Epílogo

Las paredes de la habitación del castaño estaban llenas de marcos con fotografías.

Todas eran fotos de los maravillosos diez meses que había tenido con su novio, Bill Cipher.

Se podía apreciar todo lo que viajaron, festejaron, y lo que hicieron durante la época veraniega y en adelante.

En una, aparecían en la playa con unos helados, en otra, estaban con Will y Mabel en una salida casual, en una fotografía distinta, estaban ambos de noche en la piscina de una amiga de Mabel, y entre otras más. Tambien habían pasado los festivos invernales y demás.

Ese era un día muy importante para ambos como pareja, pues habían decidido algo.

Salir del closet.

O confesarse ante sus padres, como el castaño le llama.

El viento de primavera pasaba por las ventanas entre-abiertas de la habitación del castaño, dándole aire fresco al departamento, y moviendo las cortinas suavemente.

Dipper abrió sus ojos lentamente mientras bostezaba.

-Hoy será un buen día. -Se dijo a sí mismo.

Se dió la vuelta por debajo de las sábanas y se restregó los ojos, despertando.

Sonrió al sentir un pequeño beso en la punta de su nariz y luego en sus labios.

-Buenos días bello durmiente. -Habló el rubio con la voz ronca, mientras abrazaba al castaño. -¿Qué tal dormiste?

-Como una roca. -Sonrió recibiendo otro beso, ahora en la comisura de los labios. -Dormí excelente.

-¿Quieres que te haga de desayunar, amor?

-No, quiero dormir. Estoy cansado. -Volvió a cubrirse con las sábanas.

-Pero ya es de día Dipper. Dijiste que habías dormido bien.

-Pero aún me duele todo. Sabías que íbamos a ver a mis padres hoy y luego te encargas de que no pueda caminar.

-Te encantó. Lo sé. -Sonrió pícaro.

-No me importa... -Ronroneó escondiendo su rostro en el cuello del mayor.

-Lo tomaré como un "Me encantó". - El rubio sonrió.

-Bill.

-¿Sí?

-No me toques el trasero. Dijo un poco sonrojado pero tratando de mantener seriedad.

-Fue un accidente.

-Bill. -Le llamó la atención nuevamente.

-¿Sí?

-Tu mano sigue ahí.

-Sigue siendo un accidente...

-Idiota...

La mañana se pasó rápido.

Ambos se habían levantado al fin de cuentas y ya estaban vestidos lo suficientemente bien como para causar una buena impresión.

Los hermanos de ambos también irían, ya eran pareja frente a los Pines, y además sería como un almuerzo familiar, con la excusa de que Bill es el hermano de Will y se sentiría sólo si no iba, además el "mejor amigo" de Dipper debía estar presente en un almuerzo familiar.

Fueron caminando hacia la casa, el viento les daba en la cara y el sol brillaba.

Ya a punto de tocar la puerta para entrar, el rubio tomó los hombros del menor.

-¿Cómo te sientes?...

-Estoy aterrado. - Admitió el Pines mientras mordía levemente su labio. -¿Cómo es que estás tan sereno?

-Estoy asustado también. Pero se que si mantengo la calma también estarás tranquilo. -Depositó un pequeño beso en su mejilla.

-Aquí vamos.

El castaño tocó la puerta y esperó junto al rubio. La señora Pines abrió la puerta y los invitó a pasar.

El señor y la señora Pines no eran malas personas, en realidad eran tan dulces como si hubiesen sido bañados en caramelo de miel.

A Bill les caía bien, y lo mejor de todo, es que ellos tenían una buena visión de él, aunque no supiesen que en realidad Dipper no estaba soltero, que Bill era su novio, que ya se habían besado bastantes veces, que se escapaban sin avisar, que dormían juntos y que su hijo ya no era virgen por su culpa... Oh demonios.

Ésto sería más difícil de lo que pensó.

Pasó un rato y el señor Pines llegó del trabajo, saludándo a los dos jóvenes. Casi al mismo tiempo que él, llegó la castaña y el peliazul.

Ya estaban todos en la mesa, discutiendo temas triviales, riendo, contando anécdotas y almorzando.

Era el momento perfecto, y eso los chicos lo sabían.

Dipper miró a Mabel entrecerrando los ojos y ésta supo que quería.

-Creo que le falta sal a mi almuerzo... -Dijo la castaña.

Justo lo que Dipper quería.

