❛ 51 . 1 ❜

U N P L A N N E D
cincuenta y uno.
❀̸
𝓐era
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

❝ ¿Pero por qué todavía existe miedo entre toda esta felicidad?

Sea, BTS.

05 DE MAYO, 2019
10:31 am.


❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫

 
▬▬ ¡Yah! —gritó Aera, refunfuñado cual niña de cinco años en cuanto me vio—. Maldito seas, Jeon Jeongguk, esto es inaceptable. ¡Treinta minutos tarde! ¡Treinta! Eso es un crimen, ¡Un crimen! —exageró, gritándome a través de la ventana abierta del copiloto.


Genial, las diez de la mañana y ya estaba enrabiada. ¿Esto era lo que me ganaba por ser un buen samaritano?

    
—Si no querías venir por mí podías simplemente decirlo, no tenías que tenerme aquí esperándote como tonta —no cesó sus reclamos mientras abría la puerta del coche.

  
—Cada quien espera como puede —la pinché un poco más y ella me fusiló con la mirada. Uy, al parecer andábamos un poco densos—. Ya, tranquila, mujer.

  
—Idiota.


—¿Quieres subirte?...malagradecida —dije lo último en voz baja, escuchando como ella cerraba con fuerza bruta la puerta.

  
Ni siquiera había sido media hora, sólo me había atrasado unos cuantos minutos. Y tenía suerte de que no tardara más. Haye había pasado la noche en casa, lo que significaba que despertar y tener que abandonar mi cama —con Haye en ella— no fue precisamente sencillo. Me refiero a que, tenía que estar agradecida, tuve la oportunidad de pasarme la mañana junto a Haye después de días de no verla y tuve que desaprovecharla por venir a recogerla, tenía suerte de ser la hermanita de Tae, de otro modo no estaría aquí.


Por lo general tenía buena disposición, pero me fue imposible no distraerme un poco antes de salir. Después de lo de anoche no quería despegarme ni un mísero segundo de Haye, sentía como que necesitaba recordarle a cada minuto que la amaba. Y la apreciaba. Y la admiraba. Y la quería para toda la vida. No tenía ni puta idea de qué había hecho conmigo, pero no quería dejar de sentirme así. Nunca había sentido nada ni remotamente similar, era como si me sintiera más conectado a ella que nunca. No habíamos hecho la cosa real aún, pero había sido algo más, otro paso, uno que ella quiso dar conmigo porque confiaba en mí, ¿cómo carajos podía no sentirme el hijo de puta más afortunado de todos? Ella confiaba en mí. Y me amaba. ¿Qué más podía pedir?

 
Bueno, tal vez poder pasar la mañana a su lado hubiera sido lindo.


—¿Y bien? —exigió Aera vagamente, abrochando su cinturón de seguridad—. ¿Cuál es la excusa?


—¿Vas a seguir con eso?


—Sí, ajá.


—Te volviste odiosa.


—Sí, ajá.

 
—Qué madura —volteé los ojos—. La excusa es que tengo una vida, y una muy ocupada para que sepas.


—Ah, por supuesto, pasarte los días jugando videojuegos debe de ser agotador, ¿no?


—Mira, enana malcriada, sólo toleraré esta falta de respeto porque estuviste mucho tiempo lejos y no sabes un carajo.

 
Ella soltó una risita y me miró de reojo. —Yo lo sé todo, ya me contaron que tuviste que dejar la vida de vago. Me informaron de lo que está sucediendo contigo y tu abuelo, todo el drama de gente rica y esas cosas que no entiendo, Taehyung me puso al día. Lo siento por eso, por cierto.

 
Bien, me ahorraba el tener que contárselo, era muy temprano para hablar sobre eso, me ponía de mal humor de sólo recordarlo.


—También lo siento por el futuro de las empresas ahora que tendrás que estar al mando, todo ese gran imperio, ah. fue bueno mientras duró.


—Estás muy insolente, ¿nunca te enseñaron a respetar a tus mayores?

