🐞1🐞

(se que no tiene nada que ver la letra pero esa fue la canción con la que loe escribí)
Salí del hotel lo más rápido que pude, en cuanto puse un pie fuera pedí un taxi para que me llevará de nuevo a mi departamento, me había humillado patéticamente frente a viktor, él me había rechazado rotundamente aún puedo sentir el miedo de mi omega quien tiembla asustado en mi interior.
Aún no puedo creer que estaba dispuesto a obligar a viktor para que pasara la noche conmigo, ni que el haya usado su voz en mi, pensé que el me aceptaría y estaría en sus brazos pero ahora estoy en la parte trasera de un taxi viendo por la ventana como los copos de nieve caen al igual que mis lágrimas.
No puedo evitar sentirme dolido por todo lo que pasó, durante tanto tiempo había deseado volver a verlo, habían pasado siete años desde que fundimos nuestros cuerpos en uno, lo amaba con todas mis fuerzas y ahora me doy cuenta de todo el daño que le hice, pude verlo en sus ojos y todo era mi culpa.
jamás recuperaría su amor, no podía curar cada herida en su corazón, me arrepiento de no haberlo buscado cuando pude hacerlo pero yo creí que el no quería saber nada de mi, pensé que tal vez no había recibido mi nota por lo que decidí llamarlo meses después de que descubrí que tenía una relación con esa omega pero el nunca contesto, lo intente más de treinta veces y cuando bloqueo mi número mi corazón se rompió y pensé que no quería verme nunca más, por lo que decidí seguir adelante pensado que ya no tenía espacio en su vida.
Nuestra cita había resultado terriblemente mal, yo iba con la intención de estar con él, pero al rechazarme solo me lastimaba y llenaba mi corazón de inseguridades aún no puedo creer que le grite todo eso pero no pude controlarme.
—¿te encuentras bien?—pregunto el chófer del taxi mirándome por el retrovisor.
Desvíe la mirada hacia la ventana dejando que mis lágrimas resbalaban silenciosamente por mis mejillas mientras miraba como las gotas de agua creaban extrañas figuras en los vidrios empañados.
—bueno si necesitas desahogarte, soy todo oídos y prometo que no te voy a juzgar porqué ¿quien soy yo para hacerlo?—pregunto pasándome un pañuelo-recuerda que para todo hay solución-respondió sin dejar de manejar el vehículo.
Tome el pañuelo y limpié mis lagrimas antes de hablar aunque no tenía animo para hacer nada.
—la única solución sería que crearán una máquina para regresar el tiempo—respondí.
—oh problemas de amor, bueno solo puedo decir que si es tuyo volvería y si no, nunca lo fue o algo así—respondió el beta.
Al llegar a mi departamento salí del taxi agarrando la pequeña mochila que traía conmigo, le pregunte al chófer cuando le debía pero no me cobró argumentando que era por ser Navidad.
Entre al departamento rumbo a mi habitación, Yurio no se encontraba porque se iba a quedar con otabek, por lo que estaba completamente solo.
Entre a mi habitación tirando la mochila a un lado de la puerta para dejar caer despreocupadamente mi cuerpo sobre la cama.
Mire hacia el techo como si fuera la cosa más interesante del mundo, aún no supero lo que pasó y tal vez jamás lo haga, me quedé acostado en mi cama como por unos veinte minutos pero me harté de estar acostado por lo que me levanté rápidamente para ir al baño.
Me quite el coset negro además de las medias de red quedado completamente desnudo entre a la regadera abriendo el grifo, ajustando el agua para que quedará tibia.
Talle mi piel para que el olor del supresor y el maquillaje se borraran, relaje mi cuerpo pensando en lo que haría con lo que me había pagado viktor.
Tenía un plan mental, primero le pagaría a Yurio todo el dinero que me ha prestado, después pagaría los préstamos que pedí en el trabajo para recuperar mi tiempo libre y por último pagaría la renta y los demás gastos que eran prioridad.
