❛ Especial ❜
U N P L A N N E D
especial
❀̸
❛ ¿𝓢entiste eso? ❜
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❝ Vernos esta noche, es una mala idea,
¿verdad? ❞
ㅡBad idea right?, Olivia Rodrigo.
11 DE FEBRERO, 2019
04:49 am.
❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫
▬▬ HABÍA HECHO algo muy impulsivo, ¿por qué? no tenía ni la más mínima idea, sólo sabía que un segundo estaba tratando de quedarme dormida, y al otro estaba invitando a Jeongguk a venir al departamento. Algo seguro debió de poseerme como para creer que eso sería una buena idea, pero...ajá, cosas que pasan.
¿Me arrepentía?
No en realidad.
Nope.
Simplemente estaba aterrada, porque lo que comenzó siendo un juego estaba a punto de volverse realidad en unos pocos minutos. Dios, es que habían tantas cosas que podían salir mal, pero ¿iba a decirle que me retractaba? por supuesto que no, porque ahora mismo en serio que estaba pensando que lamentar hacer algo era mucho mejor que lamentar el no haber hecho nada.
Debí suponer que escribirle a las cuatro de la madrugada podía traer consecuencias. El insomnio podía hacer cosas curiosas con nosotros. Ah, excusas.
La verdad era que tenía muchísimo sueño cuando llegué, pero hablar con él me espantó todo el cansancio, no pude dormir porque no dejaba de pensar en él ni en todas las cosas que pasaron. Recordaba su declaración, sus gestos, sus abrazos, y no podía estarme quieta, parecía que no podía dejar de sonreír cada que rememoraba las cosas que sentí. Jeongguk estaba teniendo un efecto demoledor en mí, pero estaba feliz con eso.
Por supuesto que estaba pensando en él, no era necesario que me dejara en evidencia, me abochornaba estar sintiendo tanto en primer lugar.
Eso debía ser, ya me había acostumbrado a quedarme dormida hablando con él, por eso estaba así, agh, que fácil había caído.
No lo era en ese entonces.
¿O sí?
Ja, ja.
Y así fue.
Yo ni siquiera lo pensé, simplemente lo dije, como si no hubiera una fiesta desarrollándose en su casa, como si Seulgi no fuera regresar aquí, como si no fueran las cuatro de la madrugada. No pensé en nada de eso. Y al parecer, él tampoco. Bueno, sí lo pensamos, sólo no nos importó lo suficiente.
Detalles.
Hasta ese momento, todavía podía retractarme, pero ¿por qué? si él quería venir y yo quería que viniera, ¿por qué iba a complicarlo?
Confiaba.
Estaba confiando demasiado en este momento.
Ya no me quedaban uñas, y continuaba arreglando mi cabello y mi pijama como la ansiosa que era para no lucir tan desastrosa cuando llegara, aunque no había mucho que hacer, no iba a maquillarme a esta hora, además no era como si nunca me hubiera visto sin maquillaje. De todos modos, estaba nerviosa como si fuera la primera vez que íbamos a vernos.
Para el momento que recibí su mensaje de "ya estoy aquí" acompañado de tres golpecitos a la puerta, yo ya estaba hecha un manojo de nervios. Por un segundo pensé que iba a ver a Jeongguk y avergonzarme a mí misma por no saber cómo recibirlo...supongo que olvidé por un momento quien era él.
Abrí la puerta, pero el "hola" de mi parte se perdió en algún lugar en el espacio porque el me vio, y en contra de todo pronóstico, ahuecó mi rostro entre sus manos, ¿qué estaba...? su repentino movimiento por supuesto que me paralizó, y mi corazón literalmente dejó de latir cuando él sin más inclinó su rostro hacia el mío, ¡¿qué demonios?! sentí que mis ojos se abrían de par en par cuando advertí que sus labios estaban a un movimiento de rozar los míos, entonces...él sonrió, y así como si nada, me soltó.
Oh, por...
Iba a matarlo.
Sentí como todo mi rostro se calentaba y le di un fuerte puñetazo en el pecho cuando entendí lo que acababa de hacer. Este...agh, ¡Creí que en serio iba a besarme! Sólo así, sin previo aviso, sin una advertencia ni nada. Maldito seas, Jeon Jeongguk.
