❛ 24 ❜
U N P L A N N E D
veinticuatro
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❛ 𝓔lla me gusta ❜
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❝ Si el verdadero amor puede superar cualquier obstáculo, ¿qué es es lo que se supone que debo hacer si mi obstáculo es el amor? ❞
ㅡObstacle, Alice Layne.
11 DE FEBRERO, 2019
10:50 am.
❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫
▬▬ DEFINITIVAMENTE tenía que dejar de ofrecer mi casa en cada ocasión que a mis amigos se les ocurriera hacer alguna celebración, el desastre que quedaba en el lugar cada vez que todos se marchaban no era ninguna broma.
¿Qué mierda? me pregunté a mí mismo al ver restos de comida en lugares en los cuales no debería haber restos de comida. ¿Por qué carajos tenían que ser todos tan desastrosos? parecían niños, la sala parecía un maldito basurero, ni siquiera quería echarle un vistazo al patio, ese lugar debía estar incluso en peores condiciones que...
—¿No tienes leche? —preguntó Jimin abruptamente, haciendo notar su presencia mientras que tranquilamente se dedicaba a saquear la nevera—. ¿Y tu leche de plátano? ¿Dónde tienes las cajas?
No tenía "cajas",
no era tan adicto.
—No quedan —repliqué sin más, alcanzando una botella con agua.
Jimin no me prestó atención, él simplemente continuó con la cabeza metida en la nevera.
—¿Con quién crees que estás hablando? —continuó escarbando—. Te conozco, nunca te quedas sin...¡já! ¡Aquí está! —exclamó, sonriéndole a la caja de leche.
Nunca la escondía lo suficientemente bien.
No tenía la energía suficiente para quitársela, aún estaba medio dormido, así que tuve que resignarme a ver como Jimin procedía a tomar un sorbo de leche directamente de la caja.
En serio necesitaba dormir un poco más.
Se suponía que volvería a casa más temprano, la alarma sonó a eso de las siete pero desperté siendo abrazada por Haye, por supuesto que tenía que quedarme un rato más. O ese era el plan, sólo cinco minutos más, pero me quedé idiotizado viéndola dormir, se veía tan bonita y adorable, tenía que quedarme como baboso admirándola, y supongo que en algún punto volví a dormirme. Desperté como dos horas después, siendo zarandeado bruscamente por Haye.
Por suerte Seulgi no había regresado todavía, Haye simplemente se despertó medio alterada creyendo que sí. No quería despedirme de ella, no tenía idea de qué carajos me había hecho, pero me tenía comportándome como un perrito faldero, y ni siquiera me avergonzaba. En serio me desconocía, pero a la mierda. Tal vez no podría ver más a Haye en el día así que la convencí de desayunar conmigo, había una cafetería cerca de su edificio, ella quería estar en casa cuando Seulgi regresara así que fuimos ahí. Fue lindo mientras duró. Luego tuve que regresarla a su casa, luchar contra el impulso de besarla de una maldita vez para sobrevivir a su ausencia al resto del día, y conducir hasta aquí. Me regresó todo el cansancio en el camino de vuelta.
—¿Qué te pasa, huh? ¿estás de mala? —preguntó Jimin, luciendo sospechosamente feliz para alguien que había dormido apenas unas tres horas.
—No —contrarié, la verdad estaba jodidamente feliz, pero era un poco frustrante no poder compartir esa felicidad con quienes deseaba hacerlo.
Era una persona impaciente, eso era algo que me disgustaba de mi personalidad, sin embargo, sabía que no podía apresurar las cosas con Haye, me había asegurado de hacérselo saber, aunque no podía negar que me sentía un poco ansioso por no poder decírselo a Seulgi, quería hacerlo, pero no lo haría si Haye no estaba lista para eso.
Además, ella seguramente tenía razón.
Haye creía que tal vez cambiaría de opinión, pero aunque yo sabía que no lo haría, aún estaba en proceso de acostumbrarme a lo que me estaba sucediendo. La forma en la que me sentía era algo nuevo, no recordaba haberme sentido de esta manera antes, era difícil de explicar y también de entender, incluso para mí, sólo podía asemejarlo y compararlo con la primera vez que mis sentimientos fueron correspondidos, y aún así, no se igualaba. Era un tipo de emoción distinto.
Tal vez se sentía de esta forma porque había pasado demasiado tiempo negándome a sentir esta clase de emociones, no estaba seguro, pero fuera cual fuera la razón, se sentía bien.
Por un largo período de tiempo temí no volver a sentir algo así, pensar en querer estar con alguien que no fuera Sowon en el pasado me habría resultado difícil de imaginar, pensaba que era ella o nadie más, pero cuando poco a poco dejé de sentirme de esa forma, creí que era todo, no podía verme a mí mismo con nadie, ni siquiera con Sowon, sencillamente había perdido el interés por esa clase de compromiso. Incluso ahora no podía recordar cuando había sido la última vez que una chica había sido mi último pensamiento antes de dormir y mi primer pensamiento al despertar. Haye era la primera chica en años que no lograba sacar de mi cabeza, y ella ni siquiera lo intentaba, pero...ahí estaba, desde hace días ya colándose en mis pensamientos. Y en mi corazón. Mierda, estaba hasta el cuello.
—¿En qué estás pensando, eh? —habló Jimin, entrecerrando sus ojos y sonriendo de costado—. Pasaste de tener cara de culo a tener cara de baboso.
Había olvidado que estaba aquí.
—¿No deberías estar en algún otro lugar? —bufé, ignorándolo—. Nunca te despiertas antes de las doce cuando te quedas aquí —observé, eso era raro—. Así que supongo que tienes algo que hacer.
Tal vez deberías ir a hacerlo, quise agregar, pero me interrumpió.
