──── 012.

Hermione Granger había venido esta tarde a pedirme ayuda con la búsqueda de alguna criatura pequeña que pudiera caber en la palma de la mano. Al pensarlo detalladamente le dije que no había oído o visto de alguna criatura que pudiera ocultarse de esa forma.

Sin embargo, le di una idea de los insectos que podrían por lo que ella me ha abrazado fuertemente para luego irse en dirección a la biblioteca.

—Últimamente te estás volviendo más cercana a Potter y sus amigos —dijo la voz de Draco Malfoy, acercándose hasta donde me encontraba parada—. ¿Qué quería esa Sangre Sucia?

—Su nombre es Hermione —dije con un tono neutro. No me gustaba para nada aquel término hacia las personas de familia muggle— y quería ayuda.

—¿Ayuda? —preguntó, sonriendo de manera sarcástica—. ¿Qué clase de ayuda quería?

—Con las Criaturas Mágicas...

—¿Segura de que era eso?

—Sí —respondí tranquilamente, pero él no me miraba muy convencido—. ¿Por qué tienes interés en ello? Creí que ellos no te agradaban...

—No me agradan.

—Entonces... ¿Por qué te interesa mi conversación con Hermione?

—Porque Potter y sus estúpidos amigos pueden lavarte el cerebro —dijo con aspereza—, ya sabes que ellos me odian y no quiero que tú...

—¿Tenga una idea equivocada?

—Exacto.

No pude evitar sonreír al oírlo. El que no quisiera que tuviera una idea equivocada con respecto a él me hacía sentir especial, ya que nosotros estábamos volviéndonos buenos amigos o eso era lo que yo pensaba.

Todavía no lograba entender por completo a Malfoy, pero esperaba conocerlo más.

—Está todo bien —dije, sonriente.

Draco se me quedó mirando un segundo para luego dar unos pasos hacia mí. Él era más alto que yo por lo que tenía que mirar hacia arriba y el tener su rostro tan cerca me hizo sentir intranquila.

Sin embargo, esa sensación de intranquilidad comenzó a desaparecer cuando él se separó debido a que Pansy estaba llamándolo.

La chica de Slytherin se acercó hacia nosotros y pude notar en su rostro irritación cuando dijo:

—¿Qué hacías?

—Nada —dijo—. No he podido hacer nada porque has interrumpido.

—Oh, pues lamento interrumpirte —dijo, pero parecía demasiado gustosa de haber interrumpido a Malfoy.

—¿Qué es lo que quieres?

—Creí que te interesaría saber que han venido los padres de los campeones.

—¿Los padres? ¿Y quién ha venido a ver a Potter?

—Es un buen momento para poder burlarnos de él —sonrió, maliciosamente—. Ven. Vamos a verlo.

Pansy tiró de la túnica de Malfoy para así llevárselo de aquí. Yo me quedé mirándolos de manera incómoda debido a que pensaban burlarse de Harry o al menos Pansy se burlaría de él, ya que Draco no había mencionado nada de eso.

Pero si se ha ido con ella he de suponer que si lo haría y eso simplemente me decepcionaba, ya que sabía perfectamente lo que era crecer sin padres y el que se burlaran de ello.

Intrigada por ver si Malfoy se burlaría he comenzado a seguirlos. Ellos se encontraban fuera de la puerta de un salón a la espera de que Harry saliera.

Harry había comenzado a salir de la habitación siendo acompañado por unas personas de cabellera pelirroja y también le seguía Cedric con sus padres.

—Potter. Puedo ver que...

—¡Eh, Ainara! —exclamó Cedric haciendo que Malfoy se mantuviera callado de sopetón—. Ven aquí.

Comencé a acercarme a él pudiendo notar que Malfoy se encontraba con una expresión incómoda y que Pansy sacudía su túnica para que reaccionara.

—Hola, Sr. y Sra. Diggory —dije de manera educada—. Es un gusto verlos por aquí.

—Tú debes de ser la pequeña Scamander —dijo el señor Diggory, extendiendo su mano para estrechar la mía—. Hemos oído mucho de ti de parte de Cedric.

Antes de mencionar algo he oído como Pansy comenzaba a quejarse con Draco y al mirar en su dirección he podido verlo alejarse rápidamente.

—Lo suponía —dijo Cedric.

—¿Qué quieres decir? —pregunté, pero él simplemente me ha sonreído por lo que he soltado un suspiro—. ¿Cómo estás para la final?

—Estoy ansioso —dijo y miró a sus padres—. Ella me ha enseñado sobre varias criaturas Mágicas por lo que no tendré problema por si aparece alguna.

—Siendo la nieta de Newt Scamander no dudo de tu gran habilidad con las criaturas Mágicas —dijo el señor Diggory—. Apoyarás a Cedric, ¿verdad?