Al salir de la ducha y al pasar por el espejo que estaba en el lavamanos, me di cuenta de que mis ojos, nariz y mejillas estaban muy rojas intenté respirar correctamente debido a que aún estaba sollozando, definitivamente lucía fatal, camine hacia mi recámara mientras secaba mi cuerpo, iba a dirigirme hacia mi armario para buscar mi ropa de dormir pero mejor preferí dormir sin nada puesto, me acurruqué debajo de mis cobertores, cubriendo muy bien mi cuerpo.
—feliz Navidad mi amor—susurre sintiendo como caían mis lagrimas nuevamente antes de quedarme profundamente dormido.
(0000)
Al siguiente día me sentía muy a gusto debajo de los cobertores, era agradable la sensación de las suaves sábanas rosar con mi piel desnuda, a pesar de que podía resfriarme, el precio valía la pena.
Me levanté con energías renovadas y también porque escuché unos sonidos raros que provenían de la sala principal, tome una bata blanca y cubrí mi cuerpo para ver de quién se trataba, al llegar a la sala escuche la voz de Yurio, seguí caminando hasta que llegue a la sala.
—buenos días y feliz Navidad...—susurre viendo cómo otabek estaba encima de Yurio, se estaban besando en uno de los sofás de la sala, ninguno de los dos tenía puesto la parte superior de su ropa, al ver que los había interrumpido me disculpé e intente llegar a mi habitación con el rostro completamente rojo.
—¡¿el cerdo?!—grito yurio quitándose a otabek de encima, empujándolo haciendo que cayera al suelo —¿que haces aquí? Son las cuatro de la madrugada, no se suponía que tú debías estar... Bueno ya sabes—susurro yurio después de correr por toda la sala para llegar a mi lado.
—regrese hace un par de horas—respondí caminando hacia la cocina por algo de comer.
—y ¿como te fue?—pregunto otabek mientras se levantaba y cogía sus ropas regadas del suelo, cubriendo su cuerpo y pasándole la suya a yurio.
"Bueno, el Alfa del que estado enamorado me rechazo incontables veces y perdí la dignidad patéticamente o más bien creo que nunca la he tenido" respondió mi omega internó claramente molesto, al sentirlo nuevamente me sentí más relajado, tenía miedo de nunca más volver a sentirlo.
Abrí el refrigerador y busqué algo ligero que pudiera comer para apaciguar a mi estómago, tome la leche del refrigerador y un vaso de la lacena.
Serví la leche en el vaso y cuando iba a tomarme la, yurio me arrebato el vaso y se la tomo toda dejando en su rostro unos bigotes de leche.
Camine de nuevo a la lacena y saqué dos vasos más junto a un recipiente de galletas de chispas de chocolate que había horneado por la mañana.
—nada especial—respondí abriendo el recipiente y sacando las galletas para ponerlas en un plato limpió no sin antes meter una galleta a mi boca.
"Estas loco Katsuki, como que nada especial, ¡nuestro Alfa nos odia! Jamás te lo perdonaré, tendrás que solucionar todo este embrollo en el que nos has metido" pensó mi omega dolido cuando puse las galletas en la mesa.
Cuando regrese para dejar los dos vasos me di cuenta de que ya no había ni una migaja de las galletas al mirar a los únicos que estaban en frente de mi, tanto Yurio como Otabek tenían la cara llena de migajas, Otabek tenía las mejillas sucias mientras Yurio tenía una galleta en la mano lista para comerse.
Los mire fingiendo estar molesto pero en realidad me daban ternura, al preguntar quién fue ambos se quedaron en silencio y se señalaron entre ellos, acusando al contrario.
Volví a tomar el recipiente de galletas pero antes tome la leche y serví un poco en los vasos, le pase uno a otabek y le rellene el suyo a yurio, comimos todas las galletas y la leche en silencio pero uno realmente cómodo.
Después de unas horas preparé el desayuno junto con Otabek y Yurio pero terminaron teniendo una guerra con la harina entre ellos, al mirar el desastre que habían ocasionado preferí sacarlos de la cocina y mejor los puse a preparar el jugo de naranja, pero terminaron tirando la azúcar y echándose el jugo encima.