   
—Ay, mi lindo Ggukie —endulzó su voz—. ¿Qué es un año de diferencia, hm?

   
Puse mis ojos en blanco y sonreí ante ese ridículo apodo, antes solía llamarme mucho así.


No me manipulas.


La miré de reojo y la vi sonreír abiertamente, noté entonces que ella lucía diferente, muy diferente. Su cabello estaba bastante más largo y claro, y se veía más en forma, aunque más delgada. Su forma de vestir definitivamente había cambiado, antes se vestía con ropa holgada y de unas tres tallas más grande, ahora llevaba un vestido algo pequeño, usaba maquillaje e incluso parecía desenvolverse con más confianza. Esto la hacía verse más madura...mayor. Y creía tener una idea del por qué.

         
—En fin, cuéntame ¿cómo han estado todos? —tanteó el terreno, haciéndose la tonta—. ¿Seulgi? ¿La odiosa de Dani? Quien por cierto, no puedo creer que ahora sea mi cuñada...agh, olvida a Dani, no quiero saber sobre ella, Taehyung habla de ella todo el tiempo, mejor de los chicos, ¿qué tal Mingyu...?

   
¿Jimin? —agregué, porque sabía que ahí era donde quería llegar.

 
Aera respiró hondo, fingiendo estar muy ofendida por mi insinuación. —¿Perdona? ¿Qué te hacer creer que...?


—Ni te molestes.


—¿Quién es ese Jimin?


—Aera.


—De acuerdo, ya...escúpelo.

 
—¿Sigues sin superarlo?

 
—¡Lo superé! Por supuesto que sí, está más que superado, sólo...tan sólo quiero saber cómo se encuentra —se encogió de hombros—. Ese no es un crimen.

   
Aera y su eterno enamoramiento por Jimin era lo único que parecía no haber cambiado en su ausencia. La chica era exactamente igual a Taehyung en ese aspecto, los dos hermanitos cuando se enamoraban, lo hacían con todo. Desafortunadamente, el caso de Aera era mucho más lamentable, ese era un enamoramiento unilateral por donde lo miraras. La diferencia de edad entre ellos dos era difícil de ignorar (para Jimin), eso sin mencionar que era la hermanita de Taehyung, y Jimin sólo la veía como eso. Y mejor ni hablar del hecho de que, hasta donde yo sabía, Jimin seguía enganchado de su ex. Y llevaba años así, yo ni siquiera podía imaginar a Jimin enamorado de alguien que no fuera su preciada Yeeun.


—¿Y bien? ¿Cómo está? —insistió, ilusionada.


—Está bien.

 
—¿Bien? ¿Eso es todo?


—¿Quieres que te cuente toda su vida o qué? —la pinché un poco y ella me miró feo—. Vale, está bien, en su mejor momento diría yo, lleva un tiempo trabajando en un nuevo proyecto, de hecho debe de estar con Haye ahora así que si quieres que él mismo te ponga al día, podríamos pasar a verlo, nos queda de camino.

   
No lo decía en serio, sólo quería molestarla un poco, pero mientras más lo pensaba, más me parecía una buena idea. Haye estaba con él. Ellos practicaban incluso los fines de semana, tuve que pasar a dejar a Haye a su casa antes de venir por Aera, y no me molestaría pasarme por ahí otro rato.

 
—Olvídalo, después de la última vez lo que menos quiero es...un momento, ¿dijiste que estaba con Haye? ¿Y quién es Haye? —rescató, frunciendo el ceño, denotando su molestia—. ¿Quién es esa...?...digo, uhm ¿es su novia o algo? ¿Por qué estaría con ella?

     
Diablos, si Aera iba a reaccionar de esa manera con la simple mención de Jimin respirando cerca de otra chica, entonces su estadía aquí no sería divertida.

  
—Por favor, no me digas que tiene novia.


—¿No que lo habías superado?


—Jeongguk.

 
—No la tiene —contesté y ella suspiró aliviada—. Haye no es su novia, es mi novia.


