❛ 38 ❜
U N P L A N N E D
treinta y ocho
❀̸
❛ 𝓢i hubiera sabido ❜
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❝ Si pudiera regresar y cambiar el pasado sería un poco más valiente de lo que he sido, apostaría contra las probabilidades. ❞
ㅡWondering, Julia Lester, Olivia Rodrigo
26 DE FEBRERO, 2019
12:17 pm.
❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫
▬▬ MIRÉ MI REFLEJO en el gran espejo que decoraba una de las paredes del vestidor y por más que traté, no pude ignorar el hecho de que lucía espantosa, como si no hubiera pegado ojo en una semana. Era consciente de haber tenido unos cuantos problemas para dormir en estos últimos días, pero realmente no esperaba verme tan...mal.
En serio que odiaba esto.
Antes de conocer a cierta persona no tenía esta clase de problemas. No había mucho que lograra quitarme el sueño en el pasado, por lo general terminaba tan cansada de mis entrenamientos que podía quedarme dormida de pie. Esperaba que eso sucediera anoche, pero no. Me la pasé horas tratando de no caer en la tentación de responder sus mensajes, todo lo que quería era que me llamara de una vez para poder escuchar su voz. Estaba mal, lo sabía. Me había acostumbrado a él demasiado pronto.
Estaba pasando por un pésimo momento y lo más molesto de todo era que sabía exactamente qué hacer para dejar de sentirme de este modo. Podía dejar mi orgullo de lado, podía dejar de ser tan testaruda y ahorrarme el sentirme de esta manera, pero si lo hacía, temía arrepentirme luego. No quería que Jeongguk pensara que podía ocultarme cosas y que todo estaría bien. No quería que las cosas fueran así.
No podía permitir que fueran así.
Dejé de observar mi reflejo y procedí a lavarme el rostro porque necesitaba urgentemente refrescarme un poco y aclarar mi torturada cabecita.
Tenía que enfocarme en lo positivo y recordarme que no todo era malo. Al menos aquí mis compañeros no eran todos unos antipáticos. Ayer, Sicheng y su grupo de amigos fueron muy amables al invitarme a almorzar con ellos, hicieron que mi día fuera menos amargo, y es que eran un grupo que sabía cómo hacerte sentir bienvenida. Y necesitaba eso después de tanto drama.
—¿Ya estás lista? —preguntó el susodicho, regalándome una sonrisa cálida que al parecer era característica suya.
Sicheng era un chico muy agradable. Era esa clase de persona que te provocaba querer sonreír sólo con verla. Me gustaba eso, me generaba cierta tranquilidad.
—¿Otra vez en modo fanboy? —bromeó Jeno, uno de los amigos de Sicheng, apoyando su codo en el hombro de este con mucha confianza—. Que adorable.
—Cállate —refunfuñó Sicheng entre dientes, moviendo bruscamente su hombro para quitarse a su amigo de encima—. No es...no estoy en modo "fanboy".
—Díselo a tus ojos brillantes y a esas mejillas todas coloradas —continuó burlándose Jeno—. Está bien, Haye debe de estar acostumbrada, ¿no es así?
¿Huh?
Sólo estaba aquí sonriendo bobamente porque Sicheng efectivamente lucía adorable en estos momentos. Ayer, cuando se acercó a hablarme por primera vez, actuó de esa misma manera.
—Creo que lo estás avergonzando —señalé, porque el rostro de Sicheng se estaba poniendo considerablemente rojo.
—Es que le gustas —prosiguió Jeno, ganándose un codazo en la costilla por parte de Sicheng—. Te admira, quise decir.
—¿Te pagan por bocón, eh? Ignóralo, Haye.
—Lo siento, no tenía idea de que era un secreto —bufó Jeno, acariciando la parte de su cuerpo recientemente golpeada—. A Haye le parece lindo, ¿no?
—¿El qué?