—Supones bien —concedió, sonriente—. Llevaré a Haye al centro de artes esta tarde —me contó con orgullo y mi ceño se frunció instantáneamente al escucharlo mencionarla, ¿había dicho Haye?—. ¿Sabes que su sueño es ser parte del ballet nacional?
Jimin lucía bastante entusiasmado hablando al respecto mientras que yo sólo podía pensar en que no.
No lo sabía.
—Estuvimos hablando anoche, pensé que sería buena idea presentarle a algunas personas —explicó—, podría serle de ayuda, me dijo que planea presentarse a la audición abierta el año que entra.
De acuerdo, ¿y desde cuándo Jimin se pasaba su tiempo libre haciéndole tours a los bailarines interesados en formar parte del ballet? no era propio de él ser tan caritativo.
—¿Ah, sí? No sabía que eras tan servicial —comenté impulsivamente, arrepintiéndome al instante del amargado tono en mi voz.
No tenía ninguna razón para actuar como un idiota ahora mismo, estaba siendo inmaduro y celoso, me golpeé mentalmente por ello.
—Es talentosa —opinó, encogiéndose de hombros—. Es más que eso en realidad. Es ágil, versátil y entregada. Vi una de sus presentaciones cuando estuve en el extranjero, y de entre todas las bailarinas, Haye fue quien más destacó —declaró objetivamente—. Así que si puedo ayudarla, voy a hacerlo.
Claro, lo entendía, el Jeongguk de hace cinco segundos atrás simplemente estaba siendo un inseguro de mierda. Tenía que comenzar a pensar antes de hablar, actuar tan impulsivamente nunca había sido algo bueno. Estaba en un punto de mi vida en el que en serio quería ser mejor de lo que era, debía comenzar con pasos pequeños, como reconocer cuando actuaba innecesariamente como un idiota.
Anoche, admitir que sentía celos de Jimin no fue fácil, no quería sentirme de esa forma con respecto a mi amigo, pero entendía que no era una reacción descabellada. No era lo ideal, pero sí era natural sentirse de esa forma algunas veces, era un ser humano después de todo, tenía inseguridades e ideas muy negativas sobre mí mismo demasiado arraigadas en mi cabeza como para deshacerme de ellas en una sola noche, tenía que trabajar en ellas, sin embargo, saber que Haye se sentía de la misma forma que yo, me había dado cierto alivio.
Ahora, tenía que entender que Jimin y ella compartían el mismo sueño, los apasionaban las mismas cosas y tenían de todo en común, por supuesto que iban a llevarse bien y eso no me concernía, así que tenía que relajarme un poco.
—¿Es así de buena? Porque nunca te había escuchado hablar así de nadie...además de ti —bromeé.
—Venga, no soy tan pretencioso —negó, aunque él sabía que sí lo era—. Sé reconocer cuando alguien tiene talento, lo hago todo el tiempo...
—Sí, claro —repliqué irónicamente—. Sólo Haye y tu adorada Yeeun han logrado ganarse ese reconocimiento de tu parte.
—Sé lo que insinúas, pero soy un chico imparcial y objetivo.
—¿Sí?
—Ajá.
—Cuéntame más —lo miré con exagerada expectación, haciéndolo virar los ojos.
—Sólo hablo de lo que veo, y según mis apreciaciones, ambas son excelentes. Las dos tienen una muy buena técnica y desprenden una energía única en el escenario, por eso acaparan la atención de las personas, en ese sentido son muy parecidas.
—¿Sí? ¿Y qué más?
—Las dos son sumamente entregadas y dedicadas, y en el escenario derrochan confianza en sí mismas. No logras quitarles los ojos de encima una vez que tienen tu atención, tienen...no lo sé, algo que las hace resaltar, hay mucho potencial en ellas, y es extraño, pero hasta tienen el mismo hábito de...
—Ya, pero ¿si te das cuenta de que Haye no es Yeeun, verdad? —me vi en la obligación de interrumpirlo cuando me percaté de la dirección que comenzaron a tomar sus declaraciones.
Jimin frunció el ceño, inclinando ligeramente su cabeza hacia un lado, sin comprender a lo que me refería. Y esta vez no quería ser fastidioso, tal vez incluso estaba entendiendo mal las cosas, pero no era la primera vez que la idea de que Jimin podía ver a Haye como un sustituto de su ex novia se cruzaba por mi cabeza.
Sabía que Jimin tenía cierto interés en Haye, él lo había dejado bastante claro con sus comentarios y con sus acercamientos hacia ella, pero aunque él aseguraba no tener problemas para comprometerse, no era cierto. Jimin llevaba muchísimo tiempo enamorado de la misma chica, su relación había terminado hace años, pero él seguía queriéndola, no había vuelto a salir con nadie después de Yeeun, y ahora que volvía a demostrar interés por alguien, convenientemente era hacia una chica que se asemejaba de cierta forma a su ex novia.
—¿Qué? —preguntó finalmente, con sus ojos ligeramente entrecerrados.
—Que Haye no es Yeeun.
—¿Y por qué me dices eso?
—En caso de que lo hayas olvidado —me encogí de hombros, porque parecía que sí—. Todavía quieres a Yeeun, y si piensas que saliendo con otra chica...si piensas que obligándote a conocer a alguien más vas a superarla, déjame decirte que no funciona así, créeme, lo intenté...muchas veces.
—No es eso lo que estoy haciendo —se defendió, aunque ni siquiera él parecía muy convencido.