Carajo, que bien se sentía poder decir eso. Ya quería poder llamarla mi prometida. Oh, mierda, eso sería...para después, ahora tenía que enfocarme o iba a ponerme a sonreír como idiota.

  
Supuse que Aera se sorprendería un poco con la noticia, sin embargo, no esperaba que jadeara tan exageradamente del puro asombro.  ¿Taehyung la puso al día y no le mencionó nada sobre Haye?


—Espera un momento, ¿Acaso escuché mal? ¿Tú...? ¿Con novia? —exclamó incrédula, como si le hubiese dicho que podía volar o una mierda parecida—. ¿Y desde cuándo tienes novia?


—¿No puedo?

   
—¿Y qué hay de nuestro plan? —se escandalizó—. Se supone que nos casaríamos cuando no encontráramos a nadie que nos aguantara.

     
—Si es que no encontrábamos a alguien —destaqué—. Pues la encontré. ¿No deberías estar feliz por mí?


—¿Feliz? ¡Por supuesto que no! —lloriqueó, pegándome un manotazo en el hombro—. ¿Por qué diablos lo estaría? Ahora tendré que pasar el resto de mis días sola...ugh, con lo que costó que superaras a la odiosa de Sowon. Estoy muy decepcionada, Jeon Jeongguk, muy decep...espera.

  
Se le encendió el foco o algo porque rápidamente su mala cara se transformó en una de contagiosa felicidad, ¿o eso era esperanza? lo que fuera, devolví mi atención rápidamente a la carretera porque Aera me estaba distrayendo y teníamos que llegar a casa en una pieza.

 
—No sabes cuánto te amo —cambió drásticamente de parecer—. De verdad, te amo tanto...podría tatuarme tu nombre en la frente.

     
—Mejor podrías dejar de sonreír así.


—No puedo.


—Parece que te picó una araña radioactiva.

  
—No te pases —me señaló, ofendida—. Por Dios, si así tratas a las chicas no quiero ni imaginar cómo debes de tratar a tu pobre novia. De lo que me salvé.


Por favor, mi "pobre novia" merecía un trato especial.
Ella tenía todos los privilegios.

     
—Haye es mi princesa así que la trato como a una, sólo a ella, es un trato exclusivo.

 
—¿Ser tan cursi te funciona?


—Y muy bien.


—Como sea, ¿todo esto quiere decir que ya no soy tu favorita? —vi de reojo su exagerado puchero.


—No puedes competir contra Haye, nadie puede, lo siento, enana.


Aera cruzó los brazos sobre su pecho y resopló. —Da igual, ya no eres mi favorito tampoco.


—No estás engañando a nadie aquí, Jimin siempre ha sido tu favorito.


—Sí, pero contigo tenía más posibilidades.


En tus sueños.


—Estás de novio, por supuesto que tienes que decir eso.


—No, de hecho...


—Cállate, si me vuelves a insultar tendrás un"accidente" no fortuito de autos.


—La próxima vez tomarás el bus.

 
—Bu.


—Como sea, ¿qué fue esa sonrisota? ¿Por qué te pusiste de pronto tan contenta?

   
—Pues porque si tú pudiste superar a Sowon y darte la oportunidad de conocer a alguien más...entonces eso significa que Jimin también puede superar a la tal Yeeun.

      
Ah, con que de eso se trataba.
Bueno, yo no estaba tan seguro de eso.

   
Mi historia con Sowon era muy distinta a la historia de Jimin con Yeeun. Para empezar, Jimin nunca quiso romper con ella. Según tenía entendido, ellos ni siquiera "rompieron" oficialmente, Yeeun simplemente dejó de responder sus mensajes y luego desapareció, poco tiempo después se reencontraron y ella no quiso saber nada de él. Jimin nunca supo qué carajos fue lo que pasó, y el no entender, lo mantenía estancado.

    
» —Y si Jimin sigue adelante, entonces tal vez...él podría darse cuenta de que en realidad no soy tan mal partido.