Los mande a darse un baño juntos mientras yo acomodaba un poco el desastre que habían hecho, les había preparado panqueques con moras y frutas picadas.
Una vez que estuvieron limpios, comimos felizmente como la pequeña familia que éramos, conversamos de cosas triviales en lo que duró el desayuno.
Mientras recogía los platos sucios de la mesa mire como yurio y otabek se despedía en la puerta, un sentimiento de melancolía me invadió y pensé si volvería a tener la oportunidad de amar y ser amado, entré más los miraba, más miserable me sentía, supongo que es el precio por ser tan orgulloso y prejuicioso con viktor, no debí huir ese día o por lo menos explicar que era lo que pasaba conmigo.
Ahora ya soy consciente de que viktor me odia, repudia, detesta y no es para menos lo lastime por mucho tiempo pude verlo en sus ojos.
Llevé los platos sucios al lavabo para limpiarlos, mientras lo hacía estaba pensando en que es lo que iba hacer, tenía que sacar dinero para pagarle a yurio y también los préstamos, quería recuperar mis tiempos libres.
Al terminar de lavar los platos sucios salí de la cocina rumbo a mi habitación para buscar donde había dejado la tarjeta y el pin, cuando los encontré tome la tarjeta donde viktor había depositado el dinero para sacar un poco de efectivo cuando yurio me detuvo antes de salir del departamento.
—ahora que ya se fue beka puedes decir que pasó y no me salgas con " nada especial"— dijo yurio sentándose en uno de los sofás de la sala con sus piernas cruzadas y una mano sobre su mentón.
—no fue nada especial yurio, no me lastimó, solo fue un acoston—mentí, sabía que si le decía la verdad me juzgaría.
—¿conocías a ese alfa?—su pregunta me sorprendió mucho, no sabía que contestarle.
—no—mentí de nuevo.
Yurio se levanto des sofá y camino hacia mi, jalando mi suéter para que quedará a su altura y comenzó a revisar mi cuello.
—¿que haces?—pregunte deteniéndolo.
—no hay marca en tu cuello—susurro para después olfatearme—tampoco hay olor—dijo tomando mis brazos y enroscando las mangas de mi suéter, revisando mis brazos hasta que encontró la marca que viktor había dejado en mi muñeca—lo lamento pero descuida tengo algo para eso—respondió soltando mi mano y caminando rumbo a su habitación.
Me quedé parado en medio de la sala observando la marca en mi muñeca, era muy llamativa y dolía un poco, al salir yurio de su habitación traía una pequeñita crema en sus manos, ambos nos sentamos en el sofá uno frente a otro y comenzó aplicar crema en mi muñeca.
—esta crema ha sido mi acompañante durante muchos años, recuerdas el supresor en perfume que te compré, son de la misma marca —respondió mostrando la crema de color rosa, tenía unos hermosos dibujos de una fresa y en letra cursiva tenía marcado dos iniciales, VN.
—ese alfa fue gentil contigo, pensé que te dejaría lleno de marcas y no iba a poder con mi conciencia cuando viera tu cuerpo —respondió aplicando un poquito de crema en la comisura de mi labio, reviviendo el mismo momento de cuando perdí mi virginidad, cuando mi madre también curaba mis heridas.
Ahora que lo pienso, en aquella ocasión mi cuerpo estaba lleno de enormes marcas de golpes, si no también tenía las succiones y mordidas que había dejado viktor ¿como es que mi madre no se dio cuenta de lo que había hecho? No lo entendía, en aquel momento estaba tan triste por haber dejado a viktor que no había pensado en lo que sintió mi madre.
Había sido un estúpido, no le conté a mi madre nada por miedo a perder su cariño o a decepcionarla pero justamente fue lo que logré ¿como no pude darme cuenta antes? Tal vez si le hubiera contado ella me hubiera apoyado y se habría solucionado todo.
—¿que sucede? — pregunto yurio una vez que termino de aplicarme la crema en las marcas.
