Especial Viktor
- estoy muy aburrido, padre - respondí haciendo un puchero mientras jugaba con una pluma y una hoja de papel que se encontraban sobre la mesa.
Ese día mi padre me había obligado a hacerle compañía en su trabajo, argumentando que me serviría para un futuro cuando me hacía cargo de sus empresas.
El siempre solía llevarme a sus viajes de trabajo y me obligaba a ir a cada junta de negocios que tenía, realmente era muy aburrido solía dormirme o simplemente me salía de la sala y esperaba afuera a que la Junta terminara para después recibir un sermón de parte de mi padre al llegar a casa.
Pero en esta ocasión no había podido salirme con la mía, era la primera vez que visitaba Japón y quería hacer turismo, conocer personas o pasar un tiempo agradable con mi único familiar pero mi padre no está de acuerdo con eso.
Mi progenitor era dueño del banco más importante de toda Rusia y parte de Europa, además tenías empresas con rango un poco más bajos pero aun así era ridículamente millonario, se decía que era uno de diez hombres más ricos del mundo.
La dinastía nikiforov yacía desde siglos y siglos atrás, todo comenzó con mi tatarabuelo, Iván nikiforov un Alfa puro hijo de dos betas, el trabajo y trabajo hasta conseguir este imperio, después conoció a una Omega, se enamoraron, se casaron y tuvieron un bebé, a mi bisabuelo, Yaremka nikiforov, el nació siendo un alfa, mi tatarabuelo le enseño todo a mi bisabuelo y después le pasó la empresa donde lograron expandirse a otros lugares más lejanos. Mi bisabuelo Adrik conoció a su esposa y futura madre de su único hijo, mi abuelito Dimitri, el siguió los mismos pasos que su padre, sin ayuda de nadie hizo prosperar la empresa y colocarla a nivel mundial. Mi abuelo viajo por todo el mundo, en uno de sus viajes conoció a mi abuela, una alfa, ambos al verse se enamoraron y cascaron teniendo como producto de su amor a mi padre Grisha nikiforov, mi abuelo le enseño a su hijo como debía liderar la empresa, mi padre un Alfa puro siguió los mismos pasos que mi abuelo, logro agrandar aún más la empresa además de construir unas más pequeñas pero generaban mucho dinero.
Mi padre conoció a mamá Sasha Ivanovna en la fiesta número dieciséis de mi progenitora, al verse se enamoraron y cascaron, yo nací tres años después.
Toda mi familia espera que siga con la dinastía nikiforov, pero lo que a mí en realidad me apasiona es hacer perfumes, desde pequeño tuve un sentido del olfato más desarrollado de otros alfas, después de todo soy un Alfa Plus, me encantaba combinar los aromas de distintas flores y formar uno nuevo.
Recuerdo muy pocas cosas de mi madre, ella era una alfa pura sangre al igual que papá, recuerdo que sus ojos eran de color verdes y su cabello pelirrojo, ella era hermosa muy hermosa, lo que jamás olvidare será el día en el que desapareció, yo tenía Diez años, el mismo año donde presente mi primer celo, ella había ido a recogerme a las clases de ballet más temprano de lo normal, caminamos por la ciudad con nuestras manos entrelazadas, llegamos a un lugar donde vendían helado, ella pidió un cono con nieve de fresas y yo uno de galletas, comimos tranquilamente mientras veíamos las personas seguir con su vida.
Después caminamos a casa, por alguna extraña razón me sentían demasiado agotado, ella me arrullo con amor y ternura hasta quedarme dormido.
Cuando desperté, mi padre estaba dormido a mi lado, tenía sus ojos rojos al igual que su nariz señal de que había llorado, esa fue la última vez que vi a mi madre, ella desapareció llevándose también la sonrisa de papá.
Después de la repentina desaparición de mi mamá, mi padre se encargó de criarme, pues al ser el único cachorro que había tenido, el me protegía de sobre manera a tal grado de llegar a ser una obsesión.
Solo tenía a mi padre y él solo me tenía a mí, ambos éramos nuestra fuerza para seguir adelante, por esa razón mi progenitor solía sobre protegerme de todo, no asistía a la escuela y no tenía permitido salir a ningún lugar, en sus viajes de trabajo solía quedarme todo el día encerrado en el hotel esperando a que el llegara.
Al estudiar en casa, no tenía amigos, prácticamente me la pasaba prisionero en mi propio hogar. Los únicos que tenían permitido visitarme eran mis únicos dos amigos, un Alfa y una bonita omega.
Sus nombres eran Chris y Mila, ellos han estado conmigo desde que tengo memoria, Mila es hija de uno de los socios más confiables de mi padre por lo que casi todo el tiempo estábamos juntos, Mila es un año menor que yo y mi padre le tenía mucha estimación en cambio, Chris era un Alfa dos años mayor que yo, él vivía en Suiza nosotros nos conocimos por casualidad, asistíamos al mismo estudio de ballet y mi padre lo dejaba convivir conmigo solo porque era un Alfa.
Mi padre tenía un odio injustificado hacia los omegas varones, tenía sumamente prohibido convivir con uno, no entendía porque los odiaba, es decir, podía convivir con un Omega mientras fuera mujer con ellas no había problemas, además en la empresa no trabajaba ningún omega varón.
El lugar favorito de mi padre para hacer negocios era Japón, ahí tenía muchas acciones, decía que las personas eran trabajadores y honestas, sin duda el mejor lugar para invertir pero el verdadero motivo era que Japón estaba poblado por beta y la probabilidad de que te toparás a un Alfa u Omega eran casi nulas.
Mi padre llegaba a viajar unas tres veces al año a Japón ya que tenía una empresa que se dedicaba a la construcción de edificios.
Siempre quise viajar a Japón, había visto y escuchado muchas cosas maravillosas de este lugar, quería ver los árboles de cerezo, visitar los templos sagrados y comer la comida deliciosa típica de la ciudad pero en lugar de eso estoy sentado muriendo del aburrimiento mientras mi padre está en una junta directiva de la cual no entiendo ni una palabra.
- Vitya puedes venir conmigo un momento - pidió mi padre, tomándome por sorpresa.
Ambos nos disculpamos y salimos del salón de juntas para ir a su despacho, tuvimos que cruzar un enorme pasillo, donde recibí miradas de asombro y molestia por parte de los trabajadores, supongo que no están acostumbrados a ver a unos Alfas tan llamativos.
Al llegar a su despacho, ambos entramos en completo silencio, él tomó en su escritorio lanzándome una mirada de desaprobación.
- viktor nikiforov, no pude regañarte por como vienes vestido, ya no eres un niño tienes catorce años, compórtate como tal - me reclamó mi padre - ¿crees que das una buena impresión vistiendo un pantalón deportivo gris y un suéter negro? - me cuestiono enojado.
- Perdón padre, estaba patinando y se me fue volando el tiempo - respondí avergonzado, realmente no me gustaba hacer sentir mal a mi padre.
Me miró seriamente por unos momentos haciendo que realmente me sintiera culpable pero después suspiro con resignación, se levantó de su asiento y camino hacia mí.
- Ay, ¿qué voy hacer contigo, mi pequeño vitya? - pregunto envolviéndome en sus brazos mientras que con una mano acariciaba mi cabeza y con la otra mi espalda, correspondí a su caricias, ronroneando gustoso.
- es mejor que te vaya a casa hijo, aquí no nos eres de mucha ayuda - respondió separándose.
- Está bien, me iré ahora mismo - respondí mientras caminaba rumbo a la puerta.
- ¿A dónde crees que vas jovencito? - Pregunto mi padre antes de que pudiera salir, lo mire sin saber a qué se refería - no te puedes ir así - dijo caminando hacia un perchero agarrando un abrigo negro y ofreciéndomelo.
- gracias, pero no lo necesito papá - respondí rechazando el abrigo, es que en verdad no lo necesito, esto es como un día cálido en Rusia.
- No me interesa, te lo pones porque yo digo - dijo arrojándome el abrigo al rostro pero lo alcance agarrar antes de golpearme - ah... Vitya, llegando al departamento tengo una sorpresa para ti - respondió caminando hacia la puerta.
Ambos salimos del despacho pero con diferentes rumbos.
Al salir de la empresa me sentía extraño como si algo importante fuera a ocurrir.
A pesar de ser mi primera vez en hasetsu conocía bastante bien algunas partes de la ciudad ya que había investigado sobre los lugares turísticos.
En estos momentos agradecía infinitamente que mi padre me haya obligado asistir por años a clases de idiomas y uno de ellos era el japonés, no era un experto hablando el idioma pero por lo menos se podía decir que era entendible.
Camine por la ciudad, hasta llegar a un extraño restaurante. Al entrar fui recibido por un par de lindas betas, ellas estaban vertidas de manera atrevida, su traje consistía en unos vestidos de sirvientas demasiados cortos y ajustados.
Ambas me llevaron a una mesa que estaba enfrente de un escenario por un momento pensé que había entrado por accidente a un burdel pues de la nada una chica Omega llegó y se sentó en mi regazo.
Cuando intenté quitármela de encima para salir del lugar, otras dos chicas más me detuvieron y me obligaron a sentarme nuevamente en mi asiento.
De pronto llegó la misma chica que se había sentado sobre mí con una diadema de orejas de lobo y el menú.
La Omega me puso la diademada sobre la cabeza y tomó mi orden, pedí un pastel de crema de vainilla y fresas con helado.
Mientras esperaba a que mi orden llegará, mire alrededor, en el lugar había puros hombres y en su mayoría eran betas.
Pude observar que las chicas que trabajan también se les sentaban a los demás hombres y solo las chicas omegas eran los que tenían que hacer eso.
Cuando llegó la Omega con mi comida, nuevamente intento sentarse sobre mi pero no se lo permití, mire como la chica comenzó a temblar por lo que intente calmarla tomándola por los hombros fue cuando me di cuenta que todas las chicas estaban en la misma condición pero todo empeoró cuando vieron a un hombre que parecía ser el dueño del lugar.
Cuando logré calmarla nuevamente intento sentarse sobre mis piernas pero esta vez sí se lo permití.
Al tenerla tan cerca pude percibir que tenía muchos olores combinados que el suyo, eso quería decir que la obligan a vender su cuerpo.
Sentí mucha pena al ver lo que las obligan hacer, incluso unas le daban de comer en la boca pero después Sentí rabia al ver como un hombre se estaba propasando con una Omega y nadie hacia nada para evitarlo.
Intenté ayudarle pero antes de que pudiera hacer algo la Omega me detuvo, entendí que si intervenía con su trabajo solo le causaría problemas por lo que tuve que quedarme con los brazos cruzados viendo como la tocaba. Tuve que aguantar las ganas de partirle el rostro al canalla.
Mire de nuevo a la chica que tenía sobre las piernas, parecía de unos dieciséis años además de que era muy hermosa, su cabello castaño claro combina con su color de ojos y su piel pálida hacia parecer una muñeca de porcelana pero había un inconveniente el brillo en sus ojos ya no estaba, era como si estuviera muerta en vida.
Observe como se le quedada viniendo al pastel, me di cuenta que tenía hambre porque su estómago gruñó exigiendo alimento.
Ella se disculpó avergonzada, llame a otra chica para que trajera otro pastel pero de chocolate para ella.
Cuando llegó el pastel la chica miro profundamente el de chocolate, había acertado en el sabor, la Omega cogió una cuchara arrancando un trozo de pastel pero cuando iba a dármelo le quite la cuchara y se la metí en la boca.
- Amo, eso está prohibido, el pastel es para usted - respondió asustada
- Si son tu amo, yo te ordeno que te comas este pastel - le dije mientras cortaba otro trozo de pastel y se lo llevaba a la boca.
La chica muy avergonzada dejo que le diera el pastel en la boca mientras ella también me daba de comer a mí.
Las otras trabajadoras nos miraban con asombro. Cuando terminamos el pastel, la omega se levantó y se llevó los platos sucios.
Al estar solo mire a mi alrededor, quería ayudarles a todas las chicas pero no sabía que hacer hasta que se me ocurrió una idea, le dejaría mi número a la omega para cuando necesitara ayudar me la pudiera por lo que saque del pantalón la billetera cogí un papel y anoté mi número.
Tiempo después la chica llegó con la cuenta, tenía que idear la manera de darle el papel sin que nos descubrieran.
La omega volvió a sentarse sobre mis piernas tomando mi mano y colocándola en una de ellas, aproveche para deslizar mi mano sobre su pierna hasta llegar a una de las liga de su media y dejar el papel sujetado de esta.
Pague la cuenta del lugar para poder salir pero la omega castaña nuevamente me detuvo en la puerta.
- Amo esto es para usted - dijo entregándome unos papeles de colores con números escritos en ellos.
- Gracias - le respondí tomando su mano y besando sus nudillos provocando que sus mejillas se colorearan.
Justo cuando iba a salir, vi como otro hombre estaba lastimando a una chica, no puede contenerme, camine hacia su dirección, tomando al hombre por la espalda girándolo y golpeando su rostro con mi puño.
- ¡¿acaso no escuchaste que la dejaras en paz?! - le grite al hombre que se encontraba en el suelo, limpiando la sangre de su nariz.
De pronto todos los clientes nos empezaron a rodear, me quedé alerta por si el hombre intentaba atacarme, pero eso nunca paso, el hombre simplemente se levantó y se fue pero unos guardias nos sacaron del lugar, además de que prohibieron volver a entrar.
Seguí caminando como por una hora, sabía que me había perdido ya que no reconocía nada por lo que saque mi celular para llamarle al chófer personal, cuando percibí un delicioso aroma.
Mi corazón comenzó a latir como loco y comencé a sentir un sentimiento de pánico.
Comencé a seguir ese olor hasta que llegue a un callejón oscuro, al pararme en frente observe que había dos hombres parados de espalda impidiendo que viera lo que hacían.
Me quedé paralizado viendo hasta que escuché un sollozo haciendo que reaccionará.
- ¿pero qué está pasando aquí? - pregunté llamando la atención de los dos hombres los cuales voltearon a verme.
- No te metas mocoso, si no quieres salir perdiendo - me grito el hombre que estaba parado, se acercó a mi sacando una pequeña navaja.
- ¡Wow, amazing! - respondí, era la primera vez que veía una navaja, si mi padre viera que un hombre me está amenazando con una navaja de seguro le daría un infarto.
- No quiero hacerte daño mocoso, así que aléjate - respondió el hombre.
- Eres un idiota - dije haciendo que el apestoso alfa volteara a verme muy enojado.
- ¿Qué fue lo que dijiste estúpido? - pregunto el alfa.
- ¿Eres sordo o qué? Te dije i-di-o-ta - respondí desafiante, ya comenzaba aburrirme de esto.
- Ahora verás escuincle baboso - respondió acercándose, fue ahí que mire a una persona en el suelo, supongo que le estaban robando.
Los demás hombres que se encontraron cubriendo al chico voltearon a vernos.
Al principio pensé que se trataba de un asalto pero al ver bien la situación en la que se encontraba el pequeño azabache entendí que en realidad querían abusar de él, sentí una ira incontrolable el ver detenidamente el rostro al chico, estaba todo golpeado y tenía un labio roto.
No me había dado cuenta de lo hermoso que era, sus ojos color vino eran tan cautivadores que sentía que podían ver a través de mí, su brillante cabello negro azabache hacia resaltar su pálido tono de piel y sus lindos labios delgados color carmesí, realmente era la persona más bonita que había visto en toda mi vida.
Me le quede viendo como un idiota, simplemente no podía apartar mi vista del chico hasta que nuestras miradas se cruzaron, sus bonitas y regordetas mejillas estaban de un color carmesí lo que provoco que sonriera y mi corazón latiera como loco, no sabía que me pasaba, era como si él fuera aquello que siempre he buscado, el pequeño japonés se avergonzó y cerró sus ojos haciendo una extraña mueca.
Estaba tan distraído admirando la belleza de ese chico que no me di cuenta que uno de los hombres que estaba parado en frente de los demás, se me acerco, no tenía que ser un genio para descubrir sus intenciones
Agradecí al cielo que mi padre fuera tan sobre protector, si no me hubiera obligado a estudiar defensa personal, estaría frito, en aquel momento lo miraba como algo inútil porque pensé que nunca saldría a la calle, que equivocado estaba.
El hombre intento golpearme pero fui más ágil, deteniendo su puño con mi mano y con la otra mano golpe con fuerza su rostro haciendo que cayera el suelo inconsciente.
Después el otro sujeto también se acercó, obteniendo el mismo resultado que el anterior.
- Veo que estoy rodeado de puros idiotas, tendré que hacerlo yo - dijo el hombre que estaba entre las piernas del chico volteando a ver a los dos hombres que seguían encima de el - No dejen que se vaya, aún no nos divertimos - dijo guiñando un ojo.
- ¡Que no se te ocurra tocarle ni un solo pelo ¿me oíste maldito?! - sentí como mi alfa interno comenzó a gruñir furioso queriendo tomar el control de la situación.
El sujeto se acercó a mí y quiso golpearme pero fui mucho más ágil y esquive el puño del hombre.
Al ser un alfa plus era mucho más veloz y fuerte que un alfa común o uno puro, este alfa no tenía oportunidad contra mí además de que sabía defensa personal, en cada intento del hombre por lastimarme solo recibía un golpe de mi parte, logre partirle el labio como lo había hecho con el pobre chico además de que le había dejado un ojo morado.
- ¡Ahora verás maldito, esto me las pagarás! - dijo el hombre muy cabreado, volteo hacia los otros dos alfas haciéndole señales a uno de los hombres que estaban encima del azabache.
Mire al otro hombre acercarse pero no tenía miedo, podía con ambos, lo que me preocupaba era el chico, porque en lo que yo peleaba el alfa que se quedó con él podía aprovecharse.
Estuve peleando con ambos alfas, por fin sentía que valía la pena esas lecciones que me padre me había dado, los alfas intentaban dar su mayor esfuerzo pero simplemente no eran rivales para mí.
No me di cuenta de en qué momento el ultimo alfa se había unido a la pelea pero no importaba igual le daría una paliza, estaba muy concentrado en golpearlo hasta que oí un gemido, me asuste y voltea a ver al chico pensando lo peor.
Uno de los hombres aprovecho mi distracción para golpearme el estómago con su puño, sacándome el aire, caí al suelo abrazándome a mí mismo intentando respirar correctamente, nunca en mi vida había sentido algo igual, dolía mucho.
Dos alfas me levantaron del cabello sin ningún cuidado para sujetarme por los hombros mirando al tercero sacar una navaja.
Trague grueso comencé a sentirme nervioso, al tener a los dos alfas sujetándome no podía defenderme creí que sería mi fin.
