❛ 20 ❜
U N P L A N N E D
veinte
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❛ 𝓒elos por aquí, celos por allá ❜
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❝ Quien deje pasar la más bella historia de su vida, no tendrá otra edad más que la de sus pesares, y no habrá suspiro en el mundo capaz de mecerle el alma. ❞
ㅡLo que el día debe a la noche, Khadra.
10 DE FEBRERO, 2019
15:40 pm.
❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫
▬▬ JEONGGUK sacó una galleta de la bolsa que Seulgi acababa de dejar sobre la encimera justo después de que ella le advirtiera específicamente que no lo hiciera, ganándose así una seguidilla de manotazos por parte de la susodicha.
Jeongguk salió corriendo hasta el otro lado de la cocina, tratando de esquivar algunos de los golpes en lo que se le escapaban burlonas carcajadas, y el mismísimo se daba el lujo de provocarla.
—¡Jeon Jeongguk! —chilló Seulgi, cabreándose aún más después de ver que él sólo se reía de ella—. ¡Ven aquí! ¡Te juro que voy a molerte a golpes maldita sangui...! ¡Ya deja de comerte las cosas!
Sonreí ante la imagen de Seulgi correteando a Jeongguk en un inútil intento por alcanzarlo. El chico era rápido y la cocina era demasiado espaciosa. Yo por mi parte, terminé de inflar mi millonésimo globo, dejándolo caer al suelo junto a todos los demás.
—No tienes piedad de mí ni en el día de mi cumpleaños, no te soporto —resopló Seulgi, rindiéndose en lo que trataba de recuperar el aliento—. Haye, pregunta seria ¿qué opinas de un trueque? Yo te doy a mi mejor amigo y tú me das el tuyo, realmente me urge uno que sepa hacer algo más aparte de fastidiar.
Propuso Seulgi y Jeongguk abrió su boca indignado, llevando dramáticamente una de sus manos hasta su lastimado corazón. Yeosang por otro lado, sonrió verdaderamente complacido por las palabras de mi amiga.
—Acepto —replicó Yeosang en mi lugar.
—¡Oye! —exclamé, falsamente ofendida—. Ni siquiera lo pensaste.
—Descuida Haye, ¿quién los necesita? Nos tenemos el uno al otro —intervino Jeongguk, pasando uno de sus brazos por encima de mis hombros, estrechándome más cerca de él—. De hecho...me gusta la idea.
Tonteó y yo me removí ligeramente en mi lugar para poder verlo. Y rayos, él tuvo exactamente la misma idea. Maldita sea, ahora sus ojos se encontraban puestos muy fijos en mí, y debido a que continuaba estrechándome junto a él, nos encontrábamos peligrosamente cerca. Era un gesto completamente inocente, sin otras intenciones, lo sabía, pero no podía evitar verme afectada por su cercanía. No estaba segura de si en algún futuro cercano dejaría de afectarme, la verdad. Lo peor de todo era que Jeongguk por lo general actuaba de esta misma forma con Seulgi, esta era su forma de ser, así que iba a tener que acostumbrarme, pero...agh, no podía concentrarme, se encontraba tan próximo a mí que ya podía oler su colonia.
—Sí, uhm, no lo creo —intervino Yeosang, sonriéndole a Jeongguk y tirando de mi brazo hacia él, deshaciendo de esta forma la proximidad entre nosotros—. Las tomaré a las dos.
—La avaricia es un pecado —se burló Jeongguk—. Eres codicioso.
—Y confiado —agregué, liberándome del agarre de mi amigo—. Demasiado.
—Confío en nuestra amistad —presumió Yeosang, con una sonrisa en los labios—. No es fácil acabar con esto tan especial que compartimos.
Puse mis ojos en blanco al percatarme del tono irónico en su voz y me estiré para alcanzar otro globo.
—Vale, esperaré entonces —dijo Jeongguk—. Puedo ser paciente, Haye y yo tenemos una conexión que simplemente es imposible de ignorar.
Já.
Claaaro.
Jeongguk me guiñó un ojo y Seulgi fingió tener náuseas, y esto ya parecía un concurso para ver quien era el más dramático.
—¿Oíste eso, Haye? apuesto a que acabas de enterarte de esta supuesta "conexión" —se rió ella.
—No seas envidiosa, no creíste que serías para siempre la única mujer en mi vida, ¿o sí?
Seulgi soltó una fuerte carcajada y sacudió su cabeza, por Dios, estos dos sí que eran un caso. —Pero que descarado eres —carcajeó mi amiga—. ¿Cuándo he sido la única mujer en tu vida, mh? La lista es tan larga que...
