para evitarme y sabía perfectamente que hacía todo eso para no tener que enfrentar aquella charla pendiente que teníamos desde que fue atacado por Harry. Me había cansado de intentar hablar las cosas con él y es por eso por lo que decidí tenerle una emboscada a la hora en que debíamos de regresar a nuestras habitaciones para saber de una vez por todas lo que le estaba sucediendo.
Me quedé esperando en un salón cerca de las mazmorras, mirando de vez en cuando hacia afuera por la puerta. Fue en entonces en que logré ver a Malfoy caminar con una expresión inquieta sin fijarse en lo que tenía enfrente. Aprovechando su distracción, sostuve rápidamente su brazo y tiré de él para ingresarlo al salón donde me encontraba escondida. Draco parecía confundido, pero no tardó en adaptar una expresión afligida al verme.
—Nosotros tenemos una charla pendiente. ¿Recuerdas?
—Ahora nos es el momento para hablar.
—¿Y cuándo lo será? —pregunté, sin quitar mi mano de su brazo por temor a que huyera—. Desde aquel día has estado evitándome.
—Yo no estaba evitándote...
—Claro que lo haces —dije intentando captar su mirada, pero él simplemente miraba al suelo—. Incluso ahora estás evitando mirarme.
—Te digo que ahora no es el momento para hablar —dijo con un tono de voz un tanto autoritario—. Es mejor que regreses a tu cuarto y te quedes allí hasta mañana.
Pude notar un poco de preocupación y miedo en sus palabras que ocasionaron que me confundiera, pero a la vez me hicieron entender que algo estaba por suceder.
—¿Qué está sucediendo, Draco? —pregunté, pero no obtuve respuesta—. ¿Tiene algo que ver con...?
—No lo digas —dijo llevando una mano a mi boca para mantenerme callada—. Solo hazme caso y regresa a tu cuarto.
Malfoy apartó su mano de mi rostro y se hizo a un lado esperando a que yo acatara a su orden, pero desafortunadamente para él no pensaba marcharme.
—No te dejaré solo —dije firmemente, ocasionando que su cuerpo se tensara—. En lo que sea que estés metido te ayudaré a resolverlo.
—No. No puedes ayudarme.
—Por favor, Draco. No estás solo —dije llevando una mano a su rostro—. Solamente déjame ayudarte.
—No. No te dejaré hacerlo.
—Draco...
—¡¿Es que no lo entiendes?! —exclamó mientras sostenía mi rostro con sus manos y ocasionara que viera sus ojos levemente cristalizados—. Esto es algo arriesgado y no pienso colocarte en peligro —mencionó mientras juntaba nuestras frentes y alejaba su mano derecha de mi rostro—. Jamás me perdonaría el perderte para siempre.
Sus palabras hicieron que mi corazón diera un vuelco y que mi mente quedara en blanco por un momento. Y debido a ello, no pude defenderme del hechizo que Draco lanzó sobre mí para así evitar que lo detuviera en lo que sea que estuviera por suceder.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top