❛ 64 ❜

U N P L A N N E D
sesenta y cuatro
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𝓥iles mentiras
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Y tienes tu parte llena de secretos y ya estoy cansada de ser la última en saberlos. ❞

You're Not Sorry, Taylor Swift.

10 DE MAYO, 2019
14:29 pm.


❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫

  
   ▬▬ A VECES me preguntaba qué tan hijo de puta tuve que ser en mi vida pasada cómo para que el jodido universo no quisiera soltarme, me refiero a que, ¿cómo carajos era posible que no pudiera tener siquiera un maldito segundo de paz? Un día, sólo eso estaba pidiendo, maldita sea.

 
Las clases de Haye habían terminado al igual que las mías, el plan era: ir al departamento, tomar unas cuantas cosas que Haye necesitaba, llevarla a donde Jimin para su práctica e irme directo a mis aburridas clases de finanzas para luego quedar libres y poder prepararnos tranquilamente para la fiesta...reunión, o lo que sea que Seulgi tuviese planeado. Nada podía salir mal, excepto que Haye se bebió como tres litros de café y ahora le urgía ir al baño.

 
¿Y qué había de malo con eso? Se preguntaran.


Pues nada, sólo que precisamente cuando Haye entró al baño, apenas un minuto después, vi a Sowon entrar al mismo maldito lugar.


No estaba seguro de si era mi paranoia o qué diablos, pero lo que menos quería ahora era que Haye estuviese en la misma habitación que Sowon. Estaba rogando internamente que no se toparan, ¿era posible, no? si Haye estaba en un cubículo entonces...agh, mierda, ¿cuáles eran las probabilidades?


Me estaban sudando las manos por la preocupación...o el estrés, y mientras más tiempo Haye se tardaba allá dentro, más seriamente comenzaba a considerar el meterme al baño de chicas y sacarla de ahí. Sinceramente, pasar esa vergüenza sonaba mucho mejor que otro encuentro entre ellas dos.


Infiernos.
¿Pero por qué se tardaba tanto?


Iba a tener un ataque nervioso acá afuera y sabía que era por culpa de mi consciencia, era ese abrumador sentimiento de cuando sabes que haz hecho algo malo y no quieres...temes que te descubran, incluso cuando no era así. No había hecho nada malo, pero conocía a Sowon y sabía perfectamente bien lo manipuladora y venenosa que podía llegar a ser, eso me asustaba.

 
Conocía su habilidad para falsear, provocar y para dar vuelta las cosas, esa era una habilidad que había perfeccionado durante mucho tiempo y era la responsable de encender las alarmas en mi cabeza.

  
Quería convencerme de que estaba inquietándome de más, pero cuando vi a Haye salir del cuarto como si acabara de ver al diablo, supe que no estaba equivocado.


A Haye ni siquiera le importó que la puerta se cerrara con un estruendoso golpe, llamando la atención de unas cuantas personas que se encontraban alrededor. Estaba molesta, no...era algo más que eso. Ella hizo su camino en mi dirección con pasos rápidos y firmes, pero no se detuvo al pasar junto a mí.


Mierda.

 
Ella me ignoró deliberadamente y siguió caminando con determinación en dirección al estacionamiento. Estaba tan ensimismada —y cabreada— que no se detuvo siquiera cuando grité su nombre, mucho menos me tuvo consideración al escucharme caminar como un perrito faldero detrás de ella.


—Haye...oye, espera, ¿qué...? —la seguí justo por detrás, caminando a su ritmo al mismo tiempo que sentía todo mi cuerpo tensarse con angustia—. Haye.


No se estaba deteniendo y la expresión de pura cólera en su rostro tenía a mi corazón latiendo agitado. Ella no dijo nada y tuve que pararme en medio de su camino para que me escuchara.


—¿Puedes...? ¿Puedes detenerte un segundo? —permanecí obstaculizando su paso—.  ¿Quieres decirme qué fue lo que...?


