0.3 Pasión Y Lágrimas


Mis lágrimas caían sin control, Viktor me había descubierto, ¿Qué era lo que iba a decirle?. Me encontraba sentado a horcajadas sobre su regazo.
— ¿Yuu-Yuuri, qué Pasa?—preguntó Viktor preocupado.
No podía controlar mi llanto, no quería que me viera, deseaba que la tierra me tragara para nunca más volver.

— ¿Yuuri?—preguntó Viktor nuevamente.

Tenía la mirada baja, veía cómo mis lágrimas caían y chocaban con mis puños cerrados por la frustración. 
Odiaba ser un Omega y saber de lo era capaz de hacer cuando mis instintos tomaban el control de mi cuerpo.
Lloraba de rabia al pensar que tal vez Viktor ya no iba a querer verme nunca más.
Lo único que había hecho era ayudarme sin esperar nada a cambio y ¿cómo le había pagado? aprovechándome de mi estado para incitarlo a tener sexo conmigo.
Sentí cómo Viktor me envolvió en sus brazos mientras acariciaba mi espalda y cabello.
Yuuri, no llores, no estoy enojado todo está bien—Comentó para luego separarse de mí y limpiarme los ojos y mejillas.
Comencé a llorar con más fuerza, Viktor era muy compasivo conmigo y yo no dejaba de pensar en tener sexo.
—Yuu-yuuri, ¿Qué Pasa? —Preguntó Viktor preocupado tomando con sus manos mis mejillas obligándome a verlo a los ojos.
No era capaz de controlarme, comencé a mover mis caderas con mayor fuerza, quería apagar el fuego que había en mi interior.
—Yuu-Yuuri Ah...Mm, De-detente, por favor....No se cuento pueda resistir—dijo intentando apartarme pero no se lo permití, posicioné mis brazos por su cuello y cuando nuestros rostros estuvieron frente a frente, no pude contenerme más y uní nuestros labios.
Era el primer beso que yo deseaba dar, lo besé trasmitiendo todo lo que él lograba hacer y sentir en mí. 
Sentí cómo Viktor dejó de luchar poco a poco, entregándose al beso, coloco sus manos sobre mis hombros y los fue acariciando hasta llegar a mi nuca donde profundizó el beso.

Nos recostando en el sofá mientras nos besábamos sin control, mis manos recorrían con descaro su cuerpo mostrando lo desesperado que estaba, muy distinta la forma tan dulce en la que él me acariciaba.

Sentí cómo restregó su cuerpo contra mí, dejó de besarme para seguir un camino de besos húmedos y mordidas de mi cuello hasta mi pecho y abdomen mientras yo intentaba arrancarle la ropa. Cuando se separó lo suficiente de mí pude admirar lo atractivo que se veía, sus mejillas estaban sonrojadas, sus labios de color carmesí ligeramente abiertos, su mirada tenía un brillo de inocencia, pero fue remplazada por un brillo de pura lujuria, haciendo que soltara un jadeo lo que provocó que me sonrojase hasta las orejas.

Viktor sonrió coqueto para después quitarse seductoramente el abrigo negro dejando a la vista su perfecto torso, acerqué mi rostro a su abdomen y con mi lengua recorrí todo su torso hasta llegar a su oído mientras él jadeaba.

—cama, por favor— rogué para después lamer y mordisquear su oído.

Sentí cómo bajó sus manos hasta mis caderas, apretándolas con fuerza mientras me levantaba de su regazo para llevarme a la habitación, enredé mis piernas alrededor de sus caderas para poder sostenerme e irnos a la habitación besándonos con lujuria y pasión.

(0000)

Estiré mi cuerpo sintiéndolo pesado pero al mismo tiempo feliz y relajado. Traté de moverme, pero un dolor en mi zona trasera me lo impidió, me quedé acostado con los ojos cerrados, me sentía feliz y a gusto.
Intenté estirar mi cuerpo,pero me topé con un bulto muy caliente que estaba atrás de mí.
Abrí por fin los ojos, mire hacia abajo para toparme con unos brazos que me envolvían de la cintura.