Nunca creí que mi vida fuera acabar de esta manera, en lo único que pensaba era en mi padre y que no iba a poder despedirme de él, nunca le agradecí por cuidar de mí y por el amor que me dio por tantos años.
Cerré mis ojos esperando a que punzante dolor anunciando mi trágico final pero eso nunca llego, al abrir los ojos mire como el hombre se acercó al chico y le dio una fuerte bofetada.
Mi alfa se retorció de ira al ver como sus lágrimas caían por sus mejillas, por primera vez en mi vida quería lastimar a esos malnacidos como se atrevían agredirlo, sin darme cuenta mi alfa interno ya estaba tomando el control de mi cuerpo haciendo que gruñera.
- ¡DÉJENLO MALDITOS, JURO QUE SI LE TOCAN UN SOLO CABELLO LOS MATO A TODOS! - grite realmente furioso y forcejeando con los hombres para que me soltaran y darles la paliza que se merecían.
- Tengo una gran idea - respondió el maldito que golpeo su rostro sentí mi sangre helarse al entender a lo que se refería.
Mire como el hombre se acercó al chico tomándolo del cabello y lo arrojo con fuerza a mis pies haciendo que su hermoso rostro chocara con fuerza contra la calle provocando que el chico gritara de dolor.
Al mirar su rostro golpeado sentí tanta ira que mi alfa tomo de nuevo el control de mi cuerpo, lo único que quería era provocarles el mismo dolor a cada uno de esos malditos. Intente soltarme pero recibí otro golpe aún más fuerte en el estómago haciendo que el aire se me escapara de los pulmones.
Vi como el Alfa que me había golpeado camino nuevamente hasta el azabache, colocándose detrás de su cuerpo y destrozado su ropa, el chico no paraba de llorar y suplicar que se detuviera.
Empezó a besar su cuello y espalda mientras metía una mano bajo su playera.
Mi alfa internó temblara de irá al ver como tocaba su piel y no podía hacer nada para evitarlo, comencé a sentir mucha frustración hasta que mis ojos empezaron a cristalizarse.
- No, no le hagan más daño, por favor - suplique en un tono bajito mientras mis lágrimas caían sin control.
- ¿Qué fue lo que dijo jefe? - pregunto uno de los hombres que me sujetaban por los hombros.
El Alfa me miró con desagrado y se acercó a mí, para tomarme del cabello y ordenarme que repitiera lo que había dicho.
Una vez que lo obedecí el Alfa me miró con diversión y se hacerlo a mi hasta llegar a mi oído.
- Voy a marcarlo y no podrás hacer nada para evitarlo - susurro en mi oído provocando que mi cuerpo temblaba.
Volvió a pararse frente al chico colocándose a su altura y susurrándole algo al oído haciendo que su cuerpo temblara con cada palabra que decía hasta que vi como saco su miembro y comenzado a restregárselo en el rostro al azabache hizo que perdiera el control, mis colmillos había salido por primera vez lo único que quería era destrozar su cuerpo en miles de pedacitos y proteger al pequeño japonés de todo lo que le hacía daño.
Estaba perdido en mi irá hasta que sentí un fuerte golpe en mi rostro y estómago seguido de otro y otro más, cuando pensé que me daría otro escuché un grito.
- ¡no lo lastimes más por favor! - suplico desesperadamente el chico al borde del llanto.
Mire al chico el cual estaba temblando y de sus ojos corrían enormes lágrimas, nuestras miradas se unieron por unos minutos pero después el apartó mirando a hacia otro lado.
- ME TIENES HARTO ¿SABES? ¿ACASO LO CONOCES? - Le grito al japonés el cual comenzó a temblar - DIME ¿LO CONOCES? - volvió a preguntarle molesto - ¿ENTONCES PORQUE LO DEFIENDES TANTO? - el azabache guardo silencio y me miró solamente a mí y cuando lo hizo sentí mariposas en el estómago.
- ¿Y TU? - me preguntó, lo mire con enfadó y después volví a mirar el suelo, intentando respirar correctamente debido al intenso dolor - ¿PORQUE LO HACES? ¿ACASO LO CONOCES? - volvió a preguntarme el hombre. Lo ignore olímpicamente haciéndolo enfadar y que volvería a golpearme el rostro sintiendo un intenso dolor en mis labios.
- No, no lo conozco - respondí en tono bajo conteniendo el dolor en mi rostro.
- ENTONCES, ¿PORQUE ARRIESGAS TU MALDITA VIDA POR ALGUIEN COMO ÉL? - me pregunto muy enojado.
- Yo... - no supe que responder, ni siquiera yo lo sabía porque quería protegerlo, no aparte mi vista de él en cambio el sí lo hizo y mi corazón latía triste.
El Alfa nos miró y suspiro harto volviendo a caminar donde se encontraba el azabache colocándose enfrente de él, vi como volvió a sacar su asqueroso miembro y a restregárselo en el rostro.
Mi Alfa internó temblara de irá comenzando a gruñirle hasta que hice enojar al Alfa porque lo que voltio a verme con intención de golpearme. Camino hacia mí y al ver su miembro erecto sentí tanta rabia que cuando estuvo enfrente de mi tome impulso y lo paté en los bajos.
El hombre cayó al suelo agarrando sus zonas afectadas, uno de los alfas que me sostenía se distrajo y pude liberar mi brazo de su agarre tomando impulso y golpeando justo en el rostro al Alfa que seguía sujetándome.
Después golpe al otro alfa en el rostro dejando inconscientemente en el suelo.
Solo me faltaba hacer pagar un bastardo cuando lo encontré en el suelo me agaché a su altura.
- no eres lo suficientemente hombre como para tenerlo, así que no lo mereces - susurre en su oído con voz grave, me levanté del suelo mirando su asqueroso miembro recordando que casi violaba al pequeño japonés.
Sentí una gran irá y sin pensarlo mucho le pise el miembro hasta que quedó inconveniente.
Me sentía muy cansado y adolorido, esos hombres me había golpeado con tanta fuerza que podía apostar que tenía varias costillas rotas además de que mi rostro estaba todo ensangrentado, cuando mi padre me viera sabía que estaría frito, como iba a ocultarle los golpes si eran muy llamativos.
Seguía perdido en mis pensamientos hasta que mire al pequeño japonés, aún seguía en el suelo además de que estaba temblando.
Al verlo mi corazón comenzó a latir a mil por hora y en mi estómago sentía miles de mariposas tal solo con ver sus bonitos ojos.
Le sonreí y camine hacia el a paso lento debido a que el dolor en mi cuerpo era muy intenso, cuando llegue con él, mi cuerpo temblaba por dolor, mis piernas perdiendo el equilibrio y caí sobre mis rodillas justo a su altura.
- ¿Estás bien, lindura? - pregunte agotado. Acerque mi mano a su mejilla afectada y la acaricié suavemente intentando no lastimarlo.
No pude contenerme y lo envolví en mis brazos, necesitaba sentirlo que era real, su cuerpo comenzó a temblar en mis brazos.
Le susurre en el oído que todo estaría bien, comenzó a llorar lo abrace fuertemente sintiendo como nuestros corazones latían rápidamente en nuestros pechos.
Sentí una corriente recorrer mi cuerpo y un pensamiento llegó a mi cabeza... "tu nombre" sentí como si una fuerza mayor me hiciera actuar.
- Viktor. Viktor Nikiforov - dije antes de besar su frente.
- Yu-yuuri - alcanzo a susurrar antes de aferrarse nuevamente a mí.
Al tenerlo tan cerca pude percibir su dulce aroma, eres un Omega, un intenso calor comenzó a llegar a mi cuerpo, comprendo que el pequeño omega estaba en celo y por eso buscaba mi calor.
- Hace mucho frío ¿no crees? - Pregunte mientras me separaba un poco ya que me estaba afectando su celo - y es muy tarde también, ¿No se van a preocupar en tu casa? - le pregunte con preocupación, no quería que tuviera problemas. El hacia un movimiento demasiado tierno de afirmación con su cabeza mientras junte nuestras frentes y le daba un beso esquimal.
- Debo llevarte a tu casa, se está haciendo muy tarde, además, tienen que curarte esas heridas y también tienes que tomar tu supresores - respondí haciendo que su lindo rostro se tornará rojo como un tomate.
Lo ayude a levantarse del suelo, su ropa estaba hecha jirones, estábamos en pleno diciembre, no podía dejar de anduviera por la calle en esas condiciones.
- Tu ropa - respondí mientras me quitaba el abrigo y se lo colocaba - Hace mucho frío, lo vas a necesitar más que yo - agradecía infinitamente a mi padre por obligarme a realizar tantas cosas, definitivamente llegado a casa lo abrazaría y le daría las gracias por ser el mejor padre del mundo.
- Pe-pero ¿y tú? - pregunto alarmado provocando que sonriera
- Yo estaré bien, después de todo soy de Rusia, estoy acostumbrado al frío, pero si me da un poco de frío te abrazaré, para que me transmitas tu calor - le comenté bromeando pero él suspiro y me dijo que sí, sentí tanta felicidad que me arroje a su cuerpo, abrazándolo mientras frotaba mi mejilla con la suya, le acomode nuevamente el abrigo, mire como hizo una extraña Mueca cuando sin querer roce mi mano con su cuello.
Intentamos salir del callejón pero el Omega no podía caminar, sus piernas perdían estabilidad además de que en ocasiones su olor se intensificaba haciendo que mi verdadera naturaleza quisiera salir de mi interior y hacer mío al pequeño omega.
Me detuve mi caminar en frente de él y por impulso tome sus mejillas entre mis manos cuidando de no lastimarlo.
- ¿Estás bien?, ¿Te duele mucho? - pregunte preocupado debido a que hacía gestos y muecas muy extrañas.
- Yo...ahh - respondió soltando un delicioso gemido, mi alfa internó rugió de placer sentí como la temperatura de mi cuerpo aumentaba drástica mente llegando a sofocarme.
- ¿Dón-dónde está... tu...casa? - pregunte mirando el suelo pero podría apostar que tenía el rostro igual que un tomate.
- Yo...no quiero...llegar a mi casa - respondió hablando entrecortada mente - no así - aclaro.
- Está bien, pero ¿puedes continuar? - pregunte preocupado.
- no lo sé - respondió apoyándose en una de las paredes.
Lo tome en mis brazos estilo nupcial, a pesar del fuerte dolor en mis costillas no lo solté.
- ¿q-que es lo que estás haciendo - pregunto avergonzado.
- te llevare en mis brazos porque veo que se te dificulta caminar, solo quiero ayudarte, no te preocupes - le respondí conteniendo el dolor.
- es-está bien - respondió mientras se aferraba a mi cuello.
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Seguí caminando por las solitarias calles de la ciudad, sentía como mi celular vibraba en mi bolsillo trasero, sabía que era mi padre pero cuando intenté contestarle mire al pequeño omega el cual se había dormido cómodamente en mis brazos.
Un sentimiento de calidez llegó a mi pecho, aún por puedo entender porque arriesgue mi vida por un completo desconocido pero cuando lo vi dormir en mis brazos tranquilamente supe que había valido la pena.
- ¿Será que eres mi destinado? - pregunte mientras lo miraba respirar tranquilamente - Sabes, yo creo que lo eres y estoy más que feliz de encontrarte, desde ahora juro que te protegerte de todo mi dulce yuuri - susurre en su oído, besando su frente y mejilla deseando besar otra cosa.
Aún no tenía idea a dónde lo iba a llevar, con mi padre no era una opción de seguro lo echaría a la calle sin importarle su seguridad.
Lo más conveniente era ir a un hotel, pero no conocía muchos y no quería despertarlo por lo que intente pensar en algo rápido por suerte recordé el pequeño hotel que mi padre había puesto a mi nombre.
El sol naciente era el nombre que le dio mi padre, fue un regalo por cumplir catorce, aunque nunca tuve el gusto de visitarlo porque por algún motivo mi padre se reusaba a que visitara Japón pero ahora parecía haber cambiado de opinión.
Iba caminando tranquilamente cuando sentí que se removió en mis brazos provocando que soltara un quejido de dolor.
Cuando voltee a verlo me di cuenta que el me miraba como un niño pequeño mira sus juguetes en Navidad, le sonreí y él se sonrojo pero me devolvió el gesto, juro que era la sonrisa más bonita del mundo.
No paramos de mirarnos y sonreírnos, parecíamos un par de enamorados aunque talvez si lo éramos, bueno de mi parte si lo era. No parábamos de sonreír hasta que me hizo reír.
- ¿dónde estamos? - pregunto mientras miraba alrededor
- Vamos a un hotel - respondí
- ¿un-un hotel?, ¿para qué vamos a un hotel? - pregunto alarmado mientras se sonrojaba.
Me sonrojé hasta las orejas y frene abruptamente mi caminar.
- no-no vamos a un hotel... Para eso... Emm...Yo...emm...No creas que pensé que podíamos hacer eso...Yo...yo - respondí en tartamudeos estaba tan avergonzado que mi rostro se encontraba rojo hasta las orejas de seguro el Omega pensaba que era un degenerado.
Nos mantuvimos en silencio durante todo el camino, el Omega ni siquiera me miraba, la situación era demasiado incómoda y pesada.
- Ya llegamos - respondí rompiendo con el incómodo ambiente.
Entre al hotel y lo senté en uno de los sillones que se encontraba en la recepción.
- Espérame aquí - ordene, pero antes de que me fuera me detuvo agarrándome de la muñeca.
- ¿A-a dónde vas? - pregunto sonrojado mientras mirando el suelo, me arrodille y tome su lindo rostro elevándolo a mi altura.
- Voy a pedir una habitación - respondí besando su frente.
Camine hacia la recepción donde estaba una chica omega atendiendo el teléfono mientras leía y firmaba unos documentos.
- Yōkoso, nani ga teikyō sa rete imasu ka? (Bienvenido, ¿qué se le ofrece?) - pregunto la Omega mientras contestaba el teléfono.
- emm...wa-Watashi wa heya ga hoshī( Quiero una habitación) - pedí tímidamente, no sabía mi había pedido bien la habitación.
- Mōshiwakearimasenga, subete no heya ga sen'yū - (Lo sentimos, todas las habitaciones están ocupadas) - respondió si siquiera mirarme.
- Watashi wa hontōni heya o kinkyū ni hitsuyō to shimasuga, kakaku wa mondaiarimasen ga, ima wa hitsuyōdesu( Realmente necesito la habitación urgentemente, no importa el precio, pero la necesito ahora) -respondí desesperadamente.
La omega me entrego la lista de reservaciones la cual estaba llena hasta dentro de seis meses, no teníamos tanto tiempo, volteé a ver a mi pequeño omega el cual está mirándome, le sonreí y el me correspondió.
No podía rendirme, tenía que conseguir un lugar seguro, seguí pasando las páginas hasta que me percaté de que había una libre pero sería en cuatro meses, seguí retrocediendo las páginas, en cada una de ellas esa habitación estaba libre.
Al llegar a las reservaciones del día de hoy, la habitación también se encontraba libre.
-Watashi wa kono heya ga hoshī( Quiero esta habitación) -respondí señalado el único espacio libre para reservar.
- Mōshiwakearimasenga, sono heya wa darenimo( Lo siento, pero esa habitación no puede ser utilizada por nadie) -respondió la chica.
Comenzaba a sentirme harto, por un momento pensé en decirle que mi padre era el dueño pero lo menos quería es que él se entere de lo que estoy haciendo.
Seguí leyendo el libro de reservaciones, en la descripción de la habitación decía que solo podría ser adquirida por los dueños o en ocasiones especiales como en una luna de miel.
- Anata wa kekkon suru ni wa waka sugiru( Eres demasiado joven para casarte) -me interrumpió la omega tocando el anillo de oro que mi padre me regaló
Al decir eso una idea un poco descabellada llegó a mi cabeza.
-Watashi wa chōdo sekai de mottomo utsukushī hito to kekkon shita sore wa watashitachi no shinkon ryokōdeari, watashi wa kono yoru ga ryōhō no tame ni wasure rarenai yō ni shitai- (Me acabo de casar con la persona más hermosa del mundo, es nuestra luna de miel y quiero que esta noche sea inolvidable para ambos) -respondí, no todo era mentira, realmente creía que yuuri es la persona más hermosa del mundo, la chica soltó un suspiro.
-Anata wa sore o mae ni itta koto wa arimasenga, junbi ga totonou made matsu hitsuyō ga arimasu( porque no lo has dicho antes, pero debes esperar hasta que esté listo) -respondió la chica mientras llamada por teléfono
Camine lo más rápido posible para llegar a su lado, su celo estaba por iniciar y sentía la necesidad de estar a su lado.
- No tienes idea de lo que tuve que hacer para que nos dieran una habitación- respondí rascando nervioso mi mejilla.
- ¿Qué fue lo que hiciste? - pregunto divertido mientras tomaba asiento a su lado lo más cerca posible de él.
-Bueno...Yo tuve que decir que nos casamos para poder tener una habitación-respondí mientras reía nervioso, ahora no sabía si había sido buena idea, que tal si él se enfadaba.
- ¿q-que? -pregunto mientras su rostro se tornaba rojo.
Le expliqué detalladamente todo lo que pasó, cuando termine de decirle me sentía muy avergonzado.
Nos quedamos en silencio por un largo tiempo hasta que la recepciónista me llamó nuevamente al mostrador.
Me hizo firmar unos papeles y entregar una identificación por lo que tuve que dar mi visa.
La chica al leer mi nombre contuvo un grito.
- mae ni ko no koto o itte inainode, anata wa kono bash( porque no los has dicho esto antes, eres el dueño de este lugar, solo seguí el protocolo) -respondió aterrada.
Intenté calmarla y volte a ver a yuuri para saber si había escuchado el escándalo que tenía la omega, el solo estaba viendo el suelo lo bueno es que no se dio cuenta de escándalo.
- Shoyū-sha wa watashinochichidesu, watashi wa ko( el dueño es mi padre, yo no te voy a correr ni le diré a mi padre si no lo le dices que estuve aquí) -respondí cubriendo su boca y mirándola fijamente a los ojos para que se tranquilizara un poco.
Ella se tranquilizó y me entrego las llaves, me sentía feliz por fin había conseguido la habitación para yuuri.
Camine hacia donde estaba, mostrando la llave de la habitación.
- Ya está lista-respondí jugando con la llave en mis manos.
Mientras caminábamos hacia la habitación sentí como yuuri sujeto mi mano, mi corazón latía contento, al mirarlo él estaba viendo el suelo.
Cuando llegamos a la habitación, lo primero que hizo yuuri fue admirar el lugar, mi padre no escatimar en gastos, esto realmente le había salido en una fortuna pero sin duda el hotel era muy hermoso.