—Uy, ¿qué hora es? —interrumpió Jeongguk, mirando la hora en el imaginario reloj en su muñeca—. Se hizo tarde, creo que ya debería irme.
—Es tu casa, idiota —le recordó Seulgi—. Y no vas a librarte, necesito tu ayuda con...
¡Y sonó el timbre!
Gracias a Dios. El inconfundible sonido del timbre resonó por toda la casa, interrumpiendo la fascinante conversación entre Jeongguk y Seulgi. Agradecí que fuera así porque siendo honestos, no quería oír nada sobre la larga lista de chicas en la vida de Jeongguk.
—Seguro son las chicas —comentó Seulgi—. Les pedí que me ayudaran con la decoración.
Perfecto, mientras más manos trabajaran en esto, mejor. Seulgi había planeado muchas cosas para su fiesta, y al parecer con la ayuda de Yeosang y la mía no era suficiente, todavía inflábamos globos, así que definitivamente necesitábamos manos extras.
—Por cierto, invité a Eunbi —le anunció Seulgi a Jeongguk, con una sonrisa que evidentemente escondía algo detrás.
Eunbi.
¿Dónde había escuchado ese nombre antes?
—Uhh, ¿de acuerdo? —contestó él, sin entender porqué de pronto Seulgi la sacaba a colación y lo miraba de esa forma tan sospechosa—. ¿Se supone que eso debería significar algo para mí o...?
—Ay, ya, no te hagas, ya sé que es ella la chica de la cual me hablaste el otro día —oh—. Las chicas me contaron que volviste a verte con ella —explicó mi amiga y yo rápidamente comprendí de quien se trataba.
Jeongguk la miró por un segundo, entre descolocado y desorientado, viéndose incapaz de procesar la información recibida.
—¿De qué Eunbi estás hablando...? —cuestionó él.
—¿Es en serio? ¿Vas a fingir demencia?
—No me he vuelto a ver con...—y entonces su foco pareció encenderse—. Mierda, ¿Te refieres a...? ¿Invitaste a esa Eunbi? —inquirió él, su ceño frunciéndose profundamente. Ay, no.
—Iré a abrir la puerta —avisé, recurriendo a eso como método de escape—. Tal vez las chicas necesitan ayuda con...algo.
Me apresuré en salir de la cocina y caminé con pasos veloces hacia la puerta principal. Demonios, ¿por qué la casa tenía que ser tan grande? En serio necesitaba un poco de aire fresco ahora, me urgía despejar mi liada cabeza.
Sabía que no debía importarme, de hecho...odié sentirme así de decepcionada al escuchar las palabras de Seulgi, tristemente el sentimiento iba más allá de mí, no podía controlarlo. Había metido la pata monumentalmente al permitirme interesarme en él de esta forma, nunca me detuve a pensar en que seguramente habían un montón de chicas que debían de sentirse de esta misma forma con respecto él, ¿qué tenía yo de especial? pues nada.
Nuestras charlas telefónicas con Jeongguk no se habían detenido después de nuestro acuerdo de ser amigos, lo cual me hacía sentir tontamente feliz, sin embargo, la idea de que él hablara conmigo al mismo tiempo que hablaba con otras chicas hacía que mi corazón doliera. Había perdido la maldita cabeza.
¿Qué demonios me estaba pasando? Yo no era así.
Y desde luego que no quería ser así.
Ugh, al diablo todo esto, mientras menos pensara en ello, menos doloroso sería, así que...sacudí mi cabeza, desechando todos esos patéticos pensamientos y me precipité en abrir la puerta, simplemente para encontrarme con una sorpresa aún grande al percatarme de que quien estaba golpeando, no eran las chicas.
No, señor, claro que no.
Sí, había una chica parada justo frente a mí, pero esta chica no era nada más ni nada menos que la famosa ex novia de Jeongguk.
Es que este debía de ser mi día de suerte.
La chica —al igual que yo— se sorprendió de verme, claramente no esperaba ser recibida por mí, eso fue bastante evidente al ver la expresión en su rostro. Fue muy rápido que su semblante se transformó de uno más bien neutral a uno de perceptible confusión, y disgusto.
Rayos.
Fui muy consciente de su espontáneo escrutinio. Ella me miró de pies a cabeza por una fracción de segundo, analizándome con ojo experto, lo cual me hizo sentir increíblemente insegura. Quería correr y esconderme debajo de un roca.
