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Entró a su departamento encontrándose con sus suegros, sus padres, su hermana y su prometida.
Nada podía ser peor que una visita familiar de tiempo completo.
-¡Ahí está mi querido Dippy! -La pelinegra se acercó a él y depósito un suave beso en su mejilla.
-Hola Rebecca...
-¡Dipper! -Le recibieron los demás con alegría.
El vivía sólo en un piso de departamento cerca de la universidad, por lo que muy pocas veces veía a su familia.
No es que odiara ver a su familia, lo amaba, pero cuando tenía la oportunidad, Rebecca siempre tenía algo que decir en cuanto a él para dejarlo en vergüenza frente a sus padres.
Su rutina diaria era estar en su departamento al que llamaba "casa" por costumbre, y también salir a la universidad. Éste chico no se cansaba nunca de su atareada vida.
A Mabel, -su hermana mayor por un minuto- siempre la veía, de hecho, ella vivía unos pisos más arriba e iba a la misma universidad que Dipper.
-¡Ven y abrazame campeón!
-Papá... ¡No! -Dijo al sentir los brazos fuertes de su padre abrazándolo.
-¡Hijito querido! ¿Cómo estás?
- Hola mamá... -El castaño le abrazó.
-¡Suegros! -Fingió emoción, la pelinegra se dió cuenta de ésto y le miró desafiante.
Convivir con los suegros es la parte más difícil de toda la relación, y eso Dipper lo tenía muy claro. Era algo incómodo en ocasiones tratar con ellos.
Digamos que no fue muy agradable cuando se conocieron, no es muy grato saber que hablas con el tipo que probablemente quiere arrebatarle a su hija cada día...
Al cabo de un rato, todos se habían saludado.
-¿Les dijiste ya, Bec?
-Esa era la idea, vamos a decirles ahora. Por eso los traje otra vez al departamento...
Dipper y Rebecca estaban hablando a susurros en la cocina, mientras todos comían alegres en el comedor.
-Sabes que me gusta mi soledad Reb... No hacía falta traerlos.
-Y tú sabes que no me gusta que me llames Reb ... Vamos Dipper, Son tu familia. ¿Si no es hoy entonces cuándo?
-Está bien, demonios. -Murmuró desganado, pues la idea no le gustaba para nada.
La pareja fue hacia el comedor y llamaron la atención de todos.
-Familia... Tenemos algo importante que decirles. -Dijo la pelinegra.
-Bueno... Rebecca y yo... -Sintió la mirada de todos sobre él. -Nos vamos a casar al terminar la universidad .
-No me jodan... -Murmuró su hermana en un tono inaudible que por alguna razón, sólo Dipper pudo oír.
Bueno, a Mabel no le caía muy bien...
-¡Oh por Dios! -Chillaron sus mamás de emoción pura.
La familia entera se tomó la noticia bien, de hecho, su hermana fue a felicitarlo de igual manera, sus padres recibieron a Rebecca como parte de los Pines y a Dipper como parte de los Blair.
Las madres de emocionaron, festejaron y bueno, sus padres se dedicaron a tomar como de costumbre para celebrar...
Ellos sí se llevaban bien.
-¿No te queda champagne Dipper?-Le preguntó su padre.
-No... -La lamparita se le encendió de pronto. -¡Pero iré a buscar! No tardaré mucho.
Mentía para liberarse, después de todo, iba a tardar. Y quería tardarse tanto como fuese posible.
-¿No quieres que te acompañe, cariño? -La pelinegra le abrazó por la espalda.
-¡No!... Digo, puedo ir solo... -Rió nervioso y Rebecca le soltó, diciéndole que estaba bien y que lo esperaría.
El castaño salió de su departamento y se recargó contra la puerta.
Estaba perdido.
Decidió salir a tomar aire, por lo que fue al parque que se encontraba cerca de ahí. Se sentó debajo de un árbol y suspiró, perdiéndose totalmente en lo más recóndito de sus pensamientos.
-Vaya, vaya, vaya... Pero si es Pino. ¿No estabas en una incómoda junta con tu familia?
-Estaba.
-Ya veo... Escapaste.
Bill también estaba en ese árbol, pero mirando en sentido contrario.
-¿No estabas estudiando? -Le preguntó el castaño.
-Lo estoy. -Le mostró su cuaderno y miles de hojas y hojas subrayadas y dibujadas. -Te conozco demasiado bien, Dipper. Pero te entiendo. Yo también hubiese escapado de mis problemas.
-Debería estar estudiando también, pero tenía que venir toda mi familia... Espera. ¿Escapar de mis problemas? ¿Qué dices, Cipher?
-Luces como si no quisieras casarte... Es todo. -El rubio le persuadía.
-Claro que quiero, Bill. Es que estoy algo cansado y estresado por la universidad... Ya sabes.
-Sigues con tus excusas. Te conozco.
-¿Por qué te interesa?
-Nada, es sólo que no luces enamorado.
-La verdad es que no lo sé. Y me gusta Rebecca.
-Te gusta, pero no estás enamorado... Si lo estuvieras, estarías más ansioso.
-¿Y tú que sabes del amor? Deja de persuadirme que no funcionará.
-Aparentemente mucho más que tú.
El castaño se volteó frustrado, quedando al sentido contrario.
-Escuchame Pino, yo también estuve enamorado antes; y sé cuando lo estás y cuando no.
Por eso me prometí no volver a abrir mi corazón a nadie más. -El rubio se sentó a su lado, haciendo que el castaño le mirara. -El amor te apresa y te exprime hasta dejarte hecho trizas.
¿No crees que eso te sucederá a tí?
-No lo sé... No siempre es así.
-Esa chica de seguro sólo te quiere por que estás estudiando una buena carrera y eres universitario...
-¿Disculpa?
-Bueno, es lo más lógico. ¿Cuánto llevan de novios? ¿Un año?
-Un año y medio.
-Y tú te estás casando con ella ¿Por...
-Porque la amo Bill. ¿Me entiendes? Estoy enamorado y no lo dudo. -Añadió con seguridad.
-Déjame decirte Pino, que no sabes lo que estás haciendo. Y te lo voy a demostrar, sólo es cuestión de ir a tu departamento y mostrarte el caos que hay.
-¿Desde cuándo estás tan interesado en mis cosas?
-Desde siempre supongo, somos mejores amigos. Mi deber es molestarte y llevarte por el camino del mal.
-Ajá sí. -Dijo sarcástico. -¿Sabes algo? -Se levantó del suelo. -Mejor te dejaré para que estudies...
-Ambos sabemos que no es para eso... Estás mal porque sabes que tengo razón.
-¡Ya dejate de molestarme! ¡Es mi vida y yo decido lo que hago! ¡Puedo decidir incluso si te hago caso o no!
-Bueno entonces vete.
-Tal vez no lo haga. -Se cruzó de brazos.
-Como quieras.
-Entonces me iré...
-Bueno, vete.
-Eres odioso...
-Y tú más...
-¡No, tú más y es la última palabra!
Molesto, el castaño se retiró del lugar y fue a su departamento, no sin antes comprarle otra botella de champagne a su padre y su suegro.
"¿Quién comprende a ese idiota de Pino?"
El rubio tomó sus cosas y se marchó a algún lugar para ahogar sus penas en lo que fuera. No lo hacía mucho, pero ahora sí que lo necesitaba.
Nada podía ser peor...
**************
Oh Raios.
Esa familia es una loquisha...
Espero que les esté gustando la historia; Si es así, no olviden ayudarme con sus estrellitas:3 Me ayuda mucho ♡
¡Tengan buena semanota y shippeen como loc@s!
Yazzy♡
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