Unstaeby

Especial víktor parte 1.

—quisiera saber sobre una  persona, es un prostituto llamado eros… si, es un omega puro de ojos verdes y cabello negro, también es asiático —respondí intentando no vomitar todo el alcohol que había tomado, le había pedido a mi detective personal que investigara con urgencia sobre el chico que acababa de ver en el hotel, quería descubrir porque me había dicho todo eso—si es lo único que sé, será difícil, pero te recompensare muy bien. 

<¿y sobre el otro chico?> preguntó mi detective, sentí mi estómago revolverse al escuchar de Yuuri. 

—él ya quedó en el pasado, por favor concéntrate en este nuevo chico —respondí colgando la llamada, deje caer el celular al suelo mientras sentía mi cuerpo pesado y como mi cabeza daba vueltas. 

Quería saber todo de ese chico, verlo llorar de la manera en la que lo hizo me dejó un terrible sentimiento en mi pecho, él no se merecía que lo tratara de la forma en la que lo hice, y por dios, ¡había usado por primera vez mi voz con él! Más idiota no podía ser. 

Escuche como tocaron el timbre de la puerta y me levanté de la silla para ir a ver de quién se trataba, pero mi mente estaba en las nubes, por lo que al levantarme de la silla sentí como si el suelo se moviera y termine cayendo, encajándome un vidrio de la botella en la rodilla. 

Me levanté del suelo ignorando el dolor en mi pierna, caí tambaleándome y en varias ocasiones choque con algún mueble mucho antes de poder llegar a la puerta. Cuando por fin la abrí me tope con un par de ojos azules y una cabellera color cereza. 

—¡feliz cumpleaños número veintiuno Vitya! —grito Mila para después arrojarse a mis brazos como siempre lo hacía. 

—¿Qué quieres? —pregunté de mal humor mientras cerraba la puerta. 

—Vitya ¿Por qué volviste a tomar?, por favor dame eso—respondió mientras me quitaba la botella y la reemplazaba por una caja envuelta en papel de regalo. 

—no eres mi madre como para darte explicaciones —respondí mientras intentaba seguirle el paso pero mi vista estaba borrosa. 

—no seas tan frío conmigo Vitya—respondió mientras me volvía abrazar, pegando su cuerpo al mío—oh por dios, ¡estas desnudo! ¡Ponte algo de ropa! —me gritó mientras me soltaba. 

—es mi casa y puedo andar como se me de la gana —respondí indignado mientras intentaba caminar hacia la cocina, pero choque con el sofá y perdí el equilibrio, cayendo al suelo. 

Mila intento levantarme pero torpemente cayó al suelo sobre mi cuerpo, ella comenzó a reír pero se quedó quieta mirándome, y fue cuando algo extraño sucedió. 

El olor de Mila nunca me había llamado la atención, pero al tenerla tan cerca de mi, pude percibirlo claramente. Era fresco y muy dulce, llegando al punto de ser empalagoso, y eso era algo que antiguamente me molestaba, pero por primera vez su olor llegó a ser agradable para mi. 

—vitya… —susurro mientras acercaba su rostro al mío y juntaba nuestro labios, lo primero que sentí fue el sabor a durazno de su labial, poco a poco fue aumentando el movimiento de sus labios sobre los míos, pero yo me quedé pasmado. 

Entre en pánico al sentir como había quitado el nudo de mi bata para abrirla y tocarme, sus manos se deslizaban lentamente por mi piel desnuda hasta llegar a mi zona pélvica, estaba tan perdido en las caricias que recibía, que me era difícil creer que realmente estaba pasando esto, por lo que abrí los ojos y miré al omega de ojos verdes, era él quien me besaba de manera apasionada. 

Mi cuerpo comenzó a reaccionar a las caricias y me asuste demasiado, nunca me había pasado eso por lo que terminé empujando al cuerpo que estaba encima de mí. 

—¡no vuelvas a tocarme! —grité usando mi voz nuevamente para salir huyendo a mi habitación, poniéndole seguro a la puerta. 

Una vez en mi habitación retrocedí hasta toparme con el borde de la cama, mi cuerpo misteriosamente comenzó a liberar miles de feromonas, me sentí tan extraño y en mi mente solo estaba el rostro del omega. 

Me asuste al ver un abultamiento que se asomaba en mi bata, a la altura de mis caderas. Lentamente moví la bata para mirar mi enorme erección deseosa, me negaba a creer que Mila había provocado eso y también me negaba a que el omega de ojos verdes había sido el causante. 

Mi respiración estaba agitada mientras mi pecho subía y bajaba con brusquedad, ¿Por qué me sentía de esta manera?, ¿qué le pasaba a mi cuerpo?. No lo sabía y eso me atemorizaba demasiado. 

Me acosté en mi cama queriendo olvidar este día, todo había salido terriblemente mal. Mi cuerpo se sentía tan extraño y mi dolorosa entrepierna estaba totalmente despierta, pidiendo atención. Cerré los ojos y lleve una mano para acariciarme, lo necesitaba urgentemente. 

Mi mano subía y bajaba de mi falo, también le ejercía una ligera presión al mismo tiempo que movía mis caderas. 

Deseaba tanto tener sexo, lo necesitaba. Mi alfa anhelaba volver a sentir el interior de mi omega, extrañaba mucho su cuerpo, sus besos y sus caricias. Necesitaba volver a sentirme amado pero no quería a otra persona, me preguntaba porque me era tan difícil olvidar a Yuuri. 

Solo me había acostado con él una vez, no comprendía porqué mi  cuerpo se negaba a olvidarlo, pero por ahora sólo me puedo conformar con mi mano para darme placer, después de todo, cierta parte de mi también se niega a volver a estar con otra persona que no sea él. 

No podía llegar al orgasmo y eso sería un doloroso problema, comencé a imaginar a Yuuri, el cual estaba desnudo frente a mi, mostrándome su lindo cuerpo. Mi mano comenzó a moverse con rapidez mientras la fantasía seguía avanzando, sacándome gruñidos de mis labios. 

Abrí los ojos al ver que Yuuri se había transformado en ese omega, el cual no podía sacarme de la cabeza. Gracias al susto mi erección desapareció pero aún tenia la sensación de su boca, jamás en mi vida había sentido algo como lo que ese omega me había hecho. 

Cubrí mi desnudez con las sábanas para intentar quedarme dormido porque no podía con mi existencia, mi cabeza aún daba vueltas, pero aún con todos los malestares logré conciliar el sueño, quedando profundamente dormido. 

En cuanto desperté, me invadieron unas horribles ganas de vomitar, sin duda era lo que más odiaba de beber, los síntomas posteriores a la resaca. En mi caso, me ponía más irritable que de costumbre, por lo que trataba de evitar el abuso del alcohol en mi vida, pero no siempre alcanzaba mi objetivo y el día de hoy era una prueba de eso. 

La luz me molestaba, no mejor dicho, todo me molestaba. Me estaba quedando nuevamente dormido hasta que escuche unos sonidos en la cocina por lo que rápidamente pensé que era Makkachin, pero había un pequeño problema, mi perro no sabía freír tocino, por lo que rápidamente me levanté de la cama, tomando la bata que estaba en el suelo para cubrir mi cuerpo desnudo. 

Salí de la habitación con cautela hasta que percibí un olor familiar. Caminé a la cocina para encontrarme a Mila semi-desnuda, vistiendo una camisa blanca mía. Ella estaba tarareando una canción sin mucho ritmo mientras movía algo en el sartén. 

—buenos días —dije en voz alta para llamar su atención. Al darse cuenta de que era yo, la torpe omega corrió hacia mi para abrázame fuertemente. 

—buenos días Vitya —susurró mientras restregaba su rostro contra mi pecho y esa simple acción me trajo recuerdos de mi niñez —¿Cómo amaneciste?, ¿tú cabeza duele mucho? —preguntó sin dejar de abrazarme. 

—siento que voy a morir —respondí acariciando su cabeza e intentando separar un poco su cuerpo del mío, al estar tan juntos podía sentir sus pechos y eso me incomodaba—Mila ya, me estas apretando mucho —me quejé, sentía mi estómago revuelto, en cualquier momento vomitaría. 

—lo siento pero no me dejaste consentirte ayer, estabas muy ebrio —respondió tranquila pero sin soltarme, ahora había metido sus manos por dentro de mi bata para tocar directamente mi piel, provocándome un cosquilleo—además no pudimos celebrar tu cumpleaños. 

—Solo quiero descansar y terminar de olvidar todo lo que paso ayer, si cometí alguna estupidez o te lastime… por favor perdóname —susurre arrepentido, sabía que alguna estupidez había cometido el día de ayer, pero no me acordaba ni de la mitad de las cosas. 

—no tengo nada que perdonarte… ayer estabas sufriendo y estabas muy ebrio como para poder controlarte —respondió y al escuchar sus palabras mi cuerpo se tenso. 

—dios… no me digas que tu y yo… —respondí asustado, no podía creer que lo había hecho con Mila, tan ebrio estaba como para aceptar acostarme con ella por una borrachera, ella era como mi hermana menor, no pude hacer semejante estupidez. 

—no te acostaste conmigo, lo que pasó fue qué usaste tu voz en mi —respondió en voz baja al mismo tiempo que me soltaba, mi cuerpo se tenso al escuchar lo que ella había dicho. 

—oh por dios, Mila en verdad perdóname… yo no se que me pasó —respondí arrepentido mientras la abrazaba, ahora me sentía un estúpido por haberme comportado de esa manera, jamás me lo perdonaría. 

—mejor hay que cambiar de tema—respondió mientras me soltaba para ir a la cocina y tomar una taza de la lacena, llenándola con café —ten tómalo, es café cargado —respondió mientras me daba la taza en la mano. 

—gracias, en verdad no se que haría sin ti —respondí aceptando la taza de café para darle un trago, sintiendo el delicioso sabor amargo del café —¿tiene un toque de vainilla? —pregunté al sentir un sabor dulce en mi bebida. 

—le da un toque especial, ahora siéntate que te voy a servir tu desayuno —respondió mientras caminaba hacia la mesa y servía un poco de huevo junto con unas tiras de tocino. 

Me senté y contemple mi comida, Mila le estaba sirviendo alimento a Makkachin y por un momento le reproche a mi testarudo corazón, si yo me hubiera enamorado de Mila mucho antes de haberme enamorado de Yuuri, mi vida sería más fácil. Yo era consciente de que ella tenía sentimientos por mi, si tan solo me hubiera enamorado de ella, tal vez estaríamos casados y con un par de pequeños corriendo por toda la casa. 

—¿Qué pasa Viktor? —preguntó Mila mientras me picaba la mano con el tenedor —la comida no se va a comer sola. 

—Mila yo… lamento no sentir lo mismo que tú—susurre mirando a la nada, tenía a una mujer maravillosa frente a mi y solo la hacía sufrir. 

—eso no importa, ya verás que lo encontraras y serás feliz con.. —respondió pero la interrumpí. 

—ya no me importa si lo vuelvo a ver o no, solo necesito olvidar su recuerdo —le dije rápidamente —no puedo seguir destruyéndome ni lastimando a los que me rodean. 

Mila se quedo cayada mientras me miraba sorprendida. Ya no lo soportaba más, es demasiado grande el peso de seguir así, ya perdí muchas cosas no quiero perder más tiempo esperando a que Yuuri se digne aparecer frente a mi. 

—¿quieres saber porque bebí anoche? —le pregunté, ella me miro pero no hizo nada —Chris me dijo que al fin lo había encontrado y me dio la dirección para ir, estúpidamente caí en su trampa… al llegar me encontré con un omega, que él había contratado, para que tuviera sexo con él… yo use mi voz con ese chico —respondí soltando todo lo que sentía —trate de la peor manera a ese chico. 

—ese maldito no tiene perdón —respondió enojada, me tranquilizaba que ella estuviera de mi lado, así ya no me sentía solo. 

Mila y yo terminamos el desayuno tranquilamente, ella me hizo abrir el regalo que me había traído, el cual era una caja de mis chocolates favoritos. Una vez que se fue, tomé una ducha y una aspirina para el dolor en mi cabeza. 

Salí del departamento rumbo a mi empresa, le pedí al chófer personal que me llevara, a pesar de que el día de hoy no se trabaja, al ser el dueño tengo que estar al pendiente de cada cosa, por más insignificante que sea. 

Al cruzar las puertas del edificio, miles de olores impactaron contra mi nariz, mi cuerpo comenzó a temblar y me faltó el oxígeno, pensé que iba a caer al suelo, pero me alcanzaron a sostener un par de chicas betas que estaban en la recepción acomodando papeles. 

—¡¿jefe se encuentra bien?! —preguntó una de ellas, el olor de su perfume combinado con su olor natural llego a mis fosas nasales, haciendo que el calor en mi cuerpo aumentará. 

—no… pasa nada—respondí entrecortadamente, mientras sentía los rápidos latidos del corazón en mi pecho —solo necesito un poco de aire—respondí aceptado la ayuda que me daban, pero lo que nunca me espere fue que tuviera una erección entre mis pantalones. 

Mis empleadas se dieron cuenta de mi pequeño problema y sus rostros se sonrojaron ferozmente, mientras el mío se tornaba peor que el de ellas, ¿por que tenía que pasarme esto justo ahora y por que demonios frente a ellas?

Cuando los malestares se detuvieron, salí casi huyendo a mi oficina. En cuanto llegué, cerré la puerta y me senté en mi escritorio mirando como mi erección no había disminuido. Intente ignorar mi problema leyendo unos papeles que estaban encima de mi escritorio, pero no podía concentrarme por culpa del dolor que me causaba mi miembro erecto entre mis pantalones. 

Realmente me dolía mucho por lo que no pude seguir ignorando. desabroche mis pantalones, liberando mi duro miembro. Sin importarme nada, lleve mi mano y la moví con desesperación al mismo tiempo que movía mis caderas. 

Nuevamente comencé a sentir las manos del omega sobre mi miembro, justo como lo hacía la noche anterior.  No pude  controlar mi voz cuando los recuerdos de lo que ese omega me había hecho con su boca llegaron a mi cabeza. Mi orgasmo llegó sorpresivo, manchando mis manos y el pantalón. 

Deje caer mi cabeza agotado, me sentía completamente sorprendido y muy confundido con mi cuerpo. Algo sumamente extraño me estaba pasando y eso realmente me preocupo mucho, estaba tan perdido en mis pensamientos que ni siquiera me había limpiado o por lo menos cubierto mi desnudez. 

—Viktor necesito que… — dijo Chris, entrando a mi oficina sin tocar la puerta, como de costumbre. Él se dio cuenta y se quedó cayado mirando el desastre que tenía conmigo, mi miembro al descubierto mientras que mis manos y pantalón estaban manchados de semen. 

Limpie rápidamente mis manos para meter mi pene dentro del pantalón. Sin duda este día la suerte no parecía estar de mi lado. Una vez que había cubierto mi desnudez y de haber acomodado mi ropa mire el rostro de Chris y sentí una punzada en mi corazón, tenía un terrible moretón en la mejilla, la cual estaba hinchada. También tenía el ojo morado y la nariz rota. 

—perdón por… interrumpirte pero necesito que me firmes esto —susurro con firmeza, en ningún momento me había mirado a los ojos. Chris se acerco para darme una carpeta con papeles, los tomé y al ver de que se trataba sentí como corazón se estrujo. 

—¿estas seguro de querer renunciar? —pregunté inquieto mientras sentía que el oxígeno me faltaba nuevamente. 

—será lo mejor, tu no… —fue lo último que alcance a escuchar, todo lo mire en cámara lenta, sentía un fuerte dolor en mi pecho mientras un ardiente calor invadió mi cuerpo hasta que se me dificultó respirar, perdiendo el conocimiento. 

Desperté en la cama de un hospital, mientras sentía mi cuerpo demasiado débil como para moverme. Me encontraba vestido con las típicas batas de hospital y también estaba conectado a varios aparatos. Mire alrededor hasta que me tope con Mila y Chris, los cuales estaba acostados en el sofá, completamente dormidos, uno recargado encima del otro. 

—chicos… —susurre con mi voz débil, pero aún así pude despertarlos, ambos se levantaron y se acercaron a mi —¿Qué me pasó? —pregunté. 

—entraste en celo por tres días, pero tuvieron que sedarte para que no siguieras liberando más feromonas —respondió Mila con una sonrisa y sus ojos llenos de lágrimas. 

