❛ 49 ❜

U N P L A N N E D
cuarenta y nueve
❀̸
𝓡ecuerdos del pasado
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❝ Resultaste no ser más que una
hermosa equivocación.

Taken, One Direction

26 DE ABRIL, 2019
14:21 pm.


❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫

   
Me sentía inquieta.

A lo largo de la semana, las cosas entre Jeongguk y yo habían estado de maravilla. No estaba muy segura de qué, pero algo había cambiado. Jeongguk solía ser siempre muy atento y cariñoso, pero esto...sentía como que se había multiplicado por diez en la última semana.

  
Y debido a eso era que ahora me sentía inquieta, pues incluso el más pequeño de los cambios en su actuar se volvía muy notorio después de tanta perfección. Y ahora eso era exactamente lo que estaba ocurriendo. Jeongguk estaba extraño. Y no entendía porqué.

  
Tal vez estaba siendo paranoica, pero hoy lo sentía distante. Anoche me había dormido leyendo sus dulces y empalagosos mensajes, pero hoy...hoy apenas sí estaba contestándome...y con horas de retraso. Y no, no era como si necesitara que respondiera inmediatamente, podía entender si se encontraba ocupado, pero cuando este era el caso, él lo decía. Hoy sólo parecía como si estuviera ignorándome.


O tal vez yo simplemente estaba más sensible de lo normal.

  
Sensible y dramática, seguramente sólo necesitaba respirar profundo y enfocarme. Tal vez algo había ocurrido, algo que no necesariamente tenía que ver conmigo y yo estaba aquí...torturándome la cabeza.


¡HAYE! —Jimin gritó mi nombre, caminando velozmente en mi dirección, apareciendo de la nada. Bien, necesitaba que alguien me distrajera—. Hola, te estaba buscando.


—Oh, hola —le sonreí, acomodando mi bolso en mi hombro, el cual casi se cayó cuando me giré para verlo—. ¿Todo bien? ¿Cómo estás?

 
—Sí, todo...todo muy bien. ¿Ya te vas a casa?


—Sí, ya terminé mi última clase, pero ¿dijiste que estabas buscándome, no?


—Ah, sí...verás, sucede que Jeongguk tuvo que irse antes hoy, su hermano vino por el aniversario de sus padres así que me pidió llevarte a casa. Quiso avisarte, pero estabas en clases.


¿Aniversario de sus padres?

   
Jeongguk no mencionó nada sobre eso, tampoco nada sobre su hermano ni sobre tener que retirarse antes hoy. De hecho, él había dejado de responder mis mensajes hace unas cuantas horas ya. Estaba un poco perdida.


—¿No alcanzó a decirte nada? —preguntó—. Dijo que su celular se estaba quedando sin batería...


—Uhm, no, no, él no...no dijo nada, supongo que su teléfono se apagó...pero oye, no tienes que llevarme a casa, puedo llamar a un taxi, no te preocupes.

       
Jeongguk no tenía que buscarme un chófer cada vez que él no podía llevarme, aunque agradecía que se preocupara de esos detalles.

  
Jimin negó con su cabeza. —Deja que te lleve, no es ninguna molestia. Además, hay algo sobre lo que me gustaría hablar contigo.

  
Enarqué una de mis cejas, curiosa. —¿Sobre qué?


Jimin sonrió abiertamente y me quitó del hombro el peso del bolso, encargándose él de llevarlo. Jimin siempre era considerado y muy caballero, era difícil de creer que no tuviera alguna chica por ahí.

  
—Acompáñame a almorzar y te hablaré sobre ello.


Me negaría, pero...


—Bien...porque muero de hambre —cedí fácilmente.


Perfecto —expresó complacido, guiando el camino hasta la salida del campus—. ¿Hay algo en especial que quieras comer o...?


"¿Lo ves? ¿No te lo dije? Va de chico en chico, de chico en chico".


Escuché muy claro decir a nuestras espaldas, en un tono casi burlesca a una femenina e inconfundible voz, perfectamente calculado para que yo pudiera oír.


Me tensé en mi lugar frente a esto y supe inmediatamente de quien se trataba. Jimin notó mi palpable incomodidad y en voz baja dijo: —Ignórala. No la escuches, está tratando de provocarte.


Lo sabía. Esta no era la primera vez que escuchaba ese tipo de comentarios. Llevaba haciéndolo durante semanas ya, pero aunque trataba de ignorarlo, no era sencillo. Muchas personas aquí se sentían con el derecho de opinar sobre relaciones ajenas. Y si no eran antiguas conquistas de Jeongguk, entonces era su insufrible y resentida ex novia.

  
Sowon había estado muy tranquila después de nuestra interesante conversación la última vez, se había limitado a mirarme feo cada vez que nos topábamos de frente y a bufar cuando se encontraba en mi presencia, al menos hasta ahora.


Mi intención era hacerle caso a Jimin y simplemente dejarlo pasar, ya había hecho las paces con el hecho de que no a todos les parecería bien mi relación con Jeongguk, algunos dirían e inventarían cosas, y no podía hacer nada al respecto. No quería darle importancia a los rumores, mucho menos a los que provenían de Sowon, pero entonces ella lo llevó un poquito demasiado lejos.

    
"Aunque no me sorprende que lo haga...es una zorra y una oportunista, al igual que su madre".


Declaró con una risita final, claramente esperaba una reacción de mi parte. Esa bruja. No me importaba lo que dijera sobre mí, podía tratar de ensuciar mi imagen todo lo que quisiera, me daba igual, pero no iba a permitir que siquiera pensara en mi madre.

 
Dejé de caminar y me volví en su dirección. Allí se encontraba ella, con esa burlesca sonrisa adornando sus labios. Y la chica que se encontraba a su lado acompañándola, parecía demasiado contenta con lo que sucedía.