—Pues que sea tu admirador, a mí me parecería lindo tener una admiradora.
—¿Admirador? —cuestioné, soltando una suave carcajada—. ¿Por qué sería mi admirador?
Eso no tenía sentido, para empezar estaba segura de que no nos conocíamos de nada. Bueno, casi segura. Después del descubrimiento de anoche con Jeongguk ya no podía estar cien por ciento segura sobre nada.
—¿No lo sabes? Aquí todos hemos oído hablar de ti por tus logros y tu talento...y por otras cosas también.
—Tú no conoces la sutileza —bufó Sicheng por las palabras de su amigo—. No lo escuches, Haye, él...
—¿Por qué más hablarían sobre mí?
Cuestioné, no podía sólo ignorar lo que acababa de escuchar. "Mis logros y mi talento" podía entenderlo, supongo, pero ¿qué más había? Nadie aquí me conocía como para hablar sobre mí en un ámbito que no fuese profesional.
—Pues por el chico con el que sales, es medio famosillo entre las chicas, y las chicas aquí sí que hablan.
Wow.
Este chico sí que era honesto.
—Lo siento, discúlpalo, suele hablar antes de pensar y nunca sabe cuando cerrar la boca —Sicheng se disculpó en nombre de Jeno, viéndose en serio mortificado por la actitud de él.
—Tiene razón, ignórame...pero que sepas que nosotros no creemos en nada de lo que dicen —agregó Jeno, como con orgullo. No estaba entendiendo nada.
—¿Y se puede saber qué es lo que dicen?
26 DE FEBRERO, 2019
17:23 pm.
❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫
▬▬ HOGAR, DULCE HOGAR, pensé mientras dejaba caer mi bolso sobre el sofá. Dios, me sentía fatal, y no estaba segura de si el sentimiento se debía a algo físico, mental o anímico, tal vez todas las anteriores.
Había tenido algunas desilusiones en el pasado, pero esto se sentía muy diferente. Una cosa era tener el corazón herido, y otra cosa muy distinta era tener el corazón herido por Jeon Jeongguk. Al parecer mis compañeros sabían más sobre esa diferencia que yo, y es que según todo lo que escuché —no por gusto— a lo largo del día, todo el mundo lo conocía mejor que yo. Me sentía tan...agh, ni siquiera estaba segura de cómo me sentía, era como si el Jeongguk del que hablaban fuera otro Jeongguk, uno completamente diferente al que yo conocía. Era un poco difícil de digerir, tal vez porque no podía comprenderlo.
Él siempre me dejó en claro que lo que hacíamos era distinto, pero creo que nunca se me ocurrió que pudiera ser tan distinto. Al Jeongguk que yo conocía no podía imaginarlo enrollándose con una chica mientras al mismo tiempo hablaba con una distinta y a la par hacía planes de verse con otra. Eso era...tal vez un poco exagerado, pero era en resumidas cuentas lo que se decía de él.
Jeongguk me dijo que era honesto con las chicas con las que salía, dijo que él no hacía promesas ni se comprometía, pero lo que oí era todo lo contrario. Decían que jugaba con los sentimientos de las chicas, que las ilusionaba y luego simplemente las desechaba. Y no estaba diciendo que le creía a ellos por sobre él, sólo decía que todo era muy confuso.
La cosa era que él ya me ocultó información antes, entonces ¿qué me aseguraba que no había ocultado más? Porque una cosa era haberse "divertido" con chicas en el pasado y otra muy distinta era haber "jugado" con ellas.
—¿Haye? —preguntó Seulgi, asomándose por el pasillo. Ella aún vestía su pijama, que envidia—. Por fin llegas, ¿Cómo estuvo el entrenamiento, hm? ¿Tuviste que quedarte más tiempo?
Sacudí mi cabeza, sentándome en el sofá para aliviar un poco el cansancio de mis piernas. —Estoy muerta.