—nada, solo extraño a mi familia—respondí, y no mentía realmente, los extrañaba mucho, desde que llegué a París, no he visitado Japón.
Ambos salimos del departamento, le pedí que me acompañará al banco porque quería sacar dinero para pagar el préstamo en mi trabajo, el accedió acompañarme.
Durante el camino íbamos conversado, las calles de París estaban solitarias ya que al ser el día después de la Navidad muchas personas estaban descansando en sus hogares.
Al llegar al cajero revisamos cuanto dinero era el que viktor había depositado, cuando vimos la cantidad que había pagado, ambos nos sorprendió, era demasiado dinero.
Saque justamente lo que debía en el trabajo y lo que le debo a yurio, cuando íbamos saliendo del cajero detuve a yurio.
—gracias por todo—respondí mientras extendía el dinero haciendo una reverencia.
—yuuri te dije que no tienes que pagarme nada, será mejor que lo guardes porque lo necesitarás después—respondió rechazado el dinero.
— yo quiero que lo aceptes, me ayudaste cuando más lo necesitaba, si no fuera por ti, yo...—me sentía muy agradecido con yurio, por todo lo que había hecho por mí.
Mi compañero rubio termino aceptado el dinero lo que provocó que mi felicidad aumentará ya que por fin sentía un peso menos encima.
El resto del día me la pasé con yurio, el me acompaño a entregar el pago de los prestamos a las casas de cada una de mis jefas ya que no trabajamos el veinticinco y veintiséis.
Al entregarles el dinero al principio no querían aceptarlo porque decían que les encantaba que trabajará más tiempo ya que me tenían confianza pero al explicarles que no podía seguir trabajando horas extras, ellas comprendieron y aceptaron.
Ahora todo parecía por fin solucionarse, me sentía libre, ya no estaba endeudado y podía recuperar mi vida, solo había un detalle, del cual ya no había solución y eso realmente me partía el alma.
Ahora que sabía que viktor me odia mis ilusiones habían muerto por completo y no tengo derecho a quejarme, me lo gané a pulso, solo espero que viktor encuentre a una persona que lo ame como se merece y que no sea tan estúpido como yo.
Al dar por perdido lo mío con viktor, intenté volver a seguir con mi vida y darle oportunidad a mi corazón de sanar y volver amar.
(000)
Cuando el año estaba por terminar me encontré con un compañero de la universidad, Renardo Feraud, un Alfa de mi edad, el siempre era muy cortés y atentó, además de atractivo, todo el tiempo estaba pendiente de lo que hacía, recurrentemente tenía visitas de su parte en el trabajo donde siempre tenia un gesto conmigo.
En ocasiones solía acompañarme a mi departamento después de que salía del trabajo, sabía que Renardo está interesado en mi, pero no le daba esperanzas.
De tres pasamos a ser cuatro, ya que las visitas de Renardo comenzaron a ser cada vez más recurrentes, para año nuevo, lo festejamos en la terraza del departamento, era una tradición que en año nuevo la mayoría de los inquilinos solía subir a la terraza para ver los fuegos artificiales y la Torre Eiffel iluminada anunciando la llegada de un nuevo año.
Renardo había decidido pasar año nuevo con nosotros, lo que realmente molestaba a yurio, a ese omega Rubio no le caía bien Renardo y siempre se lo hacía saber.
Todos los presentes estaban ansiosos por que la cuenta regresiva comenzará y anunciará un año nuevo lleno de ilusiones, yo era el que más deseaba sin duda que este año diera fin, había sido un año terrible, muchas cosas pasaron, al mirar a mi alrededor lo primero que observe fue a Renardo, su cabello castaño claro y sus ojos azules, realmente era muy atractivo, estaba consciente de cuales eran las intenciones de ese alfa, sabía que estaba interesado en mi pero yo no le daría falsas esperanzas por lo que fui claro con el y le expliqué que no sentía lo mismo por el.
Después de todo lo que le hice a viktor, era muy consciente de que no merecía volver amar.
—¿crees en las nuevas oportunidades?—pregunto Renardo sacándome de mis pensamientos.
