Ha-mi.

En un gran parque, lleno de flores y árboles a su alrededor. Acontenció el primer encuentro de dos bellas almas, destinadas a encontrarse, destinadas a sufrir por la soledad...

— ¡Wow! ¡Esas son unas hermosas fotos! — exclamó, alagando a un joven desconocido que, hacía de las bellas flores sus más fieles modelos.

— ¡Eh! ¿Quien eres tú? — habló con los nervios de punta, acortando la peligrosa cercanía entre la castaña y el pelinegro.

— Tienes talento para capturar la belleza única de las flores — siguió alagando, causando que el tímido joven se sonroje de la vergüenza.

— ¿Tú crees? — preguntó con inseguridad, mientras que la sonriente chica no dejaba de asentir con su cabeza.

— ¿Eres fotógrafo? — preguntó con notable interés.


— Aún no soy un profesional, pero sí, soy fotógrafo — dirigió su mirada hacia la desconocida, ella era realmente hermosa, tanto que por un momento se preguntó si se encontraba muerto y ahora yacía en el cielo.

— Mi nombre es Kang Ha-mi — sonrió, sujetando una bella rosa entre sus manos.— ¿Cuál es tu nombre?.

— Kim Taehyung — respondió casi susurrante, ocultando su rostro avergonzado con la cámara.

— Es todo un gusto, Taehyung.

Con una simple sonrisa de lado a lado, bastó para acelerar el corazón del solitario chico. Para él, ella era aún más hermosa que todas las flores en aquel parque.

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Un año antes de la muerte de Ha-mi.

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Julio.

El frío y constante viento soplaba con intensidad hacia el oeste. Ya era casi de noche y las nubes comenzaban a ocultar el sol que pronto se iría.

En el rincón de la cocina, yacía una bella chica de cabellos castaños brillantes, ojos marrones oscuros con un particular brillo casi extinto en ellos.

La gran casa se inundaba de un exquisito olor, la comida recién hecha deleitaba el olfato de la orgullosa chica. Una muy bien elaborada cena se encontraba servida en la extensa mesa.

— ¡Vaya! Esto huele de maravilla — exclamó con emoción la única chica en la casa.— Sé que les encantará — observó maravillada por la gran cena en su mesa.

Un sonido muy ruidoso se hizo presente en la silenciosa casa, el teléfono de la castaña no dejaba de sonar a causa de los tantos mensajes que llegaban a la vez.

Sacó el pequeño aparato del bolsillo de su pantalón y observó los varios mensajes por parte de sus dos amigos, excusándose por tercera vez, el no poder ir a la cena que habían acordado comer juntos, esto a causa de su atareada agenda en el trabajo.

— Maldición — bufó con disgusto, tirando su teléfono hacia el sofá frente a ella.— No los necesito, comeré toda esta comida yo sola — se sentó en la solitaria mesa, observando con tristeza las vacías sillas que debían estar llenas.

No podía culparlos a ellos, no era su culpa trabajar hasta muy tarde. Sin embargo, extrañaba tanto poder comer y charlar junto a sus dos únicos amigos.

《 No sabía que la soledad doliera tanto. Aún así, fuí yo quien decidió dejarlos solos.》

➳ Las semanas pasaban... ♢

Nubes grises comenzaban a cubrir el inmenso cielo, era solo cuestión de minutos para que empezara a caer agua de ellas, tal como lo habían pronosticado en las noticias.

Por la venta se asomaba la castaña de ojos oscuros, mirando con una mala cara la lluvia que, de repente, había caído. No odiaba la lluvia en lo absoluto, simplemente le disgustaba lo deprimente que la hacía sentir, aún más de lo que ya estaba.

Revisó por décima vez su teléfono, esperando una respuesta por parte de su amigo, quien a medida que mejoraba como fotógrafo, era más solicitado. A cambio de esto, su tiempo libre se acortaba.

— Espero que no se enferme debido al trabajo — murmuró para sí misma con cansancio.

Aún no tenía ni una respuesta de él. Sin embargo, semanas atrás comenzaron a aumentar las notificaciones de mensajes en sus redes sociales, había de todos los tipos, buenos y malos. Pero la mayoría de ellos, no solían ser para nada agradables.

"¿Cómo pueden comparar su belleza con la de ___?"

"¡No mereces aparecer en esa revista!"

"Tu cara es muy grande. ¿Haz pensado en hacerte una cirugía?"

"Nadie te conoce. ¿Qué esperas para morir?"

Finalmente, dejó su teléfono a un lado intentando no prestarle mucha atención a los comentarios.

Los mensajes malos no eran nada nuevo para la chica, pero llegaban a ser tantos los mensajes pidiendole desaparecer, que ya no podía simplemente ignorarlos.

— Queridas nubes, ¿por qué están tan tristes? — habló, observando con tristeza a las susodichas.— Si canto, ¿dejarán de llorar?.

Tal como lo dijo, taradeó una agradable y melancólica melodía.

《 Por más que cantaba, la tormenta nunca desapareció.》

➳ Septiembre.

La peor parte de una mañana más de trabajo para la chica, era salir de su casa para pasar a ser el centro de atención. Miradas juzgadoras, murmuros acusantes, no importa que haga o como se vista, siempre tuvo el desprecio de sus vecinos.

