2. Te vi
Años atrás
Juegos deportivos, conferencias, talleres de oratoria, labor social, taller de baile y música ¡rayos! todos duran entre cinco a siete días y yo necesito algo que no ocupe mucho tiempo, así que decido ser voluntario para acompañar a un grupo de extranjeros a conocer la ciudad. Sólo serán tres días así que no creo que haya ningún problema.
Pero para variar y porque soy justamente yo a quien le tiene que pasar, el problema se presenta. Pero gracias al cielo existen los amigos, esas personas maravillosas que siempre están cuando las necesitas...
«Punto de encuentro: Plaza central - Hora: 8:00 am // Delegación tres.»
—Buenos días con todos. Mi nombre es Gun. Soy estudiante de primer año de Gestión Hotelera y Turismo. Los acompañaré durante su estadía en la ciudad. —Me presento, porque el guía asignado me pide que lo haga primero, pero al instante me arrepiento de haberlo hecho.
—¿Qué edad tienes?
—¡Aquí hay un lugar!
—¿Eres de esta ciudad?
—¿Podemos invitarte a bailar?
—¿Tienes novio o novia?
Muchas preguntas surgen así que decido responderlas todas juntas, mirando directamente a cada uno de los chicos que preguntó...
—Mmmm, bueno —dije— Tengo dieciocho años... No gracias, tomaré el asiento junto al conductor del autobús... Llevo poco viviendo aquí... Y sí, en 2 días iremos todos juntos a bailar, está incluido en el itinerario.
—Te saltaste una pregunta —de pronto alguien señala.
—No tienen porqué saber eso ¿está bien? —respondo, volviéndome hacia el asiento que ocuparía.
—Bien, empezaremos el recorrido —Anuncia uno de mis compañeros mayores, guiñándome un ojo, al percatarse que mi rostro empezaba a tornarse rojo.
La mañana transcurrió sin problemas. Las chicas se comportaron muy bien, pude notar que algunas me observaban de soslayo y se sonrojaban mientras chillaban bajito y los varones se pasaron el rato haciendo bromas y preguntas incómodas...
Por la tarde, tuvimos un recorrido más —luego de almorzar en el hotel— y por la noche preparamos vestuarios para la presentación que tendrían al día siguiente.
Ya en la mañana —a las siete en punto— los recogimos. El desayuno no lo tomarían en el hotel sino en un complejo turístico fuera de la ciudad.
Todos habían bajado, bueno, todos excepto uno. Así que volví al bus para buscarlo y cuando estaba a unos pasos de llegar, vestido de blanco y con la camisa a medio abotonar, fue que por primera vez...
«Oh Dios Mío... Yo te vi.»
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top