Gire mi cuerpo para atrás sintiendo como mi corazón latía como loco, la sangre se me fue de la impresión. Viktor estaba dormido abrazándome posesivamente de la cintura, giré cuidadosamente mi cuerpo, mis ojos se abrieron cuando observe que en su pecho y cuello había muchas marcas de mordida y chupetones, así como en sus brazos y hombros había, marcas de rasguños y mordidas.

Retrocedí intentado alejarme de él, hasta que topé con el borde de la cama cayendo al suelo llevando conmigo la sábana que cubría nuestros cuerpos desnudos.
Cuando me levanté, sentía como algo escurría de mi interior, por mis piernas hasta mis muslos, la cosa era de color blanquecino, tenía una textura viscosa, era igual a lo que me había salido cuando tuve mi orgasmo al masturbarme.

Cubrí mi cuerpo con la sábana que estaba en la cama, al quitar el cuerpo de Viktor quedó por completo desnudo.
Mi rostro se tornó rojo al ver cierta parte de su anatomía.
Era mucho más grande y grueso que el mío, era muy súper dotado para ser de un chico de 16 años.
Me ahogué con mi propia saliva con un pensamiento que llegó a mi cabeza, "esa cosa tan grande, había estado dentro de mi" sentí mucha vergüenza por pensar en eso.
Cubrí mi cuerpo con la sábana y sin esperar más, entre al baño. Casi grito al ver mi reflejo. Había marcas de todo tipo en mi cuerpo.
Mi pecho y clavícula estaban llenos de mordidas y chupetes, quería morir de vergüenza hasta que un pensamiento me hizo temblar. Retiré la extraña almohada que aún seguía en mi cuello para ver si me había marcado como suyo.
El alma me regresó al cuerpo, en mi cuello no había nada, me sentía aliviado pero al mismo tiempo mi omega se sintió herido al no haber sido marcado por él en mi primera vez.

Tomé de nuevo la almohada y la examiné detenidamente
Este estaba llena de mordidas por todos lados, conté cada una de ellas, eran 6 mordidas en total.
Dejé la almohada en el mueble que estaba encima del espejo y entre a la regadera.

Abrí la llave y ajuste la temperatura del agua para que quedara tibia. Una vez que quedó perfecta entre a la regadera lentamente, primero metí mis brazos y pude sentir de nuevo sus caricias, poco a poco fui entrando a la cascada de agua.
El agua recorría cada parte de mi cuerpo, los recuerdos de lo que habíamos hecho la noche anterior llegaron uno a uno, como cometas en mi cabeza.
Cubrí mi boca conteniendo un grito por la información recién relevada. ¡Lo habíamos hecho seis veces¡

Salí de la ducha y entre a la tina, el agua tibia relajó mi cuerpo, mi mente intentaba procesar todo lo que había ocurrido, no tenía palabras para expresar lo que sentía en estos momentos.

Sentía vergüenza y felicidad por partes iguales, pero esos sentimientos fueron reemplazados por angustia, rompí las tres reglas más importantes de la ciudad, había tenido sexo antes del matrimonio, además de que lo había hecho con un extranjero y encima, tomo mi cuerpo y no lo había reclamado.
Deshonré mi cuerpo y a mi familia.

Lo más probable era que mi familia sufría las consecuencias de mis errores y ¿en cuanto a mí? iba a pagar por mis actos de la manera más cruel.
Sería señalado ante la sociedad como cualquier cosa y no podía esperar respeto ya que yo no lo había hecho con mi cuerpo.

No tendría voz ni voto además de que cualquier persona podría satisfacerse mi cuerpo y si llegaba a encontrar a una persona que quisiera compartir su vida a mi lado, no podría faltar su respeto y si lo hacía podía morir.

En cuanto a Viktor no correría la misma suerte, ya que al ser extranjero su único destino sería la muerte.
Lloré amargamente, me arrepentía de ser un Omega, de haberme acostado con Viktor, de haber aceptado su ayuda, me arrepentía de todo.

Salí del baño y me topé con Viktor ,aún dormido, pero dándome la espalda, me asusté cuando lo vi detenidamente, su espalda y trasero estaban llenos de rasguños y unos eran muy profundos.