Seulgi no me dio tiempo de arreglarme antes de venir, apenas alcancé a peinarme esta mañana, así que no me sentía particularmente segura de mí misma ni de mi apariencia en estos momentos. Y desafortunadamente, estar frente a esta chica que parecía ser una verdadera muñequita de porcelana, no me ayudó en lo absoluto con mi autoestima. No pude evitar sentirme pequeña a su lado, ¿y cómo no? si ella era la clase de chica que lucía incluso más bonita de cerca.
—Hola —saludé torpemente, tratando de apaciguar la incómoda tensión que por alguna razón se había creado entre nosotras—. Uhm, debes estar...
—Buscando a Jeongguk —terminó por mí, de manera abrupta y hostil—. ¿Se encuentra en casa o...?
De acueeeerdo, no había necesidad alguna de ser tan tosca, pensé para mis adentros. Tenía toda la apariencia de ser una chica dulce, pero no me sorprendería en lo absoluto que fuera sólo una fachada.
—Está adentro —respondí, con la garganta repentinamente seca. Maldición, ¿Por qué me sentía tan tonta al hablar? No podía ser intimidada con tan poco esfuerzo—. Le diré que lo buscan.
—Espera —intervino ella cuando hice el ademán de regresar al interior de la casa y buscar a Jeongguk para luego esconderme—. Lo lamento, fui grosera —se disculpó, quitando la severa expresión en su rostro y relajando su postura.
—Descuida, no pasa nada —le resté importancia, sólo quería regresar a inflar globos—. Yo, uhm, iré por Jeongguk, ya regreso...
—Espera, antes...¿Te importaría decirme tu nombre? Es que tu rostro...se me hace muy familiar. ¿Nos hemos visto antes?
Eso era muy poco probable y no conocía las intenciones detrás de su curiosidad, pero la satisfaría si con eso podía largarme más rápido.
—Mi nombre es Sowon, por cierto —se presentó, con una pequeña y falsa sonrisa dibujada en sus labios.
No quería ser pájaro de mal agüero, pero no me daba buena espina, como diría Yeosang. Esto, tener esta sensación, no me sucedía con mucha frecuencia, pero confiaba en mis instintos, así que necesitaba poner una distancia prudente entre nosotras.
—Es un gusto —le sonreí de la misma forma—. Yo soy Haye.
Sus ojos se alzaron al escuchar mi nombre y algo pareció hacer click en su cabeza. ¿Huh?
—Ah, tú eres Haye —exclamó ella, con un tono que me resultó sospechosamente alegre, fue casi como si estuviese saboreando mi nombre en sus labios—. Debes de ser la nueva amiga de Jeongguk, ¿o me equivoco?
No me gustó la forma en la que dijo "nueva amiga" y mi rostro me delató, fui consciente de que mi ceño se frunció instantáneamente al oír el tono en sus palabras.
—Hm, supongo.
—¡Y ya hasta te invitó a su casa! —observó con falso regocijo—. Por lo general no llegan tan lejos, así que supongo que ustedes ya...
—Sowon.
Oí la inconfundible voz de Jeongguk, fuerte y clara detrás de mí, y yo me sobresalté por lo repentino de su aparición.
Diablos, mi corazón.
Su llegada fue inesperada, casi infartante, pero agradecí su intromisión. Escuché a Jeongguk acercarse con pasos firmes y en cuestión de segundos sentí su presencia a mis espaldas.
—¿Y ahora qué haces aquí? —cuestionó él, posicionándose a mi lado.
¿Ya podía irme?
—¿Tú qué crees? Tengo que hablar contigo —respondió Sowon casualmente—. Pero me entretuve charlando un poco con Haye. Tienes un nombre muy original, ¿te lo habían dicho? Conocí a alguien con ese nombre hace muchos años, aunque era una persona muy indeseable.
Síp, esa definitivamente era mi señal para irme.
Entre medio de los dos me sentía minúscula, no era una sensación nada agradable, así que no me sentía culpable por querer huir.
—Seulgi dijo que necesitaba tu ayuda para colgar los últimos globos —dijo Jeongguk, esta vez dirigiéndose a mí.
Lo vi rascar la parte de atrás de su cabeza con cierta incomodidad. Y sí, esto era raro. Así que sin perder más tiempo, tomé sus palabras como si de una orden se tratara y prácticamente corrí de regreso a la cocina. Ahí, Yeosang y Seulgi reían por alguna razón, ajenos completamente a cualquier tipo de drama, y yo...recién en ese momento sentí que podía volver a respirar.
10 DE FEBRERO, 2019
16:05 pm.
❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫
▬▬ PERO QUE SORPRESA más jodidamente desagradable, pensé, lo que menos deseaba ahora era tener que lidiar con la mierda de Sowon. Hacía mucho tiempo que nuestros encuentros dejaron de terminar bien, y por la forma en que me estaba mirando, no esperaba nada diferente.