Él continuó sonriendo a pesar de mi ceño fruncido, mi indignación y los certeros golpes que seguí dándole en el pecho. —¡Te odio, en serio te odio! ¡Ya...! ¡Deja —golpe—. de —golpe—. sonreír —golpe—. así! —uno más por si acaso—. ¡No es divertido!
Jeongguk se cubrió de los golpes con sus brazos, pero siguió riéndose. —Auch, ya, ya, lo siento, perdón —se carcajeó—. Fue para hacernos entrar en confianza, auch, Haye, tienes fuerza.
—Voy a patear su trasero fuera de aquí —pellizqué apenas su antebrazo cuando no me dejó darle otro puñetazo.
—Eso me dolió, eso sí me dolió, au—lloriqueó, pero parecía incapaz de dejar de reír—. Estabas nerviosa, ya no lo estás, funcionó, ¿no ves?
—No estaba nerviosa —refunfuñé, cruzando mis brazos sobre mi pecho. Sí lo estaba, pero no iba a admitírselo ahora.
—Mi error —replicó, condescendiente, sabía que sí lo estaba pero iba a decir lo que fuera para quitarme el enfado. Muy bien.
—Eso no se hace, Jeon Jeongguk, creí que...
—Te dije que no iba a besarte a menos que me lo pidieras —me recordó, con esa burlona pero encantadora sonrisa suya que en serio me gustaba. Ah, ¿cómo podía enojarme con esa sonrisa? maldita sea—. Sólo estaba jugando.
Hizo un puchero, metiendo sus brazos entre los míos para desarmar mi patética señal de "estoy muy molesta" y así poder cerrar la distancia entre nosotros y finalmente, abrazarme. Chico idiota...pero dulce.
—Abrázame —esta vez fue él quien refunfuñó, estrechándome más fuerte cuando yo no correspondí de inmediato su abrazo, una chica tenía que hacerse la difícil. Al menos por cinco segundo—. Conduje hasta aquí para verte.
—Mh —fingí desinterés a pesar de que me moría por abrazarlo.
—A las cuatro de la madrugada.
—Mhh.
—Y me detuve en el camino sólo para comprarte chocolate —añadió, logrando hacerme sonreír instantáneamente. Ay.
Sí que era dulce.
Me gustaba mucho, no podía creerlo.
Envolví mis brazos alrededor de su cintura y disfruté descansando mi rostro en su pecho. Estaba calientitito y como siempre, olía de maravilla, sentí que podía pasarme toda la noche justo así. ¿Estaba molesta? porque ahora mismo no podía recordar porqué.
—Fingiré que cediste porque te morías por abrazarme y no por el chocolate —bromeó, hundiendo su rostro en el hueco de mi cuello. Estábamos en serio acurrucados el uno con el otro, y la sensación...me encantó—. Me recordaste a otra bailarina de ballet que también daba buenas palizas.
—¿Ya ves? Nunca hagas enfadar a una bailarina de ballet.
—No quiero —musitó suavemente en el espacio entre mi hombro y mi cuello, con su cálido aliento enviando olas estremecedoras por toda mi piel—. Quiero hacer feliz a una, muy feliz...por eso te traje chocolate.
Jeongguk rompió el abrazó, apartándose ligeramente de mí, con cuidado sacó las dos grandes barras de chocolate que de alguna forma logró meter en los bolsillos de su sudadera y me las tendió.
—¿En serio sólo esto es suficiente para tenerte sonriendo así? —observó divertido la expresión de pura felicidad en mi rostro. Y sí, el chocolate me ponía contenta, pero un chocolate regalado por Jeongguk me ponía mucho más que feliz.
—Me gusta el chocolate —concedí, a pesar de que por dentro pensaba que en realidad lo que me gustaba era que él recordara ese detalle y se tomara el tiempo de traerme un poco como presente—. ¿Tienes hambre?
Él sacudió su cabeza, tratando de reprimir una sonrisa que se reflejaba hasta en sus ojos. —Estoy cansado.