—si —respondí viendo cómo todos se preparaban para la cuenta regresiva.
<<Díez, nueve, ocho...>>
Todos gritaban al unísono, algunos felices, otros con aire de tristeza pero sin duda todos con esperanza.
<<Siete, seis, cinco...>>
El frío se me colaba hasta los huesos, pero quería ver los fuegos artificiales, estando a minutos de comenzar el nuevo año me puse a pensar en todo lo que lo que había pasado en este año y mis ánimos decayeron como siempre lo hacían cada vez que pensaba en viktor.
<Cuatro, tres, dos...¡uno, feliz año nuevo!>
Sentí como Renardo tomó mi rostro y me besó, al separarnos recibió un empujón mío.
—te dije que no sentía nada por ti, ¿porque hiciste eso?—grito mi omega molestó, quien había tomado el control de mi cuerpo cuando Renardo me besó.
Últimamente desde que había estado con viktor, mi omega tenía más control en mi cuerpo y me era mucho más difícil poder controlarlo ya que ante la mínima provocación, este tomaba el control de mi cuerpo y hacía lo que quería.
Renardo intentó calmar a mi omega el cual estaba furioso porque el le era totalmente fiel a viktor, lo que lograba estresarme mucho porque era como revivir la herida.
Intentaba tomarde nuevo el control de mi cuerpo porque sabía que mi omega podía ser agresivo cuando estaba enojado.
—yuuri cálmate, no fue para tanto—susurro Renardo haciendo que el coraje de mi omega creciera, golpeando en el rostro a el Alfa castaño.
Cuando tome el control me sentí avergonzado al mirar su mejilla y ver que mi mano había quedado marcada además de que le había partido el labio.
Me disculpé por el comportamiento tan osado de mi omega, sabia que estaba muy molesto conmigo por lo que pasó con viktor, el llamaba constantemente a su alfa pero nunca contestaba a sus ruegos, jamás entenderé a mi omega.
Cuando todo termino, entramos a cada departamento pero acompañé a Renardo a la puerta para que se fuera su casa, podía sentir como mi omega gruñía cada vez que el me miraba.
Al llegar a la puerta, intento despedirse de beso pero lo detuve y le tendí la mano ya que estaba luchando con todas mis fuerzas para que mi omega no tomara mi cuerpo.
Ya que pude calmar a mi omega, prometiendo que descargaría más imágenes de su alfa, entre a departamento, fui recibido por yurio quien me abrazó.
—tu omega es tan genial—susurro yurio haciendo que el ego de mi omega creciera hasta las nubes.
(0000)
Este año parecía pintar por buen camino, al recuperar mi tiempo libre podía descansar y estudiar, aunque ahora no lo necesitaba porque estaba de vacaciones pero lo bueno de trabajar medio tiempo es que podía dormir y comer. Me sentía tranquilo, sin tener miedo de llegar tarde al trabajo para que no me descontaran una hora.
Ya había pasado una semana, me sentía muy bien porque podría llegar a la hora que me correspondía al trabajo, ese día me tocaba ir primero al restaurante y me tocaba estar encerrado en la cocina como cada jueves y martes desde que empecé a trabajar, en los demás días podía encargarme de pedir las órdenes o estar en el área de café.
Al llegar al estacionamiento trasero del restaurante, el que estaba asignado para trabajoderes, deje mi bicicleta en su lugar y cuando iba a entrar por la puerta trasera sentí el olor de viktor, no podía estar equivocado por lo que levante el rostro para buscarlo hasta que vi acercarse a un convertible negro.
—¡¡vitya!!—grito mi omega a todo pulmón quien había tomado el control de mi cuerpo para llamarlo pero no me alcanzo a escuchar por que ya había subido al auto.
Entre al restaurante lo más rápido que pude para preguntar por que viktor estaba aquí, sentía a mi omega triste por qué viktor no se había dado cuenta.