—¿por qué lloras? —pregunté limpiando su mejilla —no fue nada serio, ya deja de llorar—le susurre pensando que lograría calmarla, pero mis palabras solo empeoraron todo y entendí que algo muy grave me había pasado como para que Mila comenzará a llorar como lo estaba haciendo. 

—Viktor… los doctores dijeron que tu corazón latía demasiado rápido que pensaron que explotaría, estuviste a punto de morir —respondió Chris, logrando paralizarme con sus palabras—los doctores pudieron estabilizarte, pero como estabas liberado demasiadas feromonas estando inconsciente te mandaron a hacer unos estudios para saber que es lo que te pasa, porque dicen que no es normal lo que te esta sucediendo. 

Los tres no quedamos en silencio mientras esperábamos a que el doctor llegara con los resultados de mis análisis, Chris dijo de el doctor ya los tenia desde el día anterior, pero no los abría porque ellos le pidieron que lo hiciera cuando estuviera despierto. Cuando llegó el doctor, todos nos pusimos nerviosos al ver el rostro que había hecho. 

—hola Viktor, me alegro mucho que por fin despertarás, soy el doctor Anderson… y dime, ¿Cómo te sientes? —preguntó con educación. 

—bueno… no sé como sentirme al descubrir que pude morir por culpa de mi celo —le respondí, el doctor me miro asombrado por la forma tan ácida en la que le había contestado. 

—Viktor ¿puedo hacerte unas preguntas? —pidió a lo que yo le respondí que si—¿Cuándo fue la última vez que te apareaste? —su pregunta me había tomado totalmente desprevenido. 

—fue hace siete años —respondí mirando el rostro de asombro que había hecho. 

—eso es malo —susurró mientras apuntaba algo en una libreta —¿haz marcado algún omega o tienes hijos? —preguntó mirándome a los ojos. 

—no—respondí cortante. El doctor hizo unos gestos justo antes de volver a escribir en su librera, y fue ahí donde sentí que algo malo me estaba pasando—¿Qué es lo que tengo? —pregunté con firmeza mirando a los ojos al doctor. 

—tienes un desorden de feromonas, aún no se la causa, pero es sumamente grave —respondió y sentí como mi mundo se destruía frente a mi. 

—¿Qué es eso? —pregunto Mila con la voz quebrada, apunto de soltarse a llorar. 

—su cuerpo está acumulando feromonas que debería liberar en sus celos, y eso fue lo que ocasiono que entrara en celo, sus periodos de apareamiento se alteraron por la acumulación de esas feromonas, por lo que en cualquier momento pude estar en celo y perder la razón —respondió el doctor, mirándome con pena. 

—y ¿eso se puede quitar? —pregunto Mila. 

—normalmente este padecimiento ocurre en omegas vírgenes en plena etapa de reproducción pero en los alfas es sumamente extraño, en todos los años que llevo atendiendo a personas, nunca me había topado con un caso como el de Viktor —respondió mientras abría los análisis —efectivamente, su cuerpo está produciendo un cuatrocientos por ciento más de feromonas que un alfa puro y eso ya es alarmante, toda esa cantidad de feromonas acumuladas, es lo que está atrofiando a su cuerpo, si sigue así llegará el momento en el que su cuerpo no pueda soportarlo más y todas esas feromonas van a explotar y a salir en forma de un celo catastrófico con secuelas sumamente graves. 

—¿cuáles serían esas secuelas? —pregunto Chris con preocupación. 

—bueno, lo más probable es que quede en un celo permanente, sería como un animal cegado por su naturaleza, por otra parte podría pasar todo lo contrario, perdería su subgénero y pasaría a ser un simple beta —susurro —también puede quedar estéril y… —dijo y me paralice al escuchar sus palabras. 

—¿no podré tener bebés? —pregunté interrumpiéndolo asustado, tener hijos sin duda era lo que más deseaba tener y ahora descubro que hay una posibilidad de no tener una familia en un futuro. 

—sería sumamente difícil, como lo dije antes, la acumulación de esas feromonas están atrofiando tu cuerpo —respondió mientras leía los análisis en sus manos —aquí hay algo extraño, hay hormonas de un omega puro mezcladas con las tuyas. 

—y eso ¿Qué tiene de relevante? —pregunto Chris. 

—eso no es normal, esas hormonas debieron borrarse hace mucho tiempo —susurro sin dejar de leer los análisis —verán, cuando una pareja vers se aparean, durante el anudamiento ambos liberan hormonas entre ellos, justo antes de que suceda la marca, pero cuando no hay mordedura, esas hormonas se borran días después, pero en el caso de Viktor, él dijo que la última vez que se apareo fue hace siete años y dijo no haber mordido al omega, por lo tanto las feromonas que quedaron impregnadas en su cuerpo debieron borrarse, pero no lo hicieron, aún siguen presentes. 

—bueno, Viktor asegura que ese omega es su destinado —respondió Mila. 

—las historias de los destinados es sólo un mito—respondió — la forma en la que opera tu cuerpo es tan compleja, lo que te recomiendo es que tengas relaciones sexuales con un omega en celo antes de que llegue el tuyo. 

—pero yo no quiero tener relaciones con nadie—respondí —y mucho menos sabiendo el problema que tengo, yo no podría controlarme… terminaría lastimando al omega —agregue indignado. 
—es por esa razón que te digo que sea un omega en celo, ellos tienen esa capacidad de soportar a un alfa en esas condiciones —respondió mientras me miraba —no tienes alternativa, las hormonas en tu cuerpo están desapareciendo, necesitas liberar un poco de tus feromonas y con suerte remplazarlas por las de un omega nuevo —argumento con seguridad. 

—y ¿No pasará nada malo? —pregunto Mila preocupada. 

—siempre hay un factor de riesgo, si tenemos suerte las nuevas hormonas borraran a las otras, pero también puede pasar que ambas hormonas se confronten entre ellas para poder permanecer en su cuerpo y si las antiguas ganan estaremos en problemas. 

Escuchar lo que dijo el doctor solo dejo un hueco en mi corazón, eso quería decir que las hormonas de Yuuri se estaban borrando de mi, era increíble como mi cuerpo por fin estaba olvidando a Yuuri. Salí del hospital totalmente destruido, el doctor me recomendó tomar estabilizadores para omegas, el dijo que me ayudarían a tranquilizar mis malestares y me daría un poco de tiempo. 

Las cosas dejaron de ser fáciles a partir de ese momento, aunque en realidad nunca lo fueron, pero por lo menos antes no tenía que soportar este nuevo problema, había ocasiones en las que sentía que mi cuerpo se quemaba vivo o tenía esa horrible sensación de no poder respirar cuando estaba en lugares llenos de personas, todos esos olores mezclados hacían que mi cuerpo se comportará extraño, lo más preocupante era que estaba comenzando a reaccionar a betas, ellos no tienen feromonas. 

Tomar los estabilizantes sin duda era lo peor, los dolores no se iban, simplemente frenaba la liberación descontrolada en mi cuerpo pero no quitaban los malestares. Me excitaba con cualquier cosa y a cualquier hora, sin importar el lugar donde estuviera. Había comenzado a masturbarme más seguido y el dueño de mis fantasías era el omega de ojos verdes. 

Mis recuerdos comenzaron a distorsionarse, siempre que intentaba recordar a Yuuri aparecía ese omega, incluso en mis sueños, por lo que decidí ir a un psicólogo. En la primera sesión terminé llorando mientras le decía del gran peso que tenía sobre mis hombros, le hable de lo mucho que extrañaba mi niñez y de como deseaba volver a ver a mi padre. 

Georgi Popovich, era el nombre de mi psicólogo, descubrí que tenía mi edad y que era un día menor que yo. En cada sesión me liberaba de un demonio interno. Georgi me había dicho que tal vez lo que me estaba pasando era que tenía mi vínculo roto y que mi cuerpo estaba pidiendo a gritos a su omega porqué tal vez había estado muy cerca de él, pero eso era imposible, con el único que había estado cerca era con ese omega llamado Eros. 

Cuando le comenté a Georgi sobre Eros y Yuuri, me dijo que tal vez ellos eran la misma persona y que por esa razón me había gritado todo eso, mi corazón se aceleró al escuchar lo que Georgi me había dicho, si eso era verdad ya había encontrado a Yuuri, pero luego recordé la estupidez que había cometido, independiente de si era Yuuri o no, el que hubiera usado mi voz con él había sido el error más garrafal que había cometido.

Año nuevo paso, llevándose todo lo horrible que había pasado y trayendo esperanza a todo el mundo. Festejamos en grande, llevaba semanas sin asistir al bar o a mis lugares favoritos y al poner un pie encima fui recibido por todas las personas importantes para mi, esa noche baile y me divertí, pero todo cambió cuando Chris llegó, nuestra situación no había cambiado en nada y la última vez que cruzamos palabras fueron el día que me tuvieron internado en el hospital. 

Podía darme cuenta de las miradas que Chris me hacía y todos se daban cuenta de nuestro conflicto. Nunca habíamos estado separados y desde que él llegó, no habíamos cruzado ninguna palabra, nos mantuvimos lo más alejados que nos era posible. Le lance una mirada a Chris y sin decir nada camine hacia la zona privada del bar, mientras subía las escaleras podía sentir que alguien me estaba siguiendo y no tenía que ser un genio para saber quien era. 

—Vi-Viktor por favor, perdóname por lo que te hice —dijo una vez que ambos estábamos en la segunda planta del lugar, el cual era la zona privada. 

Al girar mi cuerpo para darle frente a Chris, pude apreciar el dolor en su rostro, el también estaba sufriendo por nuestra separación, pero….¿Realmente podía perdonar todo lo que me hizo?. 

El conoce mi carácter, el sabe cuánto me molestan los engaños, sin importar lo pequeños he insignificantes que sean, es algo que no puedo tolerar, pero tampoco puedo tolerar esta sensación de soledad. 

—¿Qué serias capaz de hacer por ganarte mi perdón? —le pregunté con firmeza en mi voz, llevaba semanas queriendo localizar al omega de ojos verdes y el único que me puede llevar con él es Chris, el es él único vínculo entre ese omega y yo, no puedo dejar esta oportunidad. 

—cualquier cosa Viktor —susurro  con la voz quebrada mirándome con los ojos cristalizados, delatado lo arrepentido que estaba por su decisión —te necesito de nuevo en mi vida, tu eres como mi hermano. 

—y tu como el mío —susurre con una sonrisa que se fue borrando rápidamente —y es lo que más me duele, saber que fuiste tú, una de las personas que son importantes para mi, de todo el mundo podía esperármelo, pero nunca de ti. 

—déjame compensar mi error, ya no me meteré en tus asuntos y respetare tus decisiones pero no me saques de nuevo de tu vida así como así —suplicó arrepentido, dando pequeños pasos a mi dirección hasta quedar enfrente de mi. 

—te pondré a prueba pero créeme que no habrá una segunda oportunidad —le dije mientras recibía un abrazo por parte de Chris —necesito contactar al omega que me contrataste y no quiero que te vuelvas a meter en mis asuntos—le ordene no muy convencido de lo que estaba haciendo, pero algo dentro de mi quería volver a ver a ese omega. 

—esta bien, déjame enviarte el número de la compañía y listo —respondió mientras sacaba su celular y me enviaba el mensaje, el cual llegó rápidamente—solo tienes que preguntar el nombre del chico, dar unos datos y te enviaran un contrato. 

Ambos bajamos a la primera planta para seguir festejando el cumpleaños de un compañero del trabajo, nos divertimos mucho y por mi parte me limite a no tomar alcohol esa noche, no quería perder la razón. 

Al llegar a mi casa, me sentía muy cansado, quería dormir pero cuando quise entrar a mi habitación me tope con el cerrojo. Intente buscar la llave por una hora, pero nunca di con ella, por lo que simplemente me dormí en el sofá. 

Me quedé mirando el techo de la sala hasta que mis ojos se fueron cerrando poco a poco hasta que la oscuridad llegó. De pronto me vi parado en un enorme lugar completamente oscuro, eleve el rostro hacia el cielo para ver que había, pero solo vi una luz cegadora sobre mí. No sabía que hacer, ni tampoco sabía si esto era la realidad o solo un sueño. 

Al dar un paso mire como en el suelo se hacían una clase de ondas, como si el suelo estuviera lleno de agua, tenía los pies descalzos pero no se sentía así, por lo que decidí tocar el suelo, pero cuando me agache todo se desvaneció bajo mis pies, dejándome caer al vacío. 

Cerré los ojos asustado mientras sentía como caía rápidamente a la nada. Cuando deje de sentir que caía abrí los ojos, para darme cuenta de que estaba acostado, pero no podía ver nada, sabía que mi pecho se encontraba descubierto porque sentía una fresca brisa que me erizaba la piel, intente moverme pero no pude, mis brazos y mis pies estaba atados, impidiendo el que pudiera hacer cualquier movimiento. 

Me asuste al sentir como deslizaba una sábana, dejándome desnudo y entendí que era otro sueño. Intente olfatear para saber quien estaba enfrente de mi, pero no pude encontrar ningún tipo de olor. De repente sentí un peso sobre mi regazo, me quedé quieto al sentir como se movía sobre mi, marcando un ritmo irregular, a veces lento y suave para después ser rápido y rudo. 

Mi cuerpo se estremeció cuando sentí un camino de besos por todo mi cuello y mandíbula. El extraño me quito la venda de los ojos y me paralice al ver que se trataba de ese omega llamado Eros, el cual me miraba de forma depravada, de la misma manera en que lo hizo la noche en que lo conocí. 

Se acerco a mi rostro y me sorprendí al ver que yo le había correspondido de la misma manera en la que él me besaba. Mi cuerpo actuaba por si solo, miraba como mordía y lamia su cuello, ¿acaso eso era lo que realmente deseaba hacer?, copular con ese omega. 

—te amo mi Viktenka —susurro lentamente en mi oído, como si acariciara cada palabra para después bajarse de mi regazo y desatarme los pies. No podía creer lo que estaba pasando, tenía una enorme erección frente a mi y todo gracias a ese omega, el cual volvió a sentarse sobre mi, acomodando mi pene entre sus asentaderas. 

Cuando me desató las manos automáticamente me arroje sobre él para besarlo y de manera desesperada arrancarle la lencería de color rojo que traía puesta. Una vez que ambos estábamos desnudos, mire como mi cuerpo se acomodó entre sus piernas y lo penetró, el omega hizo un cara de placer que ocasionó que mi cuerpo se estremeciera y despertara del extraño sueño.

Me desperté agitado y mirando a mi alrededor, buscando al omega a pesar de que sabía que estaba soñando. Estaba acostado en el sofá de la sala y como siempre me encontré con la compañía de Makkachin, el cual me miraba con sus dos ojitos brillantes mientras se acercaba a mi rostro para lamerlo. 

Mi corazón golpeaba con fuerza en mi pecho mientras sentía un dolor en mis pantalones, intente ignorarlo, pero no pude y termine tocándome como de costumbre. A este punto de mi vida ya me sentía harto de todo lo que me estaba pasando. De pronto sentí mi celular vibrar en mi bolsillo y al sacarlo era un mensaje de Chris donde decía que se había equivocado de número y que ahora me había enviado el correcto, mire el mensaje y me volví a dormir, intentando no volver a tener ningún sueño. 

Me desperté sintiendo unas increíbles ganas de vomitar y no levantarme del sofá, pero tengo que hacerme cargo de mi adorada empresa, mi amada yabloki, aún recuerdo cuando le puse ese nombre, tan solo tenía dieciocho años y en lo único que pensaba era en darle un mensaje a Yuuri, poniendo el nombre de su olor a mi creación, también recuerdo cuando cree esas dos fragancias e incluso como tuve que modelar para que Yuuri pudiera verme, que idiota fui. 

Le llame a un cerrajero para que pudiera abrir la puerta de mi habitación y así darme el merecido baño que merezco. El cerrajero tardo una hora en abrir mi puerta y darme otro repuesto de la llave, entré al baño y me di una ducha para limpiar mi cuerpo y también relajarlo. Al salir me vestí un poco más casual, con un pantalón de vestir negro y una camisa verde olivo, desabotonada de los primeros tres botones. 

Durante el camino le pedí al chófer que se detuviera en mi restaurante favorito, llevaba semanas sin ir a dicho lugar, salude a las empleadas como siempre, ellas me preguntaron porque tenía tanto tiempo sin ir, les conté que tenía un viaje, no quería decirles que en realidad estaba teniendo un problema con mis feromonas, pedí mi café y pastel favorito para desayunar. Al salir del lugar sentí un extraño hormigueo en mi vientre, por lo que decidí tomar un estabilizador, no quería tener ningún inconveniente en el trabajo. Al llegar salude a todos mis compañeros como de costumbre, sin embargo, me intercepto mi asistente, una joven omega de veinte años, ella entró conmigo mientras me daba los estados de venta de este mes, habíamos roto el récord de ventas del mes pasado. 