—Ya —no me agradó oír eso, el problema aquí no era que ella no fuese un buen partido, el problema aquí era que Jimin quería a alguien más—. ¿Y acaso planeas pasarte la vida esperando a que eso ocurra?


No quería que acabara con el corazón roto y no creía correcto que dedicara su vida entera a esperar por un chico que quizás nunca podría corresponderle, aunque tampoco podía decirle eso, sería cruel.

    
—Bueno, encontraste a una chica para ti, arruinaste todo nuestro plan de vida así que no me estás dejando muchas opciones —bromeó.


—Tienes literalmente un mundo entero de opciones. No deberías desperdiciar tu tiempo, ser tan obstinado con esos temas suele no valer la pena.


—¿Estás enamorado?


—¿Qué?

 
—¿Que si estás enamorado?

 
—¿Eso qué tiene que ver con...? —la miré de reojo y ella me devolvió el gesto, mirándome seriamente—. Sí.

 
—¿Y qué serías capaz de hacer por ella? ¿mh? ¿no esperarías por ella si tuvieras que hacerlo?

 
Por supuesto que sí, pero seguía siendo diferente, lo nuestro era algo mutuo, sin embargo...supongo que podía ponerme en sus zapatos, si estuviera en su posición, tampoco podría renunciar a Haye sin dar la pelea.

 
—¿Lo entiendes ahora? Yo...puedo esperar, incluso si tengo que esperar mucho tiempo...ya lo he estado haciendo —sonrió tristemente—. Sólo necesito un poquito de esperanza.

  
—Aera —suspiré—. Yo no creo que...

  
—Y ya, no hablemos más al respecto. Mejor cuéntame sobre tu chica rompe hogares —dijo divertida—. ¿Cómo es? Quiero saberlo todo.


Aera había pasado por muchas cosas, su vida no había sido precisamente un camino de rosas, no me parecía buena idea agregar otra decepción más a esa larga lista suya, pero no era el momento de hablar sobre eso, no quería arruinar su primer día de regreso.

 
—Y quiero ver fotografías, tengo mucha curiosidad por saber quién es la chica que destronó a Sowon.


—No la menciones.


Uy —se rió—. ¿Qué pasó? ¿Su milésima ruptura no fue en buenos términos?


—No.


—¿Sólo eso? ¿Qué fue lo que hizo?


—No quiero hablar sobre ella.


Sowon quería ser un tema para nosotros, pero no iba a darle en el maldito gusto. La chica se había vuelto desquiciada y su actuar lo respaldaba. Cruzó todos los límites cuando se entrometió en los temas familiares de Haye y trató de ridiculizarla utilizando estos en su contra, eso fue bajo, Haye no lo merecía. Sowon estaba empecinada en desquitarse con ella cuando el asunto era conmigo. Yo podía lidiar con su mierda, no me importaba ser el malo, pero no soportaba la idea de Haye teniendo que pasar por situaciones como esas por culpa mía, no estaba bien. Y sabía que Sowon no iba a detenerse, era obstinada y caprichosa así que me estaba obligando a tomar el asunto en mis manos, pero tenía otros planes que no tenían nada que ver con ir por ahí hablando mal sobre ella. Iba a cortar de raíz toda la mierda que me relacionara a ella.


—Supongo entonces que hizo algo imperdonable.


Quería limitarme a aclarar que ese ya era un tema sin importancia, uno que estaba más que cerrado, porque ella no lo sabía, pero me distraje con el sonido de mi teléfono anunciando la llegada de un nuevo mensaje. Tenía este en el soporte de teléfonos, la pantalla se iluminó brevemente pero fue suficiente para que yo pudiese leer los tres breves mensajes entrantes

Tenía que ser una maldita broma.

    
¿Qué carajos?
¿Qué..?
¿Fue él?

     
Hijo de puta.
Ese malnacido...

     
La reciente confirmación que había estado esperando por parte de Wooshik me hizo sentir jodidamente enfermo, sin embargo, esa contundente y agobiante sensación fue rápidamente sustituida por algo más.