 
—¿Ya está? ¿Eso es todo? —le pregunté directamente, dando un paso más cerca de ella—. ¿Por qué no intentas decirme las cosas a la cara, mh?


Haye —musitó Jimin, pero Sowon lo interrumpió.


—¿El qué? —se hizo la desentendida—. ¿Que lo arribista y lo zorra lo heredaste de tu madre? ¿eso? porque lo hiciste ¿no?


—A mi madre ni la mentes, ¿oíste? —advertí, tratando fuertemente de contener las ganar de arrancarle todos los pelos—. A mí dime todo lo que tú quieras, pero a mi madre, ni media palabra.


Sowon soltó una carcajada y de pronto comenzamos a llamar la atención de las personas a nuestro alrededor. Genial.


—¿Es que acaso no es cierto? —presionó, volviéndose peligrosamente cerca de mí—. Estás siguiendo sus mismos pasos. Tu madre debe estar muy orgullosa de ti, no te fuiste con rodeos...apuntaste directamente al objetivo más alto.


Estaba alucinando.


—No entiendo cómo es que Jeongguk es incapaz de ver tus verdaderas intenciones —agregó, sacudiendo su cabeza, como si no pudiera creerlo.

  
Esta chica realmente tenía toda una historia creada en esa hueca cabeza suya. ¿Y cuál era su plan? ¿Hacer que todo el mundo creyera en esta? ¿Acaso nunca se iba a dar por vencida? Daba lástima.


—¿Sowon? —hablé y la vi sonreír confiadamente, mirándome como si hubiese ganado algo—. Hazte un favor y busca ayuda. Toda esta obsesión tuya...no puede ser normal, da miedo.

  
Oh, ya no le pareció divertido. Su sonrisa desapareció paulatinamente, sus labios apretándose en una delgada línea. Iba a seguir con mi camino, porque esto era inútil, no tenía sentido, pero ella no sabía cuándo detenerse.

 
—No puedes defenderte porque sabes que es cierto, ¿no es así? —presionó.


—Que talento tienes, debe ser realmente lindo vivir en esa imaginativa cabecita tuya, ¿no? —pregunté aburrida e hice el ademán de marcharme, incluso oí a Jimin suspirar aliviado por mi retirada, pero entonces ella continuó.

  
—¿Dices que es mi imaginación? —se rió—. ¿Dices que lo que digo no es cierto, hm? —inquirió, sonriendo maliciosamente—. ¿No es cierto que tu madre se embarazó de un adinerado hombre de negocios, que por cierto, estaba casado, sólo porque creyó que la sacaría de su miseria?


¿Qué?

¿Qué estaba...?


—¿Acaso no trató de amarrarlo a ella embarazándose de ti? —levantó una de sus cejas, muy complacida. Iba a matarla—. Supongo que se sintió muy decepcionada cuando eso no ocurrió.


Sowon —advirtió Jimin.


—Apuesto a que tú tampoco lo sabías —se regodeó—. Eso es lo que las mujeres como ellas hacen. Engañan, fingen, manipulan y hacen todo lo necesario para conseguir lo que quieren. Toda esa dulce e inocente personalidad suya es sólo una fachada. Está jugando con ustedes.


¿Cómo era que ella sabía sobre...? Sentí el corazón en mi boca al escucharla hablar con tanta naturalidad sobre eso...como si tuviera alguna idea. Ni siquiera pude decir nada. Mi garganta estaba seca y no tenía palabras.

 
—Sólo espero que Jeongguk se dé cuenta antes de que sea demasiado tarde de la clase de persona que en realidad es.

 
Quería irme.
Necesitaba irme.

   
—Deja de pretender que te importa una mierda Jeongguk, Sowon. Deja ya de una vez tus ridículos juego —escupió Jimin—. Ya basta. Deja de maquinar y atormentar a otros. Jeongguk no es tuyo, nunca lo será. De hecho, no volverá a verte y ver algo bueno en ti...si es que vio algo bueno en primer lugar.

 
Los ojos de Sowon se entrecerraron y me di cuenta por los susurros apagados de varias personas que teníamos más público del que me gustaría.

   
—Puedes decir y creer lo que quieras, Jimin, pero yo sé la verdad —sostuvo, mirándome nuevamente, apuntándome con su dedo—. Y en el fondo, tú también.





















































26 DE ABRIL, 2019
15:38 pm.


❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫

 
▬▬ JIMIN DEJÓ el botiquín de primeros auxilios sobre los pies de su cama y con un sutil movimiento de cabeza me indicó que tomara asiento en el mismo lugar. Obedecí inmediatamente y entonces lo vi arrodillarse frente a mí.


Él abrió el botiquín y sacó los implementos necesarios para hacer lo que sea que quisiera hacer. No objeté, porque ya que estábamos aquí, era inútil. Además, parecía que sabía lo que hacía.


—Todo el mundo estará hablando sobre esto durante un tiempo —advirtió Jimin, curando el arañazo que Sowon hizo en mi brazo derecho cuando las cosas se volvieron un poco...violentas.

  
Y estaba consciente de eso.


No quise que las cosas llegaran a ese extremo. De hecho, traté de largarme, pero ella continuó esparciendo su veneno —insultándome y faltándole el respeto a mi relación con Jeongguk— hasta que acabó con toda mi paciencia. Aún así, en mi defensa...ella fue quien dio el primer golpe. Bueno, algo así.


Sowon me jaló del cabello después de que le dijera algo con respecto a su nula dignidad y sobre lo patética que estaba siendo, y me tiró con tanta fuerza que tuve que hacer algo respecto para quitármela de encima. No iba a permitir que se saliera con la suya, pero...tal vez lo llevamos un poquito lejos con eso de los puñetazos y los arañazos.