Me senté en mi escritorio mientras veía como traía una enorme caja con documentos que tenía que firmar de la agencia de modelaje, me levante de mi escritorio para tomar la caja de documentos al ver que le era complicado cargarla, al estar parado frente a ella el hormigueo volvió más fuerte que antes, rápidamente el calor se apoderó de mi y termine quitándole la caja para someterla contra mi escritorio, tomándola de las dos manos para inmovilizarla mientras le desgarraba el vestido. 

Rápidamente pegue nuestras caderas para restregar descaradamente mi duro miembro contra su trasero, escuchando sus gemidos con cada cosa que le  hacía. La tomé de los brazos para tirarla al suelo y acostarme sobre ella, desgarrando la parte de enfrente de su vestido. No podía detenerme, cuando menos lo pensé ya me había desabrochando el pantalón mientras la chica gritaba por ayuda. 

Sentí como nos separarnos y Chris se acerco a mí para darme a la fuerza otro inhibidor, cuando reaccione mire atónito todo lo que había hecho, el vestido junto con la ropa interior estaban desgarrados, en sus brazos habían moretones de mis manos, me sentí tan avergonzado conmigo mismo que no pude evitar pedirle perdón entre amargas lágrimas. 

Después del incidente todos en la empresa se enteraron, después de todo, me encontraron con el miembro descubierto encima de mi asistente a punto de violarla. Le conté a mi psicólogo todo lo que me había pasado desde la última vez que estuve aquí, sobre los sueños subidos de tono que tenía con ese omega y del intento de violación hacia mi empleada, lo más perturbador fue que mientras intentaba forzar a la chica, no dejaba de pensar en ese omega. 

Georgi me aplico una batería de instrumentos psicológicos, los cuales revelarán todo lo que ocultaba mi subconsciente, y la información que revelaron los instrumentos me dejó atónito, en cada uno de ellos decían que sentía un inmenso deseo sexual por ese omega. Al principio estaba en negación, sin embargo, entre más hablaba y más instrumentos hacia más revelaba que el deseo que sentía por ese omega era muy grande. 

Georgi me recomendó volver a ver al omega y que tenerlo enfrente seria la única forma de saber que era lo que sentía por él. Al llegar a casa me encontré a Chris, el cual me estaba esperando con una botella de vino y la cena ya preparada, ambos nos sentamos a comer la deliciosa comida que compró. 

—estas raro —susurro mientras tomada de la copa de vino tinto —¿Qué te dijo tu psicólogo? — preguntó sin despegar su vista de mi. 

—Georgi me dijo que volviera a ver a ese chico pero… —respondí bajando la mirada—yo no quiero volver a verlo, no quiero descubrir que realmente lo deseo tanto que pierdo la cabeza —respondí tomando del vaso de agua que me había servido. 

—pero no esta mal sentir deseo por una persona, además no te desagrada ese omega —respondió dándome pequeñas palmaditas en mi espalda —lo que necesitas es un buen acostón con ese omega y con un poco de suerte olvidarás a ese tal Yuuri. 

—pero no quiero acostarme con Eros, solo quiero que mi cuerpo me deje de joder —respondí irritado, a este punto de mi vida ya no me interesa encontrar a Yuuri o  tener una relación con alguien, solo quiero que mi cuerpo no me dé más molestias—solo quiero poder salir a la calle sin tener que tomar los estúpidos estabilizantes, quiero volver a ir a las clases de baile sin sentir miedo de atacar a una persona o no saber si voy a  ser lo suficientemente fuerte para poder controlarme. 

—sabes lo que dijo el doctor, solo una vez bastará para bajar las molestias—susurro sin dejar de acariciar mi cabeza, el sabia que mi padre hacía eso cada vez que me alteraba, mierda cuanto extraño a mi padre, extraño sus abrazos, su olor a mango, incluso hasta extraño sus regaños. 

—no sabes cuanto extraño a mi papá, deseo con todas mis fuerzas volver abrazarlo, volver a escuchar su voz —respondí dejando caer mis lágrimas, no me daba vergüenza llorar frente a Chris, ya había llorado como un niño frente a él —fui un complemento idiota.

—tu no sabías lo que había hecho tú mamá, ya no te culpes por lo que pasó —respondió mientras me abrazaba. 

—¡por dios Chris!, le grite que no me importaba lo que él pensaba y encima me fui de mi hogar, dejándolo solo —respondí —le hice lo mismo que nos hizo mi madre, lastime de la peor manera posible a la persona que más amo y que habia sido un soporte cuando estuve triste por mi madre. 

—ambos tienen la culpa de lo que pasó, así que deja de llorar y mejor piensa una manera de remediar tu error —respondió Chris mientras me daba un golpe en la cabeza —no me gusta ver a mi mejor amigo sufrir. 

Ambos nos quedamos en silencio mientras Chris se disponía a limpiar la mesa, llevándose los platos sucios al lavabo. Mientras Chris se encontraba limpiando, yo me quedé en la mesa mirando mi celular, lo tomé y llamé al número que Chris me había dado, sentía como mi corazón latía rápidamente al escuchar la voz de una mujer al otro lado del teléfono. 

<bienvenido a King lovers, donde sus fantasías se hacen realidad, indique uno si pertenece a la jerarquía alfa, marque dos si es omega y marque tres si es beta > pidió la mujer que a juzgar por su voz era un programa por computadora, marque uno y espere su respuesta. 

<seleccione la opción que desea para su acompañante, indique uno si desea un alfa, indique dos, si desea un omega, indique tres si desea un beta > respondió la voz robótica, mire las teclas de celular mientras presionaba el número dos sintiendo que era una mala idea, pero ya lo había hecho, rápidamente se escucho la voz de un hombre joven, el cual preguntaba cuales eran mis gustos. 

—¿mis gustos? —pregunté nervioso, no sabía a qué era lo que se refería. 

<le  gustan con amplia experiencia para seducir o le gustan inocentes > comentó el hombre al otro lado de la llamada. 

—yo no lo sé, solo busco a un omega llamado Eros, quisiera contratarlo —respondí para después escuchar un silencio prolongado del otro lado de la línea. 

<yo… déjeme contactarlo para saber si acepta su contrato > respondió, era más que obvio que el omega no iba aceptar que lo contratará de nuevo, prácticamente lo había humillado <no pude contactarlo pero en cuanto pueda comunicarme con él le haré saber su decisión, si me permite guardaremos su número > respondió y termino la llamada. 

No podía creer que realmente había sido yo quien lo busco de nuevo, pero algo dentro de mi estaba ansioso por ver de nuevo su rostro, debía admitir que nunca en mi vida había visto a un omega tan hermoso, excepto a Yuuri pero ellos eran tan parecidos, aunque si lo pienso todos los japoneses se parecen entre sí. 

Deje en celular en la mesa para acariciar a Makkachin, el cual había salido de mi habitación para recibirme, rápidamente me puse de buen humor al ver a mi fiel compañero. Makkachin comenzó a lamer mis mejillas, sacándome carcajadas, me levante de mi asiento para darle alimento mientras me dirigía a la cocina, entre los dos acomodamos todo lo que se había ensuciando, para después despedir a Chris e irme a dormir. 

Al siguiente día Chris fue al departamento a recogerme y me llevó al Bon appétit, mi restaurante favorito porque en ese lugar vendían un postre particular, lo descubrimos gracias a Mila, ella llegó un día diciendo que había encontrado un lugar  maravilloso al cual teníamos que ir, lamentablemente ese día yo no pude acompañarlos pero Mila me trajo un pastel, al llegar a casa y probarlo no pude evitar derramar mis lágrimas, el pastel era de manzana y estaba relleno con crema de mangos y esencia de rosas. 

Por un momento pensé que tal vez había sido Yuuri el creador del pastel, pero al decírselo a Chris y a Mila, él me tachó de estar obsesionado con Yuuri. Mila fue la única que me apoyó y me llevó al restaurante, en el cual no quisieron decirme nada de los empleados, por políticas del restaurante, fue así que se volvió una tradición ir a ese restaurante  en las mañanas para desayunar  los martes y  jueves sin falta, aunque yo solo pedía un café y una rebanada de pastel. 

Al salir del restaurante volví a sentirme un poco extraño por lo que tomé un estabilizador, llegué al trabajo como siempre. Todo fue ordinario, hicimos la revisión de los cultivos, revisamos la extracción de los aceites y esencia de las plantas para los perfumes, Chris me hizo llegar los nuevos contratos de la agencia de modelaje, los cuales leí y autorice, cuando estaba por irme me llegó un mensaje de un número desconocido diciendo que el omega llamado Eros, había aceptado y me estaban enviando nuestro contrato. 

Leí cada ridícula cláusula que tenía el absurdo contrato, no podía besarlo, ni acariciarlo, prácticamente no podíamos hacer nada. Aunque eso no me afecta porque no tengo pensado formar algo profundo con él, por lo que una vez que lo leí completo, lo firme y lo reenvíe.

Tenía que esperar una semana, ese había sido el acuerdo al que había llegado el omega y en lo personal no me molestaba esperar lo que el quisiera. Durante esa semana no pasaba nada fuera de lo común, seguía teniendo los sueños húmedos con el omega llamado Eros y eso era algo irritante para mí.

El gran día de la cita con Eros llegó, siendo sincero, no sentía absolutamente nada. Me di un baño, prepare el desayuno para Makkachin y para mi, ambos comimos tranquilamente hasta terminar nuestros alimentos. Me puse un traje negro y sin esperar más me fui a la empresa, al salir del departamento pude apreciar el cielo totalmente nublado, pero no le vi la necesidad de llevar una sombrilla, no creía que fuera a llover. 

Al llegar al trabajo, todos me saludaron para después simplemente seguir con sus encargos, en cuanto llegue a mi oficina lo primero que observe fue a Chris, mi torpe amigo me miro sonriendo de manera burlona, él estaba disfrutando de mi situación pero simplemente lo ignore y volví a mi trabajo. Tenía que leer muchos contratos y por suerte Chris se dejó de tonterías y se dispuso ayudarme un poco, separando los documentos importantes de los otros.

Terminamos todos los deberes una hora después de la salida, al estar solos Chris comenzó un molesto interrogatorio sobre cuales eran mis expectativas de mi cita con ese chico, con cada pregunta que me hacía sólo me limitaba a ignorarlo porque para ser sincero ni siquiera podía imaginar lo que pasaría, solo faltaban una hora para la cita y no quería ponerme nervioso. 

Llegue al departamento para bañarme rápidamente, al salir de la ducha escogí un pantalón de vestir azul marino y una camisa blanca, no quería verme tan formal. Le dejé alimento a Makkachin y salí de mi departamento, poniéndole el cerrojo a la puerta. Tome uno de los autos que tenia en la cochera, nunca los había usado porque a cada lugar que necesito ir, siempre me llevan mis chóferes personales. 

Mientras conducía al hotel que había reservado el omega, intentaba no pensar en nada, no quería hacerme ideas extrañas o ponerme nervioso, después de todo ese chico no significa nada para mi y quiero descubrir que solo deseo su cuerpo. Al llegar al lujoso hotel, estacione mi auto y mire alrededor para buscar si  los reporteros habían respetado la orden de alejamiento que tenía, estaba harto de tener que demandar cada semana a cientos de páginas y revistas por hacer artículos falsos sobre mi, en el pasado ya me habían traído muchos problemas.

Ingresé al hotel y le mande a llamar al gerente para decirle que quería total privacidad y advertirles que si divulgaban los motivos por los que estaba aquí iban a recibir una demanda de mi parte, a lo que acordaron que no dirían nada, también les exija que apagarán las cámaras de seguridad de la habitación que tenía asignada, gracias a mi padre sabia de las reglas de los hoteles y aunque nadie estaba en la habitación de vigilancia, que te grabarán sin tu consentimiento con el objetivo de protección era una arma de doble filo, una arma que no me convenía.

Después de que cumplieron todas mis peticiones, me dirigí a la misma habitación en la que había estado la noche de mi cumpleaños. Mientras caminaba por los pasillos solitarios no dejaba de preguntarme si debía decirle al chico sobre mi condición, cierta parte de mi no quería decirle nada por que era algo sumamente vergonzoso para mi y ese chino no tenia ningún lazo conmigo como para decirle algo tan privado. 

Al entrar a la habitación, lo primero que observe fue que todo estaba decorada de la misma forma en que estaba la última vez que había pisado este lugar, la habitación principal estaba llena de velas encendidas y había pétalos de rosas regadas por todo el suelo, lo que más me disgusto fue ver el enorme corazón hecho de pétalos sobre la cama, los recuerdos de como había perdido la virginidad llegaron a mi, sentí como mi alfa se retorció en mi interior herido por todo lo que había pasado recientemente. Tomé los bordes y arroje la sabana al suelo, desasiendo el corazón. 

Apague todas las velas y las metí dentro de la sabana, junto con todos los pétalos de rosas que había. Tomé la sabana y la deposite en el contenedor de ropa sucia para tomar otra sabana limpia que estaba en el closet, una vez que terminó mi berrinche me sentí tan estúpido por como había reaccionado, tal vez era una mala idea ver a ese omega cuando los sentimientos hacia Yuuri no habían desaparecido, la tristeza me invadió al darme cuenta de que solo sentía un gran rencor hacia Yuuri, sabía que estaba mal sentir esto por él, pero no me era fácil borrar todo el dolor que me causa. 

Un olor ajeno al mío me hizo reaccionar, gire mi rostro para toparme al omega de ojos verdes, estaba vestido con un pantalón de vestir ajustado negro y una camisa negra, tenía el mismo choker negro en su cuello y por un momento pensé que tal vez ocultaba la marca de la dentadura de otro alfa, sentí un profundo terror, ¿Por qué tenía este sentimiento? 

Ambos nos quedamos en silencio, toda la seguridad que tenía se esfumó de mi. Me sentía tan nervioso frente a ese omega, el cual tenía un nuevo aroma, sus feromonas olían solamente a chocolate y me sentí tan confundido .

—¿Por qué volviste a contratarme? —preguntó de pronto, mirándome nervioso. 

—Lamentó haber usado mi voz en ti, no era mi intención, es que esa noche yo buscaba a alguien más— respondí nervioso, mientras miraba el ligero temblor en el cuerpo que está enfrente de mi. 

—vaya, así que creíste que no podía satisfacerte sin siquiera darme una oportunidad —respondió indignado, mirándome molesto mientras mi corazón volvió a latir rápidamente. 

—no, las cosas no ocurrieron así, verás contratarte fue un error…—respondí —se que te trate de la peor manera pero si me dejas explicarte que fue lo que pasó tal vez entiendas… yo no te contraté, fue un amigo quien lo hizo, él me engañó diciendo que había encontrado a… Una persona, que es mejor no hablar de ella —no pude contener esos sentimientos.

—eso no explica porque volviste a contratarme, si la primera vez fue un error entonces no tendría sentido esto ¿acaso solo quieres contratarme para humillarme?—me preguntó como su quisiera atacarme, tenía el ceño fruncido y ese ligero temblor en su cuerpo. 

—claro que no, yo te trate de la peor manera, pero es que estaba muy asustado aquella vez —comenté completamente nervioso. 

—estas dispuesto a todo con tal de tenerme—respondió mirándome a los ojos de una manera que no podía describir.

—por supuesto—respondí mientras miraba sus ojos, perdiéndome en ese par de esmeradas. 

Lentamente se acerco a mí para besarme, eso me había tomado totalmente desprevenido, por lo que sin poder controlarme, termine empujando al chico y también le di un gruñido para que no se acercara a mi. El chico me dijo que no aceptaría el contrato y camino hacia la puerta, lo detuve al darme cuenta de que una tormenta había comenzado y le dije que no podía controlarme desde la última vez que lo vi. 

Él me miro incrédulo para después decir que no tenia sentido nada de esto porque ni siquiera quería tocarlo, y sin poder controlarme lo tomé de la cintura para pegar nuestros cuerpos y besarlo, sintiendo como mi alfa ronroneo en mi pecho, no entendía porque sentía que estaba haciendo lo correcto pero quería más por lo volví a besarlo pidiéndole que me diera un poco de tiempo, quería darme un tiro en la cabeza, definitivamente me había vuelto loco. 