-¡Yo voy! Bill, acompañame. -Dijo y lo jaló del brazo, yéndose ambos hacia la cocina y cerrando la puerta de la misma.

Ya allí, el castaño caminó vacilando, estaba nervioso y con demasiada ansiedad.

-¡No puedo hacerlo! -Le susurró Dipper, con cierta inquietud.

-Dipper tranquilo... Relájate. Todo va a salir bien, lo prometo.

-¿Y si no sale como esperamos? -Le miró a los ojos con angustia.

-Tranquilo. Es ahora o nunca. -Le besó lo suficiente como para tranquilizarlo.

-Gracias Bill... -Sonrió.

-Pase lo que pase estamos juntos.

El rubio suspiró. Tambien sentía miedo, ansiedad... Pero tendrían que hacer ésto de una vez.

Cuando iban a salir de la cocina oyeron un quejido del padre de Dipper y Mabel.

-¡Otra marcha! Que estupidez más grande... -Se le escuchó decir al señor Pines.

-Quieren derechos pero no respetan en público... -Habló la madre.

-El noticiero de la tarde... -Murmuró Dipper escuchando lo que decían.

-Recuerdalo, los homosexuales arderan en el infierno. Ese es mi consuelo. -Habló el padre de la familia.

Mabel y Will se vieron de reojo y siguieron comiendo.

-¡No! ¡No, no, no! -Susurró Dipper. -Bill no... -Una cara de preocupación se dibujó en su cara y el rubio supo que estaba desesperado.
Supo que se había derrumbado en el fondo de su alma.

Estaba perdiendo la razón.

-Tranquilo Dipper, calmate. Respira... -Le calmó el rubio mientras lo abrazaba.

-¡Esto es justo lo que quería evitar! Nunca van a aceptarlo... Nunca... -Murmuró resguardado en los brazos del mayor.

-Supongo que habrá que esperar... -Reposó su barbilla en la frente del castaño. -En serio lo siento... -Bajó la mirada.

-Y dime hasta cuando... -Cerró sus ojos con pesar. Quería desaparecer de allí.

-Hasta que no importe si se dan cuenta o no. -Le miró a los ojos.- Debemos esperar... Y luego cuando estemos listos entonces... - Tomó su mano.

-¿Creo que arderemos no? -El castaño murmuró intentando sonreír.

-¿Si estoy contigo a quién le importa si ardemos? Tranquilo Pino. Estaremos bien.

-Vamos a la mesa... -El castaño tomó la sal y salieron de la cocina, obviamente ya sin tomarse las manos.

-¿Por qué tardaron tanto? Ya me hacía más vieja de lo que ya estoy. -Dijo la madre de los Pines.

-Será mejor tarde que nunca.-Murmuró el rubio, y Dipper supo que no se refería al tema que su madre había preguntado.

¿Han oído el cuento de "La Bella Durmiente"?

Bueno, aquí el príncipe atraviesa un dragón y un bosque completo de espinos sólo para llegar hasta donde su amor.

Y es justamente lo que Bill hizo.
Él tuvo que pasar por un montón de problemas y obstáculos para por fin obtener al amor de su vida, su Príncipe.

Después de todo, pasaría un largo tiempo.

Y a veces, para salvarse...

Hay que ocultarse.

Muchas veces las cosas no resultan como lo querido...

Más aún pueden suceder de una manera diferente.

Y un claro ejemplo de ello, es cuando Bill y Dipper fueron finalmente...

Correspondidos.

Fin.

****************

¡Éste es el final oficial de Unrequited!

Como voy a extrañar todo man...

Quiero darles las gracias nuevamente a los que leyeron y dejaron su pequeño granito de arena♡

Tú lector. VA DEDICADO A TI.

Espero que hayan amado leer ésta historia tanto como yo amé escribirla.

Quiero agradecer sinceramente a mi hermana mayor, sin ella probablemente ésta idea jamás se me hubiese venido a la mente.
Es más, le doy las gracias por darme algunas anécdotas en las que también me basé para hacer ésta historia.

Te dedico ésta historia que nació de un día casual de hermanas♡ Si algún día lees ésto, sí. Shippeo a un niño y a un triángulo gaymente JSJDJDJDJD. (NO LE DIGAS A MAMÁ QUE ME CUELGA.)
Te extraño hermanita<\3

Gracias otra vez por todo♡

Se despide con mucha felicidad...

La autora, Yazzy. ♡



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