— Ahí va de nuevo, ¿acaso quiere atraer la atención de algún hombre millonario? — susurraron sin vergüenza alguna, como ya era de costumbre entre ellas.

— Llamar la atención es todo lo que hace, su cara bonita es lo único que tiene.

— Baja la voz, nos escuchará — advirtió con una sonrisa en su rostro, como si ni siquiera le importaba.

— Es una cobarde, solo espero impaciente por el día en el que se marche.

Esperar hasta que su taxi la recogiera, era su mayor infierno.

《 Todas ellas tenían razón, solo era una cobarde.》

Una vez que llegó a su destino, sintió como su tormento volviá a ella. Mujeres realmente hermosas, maquilladores, estilistas y camarógrafos, pasaban de un lado a otro llenando todo el lugar.

— Llegas cinco minutos tarde — un hombre de cabellos rubios, apareció frente a ella regañéndole.— ¿Te quedaste dormida? — habló con seriedad a la castaña que, apenas podía respirar con tanta gente a su alrededor.

— Perdón, pasé una mala noche — hizo una reverencia para su superior con algo de cansancio.

— ¡Dios mío! ¿Qué les pasó a tus ojos? — alzó su voz con sorpresa, tomando el rostro de la chica entre sus manos para observarla mejor.— Están muy hinchados y rojizos, ¿volviste a llorar? — regañó esperando una explicación.

— Lo lamento — se disculpó nuevamente con otra corta reverencia.

— Ve a que te maquillen, diles que te pasen una bolsa con hielo para quitar la hinchazón — ordenó volviendo a mirar a la menor.— También estás delgada, ¿soy tu manager o tu madre?, me sacarás canas verdes.

—Gracias, iré de inmediato — se despidió del mayor, dirigiendose hacia uno de los muchos camerinos que habían en todas partes.

Ha-mi amaba las cámaras desde que era una niña, amaba posar y modelar para ellas. Pero ahora, sus luces parpadiantes la cegaban y aturdían.

¿Desde cuando caminar por la estrecha pasarela se convirtió en su peor enemigo?

Sentía como sus ojos comenzaban a cerrarse poco a poco, sus pasos eran torpes e inseguro. Para su suerte, aquello solo era una práctica antes del verdadero desfile, si fuese el verdadero, miles de personas hubieran sido testigos de como su cuerpo dejó de responder, y se desplomó sin previo aviso.

《 En el mundo de la moda, aunque muriera, tenía la certeza de que siempre sería reemplazada, por alguien más joven y hermosa que yo.》

➳ Noviembre. ♢

Para ella, el invierno que apenas comenzaba, era realmente frío. Aún más frío que los años anteriores.

La nieve cubría toda la cuidad, casas, árboles e incluso su bello jardín de flores. No pudo protegerlas, sin darse cuenta, estas ya estaban totalmente cubiertas de nieve. Así era como se sentía, como una total inúltil, que no fue capaz de proteger a sus apreciadas flores.

— ¿Quieres chocolate caliente? — preguntó con un tono preocupado, a lo que la castaña negó suavemente con la cabeza.

Taehyung no sabía que hacer, quería ver sonreír nuevamente a su amiga, habían pasado meses desde que ya no hablaba con tantos ánimos como solía hacer. Parecía que su alma estaba en otro lado, sus ojos ya no tenían ese particular brillo en ellos, ahora solo estaban vacíos.

Se tomó unas vacaciones de su trabajo debido al "estrés", pero cuando estas terminaron, simplemente ya no asistió más. Ya nada parecía importarle, ni la misma presencia de su amigo a su lado.

— ¿Estás bien? — volvió a preguntar, acomodándose a su lado en el espacioso sofá.

— Estoy bien — respondió casi en un susurro, recostando su cabeza sobre el hombro del chico.— Taehyung — llamó en voz baja.

— Dime — respondió, cerrando sus ojos para disfrutar del momento.

— ¿Me quieres? — preguntó con seriedad, tomando desprevenido a el de cabellos oscuros.

— ¿Por qué preguntas? — dió un brinco del miedo, separándose de ella nervioso.— Claro que te quiero, somos amigos ¿no? — contestó con voz temblante.

— Tienes razón, somos amigos, solo era una pregunta absurda — sonrió de lado a lado, calmando los nervios de su amigo, pero en su interior ella no sonreía.

《 ¿Fuí la única que se enamoró?,

¿solo yo sentía el corazón me saldría del pecho, cada vez que nos veíamos?.

Si mis sentimientos fueran correspondidos, ¿habría cambiado algo?.

O simplemente, ya era muy tarde...》

Hola, perdón por la tardanza, justo hoy el teléfono se murió por falta de batería (mi cargador ya no sirve T-T).

Gracias por todo el apoyo hacia mi historia, finalmente ha concluido, les estoy totalmente agradecidas, tomen agua y se me cuidan mucho porque son muy importantes. Perdón por lo depresivo que estuvo la parte, a la salida estaré entregando pañuelos.

Y esta va para mi hermana, se terminó toda la historia en un día, tiene traumas y me toca pagarle el psicólogo: ¡Arriba la esperanza abuelita!.

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