—Entonces, ¿no te interesa Haye sólo porque te recuerda a Yeeun? —cuestioné, tal vez me equivocaba, tal vez no, tal vez Jimin ni siquiera lo hacía conscientemente, pero algo me decía que no estaba del todo equivocado—. Sé que no sé un carajo y que mis consejos pueden ser una mierda, pero una vez dijiste que Yeeun llamó tu atención por su forma de ser, porque era dulce y gentil, y porque aunque parecía ser algo fría y distante, cuando llegabas a conocerla, era cálida y afectuosa. Te enamoraste de ella porque sentías que te entendía mejor que nadie y porque tenían de todo en común, ¿no?
—Sí, lo dije, pero...
—Cuando ustedes rompieron, no volviste a salir con nadie más —no dejé que me interrumpiera porque era distraído y luego me confundía—, todo este tiempo no estuviste interesado en conocer a nadie más, pero no creo que sea casualidad que en el momento que decidiste seguir adelante, te hayas fijado en una chica con las mismas cualidades de Yeeun.
Jimin definitivamente no estaba listo para escuchar eso, no sabía si lo había pensando antes en algún momento, pero mis palabras parecieron descolocarlo un poco. Bueno, él constantemente señalaba mis errores y me hacía ver las cosas como eran cuando parecía incapaz de hacerlo por mi cuenta, como buen amigo, debía hacer lo mismo, ¿no?
—Tú siempre me ayudas ver las cosas desde otra perspectiva cuando la estoy cagando magistralmente, así que tengo el derecho de hacer lo mismo —declaré y él asintió, algo aturdido, sin decir nada—. Lo que quiero decir es que...no importa lo mucho que pienses que Haye o cualquier otra chica pueda parecerse a Yeeun, al final de día nada de eso va a importar, porque no serán ella, así que tratar de encontrarle un sustituto no tiene ningún puto sentido.
Traté de salir con chicas que se parecían a Sowon en el pasado, eso no me llevó a nada bueno. Me aferré a la idea de que ella era mi persona, cuando no era así, y no fue hasta el momento en el que yo mismo decidí dejarla en el pasado que superé mis sentimientos por ella. Dejé de buscarla en otras chicas, y eso fue...liberador.
Jimin relajó la expresión en su rostro e inhaló profundamente. —Que irritante eres, ¿desde cuándo te volviste tan sabio, huh?
—Desde esta mañana —contesté, guiñándole un ojo.
—Tal vez tienes razón. Ah, ¿por qué me lo dices ahora? Creí que estaba progresando.
—Porque creo que no te das cuenta de que Haye no es el clavo que saca a otro clavo. Y ya deberías saber que no tienes que meterla en tu enredo amoroso con Yeeun...Seulgi patearía tu trasero si lo haces, además...ella me gusta —confesé en voz baja.
No quería hacerlo, bueno, sí quería, pero no estaba en mis planes hacerlo, las palabras simplemente fluyeron fuera de mi boca, y honestamente....no me arrepentía, sabía que Jimin no iría a contarle a Seulgi, además...por la razón que fuera, no quería que continuara tratando de acercarse a Haye de esa forma.
—¿Qué? —cuestionó, como si no hubiese oído bien.
Vamos, estaba seguro de que sí me había escuchado.
—Dije...que ella me gusta —reiteré de todos modos, esta vez con voz clara, sintiéndome extrañamente aliviado al hacerlo.
—¿Te gusta Haye? —repitió, como si tratara de asegurarse de no estar alucinando—. ¿Sí? pues ponte a la fila —se rió, negando con su cabeza, no me estaba tomando en serio.
Já.
—¿Qué? ¿Te parece divertido?
—¿Estás bromeando, no? —insistió, sonriendo de forma burlona.
—No —aclaré, no podía ser tan difícil de creer—. Estoy hablando en serio, me gusta Haye.
Dejó de sonreír. —¿Desde cuándo? —inquirió, ahora estaba serio, mierda. —¿Y qué carajos significa eso, hm?
—Pues...que quiero estar con ella.
¿Por qué demonios me estaba sintiendo intimidado?
—Hombre —Jimin suspiró, asombrado—. ¿Y por qué no dijiste nada cuando la invité a salir?
—¿Y qué iba a decir? —no tenía nada que reclamar entonces, Haye y yo no teníamos nada.
—Lo mismo que me estás diciendo ahora, nunca la habría invitado a salir si me hubieras dicho que te interesaba en serio.
—No sabía lo que sentía entonces.
—¿Y es en serio?
—Sí.
—¿Qué tan en serio? —insistió y yo resoplé—. ¿Qué? Contigo nunca se puede saber.
—Es muy en serio, ¿bien? Me gusta mucho, en verdad quiero intentarlo con ella.
—¿Y Haye lo sabe?
—Sí.
—¿Y ella...uhm, sí siente lo mismo?
Esperaba que sí. —Supongo que sí.
—¿Supones?
—Es reciente, no me estés interrogando ahora —bufé, no quería hablar de más, no se suponía que dijera nada para empezar.
—¿Y Seulgi está de acuerdo?
—No tiene que estarlo, no tiene nada que ver con ella.
—Eso es un no.
—Oye.
—Haye ni siquiera es tu tipo —señaló—. En serio, Jeongguk, ¿qué estás haciendo?
—¿Qué estoy haciendo? —cuestioné, ¿por qué lo decía como si ocultara alguna mala intención?
—No vayas a hacer alguna estupidez —pidió—. No con ella. Seulgi podría matarte y luego a mí porque me acabas de hacer tu cómplice.
Puse mis ojos en blanco. —No seas dramático.
—Esto va a terminar mal.
—Gracias, eh.
—Por favor, no lo lleves demasiado lejos.
—¿No escuchaste nada de lo que te dije?
—Te escuché.
—¿Y no crees que lo nuestro pueda funcionar?
—No dije eso.
—Ya, pero creo que no hace falta.
