0.8 somebody else

https://youtu.be/SrVAyBIkq6k


Siempre he creído en el destino, en esa fuerza que nos hace hacer cosas sin pensar. De pequeño mi madre solía contarme una leyenda, ella decía que las personas estamos conectados entre sí y que cuando dos personas están destinadas a estar juntos nacen Unidos por el hilo rojo y por más que intenten separarse el hilo siempre los unirá.

Creí encontrar a mi destinado, ese joven alfa que había robado mi corazón desdé el primer momento en que lo vi.
Pero estaba equivocado, mi salvador nunca me perteneció, solo éramos panoramas en nuestras vidas, indudablemente será la parte más dolorosamente hermosa de mi vida.

No sabía si alguna vez lograría olvidarlo, todavía lloraba su ausencia por las noches. Los celos eran sin duda los peores, a pesar de haber pasado casi dos años de haber hecho el amor, mi cuerpo todavía gritaba por el suyo

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Al entrar a la universidad conocí a nuevas personas, pero nadie podía llenar el vacío que dejo viktor.
Cuando llegué a París, tuve la absurda idea de que todo sería diferente, pero pasar por los lugares más románticos de la ciudad, era doloroso y más aún con el corazón roto.

Tuve la oportunidad de salir con alguien más, pero mi cuerpo simplemente se negó a ser tocado por otras manos que no fueran las de viktor.

Pero no todo fue malo, también conocí personas maravillosas, a quienes siempre les agradeceré por darme su afecto más sincero.


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Había pasado una semana desde que vivía con mi nuevo compañero de cuarto, era un Omega rubio de ojos verdes, no tenía quejas de él en realidad era muy eficiente, aún recuerdo cuando nos conocimos.

*flashback*
Estaba limpiando las cosas en el departamento, hoy tenía el día libre, así que decidí limpiar la habitación extra, aunque para ser honesto, no estaba sucio, nadie vivía en ella y no la usaba como almacén, solo Tuve que acomodar la cama y limpiar los muebles.


Cuando terminé de limpiar la habitación, fui a la cocina a lavar los platos sucios cuando oí un golpe en la puerta.

Dejé lo que estaba haciendo y me preparé para abrir para ver quién
Era un niño rubio, por su olor sabía que era un Omega, me miró y entró al departamento sin esperar que lo invitara a pasar.

Lo seguí con la mirada hasta que llegó al sofá más cercano y se sentó, me quedé en la puerta mirando sorprendido por su actitud tan... ¿confiada? Cuando volví a cerrar la puerta volvieron a tocarla, era un Alfa de pelo oscuro con un   semblante serio, parecía agotado como si hubiera corrido para llegar hasta aquí, espero que lo haya invitado y cuando lo hice, se fue y se sentó abajo del Omega.


—Yura te dije que me esperarás— dijo el joven alfa.


—Beka, te dije que no tenías que acompañarme, no soy un niño—dijo el Omega rubio con un sonrojo en sus mejillas.


Ellos siguieron discutiendo ignorándome olímpicamente hasta que decidí interrumpir su conversación.


—hola, emm ¿quiénes son? y ¿qué hacen aquí?— pregunte cerrando la puerta tomado asiento en el sofá que quedaba enfrente del suyo.


—Beka podrías dejarnos un momento—pidió el Omega rubio, el alfa acató la petición levantándose del sofá y caminando hacia la puerta.


— Estaré afuera por si necesitas cualquier cosa— dijo antes de salir, por alguna razón escuchar esas palabras mi corazón se contrajo de dolor.


Una vez que estuvimos solos, le pregunté el porqué de su visita tan repentina


—Por esto—dijo sacando un papel mal doblado del bolsillo del pantalón.
Lo tome y al abrirlo me di cuenta que era un impreso del anuncio que había hecho del departamento.


—ya veo, ¿vienes por lo de la otra habitación? —pregunte entregando nuevamente el papel.


—Por supuesto o ¿a qué más vendría?— pregunto con sarcasmo.


—Bueno tengo que hacerte unas preguntas—dije levantándome del sofá para ir por una hoja de papel y una pluma — ¿Cuál es tu nombre completo?—pregunte mientras tomaba asiento nuevamente en el sofá.


—Yuri Plisetsky—respondió, deje de escribir y lo miré sorprendido, teníamos el mismo nombre.
—Deja de verme como estúpido—respondió lanzándome uno de los cojines que tenía aun lado, golpeándome justo en el rostro.


—lo siento es que tu nombre...—el rubio me interrumpió lanzándome con otro cojín pero la diferencia fue que este si lo atrape.


— ¿qué tiene de malo mi nombre?—pregunto amenazante.