—Lamento...todo eso —me disculpé, sobretodo lamentaba la parte en la que Jimin tuvo que intervenir y acabó siendo rasguñado al igual que yo.


—Sowon empezó —me justificó él, pero aún así...yo era igual de culpable.


Si hubiese tenido un poco más de autocontrol, la habría dejado hablando sola y me habría retirado, pero no era tan civilizada como quería creer. Y es que no la soportaba. No, yo...realmente la odiaba.


—A ella le gusta sacar de quicio a las personas y luego fingir ser inocente, lo he visto, aunque...nunca antes había llegado a ese extremo. Creí que Sowon era más de ataques verbales, no físicos —comentó, terminando de desinfectar cuidadosamente la herida. Jimin era delicado y atento incluso para estas cosas—. Además, todas esas mentiras que dijo sobre tu madre y tú...


Ah.
"Mentiras".


La verdad, no me sorprendía que Jimin creyera que esas habían sido mentiras, seguramente creía que eso era algo demasiado bajo como para ser verdad, pero...


—Es un dolor en trasero —interrumpí—. Y no la soporto, pero...no mintió.

  
Tampoco dijo toda la verdad, manipuló la historia a su antojo, pero las cosas que dijo fueron parcialmente ciertas.


Jimin me miró confundido. —Me refiero a que, lo que dijo de mamá no es del todo una mentira —expliqué vagamente.

 
—¿Cómo? —preguntó, pero parece que fue inconscientemente porque al instante agregó—: Quiero decir, ¿puedes contarme? ¿tú...quieres hablar sobre eso?

  
No, no quería, pero sentía como que tenía que hacerlo. No quería que él, ni que Jeongguk, ni nadie creyera que ocultaba intenciones como las que Sowon insinuó.


—Es un poco tedioso, pero...uh, verás, mi madre tenía diecisiete años cuando conoció a mi...uhm, padre biológico. Él era apenas unos cuantos años mayor que ella, pero ya tenía toda su vida hecha. Venía de una familia "prestigiosa", era dueño de una firma y ya llevaba dos años casado, aunque él...no era precisamente la definición de fidelidad.

    
Tampoco era la definición de buen hombre.
Ni siquiera de uno medianamente decente.

  
—Mi abuela solía trabajar como cocinera de banquetes y mamá solía acompañarla como mesera en estos eventos, así fue como ellos se conocieron. Él...uhm, él se interesó en ella inmediatamente. La buscó hasta el cansancio, y mamá fue lo suficientemente ingenua como para confiar en él...y como para "enamorarse" de él.


Jimin me escuchó atentamente, sin interrupciones, y agradecí esto porque la verdad nunca hablaba sobre este tema, literalmente...nunca, así que no era precisamente sencillo. Tampoco podía ahondar en muchos detalles porque sólo sabía lo suficiente.


—La cosa es que...mi madre era muy joven, él le prometió muchas cosas y ella le creyó ciegamente, no escuchó a nadie que quiso advertirle y escogió permanecer a su lado, pero luego...cuando quedó embarazada, él le dio la espalda. La rechazó y la abandonó. Por supuesto que no podía ser de otra forma, él era alguien "importante" y "reconocido", tenía una familia, una esposa, él no dejaría todo eso ni dañaría su perfecta imagen sólo por una joven insignificante, mamá sólo creyó que sí.


A él no le importó lo que eso podría significar para mamá. Ella provenía de una familia religiosa, una familia en la cual la reputación y la virtud de alguien eran de las cosas más importantes, por ende, cuando la gente se enteró de su embarazo, se convirtió en la comidilla de todos. No sólo porque rompió su promesa de esperar hasta el matrimonio, sino porque también se embarazó de un hombre casado. Todos fueron unos...agh. La juzgaron y criticaron. Sus padres la echaron de su casa y la única persona que estuvo ahí para ella, fue mi padre. Mi verdadero padre. El hombre que me crió, quien en ese entonces no era más que su amigo.

 
—Sowon lo hizo sonar como si mi madre hubiera hecho todo eso con la intención de quedarse con el dinero de ese hombre, pero no es cierto, ella jamás quiso eso...no le importaba nada de eso —aseguré, porque odiaría que Jimin tuviera esa imagen de mamá, ella no era así—. Ella lo quería...y quería que él la escogiera, pero no lo hizo. Sé que lo que mamá hizo no estuvo bien, pero también sé que él la manipuló. Mamá creía que su matrimonio sólo era una farsa, él le dijo que su compromiso fue arreglado y que ni su esposa ni él se querían de esa forma, pero...tiempo después mamá se enteró de que su mujer, con quien se suponía que no tenía ningún tipo de relación, estaba embarazada. Mamá oyó la noticia casi al mismo tiempo que se enteró de que me esperaba a mí. Eso fue...bueno, ya te puedes imaginar. No se suponía que "yo" pasara, que mamá se embarazara era un problema así que le ofreció mucho dinero para deshacerse de mí. Ella no aceptó ningún peso proveniente de él. Y no volvió a verlo después de eso. Por eso no hablo de él. No trato de ocultar mi historia ni tengo malas intenciones con otras personas debido a esto. No hablo de ese hombre porque no es nadie para mí. Mi verdadero padre es el hombre que a pesar de todo, permaneció al lado de mamá, quien la apoyó y estuvo junto a ella en cada paso. Y tal vez no es millonario ni un hombre reconocido por todos, pero es el mejor hombre que conozco. Y es el hombre de quien siempre hablaré.

 
Sólo tenía un padre y estaba orgullosa de él. Ese otro hombre...no era más que un ser humano vil y despreciable para mí, no valía la pena siquiera mencionarlo. Él no existía para mí.


—Tu padre es muy afortunado de tener una hija como tú, él...definitivamente hizo un buen trabajo contigo —me dijo Jimin, con una comprensiva sonrisa en sus labios—. Y por la forma en la que hablas de él, no tengo ninguna duda de que es un hombre grandioso.