Me acerqué lentamente a la cama y me senté aun lado de él, teniendo un acceso directo a su cuerpo, acaricié sus rasguños con mucho cuidado de no lastimarlo.

Me sentía muy mal por él, ya que los rasguños eran muy dolorosos y no podía imaginar cómo le iba a hacer para dormir ya que hasta en sus hombros había marcas.
Me quedé sentado como media hora, viendo como dormía tranquilo ajeno a los problemas que tendríamos que pasar por culpa mía.

Quería tocarlo de nuevo, volver a estar en sus brazos, quería probar sus labios y escuchar cómo gruñera mi nombre sumergido en el placer, lo quería todo, quería todo del... Pero eso era imposible, sentía como Viktor liberaba sus feromonas solo para mí.
Mi corazón latía contento por su gesto, volví acostarme detrás de su espalda.

Besé y acaricié cada una de sus heridas pero me detuve al sentir de nuevo ese calor en mi interior.
Me separé de él y busqué en el mueble para adultos si había algo que pudiera ayudarme, encontré unas pastillas rosas que por lo que leí en la etiqueta decía "supresores" recordé que mi madre solía usarlas en su celo, así que me tomé una de esas pastillas sintiendo cómo mi temperatura bajaba. 

Seguí inspeccionado qué había en ese mueble que pudiera ayudarme y encontré unos jabones y más pastillas, las puse en unos de los pequeños muebles que estaba aún lado de la cama y volví a acostarme al lado de Viktor abrazándolo por la espalda.

Me levanté porque el efecto de las pastillas había terminado, así que fui y me di otra ducha, para ya no seguir oliendo a sexo.

Cuando terminé de ducharme miré la hora y eran como las doce del día, comencé a buscar mi ropa para vestir me, pero recordé que lo único que no había quedado desgarrado era mi ropa interior y no podía salir así.

Me quedé como quince minutos pensando en lo que haría para solucionar este problema y seguía si ninguna sugerencia hasta que vi el abrigo de Viktor, no lo pensé dos veces y lo tomé.
Cuando estaba por irme mi corazón me impedía avanzar, no quería dejar a Viktor, quería quedarme con él, pero eso era imposible.

Me acerqué a él sin hacer ruido, ya que no quería despertarlo, cuando mi rostro estuvo a centímetros del suyo, "una última vez y después... adiós para siempre", Pensé, uní nuestros labios sutilmente disfrutando de la sensación de tenerlos así para mí solamente.

Mis lágrimas cayeron sin control hasta el rostro de Viktor.
Besé cada parte dónde mis lágrimas cayeron. Me incorporé y limpié mi rostro pero cuando estaba por irme Viktor comenzó a buscarme en la cama aún dormido.
Me quité el abrigo y tomé una de las almohadas y la abrasé llenándola con mi olor.

La acomodé entre sus brazos y al sentir mi aroma se aferró a ella.
Salí del hotel con el corazón roto, no tenía idea de qué hacer ahora.

"Debía decirles a mis padres lo que pasó" Por supuesto que no, era un problema que yo debía solucionar, sin meter a terceros.

Ni siquiera a Yuko o Minako, que era como una segunda madre para mí, perdería su confianza y serían tratadas de la peor manera, no podía permitir que más personas sufrieran por mis errores.

Hacía mucho frío, sin mencionar que lo único que traía puesto era mi ropa interior y el abrigo. Mis manos parecían bloques de hielo, no sabía qué hacer para mantenerlas calientes hasta que vi que el abrigo traía bolsillos.

Sin dudarlo metí mis manos y sentir algo extraño en ellos. Cuando lo saqué, eran unos siete papeles de todo tipo de colores y tamaños, los desdoblé llevándome una sorpresa para nada agradable.

Eran números telefónicos de personas, sentí cómo mi omega se retorcía de furia al ver como otras personas se atrevían a darle su número a mi alfa.

Sin pensarlo mucho, los fui rompiendo por el camino, nadie tenía el derecho de coquetear con él. 
Durante todo el camino lo único que pensaba era en Viktor, "¿cómo iba a reaccionar cuando no me viera a su lado?", "¿me extrañaría como lo extraño al?", "¿qué pensará de mí?", "¿Se arrepentirá de haber tenido sexo conmigo?"