—No te ofendas, pero tu relación más larga estos últimos años duró como dos semanas.
—Olvídalo —bufé, no me importaba lo que él creyera, estaba seguro de lo que sentía, no tenía que explicarme con nadie—. Y gracias por el voto de confianza, eh, en serio tengo los mejores amigos.
—No seas irónico —viró sus ojos—. Y no te amargues, sólo estoy tratando de entender de dónde viene todo esto, no pensé que en verdad pudieras llegar a sentir algo por Haye.
—Pues lo hago —sentía de todo por ella—. Mira, ya sé que ninguno de ustedes confía en mí, ¿de acuerdo? sé que la cagué en el pasado pero en serio estoy tratando de hacer las cosas bien esta vez, sería bueno que al menos trataran de verlo.
—¿Pero por qué con ella?
—¿Por qué con ella? ¿Piensas que yo escogí sentir esto por ella? —cuestioné, él ya debería saber que no funcionaba así—. No fue así, sólo...es lo que siento y ya.
—¿Y si dejas de sentirlo? —presionó—. Porque dudo que Haye se conforme con el tipo de relación que tú ofreces. Ella querrá más, y tú huyes cuando alguien quiere más.
—Yo quiero más.
Declaré, eso era lo que ocurría en realidad, no fue Haye quien comenzó esto, no fue ella quien me buscó ni quien se declaró, fui yo, siempre fui yo, y si había uno de nosotros dos que estaba muy seguro de lo que sentía, ese era yo.
—¿Por qué no puedes creer que tengo sentimientos verdaderos por ella? —insistí, nunca había mentido con respecto a eso, y desde luego que nunca había dicho que sentía algo por alguien cuando no era así.
—Porque no has sido ese Jeongguk en mucho tiempo. Supongo...que es extraño escucharte hablar así.
—Pues hazte la idea.
Jimin hizo una mueca. —No creo estar listo para el regreso del Jeongguk intenso y enamorado. De hecho, creo que debería darle una advertencia a Haye o algo, ella tampoco está lista para eso.
—Ja, ja.
—Eres cosa seria, admítelo.
—No soy peor que tú.
—Jeongguk —el me miró con expresión seria, poniendo su mano encima de mi hombro con suspenso para luego burlonamente agregar—: Sí lo eres.
꩜
11 DE FEBRERO, 2019
19:20 pm.
❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫
▬▬ ESTABA A PUNTO de perder la puta cabeza aquí. ¿Qué carajos era todo esto? tan sólo había dormido dos malditas horas.
DOS.
HORAS.
¿Y me despertaba con esto? ¿qué mierda? maldije para mi adentros mientras terminaba de leer el artículo.Tenía un sinfín de llamadas perdidas y mensajes sin leer, mi estrés aumentó considerablemente por todo eso, ya todos sabían, carajo.
¿Bien? estaba de todo menos bien. Sentía mi corazón latir con tanta furia contra mi pecho que incluso me estaba costando respirar. Esto era jodidamente enfermizo.
Pero seguía sintiéndome como parte de un maldita broma.
Sabía que podía suceder, Sowon había escuchado a mi abuelo hablar sobre ello, pero en serio lo subestimé al creer que tendría la oportunidad de hablar con él antes de que decidiera llevar a cabo este espectáculo.
No tenía ningún derecho de hacer lo que hizo.
Por supuesto que estaba durmiendo, eran mis jodidas vacaciones, no se suponía que hoy fuera un día especial ni decisivo en mi vida. Estaba agotado, apenas había dormido, quería matar el tiempo, Haye se encontraba con Jimin visitando el centro de artes, no tenía mucho que hacer además de torturarme mentalmente por todo lo que estaba sucediendo en mi vida y esperar como baboso a que Haye estuviera lo suficientemente desocupada para responder mis mensajes, evidentemente nunca se cruzó por mi cabeza que algo sucedería mientras tomaba una bendita siesta. Mucho menos algo como esto
Escribí con manos temblorosas y me apresuré en presionar enviar. No tenía tiempo para entrar en detalles.
Ignoré por completo los mensajes de mi padre y la gran cantidad de llamadas perdidas que tenía de su parte porque simplemente no podía lidiar con él ahora, seguramente haría preguntas y yo no tenía respuestas, no aún. Podía imaginar que el hombre estaba desesperado y no me sorprendería que estuviera conduciendo hasta acá en este momento.
Sabía que tenía que relajarme un poco y enfocarme en lo importante, pero mi cabeza estaba hecha un lío y mis pensamientos eran dispersos, incluso sentí el impulso de leer los mensajes que tenía por parte de Haye, pero deseché la idea rápidamente porque Haye no sabía absolutamente nada de mis asuntos familiares, y prefería que eso siguiera así, al menos por ahora. Además no creía poder pretender con ella que nada estaba sucediendo, me encontraba demasiado alterado para eso. Así que me limité a subir al coche y conducir directamente hasta la oficina del infeliz de mi abuelo.
No tenía ni puta idea de si tendría suerte encontrándolo en la empresa, pero de todos modos ese fue mi primer destino.
—¡Oh, Jeon Jeongguk! —señaló tras el mostrador amablemente la señora Hwang, la secretaria de mi abuelo, regalándome una cálida sonrisa en el momento que me vió—. Vaya, sí que estás grande —observó con cierta nostalgia—. ¿Qué es lo que te trae por aquí?
—Buenas tardes —saludé, haciendo una sutil reverencia hacia ella, deseando poder contestarle con el mismo entusiasmo—. Vengo a ver a mi abuelo.
—Uhm, cla...claro —asintió, esta vez luciendo algo conflictuada—. Verás, él está un poco ocupado en este momento, si pudieras esperarlo unos minut...