—Sí, se nota —señaló, sentándose a mi lado—. Te ves como si no hubieras dormido en un mes.
—Ya lo sé —me lamenté, tampoco tenía que ser tan específica—. ¿Y qué hay de ti? ¿Aún estás malita?
Hizo una mueva de desagrado. —Sigo con asco, todo me da náuseas.
—¿Irás al médico?
—Ni loca, sólo debo de tener algo en estómago, anoche comí mucho, seguro algo me hizo mal.
—¿Y te sorprende? Te comiste todas nuestras sobras.
—Ew, no me lo recuerdes —pidió, frunciendo sus labios con asco—. Como sea, eso no es importante, te estaba esperando para que habláramos sobre el vídeo.
Dijo, esta vez muchísimo más animada, sonó como a que estaba muy emocionada, arrimándose a mi lado y sacando su celular de su bolsillo. ¿Quería hablar sobre cuál vídeo?
—Si te soy sincera, no creí que Jeongguk hablara en serio cuando dijo lo de la canción.
¿Huh?
¿Esto era sobre él?
» —Él nunca le escribió nada a Sowon ni siquiera cuando estaba enamoradísimo de ella así que pensé que mentía, pero con lo que hizo...admito que estoy gratamente sorprendida. ¿A ti qué te pareció?
Fruncí el ceño y la miré confundida. —¿De qué me estás hablando? ¿Cuál vídeo?
—¿Es en serio? ¿Todavía no lo has visto?
—¿No?
—¿No sigues a Jeongguk?
—No he visto mi celular en todo el día —literalmente, lo bloqueé esta mañana y no lo revisé ni para ver la hora, no quería caer en tentación.
—Por Dios, entonces prepárate porque vas a morir de amor cuando lo veas, yo lo hice —aseguró, moviendo sus dedos rápidamente sobre la pantalla del celular antes de tendérmelo.
¿Y por qué tanto alboroto? Me pregunté a mí misma justo antes de ver que en la pantalla se podía apreciar muy claramente la imagen de Jeongguk. De Jeongguk con una guitarra en sus brazos. Ay, mamá.
OH, POR DIOS.
No era cierto.
No podía ser cierto.
Seulgi pausó el vídeo antes de que este comenzara a reproducirse automáticamente y agradecí que lo hiciera porque de pronto sentía como que me estaba dando un ataque, ¿o era taquicardia?. Seulgi tenía náuseas, pero parecía que la que iba a vomitar en estos momentos era yo.
¿Esta...? ¿Esta era la canción que mencionó anoche en la cena? ¿Él de verdad escribió una canción?
—Después de escuchar la canción tendrás que ayudarme a descubrir quién demonios es quien tiene a Jeon Jeongguk escribiendo cancioncitas de amor —me advirtió Seulgi, demasiado contenta con todo esto—. Porque quien sea que lo tenga comiendo de la palma de su mano, merece un reconocimiento.
Lo siento...¿Qué? Estaba demasiado ensimismada en la idea de Jeongguk escribiendo una canción que apenas podía fingir que le estaba prestando atención a lo que decía. El corazón me palpitaba violentamente contra el pecho y no recordaba jamás haberme sentido así de ansiosa, sin embargo, aunque seguramente moriría en el proceso, necesitaba escucharla, así que fui yo misma quien le puso "play" al vídeo.
Oh, oh,
yo,
era un chico de ciudad,
con inclinación a lo dañino,
que es en lo que siempre me refugié,
un chico que tuvo su diversión,
pero créeme que no hubiera hecho,
todas las cosas que he hecho
si hubiera sabido,
que un día tú llegarías.
La melodiosa y dulce voz de Jeongguk llenó mis oídos y sentí una fuerte presión en el pecho al interpretar sus palabras. Dios, ¿por qué me haces esto? Yo no era lo suficientemente fuerte. Y esto de ninguna forma iba a terminar bien. Estas últimas horas había estado más sensible de lo normal y no tenía dudas de que esto en específico me iba a destrozar, aunque...seguramente iba a disfrutar cada segundo de ello.