—Quieres dormir —adiviné, todo su lenguaje corporal delataba que eso era lo que en realidad quería. El asintió como un niño obediente, poniendo ambas en mi cintura y volviendo a jalarme hacia él—. ¿Sí piensas que es buena idea?
Él ya estaba aquí, yo ya estaba mucho más relajada y lo más importante, estaba verdaderamente feliz de que estuviera aquí, todo estaba bien, la única razón por la que seguía cuestionándomelo era Seulgi. Y Yeosang. "Si no quieres que tu mejor amiga se entere, es porque no crees que estás haciendo algo bueno", esas palabras suyas del otro día estaban en mi cabeza, y odiaba sentir que estaba haciendo algo "malo" cuando no era así.
—¿Qué? —sonrió Jeongguk, trazando un patrón de caricias circulares en mi espalda, eliminando con ese gesto mis absurdas inseguridades—. ¿Dormir abrazaditos? Porque sí, creo que es una muy buena idea.
—¿Y si Seulgi regresa? —necesitábamos un plan en caso de que eso pasara, sólo por si acaso.
—Yoongi no conducirá hasta aquí a estas horas, sólo yo hago esas cosas —alardeó, y tenía sentido—. Ya estaba moribundo cuando me fui, lo más probable es que se queden en mi casa. Y yo me iré temprano, lo prometo, no sabrá que estuve aquí.
Asentí. Tenía que dejar de pensar tanto las cosas, él condujo todo el camino hasta aquí cuando fácilmente pudo pasar la noche en su casa sin problemas ni preocupaciones, y lo hizo sólo porque yo se lo pedí, así que no podía seguir poniéndome trabas a mí misma.
—Si cambiaste de opinión...—comenzó, su sonrisa desvaneciéndose lentamente.
—No cambié de opinión.
—¿No? —dudó, con esa mirada de cachorrito regañado, tierno—. Porque puedes.
Sacudí mi cabeza. —Estoy bien así.
—Pero tienes dudas.
—No tengo dudas, sólo estaba pensando que...somos terribles amigos.
Jeongguk hizo una mueca de desacuerdo. —Bueno, no es como si nos dejara otra opción —lo sabía—. Además, sólo vamos a dormir, no estamos cruzando la línea de más que amigos...aún.
—Ah, entonces no nos iremos al infierno...aún —bromeé y Jeongguk me apretó más cerca de él. Oh.
—Cuando tú lo dices, promete —tonteó, pasando inadvertidamente su lengua por su labio inferior. Ay, mamá.
Bueno, hora de dormir.
—Sí, uhm, entonces...creo que...uh, me olvidé lo que iba a decir —me puse en evidencia, como siempre. Es que él no podía hacer esas cosas justo en mi cara, sólo era una chica.
—¿Estás nerviosa? Porque ya hemos dormido juntos.
—Juntos, pero no...juntos —ah, ¿qué estaba diciendo?
—Sí en mis sueños —confesó con tono divertido, mirando mis labios, ¿por qué tenía que hacer eso? ahora yo estaba mirando los suyos, demonios—. ¿Nunca has soñado conmigo?
Se colaba en mis pensamientos todo el tiempo, por supuesto que también se había colado en mis sueños, pero no iba a entrar en detalles así que sólo me encogí de hombros. —Nunca me dijiste de que trataba tu sueño.
—Sí lo hice, te dije: tú y yo, y cosas lindas.
—No sé qué entra en tu categoría de "cosas lindas".
—Pues tú —se hizo el lindo, que talento.
—No soy una cosa.
—Ah, Haye —resopló, amohinado, haciéndome sonreír burlonamente—. No me dejas ser tierno, son las cinco de la mañana, dame un poco de crédito.
Tenía los chocolates en mis manos, pero me las arreglé para poder abrazarlo de todos modos, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello. Yo no hacía estas cosas, nunca había abrazado a nadie de esa manera, de hecho, no era algo que me naciera hacer, pero con Jeongguk...ni siquiera lo pensé, mi cuerpo simplemente buscó corresponderle al suyo.
—Eres tierno, muchas gracias por ponerme en tu categoría de "cosas lindas" —le tomé un poco el pelo.
