❛ 40 ❜
U N P L A N N E D
cuarenta
❀̸
❛ 𝓛a pregunta ❜
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❝ ¿Es una locura pensar que si te enamoras de mí, sería totalmente demasiado pronto, pero aún así, podríamos totalmente permanecer juntos para siempre? ❞
ㅡSomeone in Love, Litzy.
05 DE MARZO, 2019
20:28 pm.
❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫
▬▬ HABÍA PASADO UN TIEMPO ya desde la última vez que pasé el rato con los chicos, me di cuenta de eso cuando al ponernos al día, me percaté de que no estaban enterados de una mierda.
La historia de Seulgi y yo estando en malos términos fue la que más les interesó porque no lo admitían, pero eran chismosos por naturaleza.
—¿Qué fue lo que te dijo exactamente? —me preguntó Jimin, apoyando sus codos en la encimera.
¿Quería detalles?
Porque...uff, un sinfín de cosas dulces.
Pensé irónicamente. No tenía muchas ganas de recordarlo, pero Jimin —y todos— estaban curiosos, apenas se estaban enterando del estado en el que se encontraba mi relación con Seulgi actualmente. Alerta spoiler: no quería verme ni en pintura.
Había pasado exactamente una semana desde que Seulgi supo de lo mío con Haye. Toda una semana y las cosas no habían mejorado. Ella no me hablaba desde ese día, y a pesar de que tampoco era mi persona favorita en estos momentos, de todos modos dejé el orgullo de lado e hice el intento por acercarme, estaba tratando de ser la mejor persona aquí, pero ella no estaba colaborando. Y ya estaba comenzando a preocuparme. Me refiero a que, sabía que no iba a tomárselo bien, sin embargo, esperaba que pudiésemos hablar sobre ello, solucionarlo y seguir con nuestras vidas, tampoco era para tanto...pero no, Seulgi estaba siendo malditamente testaruda.
—Dijo que oficialmente me eliminaba de su lista de amigos —cité la inmadura respuesta de Seulgi ante mi segundo intento de "hablar" las cosas—. Dijo que no quería verme ni hablarme...ni escucharme. Que era un terrible amigo, que no me quería cerca, que no confiaba en mí, entre otro par de cosas que, uhm...ya saben, no son aptas para cardíacos.
No fue para nada sutil, fue dura y directa todas las veces que intenté acercarme. También mencionó algunas dulces palabras como: traidor, mentiroso, desleal, embustero, etcétera, etcétera. Estaba siendo bastante creativa con los insultos.
—No dejes que te llegue, seguramente no hablaba en serio, ya se le pasará —Jimin le restó importancia—. Le gusta exagerar las cosas.
—Todo es culpa de Yoongi —se entrometió Taehyung, parándose a un lado de Jimin mientras culpaba al chico que se encontraba asaltando mi refrigerador—. No pudo guardar el secreto ni siquiera por veinticuatro horas.
Yoongi sacó la cabeza de la nevera ante la mención de su nombre y miró en nuestra dirección. —¿Cuántas veces tengo que repetirlo, huh? ¡Fui engañado!
—Sí, claro —Taehyung lo fastidió un poco—. Amigos antes que chicas ya no significa nada en este grupo.
—¿Cuántos años tienes, mh? ¿cinco? —preguntó Yoongi, cerrando la nevera para luego caminar hacia nosotros.
No era culpa de Yoongi, tendría que ser un idiota como para culparlo de algo que sabía que era meramente culpa mía. Seulgi me advirtió que no quería que me involucrara sentimentalmente con Haye, sentimental ni de ninguna otra manera, me lo dijo incluso antes de que ella llegara a Seúl. Y yo prometí que no lo haría porque, demonios, realmente no imaginé que Haye sería precisamente la chica de mis sueños. De haberlo sabido...habría hecho muchas cosas de manera diferente. Y desde luego que no habría hecho una promesa que sería incapaz de cumplir.
—Seulgi me llamó diciendo que estaba preocupada por los sentimientos de Haye hacia Jeongguk, yo supuse que ya sabía que ellos estaban saliendo —se excusó Yoongi.
—Da igual —repliqué—. Haye se lo iba a decir de todos modos, Yoongi sólo...se le adelantó. Además, habría reaccionado de la misma forma aunque se lo hubiese dicho el papa.