Al entrar le pregunte a una de las meseras que había hecho viktor, ella respondió que pidió una rebanada de mi pastel y un capuchino moka como siempre lo hacía. Le pregunte por cuanto tiempo había hecho eso y lo que me contestó me hizo sentir la persona mas tonta del mundo.
—El señor Viktor lleva casi un año viniendo al restaurante, siempre se sienta en aquella mesa—dijo señalado la pequeña mesa de la esquina, la que quedaba en la ventana— pide un amour impossible y un capuchino moka como siempre y se lo come tranquilamente, en ocasiones vine con otro alfa rubio o con una omega pelirroja—respondió tomando la orden y llevándola a una de las mesas.
Entre a la cocina y me puse la Filipina para chef que usaba en el trabajo, no podía creerlo, por meses viktor había estado aquí, mi irá creció cuando mencionaron a esa omega, por culpa de ella es que yo había dejado morir mi amor por el, recuerdo todo lo que llore y lo miserable que me sentí cuando lo descubrí, pero lo que me mato fue que no contestará mis llamadas, porque había juntado el valor suficiente para hacerlo.
Sabia que yo era el único culpable por haber esperado mas de un año y medio en ir al hotel pero tenia miedo que nos descubrieran.
Cuando leí sus cartas mis ojos se llenaron de lagrimas, en todas me decía que me amaba, al escribir la nota intenté ser lo más breve posible, quería decirle tantas cosas, deseaba que le llegara pronto, lo que no me esperaba fue que en unos cuantos meses el estuviera con alguien más.
Me sentía tan enojado, que no podía concentrarme por lo que pedí un descanso de unos minutos para salir por un poco de aire, tome mi celular y le marqué a Minami.
Tenía que desahogarme con alguien que no me juzgara, suficiente tenía con lo que pensaba de mi como para aumentar mis inseguridades, al escuchar su voz de nuevo no podemos contenerme y termine llorando.
—minami soy la persona mas estúpida del mundo—le respondí entre amargas lágrimas.
—¿que sucede yuuri? Me estás asustado—pregunto.
Le conté todo a Minami, lo de viktor, lo de mi trabajo, lo de Yurio, lo desesperado que estaba, que vendí mi cuerpo, el rechazo de viktor y lo que había descubierto, le conté todo sin reprimir nada.
Al terminar de decirle todo, Minami no supo que responderme solo me deseó que todo se solucionará pronto y que está vez no cometiera el mismo error del pasado, decidí que no sería un idiota y que está vez buscaría hablar con viktor como de lugar.
Sabia que viktor venía al restaurante los martes y jueves por lo que la siguiente ocasión en que viniera me las arreglaría para ser yo quien lo atendería.
En la espera a que llegara el martes mi corazón no paraba de latir como loco, hasta lo sentía en mis oídos, mientras los días pasaba mi ánimo subía o bajaba, era algo que odiaba de mi.
Cuando por fin fue martes llegue mucho más temprano al trabajo no quería que por cualquier cosa llegará tardé y no alcanzara a verlo, había llegado tan temprano que aún faltaba una hora para que abrieran, por lo que tuve que esperar en el frío de la calle porque aún era enero.
Mientras esperaba intentaba no pensar en cosas negativas sentía como mi omega me animaba diciendo que todo saldría bien, pero cuando recordaba esa estúpida noche en la que viktor había usado su voz en mi, todos mis miedos crecían, lo único que podría hacer era intentar pensar en el viktor que conocí aquella noche, en el dulce alfa que llenaba mi rostro de tiernos besos y caricias, aunque al pensar en él, un sentimiento de melancolía llegaba a mi por haberlo dejado, jamás en mi vida me había arrepentido tanto de algo como lo hice esa noche.
Al llegar mi jefe le pedí si podía ser el que pedía las ordenes por el día de hoy, a lo que acepto, me puse en uniforme y atendí a los primeros clientes en lo que esperaba a que viktor llegará, hoy había usado mi mejor ropa, una camisa blanca y un chaleco azul marino junto con unos pantalones ajustados negros que resaltaban mis curvas.