Acomodé mis cosas en el primer sofá que había en la sala, trate de sentarme con cuidado cuando mire al frente yuuri ya no estaba.
Lo busqué en la primera puerta que encontré abierta cuando lo mire, estaba parado frente a un mueble con artículos para adultos
- ¿Qué es esto? -pregunto con una almohada en sus manos, me acerque hasta quedar enfrente de él.
Los dulces recuerdos de primer celo llegaron a mi cabeza
- Es una almohada anti-marcas-dije tomando el objeto recordando cuando mi madre me explico lo mismo, lo abrí y se lo coloque en el cuello-Su función es proteger al omega en celo de recibir una marca no deseada- continúe explicando, mientras acercaba mi rostro a su cuello y bese su mandíbula- ¿ves? funciona, no puedo marcarte como mío- respondí mientras caminaba al ventanal, alejándome un poco del. Debido a que al estar tan cerca de su cuerpo sentí como aumento la temperatura en el mío.
Me quede admirando la vista de la ciudad desde el ventanal hasta que yuuri dijo que quería un poco de privacidad, Salí de la habitación y me senté en el sofá más amplio que había en la sala, aproveche para llama a mi padre.
Al revisar el buzón de llamadas me di cuenta que tenía diez llamadas perdidas y cinco correos de voz de mi padre, los escuche y en todos me reclamada que era un irresponsable por no contestar el celular, me dijo que no podría llegar a dormir debido a que había surgido un problema por lo que tendía que quedarme solo por dos días.
Decidí llamarme para que después no se enojara, las primeras dos llamadas me mando a buzón pero a la tercera si contesto.
<bueno, vitya ¿quisiera saber porque no me contestaste las llamadas? Me tenías preocupado> susurro molesto.
-Lo siento padre, estaba ocupado-conteste mientras vigilaba si yuuri ya había salido de la habitación.
<okay vitya ya tengo que colgar, el avión esta por despegar, nos vemos en dos días... no hagas estupideces, te quiero hijo> colgó la llamada sin si quiera dejar que le dijera adiós.
Iba a bloquear el celular cuando me llego un mensaje de mi amigo Chris, me había enviado una foto suya desnudo y me pidió una mía, tome el celular y me tome una foto de cómo había quedado mi rostro después de la gran paliza que me habían dado esos alfa. No pasaron ni dos minutos cuando ya estaba recibiendo una llamada de Chris.
< ¿Qué demonios le paso al bello rostro de mi alfa?> grito asustado, casi dejándome sordo.
-en primera, no soy tu alfa porque ambos somos alfas Chris y en segunda, casi me dejas sordo-respondí burlándome, no me molestaban que me llamara se esa forma o que siempre intentara propasarse conmigo, así de extraña era nuestra relación y así funcionaba.
<y ¿Qué te paso mon alpha? ¿Quién le hizo eso a tu bello rostro?>respondió mientras fingía llorar.
-Nunca aprendes, fueros unas alfas- respondí mientras me acomodaba mejor en el sofá, ya que mis costillas me estaban matando.
<bueno no me dijiste que te pareció mi foto, espero no te ocasione problemas con padre como la última vez y no me has enviado ni una tuya, quiero volver a ver tu cuerpo desnudo>respondió seductoramente
-sabes que me viste por accidente y te vez muy sexy-respondí colgando la llamada porque yuuri había abierto por fin la puerta.
Antes de levantarme del sofá me llego un mensaje de cris donde se quejaba de cómo había colgado tan abruptamente la llamada.
Me levante de sofá y camine hasta estar parado frente de él.
- ¿Ya te sientes mejor?-pregunte mientras ponía una mano en su frente -... Estás ardiendo, debes descansar- dije cargándolo nuevamente en mis brazos, estilo nupcial llevándolo de nuevo a la habitación.
Una vez ahí lo acomodó en la cama
- ¿Te vas a ir de aquí? - pregunto preocupado
- No -respondí acomodando mi cabello en una coleta.
- ¿Dónde vas a dormir? - pregunto
- En la sala, no es tan... -respondí
- Pero... - me interrumpió con un lindo sonrojo y elevando su delicioso aroma, camine hasta la cama y me senté a su lado.
-Yuuri... ¿enserio quieres que duerma aquí contigo? - Pregunte mientras se acercaba peligrosamente a él, quedando encima de su cuerpo juntado nuestras fuentes - no creo que sea buena idea, yo...No se cuento más pueda resistir tu olor...Yo...No quiero hacerte daño- respondí separándome de él y caminando hasta la puerta- estaré afuera por si necesitas cualquier cosa- dije antes de salir de la habitación.
Cerré la puerta sintiendo una molestia en mis pantalones, no sé qué me había pasado ahí dentro con yuuri, me había dejado llevar por mis instintos y ahora me encontraba con un problema entre mis pantalones que no hacía más que crecer.
Me senté en el sofá esperando a que mi erección bajara un poco, cosa que no sucedió, había pasado media hora y estaba más grande llegando casi al punto de ser doloroso.
La habitación se sentía caliente además de que yuuri desprendía muchas feromonas, sentía como si el cuerpo yuuri estuviera llamándome para pasar su celo juntos, nunca en mi vida me había sentido de esta manera, a pesar de haber ya había estado con una omegas en su celo, mi cuerpo nunca había reaccionado de esta manera, incluso cuando a Mila le llego repentinamente su primer celo cuando estebábamos jugando en casa, no había sentido la necesidad de fornicar con ella.
Me levante de sofá y camine rumbo a la habitación, cuando me acerque un poco sentí una enorme cantidad de feromonas impactar contra mi nariz, mis piernas temblaron y mi erección dolió en mis pantalones, cerré la puerta para impedir que más feromonas de yuuri salieran.
Volví a recostarme sobre el sofá, me sentía caliente, demasiado caliente y al ver mi dolorosa erección atrapada en mis pantalones solo me hacia sentirme peor porque no podía atenderme a gusto ya que el baño estaba dentro de la habitación y si quería entrar tendría que cruzar la habitación de yuuri llena de feromonas, tome uno de los cojines y lo coloque sobre mi regazo, cubriendo mi erección, no quería que yuuri o alguien más la viera, sería muy vergonzoso.
Cuando me quede dormido en el sofá, después de un rato comencé a sentir una extraña sensación en mi cuerpo como si algo me llamara, me asuste y abrí los ojos, lo primero que vi fue a yuuri en ropa interior, sentado a horcadas sobre mis caderas, tenía el rostro sonrojado y sus ojos estaban oscurecidos por el deseo.
- Yu-Yuuri... ¿Qué.... Haces? -pregunte intentando separarme, pero no pude ya que tenía a yuuri encima de mí.
Sentí como su cuerpo comenzó a temblar y sus ojos a llenarse de lágrimas, estaba tan asustado que soltaba feromonas cargadas de miedo.
- ¿Yuuri? -Pregunte nuevamente viendo como sus lágrimas caían sin control- ¿Yuu-Yuuri, qué Pasa? -Pregunte preocupado- ¿Yuuri? -pregunte nuevamente al ver que no obtenía respuesta.
No podía enojarme con él por algo que era tan natural en nuestra especie, tal vez había reaccionado de la manera equivocada pero no pude evitarlo, al abrir los ojos lo primero que vi fue a mi hermoso yuuri rogando por un poco de atención. Lo envolví en mis brazos mientras acariciaba su espalda y cabello.
-Yuuri, no llores, no estoy enojado todo está bien-dije mientras me separaba de él y limpiaba sus ojos y mejillas.
Comenzó a llorar con más fuerza mientras temblaba haciendo que mi corazón se comprimiera por verlo de esa manera.
-Yuu-yuuri, ¿Qué Pasa? -Pregunte preocupado tomando sus mejillas entre mis manos obligándolo a verme a los ojos.
Sin previo aviso comenzó a mover sus caderas con mayor fuerza.
-Yuu-Yuuri Ah...Mm, De-detente, por favor....No se cuento pueda resistir-gemí mientras intentaba apartarlo de mi pero no pude, porque había enredado sus brazos alrededor de mi cuello juntando nuestros rostros y besando mis labios.
Yuuri había robado mi primer beso, sentí una corriente viajar por mi cuerpo hasta llegar a mi corazón, haciendo que latiera como loco y un sentimiento de calidez se instalara ahí, ya no tenía dudas, el era mi destinado.
Deje de resistirme, a quien quería engañar, desde el primer momento en el que lo vi deseaba besar sus bonitos labios, pero si seguíamos dejándonos llevar por el momento haríamos cosa que después podríamos arrepentirnos, coloque mis manos sobre sus hombros con la intención de apartarlo pero en lugar de eso lo acaricie hasta llegar a su nuca donde profundice el beso.
Lo recosté en el sofá mientras nos besábamos sin control, sus manos recorrían ansiosamente mi cuerpo mostrando lo desesperado que se encontraba en ese momento.
Me acomode entre sus piernas restregando mi cuerpo contra el suyo mostrando lo que había provocado comencé a besarlo desesperadamente, el sabor de sus labios era tan adictivo por la cantidad de feromonas que soltaba.
Dejes de besar sus deliciosos labios para seguir un camino de besos húmedos y mordidas en su cuello hasta su pecho y abdomen saboreando el dulce sabor de su piel mientras el intentaba arrancarme la ropa. me separe lo suficiente de él, quería admirar lo hermoso y provocativo que se veía con las marcas que había dejado, sus mejillas estaban sonrojadas, su mirada tenía un brillo de inocencia, pero fue remplazada por un brillo de pura lujuria, soltó un jadeo lo que provocó que liberara a mi lado primitivo.
Sonríe coqueto para después quitarme seductoramente el suéter negro dejando a la vista mi torso desnudo, acerco su rostro a mi abdomen y con su lengua, recorrió todo mi torso hasta llegar a mi oído, sintiendo tantas cosas que no podía describirlas.
-Cama, por favor- rogó mientras lamia y mordisqueaba mi oído.
Baje mis manos hasta sus caderas, apretándolas con fuerza mientras lo levantaba de mi regazo para llevarlo a la habitación, sentí como enredo sus piernas alrededor de mis caderas para poder sostenerse.
El camino para llegar a la habitación fue tedioso debido a que me encontraba tan ocupado en devorar sus labios que no iba prestando atención al camino, termine estampando a yuuri contra la puerta haciéndolo que perdiera el equilibrio y que ambos cayéramos al suelo.
Toda la atmosfera de lujuria quedó arruinada debido a que por el golpe le había sacado el aire a yuuri y ahora estaba tosiendo ruidosamente en el suelo.
por el susto la calentura desapareció, ahora me sentía apenado no solo por haber tumbado a yuuri sino también porque casi nos dejábamos llevar por el momento.
Sentía tanta vergüenza que comencé a reír nervioso, incluso yuuri había parecido reaccionar pues también se encontraba muy avergonzado, ambos nos miramos con nuestros rostros sonrojados y comenzamos a reír, había arruinado definitivamente el momento, o eso creí ya que yuuri volvió a buscar mis labios con desesperación y aumentar su aroma llamando demandante al alfa en mi interior.
Nos encontramos en pleno suelo dándole inicio a una nueva pero más intensa sesión de Besos, a pesar que a ambos nos dolía besarnos de esa manera no podíamos detenernos, en esta ocasión me di el lujo tocar la piel desnuda de yuuri, mientras besaba su cuello deslice mi mano por todo su pecho, rodando sin querer con su lindo y duro botoncito.
Sentí como su cuerpo se estremeció y comenzó a rasguñar mi espalda haciendo que mi cuerpo se tensara por las corrientes que sentía cuando lo hacía.
Lo levante del suelo para llevarlo a la cama, a pesar de que me sentía muy caliente el dolor punzante en todo mi cuerpo me hizo ir más despacio.
Cuando llegamos a la cama comentamos besarnos, mis manos recorrían cada centímetro de su piel. Sentí como atrevidamente metió su mano dentro de mi pantalón.
-ahhh...Estás muy duro-respondió entre mis labios haciendo que perdiera la cordura.
No supe en que momento había quedado solamente en ropa interior, sentía como besaba mi cuello y también me mordía mientras yo estrujaba su lindo trasero, el calor en nuestros cuerpos solo crecía y crecía llegando a sofocarnos.
Hábilmente retiro su ropa interior incluso también la mía , quedando complementé desnudos, nuestros olores se intensificaron, volviéndose uno, ¿con que así es el olor del amor?, me pregunte sintiendo como si mi corazón fuera a estallar de lo rápido que latía, volví a deslizar mi mano sobre su piel desnuda hasta llegar a su miembro donde lo acaricié y seguí descendiendo mi mano hasta llegar a su entrada.
-Estas seguro de que quieres continuar, no pobre detenerme yuuri-respondí mientras juntaba nuestras frentes, dándole pequeños besos.
-Ámame con todas tus fuerzas, hazme saber cómo es el amor-respondió mientras tomaba mi miembro y comenzaba a mover su mano.
Se sentía tan bien que no podemos evitar dejar salir gemidos de mi boca mientras yo bajaba mi mano hasta su entrada, introduciendo uno de mis dedos en su interior.
Las sensaciones eran increíbles, su interior estaba muy húmedo y calenté además de que sus paredes eran tan estrechas que me volvían loco.
Logre Introducir tres dedos en su interior, a este punto ninguno de los dos era capaz de contener el placer que sentíamos, ambos nos movimos a compás de nuestras manos en busca de más placer.
-Viktor...Ahh...No puedo más- respondió moviendo más su mano y sus caderas.
Al sacar mis dedos de su entrada, estaban todos empapados lo que aproveche para probar su sabor, metiendo un dedo a mi boca.
Al sentir su sabor cargado de feromonas supe que no iba a poder contenerme, las feromonas se estaba encargando de calentar mi cuerpo y perderme en su celo, liberando a mi alfa.
En un momento de cordura me separé de él y camine hacia el mueble que contenía las cosas para las cosas para adultos, lo revise viendo que pedía servirnos, encontré un par de preservativos además de la almohada anti-marcas, tome ambos y los lleve con yuuri, le coloque correctamente la almohada en el cuello mientras yo me ponía el profiláctico, nuestras miradas brillaba como si fuéramos a describir el secreto más hermoso del mundo, dos niños jugando a ser adultos.
Me coloque nuevamente en medio de sus piernas, sintiendo como mi cuerpo temblar de los nervios, al igual que el cuerpo de mi omega, porque si, el me pertenecía como yo le pertenecía a él, lleve mi mano a su entrada e Introduje nuevamente un dedo para llenarlo de lubricante, lo esparcí por todo mi miembro y lo a lineé a su entrada, comencé a ejercer presión para poder meter la punta.
Mientras lo hacía yuuri lloriqueaba y se retorcía por el dolor que sentía, a pesar de estar en su celo y que lo había preparado realmente sabía que le dolía sentir como su interior era brutalmente profanado por algo que no debía estar ahí.
Cuando introduje la mitad de mi miembro sentía como yuuri se contraía al mismo tiempo que intentaba sacarme de su interior, ya no estaba tan seguro de querer continuar con esto ya que le causaba más dolor que placer y a mí también me dolía entrar en algo tan estrecho.
Intenté sacar mi miembro pero cuando lo hice yuuri comenzó a retorcerse y a lloriquear con fuerza, creo que lo había lastimado por lo que volví a meter mi miembro viendo cómo se retorcía debajo de mi cuerpo, evite hacer algún movimiento, lo que menos quería era lastimarlo.
Comencé a sentir como yuuri movía tímidamente sus caderas, arrancándome gemidos.
Lentamente comencé a mover mis caderas al compás del suyo, las penetraciones eran lentas y suaves, disfrutando y descubriendo como dar y recibir placer.
Mis manos estaban aferradas a las sábanas mientras que yuuri se aferraba fuertemente a mi espalda, enterrando sus uñas, el dolor poco a poco era remplazado por placer, yuuri era incapaz de controlarse, gemía delatando que realmente estaba disfrutando nuestra unión.
El ritmo de las embestidas aumento junto a los gemidos de ambos, acerque mi cuerpo al de mi omega para intentar besar su cuello pero no pude, la almohada no me lo permitía por lo que bese sus labios mientras sentía las contracciones alrededor de mi miembro anunciando el tan esperado orgasmo por lo que aumente el movimiento de mi cuerpo hasta que se corrió, manchando nuestros abdómenes, me sentía cerca del final, seguí embistiendo hasta que sentí como mis sentidos se agudizaron sacando mis colmillos y enterrándolos en la almohada mientras el nudo se formaba en el interior de mi amado.
Me aferre a su cuerpo con cada liberación de mi orgasmo, mis padres me habían hablado de esto cuando fue mi primer celo, ahora estaba anudado a yuuri quien temblaba y se quedaba al dolor del nudo en su interior.
Pasamos más de veinte minutos Unidos en los que me encargaba de besar su rostro y limpiar las lágrimas que resbalaban por sus mejillas, cuando pude salir de él, me quite el preservativo cuidando de no derramar ni una gota de mi semilla, volví a recostarme a un lado de yuuri, abrazando su cuerpo y recuperando el aliento mientras reflexionaba sobre lo que acababa de pasar, me había enfrentado a una pandilla de delincuentes, le había entregado mi virginidad a un extraño además de que acababa de descubrir que hacer el amor no solo era algo maravilloso sino también delicioso y lo más importante había encontrado a mi omega y el se había entregado a mí.
Este día no podía ir mejor pero solo había un problema, mi destinado era un varón, mi padre no lo aprobaría pero no dejaría que eso me aparta de mi alma gemela.
Estaba tan perdido en mis pensamientos que no me di cuenta que yuuri se había montado en mí, un enorme gemido salió de mi boca cuando sentí mi miembro entrar de manera rápida y ruda, además de que había entrado por completo en él.
Sentí mi respiración acelerarse cuando yuuri comenzó a brincar sobre mi miembro, esto era un error, no tenía puesto ningún preservativo, si me corría dentro tendríamos muchos problemas.
-Ahhhh...ahhhh vi-viktor te necesito- gritaba Yuuri mientras brincaba toscamente encima de mi miembro.
-yuuri ahhhh, De-detente, si sigues haciendo esto... vamos a tener un cachorro ahhhh -respondí mientras me aferraba fuertemente a las sábanas, sentir a yuuri de esta manera era muy intenso, no sabía cuento más resistiría.
- ¡alfa! ¡Alfa! Te necesito ahhhh por favor ahhhh te necesito-suplicaba ya que no me movía ni un centímetro, a pesar de que me moría por embestir su interior.
Al no recibir respuesta comenzó a rasguñar mi pecho hasta mi pelvis con la intención de que me dejara llevar por mis más bajos instintos.