—lo haré con una condición—respondió cuando nos separamos por un poco de oxigeno —todas las noches dormiremos juntos.

—de acuerdo— respondí sin pensar, simplemente las palabras habían salido de mi boca. 

—pero lo haremos desnudos —me pidió y en ese momento mi mente dejó de funcionar —es la única condición que te pongo y comenzara ahora —respondió.
Me quedé en una clase de trance, mi cerebro procesaba todo en cámara lenta, solo sentí un leve empujón hacia atrás, hasta que mis piernas chocaron con un objeto pero simplemente no reaccionaba a nada, ¿en que momento se había salido todo de control? Solo podía sentir como el omega ya me había quitado la camisa y ahora se encontraba queriendo desabrochar mi pantalón, al fin pude reaccionar de mi trance para quitar sus manos de mi pantalón recibido su mirada de desaprobación. 

—desnúdame —me exigió con firmeza, en otras circunstancias lo tomaría como una broma, pero su mirada jade me erizaba por completo, al ver su pecho sentí como un calor me invadió, tenía el ferviente deseo de besar esa suave piel blanquecina. 

No pensé que lograría quitarle la camisa, debía admitir que tenía un lindo pecho lampiño, pude apreciar la diferencia de tamaños y apariencia, si bien tenía un lindo pecho y abdomen ligeramente marcado, su torso era muy diferente al mío, después de todo soy un alfa y siempre hago ejercicio para mantenerme saludable. 

Sentí como miles de escalofríos recorrieron mi cuerpo al ver como me estaba quitando la ropa interior, dejándome completamente desnudo. No podía creer lo que estaba pasando entre nosotros. Mi cuerpo no dejaba de temblar y mis piernas parecían gelatina  por lo que me sentó en el borde de la cama, teniendo la vista perfecta de sus caderas y fue que pude admirar la linda ropa interior que traía puesta, solo rogaba por no tener una erección frente a este chico. 

El omega tomó mis manos temblorosas y las llevó a los bordes de la ropa interior echa de encaje negro, mis manos no dejaban de temblar mientas me encargaba de desnudarlo. Al tocar la suavidad de su piel mi cuerpo se estremecía con cada centímetro descubierto que mis ojos podían apreciar.

Una vez que ambos quedamos completamente desnudos, el me tomó de la mano para llevarme a la cama y acostarme en medio de ella, mirando como subía lentamente a dicha cama para gatear hacia mi, al igual que un felino. Tomo mi brazo para usarlo como una clase de almohada, recargando su cabeza sobre mi pecho, escuchando los locos latidos de mi podre corazón. 

Estaba totalmente aterrado, no sabía que hacer exactamente ante la extraña situación. Mi objetivo principal era descubrir que sentía por este chico pero ahora solo sentía una enorme confusión y un terrible pánico, sentir el calor de su cuerpo de cierta manera me relajaba, al igual que sentir como su respiración se hacía cada vez más profunda, delatando que se había quedado tranquilamente dormido. 

Quería quitármelo de encima para después, simplemente salir huyendo sin decir nada pero al mismo tiempo quería seguir teniendo su cuerpo junto al mío, sintiendo como se aferraba a mi, seguir sintiendo la suavidad de su piel. Todo lo que estaba haciendo no era para nada correcto pero no quería detenerme, mi cuerpo no seguía mis órdenes, simplemente  sentía como mis ojos se iban cerrando cada vez más. 

No supe en qué momento me había quedado dormido pero al despertar me encontré abrazando fuertemente al omega, sentía como si me estuviera quemando vivo, solo donde el chico me tocaba era donde no sentía nada. Al mirar hacia abajo, pude ver mi duro y molesto miembro erecto, elevando la sabana que nos cubría. Me levante de la cama para buscar mi pantalón del suelo y sacar los estabilizantes pero no surtieron efecto alguno, muy contrario a mis expectativas parecía que el haber tomado el medicamento habia sido mucho peor. 

Por un momento cruzo por mi cabeza el recoger mis cosas y salir de esa habitación de hotel, pero no podía hacerlo, no podía abandonar a este chico en este hotel, no podía hacerle lo mismo que Yuuri me había hecho. Me acerque a la cama y volví a acostarme, esto era una pésima idea, pero no tenía control de mi propio cuerpo, solo podía ver con horror cómo tomaba las lindas piernas del chico para poner mi miembro entre ellas y comenzar a frotarme contra él. 

Abrace fuertemente sus piernas con la intención de juntarlas y apretar mi miembro, no dejaba de lamer sus suaves y duras piernas. Al sentir que no me era suficiente lo solté, solo para acomodarme entre sus lindas piernas, juntando mi húmedo y erecto miembro al suyo, lo abracé de las caderas mientras comenzaba a frotarme nuevamente contra él, esta vez lamiendo su cuello y clavícula hasta que me corrí, manchando su cuerpo. 

Al reaccionar lo primero que sentí fue un enorme placer al haber tenido un fabuloso orgasmo, pero todo sentimiento de satisfacción se borro al darme cuenta de que había tocado a ese chico sin su consentimiento, prácticamente lo había violado. No podía creer que había caído tan bajo, me sentí tan culpable que termine vomitando al escusado. En silencio me puse a limpiar al cuerpo del chico, era lo menos que podía hacer. 

Después de tirar todas las evidencias de mi pecado, me encontraba parado frente a la cama, debatiéndome si era correcto volver acostarme en la cama al lado del omega o juntar el resto de mis cosas para irme de nuevo a mi departamento, pero mi cuerpo hizo lo que le dio la gana y termine acostándome pero dándole la espalda. 

Abrí los ojos y me sentía tan relajado, sin duda había dormido cómodamente sin tomar en cuenta el incidente que había tenido en la media noche. Busqué al omega y al resto de sus cosas y me lleve la grata sorpresa de que me encontraba solo en la habitación. Me sentía como un completo idiota, por mi afán de “hacer lo correcto” él me habían hecho justo lo que había evitado hacerle a ese omega, pensando en que no se merecía que lo dejara solo sin ninguna explicación y era lo que él me había hecho. 

Me levante de la cama envuelto de la cintura con la sabana para buscar el resto de mi ropa he irme a mi hogar, tenía que bañarme, alimentar a mi cachorro perruno y por último, irme al trabajo. Tomé mi ropa, la cual estaba regada por el suelo y me vestí pero no podía encontrar por ningún lado la camisa blanca que traía puesta, lo que recordaba es que había quedado en el suelo por lo que decidí seguir buscando por todas partes hasta que escuche unos sonidos extraños que provenían de afuera. 

Camine a la cocina para encontrarme con el omega, el cual traía puesta solamente mi camisa blanca, sentí un intenso calor en mi interior al mirar la silueta de su cuerpo, sus piernas bien formadas que se veían espectaculares así solas, sin necesidad de usar esas medias de red. Me quedé observando el movimiento de sus caderas mientras seguía el ritmo de la canción que estaba en la radio. 

—buenos días —respondí sin pensar, estaba tan perdido mirando su cuerpo que no podía despegar mi visión de sus piernas, Eros volteo a verme y fue que pude darme cuenta de que estaba preparando el desayuno, debía admitir que se veía realmente hermoso con sus mejillas sonrojas y esa coqueta sonrisa en su rostro —veo que tu traías mi camisa, la busque pero no la encontré. 

—Es que busque mi ropa pero no la encontré y al ver tu camisa no lo pensé dos veces, no quería andar desnudo —respondió, dándome la espalda para sacar los waffles —prepare el desayuno para los dos así que estás obligado a comerlo —agregó sin dirigirme la mirada, concentrado en seguir haciendo su trabajo.

—Esa canción me gusta —respondí cuando comenzó la siguiente canción, en varias ocasiones la habían puesto en el bar —fast car, es el nombre de la canción, no pensé que te gustara la música electrónica —agregue mientras caminaba hacia Eros para observar lo que estaba haciendo y al mirar el tazón con fruta picada mi estómago se contrajo exigiendo alimento, aproveche que el omega estaba concentrado poniéndole masa a la máquina para rápidamente robarme un trozo de fruta y comérmelo, pero no contaba con que era un trozo de kiwi, sentir el sabor ácido de la fruta en mi garganta provocó un cosquilleo en mi lengua. 

—No es mi favorita pero tampoco me disgusta, mientras no sea muy escandalosa estará bien —respondió mientras seguía haciendo el desayuno, me sentí un inútil al ver como se esforzaba por mi mientras yo me quedaba mirándolo como un tonto, mire hacia la mesa donde estaba una jarra con más de un cuarto de jugo y a un lado estaba un recipiente lleno de naranjas cortadas justo por la mitad, por lo que no lo pensé dos veces para ponerme a terminar el jugo—y ¿qué género te gusta a ti? —preguntó de pronto. 

—Emm… No tengo un género específico… He viajado por todo el mundo, escuchando de todo, así que no tengo algo favorito —respondí mientras exprimía unas naranja en la jarra con ayuda de exprimidor, en pequeño objeto circular que tenía una protuberancia en el centro donde aplastaba la fruta —¿así es suficiente?— pregunte mostrándole la jarra a la mitad, el omega volteo y me dijo que si, para después traer el recipiente en la fruta y los waffles. 

Mientras eros servía el desayuno, si celular vibro en el bolsillo trasero de mi pantalón, lo saqué para ver de quien se trataba y solo eran mensajes sin importancia de Mila, la cual me preguntaba  donde me encontraba y que era lo que estaba haciendo, no le contesté nada porque recibí un mensaje de Chris. Mi amigo estaba intentando contactarme porque un cliente quería firmar un contrato pero quería mi presencia urgente, a pesar de que Chris es mi representante legal. 

Cuando pensé que no tenía más problemas recibí otro mensaje de mi tía Lilia, había olvidado por completo que ella venía a París por un viaje de trabajo y yo me había comprometido a recogerla del aeropuerto, sin duda ella me iba a matar en cuanto me viera. Aún no sabía que hacer exactamente, me encontraba en un gran dilema al no saber si recoger a mi tía del aeropuerto o ir a la junta con el cliente y mandar a mi chófer por mi tía, sin embargo, si no iba por ella personalmente se enojaría conmigo eternamente. 

—Yo tengo que irme ahora, el desayuno estuvo delicioso… Emm te puedes quedar con la camisa —respondí rápidamente mientras metía el último waffle que quedaba en mi plato junto con el resto de fruta, casi me atragantó pero la comida estaba realmente deliciosa, además de que tenía mucha hambre. Me levanté de la mesa mientras cogía mi abrigo gris y me lo abrochaba, salí del hotel para correr a mi auto y manejar hasta el aeropuerto antes de ser un hombre muerto. 

Al llegar al aeropuerto, intente buscar a mi adorada tía pero al no mirarla por ningún lado, me sentí hombre muerto por lo que decidí llamarle a su celular para preguntarle si había cogido un taxi. Cuando iba a marcarle la mire saliendo de la cafetería del aeropuerto, no pude contener mi emoción y grite a todo pulmón su nombre mientras corría hacia ella, como si me fuera un cachorro. 

—mi dulce Vitya —susurró acariciando mi mejilla de manera tierna, la abrace fuertemente mientras sentía una enorme alegría en mi corazón —pequeño demonio irresponsable ¿Cómo se te ocurre olvidarte de tu tía en un aeropuerto de una ciudad desconocida? —pregunto mientras me pellizcaba una oreja. 

—lo siento… auch tía, no era mi intención… realmente duele —respondí quejándome, ella estaba tirando de mi oreja con algo de fuerza pero después me volvió abrazar, tomé las maletas y nos fuimos caminando hacia mi automóvil para ir a la agencia de modelaje y de una vez por todas, cerrar el contrato. 

Al llegar a la agencia deje a mi tía en la recepción para irme yo solo a la sala de juntas. Al entrar me encontré a Chris, el cual estaba sentado enseguida de un alfa, que a suponer por su atuendo era el exigente cliente. Al estar sentado Chris me explicó las características de los modelos que él requería para su evento, el cual sería el lanzamiento de una nueva línea de ropa íntima. 

Al final logramos cerrar el contrato, sería Chris junto con el cliente los que se encargarían de elegir a los modelos mientras yo me dedicaba a atender a mi amada empresa. Cuando el cliente se fue me quede en compañía de Chris, el cual comenzó a dirigirme estúpidas miradas y a darme pequeños codazos que eran amortiguados por el abrigo. 

Chris me acompaño hasta la puerta donde estaba mi tía sentada leyendo un revista en la recepción, al ver a mi amigo ella lo saludo por cortesía, después dejé a mi tía en el departamento que había rentado. Después de ayudar a acomodar todas las preferencias de mi tía en el lugar donde se iba a quedar ambos nos fuimos a la fábrica de perfumes para seguir trabajando, al llegar salude a todos como de costumbre mientras apresuraba el paso para llegar a mi oficina y vestirme correctamente con una de las camisas que tenía de repuesto. 

Mas que oficina parecía una casa, el espacio era muy grande, tenia un enorme inmueble de acero, el cual era del tamaño de una pared, estaba dividido en pequeñas puertas que solo se abrían con mi huella digital o con una claves de seguridad que solo yo o personas de confianza tenían conocimiento de ella, tanta seguridad era para guardar documentos de mucho valor, así como dinero.

También contaba con un elegante baño completamente equipado con lo mejor, llegando al punto de tener una tina y una regadera para bañarme en caso de un accidente con químicos, no era la primera vez que me caían sustancias peligrosas encima del cuerpo aún usando el traje protector. 

Tenía un trío de sofás rojos de terciopelo justo enfrente de mi gran escritorio de madera color chocolate oscuro, uno de esos sofás era mi preferido porque podía convertirlo en una cómoda cama, incluso tenía almohadas y cobertores en otro closet que estaba a un lado del baño. También contaba con un pequeño refrigerador que está escondido detrás de mi escritorio, había equipado mi oficina como mi segundo hogar por la simple razón de los golpes de inspiración al momento de crear una nueva fragancia, siempre me aisló para acomodar mis ideas correctamente, evitando toda distracción que pueda afectarme, incluso puedo durar semanas sin salir de mi oficina. 

Para poder entrar a mi oficina tuve que poner la clave de seguridad, la cual solo algunos empleados tenían acceso a ella, pero solo funcionaba si yo estaba dentro, cuando no me encontraba en mi oficina tenían que contactarme para que yo pudiera darle mi autorización para poder entrar y buscar cualquier cosa. Mi fábrica contaba con la mejor tecnología en seguridad hasta ahora, pero mi oficina llegaba a los extremos, tenía que proteger contratos, las recetas secretas para los perfumes. Sin embargo, el motivo verdadero por el cual había construido esta fortaleza era para proteger mi mayor tesoro, aquella fragancia que había creado por primera vez y que aún estaba a la espera de su dueño. 

Ignorando que Chris iba conmigo, me quite el abrigo de encima para caminar hasta el closet y sacar una camisa blanca completamente nueva para vestirme, tal vez si Chris no se encontrara aquí podría darme un baño, después de todo cuento con todo tipo de ropa pero se que volvería a tomarme fotos desnudo así que para mi bien, es mejor no arriesgarse. 

—wow ¿Qué te pasó? —preguntó cuando por fin estaba vestido y sentado en mi escritorio, simplemente lo miré por un momento pero no dije nada —vamos no seas tan frio y cuéntame porque llegaste semi desnudo —me pidió, pero yo me debatía entre contarle todo lo que había pasado o evadir el accidente de media noche. 

—bueno, no estuvo tan mal pero yo… —me quedé en silencio, las palabras habían quedado atrapadas en mi garganta, mire a Chris el cual me observaba intrigado y eso me puso más nervioso —soy un peligro para ese chico, en la noche tuve un accidente y lo ataque mientras el estaba dormido, lo toque sin su permiso y me corrí sobre él —le dije mientras miraba como sus ojos se abrían de la impresión. 

Ambos guardamos silencio al ver a mi nueva asistente, una alfa de nombre Casandra con olor a lavanda, después del accidente con mi antigua empleada la había cambiado a la planta alta, la cual era la terraza donde de cultivaban cientos de plantas para extraer sus aceites. Pude darme cuenta de la atracción entre Chris y ella, solo esperaba que mi amigo no jugará con ella, una vez que nos dejó solos continuamos con nuestra conversación. 

—entonces te corriste encima del chico —dijo Chris y al escucharlo de su boca lo hacía ver que realmente era algo muy horrible. 