—La odio —espetó inesperadamente, con su pecho subiendo y bajando sorprendentemente rápido, y con tanta rabia y desprecio que sus ojos se volvieron negros—. Ni siquiera creí que pudiera ser capaz de odiar pero...la odio...y odio...odio odiarla —su voz se quebró y fui capaz de identificar la frustración y los contradictorios sentimientos que esto le generaba.


Sus ojos se llenaron de lágrimas y la severidad en su expresión flaqueó, quise acercarme y abrazarla, porque simplemente era incapaz de soportar verla triste, pero cuando traté de hacerlo, ella se apartó.


—No —sentenció, dando otro paso hacia atrás—. Aléjate.

  
—¿Por qué te enojas conmigo? ¿Qué...? ¿Hice algo malo?

 
Haye presionó sus labios juntos y me dedicó una mirada que caló profundo en mí, sentía como que podía tenerme confesando cada cosa mala que hice alguna vez. Haye enojada daba miedo.

 
—¿Puedes decirme? Porque no estoy entendiendo un...

  
—¿Hay algo que no me hayas dicho? —me cuestionó con tono acusatorio, poniendo firmemente su mano en mi pecho para mantenerme distanciado de ella.


—¿Qué?


—Tú sabes qué.


No sabía qué mierda le había dicho ella, pero si íbamos a hablar, no podíamos hacerlo aquí, el lugar estaba básicamente vacío, pero cualquier persona podía pasar y escucharnos. —Vamos a hablar a otro lugar, ¿sí?


La expresión en el rostro de Haye cayó al escuchar mi sugerencia y supe entonces que ella me malinterpretó, mierda. —Ni siquiera sé porqué me sorprendo.


Expuso con dolorosa decepción y sin siquiera dejarme explicar, ella comenzó a caminar con el objetivo de alejarse de mí.


—Haye, no...detente...por favor, no es lo que quería decir —alcancé a rodear su muñeca con mis dedos, pero ella se liberó inmediata y bruscamente de mi agarre.


Odiaba cuando me rechazaba, me dolía en todas partes cuando alguien la hería, y...diablos, no quería presionarla, pero no iba a dejarla sola, esto era lo que Sowon quería y no iba a darle en el gusto.


—No más mentiras —escupió Haye—. Te lo dije, no más mentiras.


¿En qué te he mentido? —cuestioné de vuelta, sosteniendo su antebrazo para que no se largara—. Haye, no sé qué fue lo que te dijo, pero no...


Su barbilla tembló y ella sorbió penosamente su nariz, necesitaba abrazarla, maldita sea. —Tu abuelo.


¿Huh?

  
Esa declaración me dejó aún más confundido, creía que Sowon le había mencionado algo sobre el tema de sus padres. ¿No se trataba de eso? ¿Entonces, qué...?


—¿Mi abuelo? No...no te entiendo, ¿te dijo algo sobre él?


—¿Él...en verdad te puso un ultimátum? por favor, dime la verdad —pidió, como si toda la ira se hubiese desvanecido, dándole paso a la aflicción—. ¿Tú...me pediste que me casara contigo sólo para no tener que casarte con ella?


Hija de puta.
maldita...perra mentirosa.

  
¿Cómo carajos se podía ser tan miserable? Dios, ¿por qué no podía sólo desaparecer de una puta vez? ¿Hasta dónde mierda estaba dispuesta a llevar todo esto?


—Sé honesto.


—¿Eso fue lo que te dijo? ¿Que te pedí que te casaras conmigo para poder librarme de ella? —inquirí, herido de que si quiera considerara esa ridiculez—. ¿Piensas que haría eso?


La razón exacta por la que no le mencioné esa situación a Haye fue para que no pensara exactamente lo que estaba pensando ahora, porque...demonios, no era así, pero ahí estaba Sowon, tratando de meterse en la cabeza de Haye de la manera más cruel.


No podía culparla por dejar que le afectara, no había sido precisamente honesto con ella con respecto a esos temas por mi miedo a que pudiera malinterpretar las cosas, pero en este punto...creía que ella sabía lo mucho que la amaba y la respetaba, al menos lo suficiente como para saber que nunca haría algo como eso.