Cerré la puerta detrás de mí y nos aislé de lo que ocurría allá adentro, no tenía intención de hacerla pasar, aunque no era que le importara mucho, ella simplemente estaba aquí para importunar. —Es bonita —fue lo primero que dijo.
—¿Qué? —no entendí de donde vino eso.
—La chica...es bonita —se explicó.
Ah, debí ser yo quien abriera la maldita puerta. No era bueno que Sowon supiera quien era Haye, no cuando había cometido el estúpido error de decirle que estaba interesado en ella.
—¿Podemos...no hacer eso? —pedí, no iba a ir por ese camino y esperaba que no insistiera—. No viniste hasta acá para decirme eso.
—Bueno, no pensé que la traerías a tu casa —me reprochó, la audacia—. No vine aquí esperando encontrarme con tu nueva conquista.
Solté una carcajada incrédula, sí que era descarada como para venir hasta mi casa y tomarse atribuciones que no le correspondían.
—Tú misma lo dijiste, es mi casa y puedo traer aquí a quien yo quiera —aclaré, que fácil le resultaba ponerme de mal humor—. Y Haye...no es eso, ¿de acuerdo?
Quería que sacara esas ideas de su cabeza porque conocía a Sowon, no la quería por ahí esparciendo rumores, ya suficiente tenía con todo el jodido mundo. Había gente hablando, gente que no tenía idea de absolutamente nada haciendo comentarios y al parecer ahora estaba saliendo con Eunbi. Ah, pero lo merecía, cometí él estúpido error de responderle a Eunbi el otro día y luego uno aún más estúpido al aceptar verme con ella, pero nunca nos vimos, le cancelé antes de llevarlo más lejos porque no quería más arrepentimientos, pero ahora Seulgi y sus entrometidas amigas creían que sí estaba interesado en ella y que sí nos estábamos viendo. Y esa era la clase de malentendidos de los cuales quería mantenerme alejado.
Si Sowon iba por ahí diciendo que la chica por quien sentía algo era Haye. iba a joderlo todo.
—¿Qué no es? ¿Tu nueva conquista? —inquirió burlona.
—Exacto.
—Mhh...creo eso sólo el tiempo lo dirá —replicó en tono divertido.
—Sowon —suspiré, que irritable era—. ¿Qué es lo que quieres, hm? No puedes aparecerte aquí sin avisar.
—Claro, eso ahora te molesta —bufó, poniendo sus ojos en blanco—. Antes te encantaba.
Resoplé, no iba a hacer esto. —Mira, no tengo tiempo para tus escenas ahora, así que...
—Ya, ya, lo lamento, ¿sí? no quería importunar, no imaginé que tendrías invitados.
—Pues los tengo.
—Pero es importante, no habría venido si no lo fuera.
—Entonces habla —insistí, impaciente porque que se fuera—. ¿Qué es?
No podía imaginar que podía ser tan importante o urgente como para que tuviera que venir hasta aquí. Sowon tenía un talento increíble para inventarse historias.
—Esta mañana cuando me desperté noté que tu abuelo estaba en la oficina de mi padre —empezó, y ya no me estaba gustando—. Y puede que los haya escuchado hablar sobre ti...y, uhm, sobre el futuro de las empresas y todo eso.
Sowon mencionó, esta vez titubeante, y yo sólo pude pensar en: ¿por qué se estaba poniendo nerviosa? Esa era una mala señal.
» —Mira, sé que dijiste que no querías hablar al respecto, y ni siquiera sé si entiendo qué es lo que está sucediendo, pero tu abuelo está totalmente confiado en que tú asumirás el cargo.
Mi ceño se frunció como un reflejo después de escuchar su declaración, tenía que ser una puta broma.
» —Todos están hablando sobre eso. Escuché que lo está poniendo todo en marcha para comenzar con el protocolo de sucesión. Él incluso...dijo que hablaría con tu padre al respecto.
¿Qué...carajos?
¿Cómo que con mi padre?
Y una mierda que iba a hacerlo, no iba a permitírselo, no sin haber agotado antes todas las posibilidades. Aunque, tenía que ser realista, si la gente ya estaba comenzando a hablar sobre eso, era sólo cuestión de tiempo para que mi padre escuchara los rumores, sin embargo, conociéndolo, él no creería en esa ridiculez al menos que saliera de mi propia boca...y yo no tenía intención de ceder tan pronto.