—Descuida, ya hablé con él —mentí—. Quiere verme, me dijo que pasara en cuanto llegara.
—Sí, pero está con tu...—trató de detenerme, pero muy a mi pesar tuve que ignorarla.
Me apresuré a caminar por el pasillo, directamente hacia su oficina. Me importaban tres hectáreas de mierda con quién demonios se encontraba. Él no me respetaba a mí, así que no había forma en el mundo que yo fuera a respetarlo a él.
Abrí la puerta de su oficina, sin detenerme a pensar en quién podría encontrarme allí, no era que me importara mucho porque incluso si estuviera con alguno de esos asquerosos y adinerados socios suyos no me detendría de decirle las cosas que quería decirle, sin embargo, no podía negar que me descolocó de sobremanera abrir la puerta y encontrarme allí a Junghyun.
—Eres realmente increíble —resopló este, indignado e incrédulo—. ¿Acaso ahora quieres que compita con mi propio hermano? ¿Perdiste la puta cabeza?
Fue lo primero que escuché decir a Junghyun en el momento que irrumpí en la habitación, consiguiendo así llamar la atención tanto de mi abuelo, como de mi hermano.
¿Competir?
¿De qué estaban hablando?
—¡Ah, al fin! —exclamó irónicamente mi abuelo, poniéndose de pie con perturbadora preponderancia, en serio quería borrarle esa sonrisita de la cara—. Te tardaste, eh, pero mejor tarde que nunca.
Tenía que estar tomándome el puto pelo. Mi mandíbula se endureció firmemente cuando la frustración amenazó con desencadenarse en ira.
—¿Piensas que esto es divertido? ¿Quién carajos te crees que eres? —espeté casi en un gruñido, sintiendo la necesidad de sacar la rabia—. ¿Qué tienes en la maldita cabeza? ¿Te detuviste a pensar por un momento en lo que esto significaría? Jámas accedí a...
—No, no lo hiciste, pero ibas a hacerlo, Jeongguk, acéptalo de una vez —me cortó, determinante—. Tarde o temprano ibas a ceder, esto era necesario.
Ni siquiera podía creer lo que estaba escuchando, no podía creer como podía pararse ahí y tomar decisiones que no le correspondían sobre la vida de las demás personas. Era como si nosotros no fuésemos más que piezas en su maldito juego.
Furia quemó en mi estómago, haciendo mi sangre hervir con cada palabra que salía de su boca. No quería tener absolutamente nada que ver con esto, nunca lo quise, ¿por qué carajos me correspondía asumir un rol que no era para mí? este conflicto era entre mi abuelo y Junghyun, ¿por qué mierda tenían que involucrarme? ¿por qué tenía que asumir yo consecuencias que no me correspondían? esta era una responsabilidad que no quería, todo esto era algo que jamás había pedido.
—Los dos fueron privilegiados, toda su vida. Ambos tuvieron todo lo que desearon y nunca movieron un dedo para merecerlo. A comparación del resto del mundo, sus vidas fueron sencillas, perfectas, pero ya no son niños, tienen que entender que la vida no siempre es color de rosa, así que ya va siendo hora de que aclaremos un par de cosas —agregó fríamente, aunque como siempre, inmutable, volviéndose hacia mi hermano—. Jeongguk no es tu rival, Junghyun, no hay una competencia aquí, porque de ahora en adelante, tú no eres nada para esta empresa.
Escuché categóricamente la crudeza y la crueldad en las palabras de mi abuelo, y advertí el innegable desdén y desprecio en su mirada. Mi estómago se contrajo y sentí ganas de vomitar.
—Te di la más grande oportunidad de todas, Junghyun, una con la que muchos sólo sueñan —continuó él, decepcionado—. Te di la oportunidad de sentarte en mi silla. ¿Recuerdas lo que te dije hace unos años, no? "Este será tu legado, tu derecho...serás mi sucesor, por ende todo esto es tuyo, así que aprovéchalo, gánatelo". Gánatelo —enfatizó en la última palabra—. Te ofrecí todo mi imperio, todo, sólo pedí que demostraras ser digno de él. En cambio, ¿qué fue lo que hiciste? cuestionaste todas las tradiciones, las decisiones, fuiste e hiciste lo que quisiste, y en el proceso amenazaste con arruinar mi reputación y la de la empresa.
—Cometí un pequeño error, me negué a tus mandatos por un vez en la vida, ¿y esta es la forma en la que me castigas? —cuestionó Junghyun—. ¿Dándole a mi hermano todo por lo que siempre luché y me esforcé?
—No quiero esto —intervine, queriendo que Junghyun lo tuviera muy claro—. Toda esta basura, este maldito...imperio, no me interesa, no lo quiero.
—Eso lo sé —replicó, poniendo una de sus manos en mi espalda—. Esto no te concierne, hermanito, sé lo que ocurre aquí y sé que todo esto lo provocó este desvergonzado y patético intento de hombre.
Vi a nuestro abuelo escuchar con atención las palabras de Junghyun, quien por primera vez se atrevía a hacerle frente, y noté como sus labios se apretaban en una línea, procediendo a caminar lentamente, de manera intimidante hacia donde nosotros nos encontrábamos.
—Es mío —fue todo lo que dijo por un segundo, con un tono de superioridad aplastante—. Todo esto es mío. Puedo tomar lo que quiera y dárselo a quien quiera, y es lo que haré. Todo lo que ves, tocas, incluso todo lo que tienes es mío, todo lo que has conseguido es gracias a mí. Tomaré el puesto que tanto crees que mereces y se lo daré a quien quiera, y tendrás que ver como lo hago —aseveró, volviéndose hacia mí esta vez—. Y tú ya lo sabes, lo que sea que desee, voy a tomarlo.