 
Maldito enfermo hijo de puta.

 
Mi mandíbula se endureció cuando toda la frustración e impotencia que había estado acumulando en silencio las últimas semanas amenazó con desencadenarse en ira. ¿Había sido culpa mía? ¿Toda esa mierda fue debido a mí? Me torturé mentalmente y por primera vez en semanas sentí una necesidad casi incontenible de sacar la rabia. Maldita sea. Iba a matarlo.
















































05 DE MAYO, 2019
11:41 am.


❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫

 
▬▬ ME SENTÍA como la mierda. Infiernos. No podía pensar claramente, estaba jodidamente ofuscado y en definitiva me equivoqué al pensar en que tal vez, visitando a Haye en su práctica con Jimin me sentiría mejor.

  
Cuando me asomé por la puerta entreabierta del estudio, la primera imagen que tuve fue la de Jimin y Haye condenadamente cerca el uno del otro de una manera malditamente comprometedora. Era parte de la coreografía, sabía eso...pero no pude evitar sentir como esa intimidad y esa química que compartían al bailar se manifestaba dentro de mí como una patada en el estómago.

 
—¿Cómo me veo? —preguntó Aera por millonésima vez, desesperadamente tratando de peinar su cabello—. ¿Me veo decente o....? ¿Esa es Haye?

  
Aera se paró a mi lado, abriendo deliberadamente la puerta del estudio y llamando la atención de la pareja que se encontraba muy ensimismada en su práctica.

  
Me sentí como si estuviera interrumpiendo algo muy privado. Esa desagradable sensación no desapareció ni siquiera cuando Jimin dejó de cargar con gracia el cuerpo de Haye, ayudándola a que sus pies volvieran a tocar el suelo.

  
Jeongguk —dijo Haye alegremente, trotando de inmediato en mi dirección—. ¿Qué haces aquí? No me dijiste que vendrías.

  
Haye se levantó en la punta de sus pies, besando velozmente mi labios y logrando de esa forma tan sencilla espantar todos mis malos pensamientos. Al menos por un instante.


Oh, y tú debes ser Aera, ¿no? —saludó a mi acompañante, regalándole la más amable de las sonrisas.


—Y tú debes de ser Haye —saludó Aera de la misma forma, analizándola, y aunque pareció intentarlo fuertemente, su sonrisa no llegó a sus ojos—. Sí que eres muy bonita. ¿Te han dicho que pareces una muñequita?


No estaba seguro de por qué, pero Aera expresó aquel elogio con cierta tristeza y ¿decepción?


OhHaye se ruborizó—. Muchas gracias, pero tú eres mucho más boni...


—¿Aera? —dijo un sonriente Jimin, acercándose a nosotros mientras bebía un gran sorbo de su botella de agua—. Wow, ha pasado mucho tiempo.

 
Aera se sonrojó intensamente, y yo sólo podía imaginar que había imaginado muchísimas veces el momento en el que volviera a verlo.


—Ho...hola, Jimin, uhm...sí ha...ha pasado un tiempo.

  
—Mucho —destacó Jimin, examinándola rápidamente con la mirada—. Bueno, creciste y te volviste aún más hermosa.

 
Ni siquiera podía describir el tipo de sonrisa que decoró los labios de Aera al escuchar esas palabras, probablemente las reproduciría una y otra vez en su cabeza de camino a casa.

 
—¿Y qué hacen aquí? —prosiguió Jimin.

 
—Les trajimos algo para comer, dejamos las bolsas en la cocina.

  
Haye sonrió con entusiasmo y me abrazó breve pero efusivamente. —Gracias, que considerado.

 
Pasé uno de mis brazos por alrededor de sus hombros y la atraje hacia mí cuando trató de apartarse. —Te la devuelvo en un segundo, ¿sí? tengo que hablar algo con ella.

 
Jimin asintió, desviando su mirada desde nosotras hacia Aera. —¿Me ayudas a traer las cosas? Es mejor comer aquí.