—Oh, lo es —estuve de acuerdo y sentí un inmenso alivio al escucharlo decir eso—. Es el mejor.


Jimin alzó sus ojos y él le dio un suave apretón a mi mano, tenía una expresión en su rostro que me provocó muchísima tranquilidad y confianza. Jimin en serio me agradaba.


—Siento que Sowon haya hurgado en tu pasado de esa forma —se lamentó—, no tenía ningún derecho de hacerlo, mucho menos de insinuar toda esa mierda malintencionada. Y ojalá no tuvieras que sentirte en la obligación de aclarar cosas de tu pasado que no le incumben a nadie además de a ti, pero que sepas que...puedes confiar en mí. Y si necesitas un amigo, aquí estoy.


Oh.
Eso era...muy lindo de su parte.


—Salir con Jeongguk puede hacerte tener que lidiar con ciertas personas desagradables, pero tienes nuestro apoyo —agregó con una sonrisa divertida, quitando toda la tensión del momento—. Los chicos y yo...apostamos por ustedes así que si algo sucede, nunca dudes en llamarme.


Jimin me miró directamente a los ojos y por un segundo, parece que olvidó que tenía su mano en la mía, pues en el instante que se dio cuenta, la soltó precipitadamente y se puso de pie sorprendentemente rápido.


—En llamarnos, digo —se corrigió, con una sonrisa nerviosa—. Seremos tu guardia real.


Reí por eso, pero de cierta forma me sentí respaldada por sus palabras. Jimin era realmente un buen chico.

   
—Gracias por decir eso —dije sinceramente, poniéndome de pie al igual que él—. Y gracias por escuchar sin juzgar, y por...bueno, gracias por todo en realidad. Y lamento lo de hoy.


Jimin chistó su lengua. —Nah, no lo lamentes, fue interesante. Le dejaste claro a Sowon que no vas a dejarte intimidar, eso es...bueno. Sólo trata de no caer en sus juegos. Está desesperada y quiere que te rebajes a su mismo nivel.


Y como siempre, Jimin tenía razón. —Trataré de ignorarla con éxito de ahora en adelante.


—Muy bien —Jimin sonrió abiertamente—. Te ganaste un almuerzo gratis, ¿qué te gustaría....?

 
—Lo que sea. En serio, me estoy muriendo de hambre así que comería cualquier cosa.


Jimin me miró divertido y procedió a meter la mano en el bolsillo de su pantalón. —Vaaale, entonces algo rápido, ¿pizza te parece bien?

  
Asentí feliz y mientras él realizaba el pedido, yo curiosamente miré a los alrededores de su habitación. Al igual que el resto de su casa, su habitación tenía una decoración mininalista. Esta era la primera vez que estaba en su casa y esta era bastante sorprendente.


—Ya está —me informó, colgando la llamada—. Son más o menos treinta minutos de espera.


Asentí, observando una fotografía en particular en su habitación: una en la que salía un Jimin más joven, abrazando efusivamente a una linda chica con cabello claro.


—¿Quién es ella? —pregunté, señalando la fotografía.

 
Jimin echó una hojeada a la foto que me refería y por un por un breve instante lo vi tensarse.


—Uhh, ella es...es una, uhm...—balbuceó—, su nombre es Yeeun, es mi...—aclaró su garganta—, mi ex novia.


Su ex novia.


Jimin conservaba fotografías de su ex novia, y no sólo una, había otro par iguales a esa. Varias, de hecho. La chica era indudablemente hermosa.Y esta me resultaba extrañamente familiar.


—Es muy bonita —halagué—. ¿Es la chica que te llamó esa noche después de la muestra, no?

  
Jimin pareció sorprenderle que aún recordara eso, pero de todos modos asintió, con sus mejillas un poco más coloradas. Esa noche dijo que se trataba de una "amiga" pero la verdad no le creí. Tampoco le creí a Jeongguk cuando dijo que sólo había escuchado hablar sobre ella. Sabía que había algo más.


—¿Ustedes todavía...?


—No —negó—. Es complicado, pero...eso ya se terminó, hace mucho tiempo.


Que lástima, pensé. Se veían muy bien juntos...y también muy felices. Aunque, la foto parecía haber sido tomada hace mucho tiempo atrás.

 
—Siento como que le ha visto antes —mencioné, estaba segura de haber visto su rostro en el pasado, pero no recordaba donde.


—Tal vez lo hiciste, es bailarina también, su nombre es Han Yeeun, pero casi todo el mundo le dice Hanie.


Ay, por Dios.
De ninguna manera.
¡No puede ser!

 
Bien, creo que se me escapó el alma de la pura impresión ¿él dijo Hanie? ¿la Hanie? sólo conocía a una Hanie bailarina, tenía que ser ella.

      
—¿Saliste con Hanie? —exclamé, lo siento, Dios, estaba emocionada y asombrada—. Ella es...es increíble, vi su presentación en La Scala y es...wow.


—Sí, es muy wow —concedió él, divertido.


—No sabía que ustedes fueron novios, eso es...igual de wow. Tienes que contarme esa historia, eh.

  
—¿Tienes tiempo? —bromeó—. Porque es una muy larga historia.

 
—No tengo que ir al estudio hoy así que...por cierto, dijiste que querías hablarme sobre algo.


—Sí, en realidad...es más bien una propuesta, pero te daré los detalles mientras comemos, venga...vamos a preparar la mesa.


No rechisté y lo seguí hasta la sala. Ahora teníamos pendiente una propuesta y un relato del pasado, eso me emocionaba. Yo le había contado sobre mí hoy así que me interesaba escuchar un poco sobre él.

 
—Oye, Jimin —lo llamé mientras ponía los cubiertos en la mesa—. Tú dijiste que hoy es el aniversario de los padres de Jeongguk, ¿no?

