Capítulo 11


Los días pasaron rápido, cuando menos se lo espero, era fin de semana de nuevo y la sensación de olvido no había abandonado a Jimin ni por un segundo, se sentía frustrado, con la horrible impresión de augurio apretujando su pecho y la dificultad para mantener una respiración regular.

La campana sonó señalando el fin del día.

—Qué tengan un buen fin de semana, los espero el lunes —. Jimin suspiró mientras guardaba sus cosas sin esperar respuesta de parte de sus alumnos, sabía que de igual forma no le contestarían, y cuando se giró, encontró el aula vacía a excepción del pequeño Sehun quien sonreía suavemente a pocos pasos de él.

Sehun siempre lo esperaba cada fin de clase, tembloroso y tímido tomaba su mano y juntos caminaban hacia la salida del instituto donde la tía de Sehun estaría estacionada esperando a su sobrino.

Pero esta vez había una ligera sonrisilla incomoda en el infante, miraba sus pies y se mecía levemente en un acto nervioso.

—¿Sucede algo, Hunnie? —. Estirando su mano, Jimin preguntó con curiosidad.

Sehun la tomó, y rápido lo miró con pequeños ojos tímidos pero determinados, mordió su labio inferior con fuerza antes de hablar—Profesor Park... yo, no quiero ir a casa hoy.

—¿oh? ¿a casa?, ¿hay algo que está mal, Hunnie?

Y sin poderlo predecir, lagrimas tormentosas rodaron por las mejillas del niño en un silencioso llanto con hipos que preocupó de sobremanera a Jimin, ¿por qué no quería Sehun regresar a casa?, ¿acaso había algo mal con sus padres?, ¿lo castigaban?, comenzó a pensar en diferentes razones y también en maneras de hacer un reporte escolar, tenía que denunciar algún tipo de situación de violencia intrafamiliar (si es que la había) con la trabajadora social, tal vez la orientadora de la escuela tendría que intervenir también, y el director podría solicitar hablar con los papás y tal vez-

Reaccionó cuando Sehun mostró dificultad para respirar, rápidamente calmó al niño tomando sus pequeñas manos y moviéndolas de forma circular, sonriendo y hablando en el tono más suave posible.

—Está bien, cielo, todo va a estar bien, ¿por qué no sigues mi respiración? ¿sí? bien, vamos a respirar más despacio, exhala primero con la boca, resopla, resopla cielo, así, mi amor —instruyó el mayor, mientras soltaba una de las manos del chico para alcanzar un pañuelo desde su bolsillo, limpiando la pequeña nariz del chico—, ahí tienes... y después comencemos a inhalar despacio, sigue mis pasos, ¿esta bien?

Los ojos de Sehun, aunque llorosos, se veían mas tranquilos y no tan asustados como el comienzo, su respiración se volvió regular poco a poco y finalmente suspiró con profundidad antes de lanzarse a los brazos de Jimin quien se había agachado un poco a su altura.

Jimin lo abrazó de vuelta, acariciando su espalda con suavidad—Ahí... mi pobre chico, ¿te sientes mejor? Owf... [!] —. Sehun había saltado en un abrazo más efusivo, buscando acurrucarse más con su profesor, sus piernas cortas se aferraron la cintura de Jimin, de pronto la idea de que Jimin intentara regresarlo a casa a travesó su mente, llenándolo de un pánico inexplicable para el mayor.

Soltando una leve risilla, Jimin intentó maniobrar al chico en sus brazos, Sehun era un niño delgado, pero también alto entre sus compañeritos por lo que no fue tan fácil salir del aula, necesitaba a Yoongi, estaba seguro que el pelirrojo ya lo estaba esperando impaciente en la salida del instituto, tal vez podría dejar a Sehun con él unos momentos en los que buscaba al director Kim y pudiera comunicarle la situación.

—Pero que...

