Broken Heath
Tome el primer vuelo disponible con destino a Rusia, fue complicado explicar a las autoridades porqué usaba los lentes de contacto, pero por suerte no me los confiscaron y me dejaron subir al vuelo a tiempo. Me sentía muy nervioso, mi corazón latía fuertemente en mi caja torácica mientras miraba por la diminuta ventana del avión, para mi suerte me había tocado estar solo en el asiento.
Mi pie golpeaba repetidas veces el suelo en signo de ansiedad, provocando un sonido irritante que tal vez molestaba a los demás pasajeros, pero no podía detenerme, cuanto odiaba este mal hábito que había adquirido, pero en mi mente solo estaba Viktor ¿estaba sufriendo?, ¿Cómo se sentía?, cada pregunta llegaba a mi cabeza y lo que más deseaba era estar lo más rápido posible con el.
Cuando el avión aterrizó, tomé un taxi y le indique la dirección que Viktor me había dado. Medem international clinic & hospital, era el nombre donde habían internado al padre de Viktor, más que un hospital parecía un lujoso hotel. Entre más me acercaba al lugar más me costaba creer que se trataba de un hospital.
Me quedé parado en la recepción mientras le enviaba un mensaje a Viktor para preguntarle donde se encuentra su padre, pero me contestó que me quedara en la recepción y que él iría por mi. Me quedé parado cuando de repente sentí como mi corazón se aceleraba en mi pecho, mire hacia la puerta de cristal que estaba en el fondo y observe a mi alfa correr por el gran pasillo.
La puerta eléctrica se abrió, dejando ver a un Viktor alterado frente a mis ojos, su nariz estaba roja al igual que sus hinchados ojos. Corrí con todas mis fuerzas hasta llegar a su lado y abrazarlo, sintiendo como apretaba mi cuerpo al suyo, llegando al punto de asfíxiame, pero no se lo dije, Viktor necesitaba con desesperación ese abrazo.
—¿Cómo estás? —pregunté sin soltarlo, mientras acariciaba su cabello de manera dulce.
—estoy bien ahora —respondió dándole un beso a mi cuello mientras apretaba con más fuerza mi cuerpo en sus brazos.
—¿Qué le pasó a tu padre? —pregunté una vez que nos separamos, llevando mi mano a su rostro para acariciarlo dulcemente, Viktor tomo mi mano y dejo un beso en ella para después comenzar a sollozar.
—intentaron matarlo —susurró entre sollozos, logrando formar un nudo en mi garganta al verlo sufrir así —no saben que pasó, lo encontraron en su auto con dos heridas de arma blanca, una en su abdomen y la otra en sus costillas…. Los doctores están haciendo todo lo posible por salvarlo, pero como perdió mucha sangre, ellos creen que tal vez no… —Viktor rompió en llanto frente a mi, volvió a aferrarse a mi cuerpo como si su vida dependiera de eso.
—eso no pasará nunca, así que por favor ya no llores —respondí limpiando las lágrimas de sus mejillas para dejar un pequeño beso en la punta de su nariz, nos fuimos tomados de las manos para ir a ver como seguía su padre.
Al llegar a la entrada de la habitación me encontré con la desagradable omega y con el alfa de cabello rizado, los cuales solo nos miraron y nos ignoraron.
También se encontraban una pareja de alfas mucho más grandes que nosotros, de los dos quien llamó mi atención fue la alfa, sus ojos color esmeralda me recordaron los de Yurio. La pareja no me despegaba la vista de encima.
Yo me limitaba a limpiar sus lágrimas y consolarlo, pero todo se descontrolo cuando apareció un hombre de cabello color cereza y ojos grises, físicamente era igual a Mila, la cual comenzó a temblar cuando lo vio.
—¿Qué le pasó a Grisha? —preguntó el alfa preocupado, Viktor lo miraba con odio y yo no entendía el motivo de su reacción pero estaba soltando un olor demasiado fuerte, igual al que soltó el día de nuestra primera cita.
—¡¿Qué hace aquí?! ¡Usted no es bienvenido, así que lárguese ahora mismo! —gritó un Viktor cegado por la ira, mi omega se sintió temeroso al ver el estado de su alfa, podía verse todo el odio que Viktor le tenía a ese hombre.
—oh ex yerno … tanto tiempo… sin vernos —susurró en tono burlón, mirando a Viktor de pies a cabeza para luego hacer un gesto de desagrado — y ¿quien es la belleza que está aferrada a tu brazo? —preguntó mirándome, haciéndome sentir miles de horribles escalofríos.
—eso no te incumbe, ni tampoco mi padre, así que lárgate de una buena vez —respondió mi alfa furioso mientras acortaba la distancia entre ellos.
—claro que me incumbe, el es mi amigo y para ser claros quien sale sobrando aquí eres tú, fui yo quien lo consoló cuando lo abandonaste a su suerte, no es mi culpa que tuviera un ingrato que volvió a cometer el mismo error, le diste la espalda cuando más te necesitó y puedo apostar que “tus tíos” no te contaron de su intento de suicidio después que te vio en el hospital —respondió con saña, el cuerpo de Viktor se puso rígido al escuchar lo que ese hombre le había dicho, mi alfa miro al par de alfas, los cuales tenían el rostro pálido —tal vez es mejor que tu padre se vaya de este mundo, él no merece seguir pasando por todo lo que le sucedió.
Viktor se le arrojó encima a ese alfa para golpearle el rostro una y otra vez, todos mirábamos con profundo temor la escena, mi omega temblaba asustado al ver esa fase violenta de nuestro alfa, el cual parecía un animal rabioso.
—¡Con mi padre no te metas maldito! —gritó Viktor con la voz quebrada sin dejar de golpearle con fuerza el rostro.
—¡Vitya detente, lo vas a matar¡ —gritó la omega quien intentaba separarlos, abrace a Viktor mientras yo también hacia el intento de separarlos, pero mi amado estaba tan cegado por la rabia que sin darse cuenta me dio un codazo justo en el rostro, partiéndome la nariz.
Viktor reacciono y soltó al hombre para ir a auxiliarme, mi nariz estaba sangrando y dolía demasiado. Viktor me estaba limpiando la sangre cuando llegaron los doctores y los guardias de seguridad del hospital, los doctores atendieron al padre de esa omega, el cual estaba inconsciente en el suelo mientras que los guardias se encargaban de sacar a Viktor del hospital por haber provocado disturbios.