      
No podía dejar de darle vueltas a ese asunto en particular. Tampoco podía evitar preocuparme por Jeongguk. No sabía cómo eran estos días para él, pero podía suponer que fechas como estas sí le afectaban.

   
Tal vez por eso hoy había estado actuando un tanto extraño, ausente.

   
—Sí, lo es ¿por qué? —curioseó.

  
—Por nada, es sólo que...¿tú crees que él está bien? me refiero a que, ¿piensas que está...triste o deprimido? es que hoy ha estado un poco extraño.


—Bueno, Jeongguk suele ponerse un poco...mal en días como estos. Por lo general se encierra en sí mismo, pero creo que sólo lo hace para...ya sabes, sentir todo lo que tiene que sentir. Él era muy cercano a su madre, siempre la echa de menos.


Asentí, podía imaginarlo, sin embargo, el sólo hecho de pensar en él pasándola mal me entristecía. Y mucho más cuando pensaba en él pasando por ese dolor solo.

  
—No te preocupes demasiado, volverá a ser el mismo para mañana —aseguró Jimin—. Sólo necesita un día para él.


















































26 DE ABRIL, 2019
20:18 pm.


❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫

 
▬▬ ESTUVE MÁS de una hora leyendo los últimos mensajes que intercambié con Jeongguk, preguntándome si debía o no hacer lo que estaba deseando hacer. Y es que hoy más que nunca deseaba verlo...y estar con él. Tristemente, no estaba segura de si él quería lo mismo.


Estuve gran parte de la tarde en casa de Jimin, hablamos sobre un montón de cosas y eso me sirvió como una distracción para no estar pensando en que Jeongguk no me daba señales de vida, al menos no hasta que llegué a casa. Efectivamente, él no había podido cargar su celular hasta llegar a su casa.

No le conté lo que sucedió con Sowon esta tarde, no quería hablar sobre ello, al menos no por mensajes, y no en un día como el de hoy. Además, no quería hablar sobre mí, pero él insistía en volver la conversación toda sobre mí cada vez que trataba de averiguar cómo se sentía él en realidad. No dejaba de decir que no quería deprimirme, pero lo único que me deprimía era que él pensara de esa forma.

   
Quería que supiera que podía hablar de eso si quería, no iba a aburrirme ni deprimirme ni nada que se le pareciera. Si él no la estaba pasando bien, quería saberlo, de otra forma no podría ayudarlo, o al menos acompañarlo.

  
Y fue con este pensamiento —y con un impulso de aquellos— que me decidí por tomar un taxi directo a su casa. No dejaba de decir que me extrañaba así que traté de darme ánimo con eso.

   
De cualquier manera, estuve varios minutos en la entrada de su casa pensando en si debía o no golpear. No quería importunar, pero...al diablo, ya estaba aquí.


Jeongguk no abrió la puerta esta vez, fue su padre, su muy bien vestido padre.


—Haye —me saludó, sonriendo amablemente en lo que terminaba de arreglar su corbata—. Adelante, pasa ¿cómo estás? Jeongguk no me dijo que vendrías.


Entré, sonriéndole de la misma forma. —Sí, es que...no le dije que vendría, sólo pensé en pasar a verlo un rato.


—Seguro estará muy feliz de verte —afirmó, y ojalá así fuera—. Está un poco deprimido, pero se anima cada vez que alguien te menciona así que le hará bien verte.

 
De acuerdo, podía sentir como la sangre se acumulaba en mis mejillas con esa declaración. ¿Qué tenía que responder a eso?


—Espero que sí, no quiero molestarlo...


—No lo harás —me ánimo, manteniendo esa sonrisa tranquilizadora—. Está en su habitación, adelante...¿y podrías decirle que ya me voy?

 
Asentí enérgicamente, y es que su sonrisa me animaba y me provocaba sonreír de igual manera. —Por cierto, se ve muy elegante.


—Muchas gracias...¿eso es bueno, no?


—Lo es —reí—. Mucha suerte en su, uhm...


—Cita —terminó por mí, con orgullo.


—Mucha suerte en su cita —dije a modo de despedida, adentrándome hacia el pasillo que llevaba a la escalera.


Un momentl.
¿Dijo cita?

   
¿Él tendría una cita el día de su...? Sacudí mi cabeza, deshaciéndome de ese pensamiento, siempre podía ser una cita de trabajo...o de cualquier otra cosa. No era de mi incumbencia así que me limité a hacer mi camino hasta el cuarto de Jeongguk.


Di dos suave golpes en la puerta y cuando este me indicó que pasara, la abrí muy lentamente, esperando no interrumpirlo haciendo algo importante, advirtiendo apenas que esta era la primera vez que estaba en su habitación. Había estado en muchos lugares de esta casa, incluso había pasado noches aquí, pero jamás en su cuarto, como sea, eso no era lo importante, Jeongguk lo era así que tuve que contener mi curiosidad e impresión porque él no lucía bien.

 
Eso pude notarlo incluso desde donde me encontraba.

  
Jeongguk tenía su mirada puesta fijamente en la pantalla de su celular, y a pesar de que una pequeña sonrisa adornaba sus labios, esta no era de alegría...sino más bien de nostalgia. Sus ojos estaban rojos e hinchados, al igual que su nariz, dejando en evidencia que había estado llorando. Se veía tan desanimado, tan deprimido que mi corazón dolió.

 
Y no podía entender cómo diablos sostenía el "estar bien" cuando evidentemente no estaba ni cerca de estarlo.


—¿Puedo pasar? —pregunté tímidamente, sosteniéndome de la manilla de la puerta. No quería invadir su espacio, mucho menos ahora, sólo...quería que supiera que estaba aquí para él.