—ni me lo recuerdes, no quiero ni pensar en lo que hubiera pasado si el chico se hubiera despertado, creo que estaría en prisión en estos momentos —respondí mientras leía los documentos que Casandra me había traído, después de eso seguimos conversando de otras cosas tratando de siempre evitar el tema del omega. 

Después de la primera cita con Eros releí el contrato y me cuestione como seria la forma en la que volvería a contactarlo, por lo que decidí volver a llamar a la compañía para saber si siempre tendría que llamar a ese número o habría una manera más sencilla y cómoda de hablar con él, descubrí que tendría que comprar un celular para el omega, el cual seria nuestro único medio de comunicación. 

Fue así que me vi obligado a enviarle una cantidad de dinero para que pudieran enviárselo y así poder comunicarnos. Solo paso un día para recibir un mensaje de un número desconocido diciendo que estaba a mis servicios, lo registre como loco pervertido. Durante toda una semana no dejábamos de enviarnos mensajes, siempre intentaba averiguar sobre ese chico, pero sus respuestas eran tan monótonas que no me servían para nada. 

Cuando menos lo pensé había llegado el momento de nuestra segunda cita, siendo sincero esta vez definitivamente me sentía nervioso por lo que pasó la última vez que nos vimos, no quería atacarlo, pero estúpidamente ya había confirmado mi asistencia. La cita volvió a ser en el mismo hotel, incluso en la misma habitación, en cuanto entré me tope con Eros, esta vez olía a frambuesa y solo me limite a mirarlo mientras él estaba sentado en la cama observándome. 

Eros intento establecer una conversación conmigo pero simplemente no funcionó, ambos estábamos nervioso y solo nos quedamos sentados en la cama sin decir ni una sola palabra. No me sentía cómodo estando en esta habitación, mucho menos tener que estar prácticamente amenazando a los trabajadores del hotel solo porque estaba aquí; siempre tenía esa desagradable sensación de estar haciendo algo incorrecto. 

Fue así que llegó la hora de dormir, no quería volver a la rutina de tener que desnudar a Eros y no era que tuviera un mal aspecto, siendo sincero era un hermoso omega, pero todo era nuevo y desconocido para mí, no sabía como manejar los sentimientos que peleaban en mi interior. Solo sentía como mi cuerpo se estremecía con el contacto de sus manos sobre mi piel, siempre asumía que era por el desorden de hormonas o eso quería creer. 

Mi relación con Eros, si es que se le puede llamar así al trato que teníamos, sin duda era pésimo, no somos para nada compatibles y eso lo había comprobado con el tiempo que pasábamos juntos. Sin duda somos dos polos opuesto y en nosotros no aplicaba la frase de “entre polos opuestos se atraen”, en lo personal no me agradaba saber que por las noches me toca con las mismas manos con las que toca a otros hombres y no eran por celos, simplemente me incómoda, aunque no dejaba de sentirme un hipócrita ya que ese detalle no me repugna cuando llego a tener un golpe de calor y terminaba tocando o besando su cuerpo. 

Entre el tiempo más pasaba, me era más difícil el poder controlarme. Los sueños eróticos solo habían aumentado y cada vez subían de nivel, llegando a despertar a media noche y mirar como restregaba mi miembro descaradamente contra los glúteos de Eros. Tenía miedo de no poder controlarme y que terminara violándolo, sin duda sería algo que jamás llegaría a perdonarme.

Algo que realmente me incomodaba, era tener que estar yendo y viniendo al mismo hotel. No sabía cuánto tiempo faltaba para que uno de los empleados pudiera abrir la boca y delatar lo que hacía en un lugar como este, después de todo soy una figura famosa que siempre está siendo asechada por algún reportero para escribir sobre alguna calumnia, y en esos casos no tenía ninguna consideración cuando se trataba de ensucia mi imagen, siempre tomaba cartas sobre el asunto y este no fue la excepción. 

Le comenté  a Eros que no quería seguir con esto, que no soportaba tener que venir hasta aquí, me sorprendió ver la reacción del omega, su mirada se torno triste y solo bajo el rostro mirando el suelo, liberando un olor tenue. No pensé que reaccionará de esa manera, por lo que me acerque a él para tomar su rostro y elevado, dándome cuanta de que sus ojos estaban cristalizados, ¿acaso él se había puesto triste? 

—Eros tu no me entiendes, no quiero terminar el contrato simplemente ya no quiero estar en  este hotel —le dije observando como levantaba el rostro para mírame confundido, definitivamente Eros era un chico lento —yo estaría dispuesto a llevarte a mi departamento o por lo menos a un hotel que esté más alejado de la ciudad, yo soy una figura famosa y por lo tanto mi reputación siempre corre peligro. 

—ya veo, veré que puedo hacer y si encuentro una solución te lo diré —respondió mientras me tomaba tiernamente de la mano y le daba un ligero apretón para darme una linda sonrisa. 

Al día siguiente recibí un mensaje suyo donde me decía que tenía que decirme algo importante. Cuando llegué al hotel él me dijo que estaba dispuesto a cambiar el lugar y que yo tenía el privilegio de elegir donde nos veríamos, también me comentó que no era posible ir a lugares con mucha gente porque lo mejor era mantener su identidad protegida, ya que podía haber personas peligrosas que lo podían reconocer y hacer daño, no me quedo de otra más que aceptar. 

—lo siento mucho Viktor pero los dos corremos peligro, es mejor no saber nuestras verdaderas identidades —respondió mientras ambos estábamos sentados en la cama —si en mi trabajo descubrieran a lo que me dedico, sin duda todos me juzgarían y no solo eso, sino también todas las puertas se me cerrarían porque nadie quiere tener un prostituto en su trabajo. 

Él sin duda tenía razón, no me había detenido a pensar en las consecuencias. En la actualidad aun hay un pésimo trato hacia los omegas y analizando el caso de este chico, definitivamente no la tendría para nada fácil si se llegaba a descubrir que era mi amante, aunque en realidad no hacíamos nada, las personas no pensarían lo mismo de ver que me miro con un omega en un hotel. 

—pero no te preocupes —dijo de pronto, sacándome de mis pensamientos —por lo menos una noche podemos ir a un club nocturno a bailar un poco y divertirnos —me propuso. 

A mí no me gustan los centros nocturnos y si llego a estar en uno es porque voy a rastras por culpa de Chris. Sinceramente no me gusta la vida llena de excesos y de perdición como la que llevaba mi amigo, pero al ver la cara llena de ilusión de Eros no tuve más remedio que aceptar, después de todo solo sería una noche. 

Fue así que al siguiente día por la mañana tuve que buscar departamento lo más alejados de la ciudad, terminé comprando uno que estaba por la salida y sin gente alrededor, el departamento era muy lindo y lujoso, así como costoso, pero el precio no me afecto y termine comprándolo, también hice que el vendedor me firmará un contrato de confidencialidad para que no hablara. 

La primera noche que traje a Eros conmigo, el omega azabache observó todo con asombro y eso en cierta manera me estremeció. Fue tierno mirar como caminaba con cuidado, como si tuviera miedo de romper o arruinar cualquier cosa que tocaba. Fue así que al llegar al hora de dormir, ambos nos encargamos de desnudarnos, por lo general no me gustaba ver su cuerpo por miedo a tener alguna erección. 

Fue como comenzamos una rutina, nuestras reuniones siempre eran por las noches y de dos a tres veces por semana. Sin duda odiaba los centros nocturnos y teníamos que ir a uno por semana, el solo poner un pie en dicho lugar me ponía de un pésimo humor, después de todo tenía que hablar con los dueños para decirles sobre mis exigencias a lo que terminaban aceptando sin muchos ánimos, también tenía gente que siempre estaba al pendiente de algún reportero y así evitar que me tomarán alguna foto con Eros. 

Sin duda lo que más me molestaba de estar en estos lugares eran las omegas que llegaban a la mesa donde me encontraba sentado esperando la llegada de un omega azabache, normalmente intentaban coquetearme pero nunca lo lograban, lo que en realidad conseguían eran ponerme de mal humor cuando me daba cuenta de que elevaban su olor para mi, en algunas ocasiones terminaba soltando un gruñido para hacerlas huir y así me dejaran en paz. 

Después de esos incidentes, ya tenía un terrible temperamento que no se borraría por nada y quien terminaba pagando los platos rotos era Eros, el pobre e ingenuo omega me proponía divertirme, sin embargo eso era algo imposible para mi, porque para empezar… ¿Cómo podría divertirme en un lugar donde desde un comienzo no deseaba estar y donde no me sentía cómodo?, terminaba rechazando sin ninguna consideración al pobre azabache, el cual terminaba colocándose en una posición erguida, para después mirar el suelo durante todo el resto de la noche, haciéndome sentir un patán, pero cada vez que deseaba disculparme, simplemente las palabras se quedaban en mi garganta. 

Entre más tiempo pasaba más rápido me daba cuenta de que  estaba cometiendo un completo error. Tanto Eros como yo siempre nos sentíamos incómodos entre nosotros, al comentárselo a Georgi me propuso poner un ultimátum de tres meses para intentar arreglar la situación con el omega azabache implicado. Mi psicólogo pensaba que si me lo proponía podía darle una oportunidad a Eros y que tratará de cambiar mi perspectiva de él.

No pensé que fuera posible pero una noche me sorprendió con una cena. El departamento estaba completamente decorado de una bella manera. La mesa también estaba adornada con velas y flores hermosas, cada detalle me sorprendió y me gustó mucho, pero había algo no me convencía.

¿Por qué había montado todo esto?

Mire asombrado al lindo omega azabache que estaba parado frente a mi, esta vestido con una camisa azul rey y un pantalón ajustado de color negro. Ambos caminamos hasta la mesa para sentarnos, no podía despejar mi mirada de Eros, cuando se levantó de la silla para sacar un recipiente con comida del horno, en ningún momento aparto su mirada de mi   y eso era lo que me mantenía inquieto. 

El azabache llegó a la mesa y dejó dos platillos con lasaña, me quedé mirando mi plato, no sabía si debía comer, pero corte en trozo para llevarlo a mi rostro y olfatearlo, no por nada había trabajado en la cocina cuando vivía en San Petersburgo, mi olfato súper desarrollado me había ayudado a saber el término de cocción de un trozo de carne o a descubrí los ingredientes que llevaba una salsa especial y aquí no sería la excepción, si algo tenía la lasaña me iba a dar cuenta.

La comida no contenía nada extraño por lo que decidí probarla; su olor era esquisto, incluso la boca se me había hecho agua de solo pensar el sabor la mezcla de la pasta con las salsas y el queso. Sin duda era la mejor lasaña que había comido en toda mi vida, cada ingrediente combinaba a la perfección y el vino tinto estaba delicioso.

—se que nuestra relación no es muy buena pero quisiera saber que te disgusta de mi —dijo mientras me servía otro pedazo de lasaña, al escuchar sus palabras mi cuerpo se tenso y eleve mi rostro para mirarlo a él y no a mi comida—mmm mejor hay que hacernos preguntas para saber sobre nosotros, ¿no crees que es mucho mejor? —preguntó con una sonrisa mientras me volvía a llenar la copa con vino.

—esta bien, pregunta lo que quieras —respondí aceptando la copa de vino, sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo cuando sin querer toque su mano al momento de tomar la copa y me pregunté si acaso el había sentido lo mismo que yo.

—¿Cómo llegaste a París? —preguntó de pronto mientras me miraba finalmente, recargando su rostro en su mano.

—yo… vine buscando a una persona pero ya no quiero saber más de ella —respondí bajando el rostro —es patético ¿no lo crees? —susurre mientras me llevaba a la boca un pedazo de lasaña.

—no lo creo, más bien es trágicamente romántico —respondió —yo llegue aquí huyendo de mi pasado, hice muchas cosas mal y lastime a las personas que más me importan.

Me debatía entre preguntarle más cosas pero tal vez no era oportuno, ambos nos quedamos en un incómodo silencio mientras terminábamos nuestra comida. Eros tomó los platos ya vacíos y regreso con un recipiente junto con un par de platos pequeños, me preguntaba si acaso el había cocinado algo o simplemente lo había comprado porque la comida estaba deliciosa.

Eros me sirvió lo que a mi parecer era mouse, la única ocasión en la que lo había probado fue cuando Mila me preparó uno, pero aunque no se lo dije en ese momento, el postre estaba horrible y desde ese momento siempre intentaba no comerlo, pero Eros lo había preparado para mi y no sabía como decirle que en realidad no me gustaba, decidí darle una oportunidad ya que venía acompañado con una bola de nieve y vaya sorpresa que me llevé al probarlo, esta realmente delicioso, era de frutos rojos y queso crema, una combinación de mis sabores preferidos. 

—¿Qué edad tenías cuando perdiste la virginidad? —preguntó de la nada, haciendo que me ahogara con el mouse.

—yo no se si contestarte eso… solo puedo decirte que era muy joven y fue con un chico—respondí sintiendo como mis mejillas ardían, si lo pensaba detenidamente en la manera en la que me entregue a Yuuri, fuimos un par de precoces y ahora que ya soy un adulto me da un poco de pena saber que fui un precoz y que le quite la inocencia a un desconocido. 

—yo tenía trece años y también fue con un chico, dudo que puedas ganarme—respondió Eros mientras tomaba de su copa de vino sin despegar su mirada de la mía. No podía creerlo, Eros sólo era un niño.

—yo tenía catorce —respondí algo abochornado, Eros soltó una risita la cual se me contagio, sin duda me sentía tan relajado y en confianza con Eros. 

—mi primera vez fue mágica, me sentí tan amado y aunque estaba en celo, mi alfa fue tan gentil conmigo que no me sentí como un objeto que solo sirve para complacer, pero lo arruine —respondió triste mientras volvía a darle otro trago al vino —en Japón hay unas malditas leyes, las cuales rompí. 

Me di cuenta de que Eros era una persona normal, la cual sufría de amor y desamor, jamás me había detenido a pensar en lo que él sentía o en lo que tenía guardado en su corazón. Ambos teníamos un pasado trágico y eso me hizo reflexionar un poco sobre lo que estoy haciendo con mi vida, tal vez debería abrir mi corazón, pero tengo miedo de que me lastimen nuevamente. 

—Y bien… ¿te has enamorado de alguien sin conocer nada de esa persona? —pregunto de pronto, tomándome por sorpresa. 

—¿a qué viene esa pregunta? —pregunté inquieto mientras lo miraba fijamente. 

—No se contesta una pregunta con otra pregunta — respondió dejándome atónito, ¿acaso estaba jugando conmigo? 

—Creo que sí pero no fue correspondido –respondí sinceramente, para que seguir ocultando lo que siento en mi interior. 

—Y ¿qué es lo que más odias? — pregunté cambiando el tema al ver que se había puesto triste. 

—Umm…que piensen que soy de cristal —respondió sin mirarme —  y ¿tu? ¿Qué es lo que más odias? – pregunto mirando su comida, ¿qué es lo que más odio? Para poder contestar eso primero debo averiguar por qué soy tan infeliz, todo fue culpa de mi madre, si ella no le hubiera sido infiel a mi padre, lo más probable es que él hubiera reaccionado de otra manera cuando se entero de lo que había hecho con Yuuri. 

—Las personas que huyen por cobardes, y que mientan – respondí pesadamente, mi padre y yo la amábamos y aún así nos abandono sin decir nada, si ella no se hubiera ido mi vida seria más feliz y sencilla. 

—Y si esa persona lo hizo para protegerte ¿tampoco la perdonarías? —preguntó asustado y no entendía su reacción, él no me ha hecho nada malo como para que se comporte así. 

—No, incluso me alejaría de ella —respondí rápidamente enojado ¿Cómo habíamos pasado de una agradable noche a esto?

—¿A nadie perdonarías? —  insistió y eso me pareció extraño, ya no quería hablar de este tema. 

—Si no he perdonado a mi madre ¿Por qué lo haría con otras personas? – Pregunte irritado, el tema de mi madre siempre logra sacar lo peor de mi –lo mejor es alejarse de ese tipo de personas, por más importantes que sean lo mejor es decir la verdad y no huir, me enferma esa clase de persona –respondí sintiendo un sabor amargo en mi garganta, no puedo evitar odiar a mi madre por todo lo que nos a hecho a mi y a mi padre. 

Ya sentía mi cabeza dar vueltas, el alcohol estaba haciendo su trabajo. Al mirar hacia enfrente pude apreciar a Eros, el cual a mi parecer estaba asustado. Mirando su rostro podía ver que realmente era muy apuesto, aunque fuera un omega estaba seguro de que no sería un problema para él conquistar a otro omega, ya será por la forma singular de sus cejas o por su perfecto perfil, él era muy hermoso y atractivo, solo que no era de mi tipo. 