» —Todos los inversionistas y socios están presionando a tu abuelo, lo oí decir que ya se ha perdido mucho tiempo, todos quieren respuestas y soluciones inmediatas, hay mucho que perder en esto y comenzar desde cero, como puedes imaginar, no es lo ideal en esta situación, es por eso que muchos están comenzando a cuestionar la decisión de tu abuelo de escogerte a ti como sucesor. Tu hermano llevaba años preparándose, ahora necesitan que tú te involucres y te comprometas realmente con el futuro de...
—No se equivocan —la corté, porque justo eso era lo que llevaba días pensando—. Yo no soy la persona ideal para asumir ese cargo, nunca podría serlo. Me tranquiliza saber que no soy el único que se da cuenta de lo absurdo e insensato que es todo esto.
Porque lo era, no había otra palabra para describirlo. Yo no era como mi madre ni mi hermano, no estaba interesado ni estaba inmerso en el mundo de los negocios, ese no era yo, ni naciendo de nuevo. Nunca quise tener nada que ver con esa mierda, me había desligado de eso desde un principio.
—Es bueno que otros estén cuestionando la demente idea de mi abuelo —agregué, era de cierto modo...alentador.
—No, Jeongguk, no lo es, no lo entiendes —contrarió en un suspiro—. No importa lo que digan, tu abuelo no dejará que alguien que no sea familiar directo se haga cargo de las empresas, es su legado, todo por lo que ha trabajado, ¿piensas que le cedería esa responsabilidad a cualquier persona? Él es quien toma las decisiones más importantes, es el dueño de la mayor parte de las acciones, es quien controla todo, y desea que permanezca de esa forma. Él no le dará ese poder a nadie más. Para él, o eres tú, o eres tú, no hay otra opción. Y si la gente comienza a presionarlo, sólo será peor para ti.
—El protocolo de sucesión es fundamental, Sowon, todo el mundo sabe eso, así como también saben que se va preparando a medida que los herederos van creciendo, es necesario ver si estos se forman o no en consecuencia de lo que necesita la empresa, y con eso se fija de forma determinante quien puede y quien no puede formar parte de ella, considerando todo eso, yo simplemente no califico para el puesto.
Cualquiera con sentido común entendería eso, o al menos me sentía positivo al respecto.
» —Tengo veintiún años y jamás fui preparado para nada de esto, ellos lo saben, no permitirán que asuma el rol de mi abuelo.
O estaba contando con eso.
Iba más allá de si yo lo deseaba o no, otorgarme a mí un rol tan importante como ese sería un terrible error, una insensatez, incluso si comenzara a prepararme ahora, no estaría listo para asumir el cargo hasta los treinta. Mi abuelo tenía que darse cuenta de lo que estaba poniendo en riesgo por su terquedad, debía dejar de lado sus prejuicios y cederle el puesto a quien lo merecía: mi hermano.
—Parece que no conoces a tu abuelo —declaró—. Él lo tiene absolutamente todo arreglado, por eso estoy aquí. Tu abuelo dará una conferencia de prensa para dar el gran anuncio.
Tomé una respiración profunda y pasé una de mis manos por mi cabello, conteniendo apenas las ganas de tirar de este, esto era frustrante. —Me importa una mierda lo que él hago o no, no he aceptado ser parte de nada de eso, no puede tomar esas decisiones sin mi consentimiento...
—Déjame acabar, ¿sí? —pidió, impaciente—. Yo...uhm, hay algo más, hay...uh, otra razón por la cual tu abuelo visitó a mi padre esta mañana —Sowon mordisqueó el interior de su mejilla, en una clara señal de que algo la tenía nerviosa, eso encendió todas mis alarmas—. Y desde ya lo lamento, porque no va a gustarte.
10 DE FEBRERO, 2019
17:03 pm.
❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫
▬▬ DESPUÉS DE MÁS de una hora de retraso, las amigas de Seulgi finalmente llegaron, y gracias a Dios se hicieron cargo de la decoración porque yo en definitiva no servía para eso.
La tan mencionada Eunbi llegó junto a ellas y la verdad, después de las declaraciones de Seulgi y sus amigas, esperaba alguna reacción por parte de Jeongguk al verse con ella, pero no hubo ninguna. Él se limitó a saludarla y luego simplemente desapareció por el pasillo con su celular en mano. Eso me dejó incluso más confundida, pero...aliviada. Aunque, la chica sí parecía esperar más que un saludo por parte de Jeongguk. Agh, no entendía nada.
Lo único que tenía claro, era que en estos momentos los hechos eran los siguientes: Jeongguk no se inmutó en lo absoluto ante la presencia de Eunbi, pero sí se vió indudablemente afectado después de su charla con Sowon.