— nada solo iba a decirte que es el mismo nombre que el mío—respondí.
—Eres un Omega, ¿verdad?—pregunte


El asintió sin prestarme ni un poco de atención.


— ¿qué estudias? Y lo más importante ¿en que trabajas? Si es que lo haces—al hacerle la última pregunta vi como el cuerpo del chico se tensó.


—Estudio para ser un bailarín de ballet y también modelo—respondió totalmente serio— y si trabajo, es lo único que tienes que saber—aseguro en un tono serio pero en su miraba había dolor.


—Bailarín y modelo, se nota —respondí evitando hacerlo sentir incómodo con lo de su trabajo.


—¿y tú?— pregunto antes de levantarse del sofá.


—Gastronomía—dije muy sonriente y con cierto orgullo que desapareció con las palabras del rubio.


—Se nota—respondió mirándome de pies a cabeza antes de arrojarme una sonrisa arrogante.


No sabía si sentirme ofendido o enojado, pero decidí ignorar todo sentimiento o pensamiento de mi cabeza. Acompañe a pequeño Omega rubio a la puerta.


—Espera no pregunte tu edad—dije deteniéndolo de un brazo antes de que se fuera.


— diecisiete en marzo cumpliré los dieciocho—dijo el no tan pequeño Omega, podía jurar que tenía unos quince años.


— ¿Puedo hacerte una última pregunta?— le cuestione antes de que se fuera definitivamente del departamento.


Guardo silencio en espera a que le hiciera la pregunta.
—El alfa y tú ¿son pareja?—pregunte.


El Omega me miro confundido mientras su rostro se pintaba de mil colores hasta que comenzó a toser ruidosamente.


— ¡¿qué?! ¡¿De dónde sacaste eso?!—pregunto el chico después de recuperar el aliento.


—Emm...yo pensé que lo eran, se ven bien juntos—respondí
El Omega salió del departamento en completo silencio pero se detuvo nuevamente en la puerta.

— ¿Cuándo podré traer mis cosas?—pregunto el Omega.


—emm, un tengo que hacer más entrevistas—respondí nervioso.


—mira cerdo, no vas a tener mejor oferta que la mía, además no hay muchos omegas solteros en esta ciudad—respondió toscamente.


No sabía cuánto tiempo el chico llevaba viviendo aquí, pero de algo si estaba seguro, París está llena de personas en completa soledad, claro que podía haber omegas solteros.

Después de eso el chico se fue, no lo volví a ver hasta dos semanas después y fue para avisar que el sería mi nuevo compañero de departamento.

*fin del flashback*

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Los días dejaron de ser tan aburridos con la compañía de Yurio, apodo que mi hermana le puso un día mientras limpiábamos. Ese día recibí una vídeo llamada de mi familia. Les hable de todo lo que había pasado desde que entre a la universidad.
Ellos se sorprendieron cuando les dije que tenía un compañero, al principio se preocuparon pero cuando les dije que era un Omega al igual que yo, dejaron de hacerlo.


Durante la llamada Yurio salió de su habitación para dejar los platos sucios en el lavabo cuando mi hermana mari lo vio, comenzó a decirle muchos cumplidos hasta que logro sonrojarlo, fue ella quién le puso ese apodo justificando que sería más fácil identificarnos de ese modo. Al principio parecía enojarse cuando lo nombraban así pero después simplemente cedió.


Quien no dejaba de molestarlo era Otabek, quien al enterarse de su nuevo apodo se rio como loco que hasta lloro de la risa.
Otabek se la pasaba casi todo el día haciéndonos compañía en el departamento o más bien a Yurio.
Incluso en algunas ocasiones tuvo que quedar a dormir en el sofá porque se le hacía tarde para irse a su casa.

Con el paso del tiempo solo me confirmaba una cosa, que ambos tenían sentimientos el uno por el otro, pero siempre era Yurio quien se alejaba.


—Yurio ¿tu sientes algo por Otabek?—pregunte un día cuando se suspendieron todas las actividades por una gran tormenta eléctrica por lo que tuvimos que quedarnos en casa hasta que el clima mejorará.


— ¡ehh!... ¿de dónde sacas tantas idioteces?—pregunto Yurio.


—Bueno es que se ve a kilómetros que se gustan—respondí


—y tú te vez como un cerdo a kilómetros—respondió de mala gana.


—oye, es enserio, ustedes se quieren. No desperdicien las oportunidades que les da la vida... puede que te arrepientas—eso lo había aprendido muy bien con viktor, no quería que Yurio sufriera lo mismo que yo.


—Tal vez nos amemos pero no podemos estar juntos—dijo dolido.


— ¿porque no?—pregunte, realmente quería saber que era lo que estaba sucediendo.


—porque no lo merezco—se levantó del sofá dejándome con la palabra en la boca.