Intente ir detrás de Viktor pero una enfermera me interceptó para curar mi nariz, la chica limpió cuidadosamente la sangre en mi rostro, una vez que terminó le agradecí y le pedí que si me podía dar un poco de alcohol, algodones y unas vendas. La chica en todo momento se comporto amable y me dio todo lo que le pedí en una bolsa de plástico, la cual guarde en el interior de mi suéter.
Corrí rumbo a la salida del hospital, una vez que llegué me encontré a mi Viktor y a la alfa de ojos verdes, ella estaba arrodillada a su lado, sus ojos estaban cristalizados, mientras tanto Viktor estaba en el suelo, abrazando sus piernas.
—¡Vete, déjame solo!, no quiero hablar contigo —gritó mi alfa, elevando su rostro, sus mejillas estaban llenas de lágrimas y la punta de su nariz estaba igual de roja que sus ojos.
Me acerque a ellos con cautela mientras miraba como la alfa, la cual olía a menta, estaba intentando hablar con Viktor, pero este solo lloraba e ignoraba todo lo que ella le decía. Me senté en el suelo para consolar a mi alfa, realmente odiaba verlo sufrir, comencé a sentir un dolor punzante en mi pecho, como si encajaran lentamente miles de agujas en mi corazón.
Abrace fuertemente a Viktor siendo correspondido con desesperación por él, podía sentir su amargo dolor, el sentimiento era tan fuerte e intenso que me quemaba el pecho. Viktor había dejado totalmente empapada mi camisa por su llanto y la opresión en mi pecho solo crecía, sus sentimientos eran transportados por nuestro nuevo vínculo.
Sentía una mezcla de sentimientos en mi pecho, los cuales chocaban entre ellos. Una gran alegría me invadió porque teníamos un vinculo entre nosotros, pero también sentía el enorme dolor y remordimiento que estaba sintiendo Viktor al descubrir lo de su padre, desagradables sentimientos que se traspasaban a mi.
Acepté su dolor como el mío, y le mande todo el amor que mi corazón podía sentir por él, miré su linda sonrisa y sentí como esos dolorosos sentimientos eran reemplazados por alegría. Mi corazón latió dichoso al ver que había conseguido relajar a Viktor.
Mi alfa elevó su rostro a la altura del mío para unir nuestros labios en un beso necesitado, sin importar si esa alfa nos miraba, ambos lo necesitábamos con demasiada urgencia. Al separar nuestros labios, Viktor limpio mis lágrimas, de las cuales no tenía ni la menor idea de que habían salido.
—gracias por existir —susurró tranquilamente mi alfa, sacándome otra sonrisa de mis labios. Una vez que lo abrace me di el gusto de besar su frente y la punta de su nariz, escuchando su risa como recompensa.
—lamento todo lo que te dije, pero en estos momentos no quiero verte, ni a ti ni a Yacov—dijo Viktor con voz demandante.
—Vi-Viktor… por favor escúchala —suplique, no quería ver a Viktor sufrir después, sabía que sería difícil para mi alfa afrontar toda esta situación, pero no estaba solo, ahora me tenía a mi.
Mire sus manos heridas y fue que recordé las cosas que había traído. Busqué mi maleta, la cual había quedado con la recepcionista, y saqué una botella de agua y unos pañuelos que tenía guardados. Volví a salir del hospital para ir y curarle las manos a mi alfa.
Tome sus manos para mirar como sus nudillos estaban destrozados, sus heridas eran muy dolorosas y recordé cuando él arriesgo su vida por mi, Viktor había terminado con sus manos heridas, pero no eran tan espantosas como estas. Dejé un pequeño beso en cada mano para después mojar uno de los pañuelos y limpiar la sangre coagulada, e incluso tenía manchas de sangre seca.
—¡Auch, duele mucho! —respondió mi alfa entre quejas.
—lo siento mi amor, pero si no lo limpio ahora te puede entrar tierra—respondí concentrado, tratando de ser lo más rápido pero también intentando ser cuidadoso.
—¿mi… amor? —preguntó Viktor, frene en automático para elevar mi rostro encontrándome con el suyo, ¡le había dicho mi amor!, mis mejillas se ruborizaron hasta más no poder, Viktor tenía ese lindo brillo en sus ojos y la más hermosa sonrisa en sus labios.
—vamos dime así otra vez —me pidió mientras acariciaba mi mejilla con la mano que estaba curando.
—Vi-Viktor déjame curarte, después me puedes molestar todo lo que quieras —le suplique quedito, mientras llevaba mis manos y cubría mi rostro, pero Viktor me tomó de ellas y me jalo a su cuerpo, quedando sentado sobre su regazo mientras me abrazaba con fuerza de la cintura.
—por favor, solo una vez más —suplicó mientras juntaba nuestras frentes, dando pequeños besitos en mis labios.
—déjame curar tu herida mi amor, mi vida, cariño, mi corazón —susurre entre risas y besos, mis mejillas estaban coloradas y mi corazón palpitaba con gran rapidez en mi pecho mientras escuchaba su linda risa.
—se escucha tan hermoso saliendo de tus lindos labios… mi vida, mi amor, mi omega —respondió Viktor mientras me tomaba de las mejillas para darme un beso entre cada palabra, culminando con uno en los labios.
—ejem… será mejor que me vaya, más tarde hablaremos —hablo la alfa, estábamos tan perdidos en nuestra atmosfera que se me olvidó que ella se encontraba ahí y había presenciado todas las cursilerías que habíamos hecho.
Una vez solos, me quedé en silencio mientras curaba sus nudillos con unos algodones llenos de alcohol, escuchando sus pequeños quejidos de dolor mientras pasaba el algodón por la herida.
—Auch, en serio me duele —se quejo mi alfa, Viktor se movía inquieto cada vez que mojaba el algodón en el alcohol y lo frotaba en su piel.
—ya casi termino —respondí mientras tomaba las vendas y se las ponía.
—y ¿en que lugar vas a quedarte? —preguntó cuando termine de vendarle las manos.