Lo único que quería era volver a su lado y lo más me dolía era el hecho de que no lo iba a ver jamás.
Seguí caminando hasta que llegué a mi casa, eran las tres de la tarde, rogué porque mi familia, en especial mi madre, no me hiciera preguntas.

Al entrar agradecí a la vida, ya que había tantos clientes que mis padres me ignoraron por completo.
Me escabullí hasta mi habitación donde me duche nuevamente, durante la ducha recordé que Viktor se había corrido cinco veces dentro de mí, así que salí del baño y tome el primer cambio de ropa que encontré junto a mis ahorros y salí corriendo a una farmacia.

Cuando llegué a una, miré a la chica y le conté que había entrado en celo y que lo había pasado con mi Alfa y no nos cuidamos.

La mujer me miró sorprendida y después me preguntó que cuánto tiempo había pasado, le dije que menos de un día, la mujer se retiró y buscó un medicamento, cuando regresó con él, me dijo que solo podía tomarse tres días después del acto sexual y que servían para evitaba un embarazo.
Lo compré junto a una botella de agua y me fui de nuevo a casa.

Durante el camino tenía una batalla Interna entré mi lado Omega y mi lado racional, uno me decía que no tomara el medicamento y tuviera un cachorro como recuerdo, mientras que mi otro lado decía que era una completa locura y que era demasiado joven para tener un cachorro, yo aún seguía siendo un cachorro.

Al final le hice caso a mi lado racional, por otro lado mi omega se sintió herido por la decisión que había tomado.
Cuando llegué a casa, tomé la pastilla y guardé el abrigo en el clóset, me tiré sin cuidado a la cama.

Había perdido mi virginidad con un desconocido, además, cabía la posibilidad de estar esperando un cachorro de él y lo peor es que él jamás lo iba a saber, me sentía agotado física y mentalmente, quería dormir, pero un dolor en mi pecho me lo impedía.

Ni siquiera había pensado cómo les iba a decir a mis padres, era más que obvio que ellos se iban a dar cuenta, mi olor había cambiado por completo, ahora olía a Viktor.

Me quedé acostado boca arriba sumergido en mis pensamientos hasta que escuché que tocaron la puerta, me levanté como rayo y escondí todo debajo de la cama.

Abrí la puerta y era mi madre que entró con un enorme tazón de cerdo en una charola.
Dejó el katsudon en la cama y se sentó a un lado mío.

—Hola, cariño, perdón por venir a verte hasta ahora—dijo mientras acariciaba mi cabeza.

—No es nada, en realidad acabo de llegar— comenté mirando mis pies.
—lo sé, hace un rato vine pero no estabas, ¿a dónde fuiste?—-Preguntó
—fui.... Con... Yuko, sí, con Yuko, fui... por unas cosas se me olvidaron—dije nervioso.

Ella me miro extraño pero después suspiró y se levantó de la cama llevándose la charola.

— Bueno, amor, me voy para que descanses, —dijo dando una patada en la puerta, pero se detuvo—oye ¿sabes?, ahora que lo noto tu olor cambio—dijo 

—emm....Es qué un familiar de Yuko llegó y cuando me saludó su olor se impregnó en mi —dije nervioso—era un Alfa puro—continúe al ver que se quedó en silencio.

Me miró detenidamente por unos minutos y después me observó decepcionada, yo miré el suelo, pasaron unos minutos en total silencio hasta que ella me dijo que descansara un poco, mientras salía de mi habitación cerrando la puerta.

Una vez solo derramé las lágrimas que se habían acumulado desde que salí del hotel.

Lo que más me dolía, era el hecho de haberle mentido a mi mamá, nunca lo había hecho y se sentía horrible.
me dolió fue su mirada de desilusión, eso realmente me había herido, mucho más que el hecho de ser casi violado.

Lloré hasta que sentí que no podía más, ni siquiera me había comido el katsudon, lloré hasta que me quedé dormido.

Continuará...


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top