Me deshice de cualquier pensamiento intrusivo cuando volví a escuchar su voz y al menos por un par de minutos más, me permití apreciar la belleza de todo esto.
Y yo
sé que te rompe el corazón
imaginar al único que te has permitido querer
en los brazos de alguien más,
pero bebé, nunca hubiera hecho
todas las cosas que he hecho
si hubiera sabido
que un día tú llegarías.
Así que, por favor
dejemos el pasado detrás nuestro,
detrás nuestro,
para que así, podamos ir hacia donde el amor
pueda encontrarnos,
encontrarnos.
Yo sé
que muchas chicas me dejarían,
pero sé que tú crees en mí.
Mi amor, yo
desearía que tuviéramos diecisiete otra vez
para así poder darte toda la inocencia
que tú me diste a mí.
Y no, no hubiera hecho
todas las cosas que he hecho
si hubiera sabido
que un día tú llegarías
Si hubiera sabido,
que un día tú llegarías.
Muy bien, me tenía. Sabía que estaba jodida antes, pero ahora...después de esto ni siquiera podía sentirme culpable por ello. Estaba fascinada con él, y en este instante, no me avergonzaba admitirlo. Observar a Jeongguk hacer aquello que amaba produjo en mí algo que no podía describir con palabras, era cautivador, te hacía sentir embelesada. Cualquier persona que viera cuán apasionado era él con la música, se enamoraría de su talento, de él. Yo acababa de enamorarme un poco más.
Jeongguk mantuvo sus ojos cerrados durante toda la canción, centrándose intensamente en los acordes de su guitarra, en cada movimiento de sus dedos contra las cuerda, expresando magníficamente todo lo que deseaba expresar. Y yo ni siquiera me di cuenta de que estaba conteniendo el aliento hasta que me encontré casi jadeando en busca de aire.
¿Él realmente se sentía de esa forma? Maldita sea, ¿Qué había hecho? ¿Qué diablos estaba haciendo? ¿De verdad estaba dispuesta a arruinar esto por miedo a salir lastimada? No. Ciertamente...ya no. Al diablo. No iba a permitir que mis inseguridades y miedos volvieran a quitarme algo así de bueno.
—Me gusta Jeongguk —confesé atropelladamente en el momento exacto en el que el vídeo se acabó.
Demonios.
¿Por qué dije eso?
La feliz sonrisa de Seulgi desapareció simultáneamente al escuchar mis palabras. En realidad, no tenía intención de decirlo ahora, no tenía ni puta idea de dónde provino ese impulso. Tenía un montón de sentimientos albergados dentro de mí y simplemente no lo pensé, fue un impulso de idiotez. Uno muy grande. Este definitivamente no era el momento para ser honesta. Quería ver a Jeongguk, tenía que hablar con él, esa era mi prioridad porque...Dios, él había compartido el vídeo hace más de seis horas. Seis malditas horas. Y yo apenas me estaba enterando. No. Ahora sí me iba a poner a llorar. Era una persona horrible. Él había hecho esto y yo lo había ignorado.
—¿Qué...? ¿Qué dijiste? —titubeó Seulgi, recordándome porqué no podía ponerme a lloriquear ahora. Había metido la pata—. ¿Te volviste loca? No puede gustarte Jeongguk.
Sí, bueno, había caído un poquito más lejos que eso. Decir que me gustaba Jeongguk vendría siendo el más grande eufemismo.
—¿Y por qué no? —musité torpemente. Cuida tus palabras, Haye, cuida tus palabras.
—¿Cómo que "por qué no"? Tú misma acabas de verlo, Haye —replicó ella, luciendo más preocupada que molesta a decir verdad—. Él gusta de alguien más. No, olvida eso, creo que está enamorado de esta chica...