—aún no lo sé, pensaba quedarme en un hotel —respondí parándome del suelo para sacudir mi ropa y quitarle el polvo—¿Dónde te estás quedando? —pregunté mientras lo ayudaba a levantarse.
—en la casa de mis tíos—respondió—voy a llevarte ahí para que dejes tus maletas y después nos vamos a un hotel.
—está bien, déjame ir por mis maletas —le pedí mientras entraba al hospital para ir con la recepcionista por mis maletas, la chica me las dio y cuando me iba a ir, me detuvo para darme un paquete de condones. Mi rostro ardió y solo le di las gracias para guardarlos en mis bolsillos.
Pedimos un taxi y durante el camino no dejábamos de mimarnos entre nosotros, le daba pequeños besos a Viktor en todo su rostro. Cuando llegamos pude apreciar que la casa era muy grande y elegante, Viktor abrió la puerta mientras tomaba la única maleta que había traído conmigo.
El interior de la casa era muy lindo, todo era de color blanco y café oscuro, además las plantas que había le daban más color. Sentí como me abrazo por la espalda mientras sentía sus besos húmedos en mi cuello.
Viktor giró mi cuerpo para poder besarme, enrede mis brazos alrededor de su cuello mientras sentía como sus manos viajaban a los costados de mis caderas para sujetarlas firmemente. Poco a poco fuimos retrocediendo hasta toparnos con el primer sofá que tuvimos en frente.
El calor en mi cuerpo aumentaba drásticamente mientras los besos se volvían más apasionados, Viktor me acostó boca abajo en el sofá mientras él se acomodaba encima de mi, besando y lamiendo mi nuca y hombros, sacándome pequeños gemidos con cada acción.
—¿vamos a hacerlo aquí? —pregunté con la voz entrecortada y el corazón latiéndome a mil, Viktor ya me había bajado los pantalones junto con la ropa interior, dejando mi trasero al aire.
Viktor no respondió, simplemente golpeó con algo de fuerza mi trasero, logrando sacarme un grito de sorpresa y excitación, porque más que dolerme había logrado emocionar a mi cuerpo.
Tomé la almohada que estaba enfrente de mi para abrazarla mientras elevaba mis caderas para darle la señal a Viktor de que podía continuar, sentí como acarició dulcemente la zona donde me había dado el golpe, los suspiros salían de mis labios, pero fueron remplazados por un gemido cuando me dio una ligera lamida, contuve un grito en la almohada al sentir como me había mordido donde me había dado el golpe.
Viktor volvió a darme placer con su boca, los gritos eran cayados por la almohada justo cuando sentía como movía su lengua con maestría, haciendo temblar mi cuerpo. Inconscientemente comencé un vaivén con mis caderas, intentando sentir más de esas deliciosas sensaciones que solo Viktor me hacía sentir.
Los sollozos aumentaron al sentir como había separado mis piernas para pasar su mano entre ellas y masajear con rapidez mi miembro. No entendía porque mi cuerpo estaba tan sensible, cualquier cosa que me hacia Viktor me estremecía al grado de hacer temblar mi cuerpo.
—basta de juegos —dijo una vez que saco su lengua de mi, vi como se despojo de su ropa, dejándose en prendas interiores.
—espera, ten —lo detuve al sentir como la punta de su pene, estaba haciendo presión para entrar en mí . Busque en los bolsillos de mi pantalón los preservativos que me había dado la chica y al encontrarnos, se los di a mi alfa para que se colocará uno.
—¿estas seguro? —preguntó mirando los condones—son demasiado delgados, van a romperse.
—no va a pasar nada, solo póntelo— le exigí mientras me quitaba el suéter, dejando al fin mi pecho al descubierto.
Cuando Viktor ya estaba listo eleve lo más que pude mi trasero mientras abrazaba la almohada. Su miembro entró con lentitud, mis entrañas se contraían de placer al sentir perfectamente cada centímetro de su hombría, mis piernas parecían gelatina al tenerlo todo completo, teníamos casi dos semanas sin tocarlos, estaba más que seguro que no iba aguantar mucho tiempo, mi cuerpo estaba demasiado sensible, sentía como nuestros fluidos escurrían entre mis muslos.
Los suspiros se escapaban de mi boca al sentir sus caricias por toda mi espalda pero mi alfa no se movía, sentía como su miembro palpitaba en mi interior. Su erección estaba muy dura y caliente, sin duda amaba esa barra de carne pero necesitaba acción, no me era suficiente con tenerlo dentro, necesitaba sentir como se adentraba, tocando zonas deliciosas que me hacían gritar hasta que mi voz se iba, por lo que decidí mover mis caderas, sacándole gruñidos y recibiendo otra nalgada.
—¡Ayyyy alfa! Mmm daddy —mi omega había tomado el control de mi cuerpo al recibir la nalgada, a pesar de que me había golpeado con más fuerza, no me dolió, en cambio sentí miles de corrientes eléctricas que viajaban por todo mi cuerpo.
—¿quieres otra? —preguntó en mi oído con voz ronca mientras acariciaba la zona donde me había golpeado, mi cuerpo se estremeció mientras sentía como la emoción se apoderaba de mi, Viktor estaba tomando una posición dominante.
—aaah si daddy, aquí—susurre girando mi rostro sobre mi hombro, tocando el lugar de me había golpeado, tenía la piel un poco rojiza y la huella de su mano estaba marcada ahí, sentí como volvió a darme otro golpe, logrando sacarme un grito y una escurridizas lágrimas de éxtasis.
—¿quieres sentirte mejor? —preguntó mientras acercaba su cuerpo al mío, no podía hablar correctamente, mis labios temblaban por lo que solo me limite asentir con mi cabeza, sentí como me tomaba de las caderas para arremeterse con fuerza y darme una nueva nalgada.
Un gran grito salió de mis labios, había sido tan fuerte que estaba seguro de que me habían escuchado a kilómetros. Otra vez el mismo olor en mi se disparo junto al de mi alfa, el calor de la situación nos cegó y ya no nos importo si era la casa de sus tíos, solo queríamos hacer lo nuestro.
Mi alfa comenzó a penetrarme con fuerza, pero no la suficiente como para lastimarme, en cambio yo, estaba mordiendo la almohada en un intento de no dejar salir mis gemidos pero me era imposible, Viktor entraba y salía de mi, tocando partes sensibles de mi cuerpo.