—Uy, ¿están chismorreando? —interrumpió Yugyeom, sonriendo de manera entusiasta—. ¿De qué me perdí?
—De que Yoongi le dijo a Seulgi que Jeongguk y Haye estaban saliendo...digo, están saliendo —resumió Jimin.
Los ojos de Yugyeom se abrieron exageradamente ante la noticia. Otro más.
—¿Qué diablos...? ¿Estás saliendo con Haye? ¿Con esa Haye? —inquirió Yugyeom, mirándome como si acabasen de decirle que venía de matar a alguien—. Afortunado hijo de...¿cómo carajos lo haces?
—¿El qué? ¿Salir con chicas que obviamente están fuera de su alcance? —se burló Taehyung.
Muy cierto.
—Todo se reduce a una sola cosa, amigo mío...él tiene mucho dinero —agregó Jimin con el mismo tono burlón.
Ja, ja.
—Estoy sorprendido, la verdad es que estaba apostando por Haye y Jimin —comentó Mingyu, ganándose una mirada asesina—. En el cumpleaños de Seulgi los vi muy cercanos.
—También yo estaba apostando por nosotros, pero luego la nación de Jeongguk atacó, y bueno...—Jimin le siguió él juego.
Ellos podían seguir apostando y soñando, pero Haye estaba a destinada a estar conmigo. O bueno, yo estaba destinado a estar con ella. ¿Cuántas personas podían presumir que lograban quedarse con su primer amor? Me sentía afortunado, incluso con como estaban las cosas, la verdad era que no me arrepentía de nada. Tal vez pude haber hecho unas cuantas cosas diferentes, pero no lamentaba estar con Haye. Al menos las cosas entre nosotros estaban bien. No, estábamos mejor que eso. El no tener secretos de por medio sí que hacía una gran diferencia.
Todavía esperaba poder solucionar todo el asunto con Seulgi, no me agradaba la idea de que me odiara eternamente, pero estaba agradecido de que su reacción no afectara negativamente en la decisión de Haye. Ella aún quería estar conmigo.
—Jeongguk siempre se queda con las chicas —rezongó Yugyeom—. ¿Qué estoy haciendo mal?
—¿Quieres una lista? —lo molestó Jaehyun.
—Mira quién habla, al menos a mí no me terminaron y me cambiaron por mi amigo —le replicó Yugyeom.
—Yoongi y yo no éramos amigos cuando Seulgi me termi...cuando yo la terminé —se defendió Jaehyun, virando sus ojos.
—A mí déjenme fuera de esto, puedo con un drama a la vez —pidió Yoongi.
—Había olvidado eso —se divirtió Mingyu, regodeándose con las desgracias ajenas—. Seulgi juzga a Jeongguk por perro pero ella terminó a Jaehyun para poder salir con Yoongi, eso estuvo feo, no es la más indicada para criticar, eh.
¿Me dijo perro?
—Para empezar, Jaehyun la engañó con la chica de intercambio así que Seulgi no lo dejó para poder salir conmigo, ¿de acuerdo, idiotas? —Yoongi salió en defensa de su novia—. Y les recuerdo que soy su novio, si hablan mal de ella tendré que golpearlos...y no tengo la energía para eso así que concluyamos esta conversación diciendo que ni Seulgi ni Jeongguk son perfectos. Prosigamos.
Que buen sujeto era Yoongi.
—Aw, tú sí que eres un buen novio —lo felicitó Mingyu con una sonrisa, procediendo a mirar feo a Jaehyun—. Tú no.
—Ya, pero eso fue hace años —protestó Jaehyun—. ¿Y no estábamos hablando de Jeongguk y Haye?
—Cierto —concedió Yugyeom, mirándome con una sonrisita—. ¿Y qué tan serio es esto, hm? ¿Es tu nueva amiga con beneficios o...?
—Es mi novia —aclaré.
O al menos iba a serlo después de esta noche cuando se lo preguntara —si es que tenía la suerte de que ella me aceptara—, pero ellos no tenían porqué saber eso. Ya me encontraba lo suficientemente nervioso sin tener a los chicos dándome su opinión al respecto, así que preferí no mencionar mis planes y simplemente decreté que la respuesta de Haye iba a ser la deseada.