—Si tienes curiosidad, puedo mostrarte exactamente a que cosas lindas me refería.
꩜
11 DE FEBRERO, 2019
05:22 am.
❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫
▬▬ MI CAMA NO ERA precisamente muy grande, pero sí lo suficiente como para que Jeongguk cayera perfectamente en esta. Bueno, tal vez no tan perfectamente, estábamos un poco apretujados, pero la verdad era que ahora mismo no podía pensar en otra palabra que no fuera "perfección" pues finalmente me encontraba felizmente acurrucada entre sus brazos. Odiaba admitirlo, pero después de varias noches de incertidumbre, de no entender qué demonios ocurría entre nosotros, tener la certeza de que esto no era un juego, de que lo que sentía por él si era recíproco, no podía sentirme más en paz. Todo se sentía...perfecto, así de sencillo.
Lo que temí por un momento que pudiese resultar incómodo o extraño, no lo fue. Guié a Jeongguk hasta mi cuarto, advirtiéndole que iba a encontrar dentro algo de desorden y varias cosas que aún no desempacaba, mi habitación aún lucía como si acabara de mudarme, pero en mi defensa, había estado ocupada con otras cosas, aunque...tampoco fue que le prestara mucha atención a eso, no había mucho que ver ni en donde curiosear, así que Jeongguk se fue directo a la cama. Entendí lo cansado que estaba cuando en el momento que se tiró, sí, se tiró sobre las colchas, sus ojos se cerraron casi automáticamente. Sabía que había tenido un día difícil, no sabía exactamente qué fue lo que sucedió esta tarde, ni que fue lo que Sowon le dijo, pero sí afectó su estado de ánimo, así que cuando él estiró sus brazos en mi dirección, indicándome que quería que me recostara con él, no me tardé en hacerle caso.
Cerré la puerta con seguro, porque si algo no salía de acuerdo al plan y Seulgi efectivamente llegaba con Jeongguk aún estando aquí, al menos tendría tiempo de ocultarlo en algún lugar, aunque esperaba que eso no ocurriera, pensé mientras me arrastraba sobre el colchón con cuidado para poder acurrucarme en el espacio que él me hizo a su lado, siendo recibida de inmediato por su brazos.
Jeongguk tiró las mantas sobre nosotros, abrigándonos muy bien a ambos y acomodándose de modo que pudiera descansar su barbilla en la cima de mi cabeza. Escondí mi rostro en su cuello y amé la sensación que me embargó cuando él me sostuvo con tanta emoción. Esto era lindo.
—En mi sueño me decías que te gustaba cuando te abrazaba —musitó, su voz reflejando su cansancio.
—Me gusta cuando me abrazas —le admití, hablando bajito porque por un segundo creí que estaba más dormido que despierto.
—Y a mí me gusta cuando tú me abrazas —expresó, arrastrando algunas palabras, el pobre ya estaba casi en ese punto sin retorno—. Te sientes bien en mis brazos.
Y se sentía increíble estar en ellos.
—Nunca había hecho esto —dijo, dejando perezosas caricias en mi espalda. Y bueno, considerando que él ya era dueño de algunas de mis primeras veces, sí me sentí especial por eso.
—¿No?
—No, no suelo hacer estas cosas.
—¿Él qué? ¿No abrazabas a las chicas con las que salías?
Él negó con un suave movimiento de cabeza. —No era así con ellas.
—¿Cómo?
Jeongguk lo pensó por un momento, y yo creí que se había dormido, pero no. —¿Afectuoso?
Eso respuesta me sorprendió viniendo de él. Había observado a Jeongguk e incluso antes de todo esto, él había tenido detalles conmigo —y con otros— que me hacían pensar lo contrario. Cosas como pasar a recogerme porque según él yo no "debería andar en autobús", o prestarme su chaqueta para el frío, tomar mi mano para guiarme y así no caerme, darme de comer como si no pudiera hacerlo yo sola, prepararme el desayuno cuando yo fallé en preparárselo a él, estar siempre diciéndome cosas lindas, tomarme de la mano, defenderme de chicos idiotas en la tienda, preguntarme cómo me encontraba después de enfermarme a pesar de que las cosas entre nosotros estaban extrañas, comprarme hamburguesas, pedirme jugar con su cabello, y Dios, muchas cosas más, parecía tan natural en él, que se me hacía difícil de creer que fuera así sólo con un grupo selecto de personas. ¿Y como diablos era que resulté ser una de las afortunadas? ¿Era...porque era amiga de Seulgi?