Podía decirle toda la verdad ahora mismo, ya había dado el primer paso, sólo quedaba...pues contar lo que había sucedido en las últimas semanas, podía hacerlo, pero...agh, necesitaba hacer algo antes. No era una historia precisamente corta. Seulgi iba a hacer preguntas y yo, ahora mismo, no podía responderlas, necesitaba hablar con Jeongguk.
—Sí, uhm, yo...uh —balbuceé, poniéndome de pie—. No hablaba en serio. Bueno, algo así...me refería a algo platónico, ya sabes, pero tú...uhm, tienes razón.
—Espera, espera, ¿a dónde crees vas? —se puso de pie igualmente, siguiéndome mientras yo me apresuraba a la puerta principal—. ¿No crees que tenemos que hablar sobre eso?
—Sí, claro, cuando regrese habláremos todo lo que quieras —ofrecí, sacando mi celular del bolsillo trasero de mi pantalón—. Lo siento, es que me olvidé algo en el estudio, tengo que ir a buscarlo antes de que cierren, volveré pronto.
Le di un ruidoso beso en la mejilla y corrí fuera del departamento. Le temía a los ascensores así que mientras descendía las interminables escaleras, revisé mis mensajes. Tenía seis nuevos mensajes de Jeongguk. Mis dedos temblaron cuando después de tomar una profunda respiración abrí su conversación. Tenía miedo. Era mi consciencia diciéndome que la había cagado
Genial. Ahora me sentía incluso peor. ¿Por qué, maldita sea, tenía que ser tan cabezota? Lo había dejado todas estas horas esperando por una respuesta. Era un monstruo, no merecía una canción. Había llevado esto de proteger mi corazón demasiado lejos. Ni siquiera pensé en él, sólo en mí.
Mi corazón dolió, sentí una angustiante presión en el pecho al recordar la forma en la que actué todo el día de ayer. Fue como si las palabras de Jeongguk me hubiesen entrado por un oído y salido por el otro. A pesar de todo lo que me dijo, seguí aferrándome obstinadamente a la idea de que no era honesto. Tenía que aprender a confiar en la gente. Tenía que aprender a confiar en él. Se lo merecía. No podía condenarlo por su pasado más, no quería ser esa clase de persona.
No. Dios, no. La canción había sido hermosa, perfecta. Había amado cada segundo de ella. Entendía lo que sentía ahora. Más bien, creía que en verdad sí sentía las cosas que decía. Así que...ya iba siendo hora de que yo fuese igual de honesta.
26 DE FEBRERO, 2019
18:12 pm.
❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫
▬▬ NUNCA CREÍ volver a sentirme de esta forma. La anticipación, los nervios, la emoción, ese cosquilleo en el estómago, incluso cierta desesperación...todo eso, no sentía nada que se le pareciera desde hace muchísimo tiempo. El no poder sacar a esa persona de la cabeza, el que cada maldita cosa me recordase a ella, hasta lo más insignificante y absurdo, eran conductas propias de enamoramientos fugaces que experimenté en la adolescencia, sin embargo, lo estaba sintiendo todo de nuevo. Todo, y con mayor intensidad.
Tristemente, ahora mismo, el sentimiento predominante en mí era el de la desesperación. Estaba jodidamente desesperado...y desesperanzado. Quería creer que Haye había estado demasiado ocupada como para leer mis mensajes...y como para ver el vídeo. Existía una minúscula e ingenua parte dentro de mí que creía eso, sin embargo, la parte racional y lógica, esa irritante vocecita en mi cabeza, no dejaba de recordarme que era casi imposible que ese fuera el caso.