La amenaza en su voz no pasó desapercibida, y no tuvo que decir nada más para que yo entendiera que se refería a mi padre. Era consciente de que él era capaz de perjudicarlo irremediablemente si yo me negaba a continuar con esto.
—No tengo que darle explicaciones a nadie, mucho menos a ustedes —escupió, sacudiendo su cabeza—. Tú decidiste esto, Junghyun, ibas a tenerlo todo, lo querías todo, pero no estabas dispuesto a dar nada a cambio. Era sencillo, sólo se te pidió una cosa, pero no fuiste capaz de hacer aquel mínimo sacrificio.
—¿Mínimo sacrificio? —cuestionó Junghyun, soltando una carcajada que carecía de diversión—. ¿Escuchas la mierda que sale de tu boca? Querías que contrajera matrimonio con alguien a quien no amo, ¿tú piensas que eso es un pequeño sacrificio?
¿Qué?
Sentí mi ceño fruncirse en confusión frente a esa nueva declaración, ¿de eso se trataba?
—¿Amor? ¿Pero qué diablos tiene que ver el amor con todo esto? —se burló mi abuelo, como si la sola mención de esa palabra le pareciera ridícula—. No seas ingenuo, Junghyun, el matrimonio no es más que un sacramento, todos esos sentimientos mundanos de los que hablas no tienen relación alguna con esto. Siempre supiste que era necesario ese compromiso para el momento de la sucesión. Estar casado significa asegurar un heredero, eso es primordial, siempre lo has sabido —expuso con desinterés, como si aquel detalle no fuera importante en lo absoluto—. Pero nada de eso importa ya, ¿verdad? considerando tu escándalo, creo que no tiene sentido esperar un heredero de tu parte.
Sabía que Junghyun estaba siendo presionado con ese tema, sin embargo, no sabía que él estaba siendo obligado a dar ese paso. Ayer, Sowon había mencionado algo al respecto, sin embargo, creí que sólo era ella tratando de fastidiar mi ya liada cabeza...al parecer decía la verdad.
Mierda.
No podía hacer esto.
El aire en la habitación se volvió de pronto demasiado sofocante para respirar. Mi boca estaba seca y no se me olvidó respirar, simplemente no quise hacerlo más. Esto era...no. No podía formar parte de esto.
—Controlaste cada aspecto de mi vida durante años, acepté tus condiciones y todas tus reglas porque esto, esta empresa era todo lo que me interesaba, todo lo que quería, pero fue en vano, ahora me doy cuenta de que nada de esto vale la pena —declaró severamente Junghyun—. Haz lo que desees, no me interesa, pero no pienses ni por un segundo que dejaré que arrastres a Jeongguk a toda esta miseria.
꩜
11 DE FEBRERO, 2019
21:37 pm.
❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫
▬▬ JIMIN ESTABA preocupado por Jeongguk, pero ¿por qué rayos estaba tan preocupado? era lo que llevaba preguntándome durante más de un hora.
No entendía qué diablos estaba sucediendo. Ambos nos encontrábamos charlando con Saeeun, una de las chicas del ballet, cuando Jimin recibió una llamada de Seulgi un tanto alterada, por no decir histérica. Algo sobre una conferencia de prensa y que no podía comunicarse con Jeongguk fue todo lo que logré escuchar, pero no comprendí nada, sólo sabía que desde ese momento Jimin no había dejado de tratar de comunicarse con él.
No podía explicarme por qué tanto lío y temía preguntarle a Jimin a riesgo de quedar como una entrometida, pero Jeongguk por lo general respondía muy rápido los mensajes, y considerando el hecho de que ya llevaba horas sin hacerlo, también estaba comenzando a sentir cierta preocupación.
Había tenido un día realmente grandioso, me había divertido muchísimo: Jimin me había presentando a un montón de personas y a decir verdad, toda la experiencia había sido mejor de lo que esperaba. Además, no podía haber pedido una mejor compañía, Jimin de verdad que era un gran chico, se había encargado de que todo fuera perfecto. Me encontraba en una nube de felicidad, pero con lo que estaba sucediendo ahora, no podía dejar de pensar en Jeongguk.
Bueno, no era como si no hubiese estado pensando en él durante el día, porque claro que lo había hecho, la mayor parte del tiempo debía admitir, pero era diferente ahora.
¿Y si le había pasado algo malo?
—Haye —Jimin llamó mi nombre suavemente, con su vista fija en la carretera mientras conducía—. ¿Te importaría si hacemos una breve parada en casa de Jeongguk antes de llevarte a casa?
¿Me sentía lista para ver a Jeongguk en este momento? Probablemente no, me había pasado todo el día pensando en como debía actuar cuando volviéramos a vernos después de lo de anoche, especialmente frente a otras personas, pero ahora mismo, no me importaba demasiado.
—No, claro que no —le aseguré, tratando de ocultar el nerviosismo en mi voz producido por el simple hecho de imaginar verlo, se me hacía extraño tener que actuar como si nada pasara entre nosotros—. ¿Está todo bien?
—Mh —musitó, haciendo una mueca en lo que sus manos sostenían con más firmeza el volante—. Es un tanto complicado.
Dijo Jimin antes de proceder a explicarme muy breve y superficialmente lo que estaba sucediendo con Jeongguk, y a decir verdad, agradecí que no entrara en muchos detalles, porque mientras más escuchaba al respecto, más enferma me sentía.
—Ese comunicado básicamente confirma que Jeongguk será quien tomé el rol de su abuelo en la compañía una vez que él se retire —explicó Jimin—. Y como puedes imaginar, Jeongguk no tiene ningún interés en hacer eso, aunque...parece que ya no tiene muchas opciones.