Era consciente de que tal vez era demasiado pronto. Tal vez debía esperar un poco, asegurarme de que esto fuera lo que Haye quería, pero la cosa era que...no quería esperar. Estaba en mi naturaleza ser algo impaciente e impulsivo. Quería que Haye fuera mi novia y eso, ahora mismo, era lo único que me importaba. Además, ¿cuándo demonios se suponía que iba a ser el momento adecuado para pedírselo? El tiempo era relativo. Algunas personas creían que tenías que esperar a tener diez citas. Otras pensaban que tenías que esperar tres meses. Otras incluso más. Y yo no podía actuar basándome en los tiempos ideales de otras personas.
«Es demasiado pronto para estar enamorado», era lo que muchas personas decían si no llevabas al menos meses conociendo a una persona, pero ¿Desde cuándo los sentimientos tenían un tiempo establecido para ser? ¿Cuándo fue que se decidió que tenías que pasar mucho tiempo con una persona antes de poder amarla? ¿Por qué tenías que estar con una chica durante meses o años antes de poder decirle que la querías? Eso era pura mierda.
Mi corazón sentía cosas por Haye desde el primer día. Perdí el sueño por ella incluso antes de que entendiera lo que sentía. Y sabía, sin lugar a dudas, de que me estaba enamorando de ella. No, estaba jodidamente enamorado de ella, ese era un hecho, así que ¿Por qué tenía que esperar?
Iba a arriesgarme y esperar lo mejor.
Hoy me sentía con suerte.
—¿Novia? —Mingyu se aseguró de haber oído bien.
—Eso es muy serio —recalcó Jimin.
—Sí, novia, es así de serio, ¿podemos ahora hablar de otra cosa?
Yugyeom soltó una carcajada y el resto de los chicos me miró con sospechosa diversión. Que dolor en el culo que eran, como si yo fuera el único idiota enamorado en este grupo. Taehyung había estado de baboso por más de cinco años, al igual que Jimin, yo estaba apenas comenzando, no tenían derecho de burlarse.
—Te atraparon, eh, de verdad que no creí llegar a vivir para ver este día. Creo que todos ya estábamos comenzando a perder la fe contigo —señaló Yoongi con tono socarrón.
—Este es un milagro de navidad...sólo que con unos tres meses de retraso, que orgullo ver que te estás convirtiendo en un hombre decente —agregó Taehyung, secándose una lágrima imaginaria.
Bueno.
Tampoco solía ser tan malo.
Jimin alzó mi vaso con leche de plátano y con una gran sonrisa brindó: —Salud por eso.
05 DE MARZO, 2019
23:43 pm.
❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫
▬▬ JEONGGUK CAMINÓ rápidamente detrás de mí, llamando mi nombre por cuarta vez en lo que trataba miserablemente de reprimir una burlona carcajada. Lo ignoré. No era divertido, ¿Por qué se reía? Despertaba mis instintos asesinos.
Por alguna razón que desconocía a Jeongguk le fascinaba sacarme de mis casillas, ya se nos estaba haciendo costumbre que él me hiciera enojar y que yo fingiera que eso me indignaba cuando en realidad...sólo me gustaba que me persiguiera.
—Venga, Haye...—rezongó, alcanzándome y entrelazando su brazo con el mío—. No puedes molestarte conmigo por algo sobre lo que no tengo control.
Claro, no podía controlar verse tan irritablemente atractivo todo el maldito tiempo, así como yo tampoco podía controlar fastidiarme cada vez que una chica le hacía ojitos. O le pedía su número de teléfono. O lo invitaba a salir. Justo. Frente. A. Mí. Era como si fuera invisible o algo. Digo, ¿el hecho de que Jeongguk estuviera cogiéndome de la mano no les decía nada? ¿Cómo era que siempre creían que era su hermana? ¿Qué demonios? ¿Acaso tenía que estar toda sobre él para que entendieran el mensaje? Era frustrante.
—No estoy molesta —rabié, quitando mi brazo de su agarre—. ¿Quién dijo que estoy molesta? Sólo quiero regresar a casa, ya es tarde.
Jeongguk volvió a enganchar su brazo al mío, como siempre llevado a sus ideas. —Apenas son los ocho...o las nueve.