Entendía a Haye, realmente lo hacía, podía ponerme en sus zapatos y comprender porqué se sentía del modo en el que se sentía, y sabía que no podía esperar que ella se olvidara de todo por una simple canción, no era idiota, tampoco era como que ella me debiese una respuesta o algo, sin embargo, para este momento, esperaba aunque sea tener un mísero mensaje de ella diciéndome...cualquier cosa. Incluso un mensaje de "la odié" sería mejor que esta incertidumbre. Creo.
No podía dejar de pensar en ello. Llevaba dos horas encerrado en el gimnasio de mi casa tratando inútilmente de distraerme, pero no lo lograba. No podía dejar de revisar el celular con la esperanza de que me hubiese hablado. Cada vez que recibía una llamada esperaba que fuese ella. Pero no. Haye no me estaba dando señales de vida en lo absoluto y yo estaba perdiendo la maldita cabeza.
Esta era la parte no tan bonita de estar enamorado. Aunque, lo merecía. No debí ocultarle cosas, sin importar que fuesen estupideces para mí. Habían sido cosas que parecían ser pequeñas las que habían herido a Haye. Y a pesar de que no fue con intención, debí ser más consecuente. El problema era que, las cosas que le afectaban a Haye, eran cosas que a ninguna otra chica pareció importarle en el pasado, o al menos ellas nunca me lo hicieron saber, aunque...bueno, esas chicas aceptaban lo que yo les daba, sin importar lo que fuera. Era por esa razón que no me detenía a pensar en que tal vez fuese diferente para ella.
Haye lo había dicho, esta era la primera vez que se involucraba sentimentalmente con alguien, yo era el hijo de puta más afortunado de todos por ser el primero a quien ella decidiera darle esa oportunidad, sin embargo, a pesar de que esta era una primera vez para ella, Haye tenía las cosas muy claras, y si me ponía en su lugar...por supuesto que me sentiría fatal si tuviese que verla constantemente convivir con algún ex novio suyo. Esa era la naturaleza humana, desafortunadamente. Pero no lo vi de ese modo hasta que ella lo mencionó. Y es que yo estaba tan seguro de mis sentimientos por ella, no tenía dudas de que Sowon era parte del pasado, no me importaba más, estaba superado, por eso olvidaba que para otros —considerando nuestra historia— podía no ser tan evidente.
Estaba aprendiendo. Sabía cuales habían sido mis errores y sabía cómo solucionar esto, sabía como hacerlo mejor, pero necesitaba que ella me lo permitiera.
Lo haría mejor, sólo necesitaba una última oportunidad. Sólo una.
Tomé un largo sorbo de agua, tratando de calmar mi acelerado corazón. No recordaba haber entrenado así de duro en mucho tiempo. Me había pasado las últimas horas llevándome al límite para dejar de pensar tanto, ahora estaba todo sudoroso y agotado. Necesitaba con urgencia una ducha. Tomé otro sorbo de agua y alcancé una toalla. Iba de camino al baño cuando el molesto sonido del timbre resonó por toda la casa.
No quiero ver a nadie, fue el primer pensamiento que invadió mi mente en lo que un exagerado bufido se me escapaba. Planeé dejar a papá encargarse, pero descarté la idea prontamente porque recordé que no estaba, había salido hace un par de horas a encontrarse con un cliente.
Lo que me faltaba.
Resoplé e hice todo el camino de regreso, yendo directamente a la puerta principal. Esperaba que fuese alguno de los chicos y no mi abuelo, a quien había ignorado deliberadamente durante todo el día. No quería lidiar con su basura ahora.
No estaba en mi mejor estado, ni física ni emocionalmente, y considerando el hecho de que mis mensajes habían sido descaradamente ignorados, sinceramente no esperaba que la persona frente a mi puerta, fuese Haye.
Pero oye,
no me estaba quejando.
De hecho, creo me volvió el alma al cuerpo en el instante que la vi. Sus ojos se alzaron muy grandes cuando ella me devolvió la mirada y sus labios se movieron, en el ademán de decir alguna cosa, sin embargo, no dijo nada. Se veía nerviosa y un poco agitada. Su cabello estaba un tanto alborotado y no llevaba nada de maquillaje. Pero ahí estaba, luciendo naturalmente bonita...como siempre.