—¿Y por qué no? —pregunté, porque ahora estaba curiosa. Él definitivamente era afectuoso conmigo, pero ¿por qué no lo era con las otras chicas? ¿qué había de especial en mí?
Nuevamente estaba pensando demasiado.
—No lo sé —rayos—. Creo que no se puede forzar ese tipo de cosas.
En eso estaba de acuerdo. —No, no creo que se pueda, pero...si sales con alguien, las muestras de afecto forman parte de eso, ¿no? me refiero a que...es algo que se da.
—Mhh...pero no siempre es así.
¿Ah, no?
¿Entonces cuál era el propósito de salir con alguien si ni siquiera querías estar con esa persona en realidad? En serio que era difícil para mi comprender todo esto de las relaciones humanas.
—Creo que los besos, los abrazos, y todo ese tipo de cosas significan algo —agregó, debió percibir que no estaba entendiendo un demonio—. Si no hay una conexión y no sientes nada por esa persona...esas cosas no tienen mucho sentido.
—¿Entonces?
—¿Entonces qué? —arrastró las palabras, él hombre estaba medio muerto y yo seguía haciéndole preguntas que requerían que pensara.
—¿Cómo...uhm, cómo puedes salir con alguien y no sentir eso de querer tenerlo cerca?
—Puedes cuando sólo es superficial, supongo.
¿Y con superficial se refería a...? Seulgi me dijo una vez que Jeongguk salía con chicas pero que era incapaz de comprometerse con ninguna de ellas, ¿a eso se refería con una relación superficial? ¿era como ir directo al grano y saltarse toda la parte del romanticismo y eso? Bueno, yo no era quien para juzgar, pero ¿por qué alguien querría eso? y lo que era más importante, si eso era lo que a él le gustaba, ¿por qué dejarlo para intentar algo conmigo?
—Te quedaste callada —observó, al parecer no estaba tan enajenado—. ¿En qué piensas?
—Trato de entender algunas cosas.
—¿Qué cosas?
—Cosas como...uh, ¿por qué estás haciendo esto conmigo?
Iba a ser directa porque con todo lo de hoy, no habíamos tenido tiempo de discutir sobre qué diablos era lo que estábamos haciendo exactamente, qué quería él, qué quería yo, qué esperaba él, y qué esperaba yo, porque tal vez no era lo mismo. Eso me asustó.
—¿Te refieres a esto? —inquirió, estrechándome con más fuerza contra su pecho, yo asentí—. Pues...porque no es así contigo.
—¿Cómo?
—Superficial —genial, eso era más que tranquilizador, pero necesitaba más—. Cuando salía con esas otras chicas nunca era nada serio, teníamos un acuerdo, los dos queríamos lo mismo, pero...contigo quiero más.
—¿Y eso...no lo dices sólo porque piensas que es lo que quiero escuchar?
Él negó. —No estaría haciendo nada de esto contigo si no estuviera seguro de que en serio lo quiero.
—Te creo, es sólo que...si te gustaba lo que hacías y estabas bien con eso, yo...
—Eso no debería preocuparte, Haye, porque me gusta mucho más esto —me cortó, oh, bueno—. Y si hago esto contigo ahora, es porque yo quiero, ¿puedes creer eso?
Sí.
—También es inesperado para mí, pero supongo que siempre estuvo ahí. Me sentí atraído por ti desde el primer día, y no sólo porque eres la chica más hermosa que he visto, sino porque...esa noche que hablamos, en serio sentí que podía pasarme todo el tiempo del mundo haciendo sólo eso contigo. Me sentí jodidamente confundido cuando me di cuenta de eso, por eso me fui.
Recordaba eso.
Cuando Sowon lo llamó y despertó a Mingyu.
—Pense que te habías ido porque tu novia te estaba llamando —fui sincera.