Jeongguk alzó su rostro al escuchar mi voz y fue muy evidente en su expresión de asombro que no me esperaba ahí. Le había dicho que me iría a bañar en lo que tomaba el taxi así que por supuesto que no esperaba verme aquí. De cualquier manera, él asintió sin titubear como respuesta a mi pregunta, y Dios, quería tanto abrazarlo.

 
—Por favor —replicó, haciéndome suspirar del alivio.

 
Sonreí, tratando de agradecerle de esta forma el hacerme sentir bienvenida y finalmente entré, cerrando la puerta detrás de mí.


—Hola...¿qué estabas haciendo, mh? —curioseé, caminando hasta su cama.

 
Jeongguk se encontraba sentado sobre esta así que yo me las arreglé para sentarme en el reducido espacio que había en la esquina a su lado. Él me hizo más espacio para acomodarme y me enseñó la pantalla del celular. Allí se podía observar un vídeo que se encontraba pausado.


—¿Qué es?


—Es...uhm, es un vídeo del último aniversario de mis padres, sólo estaba...recordando.


Oh.

 
Bueno, eso tenía sentido, de ahí la melancolía y la nostalgia que se reflejaba en sus ojos. Jeongguk estaba rememorando momentos en los que su madre aún estaba aquí. Eso no debía de ser nada fácil. Mi estómago se hizo un nudo cuando traté de ponerme en su lugar. Extrañar a una persona que nunca volverías a ver era...un dolor que no podía siquiera imaginar.


—¿Puedo...? ¿Puedo ver? —pregunté.

 
Por un momento temí que eso pudiera ser demasiado para él, sin embargo, sentí como que mi pedido produjo en él el efecto contrario, porque lo vi sonreír genuinamente mientras asentía con su cabeza, casi como si el hacerlo le emocionara.

 
Jeongguk presionó "continuar" en el vídeo y la primera imagen que tuve fue la del padre de Jeongguk sonriendo muy feliz mientras bailaba lentamente con quien identifiqué inmediatamente como la madre de Jeongguk.


Él la sostenía entre sus brazos mientras que juntos no dejaban de moverse de un lado a otro a lo largo del salón, riendo contagiosamente en el proceso.


"¡El amor lo vence todo!" Escuché fuertemente la voz de Jeongguk en el vídeo, quien deduje que era quien se encontraba grabándolos. Él reía jovialmente mientras la cámara cambiaba a diferentes ángulos.


"Absolutamente nada más importa. Ni siquiera el hombre con más dinero del país logró separarlos, lo siento abuelo, debiste esforzarte más". Bromeó Jeongguk.


"No lo invoques". Replicó el señor Jeon, ganándose un golpe en el pecho por parte de su esposa.


"¿Eso le enseñas a tu hijo, hm?" Lo regaño su esposa, aunque por la sonrisa en su rostro, notabas que no estaba realmente enfadada.


"Tienes razón, cariño, lo siento. Jeongguk, no digas esas cosas sobre tu abuelo...él sí que se esforzó, no te puedes hacer una idea de cuanto así que no le quites mérito". El señor Jeon siguió tonteando y la señora Jeon volteó sus ojos.


"Agh, ¿para qué lo intento?" Suspiró ella dramáticamente.


"¿Pueden dejar de interrumpirme? Estoy en algo importante aquí, ¿sí? Muy bien, prosigo". Intervino Jeongguk, aclarando su garganta.


"Mamá y papá bailan ridículamente sin siquiera tener música de fondo, no van al mismo ritmo, pero ambos se miran apasionadamente sin notar que su apuesto hijo se encuentra registrando este hermoso momento." Continuó relatando Jeongguk juguetonamente con voz de locutor, esto me hizo reír. Jeongguk sonaba en serio muy feliz.

 
Y él no mentía con respecto a la forma en la que sus padres se miraban, sólo con verlos podías incluso sentir cuánto se amaban. Era muy romántico...el ambiente, el baile, ellos, todo. Sentí un nudo en mi garganta al imaginar perder algo como lo que ellos tenían.

 
"Mh, ven aquí jovencito...ya que arruinaste nuestro momento, vas a tener que bailar con nosotros." Dijo su padre, sonriéndole burlonamente en lo que le indicaba con una de sus manos que se acercara.


"No, papá...". Rezongó Jeongguk, haciéndose hacia atrás cuando su padre trató de cogerlo. "Yo soy un mero espectador". Se negó, haciendo otro inestable cambio de ángulo.

 
"Ven aquí, cariño." Insistió su madre, con voz dulce y maternal, extendiendo su mano en dirección a Jeongguk.

 
Ella sólo le dio una mirada e instantáneamente oí a Jeongguk resoplar y luego soltar una suave risa en lo que terminaba por obedecer a sus padres. Los tres se abrazaron en un círculo y luego la pantalla se puso negra, aunque el vídeo no acabó ahí, aún podían oírse.


"Recuerdo esa foto de su cuarto aniversario, me tenían en sus brazos cuándo todavía era un bebé." Escuché decir a Jeongguk y sinceramente me pareció impresionante lo dichoso que podía llegar a sonar una persona. Su voz y su forma de expresarse era mucho más aniñada que ahora, pero daba la impresión de que ese era su verdadero yo.


Sus padres rieron suavemente ante el recuerdo y entonces su madre agregó: "Ajá, y ten más que claro que jamás dejarás de ser nuestro bebé, eh".


"Ah, mamá...no tienes idea de lo agradable que es oír eso, ¿significa que me mantendrán de por vida, verdad?". Se regodeó Jeongguk muy complacido, apretujando a sus padres justo antes de que el vídeo terminara.


Sentí unas inmensas ganas de llorar después de eso. La relación de Jeongguk con sus padres era digna de admirar. Genuinamente hermosa. Había tanto amor ahí. Podía entender perfectamente bien porqué a él le afectó de tal manera la repentina muerte de su madre. Él era verdaderamente feliz antes de que eso ocurriera.