Yo también quedé afectada por su charla con Sowon, sin embargo, lo mío fue por razones totalmente diferentes.
Sowon y Jeongguk hablaron durante un rato no muy largo, pero después de esa conversación, él ya no lucía nada contento, por el contrario, estaba desanimado y distante. No se había despegado de su celular desde entonces, estaba ajeno a todo lo que sucedía fuera de su burbuja, era un tanto...preocupante, pero no me correspondía intervenir. Desafortunadamente casi me vi en la obligación de hacerlo porque cuando decidí tomarme un merecido descanso de preparar aperitivos y canapés, y se me ocurrió la brillante idea de escabullirme en el patio, me di cuenta de que Jeongguk tuvo exactamente la misma idea.
Diablos.
Me quedé con una mano en la puerta y un pie fuera de esta. Jeongguk se encontraba sentado en el mismo sofá de exterior en el cual nos pusimos a charlar la primera vez que estuve aquí, en la fiesta de Jimin.
Yo creía que estaba en su habitación, lo había perdido de vista hace un rato, pero nope, aquí estaba, sentado y luciendo completamente miserable. Sus codos se encontraban apoyados en sus rodillas en lo que él ocultaba su rostro entre sus manos. Demonios. Lo que menos deseaba era importunarlo, pero él levantó su rostro de inmediato cuando me escuchó abrir la puerta.
—Lo siento —dije al instante—. Pensé que no había nadie.
Musité con torpeza e traté de devolverme por donde había venido. Él se veía...mal, no quería molestarlo incluso más.
—Haye, oye —me llamó Jeongguk, deteniendo mi muy poco sutil huida—, no tienes que irte.
—No, descuida, está bien, parece que quieres estar solo, así que...
Volví a tomar el picaporte de la puerta, pero Jeongguk volvió hablar. —No quiero estar solo —aseguró.
Ay.
Algo malo había sucedido, estaba escrito en todo su rostro. Sus redondos y grandes ojos no tenían ese brillo astuto y perspicaz que los caracterizaba, y su semblante era el de alguien abatido. ¿Qué le había dicho Sowon para ponerlo así?
—Quiero decir que...me gustaría que te quedaras conmigo, si...uhm, si tú quieres, claro —añadió.
¿Lo que quería? De eso no tenía idea, pero al parecer mi corazón sí lo hacía, porque antes de plantearme los pros y los contras de mi posible decisión, mis piernas ya se encontraban caminando en su dirección.
—¿Te encuentras bien? —me atreví a preguntar, tomando asiento a su lado.
—Ahora sí —respondió, iluminándome con esa sutil pero encantadora sonrisa suya, aunque esta vez no la sentí del todo honesta.
—Hm —entrecerré mis ojos con divertido recelo.
—Hm —él imitó mi acción y arrugó ligeramente su nariz.
Sonreí inconscientemente porque se veía muy adorable haciendo eso. —Pareces un conejito.
—Pareces una muñequita. Una muñequita seria.
—Y tú conejito triste —observé—. ¿Si sabes que no tienes que decir que estás bien si no lo estás, verdad?
Se me escapó, pero tenía que decirlo. Jeongguk agachó su cabeza y asintió débilmente con esta.
—Sí, ya sé, es sólo que...hoy es un día que debería ser feliz, para celebrar y todo eso, no quiero opacarlo con mis problemas —explicó, encogiéndose de hombros.
Bueno, eso era increíblemente considerado y desinteresado de su parte, sólo esperaba que supiera que así como la felicidad de sus amigos era importante, también lo era la suya. Si algo andaba mal estaba segura de que sus amigos querrían saberlo, seguramente querrían ayudarlo y estar para él. Yo querría hacerlo, pero no me correspondía.
—Entiendo —y en serio lo hacía, esto que Jeongguk estaba haciendo, solía hacerlo mucho en el pasado: ignorar o restarle importancia a mis problemas y a como estos me hacían sentir por un bien mayor—. Entonces, uhm, ya que no quiere hablar sobre eso, ¿hay algo que pueda hacer para hacerte sentir mejor?
De preferencia algo que no estuviera fuera de mi alcance. Aunque, incluso si lo estuviera, tenía el presentimiento de que buscaría la forma de hacerlo, y es que me gustaba un poco demasiado verlo feliz.
Ah, Haye, no, no, no, amigos, recuerda.
—Creo que sí —replicó.