Ya, considerando que habíamos quedado de encontrarnos a las nueve, eso era imposible. Habíamos ido al cine y luego a comer, según mis cálculos ya debían de ser más o menos las doce.
Jeongguk y yo habíamos estado teniendo "citas" por las noches durante toda la semana pues no podíamos vernos antes de eso. Me pasaba todas la mañanas en el estudio, algunas veces también las tardes, aunque por lo general si no estaba tratando de hacer que Seulgi entrara en razón, me gustaba pasar el rato con mis compañeros mientras que Jeongguk, aunque tenía las mañanas libres, se había comprometido con su querido abuelo en asistir a clases de finanzas, contabilidad, economía, y no estaba segura de qué tanta cosa más, todo con tal de que este le permitiría terminar sus estudios en la universidad. Tenían un acuerdo. Y aunque Jeongguk no estaba interesado en esos temas en lo absoluto, estaba haciendo su parte. Las consecuencias de ese trato era que sólo teníamos tiempo para vernos por las noches.
Ni siquiera quería pensar en cómo serían las cosas cuando las clases en la universidad comenzaran.
De todos modos, no podía quejarme. Jeongguk realmente se esforzaba en hacer que cada una de nuestras citas fueran memorables. Él era tan...detallista, y atento, y encantador, y perfecto. Por eso me ponía de malas cuando chicas desconocidas se le acercaban para coquetear. Trataba de ignorarlas, pero a veces el impulso de ser un dolor el trasero era más fuerte.
Y cuando me ponía en modo "dramática" tenía que seguir en mi papel hasta el final porque sólo era una chica así que saqué mi celular del bolsillo y revisé la hora.
—Son un cuarto para las doce —diablos, ¿cómo era posible? el tiempo junto a él pasaba inconvenientemente rápido—. Mi toque de queda es a las doce.
—¿Desde cuándo? —se rió porque sabía que no era cierto. Esa era yo simplemente siendo insoportable.
—Desde hoy.
Jeongguk chistó su lengua y de la nada me envolvió entre sus brazos. —Estás toda gruñona porque estás celosa.
Pff, pero que seguridad con la que hablaba. En realidad, no estaba celosa, sólo estaba...cabreada. Además, él se había reído de mí, tenía derecho de estar un poquito de malas.
—No es cierto, no estoy celosa. No soy celosa.
Jeongguk echó la cabeza hacia atrás y volvió a soltar una risita antes de aprisionarme más fuertemente entre sus brazos. —Oh, no puedes hacer eso. Estoy disfrutando este momento. Me gusta que estuvieras celosa. No es que tengas que estar celosa jamás porque sólo te quiero a ti, pero me gusta...me hace sentir como que te importo.
"¿Como que me importaba?"
Por supuesto que me importaba.
—Ya te lo dije —repetí obstinadamente—. No estaba celosa.
—¿Entonces, mh? —presionó, aún con ese atisbo de sonrisa socarrona dibujaba en sus labios—. ¿Acaso ya te aburriste de estar conmigo? ¿vas a dejarme solo?
—No te preocupes por estar "solo", seguramente un montón de otras chicas te pedirán tu número en cuanto me desaparezca, o te invitarán a salir, o a comer, o a bailar, no sería la primera vez, ¿no?...deberías de estar contento.
Usualmente no era tan transparente con mis emociones, pero al parecer hoy no podía controlar mi lengua.
—¿Piensas que voy por el mundo dándole mi número de teléfono a desconocidas? ¿yo, un hombre comprometido? ¿por quién me tomas? Yo soy todo tuyo.
Rodeó mi cintura con sus brazos, sin importarle que nos encontrásemos en medio de la acera, y me regaló esa condenada —e imposible de resistir— sonrisa de costado. Ay, pero...amaba esa sonrisa.
Puse mis ojos en blanco, tratando de no dejar en evidencia que sus palabras, aunque fuesen en broma, me hacían muchísima ilusión.
—Como sea, de todos modos ya debería estar de vuelta. Es la quinta vez esta semana que llego así de tarde.
Aunque, sinceramente no me importaba. Disfrutaba cada segundo que estaba a su lado, incluso cuando no hacía más que tomarme el pelo, sin embargo, quería hacerlo sufrir un poco. Lo merecía por estar siempre riéndose de mí.