—Siempre eran así de cursis y sentimentales —me contó Jeongguk, dejando el celular de lado—. Pero me ponía feliz cada vez que los veía juntos.


—Creo que tienen ese efecto —opiné, tratando de tragar el nudo en mi garganta —. Se ven tan felices juntos que te hacen sentir de la misma manera.


—Eran increíbles...—musitó, con una pequeña sonrisa tironeando de la comisura de sus labios—. Y aunque eran asquerosamente empalagosos, te provocaban querer algo así.


—Apuesto a que sí —sonreí y lo miré—. ¿Por eso eres tan cursi y empalagoso, huh? —bromeé y él soltó una suave carcajada.


—¿Ya ves? Está en mi adn —no refutó y me miró.

 
Sus ojos aún brillaban por esas lágrimas no derramadas y la vulnerabilidad en su estado rompió mi corazón. Llevé una de mis manos hasta su mejilla y Jeongguk inmediatamente se acurrucó en la calidez de esta, presionando su mejilla como si hubiese estado necesitando de ese gesto.


—¿La echas mucho de menos? —pregunté, porque no era ninguna experta...pero sabía que reprimir todos esos sentimientos y emociones no le haría ningún bien.

 
Jeongguk quiso hablar, pero su voz se quebró al intentarlo. Él apretó su labios juntos, como si estuviese tratando fuertemente de no llorar, aunque no pudo evitarlo....y no tenía que hacerlo. Su rostro se contrajo con un dolor que no era físico y su barbilla tembló justo antes que la primera lágrima resbalara por su mejilla.


Mierda, no...—maldijo e hizo el ademán de cubrir su rostro, así que tuve que sostener su brazo para evitar que lo hiciera.

 
No quería que se hiciera el fuerte ni que se avergonzara por sentir, así que no dije nada más y sólo me limité a moverme sobre mi lugar hasta encontrar la posición adecuada para poder rodearlo con mis brazos.

 
Lo abracé fuertemente, con la esperanza de que comprendiera porqué estaba aquí. Y al hacerlo, lo primero que sentí fueron sus brazos rodearme con la misma intensidad al mismo tiempo que escondía su rostro en el hueco de mi cuello, con su frente apoyada en mi hombro.

 
Por un par de segundos no se produjo ningún sonido en la habitación, sólo permanecimos así, abrazados el uno del otro, sin embargo, esto no fue así durante mucho tiempo, pues en el instante que Jeongguk confesó en un susurro ahogado contra mi piel lo mucho que extrañaba a su mamá, lo siguiente que oí fue un sollozo que erizó cada vello de mi piel y que hizo que las lágrimas pincharan en mis ojos. Supe entonces que iba a llorar. El gran amor que sentía por su madre hizo que mi corazón doliera. Y escucharlo llorar tan desconsoladamente fue suficiente para tenerme a mí llorando junto a él.

  
No había nada que pudiese hacer ni decir para disminuir su dolor así que sólo permanecí ahí...a su lado, asegurándome de que supiera que podía expresar como se sentía realmente, no tenía que fingir estar bien cuando así era como se sentía en realidad.


No estaba segura de porqué sentía que tenía que sufrir en silencio, pero por la forma en la que rompió en llanto, me hizo pensar en que llevaba mucho tiempo haciéndolo. Y lo odié.


Recordé entonces la noche en que llegó al departamento borracho. Las cosas que dijo, la forma en la que se refirió de sí mismo. La forma en la que dio a entender que sentía que había decepcionado a su madre.


"Hago cosas muy estúpidas. Siempre tomo las decisiones incorrectas y arruino cada cosa buena que tengo, soy bueno haciendo eso. Soy un desastre...siempre decepciono. Mi abuelo lo sabe, mi padre lo sabe, mi madre..."

  
No lo entendí entonces, pero ahora estaba todo más claro. Jeongguk vivía con esas ideas en su cabeza y lo soportaba todo sin decir nada. Jeongguk pensaba en la gente que quería, los ponía primero, pero se olvidaba de él. Lo había visto, en el cumpleaños de Seulgi. Ese día él no la estaba pasando bien, pero:


"Hoy es un día que debería ser alegre, ¿no? no quiero arruinarlo con mis problemas".

     
Fueron sus palabras. Incluso hoy, cuando traté de hablar con él, él sólo pensaba en que no quería decirme cómo se sentía realmente porque no quería "deprimirme". Jeongguk pensaba en todos, pero se olvidaba de que al igual que el resto de nosotros él también necesitaba apoyo.

  
—Haye —musitó de pronto con voz débil, echándose ligeramente hacia atrás, aunque sólo lo suficiente para verme a los ojos—. Yo...ah, lo siento, no sé que...no quería incomodarte —sorbió su nariz, apenado—. ¿Hice que...? ¿Te hice llorar?


Pasé mi puño por mi nariz y limpié las lágrimas de mi rostro. —No esperes que esté riendo cuando tú la estás pasando así de mal.


Sus hinchados ojos se alzaron un poco desconcertados por mis palabras. —Lo siento...no quería hacerte sentir de esa forma.


—No, no digas...¿sabes qué me hace sentir mal? Que pienses que tienes que reprimir y ocultar tus emociones de mí. Soy tu novia, ¿no? —cuestioné y el asintió, algo temeroso—. Entonces no me mientas. No me digas que estás bien si no lo estás. Quiero saberlo. Y quiero estar contigo cuando sea así...a menos que realmente quieras y necesites estar solo. Si lo haces para no "incomodarme" o "deprimirme" entonces no lo hagas, porque yo quiero estar para ti, ¿de acuerdo?