Las palabras se me atoraron en la garganta y tuve que aclarar esta sutilmente para que mi voz sonase clara, sin embargo, antes de que pudiese decir cualquier cosa, inesperadamente ella tomó mis manos con las suyas y las levantó, alzando mis brazos sólo lo suficiente para hacerse espacio entre ellos. Oh, de acuerdo. Entonces, se acercó a mí, metiéndose sin previo aviso entre mis brazos. ¿Qué estaba...? Mierda. Instintivamente quise apartarme, no porque la quisiera lejos —porque si por mí fuera, la abrazaría con todas mis fuerzas— sino porque no quería liarla, debajo de mi camiseta estaba todo sudado, sin embargo, a ella no pareció importarle en lo absoluto este detalle. Haye rodeó mi cintura con sus brazos, estrechándome firmemente junto ella y presionando su mejilla en mi pecho.
Esto me descolocó. Había estado imaginando un montón de escenarios durante toda la tarde, poniéndome en las peores de las situaciones, quería prepararme mentalmente para cualquier cosa, sin embargo, esto, esto en definitiva que no me lo esperaba.
En el mejor de lo casos, creí que a Haye le gustaría la canción y que me daría la oportunidad de corregir todas mis metidas de pata, pero no esperaba que, después de no haber recibido ninguna respuesta de su parte en todo el día, ella se apareciese por aquí e hiciera esto.
No estaba seguro de qué significaba exactamente, pero si venía con un abrazo, no podía ser tan malo. A la mierda. Podía sacar conclusiones luego, ahora...ahora sólo quería abrazarla y no soltarla.
—Eso...—murmuró Haye contra mi pecho en el momento que cerré mis brazos a su alrededor, acercándola aún más a mí—. Eso fue lo más lindo que alguien haya hecho por mí...y para mí. Gracias.
Quería creer que era bueno con las palabras, pero no era así. No era tan seguro como me gustaba aparentar y las últimas veces apesté tratando de expresarme. Era diferente con la música. Creí que podría hacer un mejor trabajo de ese modo. Nunca había compuesto una canción para nadie y creí que sería difícil, pero una vez que comencé...las palabras simplemente fluyeron. Podría haberle compuesto un jodido álbum en una tarde si no hubiese sido porque llevaba dos días sin dormir.
Sentía como que podía volver a respirar sabiendo que no la había odiado.
—Y lo siento —agregó, acurrucándose en mis brazos—. No quiero alejarme de ti...no en realidad. Me arrepentí de todo lo que te dije justo después de decírtelo.
Eso fue lo que me dije a mí mismo mientras trataba de consolarme, que ella no hablaba en serio y que sólo estaba enfadada por lo idiota que había sido. Era bueno saber que no estaba tan lejos de la realidad. Podía llorar de alivio.
—No te disculpes. Tenías todo el derecho de molestarte. Tú no hiciste nada malo.
—No es cierto —negó, echando ligeramente su cabeza hacia atrás para poder mirar mis ojos—. Dije que si algo me molestaba te lo diría, pero en lugar de hacer eso, me guardé todas esas cosas y luego te las saqué en cara.
—Oye, está bien —aseguré, haciendo con mis manos su cabello hacia atrás porque este no dejaba de pegarse a su rostro—. De verdad, yo entiendo.
Sabía que Haye tenía algunas dificultades para expresar cómo se sentía realmente. No creía que actuara de ese modo con la intención de hacerme daño o de hacerme sentir mal, sólo cuidaba de ella misma.
—No seas tan comprensivo —me regañó, con un pequeño puchero adornando su labio inferior—. No estuvo bien. Además te estuve ignorando y...—sacudió su cabeza, parecía molesta consigo misma—. Dios, que tonta e inmadura, yo no...supongo que no estoy lidiando bien con esta cosa aún.