Las palabras se quedaron atoradas en la garganta de Jimin al salir del aula, el pasillo, antes colorido y un poco ruidoso, estaba totalmente vacío, las luces apagadas y un silencio bastante estremecedor que lo hizo sentirse aterrado por momentos.

—No quiero ir a casa, no quiero ir a casa —murmuró Sehun en su hombro, aferrándose con fuerza.

—Shh, está bien cielo, está bien, no iras a casa —Jimin susurró intentando tranquilizarlo, camino con cuidado por el pasillo, el eco de sus pisadas era lo único viviente, y no pudo sentir escalofríos al escuchar pequeñas risas haciendo eco en la oscuridad del final del pasillo.

El eco de sus pisadas fue desconcertante, a un punto en el que Jimin dejo de caminar y apretó a Sehun en su agarre.

—¿Qué está sucediendo? —susurró para si mismo.

—Por favor, profesor, vamos a su casa, vamos a otro lugar, pero no quiero quedarme más aquí —Sehun se separó un poco de su cuello para murmurar.

El mayor reanudó su caminar, pero rápido, más veloz, podía escuchar detrás risillas infantiles en la oscuridad de la institución, todo lucía sucio y abandonado, con los casilleros vandalizados, los vidrios rotos y basura acumulada en las esquinas, debía de estar soñado, definitivamente debía ser eso, ¿no habría problema entonces que realmente se llevara a Sehun, cierto?

—Debo estar en la siesta que tome durante el almuerzo, es eso, Namjoon sigue a mi lado leyendo su libro, y yo estoy en esta pesadilla —habló Jimin, de una patada fuerte abrió una de las puertas principales y bajo los escalones con prisa, el pasto del jardín principal estaba bastante descuidado, amarillo y seco, la cancha de juegos estaba llena de maleza y los juegos oxidados y descontinuados.

El cielo estaba teñido de un rojo fuerte que lo hizo detenerse en medio del lugar, nuevamente risas infantiles comenzaron a escucharse, haciéndolo mirar hacia todos lados de forma paranoica, los columpios se movieron junto al metal viejo haciendo un estremecedor sonido.

De pronto, en la lejanía, observó una figura bastante familiar, un hombre recargado en la corteza de un árbol marchito.

Era Yoongi... pero no lo era a la vez, misma imagen, pero profundos ojos oscuros de carbón y el cabello tan negro como estos mismos.

Sehun se retorció en sus brazos, haciendo que tuviera que bajarlo, el niño pisó el suelo con cuidado, mirando el lugar con grandes ojos enfundados en miedo, sólo aquello le indico a Jimin que podría no ser un sueño, pero también podría ser una pesadilla bastante realista.

—Profesor Park, él, lo... lo está llamando —la pequeña voz de Sehun sonó temblorosa, Jimin siguió la mirada del infante sólo para observar como aquella copia de Yoongi le sonreía en grande, estirando su mano invitando a tomarla.

Se acercó dos pasos, después tres...

Sehun lo seguía por detrás, empuñando entre sus manos su camisa en un fuerte agarre.

Había algo que lo desconcertaba, un aura oscura que rodeaba a ese Yoongi, a ese hombre que conocía, pero sabía que no era real, algo distinto que lo incitaba a caminar sin poder controlar sus piernas, pies que se movieron por si solos hasta una corta distancia.

—Pronto, muy pronto... —La voz de Yoongi fue la misma, cautivadora pero un poco más grave.

Jimin estiró su mano.

En medio de la incertidumbre, del suplicio mudo y el misterioso lugar, sus dedos tocaron con delicadeza la punta de los dedos de Yoongi, y justo en medio de ese segundo, un punzante dolor de cabeza lo hizo cerrar los ojos con fuerza y boquear por aire.

Su pecho se oprimió en el dolor.

Podía escuchar el eco de los gritos de Sehun preocupado, pero sólo podía concentrarse en el asfixiante humo que entró por su boca, su nariz y comenzó a nublar su mente.