No pude contenerme más y termine llegando al organismo rápidamente, manchando el sofá. Viktor siguió dándome embistes hasta que se corrió y anudo dentro, sentía su mano sobre mi cuello mientras miraba una pequeña gota de sangre caer a la almohada, Viktor se había mordido la mano para evitar marcarme.
De pronto sentí como mi vientre era directamente llenado, Viktor había encontrado la entrada de mi cuello uterino.
—el condón se rompió —respondió Viktor mientras se apegaba lo más posible, mi cuerpo temblaba bruscamente al sentir como su semilla era directamente depositada en mi vientre.
Una vez que el nudo desapareció, Viktor salió de mi para quitarse el condón roto y vacío, después me limpio y también limpio el lugar donde había caído mi semen. Viktor tuvo que cargarme y llevarme a su habitación porque mi cuerpo no dejaba de temblar, mi orgasmo había sido maravilloso, aunque después nos dio un golpe de moral a los dos, por haber tenido sexo desenfrenado cuando su padre estaba grave en el hospital, pero por lo menos nos había servido para descargar el estrés que había acumulado nuestro cuerpo.
Nos quedamos dormidos por quien sabe cuantas horas, yo desperté al percibir el olor a comida y a café, mire a Viktor, el cual estaba profundamente dormido, ambos habíamos quedado agotados después de haberlo hecho.
Intenté moverlo suavemente y fue que mire su mano, los vendajes estaban llenos de sangre. Viktor se había quedado dormido sin limpiar la nueva herida en su mano, me levanté de la cama para coger mi mochila y buscar algo que me ayudara a curarlo, pero recordé que la había dejado afuera y un pensamiento llegó a mi cabeza.
“¿habíamos recogido nuestra ropa del suelo?”
No lo recordaba, había terminado tan agotado que no podía moverme y no recuerdo si Viktor lo había hecho, en mi memoria solo había limpiado nuestros cuerpos y el sofá pero no se con certeza si recogió la ropa, por lo que decidí despertarlo y preguntarle directamente.
—Viktor ¿recogiste nuestra ropa del suelo? —pregunté cuando por fin despertó.
—¿eh?... No lo recuerdo —respondió levantandose perezosamente de la cama mientras se frotaba un ojo.
—alguien está en la casa—susurre y como por arte de magia Viktor se despertó completamente, se levantó de la cama desnudo para buscar en una canasta que estaba a un lado de la puerta.
Nunca lo había visto cambiarse tan rápido y por un momento quise reírme, pero yo también estaba atrapado en esta absurda situación, mi alfa me paso un cambio de su ropa que era más que lógico que no me iba a quedar, los pantalones me quedaban tan grandes que se me caían, por lo que tuvimos que usar un cinturón.
—¿crees que se den cuenta? —pregunto Viktor en tono divertido cuando salimos de la habitación para ir a la cocina.
—Viktor, apestamos a sexo—respondí dándole un empujón, siempre me tenían que pasar cosas vergonzosas, pero sin duda esta se había ganado la corona.
Al estar en la sala eche un vistazo para buscar nuestras pertenencias en el suelo y efectivamente, no estaban, no sabía como sentirme al respecto, solo esperaba que Viktor sea la persona que recogió todo porque si no, morirá de vergüenza.
—buenos días—dijo el mismo alfa mayor que estaba abrazando a la alfa de ojos verdes en el hospital.
—buenos días muchachos, ¿Qué desean desayunar? —preguntó la alfa de ojos verdes.
La pareja nos miro de los pies a la cabeza para después mirarse entre ellos, dándose cuenta de las condiciones en las que nos encontrábamos. El alfa soltó una risita al ver como ridículamente sostenía mis pantalones para que no cayeran al suelo.
—por cierto, sus maletas y la ropa que dejaron en la sala están a un lado de la puerta —comentó con seriedad mientras comía del plato de comida que le había dejado la otra alfa.
Mi rostro y el de Viktor se torno de colores, quería morirme de la pena que me daba, ellos habían recogido toda nuestra ropa. Viktor me llevó casi arrastrando a la mesas, después de lo que pasó no podía verlos a la cara.
—no sientas pena muchacho, es algo normal entre ustedes —comentó el alfa, el cual olía como a café, mi rostro se torno completamente rojo al escuchar lo que me había dicho.
—no los alientes Yacov, Vitya aún es muy joven para ser padre—comentó la alfa mientras nos servía un plato con frutas.
—Pero Lilia, Viktor ya tiene veintiuno, Grisha tenía diecinueve cuando Vitya nació —comentó el hombre.
—no es lo mismo, Grisha ya estaba casado con Sasha —comentó la mujer sentándose en la mesa—ellos les falta más experiencia para criar un bebé.
—oh dios ya va empezar—comentó Viktor y él alfa de nombre Yacov.
—¿Qué? —le pregunté a Viktor en el oído.
—ya va hablar sobre la moral y la importancia del matrimonio —comentó Viktor en mi oído y efectivamente, la alfa comenzó un discurso de la importancia de darnos nuestro lugar y de la importancia del matrimonio.
Me sentía tan avergonzado que sólo miraba mi plato pero no comía, Viktor me hecho unos trozos de papaya de su plato al mío, pero la alfa se dio cuenta y lo regaño como si fuera un niño.
Ambos comimos el desayuno, el cual estaba delicioso. El señor Yacov se devolvió al hospital una vez que terminó el desayuno, dejándonos solos con la señora Lilia. Se notaba cierta tensión entre Viktor y la señora Lilia.
—perdón por haberte ocultado lo de tu padre—susurro la señora Lilia, con voz seria pero en su rostro se reflejaba la preocupación—se que te lastime al no decirte por lo que estaba pasando tu padre, pero tuve mis razones para no decirte nada.
—eso es lo que más odio —susurró Viktor enojado —que me oculten las cosas para protegerme, no soy débil, no soy de cristal.
—lo sé cariño pero cuando pasó lo de tu papá, tu estabas tan… —la señora Lilia comenzó a llorar.
