El resto del día pasó tranquilo, 

No me volví a encontrar con Seokjin,

Que era una clase de alivio, 

Porque por más que odiara admitirlo, 

Me intimidaba, 

Con su atrevido coqueteo, 

Y  su tendencia de acercarse demasiado.

Cosas que me afectaban mucho más de lo que deberían, 

Cuando noté la camioneta azul de mi mamá deje salir un suspiro, 

Dándome cuenta de que intencionalmente deje de respirar. 

Endureciendo mis nervios y preparándome para las preguntas que me serían bombardeadas,  

Caminé a través del estacionamiento y abrí la puerta

—Hola, cariño, ¿cómo te fue?

¿Hiciste amigos?

¿Alguna chica linda?

¿Te agradaron tus maestros?

¿Son buenos contigo? porque te juro que si alguien es grosero con mi pequeño Jiminnie ¡van a desear nunca conocer el temible y brutal poder que los mandará directo a las ardientes puertas del infierno!

Con eso levantó su brazo, 

Haciendo un puño y una mirada malvada en su rostro, 

Fantaseando acerca de destrozar los sueños y esperanzas de mis compañeros de escuela. 

—Cálmate mamá,

Todo estuvo bien. 

Con eso rompió su fantasía y pretendió que nada de lo que dijo fue algo fuera de lo ordinario.

—¿Mamá?

Dudé, 

Era un tonto aventado, o ya simplemente estúpido, 

Claro que ya sabía la respuesta, 

Pero mis labios se abrieron de todas formas, 

—¿Qué piensas de las personas homosexuales?

Su rostro quedó sin expresión, 

Sus labios eran una linea recta, 

Ya sabía la respuesta, 

—Hijo,

Dudó ella, 

—Ya sabes que pienso que está mal, 

Y si tú, 

mi precioso niño,

fueras homosexual, 

No sabría que hacer, 

porque no lo puedo aceptar, 

lo sabes. 

Su mirada era directa hacia el frente, 

Y mi mente devanaba, 

Porque cuando pensaba en la palabra "homosexual", 

Me daba repulsión la idea, 

Pero ahora,

Me doy cuenta que esa repulsión que sentía era como mis padres me enseñaron, 

No lo que yo genuinamente sentía, 

Porque cuando pensaba en la palabra "homosexual", 

Una parte de mi sentía paz, 

Porque en lo profundo sabía, 

Que era distinto a los demás, 

Y las olas de mi mente simplemente no lo querían aceptar, 

En miedo del rechazo y el abuso que recaerían en mi, 

Ese miedo, 

Sigue presente, 

Evitando que actúe por mis emociones, 

Pero esta noche, 

Sentí que el miedo se alejaba, 

Así que cuando mi madre se durmió, 

Encendí mi computadora, 

Y participé en actos impíos, impuros, 

Sintiéndome como yo mismo más que nunca.