Se estaba quedando sin aire, asfixiándose tortuosamente en una oscuridad fatídica.


Respira.



Vamos, respira.



Jimin...


—¡Jimin, respira!

Un sonido agudo pasó a través de sus oídos, quebrando cualquier neblina de pensamientos; abrió sus ojos desorientados.

Sol, un hermoso sol estaba en el cielo azul, normal, todo era normal, observó desconcertado a los lados, niños corriendo fuera de la escuela con la alegría de haber terminado sus clases, padres esperando por sus hijos, escuchó algún perro ladrar, alguna música en la lejanía, vio a un hombre sonriente vender globos con figuras a un grupo de niños, y todo...

Todo era absolutamente normal, la escuela estaba en perfecto estado, y, sobre todo, frente a él, Yoongi lo miraba preocupado, su Yoongi, su cabello rojo como siempre, y esos ojos marrones tan cálidos.

—Joder, corazoncito, me has asustado, te vi salir de la escuela, pero parecías en trance, caminaste hasta mí y estiraste tu mano y te hablaba y hablaba y no podías responderme, ¿Qué sucede?, ¿te duele algo?, ¿enfermaste?, vamos mi pedacito de nube, dime, ¿Qué puede hacer hyung por ti?

En los ojos de Yoongi no había mas que honestidad y calor, cariño cálido que era real y no tenía nada que ver con la figura que había visto en... ¿su alucinación?, ¿Qué rayos había sido eso? ¿algún tipo de sueño de día?, ¿había soñado despierto?, ¿era eso acaso posible?

—Yo... no sé, no lo sé...

Un jalón en su pantalón lo hizo mirar a Sehun, el chico tenía un mohín en sus labios.

—Oh mi vida, creo que... tendremos que esperar a tu tía.

Ahora que Jimin estaba seguro, no estaba en un sueño o algo parecido, no podía llevarse a Sehun tan fácilmente, podrían despedirlo, acusarlo de secuestro o incluso demandarlo, suspiró triste al ver los ojos del chico cristalizarse, como si nuevamente fuera a llorar.

Sehun negó con la cabeza—No, no, ¡no quiero! —y en efecto, lagrimas resbalaron por las sonrosadas mejillas del pequeño—¡no me deje!, ¡no lo haga!

—Disculpen, ¿todo bien? —Una voz educada interfirió.

Namjoon estaba de pie cerca, con sus lentes y un maletín en una de sus manos, su mirada de preocupación cayendo entre Jimin y Sehun.

—Oh, Namjoon hyung...

—Hyung —saludó rápidamente Yoongi.

Namjoon asintió en reconocimiento—¿Parece que hay algún problema?

Sehun trató de minimizar su llanto, nervioso y de pronto siendo tímido escondiéndose detrás de Jimin.

En cambio, Jimin se mantuvo pensativo unos segundos, si Sehun seguía a su costado, eso quiere decir que tanto la escena del pasillo y en su salón de clases pasó, por lo que su alucinación o sueño sin sentido, en realidad podría ser más real de lo que parece, pero ¿y si el ataque de pánico de Sehun en el salón de clases no sucedió? Eso quiere decir que también fue parte de su alucinación, pero... no, no podía ser una mentira, de ser así, Sehun estuviera sonriendo amigable y se despediría para ir al auto de su tía, pero en esos momentos lloraba encontrándose en la misma situación desde que salieron del interior de la escuela.

—Sehun, al parecer, no quiere regresar a casa y me preocupa que pueda haber algo en ella de lo que tengamos que levantar un reporte.

—Hey pequeño, ¿quieres acompañarnos a Jimin y a mí por un helado? —El tono de Yoongi fue dulce, agachándose un poco detrás de Jimin para poder hablar con la temblorosa figura de Sehun.

Jimin miró asombrado al pelirrojo—¡Pero, hyung!, ¡no podemos hacer eso!, me van a despedir en cuanto sepan que saque a un niño de la escuela sin el consentimiento de sus padres.