Tomé su cara en mis manos y la obligué a mirarme. Sus ojos cansados me observaron con atención. Me sentía responsable por esa expresión cansada en su rostro, no quería que se sintiera mal por nada.
—Preciosa, tu reacción fue totalmente justificada. Debiste enterarte por mí, me equivoqué al creer que no necesitabas saber sobre eso. Incluso si yo creía que era una ridiculez, debí haberlo mencionado.
Pues el hecho de haber ocultado esa información no había ayudado en lo absoluto a mitigar sus inseguridades.
—No te mentiré, estaba molesta —admitió—. Y herida. No me gustó que fueras al rescate de Sowon, pero me gustó mucho menos la horrible sensación que sentí al darme cuenta de lo egoísta que estaba siendo. No quiero ser una mala persona. Odiaría reaccionar así otra vez, es sólo que ella...me saca de quicio. Y luego me enteré de lo del compromiso, eso me enfadó incluso más. Y es que yo...me asusté. No quiero ser quien resulte herida en todo esto.
Me gustaba que estuviese siendo honesta. Aunque estaba equivocada. No había una pizca de maldad dentro de ella, esa sólo había sido ella siendo una persona igual que cualquier otra. Cualquier persona con sentimientos habría reaccionado igual. Yo habría reaccionado peor.
—No creo que puedas ser una persona mala ni egoísta, incluso si lo intentaras —declaré—. Ella se comportó mal contigo, no le debías simpatía. Tú debes de haber estado molesta. Yo estaba malditamente enojado. No quería estar allí.
También me había sentido como un idiota egoísta al estar en esa sala en el hospital sin poder dejar de pensar en Haye mientras que alguien había tenido un accidente, sin embargo, no podía resentirme por querer estar al lado de la chica a quien quería, así eran las cosas.
—Ni siquiera quise dejarte sola esa tarde en primer lugar. Cuando leí tu mensaje quise correr contigo.
Dejé a papá y Taehyung botados para ir con ella. Después de lo de Yeosang, estaba jodidamente preocupado. Fue como si de pronto todas las cosas que pudiesen haber salido mal, se coludieran para salir de ese modo. Y si todo esto había sido una prueba, había sido una malditamente cruel.
Merecíamos un poco de paz.
—Me tienes envuelto alrededor de tu dedo, muñequita —dije, tomando su mano y dejando un casto beso sobre sus nudillos—. Necesito que lo creas.
Era así. Sabía que me encontraba enamorado de ella y ese sentimiento no me asustaba, al menos no como supuse que lo haría, porque sabía que podía confiar en ella. No me sentí de ese modo en el pasado. Tal vez por eso no dejaba de relacionar el estar enamorado con un sentimiento tan aterrador. La había pasado mal antes, no quería comprometerme porque me asustaba enamorarme nuevamente de la persona equivocada. Pero Haye no era ningún error, ella era la chica para mí. Cada maldito átomo en mi cuerpo me decía que esto era lo correcto.
Iba a tener que decírselo. Necesitaba que supiese cómo me sentía. Aunque tendría que convencerla antes de hacerlo. No quería asustarla. Necesitaba que se enamorara de mí, también. Cuando supiera que verdaderamente era mía y que mis sentimientos no la espantarían, se lo diría.
—¿En qué estás pensando? —inquirí curiosamente cuando la vi morder el interior de su mejilla.
Haye frunció sus labios brevemente y sin decir nada por un instante, volvió a acurrucarse en mi pecho. Tan...adorable. Me gustaba sentirla cerca y cálida contra mí. Y amaba que fuese ella quien se estuviese aferrando a mí esta vez. No volvería a joder las cosas.
—Pensaba en que...en que creo que me gustaría decirte todas las cosas que deseaba decirte esa noche.
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