Capítulo 13
Jimin abrió uno de sus ojos cuando la luz del sol comenzó a filtrarse por el pequeño espacio entre las cortinas. La enorme habitación aún se encontraba a oscuras, pero a diferencia de otras ocasiones, había una calma bastante peculiar.
Lanzó un gran bostezo cansino mientras parpadeaba para ahuyentar cualquier rastro de sueño, aún podía escuchar los ligeros ronquidos de Yoongi desde el otro extremo de la habitación, su cuerpo desparramado en una cama improvisada que habían hecho anoche. Sehun se había rehusado a dormir solo en la habitación de invitados, y cuando Jimin le dio su cama y el pequeño cayó dormido, no pudo evitar quedarse dormido también, por lo que no le tocó más remedio a Yoongi que hacerse con una colchoneta en el suelo. Aunque desde la perspectiva de Jimin, el mayor parecía bastante cómodo, con la boca semi abierta y ronquidos leves que se escapaban de ella.
Antes de despertar había tenido un sueño tan extraño, no podía recordarlo y aquello lo carcomía de impotencia. Esa sensación de olvido se había pegado a su piel de una manera tan molesta que quería llorar de frustración.
Dejó escapar un largo suspiro al levantarse, caminando hacia el escritorio en la habitación, rápidamente frunció el ceño cuando observó un rasguño en la madera, no, no era un rasguño, era una palabra, y no solamente una, varías, muchas, quitó todo del escritorio con prisa para darse cuenta que la superficie había sido terriblemente mutilada, la misma palabra se repetía una y otra vez, pasando sus dedos sobre las líneas que parecían haber sido hechas con algún objeto punzante y mucha rabia.
"Eres mío".
Llevó una mano a su boca, no podía creerlo, lo tocó, se sintió tan real, era real, podía sentir la madera roñosa bajo las yemas de sus dedos.
—No, no es así, no soy de nadie —murmuró.
—¿Te gusta mentir, Park Jimin?
Girándose de forma rápida hacia la voz desconocida, Jimin se enfrentó nuevamente a aquella persona que había visto en la escuela, no quería llamarlo Yoongi porqué sabía que no era Yoongi, pero su físico, era como si hubiera robado su imagen, con ligeros cambios. Aquel pelinegro no tenía ni una pizca de calidez en sus facciones como su adorado pelirrojo.
Rápidamente buscó a Yoongi por la habitación queriendo despertarlo, pero para su sorpresa se encontró solo, ni siquiera Sehun estaba en la cama.
—Estoy... estoy soñando otra vez —murmuró.
—Tal vez sí, o tal vez finalmente estas despierto y es por eso que puedes verme, y ver realmente como es la habitación —susurró aquella persona.
Tan pronto como se dio cuenta, Jimin retrocedió hacia una esquina, su recamara estaba sucia, vieja y empolvada, ni siquiera había un colchón, sólo madera rota donde debería estar su cama y suciedad cubriendo la chirriante madera del suelo.
—Estoy soñando, lo sé, estoy soñando —cerró sus ojos.
—¿Lo estas? —la voz del ser extraño se escuchó demasiado cerca, tanto que Jimin sintió el cálido aliento golpear su mejilla, una voz más nítida susurró a su oído—Toda esta vida es mi regalo, Park Jimin, he construido un mundo para ti, ¿por qué no puedes aceptarlo en silencio y acatar mis reglas?
Negando con la cabeza, sin abrir los ojos, saltó en su lugar tembloroso cuando sintió el toque helado de una mano en sus brazos descubierto, acariciando tan suave que fue aterrador.
—No-o... por favor no —susurró cuando algo tocó su vientre y levantó su camisa, después jadeó sorprendido cuando manos fuertes lo tomaron de la cintura y no pudo evitar abrir sus ojos, esa copia de Yoongi se había hincado, sujetándolo de tal manera que parecía querer acercarse a su vientre y besar la piel desnuda, lo hizo.