Namjoon finalmente interfirió, después de vagar en sus pensamientos unos minutos—Profesor Park, ¿Cómo ve la situación?

—Realmente me gustaría hacerle compañía a Sehun, y puedo notar que su tía aún no llega por él, lo cual es extraño, y me preocupa mucho la situación de Hunnie, un niño no tendría porque tener miedo de volver a casa.

—Llévalo contigo —Habló Namjoon con confianza—, regresaré a la escuela, y haré todo el trámite, llévalo contigo como custodia temporal hasta que podamos levantar un reporte, el llanto del niño es suficiente para pedir una orden de separación parental hasta que podamos investigar más por parte de la escuela, como docentes podemos llevar a cabo el proceso, así que no te preocupes. Hablaré con mi padre, él nos apoyará en esto, y si llegará a suceder algo con los padres de Sehun más adelante, me haré totalmente responsable.

Sehun pareció tranquilizarse, su hipido se había hecho mas leve e incluso tomó la mano de Yoongi, el pelirrojo sonrió encantado.

Jimin asintió—Hyung, realmente lo agradezco demasiado, entonces procederé a retirarme a casa y por favor, no dudes en llamarme, ¿no necesitarás que yo me quede?, ¿Qué firme algo?, ¿no será mucho para ti? supongo que como profesor de Sehun, ocuparé dar algún testimonio y no sé, tal vez estar en alguna junta si es que hacen alguna y-, lo siento, estoy divagando.

Los hoyuelos de Namjoon aparecieron quitándole peso al ambiente, sonriendo con tranquilidad—Ve Jimin, no te preocupes por eso, podré parecer un simple profesor de laboratorio, pero mi palabra tiene mucho poder en cuestiones administrativas, así que confía en mí y por favor cuida bien del pequeño Sehun.

Jimin sonrió, acercándose sólo para tomar las manos de Namjoon y hacer una pequeña reverencia.

El mayor abrió sus ojos sorprendidos, su rostro tiñéndose de un colorado rojizo que hizo que Yoongi entrecerrara sus ojos.

—Gracias hyung, eres muy amable, gracias, ¡nos vemos el lunes!

—Ehh, si, n-nos vemos el lunes —murmuró Namjoon con una sonrisa tímida cuando Jimin apretó sus manos en un contacto amigable.

Yoongi carraspeó su garganta—Si, si, muy bonita la cosa, parajito, ya vamos a nuestra casa, la casa que nos espera, a los dos, donde estamos juntos... los dos, ya sabes, nuestra casa, ¿ya dije que necesitamos volver a nuestra casa?

Rodando sus ojos, el rubio bufó girándose para caminar hacia Yoongi—Que desesperado eres, hyung, tienes hambre, ¿verdad?

El pelirrojo echó un fugaz vistazo para ver como Namjoon simplemente los observaba a irse con una expresión avergonzada.

—Si, si, apresurémonos para que podamos hacer algo de comer a nuestro retoñito, oye pequeño, ¿también puedo llamarte, Hunnie?

Sehun, quien se había acomodado en la bicicleta de Yoongi, asintió levemente, se veía mas tranquilo y ya no lloraba, parecía curioso por observarlos a ambos. Jimin sujetaba un lado de la bicicleta mientras que Yoongi sujetaba el otro, ambos haciéndolo avanzar en su caminar.


Hola, nuevamente ando actualizando, ya van cuatro actualizaciones (de fics) con este en la semana, ¿ya vieron mi intento de ser constante?  susy feliz por eso ヽ(*⌒▽⌒*)ノ  quiero traerles más actualizaciones ahora que me siento mucho mejor con mi salud, ¡espero les haya gustado el capitulo! Ya es de madrugada, por lo que podría decirse que fue Miercoles de Unread, ¡Muchas gracias por leer! 

-susy

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