—¿Qué es tarde, exactamente? —cuestionó, alzando una de sus cejas—. ¿Acaso no somos personas adultas? Las personas adultas no tienen toque de queda.
—Esta persona adulta sí —insistí.
Jeongguk suspiró e infantilmente hizo un puchero con su labio inferior. —No me gusta tener que llevarte de regreso todas las noches.
Analicé sus palabras y me hice la ofendida. —De acuerdo, no tienes que hacerlo, puedo tomar un taxi...
—Eso...ah, no es eso lo que quería decir —esclareció, empujándome sutilmente hacia un lado de la acera para no entorpecer el paso del resto de personas.
—Puedo irme en carruaje, o en un pegaso, o en una alfombra voladora, hombre, las posibilidades son infinitas...
—Haye —sacudió su cabeza, con apenas una pequeña sonrisa en sus labios—. Ni siquiera sé qué es lo que estoy tratando de decir, me pusiste nervioso.
—¿Yo? —reí, confundida—. Sólo estaba bromeando. Aunque, sí puedo regresar en taxi.
—O podrías no regresar —propuso perspicazmente.
—Jeongguk, eso sonó...muy amenazador ¿qué es lo que tratas de insinuar, eh? —jugué con él, poniendo expresión de desconcierto.
—¿Comiste payasos en la cena o qué? —preguntó irónicamente al ver que no lo estaba tomando en serio, entonces yo me encogí de hombros—. Lo que quiero decir es que...no me hagas llevarte al departamento esta noche.
Oh.
Muy bien. Ahora sí creía entender hacia donde quería llegar. Tenía una leve sospechosa —una posiblemente acertada—, sin embargo, necesitaba un poco más de claridad. Y certeza.
—Si no voy al departamento, ¿a dónde quieres que me vaya? ahí es donde vivo —le recordé, queriendo acurrucarme en la palma de su mano en el momento que con esta ahuecó un lado de mi rostro.
—Sabes lo que quiero decir.
—No, dilo.
—Vente a mi casa —pidió, sin darle más vueltas—. ¿Por favor?
Y ahí estaban esos ojitos suplicantes nuevamente. Pero que tramposo que era. Jugaba sucio, ¿cómo iba a resistirme a esos ojos? Era curioso, pero estos brillaban con incluso mayor intensidad cuando deseaba conseguir algo de mí. Ahora mismo tenían ese brillo peculiar que solía ponerme en aprietos.
¿Acaso...debería?
—Creo que ya deberías saber que las chicas decentes no pueden pasar las noches con sus novi...—quise bromear, pero tuve que cortarme a mí misma antes de decir aquella palabra...seguía olvidándome de que nosotros no éramos novios—. Con sus pretendientes —me corregí—. ¿Qué podría pensar tu padre? ¿Y los vecinos? Que horror.
—Mh, supongo que entonces es algo bueno el no tener vecinos. Oh, y mi padre está ahora mismo en Busan ¿ideal, no? —solucionó con sencillez—. Vamos, Haye, déjame mancillar tu reputación.
Mancillar mi reputación. Este chico tan...especial. Solté un suave risita frente a la elección de sus palabras y fruncí mis labios. —¿Cuáles son tus intenciones, mh?
—Sólo quiero estar contigo...de la manera más inocente e inofensiva posible. Además, dijiste que querías comer algo dulce, no puedo llevarte a casa sin antes darte lo que quieres.
—No soy tonta, sé que sólo quieres hacerme ceder, me manipulas con comida —adiviné y él me enseñó su sonrisa de conejito, como si fuera tan inocente—. Pero que sepas que el que haya funcionado unas cien veces antes, no significa que vaya a funcionar una ciento uno.
—Las probabilidades están a mi favor, dulce Haye, no vayas contra la corriente. Además, ya sé que esa es la forma más efectiva de poder llegar a tu corazón bañado en chocolate...así que tengo que intentarlo.
06 DE MARZO, 2019
00:16 am.
❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫
▬▬ CUANDO JEONGGUK regresó a nuestra mesa traía en sus manos un plato con una gran variedad de galletas coloridas. Rayos. En definitiva no podía mantener una dieta equilibrada si estaba con Jeongguk. Este hombre tenía que dejar de cumplir todos mis antojos. Incluso cumplía los que no decía pero sí pensaba, no sabía cómo lo hacía.
—Eso no luce como una taza de café —advertí, viendo como dejaba el plato con macarons y una taza de chocolate caliente en nuestra mesa.
No pedí ese chocolate porque era demasiado costoso para ser sólo un chocolate —según yo— pero Jeongguk no sabía lo que era escatimar en gastos.
—Sé que en realidad prefieres ese "costoso" chocolate caliente en lugar de esa simple taza de café que ordenaste, pero eres demasiado considerada como para pedirlo así que sorpresa, aquí venden un muy buen chocolate caliente de menta así que eso es lo que tendrás.
Ay.
¿Como podía no quererlo si se comportaba así?
Pero no iba a ceder tan pronto.
—¿Qué? ¿Crees que vas a persuadirme con un poco de chocolate caliente de menta y macarons? ¿Piensas que soy así de fácil, huh? —enarqué una de mis cejas. A decir verdad, ya me tenía con eso del costoso chocolate caliente.
—Por supuesto que sí —me guiñó un ojo y tomó asiento al otro lado de la mesa, frente a mí—. Sólo quiero hacerte feliz.
—¿Ah, sí?
—Ajá.
—Dime la verdad.
—¿Sobre qué?
—¿A qué se debe esto? —inquirí, recelosa—. ¿Cuál es la verdadera razón por la que no quieres que regrese a casa? Tengo curiosidad.
Jeongguk sonreía con muchísima seguridad hasta que escuchó mi pregunta. No podía estar segura de qué se trataba, pero lo vi tensarse. Fue como si un pensamiento fugaz y un tanto desconcertante lo hubiese golpeado de pronto, tan repentinamente que se vio reflejado incluso en su postura y en sus ojos, sin embargo, aquella expresión en su rostro desapareció tan pronto como llegó.
Jeongguk asintió sutilmente con su cabeza, como si estuviese diciéndose que sí a sí mismo, como quien se da ánimos mentalmente. Él dejó escapar un último suspiro tembloroso y entonces dejó de lucir inquieto para pasar a lucir más confiado, seguro. Su cambiante estado de ánimo me puso alerta. De acuerdo, ¿qué era exactamente lo que estaba cruzando por su cabeza?
—¿Si vas a decirme? —insistí.
—No es nada, es sólo que creo que tenemos que celebrar nuestro primer día oficial como novios —habló de un modo tan serio que ni siquiera me atreví a cuestionarle si estaba jugando o no.
¿Novios?
¿Eso fue lo que dijo, no?
—¿Qué? —pregunté, casi atragantándome con esa breve oración—. No te entiendo, ¿a qué te refieres?
—En realidad...uhm, tenía planeado toda una romántica y especial manera de hacer todo esto, pero...—pasó una de sus manos por su cabello, humedeciendo sus labios ansiosamente en el proceso. Yo quise hacer lo mismo porque de pronto sentía mi boca seca por estos repentinos y abrumadores nervios. Ay, mamá ¿esto era...lo que creía que era?—. Al diablo...sólo lo haré ahora.
—Jeongguk —musité, porque en momentos como estos sentía ese impulso de idiotez que me hacía querer hablar sin parar, incluso cuando no tenía nada que decir.
—Luego lo haré más romántico y también digno de recordar —prometió, alcanzando mi mano que descansaba sobre la mesa, pudiendo así entrelazar sus dedos con los míos.
En un instante, Jeongguk besó fugazmente el dorso de mi mano y sus ojos se alzaron con un brillo determinante, encontrando los míos que seguramente lo miraban como si acabase de salirle un tercer ojo. No era mi intención, pero no sabía de qué otra manera reaccionar. Estaba confundida y nerviosa a más no poder.
—Pero Haye, ahora mismo yo...sólo necesito saber ¿Si tú quieres...?—no dijo nada más, se obligó a callarse y tragó saliva duramente, luciendo incluso algo atormentado, como si no estuviese seguro de cómo escoger sus siguientes palabras—. Yo...uhh, quiero saber ¿Si te gustaría ser mi...?—nuevamente fue incapaz de terminar la oración y para este punto sentía como que estaba a segundos de devolver todo lo que había comido durante el día.