—si, estaba muy deprimido, pero esa no es suficiente excusa para no decirme que mi padre tenía pensado quitarse la vida —respondió Viktor con la voz quebrada —¿acaso tienes una idea de como me siento después de saber eso? —preguntó dejando salir su dolor en forma de llanto —yo pensé que no le importaba, ¡No sabes lo mucho que llore y lo solo que me sentía!
—esa fue la razón principal por la cual no te lo dijimos, si en ese momento te lo hubiéramos dicho te hubieras sentido responsable de la decisión que había tomado tu padre.
Viktor agachó el rostro después de que esa alfa le dijo eso, me acerque a Viktor para envolverlo en mis brazos, dejando que derramara las lágrimas que su herido corazón se había negado a soltar. Lo abrace fuerte, dando pequeños masajes a su espalda y dejando besos sobre su cabeza.
—mi niño, se que hicimos mal, pero nuestra intención nunca fue dañarte—respondió la alfa intentando acariciar a Viktor—tu padre nos pidió que no dijéramos nada, el estaba tan avergonzado por como te trató que no se creía capaz de volver a verte, él se dio cuenta de todo lo que te lastimó.
—tu padre cometió muchos errores, cuando te visitó al hospital… él había tomado una decisión egoísta, quería volver a quitarte lo maravilloso que tenemos como personas, pero no se lo permití y fue que entendió lo que había hecho mal… él decidió cambiar demasiado tarde.
Viktor se separo de mis brazos para abrazar fuertemente a la alfa, susurrando algo en su oído que la hizo estallar en llanto para después abrazarlo de la misma manera que él lo hacía. El ambiente cambió completamente, tanto Viktor como la alfa estaban más tranquilos, ambos limpiaron sus lágrimas e intentaron controlar sus respiraciones.
—¿Y donde se van a quedar? —pregunto la señora Lilia mientras limpiaba su rostro.
—iremos a reservar una habitación en un hotel —respondió mi alfa tranquilo.
—no es necesario, puede quedarse aquí pero tendrá que compartir la habitación con Mila —respondió la señora Lilia, al escuchar sus palabras sentí mi estómago revolverse, ¡no podía compartir habitación con esa bruja!.
—pero si no te parece puedes quedarte en la habitación de Viktor y que él se quede con ella—respondió y mi cuerpo se tenso al escuchar que esa bruja podía dormir con él, primero muerto antes de dejar a Viktor dormir con esa bruja.
—no es necesario, puedo dormir con ella y gracias por dejar que me quedara aquí —respondí fingiendo estar feliz, pero por dentro me retorcía de solo pensar en que tendría que compartir la habitación con ella, ni en mis peores pesadillas me había tocado pasar por algo así.
Solté un gran bufido una vez que la señora Lilia se fue, Viktor comenzó a reírse cuando vio mi reacción, sin duda él era el que más se divertía, lo mire con reproche, Viktor no dejaba de reírse, incluso lloró.
—te mereces un Óscar, por un momento me la creí—respondió riéndose y limpiando las ridículas lágrimas.
—me alegro mucho de que te diviertas tanto con esto y lo mejor es que no va a haber sexo entre nosotros, bueno, por lo menos el tiempo que nos quedemos aquí —respondí tranquilo mientras me llevaba a la boca el último trozo de panqueques que me quedaba en el plato.
Viktor dejo de reírse para mirarme con reproche, tomé los platos de ambos y me los lleve para lavarlos. Una vez que termine de limpiar, tomé mi maleta para buscar cualquier cambio de ropa y darme una merecida ducha, ignorando a Viktor.
Tome todas mis cosas y camine al baño sintiendo como mi alfa me seguía en silencio, deje caer los pantalones al suelo, quedando solamente en la camisa, la cual desabotone lentamente. Una vez desnudo, abrí la regadera para dejar que el agua mojara mi cuerpo, solo bastaron unos minutos más para tener a Viktor desnudo abrazándome por la espalda.
Sus manos recorrían mi piel mojada mientras sentía como juntaba mi trasero a su caderas, los besos en mi cuello y hombros lograban relajarme al mismo tiempo que soltaba ronroneos, nos acariciamos mutuamente mientras limpiamos nuestros cuerpos.
Salimos del baño para vestirnos y regresar al hospital, Viktor iría a ver como se encontraba su padre, mientras yo iba a ir con una ginecóloga, a pesar de que había tomado la píldora de emergencia, quería descartar toda posibilidad de quedar preñado, apenas tengo diecinueve y no he terminado mi carrera, pero lo más importante es que no he arreglado las cosas con Viktor, tengo planeado decirle la verdad una vez que la salud de su padre mejore, sería un golpe muy duro para él si le digo la verdad ahora.
Al entrar al consultorio me recibió una omega y eso me tranquilizó demasiado, quien mejor que una omega para entender mis necesidades. La chica era alta y de cabello rubio, recogido en una coleta, tenía unos lindos ojos azules y un olor a caramelo. En cuanto me vio, sonrió mostrando su blanca dentadura.
—¿puedo ayudarte en algo? —preguntó cuando me vio cruzar la puerta para tomar asiento en una de las sillas que estaban enfrente de su escritorio.
—emm si, yo quisiera preguntarle algo — le pedí nervioso, ella me miro atenta esperando a que hablara—mi pareja y yo… tuvimos relaciones y el preservativo se rompió —respondí agachado el rostro.
—¿tomaste la píldora de emergencia? —preguntó.
—si pero yo quisiera descartar cualquier posibilidad, apenas tengo diecinueve y mi pareja veintiuno somos muy jóvenes para ser papás —susurre.
—está bien, no te preocupes es bueno que pienses en tu futuro —respondió la chica mientras apuntaba algo en un papel.
—yo quiera pedirle un último favor—susurre apenado, la chica dejó de escribir para ponerme atención —yo quisiera saber sobre algún método anticonceptivo que pueda usar sin tener que usar los preservativos.
—bueno, en la actualidad hay muchos métodos anticonceptivos que son orales, puedo aconsejarte que si ni tu pareja ni tú quieren usar el preservativo de látex pueden usar los parches—respondió.
—pero yo tomo inhibidores, ¿eso no puede afectar? —pregunté preocupado mientras sacaba el frasco de mi bolso y se lo mostraba.