Aquello lo dijo con un tono bastante alto y en eso he podido notar como las personas que acompañaban a Harry realizaban una mueca antes de comenzar a alejarse.

—Por supuesto.

—Esta chica me agrada, Cedric —dijo, lo cual nos hizo soltar una pequeña risa—. ¿Por qué no vamos a dar una vuelta? Me gustaría oír algunas cosas de ambos.

Cedric no tardó en pasar su brazo detrás de mis hombros y así comenzar a avanzar juntos a sus padres para poder disfrutar el día antes de que Cedric se fuera a la prueba final.

Cedric, sus padres y yo pasamos una maravillosa tarde dando un largo paseo por el castillo y volvimos al Gran Comedor para el banquete de la noche.

Cuando ingresamos al Gran Comedor he podido notar que Cho Chang miraba en nuestra dirección y no se le notaba demasiado feliz de que yo estuviera junto a Cedric, por lo que para no crear malos entendidos me he alejado un poco de mi amigo.

Cedric y sus padres comenzaron a dirigirse a la mesa de Hufflepuff, mientras que yo me he quedado un momento en mi lugar mirando en una dirección específica.

Draco Malfoy estaba mirándome. Él me hizo una señal de que me acercara por lo que he mirado a Cedric de manera inquieta, pero él no tardó en sonreírme y asentir con comprensión, así que comencé a acercarme a la mesa de Slytherin mientras ignoraba las miradas de desagrado que me lanzaban algunos.

—¿Qué haces aquí? —preguntó rápidamente Pansy.

—La competencia de Pansy ha llegado —dijo Zabini con un tono socarrón. Pansy no tardó en lanzarle un pedazo de comida—. Eh, que la comida no tiene ninguna culpa que a Draco no le intereses.

—Cierra la maldita boca.

—¿Por qué no me la cierras tú?

—Cierren la boca los dos —espetó Draco, enfadado—. Ven aquí, Scamander.

Draco se había movido hacia un lado por lo que me he sentado a su lado mientras ignoraba las miradas que me lanzaban los demás.

—Si qué te salió competencia, Parkinson —dijo un muchacho de cabellera castaña, al cual todavía no conocía—. Soy Theodore Nott.

—No es necesario que recuerdes sus nombres. No son tan importante como yo —dijo Draco.

—Eh. Que aquí yo soy el más importante —dijo Zabini al momento en que me miraba—. Así que no olvides mi nombre. Yo no olvidaré el tuyo.

Zabini me guiñó un ojo y aquello hizo que Draco soltara un bufido.

—Principalmente olvídate de él.

—¿Qué sucede, Parkinson? —preguntó Nott—. ¿Ya te has rendido?

—Cierra la boca —espetó, enfadada al momento en que me miraba—. Ni creas que te dejaré el camino fácil.

—Uh. Una declaración de guerra —dijo Zabini—. Le apuesto a Pansy.

—En ese caso yo le apuesto a Scamander.

Zabini y Nott estrecharon la mano como un método de apuesta. Yo he mirado un segundo a Pansy, la cual no tardó en mirarme con arrogancia y entonces he vuelto a mirar a Draco, quien se encontraba tranquilamente mirando en la mesa de Gryffindor.

Al mirar en dicha dirección he podido ver a Harry acompañado de varias personas.

—Potter definitivamente hoy perderá.

No dije nada. Simplemente me mantuve callada mientras comía del banquete y oía como Zabini seguía molestando a Pansy; también soltaba una risa de vez en cuando, especialmente cuando a Zabini se le ocurría molestar a Draco.

Sin embargo, las risas y las charlas se silenciaron cuando el director se levantó de la mesa de los profesores.

—Damas y caballeros, dentro de cinco minutos les pediré que vayamos todos hacia el campo de quidditch para presenciar la tercera y última prueba del Torneo. En cuanto a los campeones, les ruego que tengan la bondad de seguir ya al señor Bagman hasta el estadio.

Quería despedirme de Cedric, por lo que me levanté de la mesa de Slytherin y sin importarme demasiado que los demás me miraban o pensaran que era una falta de respeto, he seguido a los campeones.

—Cedric —le llamé una vez estuve fuera del Gran Comedor. Él detuvo sus pasos y miró en mi dirección.

Corrí rápidamente hacia él y lo abracé fuertemente. Cedric no tardó en corresponder a mi abrazo y así nos mantuvimos unos segundos, ya que él debía de irse con los demás.

—Estaré apoyándote como siempre... así que cuídate mucho.

—Estaré bien —dijo con un tono tranquilizante—. Volveré.

Él acarició mi cabello, mientras rompía aquel abrazo que compartíamos. Entonces, con una última sonrisa se ha despedido de mí para así dirigirse al estadio.

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