—¿te cuento un secreto? – pregunte tranquilo, Eros solo movió su rostro, pero no dijo nada ¿acaso había hecho algo malo para que reaccionara de esa manera —al principio solo te contraté porque pensé que eras una persona que he buscado por mucho tiempo, pero me di cuenta de que estaba equivocado, los japoneses son muy parecidos  —respondí sin pensar mirando como su rostro perdía color con cada palabra que decía —perdón si piensas que solo te use, pero estaba realmente desesperado que no pensaba lo que hacía.

—Y si ¿yo fuera esa persona que estuvieras buscando? ¿Me perdonarías? —preguntó mirándome con sus ojos cristalizados. 

Siendo sincero, si Eros y Yuuri fueran la misma persona no quisiera estar con él, tal vez soy un hipócrita, pero el solo pensar que se ha entregado a otros sería motivo suficiente para tratar de olvidarlo, después de todo, él me pidió que lo esperara y eso es lo que hago, a pesar de tener tantas oportunidades me he negado a tener relaciones con otras personas, incluso con mi problema de hormonas no he caído en la tentación, por eso no quiero pensar más en esa posibilidad. 

—Bueno, no lo sé, si tuviera a esa persona enfrente no sabría cómo actuar, para ser sincero su recuerdo solo me causa dolor — respondí mirando el desastre que había hecho con mi postre, ambos nos quedamos en silencio hasta que Eros se levantó de la mesa para recoger todo. 

Al llegar la hora de dormir, el omega azabache tenía una actitud muy diferente a la que normalmente tenía, su mirada estaba baja y sólo se acostó en la cama sin decir nada más que un “buenas noches “, ni siquiera se había desnudado y eso me dejó conmocionado. 

Era increíble lo rápido que pasaba el tiempo, ya casi termina febrero y a mi parecer ya me estaba comenzando acostumbrar a la presencia de Eros en mi vida. El omega azabache de lindos ojos jade siempre lograba intrigarme, desde que lo conocí hasta ahora, siempre llegaba con un dulce olor nuevo, normalmente eran a frutos o flores. 

A cada hora del día Eros siempre estaba en mis pensamientos, me preguntaba que estaba haciendo o con quien estaba. Solo faltaba un día más para acabar el ultimátum y después cada quien seguiría su camino. Todo parecía estar en orden, no había tenido llamadas de mis abogados preguntándome si deseaba continuar con alguna demanda, sin duda era un pensó menos de encima. 

Cierto día Mila llegó a mi departamento pidiéndome un favor, ella quería que le ayudara a modelar para una campaña de modelaje por el día del amor y la amistad. Me suplico hasta que me harto y para hacerla guardar silencio tuve que aceptar su propuesta. Ella estaba muy feliz y me dijo que la sesión solo nos llevaría dos días y que serían por la noche para evitar algún inconveniente con los paparazzi. 

Cuando Mila me dijo los días que  sería la sección de fotos me di cuenta que eran los mismos días donde vería a Eros. Sinceramente prefería estar con el omega azabache que estar en una sesión, Eros siempre me daba deliciosa comida, además dormía tranquilo en sus brazos, algo que no había podía lograr en muchos tiempo. Al final tuve que cancelar las citas con Eros para cumplir con Mila. 

El primer día las fotos eran con temática de amistad, fuimos a un cine y nos hicieron fingir que estábamos viendo una película, después armaron una escenografía de un restaurante donde nos hicieron sentarnos con otro par de chicos los cuales también tenían la misma cara de aburrimiento que yo, ni siquiera pude tomar el café ni el pastel que tenía en mi plato después de que tomaron la foto, lo único bueno fue que la última era en una reunión y ahí si pude comer de las botanas que tenían para la foto. 

Fue así que el primer día de la sesión de fotos, al llegar a mi departamento fui recibido por Makkachin, el cual lamio mis mejillas mientras lloriqueaba. Tomé mi celular para ver si tenía un mensaje de Eros, pero no tenía nada, ni siquiera una llamada y me sentí tan extraño, siempre tenía un mensaje de eros preguntando si estaba bien y así iniciábamos una conversación que podía durar horas. 

Llegue a habitación y quise dormir, pero no pude, me había acostumbrado a dormir como dios me trajo al mundo, por lo que me quite toda mi ropa con la esperanza de así poder conciliar el sueño, pero de nuevo no pude, las sábanas de mi cama se sentía tan frías y extrañas; ya tenía mucho tiempo sin dormir en mi cama que me parecía estar en un lugar ajeno. 

Volví a vestirme para ir al departamento que compartía con Eros, llevándome a Makkachin conmigo para poder dormir. Estaba seguro de que estando en el departamento que compartía con Eros podría conciliar el sueño, tomé la camita de Makkachin junto con su alimento y los dos subimos al auto para irnos. Durante el camino encendí la radio del auto y escuchamos muchas canciones, algunas las cantábamos y otras simplemente las ignoramos pero una en particular llamó nuestra atención, ya que al escucharla Makkachin se acostó en el asiento para solo mover su cola de un lado a otro, el nombre de la canción era somebody else. 

Al llegar al departamento le acomode su cama a Makkachin para después irme a la habitación y despojarme de toda mi ropa hasta quedar desnudo. Estar envuelto en las sábanas se sentía bien pero me hacía falta Eros, me faltaba el calor que desprende su cuerpo, al igual que su dulce olor y la suavidad de su piel. Tomé su almohada y la abracé fuertemente, respirando la mezcla de olores que había en dicha almohada hasta quedarme dormido. 

Me desperté con las fuerzas renovadas, incluso Makkachin amaneció de buen humor, ya que salto a la cama para lamer mi cuerpo por completo, pero algo extraño pasó cuando lamio mi estómago, tuve una clase de presentimiento como si antes ya hubieran acariciado mi estómago hasta llegar a mi pelvis pero decidí dejar de pensar en eso y mejor preparar el desayuno. 

Después de dejar a Makkachin en nuestro hogar me fui a mi trabajo, hice la misma rutina de todos los días, llegar a mi oficina y sentarme en mi escritorio para leer las novedades que había en la empresa. En cierta parte me sentía bien porque hoy acabaría con la estúpida sesión de fotos y así me libraría de todo, pero ese asunto también me mantenía intrigado, hoy seria la temática de amor y no quería volver a fingir ser la pareja de Mila. 

El día pasó ordinario como siempre, al llegar la noche Mila llegó por mi para irnos al estudio donde nos harían las fotos. Durante el camino, Mila se la paso conversando de lo mucho que habían elogiado nuestras fotos juntos y que el fotógrafo y todo el personal estaba muy emocionado porque yo asistiría, no dije lo que pensaba de las fotografías porque no quería desanimarla. Al llegar al estudio algo no me cuadro, todos estaban semi desnudos. 

El director camino hacia nosotros para llevarnos a un camerino donde me hicieron quitarme toda la ropa y solo ponerme unos calzoncillos de color piel, el cual me hacía ver desnudo. Mila tenía puesto un fino y delgado leotardo de color piel dando la ilusión de que también estaba desnuda, a los dos nos hicieron caminar a una habitación de colores claros. Sin previo aviso me acostaron en la cama y Mila se acomodo sobre mi regazo. 

—está es la sección de fotos  “sex and love”—grito un hombre cuando iba a preguntar porque nos habían tomado esa foto tan comprometedora. Después nos volvieron a indicar como acomodarnos, querían que yo me sentará en el borde de la cama mientras Mila se sentaba sobre mi y me abrazaba, mostrando su espalda mientras yo la tomaba de las caderas pero me reúse a tomarme una foto en una posición sexual. 

Me levante de la cama para tomar la bata blanca e ir por mi ropa para irme a mi casa cuando Mila me alcanzó y me detuvo tomándome del brazo. 

—Vitya por favor te lo suplico, no te vayas o me despedirán —me pidió al borde del llanto, no me atreví a mirarla en ese estado porque la quería mucho y no deseaba verla sufrir. 

—Mila no me pidas eso, vas a ver que se van a formar rumores como el de nuestro supuesto noviazgo, no quiero tener que estar demandando páginas de internet para que borren los artículos amarillistas, estoy cansado de eso —respondí. 

—no, serán muy cuidadosos —respondió mientras juntaba sus manos enfrente de su rostro. 

—está bien, pero yo decidiré que pociones hacer —respondí mientras recibía un abrazo. Fue así que los dos volvimos a la habitación para seguir con la sesión de fotos, le comenté a todos los encargados de las fotos que no quería que estas fotos se usaran para algo malo o les haría pagar. 

Tomaron más de diez fotografías que simulaban que éramos una pareja y que teníamos sexo entre nosotros. Unas eran envueltas en la sabana, normalmente abrazando su cuerpo, una fue en un jacuzzi donde juntaron nuestros rostros como si nos besáramos. Otras eran en una cena romántica y cosas por el estilo. 

Al terminar recogí a Makkachin para llevarlo de nuevo al departamento. Una vez que todo estuvo listo, le envié un mensaje diciéndole que mañana renovaríamos nuestras citas y también enviándole disculpas por haber cancelado nuestras reuniones, el omega azabache rápidamente me respondió con un “esta bien, que descanse “, dejé el celular y me dormí. 

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Al día siguiente nada me pareció fuera de lo normal, desperté y lleve a Makkachin a nuestra casa para darme un baño e ir al trabajo como siempre. No fue hasta que me detuve en el restaurante para pedir un amour impossible y un capuchino moka como siempre cuando las chicas me preguntaron si estaba saliendo con Mila. Les pregunté por qué pensaban eso, y al mostrarme su celular sentí unos escalofríos. 

Miles de artículos sobre Mila y yo, en cada página estaban nuestras fotos con ridículos encabezados diciendo que habíamos tenido sexo o que Mila era modelo porque se acostaba conmigo. Entre más leía mi furia más crecía, me sentía igual de impotente como cuando mire los artículos de mi supuesta relación con Mila. 
—son puras calumnias—respondí enojado mientras pagaba mi comida —esas fotografías son falsas, lo que en realidad pasó fue que son para una campaña de San Valentín, pero las usaron para eso —respondí tomando la bolsa con mi desayuno para irme al auto y llamarles a mis abogados para demandar a cada página, periódico o programa de televisión que hablaran sobre las supuestas fotografías. 

Llegue hecho cólera a mi oficina, todo el mundo se mantuvo en silencio porque sabían que si explotaba muchas cosas malas pasarían. Durante todo el día estuve llamando a mis abogados para seguir con las demandas hasta no ver ninguna noticia o fotografía. Todo había salido perfecto hasta que pasó esto, nuevamente estaba pasando lo mismo, pero esta vez no iba a cometer el mismo error. 

Al llegar la noche solo habían desaparecido la mitad de los artículos que había en Internet, me sentía tan estresado que llegue a mi casa a darme una baño con burbujas durante una hora, en la cual no contesté ninguna llamada, solo me dispuse a relajarme para ir a despejar mi mente con Eros, el era el único que no le importaba nada; después de todo, lo nuestro era por puro dinero. 

Salí de la ducha y me cambié con las primeras prendas que encontré en mi closet, una blusa azul marino y un pantalón carmel. Cuando iba saliendo recordé que debía dejarle alimento a Makkachin, por lo que me regrese a llenarle su recipiente mientras era recibido por mi amado caniche, el cual lamio mi rostro hasta hacerme reír. 

Después de eso me fui de buen humor, hasta que volví a recibir los mensajes de los abogados a los cuales les contestaba que siguieran adelante. Llegué al club y me encontré con Eros sentado en la mesa, en cuanto me miró rodó los ojos, ese gesto me sorprendió ¿acaso el también tenía algo que reclamarme? Si era así no tenía ánimos ni ganas de pelear con él. 

En cuanto me senté junto a Eros llegó una mesera vestida provocativamente a pedir nuestras órdenes, Eros no quiso nada, en cambio yo pedí una cerveza para que se fuera. Mi celular sonaba cada dos minutos, no dejaba de hablar sobre que siguieran las demandas, incluso Mila fue la primera en ponerlas, además de que renuncio a la agencia donde trabajaba, por lo que Chris se estaba encargando de llenar su nuevo contrato. 

Ya llevábamos dos horas y me sentía agotado físicamente y mentalmente, Eros me pidió bailar con él, pero no tenia energías para nada, además de que tenía que estar contestando los mensajes y las llamadas que me llegaban por lo que le dije que no podía porque me sentía muy cansado, y no mentía, este día había sido bastante agotador en todo sentido. 

Al mirar hacia el frente me di cuenta de que me encontraba solo, busque a Eros con la mirada hasta que lo encontré bailando con otra persona en el centro de la pista. Me sentía mejor por Eros, por lo menos él se podía divertir con otra persona. Cuando pensé que mi día no podía empeorar recibí una llamada de Cloe, la chica que se encargaba de cuidar a Makkachin. Ella estaba muy alterada de que la música no me dejara oír, por lo que decidí salir un momento. 

Ella me dio una noticia que me heló por completo e hizo que mi corazón latiera como loco, un terror profundo me invadió por completo cuando me dijo que habían intentado robar mi departamento y que le habían hecho daño a mi cachorro. Mi celular cayó al suelo de la impresión mientras un profundo dolor se apoderaba de mi pecho, por un momento me faltó la respiración y sentí que en cualquier momento caería al suelo. 

Tome el celular de vuelta y corrí hacia mi auto hasta que recordé que Eros venía conmigo y no podía dejarlo aquí, corrí de vuelta al club para buscar a Eros, el cual estaba tomando un vaso que le había dado su compañero de baile. No pensé que Eros fuera tan estúpido, como podía aceptar la bebida de un extraño. 

Le grité pero al parecer no me escuchó, por lo que decidí volver a gritarle, siendo regañando por un hombre que estaba ahí. Eros me miro y me ignoro vilmente, matando la poca paciencia que me quedaba. Caminé hacia el centro de la pista hasta llegar a donde estaba el omega azabache para tomarlo del brazo sin ningún cuidado y jalarlo, haciendo que volteara a verme enojado. 

—¡Vámonos ahora! —le exigí completamente cabreado, tenía que irme por Makkachin ahora y Eros se estaba comportando como un idiota, lo tome de la muñeca y caminamos para salir de la pista de baile, necesitaba saber como se encontraba Makkachin. 

—No quiero irme, vete tu solo —respondió mientras bruscamente se soltaba de mi agarre para regresarse a la pista, sentí mi sangre hervir de coraje al ver como se alejaba, apenas podía caminar correctamente, si lo dejaba aquí de seguro le harían daño y no podría con mi conciencia después. 

—Tengo que irme y vendrás conmigo lo quieras o no —ya no podía soportarlo más, mi paciencia había acabado. Lo seguí por detrás para tomarlo y cargarlo sobre mi hombro. 

—¡bajarme ahora mismo! ¡¿Quién demonios te crees como para llevarme así?!... Uhh la gente nos esta mirando… ¡ya bajarme! —Eros se la paso protestando durante todo el camino del club a mi auto mientras yo lo ignoraba, sintiendo como mi mundo se derrumba frente a mi al pensar que algo podía pasarle a Makkachin. 

Al llegar al auto, simplemente me subí y maneje lo más rápido que pude, mi visión se volvía borrosa y solo me importaba llegar al departamento para sacar a Makkachin. En cuanto llegue me baje del auto y corrí con todas mis fuerzas hasta entrar, lo que miré me dejó atónito. Mi pequeño Makkachin esta en el suelo cubierto de sangre. 

—Makkachin, por favor despierta… soy yo, Viktor —susurre con voz quebrada mientras a paso lento me acerque a el para tocarlo, sintiendo como ni siquiera respondía a mi contacto. 

—ohh Viktor, cuando llegué la puerta estaba abierta, le llame pero no me respondió fue que lo encontré lloriqueando… hace unos minutos dejo de moverse —respondió rápidamente totalmente aterrada. 

Busqué su cobija y lo envolví para llevármelo a cualquier lugar donde pudieran salvarlo, no podía dejarlo morir porque sería como si yo muriera. Llegué al auto donde estaba el omega azabache mirándome asustado por toda la sangre de Makkachin.

—¿Qué sucede? ¿De quién es esa sangre? —preguntó asustado sin moverse ni un centímetro.

—es mi perro Makkachin, intentaron robarme y le dispararon —respondí sin dejar de manejar y limpiando las estorbosas lágrimas que me impedían ver, en cuanto llegué al hospital para mascotas más grande y prestigioso de toda Francia, baje del automóvil para correr al interior y llamar a un doctor.