—no hay ningún problema, estos inhibidores están hechos con productos naturales por lo cual no afectarán a las hormonas que libere el parche, puedes quedarte tranquilo —respondió dándome un papel con unos extraños nombres escritos con una preciosa caligrafía.
Salí del consultorio para regresar al lado de mi alfa, una vez que llegue me senté enseguida de él, dándole un beso y recargando mi cuerpo al suyo. Los tíos de Viktor me saludaron en cuanto me vieron, muy diferente a la omega pelirroja y al estúpido amigo de Viktor, con el cual aún sigo muy enojado, ellos simplemente desviaron la mirada.
Las horas siguieron pasando y en ningún momento me aleje de mi amado, Viktor se desesperaba mucho al no saber como se encontraba su padre y en momentos dejaba salir su frustración en forma de lágrimas y aunque me empujara o me gritara que lo dejara solo, nunca lo hacia, en cambio abrazaba su cuerpo con fuerza mientras besaba su cabeza.
Y fue así que el día llegó a su final, Viktor se sentían tan triste y frustrado con todo lo que estaba pasando y a mi me dolía verlo así. Le dije a Viktor que le iba a traer algo de comer y aunque me dijo que no tenía hambre, no le hice caso y caminé al restaurante que tenía el hospital.
—podemos hablar—pidió el amigo de Viktor, él imbécil me había seguido hasta aquí.
—no tenemos, ni quiero hablar contigo—respondí molesto.
—lamento lo de Mila, solo buscaba ayudar a Viktor —respondió con reproche, tomándome del brazo bruscamente para quedar frente a él.
—no me toques—respondí dándole un manotazo, haciendo que me soltara —pensé que eras mi amigo, pero le ofreciste a Viktor pasar el celo con ella… ¿Cómo crees que me sentí? —respondí soltando lagrimas.
—lo lamento, en serio lo siento, Viktor está tan enamorado de ti que me reprocho el que le dijera que se acostara con Mila —respondió —ya no me meteré en su relación, ahora se que ambos se aman y eso me hace feliz, para que veas que estoy de tu parte te diré cual es la fantasía de Viktor.
—a él no le gusta nada de eso—respondí mientras pedía unos platillos.
—eso es lo que tú crees, a él le encanta que le bailen pole dancé —respondió.
Una vez que me dieron la comida y pagué regrese con mi alfa, le entregué su comida y lo obligue a comer, no podía sacarme de la cabeza lo que me había dicho ese alfa, tal vez podría aprender a bailar en tubo, no me parecía que fuera complicado aprender, incluso me ayudaría a bajar estos kilos de más que había adquirido gracias a mi alfa.
Cuando terminamos de comer, la señora Lilia nos dijo que era mejor que nos fuéramos a casa y aunque al principio Viktor no quiso irse, terminó aceptando porque ya era demasiado tarde y yo ya estaba muy cansado. Además, Mila se había quedado dormida en su asiento, ella en ningún momento se fue del hospital ya que estaba al pendiente de su padre y del padre de Viktor.
Me ofrecí a cargarla y llevarla hasta el auto ya que Viktor estaba muy cansado como para cargar con ella. Mientras la tenía en mis brazos, mi omega me decía que la dejara caer al suelo o que estrellara su cabeza contra la pared más cercana, pero no lo hice, tenía que comportarme maduramente ante la situación, no era el momento ni el lugar para empezar una escena.
Al llegar al auto, la acosté en el asiento trasero para cubrirla con una manta, tal vez recibiría algún premio de mi alfa por mi buen comportamiento y efectivamente, Viktor me recompenso con sus deliciosos besos. Al llegar, Viktor cargo a Mila como si fuera un costal de papas, muy diferente a la manera en la que yo lo hice.
Una vez que la acostamos en su cama, Viktor y yo tardamos casi media hora en despedirnos, ninguno de los dos quería estar alejado del otro, pero era necesario, quería respetar las reglas de la señora Lilia, por lo que me vi obligado a mandarlo a su habitación y a casi ponerle cerrojo a la puerta, mire mi cama y solté un largo suspiro, no quería dormir con ella.
Me acosté en la cama y cubrí mi cuerpo con los cobertores, cuando menos lo pensé me quede profundamente dormido.
Sentí como tocaban mi piel desnuda, mi cuerpo estaba temblando mientras sentía como lamian mi cuerpo, pero desperté al sentir como me habían penetrado, lo primero que mire fueron los ojos de mi alfa totalmente oscurecidos, su respiración estaba agitada y no dejaba de lamerme.
—Vi-Viktor que… aaahh —susurre, pero me vi interrumpido al sentir como había sacado su pene dejando solo la punta para deslizarlo hacia dentro con rapidez.
—lo siento, no pude contenerme más.. Volví a hacerlo, lo siento —respondió mientras movía sus caderas en un rápido vaivén, mi cuerpo comenzó a temblar por lo que tuve que aferrarme a él, enredando mis piernas alrededor de sus caderas y abrazando su cuello posesivamente.
—Ahhh ¿vol-volvi?... Ahhh, ¿no es la primera vez? —pregunté entre gemidos pero Viktor no me respondió, simplemente comenzó a embestirme con más fuerza hasta que ambos llegamos al orgasmo.
—lo siento, no podía conciliar el sueño por lo que te traje sin tu consentimiento, pero no pensé que las cosas se saldrían de control—respondió ocultando su rostro con sus manos, un gesto que yo también hacía cuando algo me avergonzaba mucho.
—¿porqué dijiste volví?, ¿ya habías hecho este tipo de cosas antes? —pregunté mientras limpiaba mi cuerpo.
—no es la primera vez que hago algo así con tu cuerpo —respondió mientras acariciaba mi mejilla —perdóname, no podía controlarme.
—yo también tengo que confesarte algo, he usado tu cuerpo para satisfacerme sin tu consentimiento —respondí mientras le daba un beso en su mejilla.
Viktor me miró para después sonrojarse, pensé que se enojaría pero no lo hizo.
Ambos nos quedamos quietos mientras regulábamos nuestras agitadas respiraciones. Mi hermoso alfa se miró de manera inocente para después hacerlo de manera depravada, se acostó sobre mi para besarme, poco a poco sus besos fueron descendiendo de mi cuello hasta llegar a mi ombligo. Abrí mis piernas para darle espacio, sentía sus besos en mis muslos e ingle, pero me sobresalte al darme cuenta de que había tomado mi miembro entre sus manos para meterlo a su boca.