Y eso fue todo lo que dijo, pues sin darme más explicaciones, lo vi acomodarse con naturalidad en el sofá, cambiando a una posición completamente diferente. Jeongguk recostó su cuerpo encima del sofá, sin ninguna complicación y me sorprendió al apoyar su cabeza encima de mis piernas. Sabía que nada de esto era nuevo para él, pero para mí, Dios, me costaba horrores no dejar en evidencia lo mucho que estas pequeñas acciones alteraban todo en mi ser.
¿Los amigos hacían esto, no?
Yeosang siempre estaba encima de mí, algunas veces era como una pegatina, como un cachorrito, pero era diferente con él, Yeosang no tenía el efecto que Jeongguk tenía en mí.
¿Y qué se suponía que debía hacer ahora? Digo, ¿qué era específicamente lo que él esperaba que yo hiciera? Porque tenía una idea, había algo que realmente deseaba hacer, pero temía hacer el ridículo. Tal vez, él simplemente quería apoyarse en mi regazo para estar más cómodo y yo aquí perdiendo la cabeza. Por Dios ¿qué era lo que...?
Jeongguk comenzó a tantear con su mano en busca de algo, y yo permanecí inmóvil porque, bueno, porque mi cerebro había decidido dejar de funcionar, eso hasta que Jeongguk halló lo que buscaba: mi mano. Y cuando lo hizo, guió esta con total naturalidad hasta la parte de su cabeza en la cual nacía su cabello, y casi como si de un acto reflejo se tratase, mis dedos hicieron lo que durante mucho tiempo habían deseado hacer: entrelazarse en su cabello.
Mi corazón.
Desde que me había vuelto más consiente de mis sentimientos por Jeongguk, había comenzando a crear todo tipo de escenarios en mi cabeza. Y yo, aunque realmente trataba de hacerme a la idea de que sólo seríamos amigos, mi imaginación era más poderosa. Y era en esta imaginación, en el mundo dentro de mi cabecita en el cual no dejaba de preguntarme cómo sería y cómo se sentiría pasar mis dedos por su cabello. Por supuesto, esta no era la única pregunta que me hacía, pero sí la que con más frecuencia invadía mis pensamientos porque no era tan descabellada como...las otras ideas.
Y ahora lo sabía.
Su cabello se sentía suave entre mis dedos y la verdad, sentí que flotaba en mi burbuja cuando vi que una pequeña sonrisa se formó en sus labios frente a mi actuar. Entonces Jeongguk alejó su mano y por instinto, yo dejé de mover la mía, ganándome esta vez una mirada de desapruebo por parte de él. Jeongguk frunció sus cejas y su labio inferior se dobló en una sutil puchero. Basta, ¿cómo iba a ser tan adorable?
—No, continúa —pidió, volviendo a llevar su mano hasta la mía para que continuase con aquella especie de masaje.
Y lo hice.
Si eso era lo que quería, lo haría, además ¿a quién quería engañar? probablemente lo estaba disfrutando yo más que él. De cualquier modo, al parecer lo ayudó, porque con el transcurso de los minutos Jeongguk comenzó a lucir más y más relajado. Por un segundo incluso creí que se había quedado dormido, sin embargo, abrió sus ojos antes de decir algo que sinceramente no me esperaba.
—Haye —me llamó, con un tono de voz similar al que tenía al estar recién despertando. Sí, porque al parecer ya hasta podía diferenciar sus tonos de voz—. Uh, hace un rato ¿recuerdas lo que Seulgi dijo sobre mi hablando con una chica? —preguntó de pronto, uh oh, temía no querer escuchar lo que estaba a punto de decir.
Estaba demasiado ensimismada en mi mundo de fantasía, tanto que había olvidado aquella situación. Pero bueno, de vuelta a la realidad. Jeongguk hizo su pregunta y yo no dije nada, sólo asentí.
No quería decepcionarme por lo que podía decirme, pero supe que estaba nerviosa cuando mis manos dejaron de hacer lo que estaban haciendo.
Venga, ya.
—Sólo quería decirte que no era cierto —aclaró, ¿cómo? quise preguntar atropelladamente, pero me contuve—. Digo, sí salimos en el pasado y sí hablé con ella, pero no con las intenciones que Seulgi dio a entender. Y no nos estamos viendo.
De acuerdo, tonto corazón, puedes volver a latir.
No negaría que su confesión me hizo sentir complacida y contenta, aliviada, sin embargo, no lograba terminar de entender porqué sintió la necesidad de hacérmelo saber, no era como si tuviera que darme explicaciones o algo. Aunque, las agradecía, acababa de darle paz a mi cabeza.
—¿Y por qué me lo dices? —inquirí, armándome de valor.
—Quería que lo supieras —simplificó, alzando sus ojos.
