──── 028.
El viaje de vuelta a casa en el expreso de Hogwarts me fue agridulce debido a que estaba feliz de volver a ver a mi familia, pero también me encontraba triste por el asunto con Draco y Cedric.
—¿Está todo bien? —me preguntó Susan Bones, captando mi atención—. Desde el banquete estás decaída y me preguntaba si todo estaba bien.
A pesar de que me había acercado un poco a Susan gracias a las clases del ED, no me sentí con mucha confianza para mencionarle lo que me sucedía en realidad.
—Sí. Todo está bien —dije, mientras veía como la puerta del compartimiento se abría y dejaba ver a Ernie con Hannah.
—¿Les molesta que nos quedemos aquí? —preguntó Ernie a lo cual Susan y yo hemos negado.
Ernie y Hannah se acomodaron en los asientos vacíos para luego entablar una conversación con Susan e incluso intentaron hablar conmigo, pero yo solamente respondía con monosílabos.
Cerré un momento mis ojos, pero volví a abrirlos cuando Ernie mencionó a Draco. Al mirar a través del cristal del compartimiento pude ver al chico de Slytherin acompañado de sus dos gigantes amigos intentando emboscar a Harry.
Ernie no tardó en abrir la puerta del compartimiento, ocasionando que Draco mirara en esta dirección y él al verme mantuvo su varita quieta. Aquello lo aprovecharon mis compañeros, ya que no tardaron en lanzarles una amplia variedad de embrujos y maleficios que Harry nos había enseñado.
Draco, Crabbe y Goyle quedaron convertidos en tres gigantescas babosas apretujadas en el uniforme de Hogwarts por lo que Harry, Ernie e incluso Ron (quien llegó un minuto después), los subieron a la rejilla portaequipajes y los dejaron allí colgados.
—Estoy impaciente por ver la cara de la madre de Malfoy cuando su hijo baje del tren —comentó Ernie con cierta satisfacción mientras observaba a Draco, que se retorcía en la rejilla.
—En cambio, la madre de Goyle se llevará una gran alegría —terció Ron—. Ahora está mucho más guapo... Oye, Harry, el carrito de la comida acaba de parar en nuestro compartimiento. Si quieres algo...
—Gracias —agradeció con una sonrisa hacia nosotros para luego acercarse un poco hasta donde me encontraba—. ¿Quieres acompañarnos?
—Está bien.
Harry volvió a sonreír al oír mi respuesta. Entonces cuando comencé a irme con ellos pude ver como Draco volvía a retorcerse en la rejilla e incluso llegué a pensar que estaba mirándome.
Cuando llegamos al compartimiento me encontré con Hermione, quien leía el profeta. También estaba Ginny haciendo un crucigrama del quisquilloso y Neville, quien acariciaba su Mimbulus mimbletonia que emitía un extraño canturreo cuando la tocaban.
En el trayecto de regreso a casa me la pasé hablando con Neville; yo le comentaba sobre las criaturas mágicas y él me hablaba sobre herbología.
—Eh, Harry —oí mencionar a Ron mientras señalaba con la cabeza hacia el pasillo.
Curiosa miré hacia dicho lugar y pude ver a Cho acompañada de Marietta, que llevaba puesto un pasamontañas. Cho se ruborizó cuando miró Harry y prosiguió andando, mientras que Harry volvía a concentrarse en otra cosa.
—¿Qué tal las cosas entre ustedes dos? —preguntó Ron, captando mi atención.
—Me pidió salir hace unas semanas —respondió Harry, ocasionando mi sorpresa—, pero la rechacé.
Aquello me había sorprendido todavía más, ya que sabía de antemano que a él siempre le había gustado Cho, pero que no pudo hacer nada debido a que ella comenzó a salir con Cedric.
—¿Terminó con Cedric? —pregunté—. ¿Por qué?
—Ese no es el tema importante aquí —dijo Ron—. ¿Por qué la rechazaste, Harry?
—Porque ya no siento interés...
—Pero te ha gustado desde hace mucho —decía Ron impactado—. ¿Acaso te gusta otra persona?
Pude notar como el rostro de Harry enrojecía, por lo que intentó ocultarlo mirando en otra dirección; sin embargo, Ron lo había notado y comenzó a preguntarle acerca de la nueva persona que le gustaba a Harry.
Las insistencias de Ron de saber quién era la persona se detuvieron cuando el tren se detuvo en la estación de King's Cross. Ellos comenzaron a preparar sus cosas para bajarlas del tres por lo que yo salí del compartimiento para ir por las mías.
Mientras me dirigía al compartimiento que anteriormente compartí con Ernie, Hannah y Susan, pude ver a Pansy preguntando donde se encontraba Draco. Caminé unos pasos más hasta llegar a mi compartimiento y al sacar mis cosas vi nuevamente a Draco retorciéndose entre las rejillas.
Cualquier otra persona lo hubiera ignorado y seguido con su camino, pero yo no podía dejarlo así por lo que saqué mi varita para luego conjurar el contra hechizo que le habían lanzado y así regresarlo a la normalidad.
Draco comenzó a quejarse debido a que Crabbe y Goyle lo habían aplastado. Entonces, cuando finalmente logró levantarse me ha mirado y en sus ojos pude notar cierto arrepentimiento, pero antes de que pudiera indagar más en su mirada él se alejó.
Suspiré. Él ni siquiera me había dado las gracias.
Bajé mis cosas unos minutos después, donde me percaté de que mi hermano menor estaba hablando con Luna y al acercarme ella me saludó de manera soñadora.
—Tu hermano es encantador como tú —dijo ella, sonriente para luego mirar a mi hermano—. Agradezco tu ayuda.
Luna se despidió de nosotros para así alejarse mientras daba unos pequeños saltitos.
—¿Qué fue lo que hiciste? —pregunté viendo a mi hermano, quien traía una mirada de estar por desmayarse.
—Yo la ayudé a buscar sus cosas... Solo eso.
Miré a mi hermano con una sonrisa para luego acercarnos a la barrera mágica que había entre el andén número nueve y el número diez. Ambos cruzamos la barrera sin problema, donde nos estaba esperando la persona que venía a recogernos cuando nuestros abuelos no podían.
Y mientras nos alejábamos del andén no pude evitar mirar hacia atrás y pensar sobre todas las cosas que sucedieron en mi quinto año, donde predominaban los recuerdos con Draco.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top