Viktor movía su cabeza de arriba abajo, al mismo tiempo que succionaba con fuerza llevándome a tocar el cielo con los movimientos de su lengua, era la primera vez que recibía tanto placer, la saliva de Viktor tenía un efecto especial sobre mi cuerpo, era como un afrodisíaco que me hacía perder la razón, sin poder controlarme lleve mis manos a su cabeza para poder entrar más profundo.
—ahhh Kore wa shinji rarenai yō ni kanji, watashi wa mō sore o toru koto ga dekimasen... “Esto se siente increíble, no puedo soportarlo más ...” —grité mientras intentaba sacar mi miembro de la boca de Viktor, pero no pude, en cambio a mis planes, terminé corriéndome.
Mi cuerpo temblaba lleno de placer y mi omega se sintió un poco ofendido, Viktor le había quitado la corona que mi omega se había puesto como el rey de las mamadas. Mi rencoroso omega quería devuelta su puesto, por lo que rápidamente cambiamos de poción, ahora yo estaba entre la piernas de mi alfa.
—vamos a jugar —susurre mientras me separaba para buscar algo que me sirviera para cubrir sus ojos, encontré un par de corbatas y las llevé conmigo —el juego consiste en no dejarte ver ni tocarme —susurre en su oído, guiado por mi omega, lo primero que cubrí fueron sus ojos para después también cubrir su boca, no quería que fuera ruidoso como las veces anteriores. Junte sus manos y las amarre, mirando como su cuerpo reaccionaba alertado al estar indefenso ante la presa que se había convertido en depredador.
Comencé un camino de besos, succiones y mordidas por todo su cuerpo hasta llegar a sus deliciosos abdominales, dejando marca de mis dientes en ellos. Después llegue a su miembro erecto, el cual devoré por completo, lamiendo, succionando y jugando con mi lengua en esas partes que hacían estremecer a mi alfa de los pies a la cabeza.
Lo saqué de mi boca cuando estaba a punto de llegar al orgasmo, Viktor se movió inquieto al no sentir mi boca, sonreí para luego pararme sobre ese trozo de carne que me enloquece, dejándome caer sobre él, auto penetrándome de manera brusca. Mi cuerpo se retorcido al sentir su corrida.
Una vez que terminó le quite la cortaba de los ojos y de la boca, mirando sus lindos zafiros llenos de lágrimas de placer. Al desamarrar sus manos lo primero que hizo fue tomarme de las caderas para arremeterme con fuerza, moviendo sus caderas contra las mías.
—ahhh a-alfa… Muy profundo ahhh alfa más —grité depravadamente mientras era guiado por mi omega, quien temblaba con cada brinco que daba.
—mmm Eros, ahh se siente muy rico—respondió Viktor mientras me tomaba de las caderas y me movía a su antojo, mi alfa dejaba caer su cabeza hacia atrás cada vez que movía mi caderas en círculos.
Seguimos dejándonos llevar por el placer hasta que nos vinimos, yo en su pecho y él dentro de mis entrañas. Con cada pequeño chorro de esperma que mi alfa liberaba nuestros cuerpos temblaban y también sentía que me derretía, adoraba ese ligero dolor en mi entrada gracias al nudo que nos mantenía unidos.
Mis brazos perdieron fuerza y caí sobre el pecho de mi alfa, el cual me abrazo dulcemente. El cansancio nos invadió y nos quedamos dormidos en esa posición, al despertar mi espalda me mataba al igual que mi trasero. Saque a Viktor de mi interior sintiendo como su semilla escurría hacia afuera.
Volví a tomar otra píldora mientras mi omega se contraía triste en mi interior.
Volví a acostarme en la cama para despertar a Viktor e ir a darnos un baño. Ya había pasado una hora y media y estábamos terminando el desayuno para ir al hospital.
Al llegar nos dieron la noticia de que el padre de Viktor había despertado y se encontraba en recuperación, me sentí feliz hasta que miré a mi alfa, su rostro reflejaba el terror puro, incluso soltaba un olor ligero, delatando lo aterrado que se encontraba.
—mi amor ¿estas bien? —pregunté al ver como su cuerpo temblaba.
—tengo miedo —susurró asustado, le acaricie la mejilla para relajarlo —han pasado cinco años desde la última vez que lo vi… yo fui hiriente con él —respondió.
—tu padre te ama y tu lo amas a él, demuéstrale que has cambiado —respondí animándolo para que por lo menos se acercara a la puerta.
El doctor salió de la habitación donde se encontraba su padre, nos dijo que tendríamos que esperar dos horas porque era necesario dejarlo descansar, para que luego tuviera energías en las visitas.
La omega pelirroja llegó y se sentó al lado de Viktor, le preguntó que había pasado y cuando le dijo que su padre había despertado, ella se arrojó a sus brazos para abrazarlo y por primera vez los dejé, me sentía muy feliz por mí alfa, no tenía ganas de hacerle una escena de celos.
Las dos horas pasaron volando y los primeros en entrar fueron los policías quienes sólo estuvieron unos minutos y después salieron de la habitación para caminar hacia nosotros, el padre de Viktor les había revelado que el padre de Mila, el señor Pavel Babichev, lo había apuñalado cuando iban saliendo del trabajo.
Todo el mundo estaba sorprendido, la omega pelirroja se desmayó después de escuchar lo que su padre había hecho, los tíos de Viktor, tenían sus ojos abiertos de la impresión, mi alfa se quedó paralizado al principio, pero después comenzó a liberar un olor demasiado fuerte e intenso, delatando lo enojado que estaba.
—¡Voy a matar a ese maldito con mis propias manos! —gritó molesto y todo se volvió un completo caos, entre el señor Yacov, Chris y yo intentamos detener a Viktor, el cual estaba cegado por su dolor. Los policías intentaron detenerlo pero Viktor dejó ver la verdadera naturaleza salvaje que llevaba en su interior.