¿No tenía muchas opciones? por Dios, de verdad que me encontraba horrorizada, ¿así era cómo funcionaba el mundo de las personas con dinero? ¿alguien más podía llegar y tomar decisiones sobre tu vida, y tú debías simplemente agachar la cabeza y obedecer así sin más? por favor, ¿cómo era posible que alguien pudiera vivir de esa forma? era horrible.
—Todo fue demasiado repentino, Jeongguk seguro que no se lo esperaba, lo vi esta mañana y no parecía estar enterado de los planes de su abuelo. Y ahora nadie puede comunicarse con él, eso es un tanto...preocupante.
—¿Piensas que pudo haber hecho algo?
—No lo sé, Jeongguk puede ser un tanto impulsivo. Muy impulsivo, de hecho.
—¿Y crees que esté en su casa?
—Espero que sí —suspiró, mirándome de reojo fugazmente—. Pienso que...no lo sé, tal vez verte podría hacerlo sentir mejor.
¿Qué?
Mi ceño se frunció instintivamente, dejando en evidencia mi confusión, ¿por qué diría eso? pensé, sin embargo, antes de que pudiera formular alguna pregunta, me percaté de que nos encontrábamos llegando hasta la residencia de Jeongguk, entonces mi cerebro automáticamente dejó de funcionar correctamente.
—Su auto está ahí —observó Jimin, sin ocultar el alivio en su voz—. Buena señal.
Mi corazón comenzó a acelerarse mientras que Jimin estacionaba el auto, y fui plenamente consciente de que mis manos empezaban a sudar, aún así me las arreglé para ocultar mi nerviosismo frente a Jimin. O al menos eso quería creer.
Sentí el frío viento despeinar mi cabello en el instante que puse un pie fuera del auto, entonces la idea de volver a subirme y esperar a Jimin dentro se volvió muy tentadora, tanto que tuve que darme una bofetada mental a modo de reproche por siempre pensar en huir.
Cuando ambos nos encontrábamos frente a la puerta principal, esperé a que Jimin golpeara o tocara el timbre, sin embargo, me sorprendió verlo poner directamente el código de seguridad. La puerta se abrió de inmediato.
—Solía escaparme para acá con frecuencia hace unos años, así que Jeongguk me dio el código para que no lo fastidiara con abrirme la puerta —explicó con una pequeña sonrisa.
Bueno, tenía sentido.
Todos parecían sentirse bienvenidos en casa de Jeongguk, y si éramos justos, ¿quién no querría escaparse aquí? la casa por sí sola era una obra de arte.
—Me disculpo desde ahora, pero te juro que si el idiota desconsiderado ese sólo está durmiendo...voy a patear su perezoso trasero —mencionó Jimin, abriendo más la puerta para hacernos pasar.
Ahora, eso sería bastante cómico e inesperado.
¿Cuáles eran las probabilidades de que Jeongguk se encontrara durmiendo después de recibir semejante noticia? Posiblemente muy pocas, aunque creo que hubiera preferido que ese fuese el caso. Al igual que Jimin, cuya expresión me lo dejó bastante claro. Y es que cuando ambos hicimos nuestro camino hasta la sala, al llegar, fuimos testigo de una escena que en definitiva ninguno de los dos se esperaba. Diablos, no debí ignorar mis ganas de huir. Que terriblemente incómodo. Y que suerte la mía, sabía que debía de haber permanecido en el auto.
Maldita sea.
Ojalá le hubiese hecho caso a mi intuición esta vez.
Fue apenas un segundo, sólo un muy breve segundo, sin embargo, eso fue suficiente para mí, definitivamente no necesitaba ver más. Sentí un desagradable nudo en el estómago y una dolorosa presión en el pecho ante la fugaz imagen de Jeongguk abrazando a su ex novia, ¿o acaso ella lo estaba abrazando a él? ah, no es como si eso importara, ¿verdad? el caso era que se abrazaban.
Los dos se encontraban solos y evidentemente estaban compartiendo un íntimo momento. Y yo no pude evitar sentirme asqueada ante la visión de ellos juntos.
Odié aquel sentimiento.
Realmente odié lo que aquella imagen logró provocar dentro de mí.
Ni siquiera estaba del todo segura de qué era lo que había visto, pero si no estaba del todo equivocada, los brazos de Sowon se encontraban rodeando el cuello de Jeongguk, y a pesar de que el susodicho parecía estar inmóvil, con ambas manos a sus costados, su rostro estaba oculto en el hueco del cuello de Sowon. Era como si ella lo estuviese consolando, o al menos sosteniendo, esto hasta que Jimin aclaró muy poco sutilmente su garganta, haciendo notar nuestra presencia.
Jimin era una chico tranquilo, pero noté que al igual que yo, no le gustó lo que vio, aunque estaba segura de que su molestia se debía a razones muy distintas a la mía.
¿Por esto era que no podía darle señales de vida a sus amigos? ¿porque estaba con ella?
—Me alegra saber que estás vivo —habló Jimin, sin siquiera tratar de ocultar el disgusto en su tono de voz.
Sowon se volteó al escuchar a Jimin, pero en lugar de lucir sorprendida, ella lució complacida, por supuesto. Jeongguk, por el contrario, dio la impresión de estar algo aturdido, aunque aquello no duró demasiado, pues el rápidamente se incorporó en la escena. Sus ojos se posaron en mí en cuestión de segundos y me percaté de que sólo eso fue necesario para que el retrocediera dos pasos lejos de Sowon. Aunque sinceramente, eso no me hizo sentir mejor.
—Sólo eso queríamos saber —agregó Jimin—. Bien, no queremos importunar, así que...
—No están importu...no es...—tartamudeó Jeongguk, excusándose—. No digas eso. Mi celular se descargó, iba a llamarlos en...