Por supuesto que ella aceptó sin rechistar, Jimin guió el camino y ella fue justo por detrás, agradecí esto porque quería estar a solas con Haye.

 
—¿Estás bien? —frunció el ceño suavemente y ahuecó mi rostro entre sus manos—. No te ves muy bien, ¿te está molestando algo?


—Estoy bien —aseguré, tomando sus manos entre las mías—. Sólo necesitaba verte —admití, besando el dorso de su mano.


—¿Ya me echabas de menos, mh?


—Sí.


—Si no ha pasado ni una hora —ella sonrió divertida por mi necesidad por ella.


—¿Y eso qué? —presioné mis labios en su frente y estreché su figura contra mi pecho—. Vamos a vernos esta noche, ¿hm? Tengo un regalo para ti.

 
—¿Un regalo? —se alarmó—. ¿Y eso por qué? Yo...es que yo no te tengo nada.


—No es la gran cosa —sí lo era, pero no tenía que preocuparse por eso ahora—. Pasaré por ti a las diez.


Ella asintió, dudosa. —¿No te has olvidado de mañana, verdad?


Mierda, no, ni siquiera con todo lo que estaba sucediendo ahora mismo podría olvidarme de eso. Mañana conocería a sus padres, ese...era un evento importante.


—¿A las nueve, no? —me aseguré.


Ella asintió enérgicamente esta vez, rompiendo el abrazo al echarse hacia atrás. —¿Cómo te sientes con respecto a eso?

—Ansioso —confesé—. Y asustado. He tratado de imaginar y ponerme en cada situación...me he dormido teniendo conversaciones conmigo mismo todas las noches, así de mucho deseo su aprobación.

  
Ese asunto me tenía intranquilo. Me refiero a que, por supuesto que esperaba el mejor resultado, pero ¿y si no?

 
—Tú...¿me seguirás queriendo incluso si ellos no?

 
No recordaba cuando había sido la última vez que alguien había dicho "oh ¿tú eres Jeongguk? es un gusto, sólo he oído cosas buenas sobre ti" siempre era más como "¿ese es Jeongguk? he oído que es un idiota" "un patán" "un engreído". Y eso no solía importarme, pero esto era diferente, estos eran los padres de Haye...no quería que escucharan ninguno de esos rumores. Quería dar una buena impresión, pero sí tenía miedo de que las cosas no salieran como yo quería.


—¿Dudas de mí? —enarcó una de sus cejas.


—No, sólo...necesito escucharte decirlo.


Haye rodeó mi cuello con sus brazos, sus labios besando dulcemente los míos. —No sé cómo es que aún no lo llevas claro, pero...te amo, Jeongguk...y lo hago sin condiciones.

  
Tragué en seco al ver la convicción en sus ojos al pronunciar aquellas palabras y mi corazón retumbó a través de mi pecho. Sus ojos brillaron y la pequeña sonrisa tímida de sus labios hizo que mis piernas se sintieran débiles, mierda...la admiré detenidamente y deseé como el infierno poder detener este momento, para poder sólo mirarla hasta que la tierra se desintegrase.


Sin condiciones.

 
Nunca había experimentado eso. No realmente. Al menos no de un modo que no fuera fraternal. Sólo había estado enamorado una vez antes de Haye y no fue nada así. Con Sowon eran todo condiciones. Yo tenía que actuar de cierto modo, hacer ciertas cosas, comportarme de cierta manera, incluso lucir y pensar de una forma en específico...entonces, sólo así, ella me querría.


Con Haye era muy diferente. Había sido fiel a mí mismo todo el tiempo. No sentía que debía ser alguien diferente para poder estar con ella. Quería ser mejor, , porque me perdí durante mucho tiempo a mí mismo tratando de ser alguien que no era, pero ella me aceptaba incluso con esas partes que no era tan bonitas. Incluso si llegaba a ser un pedazo de mierda inseguro, con ella no sentía ganas de apartarme ni de tomar el camino sencillo, porque no era fácil, tampoco había sido todo perfecto, metí la pata muchas veces, pero Haye defendía lo nuestro tanto como yo lo hacía. Y eso era todo lo que siempre quise.