Jeongguk estaba nervioso, estaba tan evidentemente nervioso que me hizo pensar que ese brillo en su frente no eran nada más ni nada menos que gotas de sudor. Su nerviosismo sólo incrementó el mío. Creí que iba a comenzar a temblar y mis manos a sudar, cuando entonces finalmente se atrevió a decir:
—Lo siento, estoy un poco...carajo, sólo...Haye ¿puedo...por el amor de Dios, ser tu novio?
¿Ser mi novio?
Un momento.
¿Esa era la forma correcta de plantear la pregunta?
¿A quién, maldita sea, le importaba eso? Me gritó mi subconsciente. Y sí. Sólo estaba un poco muy sobrecogida. La verdad, me daba igual, porque las palabras que él había escogido habían sido las correctas, perfectas. Por alguna razón, su petición sonaba mucho mejor. No era él pidiéndome ser su novia, nope, era él pidiéndome permitirle ser mi novio. Era una diferencia sutil, pero ahí estaba. Y me encantaba. Dios Santo, mi corazón iba a estallar de la felicidad, no tenía ninguna duda de eso. Latía tan anormalmente rápido que me asusté. Aún quería vomitar, pero esta vez de la emoción...si es que eso tenía algún sentido.
Madre mía, es que el hecho de pensar en él como mi novio, mío, me provocaba un sensación de satisfacción y valoración diferente. ¿Cómo demonios podía explicar lo que sentía con palabras?
—Seré el mejor de los novios —juró, sonriendo con alivio incluso sin haber oído mi respuesta aún, era como si tan sólo se hubiese quitado un gran peso de encima después de hacer la pregunta—. Piénsalo, sabes que te adoraré y te seré siempre fiel, no veré nunca a nadie más que no seas tú.
Eso sonaba bien para mí.
¿Quién en el mundo podría decirle que no a eso?
Había sido una petición improvisada, pero aunque Jeongguk prometió hacerlo más digno de recordar luego, no creía que eso fuese posible porque de esta manera había sido...muy él. Y nada iba a superar eso para mí. No quería que fuera diferente.
—Te haré muy feliz. Pide lo que sea que quieras y lo tendrás, ¿Citas todas las noches? ¿Chocolate caliente a todas horas? ¿Quieres que sea tu chófer? ¿Un esclavo? Pues aquí lo tienes —se apuntó a sí mismo, quitando de ese modo toda la tensión del momento.
Reí por su absurda promesa y mi pecho se hinchó de felicidad cuando nuevamente volvió a presionar gentilmente sus labios en el dorso de mi mano.
» —Seré muy bueno para ti.
Sí, de eso no tenía dudas.
—Bueno, yo...uhm, sinceramente no estoy muy segura de qué decir —hablé, aunque sólo después de tragar el nudo nervioso en mi garganta e inhalar profundamente en un intento por calmar el desastre en mi interior—. Creo que esa es una propuesta muy difícil de rechazar para cualquiera.
—Hm, ¿es esa es tu forma de decirme que soy irresistible, no? —jugó, volviendo a ser el Jeongguk de siempre. Y sí, era irresistible, no necesitaba que se lo recordara.
—Pero me tomas por sorpresa —proseguí—. Digo, sabía que esto ocurriría, pero no pensé que sería tan pronto...
—¿Lo sabías? —inquirió, entrecerrando sus ojos. Y en realidad, no. Es decir, tenía la esperanza de que sucediera, sin embargo, trataba de no pensar mucho en ello para no...bueno, ya saben, ilusionarme en vano, sin embargo, siempre era divertido tomarle un poco el pelo.
—Pues claro —contesté con obviedad—. Siempre te me estás proponiendo...
—Cierto. ¿Debería aprovechar el momento para hacerlo de nuevo? Podríamos, ya sabes, saltarnos la parte del noviazgo e ir directo a la parte de la boda. ¿Te mencioné que tengo una casa y que pronto seré dueño de la mitad de Corea? —exageró, y el sólo hecho de verlo tan animado con todo esto hizo que quisiera fundirme en sus brazos. De pronto sentía que estábamos demasiado lejos el uno del otro cuando en realidad apenas nos separaban unos pocos metros.
