Nunca esperé presenciar cómo alguien comenzara a actuar extrañamente por tocar un collar y menos me esperé el hecho de que Harry insinuara que todo eso había sido obra de Draco Malfoy.

Ese día Harry me habló sobre algunas cosas, pero especialmente me ha dicho que él estaba seguro de que Draco era un mortífago, por lo que me ha suplicado que me mantuviera lejos de él por mi propio bien. El hecho de que él dijera que Draco era un mortífago me era muy difícil de creer y debido a ello no le tomé demasiada importancia a menos que tuviera pruebas concretas y no solamente especulaciones, pero aun así le dije a Harry que me mantendría lejos de Draco, sin embargo, no le dije el verdadero motivo por lo que lo hacía.

—Hola, Harry —saludé cuando lo vi parado en mitad de un pasillo, pero él no me tomó atención y se debía a que estaba demasiado concentrado viendo como Ginny y Dean se encontraban abrazados e incluso dándose alguno que otro beso.

Esa escena me hizo sentir incómoda, pero a la vez inquieta porque me hacía recordar a las veces en que Draco y yo nos ocultábamos en algún salón o pasillo para disfrutar de nuestra cariñosa compañía sin que nadie nos molestara.

—¡Eh, eh!

Ron apareció y no tardó en acercarse a la acaramelada pareja para así hacer que mantuvieron distancia. Aquel acto molestó a la menor de los Weasley por lo que no tardó en hacerle ver su descontento y Dean al verlos discutir no tardó en marcharse sin siquiera intentar defender a Ginny o defenderse a sí mismo por las palabras que Ron comenzaba a mencionar fuertemente con amargura.

—Mira, Ron —dijo Ginny apartándose el largo y pelirrojo cabello de la cara—, vamos a aclarar esto de una vez por todas. No es asunto tuyo con quién salgo ni lo que hago...

—¡Claro que es asunto mío! —replicó él—. ¿Crees que me gusta que la gente diga que mi hermana es una...?

—¿Una qué? —espetó Ginny, y sacó su varita—. ¿Una qué, Ron? ¿Qué ibas a decir?

—No iba a decir nada, Ginny —salió Harry a defenderlo.

—¡Claro que sí! —le espetó ella con rabia—. Que él nunca se haya besado con nadie, o que el mejor beso que jamás le han dado sea de nuestra tía Muriel...

—¡Cierra el pico! —bramó Ron, su rostro virando del rojo al granate.

—¡No me da la gana! —chilló Ginny fuera de sí—. Ya te he visto con Flegggrrr. Te mueres de ganas de que te dé un beso en la mejilla cada vez que la ves. ¡Es penoso! ¡Si salieras un poco por ahí y besaras a unas cuantas chicas, no te molestaría tanto lo que hacen los demás!

Ron también había sacado su varita, así que para que las cosas no se complicaran más de lo que ya se estaba formando, me he colocado en medio de ambos junto a Harry para evitar alguna desgracia de la cual se podrían arrepentir.

—¡No sabes lo que dices! —gritó Ron intentando apuntar, para lo cual tenía que esquivar a Harry, que se había puesto delante con los brazos abiertos—. ¡Que no lo haga en público no significa...!

Su hermana soltó una carcajada desdeñosa y trató de apartarme.

—¿Con quién te has besado? ¿Con Pigwidgeon? ¿O tienes una fotografía de tía Muriel debajo de la almohada?

—Eres una...

Un rayo de luz anaranjada pasó bajo el brazo izquierdo de Harry y milagrosamente él ha fallado porque de haber acertado me hubiera dado a mí al estar protegiendo a Ginny.

—Basta, Ron —espetó Harry molesto al momento en que lo empujaba contra una pared—. Casi le das a Ainara.

—Apartarte, Harry —le dijo también molesto—. No es mi problema el hecho de que ella esté en medio.

—De seguro estás celoso porque ella también ha besado a alguien antes que tú —le dijo Ginny con un tono orgulloso y al oírla no pude evitar comenzar a avergonzarme—. Incluso tus amigos han besado a alguien; Harry besó una vez a Cho Chang y Hermione se besó con Viktor Krum. Sin duda alguna el único que se comporta como si eso fuera algo malo eres tú, Ron, y es porque tienes menos experiencia que un niño de doce años.

Y sin más comenzó a marcharse, a lo cual le susurré a Harry que la acompañaría mientras él se encargaba de Ron.

—Ginny —le llamé cuando ella se detuvo en pasillo y se frotaba los ojos—. Ron ha sido un idiota.

—Un imbécil —corrigió ella para luego mirarme—. No debí mencionar eso de ti, pero el coraje que tenía me ha superado.

—No pasa nada —dije apartando mi cabello de mi rostro para así mirarla mejor—. Me da curiosidad saber cómo lo has sabido.

—Hubo un día en que te vi con Malfoy en mitad de un pasillo —respondió—. Eso sin duda me ha sorprendido. Aunque, lo que más me sorprendió fue ver como Cho Chang se besaba con Harry porque pensé que ella seguía con Diggory.

Cuando Ginny mencionó a Cedric se me ha venido a la mente el día en el que me atacó en el Ministerio de Magia y eso sin duda alguna me dejaba todavía desconcertada porque no podía saber las razones por la cual él se unió a Voldemort.

—Solo cierra la boca —La voz de Draco captó mi atención, por lo que inmediatamente dejé de pensar en Cedric para así concentrarme en él.

Draco Malfoy se encontraba a la vuelta del pasillo del cual nos encontrábamos con Ginny. Él no se encontraba solo, ya que otra voz ha dicho algo y solo tardé unos segundos en reconocer que se trataba de Theodore Nott. Los chicos parecían estar discutiendo sobre algún trabajo que debían de hacer, pero antes de que continuaran su discusión se han callado cuando llegaron hasta donde me encontraba con la menor de la Weasley y ellos al vernos se han mirado entre sí, asustados, pero luego siguieron avanzando sin volver a mirarnos.

—Algo se traen —dijo Ginny mientras veía a los dos chicos de Slytherin alejarse—. ¿Has visto sus rostros? Al parecer les ha asustado lo que pudiéramos llegar a oír.

—¿De qué trabajo estarían hablando? —pregunté con curiosidad a lo cual Ginny se encogió de hombros.

—Ya lo averiguaremos —dijo con un tono más tranquilo que antes—. Ahora regresaré a mi sala común. Me apetece descansar luego de todo ese problema que causó mi estúpido hermano.

Ginny se despidió de mí de manera amable para así irse. Yo me quedé un poco más en aquel pasillo, pensando sobre Draco y en lo que posiblemente estaba tramando.