Aparte sus manos de mi pecho debido ya que sin querer presionó una de mis costillas afectadas, me retorcía pero por el dolor que me había causado mi pequeño omega, me había lastimado sin darse cuenta.
Yuuri aprovecho que lo había tomado de las manos y me uso de apoyo para intensificar el movimiento de su cuerpo.
Me cabalgaba bruscamente hasta que se corrió manchando nuevamente nuestros abdómenes, al llegar al orgasmo dejo caer su cuerpo tembloroso, me aferre a su cintura para que dejara de moverse pero paso todo lo contrario, movió sus caderas hasta que me obligó a terminar dentro de él.
Me sentí asustado, me estaba corriendo en su interior, llenándolo de mi semilla, haciendo un cachorro que no pidió nacer, ahora estaba por convertirme en padre y ni si quiera sabia el nombre completo de mi omega, no sabía cómo iba a reaccionar mi padre pero lo más seguro es que se iba a enojar.
Sentía como el interior de yuuri succionaba mi semilla, mientras el mordía mi pecho al mismo tiempo que me rasguñaba por el dolor que le causaba mi nudo en su interior.
Cuando pude sacar mi miembro me senté en la orilla de la cama reflexionando sobre qué era lo que iba hacer desde ahora, era un hecho que después de esto, yuuri esperara un cachorro mío del cual me haría cargo, por algún motivo me sentía muy feliz, a pesar de ser jóvenes cuidaría a mi omega y futuro cachorro.
Comencé a sentir besos y lamidas en mi espalda, gire mi rostro sobre mi hombro siendo recibido por los labios de yuuri, gire mi cuerpo completamente quedando encima de mi omega, me separé lo suficiente para ver las marcas muy llamativas que había dejado en su cuerpo, al mirar el mío lo que más resaltaba era el gran moretón en mi costado, estaba de un color entre verdoso y morado realmente era muy doloroso.
Incline mi cuerpo nuevamente al de yuuri, comencé a besar su rostro, empezando por su frente y mejilla, descendiendo hasta llegar a uno de sus pezones donde lo bese y lamí con cuidado de no lastimarme más el labio, después llegue a su vientre, lo bese tiernamente hasta que mis labios de entumieron, ahí seria el lugar donde se alojaría nuestro futuro bebé.
Seguí besando su piel hasta llegar a sus muslos, los acaricie, lamí y mordisquee a mi antojo, dejando marcas de mis labios sobre piel.
-Ahhhh Viktor- gimió mi omega cuando mordisquee ligeramente su ingle.
- Dime vitya-susurre mientras besaba sus mejillas.
-ahh vitya...Entra, por favor- suplico mientras abría sus piernas mostrando su entrada escurriendo un líquido-entra ya, te quiero dentro ahora-exigió elevando sus feromonas para mí.
Me arrodille a la orilla de la cama, teniendo la altura perfecta para entrar en su interior, alinee mi miembro a su entrada, enterrando lentamente cada centímetro de mi falo, cuando estuve completamente dentro me quedé inmóvil esperando a que se acoplara a mi tamaño.
Comencé a penetrarlo lentamente, disfrutando de nuestra unión y de las sensaciones de estar nuevamente dentro.
Deslice mi miembro despacio hacia afuera dejando solamente la punta para volver a entrar en el escuchando sus hermosos gemidos, lo hice en varias ocasiones, me gustaba ver como mi miembro desaparecía al entrar.
-ahhhh mas, mas, ¡más! -grito yuuri buscando mayor intensidad.
Arremetí mi falo con fuerza en su interior hasta que escuché un grito agudo, al mirar como el cuerpo de yuuri de retorcía debajo del mío, me asusté mucho por lo que deje de moverme.
- ¿te lastimé mucho? - pregunte preocupado al ver como su cuerpo estaba temblando.
- golea ahí... ahí se siente muy bien-respondió mientras movía sus caderas sacándome gemidos- ¡ahhhh! Ahí, ahí junto ahí, se siente bien, más, más... ¡más! -grito cuando le di un par de estocadas, Golpe ese punto hasta que nos corrimos juntos, incluso había anudado pero la posición era muy incómoda.
Hicimos el amor por tres ocasiones más, en todas me corrí y anude en su interior. Fue tan intenso que yuuri quedó totalmente agotado en la sexta ocasión, quedándose dormido en cuanto llego a su último orgasmo, yo en cambio tuve que esperar a que el nudo se deshiciera.
Mientras esperaba para poder salir de él, intentaba no dejarme vencer por el sueño, el intenso dolor en todo mi cuerpo era una de las cosas que me mantenían despierto, sabía que por la mañana no podría levantarme porque en lugar de tener descanso había hecho el amor con yuuri.
Estaba pensando en que haría ahora, lo primero sería proponerle matrimonio a mi hermoso omega, después hablaría con nuestros padre sobre lo que pasó, solo esperaba que el mío lograra entenderme y respetar mi decisión.
Me di cuenta que ni siquiera le había preguntado su nombre completo lo único que sabía era que se llamaba yuuri, me aferre a su cuerpo mientras olía su nuca percibiendo como su olor había cambiado, ahora ambos éramos la perfecta combinación de nuestros olores.
Sentía como el sueño me vencía poco a poco haciendo que mis ojos se cerrarán lentamente teniendo la última imagen de yuuri antes de quedarme profundamente dormido.
" Duele el amor sin ti...Duele hasta matar "
Mis ojos se abrieron por el frío que sentía, un intenso dolor impidió que pudiera mover mi cuerpo, pero no me arrepiento porque conocí el amor y placer al mismo tiempo.
Intenté buscar el calor de su cuerpo pero con lo que me tope fue con una almohada llena de su olor.
Me levanté rápidamente para buscarlo en el baño, ignorando en dolor pulsante pero al entrar no había nada, por lo que seguí buscándolo en el resto del departamento pero no había señal de él.
Mi corazón latía a mil por hora, mi cuerpo temblaba al pensar que algo le había pasado," talvez él se había despertado a prepararse algo de comer y alguien lo atacó" pensé preocupado.
Tenía que descubrí que había pasado, camine con dirección a la puerta hasta que me di cuenta que estaba desnudo, comencé a buscar mi ropa. Había quedado regada junto con la de Yuuri, cuando termine de vestirme me di cuenta de que faltaba el abrigo negro.
Camine hacia la recepción donde estaba la omega que nos había atendido ayer, le pregunte si había visto salir a Yuuri dé hotel, ella me respondió que no. Comencé a sentirme asustado por lo que le exigí que me mostrara todos vídeos de seguridad.
Me llevo al cuarto de vigilancia en cual estaba vacío, me explico que tendría que buscar la cinta de la habitación y reproducirla, le dije que me dejara solo para ver las grabaciones.
Me senté frente al escritorio el cual estaba lleno de pantallas donde se podía ver lo que hacían los inquilinos.
Busque el de nuestra habitación, cuando lo encontré lo puse a reproducir. En el vídeo salía justo el momento en el que entramos a la habitación, seguí adelantando hasta el momento donde ambos nos quedamos dormidos.
Cuando iba adelantar el vídeo salió Yuuri quitándose la ropa en la cama pero podía apreciar que estaba dormido.
Cuando despertó, vi cómo comenzó a retorcerse en la cama señal de que su celo había empezado, seguí viendo el vídeo hasta que llegó a una parte interesante, Yuuri salía auto satisfaciendo mientras yo estaba dormido en la sala, mis mejillas se tornaron rojas al ver que mi omega era muy travieso, lo adelante hasta el momento en el que salió de la habitación y caminaba hacia mí.
Se miraba totalmente diferente, más seductor hasta en la forma de caminar, seguí viendo hasta en la parte donde estábamos haciendo el amor por cuarta vez, lo estaba penetrando por atrás mientras él estaba en cuatro, miraba como la cama se movía bruscamente al compás de nuestros cuerpos.
Seguí adelantando hasta la parte donde nos habíamos quedado dormidos, nuestras manos estaban aferradas sobre su vientre mientras Yuuri sonreía.
Un sentimiento de angustia me invadió, al pensar que no lo volvería a velo a él ni a nuestro cachorro.
Vi como se despertó, cayéndose de la cama y provocando que una sonrisa saliera de mis labios. Ese era el Yuuri que yo conocí, se veía asustado. lo vi cubrirse con la sábana y caminar rumbo al baño, una vez ahí se quitó la almohada anti-mordidas y revisar su cuello.
Después, entro a la regadera donde enjuagó su cuerpo, después entro a la tina, lo vi abrazarse a sí mismo y llorar desconsoladamente, mis ojos se estaban llenando de lágrimas al ver como sufría sólo, me maldije al no haberme despertado en ese momento para abrazarlo y besarlo.
Vi como regreso a la habitación sentándose en la cama aun lado de mí. Se acostó abrazándome mientras besaba y lamia las heridas que me había hecho con su cuerpo.
Cuando observe que se levantó y busco su ropa para irse de mi lado sentí mi corazón partirse, él me estaba sacando de su vida como si no le importara todo lo que habíamos vivido.
Mis lágrimas caían sin control después de ver los vídeos, Yuuri me había abandonado, arrebatándome una vida a su lado y a la de nuestro cachorro.
Me sentía confundido, no entendía que había hecho mal para que me abandonara sin dejar huella, Estúpidamente no le había preguntado su nombre completo ni nada que me ayudara a encontrarlo.
Me pedí a la recepcionista que me entregará todas las grabaciones de Yuuri y mías, si llegaban a mi padre estaría en problemas.
Regrese a la habitación, creí que había encontrado mi felicidad pero eso nunca paso por su cabeza.
Me sentía usado, roto y dolido, me senté en la cama mientras miraba las grabaciones, los recuerdos volvieron a mi cabeza destrozando mi corazón una vez.
Toda la tristeza se convirtió en irá, tome las grabaciones y las destruir como Yuuri había hecho con mis ilusiones.
Mire la cama ahora era ella la única evidencia de cómo había entregado ciegamente mi cuerpo y corazón alguien que no supo apreciarlo, el dolor físico no se comparaba al que mi alma sentía.
Si Yuuri no me quería a su lado no me importaba, íbamos a tener un cachorro junto y no podía evitarlo.
Mire por última vez la habitación y observé la almohada, había olvidado ese detalle, la Tome en tres mis manos acercándola a mi rostro para oler su dulce aroma, mis lágrimas resbalaron por mis mejillas, no podía creer que me había enamorado de Yuuri sin siquiera saber su nombre.
Recordé cuando hicimos el amor, me dijo que también me amaba, ¿acaso sus palabras fueron mentiras? Mi corazón se negaba a creerlo, talvez solo se había asustado después de todo había sido nuestra primera vez.
Quería entender por qué me había dejado así, talvez huyó porque se sintió asustado, era su primer celo y casi había sido violado además de que se entregó a un extraño.
Me sentía más relajado y también muy estúpido por reprocharle su abandonó pero yo sabía que él era mi destinado, no quería perderlo y menos sabiendo que talvez íbamos a tener un cachorro juntos.
Tome la almohada y me acosté abrazándola por alguna razón el olor de quién creó que es mi omega lograba no solo tranquilizarme sino también desaparecer mi dolor por los golpes.
Cuando mire la hora faltaban quince para las tres de la tarde ya tenía que irme pero no quería llegar a casa. El dolor físico era terribles incluso hasta respirar era un calvario.
Salí de la habitación rumbo a un hospital, el dolor en mi cuerpo era muy fuerte, creí que me iba a desmallar en cualquier momento, mire por última vez la habitación y mis ojos se dirigieron a mi almohada era la misma que Yuuri había mordido mientras le hacía el amor y también la que había llegado con su fragancia.
Tome la almohada entre mis manos y la mire con cariño, tenía que descubrir porque Yuuri había hecho eso conmigo.
Me lleve los restos de las grabaciones y la almohada, no quería que nadie más la tocará por lo que la lleve conmigo, su olor realmente me tranquilizo y bajo el dolor físico.
Camine por las calles mientras abrazaba la almohada, la gente me miraba extraño pero no me importaba, llegue a una pequeña farmacia donde me atendió una chica, al verme camino hacia el almacén dejándome solo en el mostrador.
Cuando regreso traía como diez medicamentos, la mayoría eran cremas.
— ¿Fue una pelea?—pregunto mientras tomaba mi rostro para ver las heridas detalladamente.
—eh... un asalto, quisieron robarme el celular—mentí, no supe porque lo hice pero sentía que había hecho lo correcto.
—Imagino que tienes más golpes— dijo, la mire mientras levantaba mi suéter mostrando mi costado.
—dios mío, eso es grave, ven te tiene que ver el doctor— dijo saliendo del mostrador rumbo a una puerta, la mire con desconfianza—vamos no voy hacer nada contigo —respondió, caminamos por un pasillo hasta llegar a otra puerta.
Al entrar a la habitación era como un pequeño consultorio había un sofá café y un escritorio donde estaba un beta sentado mientras escribía cosas.
Al vernos el beta se decantó de la silla y camino hacia nosotros-¿a qué se debe su visita?-pregunto.
— Lo asaltaron y creo que le quebraron unas costillas— respondió la beta mientras levantaba mi suéter mostrando mi costado.
— tengo que hacer una radiografía para saber si hay o no fractura — respondió mientras caminaba a una puerta, cuando la iba a abrir se escuchó un sonido extraño— la puerta, alguien la está tocando— respondió el hombre mientras la beta caminaba a la puerta.
Entramos a la habitación donde había una rara maquina encima de una repisa de metal, me pidió que acostara ahí y que no viera la luz.
Hice todo lo que me pidió, estábamos esperamos a que las radiografías cuando la beta entró.
El doctor le pregunto quién era, comenzaron hablar en su idioma natal de lo poco de entendí es que se trataba de un Omega que vino buscando unas pastillas abortivas.
— Tienes dos costillas fracturadas— dijo el doctor llamando mi atención— tienes que aplicarte estás cremas sobre los golpes de la cara— dijo entregándome unas cajas con cremas— para el dolor de tu costillas, toma éstos analgésicos y des inflamatorios — me paso unas tres cajas con medicamentos.
— Y para las marcas de sexo toma esto— dijo dándome una crema rosa.
Mi rostro se tornó de mil colores mientras aceptaba los medicamentos, la beta se reía por mi reacción.
— muchacho, si no fuera por las marcas en tu cuerpo me daría cuenta por tu olor; hueles a sexo— respondió el doctor riendo junto con la beta.
No sabía dónde esconder el rostro, salí del consultorio y me fui de nuevo al hotel.
Al llegar a la recepción tome una hoja junto a una pluma y le escribí una carta a Yuuri donde le decía que lo amaba y que fui un tonto por no preguntar si nombré además de que le había anotado mi número para que se comunicará conmigo.
Le dejé la carta a la recepcionista y le pedí que si llegaba a buscarme le diera la carta.
Tenía la esperanza de que Yuuri vendría a buscarme ya que éramos destinados y además lo que más me emocionaba era la idea de tener un cachorro junto.
Durante el camino al departamento que compartía con mi padre no dejaba de pensar en Yuuri, estaba seguro de que había quedado embarazado, yo me había corrido dentro, además de que había anudado y él estaba en su celo, no había manera de fallar, mientras caminaba iba imaginando como podría ser nuestro cachorro, talvez tendría sus ojos y mi cabello, o tendría mis ojos y su cabello, cualquier forma sería hermoso para mí, no podía creer que me había enamorado de Yuuri de manera tan rápida.
Al entrar a casa intenté caminar a mi habitación en silencio, cuando iba a subir las escaleras me detuvieron.
— ¡Vitya! — grito Mila mientras me abrazaba por la espalda.
— Mila — dije volteando y cubriendo su boca, la tome de la mano y corrí a mi habitación.
Al entrar cerré la puerta vigile que nadie nos uniera visto.
Mila se sentó en mi cama observándome curiosa, puse la bolsa con los medicamentos y arroje la almohada a la cama.
Comencé a quitarme el suéter y arrojándolo al suelo lo más rápido posible, también me quite el pantalón arrojándolo en el suelo junto al suéter quedando en ropa interior, camine hasta el mueble donde guardaban las toallas, saque una junto al jabón y shampoo.
Me quite la ropa interior y me envolví de la cadera hacia abajo con la toalla mientras me metía al baño para darme una ducha.
Deje que el agua tibia relajara mi cuerpo, talle mi piel con mucho cuidado de no lastimarme, tenía que tener la piel limpia para poder poner el medicamento, las heridas de los rasguños estaban comenzando a dolerme y picarme la piel.
Salí de la dicha y camine hacia el clóset donde estaba mi ropa, tome un pantalón deportivo azul marino.
— Vitya deberías ser más considerado conmigo, no puedes simplemente desnudarte en frente de mi— respondió Mila mientras se cubría los ojos.
— ¿de qué hablas? No actúes como si fuera la primera vez que me vez desnudo, conozco tu cuerpo como tú conoces el mío— respondí mientras me ponía el pantalón.
— si pero ya no somos niños, no es como cuando nos bañamos juntos de cachorros, nuestros cuerpos están cambiando— respondió aun cubriendo sus ojos— además, ya tienes casi quince años tu cuerpo se desarrolla más rápido que el mío— respondió mientras yo caminaba hacia ella tomando sus manos para descubrir sus ojos.
— ¡dios mío! ¿Qué demonios te paso? — pregunto al ver mi cuerpo.
— necesito que hagas algo por mí— dije mientras tomaba la bolsa con medicamentos— ¿podrías ponerme esto? — dije dándole las cremas.
— Está bien— respondió mientras me colocaba un poco de crema en mi boca, cejas y en una mordida que me había dejado Yuuri.
— Vitya, ¿estos rasguños no fueron hechos por una pelea verdad? — pregunto mientras colocaba un poco de crema en mi espalda justo en los rasguños que eran más profundos.
— No— respondí y me di cuenta que mientras más me curaba su ánimo decaía.
— ¿Qué pasa? — pregunte cuando se formó un silencio incomodo entré nosotros.
— ¿cómo te hiciste esas marcas? — pregunto mientras colocaba crema en mi espalda baja.
-si te lo digo ¿guardarías el secreto?-pregunte volteando mi cuerpo para que pudiera aplicar crema en mi pecho.
-Sabes que si-dijo mientras seguía aplicando la crema en mi costado.
— Encontré a mi destinado, hicimos el amor y creo que voy a ser padre— respondí tan rápido que mi estómago dolió, sentí como su cuerpo se puso rígido.
— ¡¿qué?! — pregunto mirándome... ¿triste? — tuviste sexo con un desconocido y crees que vas a tener un cachorro ¿qué has hecho? Tu padre va a matarte— respondió con desilusión
— Lo sé pero no pude evitarlo, era mi destinado y estaba en celo— respondí acostándome en la cama mientras miraba el techo.