Estaba tan perdidamente enamorada de este chico, que irracionalmente, aceptaría saltarme la parte del noviazgo si él realmente lo pidiera, así de coladita me encontraba. Por esa razón necesitaba bajarle un poco a mi estado eufórico.
—¿Entonces...? —presionó, inclinando ligeramente su rostro en mi dirección—. ¿Cuál es tu respuesta?
Mordí el interior de mi mejilla por un instante, fingiendo pensar profundamente sobre ello. —Hmm...creo que lo pensaré.
¿Acaso no tenía un maldito "sí" dibujado en todo mi rostro?
Jeongguk frunció el entrecejo y negó con su cabeza, rechazando por completo la idea.
—¿Vas a pensarlo? ¿Dijiste que vas a...? Nada de eso, muñequita...si sabías que esto sucedería, entonces ya sabes cuál es tu respuesta.
Sí, sí, sí.
Un millón de veces sí.
—Y como tu respuesta no sea un sí, quiero que sepas que me veré en la obligación de plantarme en medio de la calle a esperar que me aplaste un camión —añadió.
—¿Podrías dejar todo lo que tienes a mi nombre antes de hacerlo? —bromeé.
—Creo que ese de ahí es un camión —comentó, mirando a través del gran ventanal de la cafetería.
—Eso es chantaje emocional, que poco romántico.
—Estoy poniendo todo de mi parte, Bae Haye. Sabes que no nos estamos volviendo más jóvenes. De hecho, ya no deberíamos perder más tiempo...los veinte son los nuevos cincuenta —siempre tan ingenioso—. ¿Y bien? ¿Qué dices?
Fruncí mis labios y procedí a soltar un falso suspiro cansino. —Bueno, no me estás dejando muchas opciones. ¿o sí?
—Haye —dijo mi nombre con un tono de advertencia. De acuerdo, este era el momento de la verdad. No podía ser de otra manera.
Así que...le sonreí, por un breve instante sólo fui capaz de sonreír abiertamente, asintiendo enérgicamente con mi cabeza. Por supuesto que sí quería. Ni siquiera me importaba si era apresurado o no. Realmente quería esto. Quería saber lo que yo era para él y al fin poder dejar de cuestionármelo.
—De acuerdo —acepté, conteniendo las ganas de chillar como una lunática—. Mi respuesta es sí.
Y si hubiese sabido que él sólo estaba esperando oír esas palabras de mi boca para inclinarse y poder besarme, en serio besarme, empujándose estratégicamente sobre la mesa, entonces no me habría tardado tanto en responderle. Y es que no tenía idea de lo mucho que lo necesitaba hasta que lo tuve.
No era precisamente fanática de las demostraciones de afecto en público, odiaba la idea de incomodar a otras personas con estas cariñosas interacciones, sin embargo, en estos momentos no podía preocuparme por cosas como esas. Además, era tarde, sabía que no habían muchas personas a nuestro alrededor así que dejé que Jeongguk me besara de la forma en la que lo necesitaba y no me permití angustiarme por el resto del mundo.
Mi labios recibieron gustosamente la calidez de su boca y me estremecí cuando ahuecó mi rostro con sus frías manos, acercándome todo lo que le fuese posible.
—¿Sí? —susurró sobre mis labios, con una sonrisa pretensiosa dibujada en su rostro—. ¿A la parte de saltarnos lo del noviazgo e ir directo a la boda, o...?
—Un paso a la vez, Speedy.
Jeongguk bufó, aunque manteniendo intacta la sonrisa en sus labios. —Vale, supongo que puedo conformarme con eso...por ahora —cedió, volviendo a sentarse gradualmente en su lugar cuando se percató de que el barista venía con nuestros pedidos—. Por cierto, no me he olvidado de porqué estamos aquí en primer lugar.
Me recordó, porque yo sí que lo había olvidado. Estaba en las nubes, totalmente ajena a la realidad. Y me gustaba este lugar.
—¿Porque me quieres raptar y cómo fue que dijiste...mancillar mi reputación?
—Así es —concedió—. Así que, dime ¿Cuál es tu veredicto final, mh? ¿Sí pasas la noche conmigo?
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