—Ex novia, y no, ni siquiera leí sus mensajes hasta que Mingyu me lo recordó, si me fui después de eso fue porque no se suponía que me gustara tanto hablar contigo.
—¿Por Seulgi?
—No sólo por eso, acababan de darme una paliza por salir con quien no debía, lo que menos debí de estar haciendo en ese momento era estar teniendo esos pensamientos contigo. Además, acababa de conocerte y Seulgi había sido clara conmigo.
—Entiendo.
—Pero no dejé de sentirme así, siento...como que siempre quiero saber de ti. Y quiero estar cerca de ti.
Bueno, el sentimiento era recíproco. —¿Y entonces...estás bien con esto?
—¿Con qué?
—Con esto —me referí a lo que estábamos haciendo, simplemente abrazarnos—. Puedes ser honesto, ¿estarías bien haciendo sólo esto?
—Sí —contestó sin dudar—. Haye, me diste una oportunidad, eso es suficiente para mí, todo lo demás...puede esperar.
—¿No te aburrirás?
—Lo dices como si no fuéramos a cruzar la línea de "más que amigos" más pronto que tarde —bromeó, y bueno, considerando las cantidad de veces que casi la cruzamos, entendía de donde venía tal seguridad—. Apenas soportas la tensión que hay entre nosotros, tal vez incluso nos estemos besando antes del amanecer.
Resoplé. —En tus sueños.
—Sí, todo el tiempo, pero sabes que es cierto.
Puse mis ojos en blanco. —Exceso de confianza, odio eso, en cierto modo creo que ya no te encuentro atractivo.
—Mentirosa —acusó burlón—. Estás muy atraída por mí, te lo probaría, pero soy un chico bueno ahora.
—No conseguirías nada de todos modos —no era cierto, pero tenía que responderle algo.
¿Fue buena idea? Por supuesto que no, porque al parecer lo que él oyó en mis palabras fue un desafío, tonta. Ni siquiera pude prever su movimiento, él simplemente dejó de abrazarme junto a él y en cuestión de un segundo, empujó mi espalda contra el colchón, moviéndose encima de mí. Jeongguk sostuvo su peso sobre sus manos y bebió complacido la expresión de asombro en mi rostro.
—¿Quieres ver que sí? —preguntó con una sonrisa de costado y sus ojos puestos fijamente en mis labios. Ay, mamá.
—No vas a intimidarme —cierra la boca, Haye.
Jeongguk se rió, sólo se rió y dejó caer su peso sobre un brazo, todavía sobre mí. Hombre, no podía estar haciéndome esto. Quería lucir inmutable, como si en realidad no me afectara, pero casi chillé de la sorpresa cuando él bajó la boca a un costado de mi rostro, presionando sus labios en mi oído. ¿Cómo diablos se respiraba?
—¿Todavía quieres saber de qué iba mi sueño? —susurró y el estremecimiento que se propagó por cada célula de mi cuerpo cuando su aliento hizo cosquillas en mi oído me hizo pensar en que había sido ingenua al pensar que podía jugar con él, no podía, él sabía lo que hacía y yo era débil—. ¿Mh? —instó ante mi silencio y yo cerré los ojos cuando repentinamente sentí sus labios en mi cuello, demonios, si él estaba esperando una respuesta iba a tener que ser paciente porque ahora mismo no sabía ni siquiera cómo existir.
De acuerdo, ya había probado su punto, ahora necesitaba que.... oh, por Dios, mi corazón dio volteretas en mi pecho y jadeé vergonzosamente cuando Jeongguk se atrevió a besar ligeramente en el espacio debajo de mi oreja. Por favor, por favor que no haya escuchado eso, imploré internamente. Quería decirle que se apartara porque estaba teniendo serios problemas para respirar, pero cuando él volvió a presionar sus labios delicadamente en aquel dulce punto, mi cerebro se medio desconectó. Se sentía como si de repente la habitación se inclinara y girara. Su poder. Estaba a punto de comenzar a temblar como una gelatina cuando él lentamente movió de regreso sus labios a mi oído. —¿Sentiste eso?