Me quede solo en la sala contemplado como las gotas de lluvia chocaban con la ventana y como el cielo se iluminaba con los rayos que caían.
¿Qué era lo que ocultaba Yurio? Me puse a reflexionar sobre las cosas que sabía de él, ya llevábamos más de medio año viviendo juntos y no sabía casi nada.


Lo poco que conozco es que no tiene padres, murieron en un accidente cuando él era muy pequeño por lo que se quedó al cuidado de su abuelo, un viejo alfa, que por lo que me ha contado Otabek, está hospitalizado en Rusia.


Tampoco sé en qué trabaja, es decir, nunca lo vi salir al trabajo y si salía normalmente era por la tarde y siempre regresaba a muy altas horas de la noche. En ocasiones llegaba con marcas en su cuerpo, pero cuando le preguntaba el origen de ellas se pone nervioso y dice que son porque se cae en clases de ballet pero sabía que era mentira porque de pequeño también estuve en clases de ballet y ese tipo de marcas se hacían de otra manera.

Todo lo referente a Yurio era un misterio, intentaba borrar las ideas que llegaban a mi cabeza pero era muy difícil, quería preguntarle cuál era su trabajo porque quería comprobar que estaba equivocado, que Yurio no hacia eso.

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Las cosas entre Otabek y Yurio iban como una montaña rusa. Cierto día Yurio llegó llorando y se fue corriendo a su habitación.
Cuando lo vi llegar en esas condiciones pensé lo peor y dejé lo que estaba haciendo para ir a toda prisa a su habitación.


Cuando abrí la puerta lo primero que vi fue a Yurio debajo las cobijas, cubierto hasta la cabeza. Entre y me senté aun lado de él acariciando sus mechones dorado con cariño cómo mi madre solía hacerlo conmigo.


Una vez que dejo de llorar le pregunté qué había pasado.
Dijo que Otabek lo había besado en los labios.
Al principio me sentí feliz por ambos hasta que vi el rostro de Yurio. Sus ojos están hinchados y rojos al igual que su nariz.


Le pregunté que había de malo con que lo hubiera besado, me respondió que Otabek le confesó sus sentimientos y que cuando él le contó su secreto, le dijo que no quería volver a verlo y se fue hecho cólera dejándolo solo.
Cuando le pregunté qué era lo que le había dicho, el simplemente se quedó callado y se durmió.


Esa noche intenté llamarle a Otabek pero me enviaba directamente a buzón. Al siguiente día Yurio amaneció con un fuerte dolor en todo el cuerpo, le deje el desayuno y la comida preparada en el congelador, tuve que irme a la escuela más temprano que de costumbre porque tenía que agarrar un solo autobús para poder ahorrar dinero lo más posible.

Ya había pasado una semana desde la pelea entre Yurio y Otabek y las cosas entre ellos parecían no tener solución. No se miraban ni se hablaban y para complicar la situación tenía que dejar a Yurio solo por una semana porque tenía que ir a un congreso a Italia.


Durante todo el viaje y estancia en dicho lugar no pude disfrutarlo como debía porque no dejaba de pensar en el par de idiotas que me esperaban en casa.
Me desesperaba su situación, porque era la misma en la que estaba con viktor, la única diferencia era que ellos podían arreglarla y así ellos podrían tener lo que nosotros no pudimos.

Cuando regrese al departamento me lleve una gran sorpresa. Yurio había sido marcado por Otabek y ahora ya por fin eran una pareja oficial.


Me sentía muy feliz por ambos pero el único problema que había era sus constantes muestras de cariño subidas de tono. Al estar recién enlazados Otabek se la paso mimando a Yurio todos los días y por culpa del lazo no podían separarse uno del otro.


Otabek le propuso a Yurio que se mudaran juntos pero él lo rechazo argumentando que no quería dejarme sólo, por lo que llegamos a un acuerdo.
Yurio iba a seguir viviendo conmigo y se iría al departamento de Otabek cuando alguno de los dos les diera el celo.

(0000)

Todo parecía perfecto hasta que comenzaron los problemas económicos, a pesar de todo lo que hiciera o pensara, la situación no parecía mejorar en lo absoluto.

Lo que jamás pensé fue que se me saliera de las manos.


Continuará...

muchas chicas acertaron con Yurio.

el otario is life and love.

ya vamos progresando en la historia <3, esta canción me encanta y es la que estaba escuchando cuando escribí el capitulo.

sobre lo de viktor, muchas ya lo saben, habrá un especial donde se contara todo todo lo que ha pasado con el antes y después de yuuri.

eso es todo, las amo y no se olviden de votar y comentar.

<dejen sus teorías aquí>

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si no se pude abrir manden me solicitud soy   lili nikiforov  tengo la misma foto de perfil que esta.

bye.


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