—Entonces, tu abuelo jamás insinuó nada al respecto. ¿no? —instó—. ¿Él nunca dijo que dejaría de insistir en que te comprometieras con Sowon sólo si conseguías comprometerte con alguien más, verdad? Sowon se lo inventó todo, ¿eso es lo que me estás diciendo?


Sentí mi mandíbula tensarse al escuchar su filosa declaración, ¿cómo era que Sowon siquiera sabía sobre esa mierda? ¿mi abuelo realmente había confiado en ella hasta el punto de contarle cada bendito detalle? estaba hastiado de la basura de los dos, siempre maquinando, siempre estropeándolo todo.


—Él dijo eso, pero Haye...oye, escúchame —pedí, viendo como cerraba sus ojos con tristeza y desilusión, como si estuviera absorbiendo el peso y significado de esas palabras—. Haye, mírame —rogué, ahuecando su rostro entre mis manos—. No fue por eso, te lo juro.


—¿Y por qué no me lo dijiste?


—Porque no quería que esto pasara. No quería que pensaras que tenía otras intenciones porque te juro que no fue así...nunca haría eso, nunca te haría eso, Haye, lo sabes.


Sowon quería generar distancia entre nosotros, quería crear inseguridades en lo nuestro, pero no iba a darle en el puto gusto.


Lo sabes —reiteré.


Ella miró directo a mis ojos y asintió débilmente, me creía, pero eso no cambiaba el hecho de que seguía indudablemente herida.


—Lo siento —presioné mi frente con la suya y sostuve su rostro entre mis manos—. Lo siento mucho, sé que debí decírtelo, pero no quería que malinterpretaras mis intenciones o que pensaras que tenía otras motivaciones.


—Dijiste que me lo dirías todo —mencionó, apartando su rostro de mi toque—. Lo prometiste.


—Y lo decía en serio, Haye...cuando sucedió todo eso, nunca si quiera consideré la idea, ¿de acuerdo? Si no te lo dije en un principio fue porque no quería espantarte ni que pensaras que para estar conmigo tendrías que lidiar con todo ese drama. Luego...pasó el tiempo y lo olvidé, ni siquiera lo recordaba hasta que mi abuelo lo mencionó la otra noche.


—Que conveniente.


—No digas eso...no seas así —pedí, apenado porque era consciente de que malentendidos como estos ponían en duda todo lo demás —. Esa es la verdad, no hay más.


—Claro...y nuevamente yo tengo que creerte y confiar en que de ahora en adelante sí serás completamente honesto conmigo, ¿no? Al menos hasta que alguien más aparezca con otra de estas "verdades" y tengamos que tener la misma conversación otra vez. ¿Cuántas veces más tiene que suceder esto mismo para que entiendas que no tienes que ocultarme cosas?


—No fue mi intención hacerte pasar un mal rato, en verdad lo siento, pero...esto no tiene que ver con nosotros. Sowon sabe que lo que dijo no es cierto, ella quiere que dudes de esto, de nosotros, no le des ese poder.


Sí debí mencionárselo, lo sabía, pero eso era irrelevante ahora, no fue importante en su momento y tampoco lo era ahora, sólo fue una ridícula conversación, no tomé una decisión tan importante como lo era la de casarme con ella por capricho de alguien más, Sowon lo sabía y eso le molestaba, por eso quiso meter esas ideas en su cabeza. Haye tenía que verlo.


Pero no estaba seguro de si era capaz de ver más allá de su enojo ahora mismo.


Haye presionó sus labios en una línea, no dijo nada y su silencio incrementó mi frustración. —Esto es lo que ella quiere, Haye, quiere que discutamos, quiere meterse entre nosotros...


—No soy yo quien le da motivos —sentenció fríamente, desviando su mirada de la mía y exhalando en un suspiro cansino—. No tengo nada más que decirte. Yo...quiero irme ahora...Jimin me está esperando.

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