Metieron a Makkachin en una habitación donde tres doctores y dos enfermeras lo atendieron, cerrando la puerta frente a mi, solo pedía que lo pudieran salvar. Me senté en la filas de sillas que estaba enfrente de la habitación para dejar salir todo lo que sentía, tenía mucho miedo de perder a Makkachin, el es lo único bueno y puro que me queda.

Se sentía devastado hasta que una calidez me acogió y me envolvió por completo, el olor que liberaba Eros logró relajarme por completo, correspondí a su cálido abrazo, sintiendo como dejaba besos en mi cabeza. 

—Lamento no haberte dejado en el departamento pero yo no podía dejar solo a mi mascota—respondí más tranquilo, separando nuestros cuerpos mientras miraba el brillo de sus ojos cristalizados. 
—Vitya ya no llores por favor, verás que todo saldrá muy bien—respondió abrazándome, pero esta vez no correspondí, ¿porqué sabía que me llamaban así? Nunca en mi vida le había dicho mi apodo porqué solo las personas más cercanas a mi me llamaban de esa manera. 

—¿Cómo sabes que me dicen Vitya? —pregunté sin apartar mi vista de él. Eros se quedó callado mientras su rostro perdía color y su cuerpo se tensaba —te hice una pregunta ¿Cómo sabes que me dicen así? —pregunté. 

Eros nunca dijo ninguna palabra y cuando lo iba a obligar a decirme la verdad llegó una enfermera preguntando si necesitábamos algo, a lo que contestamos que no, pero Eros aprovecho mi distracción para salir huyendo con la excusa de ir por comida, cuando iba a ir a enfrentarlo salieron los doctores de la habitación, al verlos me olvidé de todo y camine de vuelta hacia ellos para preguntarles por el estado de Makkachin. 

—¿Cómo está Makkachin? —pregunté asustado mientras miraba como tenían las batas de color menta llenas de sangre. 

—le voy hacer sincero, Makkachin es un perro de edad avanzada, además no pudimos retirar las balas porque perdió demasiada sangre y están en lugares difíciles de sacar, yo le diría que no se haga muchas ilusiones porque tal vez no resista la noche —respondió el doctor mientras me sujetaba del hombro y me daba un ligero apretón. 

Cuando el doctor me dejó solo me di libertad de llorar, caí al suelo de rodillas mientras sentía como mi mundo se destruía. Makkachin era de los pocos recuerdos que tenía de mi dulce infancia, cuando aún era un niño inocente, cuando mis padres aún se amaban y éramos una familia feliz como cualquier otra. 

Makkachin fue mi regalo de cumpleaños cuando cumplí los seis, el era de los primeros recuerdos que tengo. Mi familia no era una típica familia normal, en Rusia no se celebra navidad, sin embargo nosotros si lo hacíamos; era de mis fiestas favoritas porque mis abuelos venían desde muy lejos a pasar la noche con nosotros. 

Mi padre prendía una fogata en el patio y asábamos malvaviscos o embutidos. Esa noche en particular mis padres me arrullaron entre canciones de cuna y abrazos. A la mañana siguiente desperté por culpa de un pequeño caniche que repartía besitos por todo mi rostro, mis padres sin saberlo me dieron lo que más deseaba; tener un compañero para no sentirme solo. Después de navidad tanto Mila como yo jugábamos con Makkachin cuando ella me visitaba. 

Gracias a Makkachin tengo los recuerdos más hermosos de mi vida y ahora los perderé para siempre. Me preguntaba por qué la vida se había ensañado conmigo, arrebatándome todo lo que más amo y me preguntaba que tan infeliz tenía que ser para poder tener una vida normal. 

Me levante del suelo para entrar a la habitación y despedirme de Makkachin, pero no pude, verlo todo lleno de cables conectados a su cuerpo me dejo devastado. No quería perderlo, no quería tener que renunciar a él. Me acerque a el mirando como apenas respiraba, parecía que estaba dormido. 

—lamento no haberte protegido lo suficiente, también lamento todo el tiempo que estuvimos separados… en ningún momento deje de pensar en ti y llore mucho cuando Yacov te alejó de mi lado… no quiero que me dejes solo ¿Qué voy a hacer sin ti? —susurre con la voz entrecortada y el corazón roto al ver como había reaccionado a mi voz, Makkachin comenzó a lloriquear.

Lo abrace mientras lloraba, no quería quedarme solo. Yo necesitaba más a makkachin de lo que el me necesita a mi, me negaba a perderlo, ya he perdido suficientes cosas en mi vida como para renunciar a él. 

—Makkachin…te lo suplico por favor, quédate conmigo, nunca te vayas… no me abandones, no quiero quedarme solo—respondí al sentir como poco a poco se quedaba más quieto, no sabía cuánto más podía resistir tanto dolor hasta que sentí como me envolvieron. 

El dulce olor que liberaba Eros logró relajarme, así como sentir el calor y el peso de su cuerpo sobre mi espalda. Gire mi rostro sobre mi hombro para recibir un beso en mi frente cargado de sentimientos que traspasaban a través de mi. Tal vez el consuelo de Eros no lograba quitarme el dolor en mi corazón, pero si lograba desaparecer la sensación de soledad, su apoyo me hacía sentir que no estaba enfrentando esto solo, y que realmente le importaba. 

No dije nada, simplemente me deje consolar por el omega azabache, del cual al principio solo pensaba en como podía deshacerme de él, o que estaba cometiendo un error, pero ahora solo pensaba en lo mucho que me gustaba la forma en la que me abrazaba y lo agradable que se sentían los movimientos de sus manos en mi espalda, pero esas sensaciones desaparecieron cuando el doctor entró para revisar a Makkachin, obligándonos a salir de la habitación.

Salimos de la habitación rumbo a la sala de espera, estaba por dirigirme a una de las sillas, sin embargo Eros me detuvo tomándome de la muñeca para girar mi cuerpo frente suyo. El omega japonés limpió mis lágrimas con sus pulgares para después darme una débil sonrisa triste.

—¿Por qué entraste sin permiso? —pregunto con voz quedito sin dejar de acariciar mi mejilla con sus pulgares. 

—cuando te fuiste, el doctor llegó diciendo que Makkachin tal vez no resistiría la noche… no quiero que el muera, no quiero quedarme solo… No de nuevo—respondí llorando mientras me aferraba a su cuerpo.

Ambos nos sentamos en las sillas, ya pasaban de las dos de la mañana y me sentía tan agotado que no me importaba dormir en este lugar, hasta que sentí un peso extra en mi hombro, me hizo recordar que no me encontraba solo, Eros estaba conmigo sin tener la obligación de hacerlo. Giré mi rostro a su dirección para encontrarlo abrazándose a sí mismo totalmente dormido.

Una sonrisa se escapó de mis labios y termine recargando mi cabeza sobre la suya, su olor me tranquiliza mucho al igual que el calor de su cuerpo. Lo tomé con cuidado para acomodarlo, sentándolo en mis piernas mientras lo abrazaba a mi pecho, Eros correspondió dormido a mi abrazo lo que me causó ternura.

Abrí los ojos al sentir como el pequeño omega azabache se removía inquieto sobre mi cuerpo, tal vez estaba teniendo una pesadilla por lo que decidí abrazarlo con más fuerza, pero eso no lo tranquilizó, por lo que abrí los ojos y mire a una chica rubia con olor a caramelo, ella estaba tocándole por lo que  instintivamente le gruñir para sujetar con mas fuerza el cuerpo de Eros, llenándolo de mi olor. 

La omega rubia se alejó de nosotros mientras mostraba sus manos en signo de paz, logrando tranquilizar al demandante y posesivo alfa que vive dentro de mí. Eros comenzó a restregar su rostro en mi pecho lo que me causó ternura y fue que me di cuenta de que había una manta cubriéndonos. 

—¿y esta manta? —pregunté en voz alta mientras estiraba un poco mi cuerpo, sintiendo los calambres en mis piernas por haber estado tanto tiempo sentado. 

—yo se las puse —respondió la omega —Los vi quedarse dormidos juntos y el chico no dejaba de temblar a pesar de que le dabas calor con tu cuerpo —agregó mientras se disculpaba para dejarnos solos. 

Mire mi ropa llena de sangre, era un completo desastre, pero no me importaba el haber arruinado el regalo de mi tía Lilia, en mi mente solo estaba el deseo de seguir teniendo a Makkachin a mi lado por más años. Mire como el omega azabache estiraba su cuerpo casi de manera artística, delatado la gran flexibilidad que poseía. 

Mi celular comenzó a vibrar en mi bolsillo, había olvidado todo lo que había pasado la noche anterior por lo que le sucedió a Makkachin. Contesté la llamada al darme cuenta de que el número era de mi oficina, algo importante estaba pasando. 

<Viktor eres un irresponsable, otra vez el mismo cliente exige verte para cerrar el trato> respondió Chris irritado diciéndomelo todo en ruso. 

—no puedo ir, yo… —respondí pero Chris me interrumpió. 

<tienes que venir, el hijo de perra piensa que soy un imbécil que no sabe hacer nada y solo quiere hacer los tratos contigo; entonces bien, que lo haga> respondió enojado colgando la llamada sin dejarme hablar. 

—¿Qué pasó? —preguntó tímidamente Eros acercándose a mi . 

—me necesitan en el trabajo, pero no puedo dejar solo a Makkachin —respondí irritado. 

—ve a tu trabajo mientras yo me quedo con Makkachin, en cuanto termines puedes regresar, y no te preocupes, te voy a llamar por si cualquier cosa pasa—respondió con un sonrojo, dejándome atónito por su propuesta. 

—¿en serio harías eso por mi? —pregunté conmovido mientras lo tomaba de las manos, sintiendo como mi corazón latía rápidamente —es lo más lindo que han hecho por mi pero no puedo aceptar, tu no tienes ninguna obligación de estar aquí. 

—para mi no es ninguna molestia, déjame apoyarte con Makkachin —respondió mientras apretaba mis manos. 

—gracias, en serio gracias por hacer esto por mi —respondí sintiendo los inusuales latidos de mi corazón —te lo compensare, bueno me voy… si pasa cualquier cosa me llamas —le dije mientras salía de la veterinaria para ir a mi departamento y darme un baño tratando de quitar el olor a sangre en mi cuerpo. 

Durante el camino no dejaba de pensar en lo que Eros había hecho por mí a pesar de lo mal que lo había tratado en el club nocturno. Ahora si me importaba lo que pensara de mi, quería llevarle algún detalle como unas rosas o tal vez unos chocolates, también quería disculparme por como lo había tratado últimamente, Georgi tenía razón, Eros no era una persona arrogante y egocéntrica como pensaba, el podía ser tierno y muy lindo sin proponérselo. 

Llegue al departamento y me bañe rápidamente para salir a toda velocidad de la regadera y buscar algo que ponerme. Ya vestido volví a tomar las llaves para enviarle un mensaje a Chris y decirle que se llevara al cliente al restaurante de comida japonesa al que siempre íbamos. Los cite en ese lugar para comprarle comida a Eros y llevármela a la veterinaria. 

En cuanto llegue me los encontré sentados en una de las mesas de la esquina, Arnaldo Ferrara era un alfa de origen italiano dueño de una reconocida línea de ropa. El señor Ferrara solicitaba a quince modelos para un importante evento que tenía, la línea de ropa seria lanzada en Colombia y también deseaba que las modelos desfilarán no solo con la ropa sino también quería que le hiciera un perfume, pero por falta de tiempo no pude hacerlo, lo que proponía era que las modelos desfilarán con su ropa y mis perfumes, argumentó que eso nos iba a favorecer a los dos.

Con tal de que dejara de joder termine aceptando, pero una de las condiciones era que tanto Chris como yo teníamos que viajar a Colombia y estar presentes durante la pasarela. Si hubiera sabido que esa era su condición, no hubiera aceptado, pero ya no había vuelta atrás, ahora tenía que cumplir mi promesa.

Después de cerrar el trato, el señor Ferrara se fue muy contento porque al final había obtenido justo lo que quería. Al quedarnos solos pedí tres tazones de cerdo para llevar, uno para Eros, uno para mi y el último para Chris en compensación por el trato que había recibido.

—¿Dónde estabas que no querías venir? —preguntó Chris mientras esperábamos a que nos prepararán nuestra comida. No pude evitar ponerme triste, no dejaba de pensar en mi pequeño Makkachin y en que tal vez cabía la posibilidad de perderlo para siempre.

—hirieron a Makkachin anoche, quisieron robarme y Makkachin lo impidió, pero como resultado le dispararon y ahora esta luchando entre la vida y la muerte —respondí llorando, no quiero pensar en mí vida sin él.

—oh por dios, Viktor yo me haré cargo de la empresa por hoy, tú vete tranquilo a cuidar de tu mascota —me dijo abrazándome y me di cuenta de algo peculiar, su abrazo no se sentía como los de Eros, no se sentían bien, ni tampoco sentía esa calidez en mi pecho.

—gracias —susurre deshaciendo el abrazo porque la comida ya estaba lista, después de pagarla ambos caminamos a mi auto para ir a dejar a Chris a la empresa, no sin antes darle el katsudon que le había comprado, para irme cuanto antes a la veterinaria y llevarle alimentos a Eros, me sentía nervioso porque el katsudon era mi platillo japonés favorito y por primera vez lo compartiría con otra persona.

En cuanto llegue a la veterinaria me encontré a Eros parado frente a la ventana de la habitación que tenía asignada Makkachin, al darse cuenta de que había llegado me sonrió y me quedé paralizado, era de las sonrisas más lindas que había visto, mi corazón comenzó a latir con fuerza en mi pecho… ¿Por qué demonios mi corazón latía tan fuerte? 

—ya llegaste, me alegro mucho —respondió mientras caminaba hacia mi—¿Qué hay en las bolsas? —pregunto de la nada. 

—emm… yo te traje katsudon —respondí levantando la bolsa, mostrando la comida, Eros soltó una linda risita haciendo sonrojar mi rostro.

—gracias —respondió mientras ambos caminábamos para las sillas, al sentarnos le pasé su plato con su katsudon, ambos comenzamos a comer y Eros dijo que estaba delicioso en japonés. 

—está muy rico, recuerdo que en una ocasión cuando estuve en Japón probé uno realmente delicioso —respondí recordando el katsudon que preparaba la madre de Yuuri, sin duda era el mejor que había probado en toda mi vida. 

—el katsudon es mi comida favorita, mi mama solía preparar uno delicioso—respondió con una sonrisa mientras se metía un trozo de cerdo a la boca.

—vaya, no tenía idea de que el katsudon también era tu platillo favorito —respondí comiendo arroz, cada vez que comía katsudon siempre me ponía de buen humor, no podía creer que el katsudon era su comida favorita. 

—De pequeño mi madre solía cocinarlo para mí —respondió con una sonrisa sin dejar de comer. 

—lo poco que recuerdo de la mía… Era que no sabía cocinar, mi padre era el que preparaba la comida, pero siempre pedía mi ayuda —respondí feliz al recordar a mis padres pero rápidamente esos recuerdos se volvieron dolorosos, esos lindos momentos solo estaban en mi mente. 

—Tu mascota es muy linda, yo nunca pude tener un perrito—dijo cambiando bruscamente el tema, y eso me alegraba porque el solo recordar lo que mi madre hizo hace que mi estómago se revuelva. 

—¿Por qué no? ¿Acaso eres alérgico? —pregunté intrigado, Eros se miraba como alguien muy cariñoso, ideal para tener un cachorro. 

—Nada de eso, mis padres tenían un hotel y por salubridad no teníamos animales—respondió con una sonrisa mientras mi cuerpo se tensaba al escuchar sus palabras. 

—¿tus padres tenía un hotel? ¿Cuál era el nombre? —pregunté intentando sonar lo más normal del mundo, me temía que las ideas en mi cabeza se volvieran realidad. 

—No tiene importancia —respondió cortante para seguir comiendo, pero claro que era importante para mi saber eso. Le iba a decir algo, pero no alcance ya que el doctor salió de la habitación de Makkachin cubierto de sangre. 

—¿cómo esta Makkachin? —pregunté asustado, temiendo lo peor.

—pudimos retirar las balas, Makkachin es fuerte y demostró que quiere vivir… si todo sale bien, dentro de tres días podrá salir —respondió el doctor para ir a darle una revisión a Makkachin.