— ¿cómo estás tan seguro de que es tu destinado? — pregunto mientras se acostaba en la cama aun lado de mí.
— lo sentí, ¿recuerdas cuando jugábamos a las escondidas? — pregunte— ese día tuviste ti primer celo, estabas escondida de bajo de mi cama, aunque tú olor era dulce, no reaccione a ti ni a nadie— respondí tranquilamente— incluso cuando fue mi primer celo, mis padres metieron a omegas en mi habitación para que yo pudiera satisfacerme pero mi cuerpo no reaccionó a ninguna, las rechacé a todas— susurre recordando cada uno de esos momentos— en cambio con yuuri, mi cuerpo reacciono a él y lo reconoció como mi omega— respondí mirando el techo.
Mila se quedó en silencio, al mirarla podía ver que estaba triste por lo que decidí cambiar de tema.
— ¿creí que estarías en Rusia? ¿Qué haces aquí? — pregunte mientras me levantaba de la cama y cogía un par de vendas que había en la bolsa y se las daba.
— llegue ayer pero no estabas, mi padre vino por negocios y me trajo con él, me quedare aquí unos días— respondió tomando las vendas y ayudándome a ponérmelas.
Mientras Mila me acomodaba las grasas, no apartaba mi vista de la almohada, sentí como mis lágrimas resbalaron por mis mejillas y mi alfa internó temblara herido.
— ¿qué te pasa Vitya? — pregunto mí me abrazaba.
— Creo que lo perdí — respondí sin poder contener más mi llanto-el me abandonó después de hacer el amor, tengo miedo de no volver a verlo-respondí mientras sentía como Mila liberaba feromonas para intentar tranquearme logrando todo lo contrario, mi alfa interno gruñó molesto al percibir feromonas de otro omega.
Una vez que me tranquilice, le conté a Mila todo lo que había pasado con Yuuri, ella me dijo que talvez estaba asustado al darse cuenta de lo que habíamos hecho pero que no me rindiera y tuviera paciencia.
Al día siguiente Mila me acompaño al hotel, tenía la esperanza de que Yuuri hubiera regresado pero eso no paso, al llegar al hotel la recepcionista me dijo que no lo había visto e intento devolverme la carta pero Mila me detuvo y me dijo que escribiera otra carta.
Me sentí desilusionado, no quería perderlo me di cuenta que entre más escribía la carta mi corazón comenzaba a latir más rápido, delatando lo muy enamorado que estaba y lo que sufrí por él.
Cuando mi padre regreso casi le da un infarto al ver cómo había quedado mi cuerpo después de la paliza que había recibido, al verlo de nuevo corrí a sus brazos y llore por haberme enamorado de lo que más odia.
Repetí esa rutina por una semana, caminaba hasta llegar al callejón donde me quedaba por horas con la esperanza de verlo, no me importaba el frío que hiciera solo quería verlo una vez más pero entre más pasaban las horas mi corazón más se destrozaba.
Después caminaba al hotel para recibir la misma noticia de que no lo habían visto, al regresar a casa me iba directo a mi habitación a llorar pensado en que no volvería a verte, mis esperanzas y corazón morían lentamente por su desprecio.
Mi tiempo en Japón se agotó por lo que tuvimos que regresar a Rusia, sentí miedo, no sabía nada de él, talvez sus padres lo habían corrido de su hogar al enterarse de que esperaba un cachorro.
Tampoco dejaba de pensar en mí pequeño, tenía miedo de que lo hubiera perdido porque no podía sentirlo, mi padre me había dicho que nosotros podríamos sentir a nuestros cachorros antes de nacer, él me dijo que los padres teníamos un vínculo muy fuerte pero yo solo podría sentir a Yuuri pero no a mi cachorro.
Los meses pasaban y me sentía más preocupado por Yuuri, podía sentir su tristeza o felicidad, normalmente lo que sentía era dolor, tenía miedo de que algo le hubiera pasado a él o a nuestro bebé.
Cuando estaba a punto de caer en la desesperación mi padre tuvo que volver a Japón para revisar cómo iba el avance de sus construcciones, había aceptado llevarme con él pero con la condición de que tenía que tener un chófer que me llevará a todas partes.
Acepte su decisión con tal de volver a ver a Yuuri y saber cómo estaba nuestro cachorrito el cual debía tener unos cuatro meses de gestación. Los primero que hice fue escaparme al hotel para ver si Yuuri había ido a buscarme pero de nuevo no lo hizo.
Me escapé por una semana pero mi padre me descubrió un día cuando iba caminando rumbo al callejón, al verme me obligó a subir al auto. Durante todo el camino solo recibí regaño tras regaño debido a que no tenía tiempo para regresar a casa y volver de nuevo a la Junta con los inversionistas.
Cuando llegamos a las construcciones me quedé dentro del auto a pesar de que me dijo que bajara al principio no lo hacía pero después me bajo del auto a la fuerza.
Me sentía muy molesto con mi padre por no dejarme ir a ver si Yuuri había ido, estaba tan enojado que sin darme cuenta estaba maldiciendo en distintos idiomas y al parecer se dio cuenta porque sin previo aviso me tomo bruscamente del brazo para apartarme del grupo de inversionistas.
Caminamos hasta llegar al auto donde me arrojo bruscamente cuando voltee a verlo puede percibir que estaba muy molesto,
Era la primera vez en mi vida que lo miraba tan enojado.
— ¡¿qué demonios pasa contigo?! — Pregunto enojado — sabes que si alguien entendiera lo que has dicho estarías en problemas— me grito en nuestro idioma natal.
Nunca me he quejado de cómo me sobre proteger pero ahora estaba tan enojado que no pensaba con claridad, solo quería ir al hotel para escribirle a Yuuri con la esperanza de que algún día lograría volver a verlo pero mi padre no dejaba ni siquiera respirar era tan frustrante no poder salir a la calle o conocer a omegas varones, estaba tan harto de mi vida y mi padre no ayuda.
Quería decirle porque hacía todo pero tenía miedo de que se enojara como lo está ahora.
Estaba tan enojado que no dije ni una palabra, el coraje era tan grande que sentía un nudo en mi garganta impidiendo que hablara, al no responder, mi padre se enfureció mucho.
— Contesta por un demonio— dijo intentando tomarme del brazo pero lo rechace— ¿qué es lo que te está pasando? — pregunto.
— ¡Que te importa! — le grite furioso mientras lo empujaba.
Estaba tan enojado que no pensaba con claridad, mi cuerpo había reaccionado por sí solo, podía oler el enojo de mi padre.
Me tomo del brazo y me arrojo bruscamente al interior del auto, cerró la puerta y le pido al chófer que me llevará al departamento.
Cuando llegue fue y me encerré en mi habitación, al estar solo en mi cama comencé a llorar del coraje que sentía, nunca había peleado con mi padre, se sentía el peor hijo del mundo.
Para mi mala suerte mi celo llegó, sentía mi cuerpo arder y mi entrepierna dolía terriblemente.
Comencé a desnudarme porque la ropa me molestaba, mi cuerpo comenzó a llamar al de mi omega.
Tome la almohada con su fragancia y la coloque encima de mi miembro, comencé a embestirla pensando que era Yuuri.
— ahhh Yuu-Yuuri regresa a mi...Te necesito ahhh— suplicaba mientras movía bruscamente mis caderas intentando llegar al orgasmo.
No me importaba si me escuchaban afuera, sabía que mi celo duraría dos días en los que sufriría sin la presencia de mi omega.
Cuando por fin llegue al orgasmo me sentía cansado, mi padre regreso y toco la puerta para pedirme disculpas pero no pude abrirle, por suerte el entendió que era mi celo y que lo quería pasar solo, encargó medicamentos para calmar las molestas, esa noche no pude dormir tranquilo, me sentía mal por mi padre, era la primera pelea entre nosotros además no entendía porque mi celo se había adelantado.
Al día siguiente pude salir de mi habitación gracias al medicamento, le pedí a Mila que entregara la carta por mí y preguntara por Yuuri.
En cuanto a mi padre, él se disculpó por como actuó y asumió que me comportaba así por mi celo.
Cuando mi celo termino mi padre accedió a que pudiera salir a dónde yo quisiera, iba caminando por la calle cuando me encontré a la linda omega que conocí en el burdel, la invité por un café y un pastel.
Su nombre era Kishi que significaba "larga y feliz vida", cuando la mire detenidamente pude darme cuenta de que estaba esperando un cachorro, me sentí feliz por ella.
Hablamos durante una hora, ella me contó que su padre la vendió a ese lugar cuando descubrió que era una omega y que aunque no sabía quién era el Papa de su bebé ella estaba feliz y emocionada por tenerlo.
Me despedí de Kishi deseando que tuviera una feliz vida al lado de su bebé, cuando seguí caminando mi corazón se estrujó al pensar que yo también tendré un cachorro del cual aún no sé nada.
Al llegar al hotel me encontré con koiko, con el tiempo nació una amistad entre nosotros, al ser la recepcionista del hotel, ella podría ver quien entraba o salía del hotel.
Cuando entre le pregunte sobre Yuuri como siempre lo hacía y cómo siempre obtenía el mismo resultado.
Mis ánimos decayeron como siempre no lograba entender que era lo que pasaba por su cabeza.
— Víctor Kun, ¿qué relación tienes en realidad con ése omega? — pregunto koiko
— ¿a qué te refieres? — pregunte confundido.
— no creo que estén casados, ¿qué es lo que ocultas? — pregunto
— no lo estamos, no pude controlarme y pasamos la noche creo que vamos a tener un cachorro juntos— respondí sintiendo un peso menos, ya no quería seguir ocultando las cosas; ya no lo soportaba.
Al decirle eso su cuerpo se tensó y su rostro se tornó preocupado, ella de reveló algo horrible, me contó sobre las reglas de esta ciudad, mi corazón comenzó a latir en mi pecho hasta el punto que llegó a doler.
Había descubierto que rompimos las leyes de la ciudad y que lo más probable era que Yuuri hubiera muerto.
Sentí mí sangre helarse con la idea de Yuuri muerto por mi culpa, si el realmente había muerto no podría con mi conciencia, aquella noche en la que estuvimos juntos, yo si podía detenerme pero no quise hacerlo; termine llorando en los brazos de koiko deseando que eso no pasara jamás.
Seguimos hablando para tratar de no pensar más en las Malditas leyes, koiko me contó que estaba saliendo con un extranjero y que pensaba que las cosas llegarían a ser serías.
Al llegar a casa, no podía dejar de pensar en Yuuri, tenía miedo de que algo le hubiera pasado, ahora que sabía lo de las reglas, entendía porque se fue de la manera en que lo hizo.
Cuando regrese a Rusia mantuve constante comunicación con koiko, mi vida era tan frustrante no sabía que pasaba con Yuuri o con nuestro cachorrito, sabía que se acercaba la fecha de su nacimiento y mi desesperación aumentaba drásticamente llegando a tener ataques de ansiedad.
Me sentía el peor padre del mundo y tenía miedo de que hubieran descubierto a mi Yuuri y perdiera a nuestro bebé.
Los meses siguieron pasando y cuando mi vida no podía estar peor me enteré de una horrible noticia.
Mi padre tenía que viajar a Japón por que una empleada había muerto, dijo que había sido cruelmente asesinada cuando descubrieron que había roto las reglas de la ciudad.
Sin pensarlo dos veces esa misma noche me escapé a Japón, tenía que comprobar que estaba equivocado.
Al llegar corrí con todas mis fuerzas al hotel y al entrar mire que era otra chica la que atendía, me acerque a preguntar dónde estaba koiko y lo que me respondió la omega me destrozó el corazón.
Koiko era la chica que había muerto por romper las reglas, koiko tenía una relación con un extranjero y al descubrir que vivía con el sin ser una pareja oficial, los condenaron a muerte.
Antes de que partiera la chica me detuvo y me entrego una caja que le pertenecía a koiko, al abrirla me di cuenta que eran todas las cartas que le había escrito a Yuuri, la chica me dijo que ella era amiga de koiko y que ella sabía que guardaba las cartas en la espera de mi esposo y que ella podía seguir haciendo en honor de koiko.
Ese día le escribí la última carta a Yuuri, ya había pasado un año y mi esperanza de verlo había muerto pero aun así le dejé un detalle.
Tome mi abrigo y escribí una nota en un papel como despedida le di lo mismo que él se había llevado la noche que nos conocimos.
Salí del hotel, no podía creer que koiko ya no estaba aquí, yo la quería mucho, era la única amiga que había hecho en Japón y ahora estaba muerta.
Camine por las calles sin presentar atención hasta que pase por el burdel, estaba rodeado de muchas personas.
Me acerque al grupo de personas y lo que vi me perturbó, en la entrada del burdel estaba el cuerpo de Kishi, comencé a temblar y sentía que el oxígeno me faltaba.
Al parecer el dueño del lugar la había asesinado al descubrir que estaba embarazada, ese hombre la había matado sin importarle su seguridad del bebé
Sentí tanta rabia que sin pensarlo entre al lugar, cuando lo encontré camine hasta llegar a él y lo golpe hasta que el hombre quedo inconsciente.
No podía detenerme, si no hubiera llegado la policía por mi estaba seguro de que lo hubiera matado.
No me importaba dormir en la prisión, no dejaba de pensar en koiko y Kishi, ellas eran mis amigas y las había perdido para siempre.
Mis lágrimas caían sin parar por mis mejillas, odiaba este lugar, era horrible lo que le hacían a los omegas, talvez Yuuri había tenido el mismo resultado que ellas.
— Vitya— susurro mi padre llamando mi atención, en cuanto abrieron la celda corrí abrazarlo, quería estar soñando y que me despertará pronto de esta horrible pesadilla.
Me aferré a su cuerpo como si mi vida dependiera de ello, llore hasta que no pude más, mis mejillas ardían por lo irritada que quedó mi piel.
— Vitya tranquilízate, amor cálmate ¿qué pasa? — decía mi padre mientras sonaba ni espalda y cabeza.
— ¡las mataron! ¡Ellas están muertas y nadie hizo nada para evitarlo! — respondí llorando tenía que sacar todo lo que sentía o iba a estallar.
Mi padre me mandó a esperarlo al auto mientras pagaba la multa, al estar solo en el auto no podía borrar las imágenes del cuerpo de Kishi, lo que más me perturbó fue que las personas no hicieron nada para evitarlo solo porque era una omega, me abrace a mí mismo mientras mis lágrimas resbalaban silenciosa por mis mejillas ya lastimadas
Cuando mi padre entro al auto se sentó a mi lado mientras volvía abrazarme, durante todo el camino a un hotel no quedamos en completo silencio.
Sin darme cuenta me había quedado dormido en su pecho, cuando desperté estaba en la cama de mi habitación en Rusia.
Mi padre me prohibió volver a ir a Japón y por primera vez estaba de acuerdo con su decisión, no quería volver a estar ahí, había vivido tantas cosas en tampoco tiempo que necesitaba un descanso.
Me sentía tan triste que la vida me parecía igual, perdí el apetito y también no podía dormir tranquilo por no las noches porque mi mente siempre me reprochaba su ausencia y el remordimiento de que el murió por mi culpa, yo no quise detenerme esa noche.
Ya no sabía lo que sentía por él, su recuerdo hace que mi corazón latía rápido pero también hacía que sintiera mucho rencor, entendía que al principio huyó por el miedo pero acaso no le importaba lo que yo sentía, ¿acaso era el único que tenía que se enamoró esa noche?
Yo le había entregado mi cuerpo y alma sin dudarlo, quería apoyarlo, cuidarlo y amarlo pero él no creía lo mismo.
Yuuri fue mi primer todo, mi primer amor, mi primer beso y mi primera vez.
Los meses pasaban y cada vez me sentía peor, me preguntaba si alguna vez iba a recibir un poco amor.
Porque Yuuri no podía entender que lo único que necesito es su amor para no sentir que pierdo la cordura.
Ya había pasado más de un año y medio pero sentía como si fueran mil años, para mi sorpresa mi padre me hizo ir con él a Japón, ya era septiembre, lo primero que hice fue Estúpidamente ir al hotel, quería saber dónde descansaban los restos de koiko al entrar al hotel la nueva recepcionista me dijo la dirección de donde la habían enterrado y me dijo que Yuuri había venido hace unos días.
Mi corazón comenzó a latir como loco al escuchar sus palabras, mi Yuuri estaba bien y además me había venido a buscar.
Me dio la pequeña nota en me había escrito eso fue suficiente para curar cada herida en mi corazón y llenarlo de esperanza.
"Solo quiero que sepas que te amo con toda mi alma".
"Perdón por irme de esa manera quería protegerte, perdóname todo lo te he hecho llorar, esa jamás fue mi intención"
Te amo con toda mi vida y espérame..."
Yuuri.
Me sentía feliz que tome a la recepcionista y la alce en el aire, mi yuuri también me amaba, él me amaba y sabía que estaba bien, lo único que faltaba era saber de mi cachorro ya quería conocerlo.
Le envié un mensaje a mi padre para que me mandara la dirección del hotel donde nos íbamos a hospedar, cuando el mensaje llegó, tome el primer taxi y le indique la dirección del cementerio.
Me sentía contento, mi Yuuri me amaba, no sabía cómo contener mi felicidad aunque aún no sabía su nombre completo, no me importaba lo amaba y el a mí además de que no le había pasado nada.
Estaba seguro de en cuanto lo viera, lo llevaría lo más lejos de aquí, estaba consciente de que de que habíamos roto las reglas y que teníamos que pagar con nuestras vidas pero no dejaría que nada malo le pasará, lo iba a proteger aunque mi vida dependiera de eso.
Le pedí al taxi que me llevara a una florería, al llegar a la más cercana compré cien rosas y los lleve a dónde estaban sepultadas koiko y Kishi.
Primero le dejé un ramo a Kishi y a su bebé, aún me dolía lo que le pasó, ore por ella y su cachorro para que tuvieran una feliz vida juntos.
Cuando iba para la tumba de koiko me encontré a mi padre, él le había dejado un ramo de rosas blancas.
— Tenía una vida por delante— susurro cuando me detuve aun lado.
Puse las flores en la lápida de koiko y entre los dos le oramos para que descansara en paz.
le pague al taxi y Camine hasta el autor para ir al hotel y descansar un momento, durante el camino me sentía tan contento que no podía contenerlo, tenía una enorme sonrisa en mi rostro además de que jugaba con mis pies.
— Veo que estás muy contento Vitya, pero tengo una sorpresa para ti al llegar al hotel — respondió mi padre contento contagiado de mi felicidad, había pasado mucho tiempo que no miraba esa sonrisa en su rostro.