Podía sentir las miradas de algunos alfas y aunque me desagradaba no podía hacer nada, después de todo eran clientes, pero cuando llevaba un pastelito y un café a una mesa, sentí que golpearon mi trasero descaradamente incluso había hecho un fuerte sonido, al girarme para ver quien había hecho eso me di cuenta que en esa mesa habían como cinco jóvenes y en su mayoría eran Alfas, por lo que mejor decidí dejarlo pasar pero cuando iba a seguir caminando recibí otra nalgada más fuerte que la anterior.
Me gire para ver al pequeño alfa y estrellarle con todas mis fuerzas el pastel en el rostro mientras que al resto le arroje el café encima, agradecía que lo hubieran pedido frío porque si no estaría en muchos problemas.
—no vuelvas a tocarme—le grite al joven el cual se quedó callado limpiando su rostro, me fui caminando a la cocina para pedir otro pastel y un café frío mientras escuchaba a las personas aplaudir, no era la primera vez que me pasaba esto, pero en aquellas ocasiones solía encerrarme en el almacén de alimentos y llorar patéticamente, ya había dejado que pisotearan demasiado mi dignidad, ya no lo permitiré.
<<Wow estoy muy orgullo de ti cerdito, por un momento creí que llorarías como siempre>> respondió mi omega.
Seguí atendiendo hasta que llegara viktor, pero no lo hizo, tampoco quería ponerme triste y pensar en tantas cosas malas como siempre lo hacía, por lo que asumí que si no sería hoy sería la próxima vez.
Esa próxima vez tampoco llegó, pero quería tener esperanza en que todo se puede solucionar, ya no estaba en Japón como para que me prohibieran buscar a viktor, así que haría todo lo que no hice por tanto tiempo.
El martes tampoco llegó, ahora podía considerarme la persona con la peor suerte del mundo, decidí mejor investigar discretamente con las demás chicas que trabajan de meseras que era lo que pasaba, después de todo ellas fueron las últimas en hablar con el.
Descubrí que viktor desde un principio les había dicho que no vendría por estos días porque tenía que viajar, además de que estaba por lanzar otro perfume, me sentía muy estúpido pero feliz, las chicas dijeron que viktor era tan amable y caballeroso, que siempre las trataba con respeto.
Al terminar el trabajo me sentía tan agotado que solo cene algo ligero y me fui a dormir, al despertar me di cuenta que tenía como díez llamadas pérdidas de JJ, no lo entendía por lo que decidí llamarlo, tal vez estaba buscando a yurio, después de todo nunca contesta hasta después de la octava llamada.
<Yuuri, hasta que al fin contestas, necesito verte urgentemente, es sobre el Alfa con el que te viste> respondió JJ cuando por fin contesto la llamada.
—esta bien, voy para allá—respondí, sintiendo mi corazón latir como loco.
<De acuerdo nos vemos> respondió cortando la llamada.
Me levanté y me di una ducha, mientras el agua enjuagaba mi cuerpo, mi mente no dejaba de formular posibles teorías, tal vez viktor volvía a buscar un amante con el cual pasar un buen rato, porque no me explicaba que era lo que hacía viktor.
Salí de mi departamento rumbo a la casa de JJ y su esposa, una beta llamada Isabella, al llegar fui recibido por su esposa que me llevó al despacho de JJ, en ocasiones me pregunto si ella sabía a lo que se dedica su esposo.
—yuuri cuanto tiempo, creí que no volvería verte aquí—respondió al verme parado en la puerta.
—si yo tampoco creí que volvería a estar aquí—respondí tomando asiento en una de las sillas que estaban.
— sin rodeos, el Alfa Plus volvió a solicitar más servicios aquí—respondió, sentí como mi corazón se rompió en muchos pedacitos— pero solicito los tuyos— respondió después, no entendía que era lo que estaba pasando, el me había rechazado, ni siquiera quiso tocarme, ¿porque quería contratarme de nuevo?
No sabía que era lo que quería, pero sin duda lo descubriría cueste lo que me cueste.
Continuará...
chan..chan..CHAAANN
teorias obligatorias (>.<)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top