Estaba tan contento que tomé a Eros y lo abrace, girando su cuerpo y sintiendo esas mariposas en mi estómago producto de toda la felicidad que sentía, incluso quería besar a Eros, pero me contuve. 

—lo vez, te lo dije—respondió Eros dándome un abrazo, al tenerlo tan cerca quise saber su olor natural, no sabía porque cambiaba tanto de aroma. Chris me había comentado que tal vez era porque tenía relaciones con otras personas pero eso era imposible, solo olía a omega. 

—gracias por todo, en serio gracias por darme tu apoyo, yo no se que hubiera hecho sin ti —respondí sin dejar de abrazarlo —ya se, te llevare a cenar a un lugar después de que Makkachin salga del hospital, pasaremos una noche inolvidable —susurre sujetando sus manos mientras mi corazón latía fuerte y feliz en mi pecho. 

—no es necesario, lo hice porque quería, así que… —respondió pero no lo deje terminar.

—yo quiero hacerlo y no me puedes decir que no —respondí rápidamente —gracias por apoyarme, puedes irte a casa y dormir un poco —le propuse, aunque no lo dijo podía darme cuenta de que estaba cansado. 

Eros se fue, dejándome sólo en la veterinaria con Makkachin, pero rápidamente llegó Mila, la cual en cuanto me vio se arrojó a mis brazos, sujetando mi cuerpo con fuerza al suyo, llegando a asfixiarme, le pregunté como sabía que estaba aquí y me respondió que el metiche de Chris se lo había dicho. 

—recuerdas cuando Makkachin persiguió a Chris hasta quitarle las galletas cuando éramos pequeños —dijo la omega pelirroja entre risas, recuerdo que desde ese momento Chris le tenía un pavor a Makkachin y no quería entrar a casa cuando el estaba. 

—recuerdas cuando mordió a tú padre y le tiro todo el maletín con documentos importantes, fue tan gracioso ver a tu padre intentar perseguir a Makkachin sin mucho éxito —le dije entre risas, yo odiaba al padre de Mila por como la maltrataba de pequeña. 

—lo bueno es que si se va de este mundo, por lo menos sabrás que tuvo una vida feliz contigo —dijo y su comentario me pareció de mal gusto. 

—el doctor ya dijo que le habían quitado las balas del cuerpo y que si seguía mejorando podría salir dentro de tres días, tu comentario esta fuera de lugar —respondí frustrado, no tenía por qué decirme algo tan horrible sabiendo como me sentía respecto a lo que le pasaba a Makkachin. 

—lo siento pero y si sucede algo, que tal si Makkachin muere —respondió rápidamente, esta vez había sobrepasado mi límite. 

—no digas cosas hirientes frente a mi, ¿acaso crees que para mi es muy fácil pensar en que pude quedarme sin él? —le reclamé sintiendo mi como mi voz se quebraba entre más hablaba —por suerte el esta bien… —iba a responderle pero me interrumpió. 

—Ay, lo está por ahora, pero —respondió y fue la gota que derramó el vaso. 

—si solo vas a decirme cosas como esas, mejor vete y déjeme solo —le exigí, ella sabia que estaba vulnerable, no tenia porque decirme todo eso, se supone que estaba aquí conmigo apoyándome, pero solo me estaba hiriendo con sus palabras. 

Mila se levantó de la silla y se fue, dejándome sólo. Sabía que había exagerado en mi reacción, pero ella no fue prudente con sus palabras porqué más que darme ánimos, solo me los estaba quitando. Me quedé sentado en mi silla hasta que un dálmata corrió hacia mi y lamio toda mi cara, tomándome por sorpresa. 

—oh lo siento, espero no te haya lastimado —respondió una mujer, su olor era dulce delatado que era una omega y que tenía muy poco de haber dado a luz. 

—no me hizo nada, solo lamio mi rostro —respondí amable, al mirar hacia arriba pude darme cuenta de que era una chica muy bonita, tenía el cabello rubio y sus ojos eran azules como los míos, además tenía a su bebé. 

—y ¿Por qué estas aquí tan sólo? —pregunto la omega mientras se sentaba a mi lado porqué el pequeño bebé había despertado—se que es un atrevimiento de mi parte pero podrías cárgalo un momento —me pidió la chica mientras me pasaba al pequeño cachorro. 

Al tomarlo en mis brazos y sentir su diminuto cuerpo, mi corazón comenzó a latir fuertemente en mi pecho. No pude evitar pensar en que esta sensación yo la pude sentir si tan solo mi hijo hubiera nacido, pero eso era imposible, ese bebe nunca existió, pero lo que si era realidad, era el dolor en mi pecho y el deseo frustrado de tener un cachorro. 

Arrulle al bebé y libere mi olor para tranquilizarlo, todo lo hice por instinto y al parecer funciono porque el pequeño cachorro se quedó tranquilo en mis brazos. Deseaba con todas mis fuerzas un bebé, tengo deseándolo desde que pensé que sería padre, fueron tantas noches emocionado, imaginando como sería mi hijo o hija, no importaba que fuera, igual lo iba a amar con todas mis fuerzas. 

—vaya, se quedo dormido —respondió la chica —de seguro eres un excelente padre.

—no tengo hijos, ni siquiera una pareja —respondí en automático sin dejara de mecer al bebé en mis brazos.

—no puedo creer que seas soltero si eres un alfa y encima eres demasiado guapo —respondió la chica y tal vez porque me había prestado a su bebé, su comentario no me molesto. 

—tu bebé es muy lindo, también quisiera tener un bebé —respondí mirando al pequeño bebé, no quería soltarlo.

—en ese caso yo podría ayudarte a concebir un cachorro —respondió la chica de manera seductora para después comenzar a reír, por un momento me asuste por semejante propuesta 

Nos levantamos de la silla para ir a su cita, tuve que acompañarla porque el bebé se había quedado tranquilamente dormido en mi pecho, además que se aferro a mi ropa con sus pequeñas manitas, no quería soltarlo, se sentía bastante bien cargar al bebé. Una vez que la atendieron la acompañe al pasillo, pero no quería soltar al bebé y el bebé tampoco a mi porque comenzó a moverse inquieto cuando su madre intentó tomarlo para llevárselo. 

Nos quedamos conversando sobre cosas de bebés, ella me dijo que era madre soltera y que el padre no quiso hacerse cargo de su hijo y que tal vez ese era el motivo por lo cual el bebé se aferraba a mi, porque necesitaba un padre. Seguimos conversando hasta que llegó Eros, el omega azabache me miro sorprendido y después triste para finalmente acercarse a paso lento hacia nosotros y tocar al bebé. Al llegar Eros, la chica me dijo que tenía que irse y que había sido un gusto conocerme, no tuve más remedio que devolverle al bebé. 

Eros y yo nos regresamos a nuestro lugar, el omega de ojos verdes tenía una mirada llena de nostalgia desde que me vio cargar al bebé, como si se lamentara de algo. No dije nada, simplemente lo miré de reojo, dándome cuenta que él solo estaba sobrellevando su dolor, un dolor que no me correspondía.

El resto del día, Eros se la paso haciéndome compañía, su presencia fue agradable para mi, él no hizo comentarios fuera de lugar como Mila. Incluso volvimos a dormir en las sillas, pero solo esa noche porque las siguientes siempre se tenía que ir, dejándome sólo. Los siguientes dos días solo nos veíamos en las noches, igual que en nuestras reuniones, se quedaba unas cuantas horas conmigo donde conversábamos de cosas triviales. cuando el gran día llegó, el azabache no había llegado aún, por lo que tuve que recibir a Makkachin yo solo, mi pequeño caniche corrió hacia mi y lamio todo mi rostro en cuanto me vio, no pude evitar llorar de alegría al ver que estaba bien.

Makkachin estaba muy contento y no paraba de mover su colita, me quedé conversando con el doctor sobre el horario de las medicinas cuando de pronto Makkachin comenzó a ladrar y corrió hacia la salida totalmente contento. El doctor y yo salimos del consultorio para toparnos con una escena increíble, Eros estaba en el suelo mientras Makkachin le lamia el rostro y lloriqueaba feliz, una vez que pague la cuenta del hospital y los medicamentos, los tres juntos nos fuimos a mi auto para ir a casa.

—vaya le caíste de maravilla, nunca lo había visto tan contento —respondí honestamente mirando como Makkachin le daba besos a eros, nunca lo había visto así de feliz.

—¿de qué hablas? Si se ve que es un buen chico—respondió entre risas mientras acariciaba a Makkachin, seguí manejando tranquilamente hasta que escuche nuevamente la canción que nos había gustado. 

—esta canción nos gusta ¿verdad makkachin? —dije mientras le subía a la música, mirando como recargaba su cabeza sobre las piernas de Eros. El ritmo de la canción me gustaba demasiado por lo que me fue imposible no canta. 

—I’m looking through you while you’re looking through your phone And then leaving with somebody else No, I don’t want your body But I’m picturing your body with somebody else —Cante mientras acariciaba la cabeza de Makkachin, pero por accidente deslice mi mano por la pierna de Eros, sintiendo unas corrientes viajar por todo mi cuerpo. 

—lo siento no era mi intención —me disculpe abochornado por lo que había pasado recientemente. 

—Descuida —respondió rápidamente mientras miraba hacia la ventana y pude apreciar lo bien que se miraba, tenía unos pantalones blancos ajustados y una camisa azul con negro y blanco, la cual tenía un enorme escote que dejaba ver su pecho, junto con su característico choker negro en el cuello. 

—¿a dónde vamos? —preguntó de pronto al darse cuenta de que me había desviado del camino. 

—A mi departamento—respondí rápido al darme cuenta de como me miraba —tengo que dejar a makkachin; tiene que descansar—respondí mientras estacionaba el carro enfrente para bajarme y abrir la puerta del departamento, le silbe a Makkachin, el cual despertó y corrió hacia el interior del departamento hasta acostarse en su pequeña cama. 

Eros entró tímidamente al departamento, inspeccionando todo con la mirada, pero se detuvo al ver el gran piano que tenía en el fondo, justo enfrente del ventanal, el cual tenía una vista impresionante de la ciudad. 

—¿sabes tocar el piano? —pregunto señalando el instrumento, no pude evitar reírme por su pregunta. 

—¿Por qué tendría un piano si no lo sé tocar? — pregunté entre risas mientras me dirigía al piano y me sentaba, tenía semanas sin tocarlo, al quitarle el protector a las teclas me di cuenta de que estaba cubierto de polvo. 

—Tal vez para decoración — respondió caminando para ponerse enfrente del piano, no podía creer lo que había dicho, yo no era alguien superficial que tendría algo solo para decoración sin saber usarlo. 

—Se tocarlo, en realidad hace un mes y medio que no le pongo las manos encima —respondí tocando la pieza de la canción que habíamos escuchado en el auto para saber si la reconocía —si lo deseas puedo enseñarte un poco —le dije mientras le daba la mitad del asiento.

Una vez juntos comencé a tocar la pista de la canción de stay, Eros miraba asombrado como tocaba el piano, sus ojos brillaban y no dejaba de seguir los movimientos de mis manos. Me anime a cantar un pedazo de la canción, el omega azabache me miro asombrado y con las mejillas totalmente sonrojadas.

—a hora te toca cantar a ti —respondí sin dejar de tocar la canción —vamos, deseo escuchar tu bella voz—le pedí mirando como sus mejillas se sonrojaron más de lo que ya estaban, parecía un lindo tomate. 

—It’s not much of a life you’re living. It’s not just something you take it’s given… —Cantó tímidamente, cerrando sus ojos como si no quisiera que lo miraran, verlo de esa manera, me costaba creer que era el mismo omega seductor. 

—Ooh, ooh, ooh, the reason I hold on
Ooh, ooh, ooh, ‘cause I need this hole gone
Funny you’re the broken one but I’m the only one who needed saving
‘Cause when you never see the light it’s hard to know which one of us is caving —Cantábamos juntos, sentía esas extrañas mariposas en mi estómago al estar mirando el brillo de sus ojos y el movimiento de sus labios, era realmente hipnótico. 

Poco a poco fui acercándome a su rostro, sin apartar mi vista de sus labios. Mi corazón comenzó a latir tan rápido al sentir su aliento chocando con el mío. La distancia entre nosotros era tan peligrosa como tentadora, mi boca estaba seca y lo único que deseaba era sentir el sabor de sus labios. 

La suave sensación de sus labios tocando superficialmente contra los míos, en ese momento mi mente dejó de funcionar, en el momento donde correspondí demandante al primer beso. Tomándolo de la cintura para pegar nuestros cuerpos y profundizar el contacto de nuestros labios mezclándose. Mi alfa gruñía extasiado en mi interior mientras me dejaba llevar por mis instintos, tomando a Eros de las caderas pasa levantar su cuerpo y sentarlo encima del piano. 

No podía, ni deseaba parar, el sabor dulce de su boca sólo me hacía desear más y dejarnos llevar hasta el final de las consecuencias, pero nos detuvimos al escuchar el desafinado sonido de las teclas. Ambos nos miramos fijamente mientras nuestras respiraciones estaban agitadas, aún no puedo creer que lo había besado y además lo había disfrutado. 

Ninguno de los dos dijo nada, ambos nos quedamos quietos hasta que Makkachin comenzó a ladrar, asustado me acerque para ver si su herida se había abierto, ya que el doctor me advirtió que podía pasar. 

—Ya es tarde, si no te molesta quisiera dormir aquí, en mi cama—le dije mientras revisaba el vendaje en busca de sangre pero no encontré nada y eso me hizo sentirme mejor. 

—está bien, igual ya tengo que irme— respondió mientras caminaba a la puerta, rápidamente me levante para tomarlo de la muñeca e impedir que se fuera. 

—espera, ¿no vas a dormir conmigo? — pregunté mientras los nervios se apoderaba de mi, no quería que se fuera y aunque no lo admitiera, quería dormir con él en mi cama. 

—no quisiera causar molestias, al parecer makkachin te extraña y no quisiera separarlos cuando estuviste a punto de perderlo, así que descansa Viktor nos vemos en la siguiente cita —respondió mientras se acercaba a mi y me daba un tierno beso. Eros salió del departamento dejandome solo y aturdido, con el corazón latiéndome como como loco en el pecho. 

—¡¿pero que mierda acaba de pasar?! —exclame atónito al darme cuenta de lo que sucedió, ¡había besado a Eros! ¿Por qué demonios lo hice?, miles de preguntas llegaban a mi cabeza,  confundiéndose más de lo que ya estaba— creo que me estoy enamorando de Eros, Makkachin ¿te gusta Eros para la madre de tus hermanitos? —me burle preguntándole semejante tontería a Makkachin, pero lo que no esperaba era ver como comenzaba a labrar y a brindar como loco. 

—¡vamos! Ni siquiera somos compatibles —le respondí como si me entendiera hasta que recordé que estaba hablando con un perro —tu no sabes nada, mejor descansa porque mañana… —respondí pero me vi interrumpido por mi celular, tenía miedo de que fuera Eros por lo que dude en mirar de quién era el mensaje, pero al ver que era de Chris deje de sentirme así. 

—oh shit —exclame al ver el mensaje de Chris donde decía que el evento se había adelantado y que mañana tomaríamos un vuelo a Colombia. 

Tome mi maleta de mala gana para meter toda mi ropa, hasta que miré una de mis camisas manchada con lápiz labial rosa, una sonrisa se escapo de mis labios al recordar que Eros la había manchado la segunda noche en que dormimos juntos en la veterinaria. Mi corazón volvió a latir como loco al pensar en Eros e inconscientemente lleve mi mano a mis labios, recordando el sabor de Eros. 

Continuará….

Wowowow si llegaron hasta aquí, las felicito son unas sobrevivientes.
Siempre me pregunto porque tengo tan mala suerte Para los capítulos, varias veces se me filtro.

¿Qué les pareció el capitulo?

¿Qué piensan de víktor?

Este capítulo es sólo la primera parte de tres, supongo que los otros dos serán más cortos.
¿Qué piensan que pasará en Colombia?

Teorías aquí...

Análisis de este capitulo aquí...

Sin alargarme más me retiro, no sin antes decirles que el siguiente capitulo ya los estoy escribiendo y estaré pasando spoiler por el grupo de WhatsApp porqué en el de Facebook esta super muerto.si desean entrar dejen sus números pero necesito gente activa que se comprometa a no dejar el grupo cuando entre.

No sé cuando se calme la situación con mi familia, más bien con mis hermanas es triste que solo una de ellas me apoye.
Un pequeño dibujo que hice del capítulo 8  espero comenten que escena es...

Ahora si bye bye.

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