Había ganado un castigo con Umbridge luego de ocasionar que un Bowtruckle la dañara. Usualmente los Bowtruckle son pacíficos, pero la profesora había hecho un movimiento brusco con el que tenía yo y eso ocasionó que este le dañara.

Ella dijo que yo había intentado atentar contra su vida por lo que ahora tenía escrito en mi mano derecha: No debo atentar contra la vida de una profesora.

Como me dolía la mano he pensado en descansar en mi habitación, ya que no tenía ninguna clase más este día. Sin embargo, al ver a Harry me he acercado para poder entregarle un trabajo donde me pidió ayuda.

—Harry —dije, captando su atención—. Es bueno encontrarte porque...

Harry no me dejó terminar hablar debido a que había sostenido mi mano derecha donde todavía mantenía mi herida abierta.

—Esa cara de Sapo... —Harry presionó mi mano haciéndome quejar—. Perdón... no era mi intención hacerte daño.

—Tranquilo —dije, alejando mi mano de él—. Me sorprende que te enfades por algo como esto.

—¿Cómo no enfadarme? Esa vieja está hiriendo a mi amiga.

No pude evitar sentirme feliz al oírle llamarme amiga.

—Está todo bien. Sanará pronto —sonreí. Luego he comenzado a buscar aquel trabajo—. Toma esto. Es el trabajo de los Bowtruckle.

Harry lo sostuvo bastante sorprendido, pero luego ha sonreído y sin esperarlo me ha abrazado.

—¡Gracias! —exclamó, feliz—. No sabes cómo me has salvado.

—No hay de que —solté una risa—. Me alegra ayudar a mis amigos.

Harry se separó un momento, donde se me quedó mirándome fijamente y dijo:

—No me había dado cuenta, pero tienes uno bonitos ojos...

—Eh, gracias... —dije, incómoda debido a que no estaba acostumbrada a los cumplidos.

—Perdón... no quería incomodarte —dijo, alejándose y rascando su nuca con nerviosismo—. Solo se me ha salido...

—Está bien. No te preocupes, que no me ha molestado —sonreí—. Es solo que no estoy acostumbrada a los cumplidos.

—Pues deberían hacerte más cumplidos... —dijo, pero inmediatamente soltó una maldición por hablar antes de pensarlo.

—Potter y Scamander. ¿Qué hacen ambos por aquí?

La profesora Umbridge había aparecido con su usual sonrisa que le hacía parecer un sapo debido a la contextura de su rostro.

—Estábamos hablando —dijo Harry con un gran tono de pesadez—. ¿Eso es un problema?

—Para hablar no es necesario estar tan cerca, Potter —dijo sin quitar esa sonrisa de su rostro— y por su falta de respeto se ha ganado otra semana de castigo. Ahora ambos regresen a sus habitaciones.

Harry pensaba protestar, pero antes de que lo hiciera he sostenido su mano para alejarlo de Umbridge. Sin embargo, mientras nos íbamos alejando he tenido que soltarlo, ya que Umbridge había gritado que debíamos mantenernos al menos dos metros de distancia.

Las cosas no iban muy bien en Hogwarts desde que nuestra nueva profesora de DCAO, Dolores Umbridge, fue nombrada suma inquisidora.

Afortunadamente la excursión a Hogsmeade llegó más pronto de lo esperado, por lo que tendríamos un día donde podríamos divertirnos sin que Umbridge nos molestara.

Yo había pensado pasar ese día leyendo unos libros de Criaturas Mágicas y no mágicas, pero Hermione Granger había ido esa mañana a pedirme que, si podía ir a la taberna Cabeza de Puerco. Ella quería que escuchara algunas cosas que podrían interesarme.

Cuando llegué ahí me quedé un momento mirando el letrero de madera que tenía un dibujo de una cabeza de jabalí cortada que goteaba sangre sobre la tela blanca en la que estaba colgada.

Ver aquello me hizo repugnar por lo que ingresé rápidamente, donde pude ver a varios alumnos de Hogwarts reunidos.

—Me alegro de que vinieras —dijo Hermione, sonriente—. ¿Quieres beber algo?

—No, gracias —dije, tranquilamente.

Hermione asintió y a continuación, comenzó a hablar sobre lo que tenían planeado con Harry y Ron.

Básicamente querían que Harry nos diera clases de DCAO para que así estuviéramos más preparados para cuando tuviéramos que enfrentarnos a Lord Voldemort.

—Todos deberíamos comprometernos a no ir por ahí contando lo que estamos haciendo —dijo Hermione, sacando un rollo de pergamino y una pluma—. De modo que, si firman se comprometen a no hablar de esto ni con la profesora Umbridge ni con nadie.

Varias personas no se sentían muy dispuestas a poner su nombre en la lista. En cambio, yo he firmado en el instante en que Fred Weasley me ha pasado la pluma y pergamino.

Cuando ya todos han firmado se fueron marchando de la taberna. Yo me despedí de Harry, Hermione y Ron para así irme junto a Neville, quien me comentaba que estaba un poco emocionado y atemorizado de comenzar con las clases.

—¿Qué clases? —preguntó la voz de Draco, lo cual hizo que Neville soltara un chillido—. ¿De qué están hablando?

Draco se encontraba como siempre junto a Crabbe y Goyle.

Me quedé muda un segundo, ya que no sabía qué decir. No quería mentirle, pero había hecho un compromiso con Hermione de no mencionar nada sobre las clases con Harry.

—Neville solo estaba mencionándome que estaba emocionado por la siguiente clase de Criaturas Mágicas.

Draco pareció dudarlo, pero luego ha sonreído y sostuvo mi mano para atraerme hacia él. Neville se espantó e intentó ayudarme, pero Crabbe y Goyle se habían colocado frente a él.

—Piérdete, Longbottom —dijo Draco.

Neville dudaba mientras me miraba por lo que he sonreído y dicho:

—Está todo bien. Puedes irte, Neville.

No parecía muy convencido, pero luego se ha ido dejándome a solas con Draco y sus amigos. En ese instante he visto a Hermione, Harry y Ron por lo que he comenzado a alejar a Malfoy de ese lugar para que no hubiera una discusión.