Al llegar al hotel pensé que el chófer personal se había equivocado del lugar, pues era completamente distinto a lo que mi padre estaba acostumbrado a reservar, el hotel era muy lindo y hogareño nada que ver con los extravagantes que normalmente reserva.
— ¡Vitya! — grito una voz muy conocida, cuando gire mi cuerpo mire que era Yacov y no venía solo, estaba acompañado de mi perro makkachín.
Tenía mucho tiempo sin ver a mi perrito debido a que viajábamos mucho tuvimos que dejarlo por un tiempo con Yacov que era como mi segundo padre
Makkachín corrió a mis brazos y me hizo caer al suelo donde comenzó a repartir besitos en todo mi rostro mientras lloriqueaba.
Mi padre se quedó conversando con Yacov afuera mientras que makkachín y yo entrabamos al hotel, al cruzar la puerta mis sentidos se agudizaron al percibir un olor muy familiar.
Comencé a caminar siguiendo el olor de la persona que más amaba, hasta que llegue a una puerta, su olor estaba demasiado concentrado.
Mis manos comenzaron a sudar al estar frente a la puerta de la habitación, miraba como makkachín rascaba la puerta para entrar.
Comencé a deslizar la puerta para entrar, fui recibido por su dulce aroma haciendo que mi alfa internó brincara de alegría, estaba cien por ciento seguro que esta habitación le pertenecía a mi Yuuri.
— ¿qué haces en la habitación de mi hermano? — pregunto una chica, cuando la mire me di cuenta que era una alfa y está me miraba molesta.
— eh... Yo... — intente formular palabras pero la alfa me miraba y gruñía como si fuera una amenaza.
— Quiero esta habitación — dije mientras me sentaba en la cama.
— ¿acaso no me escuchaste? — pregunto mientras me levantaba la ropa.
— ¿qué está pasando aquí? — pregunto una linda omega regordeta.
— Quiero quedarme aquí — respondí
— ¿ahora qué hiciste Vitya? — pregunto Yacov mientras mi padre se reía de mí.
— quiero quedarme en esta habitación y suelta me ya — respondí mientras empujaba a la alfa lo más lejos posible de mí.
— Lo siento cariño, pero no puedes quedarte en esta habitación— respondió la omega, que a suponer por su apariencia era la madre de mi Yuuri.
A pesar de todo lo que supliqué no pude quedarme en la habitación de mi Yuuri, en cambio me dieron la segunda más cercana a la suya porque la primera era la de su hermana mari, para poder llegar a su habitación no solo tenía que cruzar la habitación de mari, que siempre estaba vigilando que no me acercara ni un centímetro, si no también tenía que cruzar el pasillo que dividía nuestras habitaciones.
Por alguna extraña razón a makkachín si lo dejaban dormir en la habitación de mi amado, solía ver como el traidor de mi perro entraba contento como si fuera su cuarto, lo dejaban dormir en su cama, desde la habitación que me habían asignado podía ver como makkachín se revolcaba contento en sus cobijas, no podía creer que tenía celos de mi propio perro.
había ideado un plan para dormir en la habitación de mi omega sin ser descubierto, por las noches tenía que esperar a que todos durmieran para poder escabullirme sin ser visto por nadie, o más bien por Mari, parecía que era a la única que le molestaba cualquier cosa que hiciera.
Después tenía que distraer a makkachín con sus galletas favoritas, en varias ocasiones había sido descubierto porque makkachín comenzaba a labrar en cuanto me miraba.
Para no ser descubierto tenía que poner una alarma que sonaba en la madrugada, para poder despertarme lo suficientemente temprano para acomodar las cosas y escabullirme a mi habitación antes de que Mari despierte.
Mi plan era infalible o eso pensaba, si no fuera por un descuido nunca me hubieran descubierto, normalmente los lunes solía poner la alarma más temprano que de costumbre porque ese día era en el que Hiroko se levantaba más temprano para limpiar las sábanas sucias, pero ese día había olvidado poner la alarma por lo que me quedé dormido, Hiroko me despertó con un beso en la frente, pensé que se iba a enojar porque la había desobedecido pero fue todo lo contrario, ella acarició mi cabello y me dejó dormir en la habitación de mi Yuuri.
Hiroko era una mujer muy linda, se había ganado mi cariño demasiado rápido, sin duda me había sacado un cien con la madre de mi omega, ella me trataba como si fuera un hijo más y yo la mirada como a mi madre, solía platicarme de su vida por horas y a mí me encantaba escuchar cada una de sus historias incluidas muchas de mi Yuuri, había descubierto que a Yuuri la gustaba el ballet y la cocina, cuando nos casaremos sin duda me haría un restaurante, también había descubierto que Yuuri estaba estudiando en París, me sentía muy orgulloso de él, tristemente descubrí que Yuuri nunca había quedado embarazado, me sentí triste porque me había hecho ilusiones con tener un cachorro juntos pero no me importaba, cuando lo encontrará no lo dejaría salir de la habitación y le haría diez cachorros.
Me di cuenta de que Yuuri no les había comentado a sus padres lo que sucedió entre nosotros, por lo que tuve que ser muy cuidadoso para no levantar sospechas y no perjudicar a Yuuri.
Hiroko solía bromar conmigo cosa que no le gustaba a mi padre, cuando descubrió que Yuuri era un omega solía molestarse cuando me aparentaban con Yuuri cosa que me estaba preocupando tenía miedo de que no aceptará a Yuuri como mi pareja.
Mi tiempo en Japón se estaba agotando, no quería irme de aquí, quería tanto a Hiroko que no quería irme de su lado. Un día antes de irme Hiroko me había ofrecido llamarme una foto de mi Yuuri pero con todas mis fuerzas tuve que rechazarla porque no iba a poder explicarle a mi padre porque tenía la foto, por lo que me dijo que podía llevarme algo de la habitación de Yuuri, de podía creerlo sentía que iba a explotar de la felicidad, decidí llevarme los cobertores de su cama además de unas prendas que me robe.
Al llegar a Rusia lo primero que hice fue tender mi cama con mis nuevos cobertores, se sentía tan bien dormir entre su olor que mi alfa internó brincara de alegría.
Pero la felicidad no pude durar para siempre, cierto día llegó Mila a mi casa pidiendo perdón por lo que había hecho. Se veía muy mal que comencé a preocuparme por ella.
— Viktor lo siento, hice algo horrible, perdóname — susurro sin parar de llorar.
No entendía lo que pasaba hasta que Mila me explico que tuvo que decirle a su padre que éramos pareja, ella me dijo que su padre quería hacernos daño y que lo único que se le ocurrió fue decirle que éramos pareja.
Intenté tranquilizarla pero me mostró un sin fin de artículos sobre nuestro supuesto noviazgo, comencé a sentir miedo, no sabía si Yuuri había leído el maldito artículo, incluso había unos que hablaban de matrimonio, ella dijo que su padre lo había hecho público.
No podía enojarme con ella, lo había hecho para salvarnos me sentía atrapado porque no podía desmentirla frente al público por lo que tuve que asumirlo como verdadero, solo esperaba que Yuuri no lo mirará o que por lo menos me reclamará para así contactarlo.
No sabía de donde sacaba fuerzas para seguir adelante, un día iba caminando por la ciudad, habíamos ido de compras o más bien había ido para cargar sus cosas. Todo iba bien hasta que Mila se puso hacer un vídeo, seguí caminando hasta que me dijo que saludara y fue en ese momento cuando Mila me tomo del rostro y me besó.
Me quedé paralizado, esa tarde discutimos porque me había besado y solo me iba a traer problemas, quería saber si Yuuri había visto el beso entre Mila y yo.
Al llegar a casa me sentía muy molesto con Mila, no tenía por qué besarme ella sabía que yo amaba a Yuuri, cuando pase por la habitación de mi padre puede percibir el olor alcohol, me sentí mal por mi padre, abrí la puerta para entrar a su habitación y fijarme si estaba bien, estaba sentado en una silla mientras tomaba una botella de whisky.
Mi padre solía encerrarse en su habitación cuando era su aniversario de bodas o cuándo extrañaba a mamá, solía encerrarse para beber y escuchar canciones deprimentes, pero sin duda la letra de la canción que estaba escuchando era muy triste, i'm not the only one, .
— No deberías tomar sólo— respondí mientras le quitaba la botella de whisky y tomaba directamente de ella
— no deberías tomar, aún eres menor de edad mejor ve a beber jugo de frutas— respondió ebrio, al ver su rostro pude darme cuenta de que había estado llorando.
Mi padre esa tarde tomó hasta ahogar sus penas en alcohol, ambos nos embriagamos, cuando mi progenitor quedó inconsciente con mucha dificultad lo lleve a su cama para que durmiera un poco mientras yo me tomaba lo que quedaba de la botella de whisky pensando en porque no podía ser feliz al lado de mí Yuuri.
Al día siguiente me desocupé con Mila, ella también se disculpó y me confesó que sentía algo por mí pero que sabía que lo nuestro era imposible.
Cuando llegó el cumpleaños de Mila le hicieron una fiesta con temática medieval, mi padre me obligó a vestirme de príncipe, durante la fiesta Mila y yo bailamos hasta que nos cansamos, la omega rusa me dijo que Chris quería hablar con nosotros.
Cuando íbamos subiendo a su habitación su padre nos detuvo.
— Hasta que al fin encuentro al par de tórtolos, hay que brindar por su felicidad— dijo pasándonos unas copas de vino.
Bebimos lo más rápido que pudimos para poder irnos lo más pronto posible, al llegar a su habitación sentí como la temperatura de mi cuerpo aumentaba drástica mente, al mirar a Mila ella estaba igual o peor que yo.
Corrí y me encerré en el baño, tanto Mila como yo habíamos entrado repentinamente en celo.
Al día siguiente me desperté en el suelo del baño, cuando abrí la puerta Mila estaba dormida recargada aun lado de la pared, la cargue en mis brazos y la acosté en la cama.
No entendía que pasó, porque nuestro celo se había adelantado tanto, fue cuando recordé que lo único que consumimos fue la Copa de vino que nos ofreció su padre.
Salí rumbo a casa hecho cólera quería golpear a ese hombre, nos había drogado para enlazarnos, al llegar a casa le llamé a Mila diciendo que quería hablar con ella, media hora después llegó pidiendo perdón por que se sentía muy avergonzada, le dije que no podía más con seguir fingiendo estar en una relación, Ese día por fin le di fin a esa relación que era una mentira.
— ¿porque demonios hiciste eso Viktor? — Grito mi padre muy enojado entrando a mi habitación, adaptando la puerta.
— ¿De qué estás hablando? — pregunte, levantándome de mi cama, no sabía de qué demonios hablaba.
— el padre de Mila me dijo que terminaste con ella y el rompió todo trato que teníamos— respondió muy irritado mientras caminaba en círculos.
— Termine con ella porque no la amo, nunca lo hice y jamás lo haría, era lo mejor— respondí mientras me cruzaba de brazos, dándole la espalda.
— el no solo rompió los tratados del trabajo sino también los afectivos, el ya no quiere nada que nos una— respondió mientras miraba con decepción-no pensé que ese amorío que tuviste con esa omega te hiciera hacer tanta estupidez- me grito mientras me sacudía de los hombros.
— ¿amorío? ¿Qué estás hablando? — pregunte confundido.
Nuestros gritos podían escucharse por toda la casa, mi padre realmente estaba furioso era la primera vez que lo miraba tan enojado por algo que no tenía sentido.
— ¿quieres verme la cara de estúpido? Sé que te acostaste con esa omega cuando fuimos a Japón— reclamo molesto— sabía que cada vez que te escapabas era para ver a esa omega o ¿acaso no era de ese modo? Pero esa rebeldía se acabó, la omega ya no está aquí, ahora vas a pedirle disculpas a Mila y regresar con ella— me exigió sin dejarme explicarle las cosas.
— Koiko y yo no teníamos un amorío, solo éramos amigos y no voy a regresar con Mila porque no es mi destinada— le grite furioso porque él quería obligarme hacer a seguir con ese maldito engañó.
— ¿destinada? No me vengas con estupideces—
— no son estupideces, yo lo conocí en Japón, hicimos el amor y estoy enamorado de él, no dejare que tu ni nadie me separé de el— sentencie muy enojado no quería perderlo de nuevo.
— ¿un varón? ¿Un omega varón? — Pregunto con su rostro pálido— ¿cómo pudiste Vitya? No voy a permitirlo, primero te mando a un internado antes que verte involucrado con un Omega— amenazo furioso, no podía creer que me estuviera haciendo esto.
— no permitiré que me alejes de él, me importa un carajo lo que pienses, yo lo amo y cuando lo encuentre lo voy a marcar como mío y... — sentí un fuerte golpe en mi rostro haciendo que me paralizará.
Cubrí mi mejilla afectada con mi mano mientras sentía como mis ojos se llenaban de lágrimas, jamás pensé que mi padre me hiciera daño, nunca me había lastimado.
No pude contener más mis lágrimas, resbalaron por mis mejillas hasta que cayeron al suelo, realmente me había dolido su agresión, perdí los estribos y camine hacia la puerta mientras sentía mi corazón romperse más de lo que ya estaba.
— ¿adónde crees que vas Viktor? — pregunto mi padre intentando tomarme de la muñeca para detenerme.
— ¡me largo de aquí! ¡No soporto ni un minuto más a tu lado! — le grite sintiendo como mis lágrimas resbalaban sin control por mis mejillas mientras me soltaba de su agarre.
— Si sales por esa puerta, estarás muerto para mí— amenazo desafiante, estaba tan enojado y dolido que no pensaba con la cabeza, azote con fuerza la puerta sin importarme cuanto lastimaba a mi padre con mi decisión.
Camine a toda prisa por las escaleras para llegar a la puerta y poder irme, estaba tan furioso que no pasaba, no tenía dinero, ni ropa, ni nada, estaba tan cableado que no me había puesto a pensar cómo iba a vivir ahora, yo tenía más familia más que a mi padre, de mi madre, ni sabía nada y mis abuelos habían muerto en un accidente cuando era pequeño.
Salí de mi casa con el corazón hecho añicos, había perdido a la única familia que tenía en el mundo, ahora estaba completamente solo y de Yuuri solo sabía que estaba en París, ajeno a todo el dolor que sentía desde que lo conocí.
Al llegar a la puerta les pedí que me habrían rápido, pero las sirvientas se negaban hacerlo, empezaba a sentirme frustrado por que no querían abrirme la Maldita puerta.
Si darme cuenta estaba desarrollando mi furia pateando y golpeando con los puntos la puerta hasta que me dieron salir, en cuanto tuve un pie afuera sentí como si hubiera muerto por dentro.
No tenía a nadie en el mundo, en estos momentos me preguntaba si realmente había valido la pena amar a Yuuri como lo hice, solo me había traído problema, por su amor me había quedado completamente solo.
— ¡Viktor, sube al auto!— grito Yacov, él fue mi salvación, al estar en el auto me dijo que acababa de hablar con mi padre y que no lo había visto tan mal.
— ¿sabes porque tú padre reaccionó de esa manera? — pregunto Yacov mientras íbamos a su hogar.
— Discutimos porque le confesé que había encontrado a mi destinado, cuando le dije que era un Omega varón, simplemente Enloqueció— respondí sintiendo mi corazón encogerse, no sabía cómo cuánto tiempo más podía resistir.
— ¿sabes porque tu madre desapareció? — pregunto,
— él nunca me lo dijo, pero creo que ella murió— respondí.
— tu madre dejo a tu padre por un Omega varón— respondió haciendo que mi sangre se helara.
— ¡¿qué?! Ella nos abandonó por un Omega — ahora entendía su reacción, sentí mis lágrimas caer sin control me sentía el peor hijo del mundo. — Yo...Yo tengo que disculparme con mi papá, dije muchas cosas horribles, soy la peor persona del mundo— le rogué a Yacov, al borde de un ataque de ansiedad, ahora que sabía la verdad no quería perder a mi padre él fue mi salvación cuando más lo necesitaba.
—Vitya tranquilízate, en estos momentos tú padre está muy herido, no quiere verte se siente traicionado será mejor en otra ocasión, cuando no esté tan enojado— respondió Yacov, ese día fue el último en el que hable con mi padre.
Al no tener nada, me quedé a vivir con Yacov y mi tía Lilia en San Petersburgo ellos fueron los nuevos padres, estaba tan deprimido que no comía nada, en solo pensar en mí padre o en cuanto necesito el amor de Yuuri en estos momentos hacía que mi aparato de fuera como mis fuerzas de seguir luchando.
Me puse tan mal que tuvieron que hospitalizarme, tenía desnutrición por no comer lo suficientemente por dos semanas.
Tanto Yacov como Lilia me regañaron por ser tan irresponsable pero ya no me importaba nada, algo en mi había muerto.
Incluso Mila vino a verme, descubrí que su padre la mando a París al enterarse de que estaba saliendo con un compañero de su escuela.
Al salir del hospital no tenía ánimos de hacer nada, Lilia me hizo entrar a clases de piano y violín para que tuviera algo en que distraerme pero sabía que en realidad era para salir de la depresión.
Después también me obligó a entrar a clases de baile, llegue a ser el mejor, ella decía que las clases me ayudarían a salir de mi depresión.
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Tenía viviendo con Yacov bien unos tres meses, me sentía un completo inútil, me sentía atrapado al no poder salir a caminar como cualquier persona normal.
Mi tía Lilia era la única que me comprendía, a pesar de ser una alfa, ella siempre se miraba tan estricta pero era muy maternal, le conté todo lo que había vivido con Yuuri y de lo culpable que me sentía por seguir amándolo a pesar de todo lo que me ha hecho.
Me dijo que no tenía la culpa de lo que pasó ya que Yuuri era mi destinado y que mi padre era el que había reaccionado de forma equivocada, después de hablar con mi tía Lilia me sentía más relajado pero siempre estaba esa preocupación por mi padre y por makkachín.
Mi mascota se había quedado con mi padre porque cuando me fui no lo alcance a llevarlo conmigo, me preocupaba constantemente de makkachín al pensar de que estuviera triste por mi culpa si algo le pasará jamás me lo perdonaría.
Para mi sorpresa mi tío Yacov se robó a makkachín para traerlo conmigo, ellos se comunicaban mucho con las sirvientas de la casa, mi tío Yacov preguntaba constantemente por mi padre y por makkachín, mi corazón se encogió al descubrir que tanto mi padre cómo mi perro estaban tristes y me extrañaban.