Me desahogué y esperé a que recibiera el mensaje. Me había indignado un poquito, así que inhalé profundamente para tranquilizar el lío de emociones que tenía.


—Lo que quiero decir es que...por favor, no te escondas de mí. No me apartes cuando estés triste. No tienes que hacer eso, ¿sí?

 
Me incliné hacia adelante y presioné castamente mis labios sobre los suyos. Esto fue más un roce que cualquier otra cosa y cuando retrocedí, Jeongguk puso su mano en la parte trasera de mi cabeza, manteniéndome cerca y presionando su frente en la mía.


—Gracias —dijo en voz baja, con su aliento haciendo cosquillas en mis labios—. Te quería aquí conmigo.


—Pues que suerte que pude leer entrelíneas —repliqué, rodeando su cuello con mis brazos—. Gracias por compartir el vídeo conmigo.

  
Jeongguk besó mi mejilla. —Quiero compartirlo todo contigo.

 
—¿Sí?

  
—Sí, es sólo que a veces...no sé cómo hacerlo. No es difícil con todo lo demás, pero con esto...no es sencillo para mí mostrarme de esta forma, nunca antes tuve que hacerlo.

 
—Entiendo.

 
—Sé que piensas que tengo experiencia en todas estas cosas, pero en realidad no es así, no tengo experiencia con los noviazgos, eres mi primera novia real. Lo otro que tuve no se parecía en nada a lo que tenemos.

 
—¿No?


—No, nunca tuve que ser...vulnerable en el pasado, por eso no aprendí a cómo serlo.

  
Y bueno, considerando la atrocidad que hizo su "novia" del momento cuando su madre falleció, podía comprender porqué no era sencillo para él. Él esperaba comprensión por su parte y en lugar de eso, sólo consiguió decepción. Dios, me enfermaba de sólo pensarlo. Ahora quería abrazarlo incluso más fuerte.

   
» —Pero quiero, Haye, quiero que conozcas todo de mí, yo...supongo que sólo necesitaba saber que tú también lo querías.

 
—Lo hago. Y sé cómo te sientes, me he sentido también así y tú todo el tiempo has estado conmigo, por eso...quería estar contigo.

 
Jeongguk sonrió débilmente y me envolvió cariñosamente con sus brazos. —Gracias por estar conmigo.

 
—Gracias por permitírmelo.


Él me apretó más fuerte. —Ah, en serio, en serio te amo.


—Y yo te amo —musité en su pecho. Sentía como que mi corazón iba a explotar cada vez que lo decía, no tenía idea de que amar a alguien podía sentirse así—. Y no quiero que te sientas presionado, sólo quiero que sepas que estoy aquí, y que si necesitas hablar, desahogarte, un abrazo, o lo que sea, puedes recurrir a mí. Quiero que recurras a mí.

  
—Lo haré —prometió, besando dulcemente mi frente.

 
Sonreí ante su lindo gesto y alcé mi rostro. —¿Hay algo que pueda hacer para hacerte sentir mejor?

 
Hoy le concedería un deseo, no importaba cual fuera.


—Puedes...pasar la noche aquí conmigo —replicó, rozando tiernamente la punta de mi nariz con la suya—. Eso me gustaría.


Bueno, no venía preparada para pasar la noche aquí, pero...¿cómo podía decirle que no a esos adorables ojitos suplicantes? especialmente hoy. No podía...y no quería.


Iba a decir que a su propuesta cuando vi como el ceño de Jeongguk se fruncía profundamente. —¿Qué te pasó aquí? —preguntó de pronto, señalando el superficial rasguño que sabía había en mi cuello.

 
Inconscientemente llevé una de mis manos hasta el rasguño, olvidándome que en ese brazo se encontraba el parche que cubría el rasguño más profundo. Jeongguk lo notó de inmediato y alcanzó mi brazo para ver de qué se trataba.


—¿Qué es? ¿te peleaste con un gato o...? —adivinó y yo me reí nerviosa. Hoy era un día difícil para Jeongguk, no quería hablar de algo tan absurdo como la discusión entre Sowon y yo.


—¿Podemos hablar sobre esto luego? —pedí, sonriéndole en un intento por distraerlo...aunque no parecía funcionar la verdad—. No es importante, no hoy.


¿Alguien te hizo esto? —insistió, advirtiendo las otras pequeñas marcas que quedaron como evidencia de mi encuentro con Sowon—. ¿Haye?

 
—No es nada...—traté de zafarme de su agarre.


—No parece "nada" —contrarió—. ¿Qué pasó? ¿quién fue?


Puse mis ojos en blanco y resoplé inconscientemente, sabía que no lo dejaría estar. —Fue algo tonto, de verdad, yo...como que discutí un poco con Sowon.


—¿Sowon? —oh, no—. ¿Ella hizo esto?


—Sí, pero...no es como si yo no hubiese hecho lo mismo con ella —le resté importancia—. ¿Te conté que Jimin...?


—¿No vas a decirme qué fue lo que pasó?


—Jeongguk —suspiré—. Es que es muy tonto.


—Quiero saber.


—¿Por qué? No es como si pudieras hacer algo al respecto, ya está.


—Oye —dijo muy serio, atrapando mi barbilla entre su dedo pulgar e índice, y alzando mi rostro—. Lo siento, pero no seré la clase de chico que se sentará y permitirá tranquilamente que alguien, quien sea, te haga daño, ¿de acuerdo? no puedo, mucho menos si es a causa mía.


Pero es Sowon de quien estamos hablando —le recordé muy a mi pesar, porque por más que la detestara con todo lo que tenía...simplemente no podía imaginar a Jeongguk actuando en su contra.


O al menos eso creía yo.


Eso no me importa, estoy cansado de su mierda, Haye. Le advertí que mantuviera su distancia, le dije que te dejara en paz. No lo hizo. Esta vez no lo dejaré pasar.

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