—Pronto, muy pronto.
—¡Suéltame! —exclamó forcejeando, pero antes de que pudiera hacer algo más, ese Yoongi se lanzó sobre él y lo besó, tan fuerte, tosco y avaro, mordió sus labios y lo hizo quejarse de dolor, una de las manos del pelinegro lo sujeto tan fuerte de los cabellos que lagrimas rodaron por sus mejillas quería respirar, necesitaba respirar, la áspera lengua seguía en su boca y sintió el principio de arcadas comenzar a levantarse en su garganta. Su visión comenzó a ponerse borrosa y su pechó pinchó de dolor cuando ya no pudo soportar no poder respirar.
Abrió su boca en busca de aire cuando fue finalmente liberado y estampado contra el muro, tosió con dolor y llevó una mano a su pecho soportando el dolor, sus ojos llenos de lagrimas hicieron su vista aún peor.
—Tal vez ese maldito policía te pudo proteger en tu primer vida, y ese jodido dragón alfa en la siguiente, e incluso, ese estúpido supervillano te atrapó antes de que pudiera llegar a ti, una lástima... me encantaba tu versión villana —La voz de Yoongi esta vez fue más parecida a la del original, por lo que Jimin se permitió levantar su rostro y observar la figura difusa de ese cruel ser frente a él—, pero en esta vida... en esta vida tu Yoongi soy yo.
Jimin negó con la cabeza, no, no, mentía, no era así, su Yoongi era un hombre adorable, de tierna sonrisa gomosa que amaba ponerle apodos dulces, ese era su Yoongi, no, no...
No, no.
¡No!
—¡No! —Jimin gritó despertándose, se levantó exaltado e hiperventilando, necesitaba calmarse, miró alrededor y observo su habitación, miró sus manos, se encontraba en su cama, con sus sabanas, todo estaba bien, todo estaba en perfecto estado, sólo había sido un sueño, una horrible pesadilla. Cerró sus ojos y dejó que las lagrimas fluyeran mientras tocaba sus labios, se había sentido tan real, sólo quería hacerse bolita y pensar en cosas buenas, en-
—Jimin, ¿ya estas despierto? Queremos desayunar conti-, oh no, pastelito dulce, ¿Qué pasa?, ¿otra vez un mal sueño? —Yoongi, quien había entrado por la puerta al parecer ya despierto y cambiado, se apresuró a llegar a su lado, sentándose a su costado mientras lo abrazaba con delicadeza.
—¡Yoongi hyung! —exclamó echándose sobre el pelirrojo para después explotar en un llanto incesante, estaba cansado, agotado y frustrado y sólo quería abrazar al mayor, porqué ese era su refugio, ese era su Yoongi, quien olía a caramelo por tantos que comía y tenía el toque más suave y cálido de todos.
—Shh... esta bien pajarito, llora si quieres, esta bien llorar, estoy aquí contigo, no me iré, no me iré nunca.
Apretando la ropa del otro con fuerza, Jimin cerró sus ojos sollozando aún más, porqué de entre lo real y lo falso, ya no podía creer en ninguna promesa a causa del miedo.
Aquí les seré sincera y la verdad no recordaba que teníamos un capitulo pendiente, ¿ven que en la nota anterior les dije que me faltaba por escribirlo? pues lo olvidé totalmente, en serio, tengo una memoria súper horrible, en fin, lo terminé de editar, bastante corto en realidad porqué me di cuenta de un pequeño error mío y terminé cortándolo para estructurarlo mejor y anexarlo al siguiente cap, espero no tardar mucho (espero pero no prometo nada), en fin...
¿Ven que todos mis fanfics ahora comienzan a tener un poquito.... de sentido? en realidad... Lo que yo tengo planeado con mi perfil entero de historias es algo... peculiar, algo muy... susy, ustedes ya me conocen. ¡Espero les haya gustado! Gracias por leerme <3
-susy
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