El tiempo paso y me cansé de estar deprimido, quiera solucionar todo., La relación con mi padre y con mi Yuuri, aún que no estaba seguro si aún era mío yo le era y seré fiel, tenía la esperanza de que cuando nos encontramos de nuevo las cosas se solucionarían entré nosotros y mi padre por fin aceptaría a Yuuri como mi pareja.
Conseguí un trabajo en un restaurante, al principio solo me dedicaba a lavar los platos sucios pero después fui mesero por mi belleza, las chicas solían verme cuando tiraba la basura o llevaba los platos sucios, la paga era buena y eso que no contaba las propinas que recibía, ahorre por un mes lo suficientemente para comprarme un celular nuevo, el viejo se había quedado con todas mis cosas en la casa de mi padre.
Era muy feliz trabajando ahora podía gastar mi dinero en lo que yo quisiera, pero lo que hice fue dárselo a Yacov por todo su cariño y su apoyo incondicional, no sabía cómo agradecerle por lo que habían hecho por mí pero él lo rechazo argumentando que no tenía cómo agradecerme por la felicidad que le había traído, él dijo que yo era como el hijo que jamás tuvo y que siempre tendía un espacio en su corazón.
Estuve planeando hacerles una cena en agradecimiento por el amor que me habían dado, ahorre por mucho tiempo además de que trabajaba horas extras para juntar el dinero.
Sabía que mis tíos siempre habían deseado ir al restaurante no solo porque era elegante sino porque también eran las cosas que le gustaban a mi tía, el restaurante era popular por que tiene música en vivo y a mi tía Lilia le encantaban ese tipo de cosas, había intentado reservar pero la siguiente reservación disponible era para dentro de ocho meses y ninguno de los dos tenía suficiente tiempo para ir ya que mi tío Yacov tenía que viajar constantemente con mi padre y mi tía Lilia era maestra de ballet y baile por lo que no podían ir juntos como tanto querían.
Cuando pude juntar lo que costaba reservar una noche en el restaurante, pedí el resto del día a mi jefe para ir a comprar los atuendos que llevarían puestos mis tíos para su cena juntos, compre un hermoso vestido rojo y un traje de gala negro.
Al llegar a casa puse los atuendos en la cama y me di un baño porque ese día tenía que trabajar de mesero esa noche.
Cuando ambos llegaron los obligue a ponerse lo que les compré, a pesar de que me insistían en que les dijera que tenía en mente no lo hice, pedimos un taxi, todo lo tenía fríamente calculado, al llegar al restaurante, los pondría en la mesa que les correspondía y les pediría la orden.
al entrar al restaurante algo no estaba bien, deje a mis tíos en su mesa para ir a ver qué pasaba, al entrar a la cocina todos se miraban muy estresados , le pregunte a mi jefe que era lo que pasaba, me dijo que no tenían músico esta noche porque él iba a tocar había tenido un accidente.
Entre todos comenzaron a proponer soluciones pero ninguna era la indicada, hasta que una de las cocineras propuso que yo tocara, todo mundo sabía que yo tocaba el piano porque normalmente cuando el restaurante cerraba y nos tocaba limpiar, solíamos ponernos a cantar mientras yo tocaba el piano y replicaba lo que se tocaba por la noche.
Les dije que no lo haría porque era una completa locura, una cosa era hacer payasadas en ellos y otra era tocar frente a muchas personas, no quería hacer el ridículo o más bien no frente a mis tíos.
No tuve más remedio que aceptar, me cambie lo más rápido que pude y leí las partituras de las canciones que se iban a tocar esta noche, por suerte me sabia la letra de todas además de que eran puras canciones de amor, en total cantaría tres.
Al salir lo primero que mire fue a mi tío burlarse de mí provocando que mis nervios aumentaran pero al ver a mi tía me tranquilicen, tome asiento y comencé a tocar el principio de la canción.
Only you can do make all this world seem bright
Only you can do make the darkness bright
Only you and you alone can thrill me like you do
And do fill my heart with love for only you.
Al cantar el primer párrafo de la canción mire a mis tíos, todo los nervios que sentían desaparecieron, al ver el amor que se tenían, esperaba algún día estar así con Yuuri.
Only you can do make this change in me
For it's true you are my destiny
When you hold my hand I understand
The magic that you do
You're my dream come true
My one and only you
Only you can do make this change in me
For it's true you are my destiny
When you hold my hand I understand
The magic that you do
You're my dream come true
My one and only you.
Cuando termine de cantar la canción recibí muchos aplausos, mire hacia donde estaban mis tíos y pude ver que mi tía Lilia tenia lágrimas en sus ojos mientras que Yacov me miraba con orgullo.
mire cual era la siguiente canción que tenía que tocar, elegí close to you, era una canción muy hermosa y me recordaba a la relación de mis tíos, además de que esa era la canción que bailaban siempre, era su canción.
Al tocar la pista de la canción mire como los ojos de mis tíos se iluminaron, al reconocer la canción.
Why do birds suddenly appear?
Every time you are near?
Just like me, they long to be
Close to you...
Why do stars fall off from the sky?
Every time you walk by?
Just like me, they long to be,
Close to you...
On the day that you were born
The angels got together
They decided to create a dream come true
So they sprinkled moon dust in your hair
And put a starlight in your eyes so blue
That is why all the girls in town
Follow you, all around
Me tome un descanso antes de tocar la última, mi garganta dolía un poco porque no había hecho ejercicios vocales antes de cantar, la siguiente canción que tocaría seria bee gees how deep is your love, aunque nunca antes la había escuchado por lo que la busque y me puse a escucharla, la letra era hermosa que hasta me había conmovido casi al llanto.
Al regresar al salón para tocar la última canción, mire a mi alrededor y me sentí tan solo, necesita a Yuuri a mi lado.
I know your eyes in the morning sun
I feel you touch me in the pouring rain
And the moment that you wander far from me
I want to feel you in my arms again
And you come to me on a summer breeze
Keep me warm in your love, then you softly leave
And it's me you need to show
How deep is your love, how deep is your love
How deep is your love?
Entre más tocaba la canción mis ánimos más decaían, esta canción representa mi situación con Yuuri y lo mucho que lo necesito conmigo.
How deep is your love, how deep is your love
I really mean to learn
'Cause we're living in a world of fools
Breaking us down when they all should let us be
We belong to you and me
How deep is your love, how deep is your love
I really mean to learn
'Cause we're living in a world of fools
Breaking us down when they all should let us be
We belong to you and me
Al terminar la canción mis ánimos estaban por los suelos que sin darme cuanta había llorado mientras cantaba la canción, me levante no sin antes hacer una reverencian y hui al baño porque mis lágrimas no paraban de correr por mis mejillas, entre a un cubículo y lo cerré con llave, quería llorar tranquilamente, lo necesitaba.
—Viktor ¿te encuentras bien? —pregunto Yacov mientras tocaba la puerta del cubículo donde me encontraba, al escucharlo cubrir mi boca con mi mano y subí mis piernas al retrete haciéndome bolsita para que no escuchara mis sollozos, no quería que me viera llorar.
Tranquilice mi respiración y limpié mi rostro mientras salía del baño, al abrir la puerta Yacov me envió en sus brazos dándole pequeños golpecitos en mi espalda.
Salimos del baño rumbo a la mesa donde Lilia también me abrazó con cariño, me sentía más relajado y tranquilo al saber que no estaba solo.
Mi jefe me dejó salir mucho antes en agradecimiento por haber cantado está noche, los tres juntos nos fuimos caminando por las calles, Yacov abrazaba a su esposa mientras yo caminaba aun lado de ellos.
—espero les gustara su sorpresa, lo estuve planeando desde hace mucho tiempo-dije
—lo que más me gusto fue cuando cantaste, tienes una hermosa voz Vitya y tocas el piano precioso parecías un profesional, veo que las clases de piano y violín realmente están dando resultados ¿no lo crees Yacov? —le pregunto mi tía Lilia a su esposo.
—tienes razón cariño, Vitya tiene un gran talento, pero ¿cómo supiste que esa era nuestra canción? — me pregunto
—ah mi padre... Me lo dijo— respondí en tono bajo mientras un silencio incomodo se formaba.
—esa canción fue la que bailamos en nuestra boda, tus padres aún eran novios y bailaron en nuestra boda —respondió Lilia en un tono Soñador.
Nos fuimos caminando a casa, mis tíos me agradecieron la cena y dijeron que había sido un regalo muy hermoso que nunca nadie les había dado.
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En el trabajo mi jefe me ofreció a que yo siguiera cantando pero me negué rotundamente porque lo había hecho exclusivamente para mis familiares y también porque no quería quitarle el trabajo al otro chico.
De mesero pase hacer un cocinero por mi sentido del olfato tan desarrollo, aprendí a cocinar todos los platillos hasta que fui uno de los mejores cocineros, imaginaba algún día poder cocinar al lado de Yuuri.
Mi vida parecía estar tomando un buen camino, el tiempo pasaba volando entre el trabajo y las clases de piano, violín y baile, en casa solía práctica lo que aprendía con mi tía Lilia, ella era muy estricta.
Al llegar mi cumpleaños número diez ocho los célebre con mis tíos, me compraron un enorme pastel, no lo comimos felizmente mientras veíamos películas viejas.
Tres meses después de mí cumpleaños llegó un hombre buscándome al trabajo, pero lo ignore porque no me daba confianza.
Dos semanas después volvió a buscarme pero esta vez a mi casa, el hombre traía puesto un traje elegante, estaba parado en frente de la puerta esperando a que el abriera.
Sabía que llevaba días siguiéndome pero no le tome importancia no se veía peligro, salí de mi habitación para ver qué era lo que quería.
Al abrir la puerta el sujeto que por su olor supe que era un Alfa, entro sin permiso, camino hacia la mesa donde coloco su maletín.
— ¿Qué demonios quiere y por qué me había estado siguiendo? —pregunte molesto mientras caminaba hacia él y me sentaba en frente.
—soy abogado del Sra. Sasha Ivanovna, ella y el Sr Grisha Nikiforov, ellos dejaron una agencia de modelaje a su nombre donde declaran que al llegar el cumplimiento número diez ocho de su primogénito Viktor Nikiforov, se haría cargo de esta—respondió el Alfa.
—yo no tengo nada que ver con esas personas, si me disculpa quisiera que se retira de mi casa en este momento—le ordene.
—sus padres le dejaron esa agencia de modelaje para asegurar su futuro, además la empresa ya es de su propiedad desde hace más de cinco años. Solo le estoy notificando que tiene que mudarse a París para que se haga cargo; tiene tres días para decidir que va hacer—respondió
Al escuchar que tenía que irme a vivir a París, mi mente dejo de pensar, mi Yuuri estaba estudiando en París, sin pensarlo termine aceptado por que lo veía como una oportunidad para encontrar a Yuuri.
Esa tarde les dije a mis padres lo que había hecho, mi padre Yacov aceptó mi decisión y me deseó suerte pero mi madre Lilia me llamo egoísta por pensar en mí pero cuando le dije que iba por mi Yuuri ella me entendió y también me deseó suerte.
Al llegar a París tenía la idea de que encontraría a Yuuri pero de nuevo me equivoqué, ya que al poner un pie en la cuidad me hicieron entrar a unos cursos de capacitación para aprender cómo dirigir una empresa, ser el dueño de una agencia de modelaje era muy agotador ya tenía que aprender muchas cosas y en muy poco tiempo.
Quería buscar a Yuuri pero no podía y la idea de estar tan cerca siempre me emocionaba, soñaba con algún día no muy lejano encontrarlo por la calle caminando a su escuela pero eso no pasaba por que tenía que ir en un auto privado para mi seguridad el cual solo me llevaba de la agencia al hotel donde me quedaba el cual era muy extravagante.
Cuando pude manejar mi dinero lo primero que hice fue construir mi sueño, abrí una fábrica donde creaban perfumes.
Cuando era pequeño soñaba con hacer perfumes y hoy por fin lo haría realidad, contraté a los mejores creadores de perfumes para que me enseñaran como hacerlos.
Yo quería que mis perfumes fueran de materiales naturales por lo que tuve invertir una enorme cantidad de dinero para cultivar los distintos materiales de los que estarían hechos.
Nos tomó medió año abrir mi tan soñada empresa y lo festejamos creando dos fragancias nuevas pero solo una de ellas fue lanzada a la venta ya que la otra era solo para mí la cual nadie más que yo conocía su olor.
Ambas empresas siguieron prosperando, generando mucho dinero dándome una vida de lujos de la cual aún no me acostumbro, quien me conoce sabría que prefiero mil veces tener una vida feliz que una vida vacía llena de lujos.
A pesar de trabajar en dos grandes empresas, aún seguía teniendo mis pasatiempos que los convertí en mis actividades favoritas y anti depresivas.
Me encanta tocar en mis ratos libres en el piano y el violín solía hacerle minis conciertos a makkachin ya que vivía solo con él.
Aún seguía asistiendo a clases de baile a pesar de que ya sabía todo y de que lo hacía tan bien que incluso podría ser maestro de baile pero no quería dejarlo porque siempre me sentía muy sólo.
Nunca me di cuenta de que tan rápido pasa el tiempo, cuando menos pensé ya casi cumplía veinte años, por lo que decidí cortar mi cabello, habían pasado casi seis años desde que conocí a Yuuri en los que había recibido solo una nota de la cual no estaba seguro de que la hubiera escrito.
Quería olvidarlo pero lo amaba con todas mis fuerzas que mi testarudo corazón solo latía por él, en todos estos años me había negado a salir con otra persona y me moría de ganas de hacerlo mío otra vez solo esperaba que el siguiera amándome como yo a él.
Cuando cumplí veinte años, para mi suerte o maldición mi mejor y único amigo a parte de Mila llegó, la última vez que había visto a Chris en persona fue meses después de lo que pasó con Yuuri pero por mensajes y llamadas nos comunicábamos con frecuencia.
Con la llegada de Chris muchas cosas en mi vida cambiaron, lo había puesto a él como mi representante legal en la agencia de modelaje mientras yo me dedicaba al cien por ciento a mi empresa de perfumes, ahora no tenía que estar tan al pendiente de la agencia ya que confiaba en Chris puede ampliar mi fabrica y crear más productos como cremas corporales, lociones, jabones y supresores en jabones para omegas, lo que a mi amado le había ocurrido me había dejado marcado para siempre, no quería que nadie más sufriera algo como lo que el pasó por lo que decidí crear supresores en perfumes en honor a él.
Mis noches también cambiaron al tener a Chris conmigo ya que dejaron de ser tranquilamente aburridas a ser locas por Chris solía secuestrarme saliendo del trabajo para ir última bar más cercano a beber como locos para después ir a una discoteca y bailar hasta que no hubiera mañana.
Sé que Chris hacía eso con la intención de que tuviera sexo con cualquier persona como lo hacen todos los alfas pero yo le era cien por ciento fiel a Yuuri.
Mi estúpido amigo Alfa solía emborracharme para después presentarme a una linda omega o beta donde toda la noche entre la fuerza música, las luces y el alcohol en mi cabeza, la chica se la pasaba seduciendo pero terminaba hablando de lo mucho que amaba a mi Yuuri y al final nunca llegaba ni siquiera a un beso.
En una de esas ocasiones llegue a la fabulosa idea de crear un lugar para los empleados donde pudieran descansar y distraerse un rato por lo que pedí propuestas a los empleados de que eran lo que deseaban, muchos dejaron a un bar y restaurante.
Al consultarlo con Chris entre los dos hicimos un enorme lugar donde podías disfrutar de algún buen platillo o una bebida después de un duro día de trabajo además de que tenía un pequeño escenario para karaoke.
El karaoke había sido mi aportación ya que a mí me encantaba cantar en karaoke recuerdo que a mis padres también les encantaba cantar canciones, esos eran los recuerdos de mi bella infancia antes de que se jodiera todo.
El bar era exclusivo para el personal del trabajo y estaba estrictamente prohibida su entrada a personas normales pero el bar comenzó hacerse muy popular por lo que decidí abrirlo para todo público.
El bar generaba mucho dinero al igual que la agencia y mi empresa las cuales me hacían cada vez más ricos pero al mismo tiempo más solitario, tenía tanto dinero pero no tenía amor, por lo que decidí invertirlo en encontrarlo y jamás dejarlo ir de mi lado.
Dos semanas antes de mi cumpleaños número veintiuno había recibido la misma noticia que había recibido desde hace unos meses atrás, no sabían nada que ti, no entendía como era que no podían encontrarlo por ningún lado.
Ya estaba perdiendo las esperanzas hasta que Chris me dijo una fabulosa noticia, él decía que lo había encontrado y que estaba dispuesto a solucionar las cosas conmigo.
No podía creerlo por fin vería a Yuuri, después de tantos años vería de nuevo su hermoso rostro me sentía tan feliz que sabía que no podía contenerme y le haría el amor hasta dejarle un cachorro en su vientre.
Curiosamente el día en que me encontraría con Yuuri sería en mi cumpleaños, cada vez que le preguntaba a Chris sobre cómo había encontrado a Yuuri siempre me decía que se lo tenía que preguntar a él.
Cuando llegó el gran día, tome una larga ducha porque no había podido dormir de la emoción, al salir del baño me dirigí al clóset donde ya había elegido desde el día anterior, había escogido un elegante traje negro, quería verme bien para Yuuri.
Durante el transcurso del día no podía dejar de pensar en mí yuuri todo parecía un sueño del cual no quería despertar, cuando estaba en una junta directiva me llegó un mensaje de Chris al abrirlo me di cuenta de que era una dirección de un hotel muy lujoso.
Al llegar la hora le pedí a mi chófer personal que me llevará al hotel lo más rápido que pudiera, al entrar al hotel mi corazón latía tan fuerte y rápido que me dolía mucho el pecho, cuando llegue a la recepción pedí la llave de la habitación, en cuanto me la dieron corrí como un niño hasta la habitación.
Cuando iba a entrar recibí otro mensaje de Chris donde decía que disfrutara mi regalo, miraba la puerta de la habitación sintiendo mi corazón estallar dentro de mi pecho.
Abrí la puerta entrando a la habitación tímidamente, la habitación tenía muy poca iluminación además de que estaba llena de velas, al mirar el suelo me di cuenta de que había un camino hecho de pétalos de rosas rojas que dirigían a la cama donde también había un enorme corazón de pétalos tal y como lo estaba la cama en donde hicimos el amor por primera vez.
Mire alrededor en busca de Yuuri, se me hacía muy extraño que él hubiera hecho todo esto solo, talvez solo era una broma de Chris, me iba a ir cuando percibí un delicioso aroma demasiado familiar, haciendo que mi alfa internó despertará.