A alguien que me quisiera tanto como yo la quería a ella.


—Ya, no me mires así —refunfuñó—. Me pones nerviosa.


—¿Te pongo nerviosa? —me reí, pasando mis brazos alrededor de su cintura—. ¿Qué pasó con la Haye de anoche, hm? Estabas mucho más...

 
—Cierra la boca —advirtió—. No habláremos de...

 
—Me gusta mucho como te ves con tu trajecito de bailarina —continué, pagándola más a mi cuerpo—. Es sexy —sonreí con burla y la expresión de indignación en su rostro sólo incrementó cuando agarré su culo con mi mano.

  
Ella jadeó escandalizada. —¡Jeongguk! —me reprendió con un certero golpe en el pecho, aunque sin lograr mantener una expresión seria en su rostro—. Ya, quítate.


Le hice cosquillas a un costado y ella me golpeó incluso más fuerte, soltando contagiosas carcajadas en lo que trataba de liberarse de mi agarre.


¡Ya, Jeongguk! —chilló como si estuviese siendo torturada—. ¡Ya...! ¡Basta, por favor...! ¡Jeongguk! ¡Ahora sí que te romperé la nar...!

 
Haye se retorció en mi brazos como un gusano y cuando finalmente logró darme la espalda, me percaté de que Jimin y Aera venían de regreso. Inmediatamente Haye me dio un codazo y yo detuve lo que estaba haciendo.


Pesado —gruño entre dientes, con la respiración acelerada.


La abracé por la espalda y presioné un ruidoso beso en su mejilla. —Te amo —susurré sólo para ella.

 
Haye pasó de resistirse a ser abrazada a acurrucarse sutilmente en mí por esas dos simples palabras.


—¿Comerán con nosotros, no? —preguntó Jimin.


Y vi a Aera asentir con su cabeza, suplicante, por encima del hombro de Jimin. Esta chica. Había quedado de comer con papá y aquí estaba, queriendo hacer otros planes.


—No podemos, tengo que llevar a Aera a otro lugar —le recordé y la escuché resoplar.


—¡Ni siquiera pude conversar con Haye! —bufó.


—Haye no quiere conversar contigo —mentí y Haye volvió a golpearme.


—¡No le digas eso! Por supuesto que quiero.


—Bueno, ya podrán hacerlo luego, ahora tenemos que irnos —miré a Aera—. Tengo cosas que hacer, no puedo ser tu chófer todo el día.


—Bu —resopló ella—. Que malo.

 
—Yo puedo llevar a Haye a casa hoy, si quieres —ofreció Jimin—. Tal vez estemos hasta un poco más tarde hoy.


No era necesario, podía recoger a Haye sin ningún problema, pero no quise decir nada más al respecto cuando ella aceptó su propuesta, no quería comportarme como un novio celoso así que me limité a fingir estar de acuerdo. No quería desconfiar de Jimin ni mucho menos sentirme así con respecto a él, pero mientras Aera y yo caminábamos solos hacia la salida, ella hizo un comentario que simplemente no hizo más avivar la duda en mí.


—Bueno, no creo que deba seguir preocupándome más por Yeeun —expresó, no luciendo precisamente feliz con esa observación—. Al menos no por ella.


—¿Y eso?


—Tú sabes.


—¿Huh?


—¿En serio? —se rió sin humor—. Sí sabes por qué.


—Uhh, ¿no?


—Vamos, sí es muy obvio, incluso creo que lo entiendo, ella es...preciosa, pero...¿tú de verdad estás bien con eso?


—¿Con qué? —no estaba entendiendo a dónde carajos quería llegar—. Sé más clara.


—Y tú sé sincero, Jeongguk. ¿Realmente no te molesta que a Jimin le guste tu novia?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top