—Sí, claro que ibas a hacerlo —replicó Jimin irónicamente—. Como sea, ignórennos, ya nos vamos, le diré a Seulgi que estás bien.
—Sowon ya se iba —mencionó Jeongguk precipitamente, sin voltear a ver ni por un segundo la expresión de perplejidad y ofensa que sus palabras pusieron en el rostro de la chica—. Haye, me aleg...
Esta vez se dirigió a mí, pero en lo que él apenas alcanzaba a decir mi nombre, noté como la sonrisa de suficiencia de Sowon se curvaba con cierta maldad, entonces las palabras de Jeongguk fueron interrumpidas por las malintencionadas declaraciones de su ex.
—Sí, es cierto, yo ya me iba, pero no te olvides de lo que hablamos, ¿sí? —añadió antes de retirarse, volteándose para ver a Jeongguk—. Y ya sabes, cuando quieras puedes volver a llamarme, puedes contar conmigo, estaré aquí cuando sea que me necesites.
Claro.
No era idiota, sabía lo que estaba tratando de hacer. Por supuesto que antes de irse ella se aseguraría de hacernos saber que había sido Jeongguk quien la había citado hasta aquí.
—Claro que lo estarás —masculló Jimin, ganándose una mirada de pocos amigos por parte de Sowon.
—Ah, como siempre es un gusto verte, Jimin —se despidió ella, virando sus ojos.
Todo esto era tan increíblemente incómodo.
Ver a Jimin actuar con tanto desdén y frialdad era inusual, él siempre era tan correcto y cortés, sin embargo, no era la primera persona que reaccionaba de esta manera en presencia de Sowon. No era un secreto que aquella chica se había ganado el desprecio de la gran mayoría de los amigos de Jeongguk.
Y podía entender porqué.
Y no sólo se trataba de Jeongguk, por supuesto que de cierto modo el conocer su historia con él había influenciado en mi opinión sobre ella, sin embargo, no era sólo eso, ella me provocaba cierta desconfianza, no me agradaba, mucho menos después de nuestro encuentro de anoche. Sabía que en nuestra breve conversación ella había tratado de lucir inofensiva, pero no era tonta, fui capaz de leer entre líneas.
En esta ocasión, Sowon caminó con pasos seguros y firmes, pasando justo por mi lado, pero a diferencia de ayer, ella en ningún momento se detuvo a mirarme, tampoco se dirigió a mí de ninguna manera, era como si yo simplemente no existiera, al menos de ese modo me sentí, aunque no me importó.
Quería irme.
—Puedes volver a llamarme —Jimin repitió las palabras de Sowon, regalándole a Jeongguk una sonrisa de incredulidad—, pero que sutil, eh.
Jeongguk puso sus ojos en blanco y sacudió suavemente su cabeza —No es lo que piensas, sabes que le gusta tergiversar las cosas.
—Si tú lo dices.
Jimin se volvió ligeramente en mi dirección, mirándome casi como tratando de decir "lo lamento" con sus ojos.
—Gracias por venir —expresó Jeongguk, pasando una de sus manos nerviosamente por su cabello. Sus ojos estuvieron sobre mí en todo momento, pero yo seguía sintiéndome como una espectadora.
—No agradezcas, realmente tengo muchas ganas de decirte unas cuantas cosas en este momento —aseveró Jimin—. Sólo me contengo porque creo que ya has tenido un día lo suficientemente mierda.
Cierto, después de aquella desagradable sorpresa incluso había olvidado que por eso era que estábamos aquí.
Jeongguk estaba pasando por un mal momento y había recurrido a su ex novia por consuelo, ¿era eso algo normal? porque no tenía sentido para mí. Nada de esto lo tenía a decir verdad. Sólo podía pensar en que si así es como serían las cosas, entonces definitivamente había tomado una decisión precipitada al darle una oportunidad a Jeongguk.
Esto no se sentía bien.
Quería pedirle a Jimin que me llevara de regreso a casa, pero al mismo tiempo tenía ganas de escuchar aquello que evidentemente Jeongguk quería decirme, pero que estaba reprimiendo. Agh.
—¿Por qué vinieron juntos? —preguntó Jeongguk en un inútil intento por reducir la incomodidad que podía palparse incluso en el aire.
—Iba a llevarla a casa, pero como no respondías tu bendito celular pensamos en primero pasar a ver si te encontrabas bien —explicó Jimin superficialmente.
Había algo más, algo que claramente me estaba perdiendo, Jimin parecía estar demasiado cabreado con Jeongguk, pero en este punto no quería saber cuál era la razón.
—Ya, deja de mirarme como si quisieras golpearme, ya te dije que mi celular se descargó —bufó Jeongguk—. Lo siento, en serio.
Jeongguk pasó su mirada desde Jimin hasta a mí, viéndose como un cachorrito al cual acababan de regañar. Ah, tenía que ser más fuerte que esto. Sus ojos se mantuvieron fijos en mí por un momento, sin disimulo, como si tratara de llamar mi atención, pero yo no pude sostener su mirada, así que me limité a morder el interior de mi mejilla y desviar la mía hacia el suelo. Entonces sentí los ojos de Jimin sobre Jeongguk y sobre mí, reparando en que claramente algo estaba sucediendo, no era como si Jeongguk estuviese tratando de no ser obvio, pues su forma de actuar gritaba que quería que nos dejara solos, y al parecer Jimin lo entendió, porque en contra de todo pronóstico, dijo:
—Tengo que ir al baño.
Anunció a regañadientes, como si no quisiera hacerlo realmente. Y no tenía que hacerlo. De verdad no tenía que dejarme a solas con Jeongguk, pero para mi mala suerte, lo hizo.
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