Inhale profundamente para buscar de donde venía ese aroma a manzanas recién cortadas que tanto amaba y extrañaba, seguí el olor hasta una puerta al fondo de la habitación, era en ese lugar donde se concentraba el dulce aroma.
Al estar parado en frente de la puerta, mi corazón latía como loco y mi cuerpo temblaba de la emoción, mi hermoso Yuuri se encuentra del otro lado de la puerta.
De pronto su olor desapareció y fue reemplazado por uno totalmente diferente, haciendo que mi cuerpo actuará en automático, sin darme cuenta había tocado la puerta tres veces, podía escuchar unos extraños ruidos de otro lado de la habitación.
Intenté buscar el aroma de Yuuri pero lo único que percibía era un olor muy dulce, fresas y chocolate, era el olor a otro omega por lo que volví a tocar la puerta pero nada pasó.
Comencé a sentirme desesperado, no sabía que era lo que estaba pasando por lo que tome la perilla de la puerta y comencé a girarla pero antes de que pudiera abrir la puerta un Omega lo hizo.
Me quedé paralizado al ver a la otra persona, era mi Yuuri traía puesto una bata trasparente de color negro además de que su lindo rostro estaba oculto detrás de un antifaz negro en forma de cisne.
Verlo parado frente a mis ojos era como un sueño no podía creer que esto estuviera pasando, quería abrazarlo, besarlo, tocarlo para saber que él era real y que mi mente no torturaba como siempre lo hacía.
Sin poder controlarme más me acerque a él y lo envolví en mis brazos fuertemente sintiendo como nuestros corazones latían rápidamente, necesitaba volver a oler su dulce fragancia ya que no podía hacerlo por las velas aromáticas por lo que enterré mi rostro en su cuello.
Al oler su olor descubrí que no era Yuuri, el aroma de este omega era muy distinto al de Yuuri y no podía equivocarme ya que tenía presente el olor de mi amado, lo llevaba tatuado a mi piel.
Me alejé lo más rápido que pude de este omega, me sentía un idiota por a ver confundido a Yuuri con este omega, al mirar al frente observe como el Omega azabache intentaba acercase a mí pero yo retrocedí intentado conservar la distancia entre nosotros.
Miraba como el Omega se acercaba a paso seductor pero para mí alfa internó le era insoportable ya que lo reconoció como una amenaza, tenía una lucha constante entre mi lado racional y mi lado primitivo, mi alfa internó rugió furioso al ver como esa omega se nos insinuaba de manera tan descarada, era tanta la furia que sentía que quería despedazarlo, era lo que más odiaba de mi alfa internó pero no podía permitir que eso pasara, ese omega no tenía la culpa y no quería que nada le pasará nada.
Seguí retrocediendo hasta llegar al borde de la cama, mi alfa internó tomo el control de mi cuerpo al sentirme acorralado al ver como se acercaba más a mi recibía un gruñido de advertencia de mi parte.
A pesar de las advertencias que le daba al omega este hizo omiso, al tenerlo en frente de mi sentí como mi estómago se retorcía debido a la ira que sentía al ver como ese omega seguía insinuando.
Vi como acercó su mano a mi rostro con la intención de tocarme pero lo detuve tomando con fuerza su mano y apretándola sin llegar a herirlo, mi alfa estaba tan enojado por la actitud de este omega, seguí aplicando fuerza a mi agarre hasta que una enorme cantidad de feromonas impactaron en mi nariz haciendo que me mareara.
Mi cuerpo había reconocido a Yuuri como mi omega, por lo que al percibir las feromonas de otro omega mi cuerpo las rechazaba rotundamente.
Comencé a sentirme mareado por la enorme cantidad de feromonas y cada vez eran más feromonas las que soltaba ese omega al grado de no poder respirar correctamente y a eso sumándole el hecho de que tenía que luchar contra mi instinto para no lastimarlo.
Sentí como empujo mi cuerpo hacia atrás hasta que mi espalda choco contra la cama y me esposó a la cabecera de la cama.
Me sentía muy asustado y nervioso al estar en esta situación, intenté liberarme de las esposas pero no podemos, cuando me di cuenta de que solo me lastimaba me detuve y observé a ese omega, el cual me miraba de forma depravada.
— ¿quién eres y qué me has hecho? —pregunte mirando a mi agresor.
El Omega azabache solo me miro y se fue a la puerta de donde salió dejándome con la palabra en la boca.
Al estar solo nuevamente trate de liberarme de las esposas, lo intentaré una y otra vez pero por más que quería, no podía liberarme.
No podía creer que estaba atrapado en esta extraña situación, en mi mente solo estaba Yuuri, pensé que por fin lo encontré pero como siempre me equivoqué, mi corazón dolía y ahí fui consciente del tiempo que ha pasado entre nosotros, siete años han transcurrido ya, durante siete años lo he esperado y debo admitir que mi corazón se está cansando de tanto dolor.
Mire como la puerta volvió abrirse saliendo el Omega de nuevo, tal vez quería matarme o robarme, sin duda era el peor cumpleaños que había pasado en toda mi vida.
El Omega azabache camino hacia mí contorneando sus caderas hasta que se detuvo enfrente de mi dejo caer la bata semitransparente mostrando el atuendo erótico que traía puesto, era un coselete negro y unas medias de red.
Por su olor y vestimenta pude dame cuenta de sus intenciones intente liberarme desesperadamente pero no pude ya que las esposas eran realmente duras además de que me lastimaban con cada movimiento.
Lo vi subirse a la cama y gatear hacia mí por alguna razón me quede completamente paralizado, me sentía aterrado era increíble que un omega pudiera más que yo ahora estaba a merced de este omega.
Se sentó sobre mi regazo y se acercó con la intención de besarme pero lo rechace haciendo que soltara una enorme cantidad de feromonas cargadas de deseo logrando que me mareara, sabía que su olor estaba mezclado a un supresor muy potente eso era lo que lograba marearme.
Sentí como tomo mi rostro y beso mi frente mi corazón comenzó a latir a mil por hora, mi cuerpo se tensó y unos recuerdos llegaron a mi mente, los mismos recuerdos de hace siete años, mi Yuuri besando mi frente mientras yo estaba dormido justo antes de hacer el amor.
Lo mire sorprendido, solo Yuuri podía hacer vibrar mi cuerpo solo con un beso y era la misma sensación no podía equivocarme de nuevo, era el mi Yuuri.
Deje de luchar y relaje mi cuerpo, por fin había encontrado a mi Yuuri, sentí como comenzó a besar mi rostro dulcemente, mi corazón latía contento al está a su lado nuevamente, había sufrido por tanto tiempo que tenía miedo de esta soñando.
Quería abrazarlo pero no podía porque seguía esposado a la cama por lo que al juntar nuestra frentes comencé acariciar su nariz con la punta de la mía, al mirar su ojos un sentimiento de culpa me invadió mi Yuuri tenía que venderse para vivir, mi alfa sintió agonizar de dolor con la idea de mi hermoso omega siendo tocado por otros personas.
Junto nuevamente nuestras frente, quería hablar pero un sentimiento de dolor invadió todo mi ser haciendo un nudo en mi garganta impidiendo que todas las palabras salieran, mis lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, lloraba amargamente por no haber protegido a Yuuri y también de alegría por haberlo encontrado.
Sentí como beso cada lagrima que derrame haciendo que mi corazón latiera contento, mire sus labios deseaba probarlos nuevamente después de largos siete años deseaba con todas mis fuerzas volver a sentir sus besos y al parecer el también ya que comenzó a acercar su rostro al mío ansiando un beso.
Al juntar nuestros labios unas corrientes eléctricas recorrieron mi cuerpo de pies a cabeza haciendo que mi alfa interno tomara el control y besara sus labios pero algo resulto mal, mi alfa no lo reconoció como mi omega y lo rechazo rotundamente no solo por el olor sino también por el color de ojos, mi Yuuri los tenía un hermoso color vino y este los tenia color jade.
Mi alfa me recrimino molesto por haber dejado que otro omega probara lo que por ley le pertenecía a Yuuri.
El omega intento volver a besarme pero lo rechace no quería volver a besar a nadie, al no acceder a sus caprichos el omega me tomo de la mandíbula con una mano y apretó mis mejillas uniendo nuestros labios a la fuerza, por más que intente separarme no pude, sentí como ese omega metió su lengua a mi boca lo que me hizo enfadar.
Mordí su labio logrando que se separara de mí, recibiendo un gruñido de mi alfa interno, mire como un chorro de sangre resbalaba de su boca, no me di cuenta de que lo había lastimado hasta que mire como limpio su sangre con su pulgar y lo lamió me sentía avergonzado.
Mire como se bajó de mi cuerpo y por primera vez en mi vida sentía miedo al ver la mirara de ese omega, tenía miedo de que me dejara esposado a la cama o eso creí hasta que volvió a subirse a mi regazo acerco su rostro al mío y con su lengua limpio la sangre hasta llegar a mis labios y dar un pequeño mordisco, al separarse volví a darle otro gruñido molesto, me hacía enojar su actitud.
— ¡ahhh! —grite sorprendido al sentir como comenzó mover sus caderas justamente sobre mi entrepierna.
Empezó un vaivén rápido mientras desabrochaba mi saco junto a chaleco, intentaba detenerlo pero al estar esposado me era imposible por lo que comencé a patalear para que se bajara pero en cambio movió más rápido sus caderas.
— ¡detente! —suplique en un último intento al ver que estaba desnudo de la parte superior de mi cuerpo.
Cuando se detuvo pensé que me golpearía o algo así, pero en lugar de eso desabrocho mi pantalón sacando mi miembro, comencé a sudar frio y me quede quieto no quería que me lastimara.
— ¡n-no lo hagas! yo... —intente decir pero tome mi miembro con ambos manos y comenzó a masturbarme rápidamente.
Siguió masturbando mi pene con fuerza, no podía creer que mi cuerpo estaba reaccionando a este omega, no entendía que era lo que pasaba conmigo pero por más que lo negara se sentía bien.
—p-para... Yo voy a correrme —sentía los espasmos en mi vientre y piernas hace mucho que no tenía esa clase de sensaciones tan fuertes parecía que estaba mal pero sentir como apretaba mi miembro con una mano y con la otro jugaba en círculos con el glande y la punta de mi pene haciendo que tocara el cielo.
—no lo hagas —grite al ver que quería meter sus dedos llenos de mis fluidos en su boca pero en lugar de eso saco su lengua y lamió provocativa mente su mano haciendo que mis mejillas se sonrojaran y tragara en grueso.
Sentía como mis mechones se pegaban a mi frente por el sudor, faltaba poco para que llegara al orgasmo cuando dejo de masturbarme para abrir sus piernas y colocarse entre ellas.
Volvió a tomar mi miembro en su mano y lo alineo para que quedara recto, no sabía que pretendía hasta que sentí una enorme corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo.
— ¡ahhhhh....ahhhh der'mo eto chuvstvuyet sebya ochen' khorosho(mierda, se siente muy bien) ahhhh —grite al sentir la punta de su lengua por todo lo largo de mi hombría hasta llegar al glande donde hizo movimientos circulares.
—ahh ¿Chert, zachem ty eto delayesh'? (Maldición, ¿por qué estás haciendo esto?) —gemí cuando metió mi miembro en su boca, era húmeda y caliente jamás en mi vida había sentido algo igual pero no quería hacerlo con este omega por lo que entre en pánico dejando a mi lado alfa tomara el control de la situación.
—¡¡detente!! —grite usando la voz, nunca en mi vida la había usado, se detuvo inmediatamente sacando mi miembro de su boca.
Le ordene que me liberará usando la voz, no quería hacerlo pero no me dejo opción, mientras me liberaba podía ver el miedo en su mirada lo que hizo que me sintiera un patán.
En cuanto me libero me levante de la cama y acomode mi erección en mi pantalón junto a mi demás ropa, gire para ver lo que estaba haciendo ese omega o si intentaba atacarme nuevamente pero solo estaba poniéndose la bata.
— ¿Cuál es tu nombre? —pregunte mirándolo, sintiendo pena por él.
—Eros —susurro llorando, por un momento quise abrazarlo para reconfortarlo realmente me daba pena verlo llorar de esa manera.
Lo vi entrar a la puerta que estaba en la habitación y salir con una pequeña maleta, intente decir cualquier cosa pero las palabras estaban atrapadas en mi garganta.
— ¡¿porque me contrataste si no querías estar conmigo?! ¡¿Acaso crees que no podía satisfacerte o solo lo hiciste para humillarme?! —reclamo con saña, golpeando mi pecho con fuerza mientras derrama sin piedad sus lágrimas por sus mejillas.
— ¿de que estas hablando? ¿Contratarte? —pregunte tomando sus muñecas para impedir que siguiera golpeándome.
— no finjas conmigo, ¿acaso porque no estoy en mi celo no quieres estar conmigo? veo que nunca me equivoque —respondió.
— ¿de qué demonios estás hablando? nunca en mi vida te he tocado ni siquiera te conozco —respondí, el omega me miro incrédulo pero después dolido para dejar caer pesadamente su cuerpo a la cama, ambos nos quedamos en silencio hasta que lo vi levantarse de la cama y caminar hacia la puerta.
— ¿A dónde vas?— pregunte tomándolo de la muñeca.
— a casa, esto se acabó— respondió soltando mi agarre de mala manera, lo acompañe hasta la salida del hotel, cuidando de que no huyera quería que me explicara qué era lo que pasaba y porque había dicho eso, al estar en la entrada del hotel llamo a un taxi, lo mire detenidamente, era idéntico a Yuuri excepto por el color de ojos y su aroma.
Al llegar el taxi el omega se acercó y me dio un casto beso en los labios y susurro perdón para después subirse a toda prisa y marcharse dejándome solo y confundido,
Le llame a mi chófer para que me llevara a casa, durante el camino no dejaba de pensar en lo que ese omega había dicho, ¿a qué se refería con lo de que "si no estaba en celo no pasaría la noche con el"? Ese omega me reprochaba como si ya hubiéramos estado juntos, además me recrimino que lo había contratado para humillarlo, al pensar las cosas llegue al culpable de todo.
le pedí al chófer que me llevara al apartamento de Chris, el muy infeliz me había tendido una trampa la cual no dejaría pasar por alto, esta vez había llegado demasiado lejos.
Al estar parado frente a su puerta la golpee fuertemente hasta que me abriera, realmente estaba muy enojado con él, cuando lo hizo le di un golpe en su rostro justo en la nariz haciendo que sangrara.
— ¡¿qué demonios te pasa?!— pregunto en el suelo, limpiando la sangre de su nariz.
Camine hasta quedar encima de él y darle otros dos golpes pero me detuve porque al ver que su compañía estaba aterrada en el sofá.
— ¡¿qué me pasa?!...¡¿Cómo pudiste engañarme diciendo que encontraste a Yuuri cuando en realidad me contrataste un amante para que me revolcara con él?¡ esta vez fuiste demasiado lejos puedes dar por muerta nuestra amistad, no quiero volver a verte en mi vida— le grite mientras me levantaba del suelo y salía de su departamento azotando la puerta.
Sabía que después me iba a arrepentir de mi decisión pero estaba tan enojado con Chris que no me importaba, lo que me dolía era el hecho de que había sido Chris, lo consideraba mi hermano y no podía tolerar que me hiciera algo tan horrible, él era consciente de lo mucho que amaba a Yuuri y de lo que he sufrido por no encontrarlo.
Al llegar a mi departamento fui recibido por mi fiel amigo canino, este lamió mi mano haciendo que me sintiera un poco mejor, camine al baño donde me desnude por completo, al entrar a la regadera abrí el grifo del agua sintiendo como recorría cada centímetro de mi piel, a pesar de estar en diciembre no ajuste la temperatura del agua.
Al salir de la bañera fui a la cocina y saque una copa y la reserva de vodka que tenía en la lacena, esa noche bebí como nunca lo había hecho festejando un año más estando completamente solo, un año más sin saber nada de Yuuri, además de que también celebraba que ahora había perdido a mi mejor amigo y por ultimo había traicionado a Yuuri con ese omega.
A pesar de no haberlo completamente con él con lo que le había hecho a mi cuerpo con eso bastaba para que mi conciencia me recriminara, no podía evitar sentirme sucio porque al final mi cuerpo había reaccionado a sus provocaciones, si no hubiera usado mi voz lo más seguro es que en este momento estaría en brazos de ese omega en lugar de estar a salvo en mi departamento.
Mire la tercera botella de vodka que me había tomado, estaba casi vacía. Al ver el líquido trasparente no supe si era por todo el alcohol que había ingerido pero podía jurar que miraba a Yuuri dentro de la botella, al acercarla a mi cara, pude apreciar que en realidad era el omega que me había atacado y sus palabras resonaron como eco en mi cabeza.
estrelle la botella en el suelo y abrí la última que me tomaría antes de perder la conciencia, al mirar la última botella una idea llego a mi cabeza, tome mi celular y busque el contacto que por tanto había estado usando sus servicios pero esta vez le tenía un nuevo objetivo y su nombre era eros.
Continuara...
Sé que a muchas no les ha de sorprender este capítulo porque ya lo leyeron hace mucho, díganme que les pareció.
¿Tenían idea de lo que le había pasado a viktor sin contar el spoiler?
si se dan cuenta, yuuri no tuvo toda la culpa, el dejo morir su amor al pensar que viktor tenia a alguien mas, sé que yuuri es muy, muy pero muy testarudo pero también pasaron más cosas que influenciaron el que no buscara a viktor, cosas que serán reveladas más adelante.
Subiré una línea del tiempo para que vean el tiempo que desperdicio yuuri, en total fueron 7 años
Yuuri acababa de cumplir 13, cuando dos semanas después tuvo su primer celo (diciembre), viktor volvió a visitar Japón cuando pensaba que yuuri tenía 6 meses de embarazo, por lo tanto llego en el mes (julio) del siguiente mes. Yuuri se quedó en Japón un año y ocho meses fue en total los años que la cago. Viktor regreso en diciembre ya había pasado un año, fue cuando dejo el abrigo y lo metieron a prisión por disturbios, yuuri se fue a parís en agosto y viktor regreso en septiembre del mismo año, en octubre paso lo de Mila y Yuuri lo descubrió en noviembre, la esperanza le duro 4 meses, para diciembre el padre de viktor lo corrió, en total dos años se hizo el despapalle, desde que se conocieron hasta que viktor lo perdió todo.
Por cierto este es el fin de la primera parte aquí ya podemos dar inicio a la historia principal, ¿qué creen que pasara con Yuuri ahora que Viktor lo rechazo? ¿Viktor descubrirá a eros? ¿Lo perdonara? nos vemos en la siguiente actualización.
Será a inicios de febrero o más adelante, yo lo diré en el grupo
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