Siguió burlándose de mí, y en este punto no debería importarme, lo mejor era darle en el gusto y simplemente dejarlo ganar, pero era obstinada, así que en lugar de hacer eso, a duras penas...negué con mi cabeza.
—¿Quieres que lo haga de nuevo?
Seguí negando con mi cabeza tercamente, esperando en el fondo que él pudiera escuchar telepáticamente la vocecita en mi cabeza que gritaba: sí. ¿En serio, Haye? Maldita sea, mi mente y mi cuerpo gritaban por dos cosas totalmente diferentes.
—¿No? —me molestó, con una sonrisita de suficiencia dibujada en los labios, volví a agitar mi cabeza en un "no" rotundo porque si él seguía tomándome el pelo, yo seguiría siendo obstinada, sin embargo, no conseguí la reacción esperada, Jeongguk no siguió tonteando, en lugar de eso, arrastró sus labios por mi piel hasta que se encontraron peligrosamente cerca de mi boca, tentándome, pero presionándose finalmente como un dulce beso en mi mejilla. Ay, no estaba soportando nada de esto. Sus labios descansaron sobre mi piel, muy quietos, y creí que eso sería todo, que ya se había divertido lo suficiente, pero justo cuando creí que se apartaría, él comenzó a arrastrar picos suaves a mi oído, lugar en donde volvió a detenerse y susurró: —¿Qué tal esto?
Jeongguk dirigió su nariz a lo largo de mi mandíbula y advertir el hecho de que él estaba respirando tan pesadamente como yo fue el consuelo que necesitaba, pues fue la confirmación de que no era la única que estaba así de afectada. Mi corazón estaba latiendo como loco, pero entró en estado de frenesí cuando él inhaló en el espacio entre mi cuello y mi hombro, y sin previo aviso, besó superficialmente un punto específico en mi cuello. En ese instante, desde mi cabeza y todo el camino hacia mis pies, mi cuerpo comenzó a gritar por su boca. No iba a soportar un segundo más de esto.
Suficiente.
Tenía que...¿qué tenía que hacer?
Puse ambas manos en su pecho y en contra de mis propios deseos, hice que detuviera lo que estaba haciendo.
—Creo...uhm, creo que no deberíamos hacer eso ahora —apenas logré hablar, mi corazón latía muy rápido y temí dejar en evidencia el caos que había en mi interior.
Hacía mucho calor aquí.
Jeongguk asintió débilmente, tragando en el momento que sus ojos cayeron a mi boca. Él no protestó, aceptó mis palabras como si fueran una orden, me dio un segundo para recomponerme, pero aún tenía que ganar, por supuesto que sí. —¿Por qué?
Vi la socarrona sonrisa volver a adornar sus labios e instintivamente puse mis ojos en blanco. Bueno, tenía que ser una buena perdedora. —Porque sí me siento muy atraída por ti, ¿de acuerdo?
—De acuerdo —sonrió triunfal, volviendo a recostarse a mi lado y jalándome hacia él.
Increíble. Y así era como pasaba de revolucionar todo dentro de mí a brindarme total tranquilidad con solo un abrazo. ¿Cómo diablos?
—¿Ya estás feliz?
—Muy feliz —concedió, presionando un inocente beso en mi frente mientras que sus brazos me estrechaban efusivamente contra su pecho—. ¿No haces esto en tus pijamadas con Yeosang, cierto?
Esta vez yo me reí, ¿y eso?
—Uhm, ¿no?
—Bien —suspiró, aliviado—. No hagas estas cosas con otros chicos, ¿de acuerdo?
—Lo tendré en cuenta —jugué.
—¿Te gusta hacerme sufrir?
—Jeongguk —descansé mi mejilla en su pecho y lo abracé igualando su efusividad—. Ya duérmete.
—En eso estoy —rezongó infantilmente, volviendo a suspirar, pero esta vez como si sus últimas fuerzas acabaran de abandonarlo. Me sentía del mismo modo, estaba exhausta, pero también ansiosa por descubrir cómo se sentiría despertar a su lado. —¿Haye?
—¿Sí?
—En serio podría acostumbrarme a esto.
Sí.
Yo también.
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