Sus garras habían salido al igual que sus colmillos, ambos tan letales como peligrosos. Sus ojos estaban completamente oscuros, dejando en claro que era su alfa quien lo controlaba. Entre el señor Yacov y Chris, lo tomaron de un brazo para inmovilizarlo mientras que los otros policías lo tenían del otro brazo. Los doctores llegaron para cedar a Viktor, pero mi alfa los atemorizó con su olor.
Nadie podía acercarse a Viktor, excepto yo, por lo que tomé el tranquilizante para inyectarlo. Me acerque despacio, elevando mi olor hacia él y cuando estuve enfrente comencé a frotar mi rostro contra su pecho mientras ronroneaba. Dejé pequeños besos en su cuello y mejillas para finalmente inyectar en su pierna el potente tranquilizante.
—E-Eros ¿Por qué tú? —susurró adormilado mientras su cuerpo sin fuerzas caía sobre mi.
—lo siento mucho mi amor pero era necesario —susurre en su oído con la voz quebrada mientras me aferraba a su cuerpo, me sentía horrible por la manera en la que me miró.
Se llevaron a una habitación extra a Viktor, mientras se llevaban preso al padre de Mila por intento de homicidio. Me quedé acostado en la cama con mi alfa inconsciente, parecía un hermoso ángel dormido tranquilamente gracias al sedante.
Cuando Viktor despertó inmediatamente se disculpó con todos, para después armarse de valor y entrar a la habitación de su padre. Yo me senté a un lado de Mila mientras esperaba a que Viktor saliera de la habitación, la omega no dejaba de llorar amargamente, sentí pena por ella, ahora su padre estaría en prisión por sabe cuantos años, sin duda ella estaba pagando las cuotas del destino de la peor manera, algo muy atroz debía llevar en su conciencia.
Odiaba a mi frágil corazón, terminé abrazándola mientras daba pequeños golpecitos en su espalda, ella sin duda estaba sufriendo y no podía disfrutar de eso. Ella se aferro a mi y me sentí tan extraño, mi omega estaba dramatizado por el simple hecho de haberla consolado.
Viktor salió con una sonrisa y me llamó para que fuera con él, mi cuerpo comenzó a temblar con cada paso que daba. Al estar frente a la puerta, Viktor me tomó de la mano y dejó un beso en ella antes de entrar. La habitación era muy grande y de colores claros, había un sofá donde cabían tres personas, así como un lavamanos a un lado de la puerta, todo era muy lindo y diferente a una habitación de un hospital normal.
—así que es él —susurró débilmente un hombre de voz clara y profunda acostado en la cama, sus cabellos plateados al igual que los de mi alfa y también tenía unos hermosos ojos azules y fue que me paralice al verlo, ¡Él fue el mismo hombre que nos miro con asco!, pensó mi omega sorprendido.
—es un placer conocerte… pero tu rostro me parece familiar —susurró mientras se llevaba un dedo a sus labios, haciendo la misma manía que mi alfa—¿no nos habíamos visto antes? —preguntó y me paralice.
“por supuesto que sí, soy aquel chico que miró de forma desagradable, pero quien diría que este chiquillo será la futura madre de sus hermosos nietos” pensó estúpidamente mi omega.
—no lo creo señor —respondí haciendo una reverencia.
—vaya que tuviste suerte Viktor, mis nietos saldrán hermosos —susurró su padre soltando una débil risa que fue cayada por un quejido de dolor —espero mi torpe hijo te trate bien, es la primera vez que me trae a conocer a su pareja y déjame decirte que estoy satisfecho —susurró con una sonrisa mientras nos miraba con cansancio.
El señor Yacov y la señora Lilia entraron a la habitación y lloraron al ver al padre de Viktor, sin duda era un hombre encantador y apuesto, ahora sabía de donde mi alfa había sacado sus encantos, el padre de Viktor no me quitaba la vista de encima y eso me ponía nervioso.
—me muero de ganas de que tengan un cachorro, no quiero irme sin mimar a mi primer nieto —susurró débilmente, mi rostro se tornó como un tomate.
—al paso que van, muy pronto tendrás a tu nieto Grisha, ellos no pierden su tiempo —susurró el señor Yacov y en ese momento quise morirme de la pena.
—eso es bueno —respondió el padre de Viktor. Todos nos despedimos para dejarlo descansar, la señora Lilia no dejaba de regañar a su esposo, mientras que mi alfa solo me pedía disculpas.
Duramos tres días más en la ciudad, Viktor me llevó a un restaurante privado y nos la pasamos increíble, aunque paso un accidente peculiar, confundieron nuestra langosta con la de otra pareja y cuando Viktor comió de un pan que nos habían traído se ahogo al sacar un anillo que casi se tragaba, el malentendido se arreglo y no pasó a mayores, finalmente tuve que regresar porque tenía que volver a la escuela. Viktor se quedó en Rusia por tres días más, nos mandábamos mensajes todo el tiempo, así como nos llamábamos sin importar la hora.
Al regresar, busqué alguna escuela de Pole Dance que fuera de tiempo completo, solo iba por una hora y media pero con eso bastaba para dejarme agotado, misteriosamente mi alfa no me había citado desde qué volvió de Rusia, al preguntarle a Chris me dijo que había tenido un golpe de inspiración para un nuevo perfume y que siempre se aislaba en soledad para acomodar sus ideas por lo que no me preocupé al principio, pero cuando no contesto ni mis mensajes, ni mis llamadas, comencé a hacerlo.
Las clases de Pole Dance eran muy difíciles, siempre me caía de la barra y me golpeaba con fuerza, incluso ya tenía un doloroso moretón en mi cadera. Mi mente no dejaba de pensar en Viktor y aunque Chris me había dicho que no me preocupara, no podía evitarlo, no dejaba de pensar en que tal vez se había molestado conmigo por lo que le dije en el restaurante en Rusia.
Decidí darle una visita sorpresa a Viktor para asegurarme de que se encontraba bien y reclamarle su abandono, no tenía ni la menor idea de lo que conllevaría ese viaje inocente.
Continuará…
Hi
Si llegaron a esta parte solo quería decirles que voy a cambiar el nombre del fic, así como la portada y mi nombre de usuario.
Ahora el fic se llama unstable Love, en lo personal creo que le queda bien el nombre y más cuando lean el especial de víktor.
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