Tenía una visión perfecta del rostro de Jeongguk, el chico estaba en mis piernas y podía detallar cada aspecto de su atractiva cara, pero no podía hacerlo cuando sus ojos me miraban tan directamente, muy fijos y llenos de emociones, ese simple gesto me desarmó, me olvidé hasta de como respirar.
—Sé que dije que mantendría mi distancia —mencionó, desafortunadamente—, pero no es fácil hacerlo cuando lo que quiero es todo menos eso. Tendrás que ayudarme.
Ahí estaba de nuevo.
Pero que forma de hacerme aterrizar.
Las cosas con Jeongguk eran como un tira y afloja, pero ya no iba a perder mi tiempo tratando de entenderlo. Él quería que yo pusiera distancia si él no era capaz de hacerlo, así que lo haría.
—De acuerdo —acepté, haciendo el intento de ponerme de pie, quitando el peso de Jeongguk de encima de mis piernas, sin embargo, el puso resistencia.
—Pero...no ahora —pidió, casi como una suplica, permaneciendo firme en su lugar—. Sólo unos minutos más.
—Jeongguk —suspiré suavemente, esto me agotaba, era emocionalmente agotador—. Creo que necesitas pensar en qué es lo que en realidad quieres —porque no podía seguirle el ritmo y estas cosas, simplemente no sabía cómo tomármelas—, porque tus palabras y tus acciones son un poco...muy contradictorias.
—Lo sé —concedió, exhalando y tomándose un momento para ser quien él quien me analizara esta vez. No podía imaginar verme bien desde ese ángulo, pero no había mucho que hacer al respecto—. Lo siento, creo que no soy bueno negándome lo que quiero.
—¿Y qué es lo que quieres?
—Si te lo digo, me temo que ya no querrás ser más mi amiga —dijo con dejes de broma.
Bien, entonces eso era todo.
Sólo estaba jugando con mi cabeza.
—De acuerdo —bufé, tratando de reprimir lo frustrada y estresada que me sentía—. Entonces creo que ya debería volver y...uh, ayudar a Seulgi.
Jeongguk levantó la cabeza, incorporándose en su lugar. Sus ojos se hicieron más pequeños en lo que me miraba.
—¿Te hice enojar? —preguntó.
—Sí —respondí mecánicamente, echando mi cuerpo hacia atrás de modo que mi espalda quedase apoyada en el respaldo del sofá.
Vi como una pequeña sonrisa amenazó con asomarse en su labios, pero estratégicamente él se las ingenió para ocultarla.
—Eso es nuevo —observó, ladeando su cabeza hacia un lado en lo que examinaba mi rostro—. Creí que no hacías eso, siempre eres muy mesurada.
—Pues, como ves —ofrecí, regalándole una falsa sonrisa.
—Lo merezco.
—Sí, ahora ¿puedes levantarte? —pedí, u ordené, impaciente.
Maldita sea, ¿por qué estaba tan molesta? no quería enojarme por una estupidez como esta, pero agh...Jeongguk perturbaba mi estabilidad emocional.
—Auch, eres malvada cuando te enojas.
Quise poner mis ojos en blanco porque evidentemente no me estaba tomando en serio, así que procedí a ser yo quien se movió, quitándolo de encima.
—Que bueno que te parezca divertida, al menos burlarte de mí te hizo sonreír —mencioné irónicamente.
Oh, Haye, vamos, inhala y exhala, me dije a mí misma. No quería que afectara mi estado de ánimo, pero al parecer ya era muy tarde para eso.
—Haye —dijo, poniéndose de pie, su sonrisa desapareciendo gradualmente—. No me estaba burland...
—Sí, como sea, da igual —interrumpí, restándole importancia—. Tú...continúa haciendo lo que estabas haciendo, yo iré a ver si Seulgi me necesita.
10 DE FEBRERO, 2019
22:19 pm.
❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫
▬▬ ESCUCHÉ a Seulgi chillar incluso a través de la ruidosa música y de todo el bullicio de los invitados, y lo supe al instante. Sólo había una cosa que podía ponerla así de feliz, y no, no era la lámpara de oso que le había comprado, que en mi opinión era el mejor de los obsequios, sino el regalo de Yoongi. Nadie lo superaba cuando se proponía sorprender a Seulgi.
Era cómico como el dicho de "las apariencias engañan" aplicaba tan bien para Yoongi. Podía parecer que él no se preocupaba de cosas como cumpleaños, aniversarios, ni de los pequeños detalles, de hecho, sabía que muchas personas se cuestionaban por qué alguien como Seulgi querría estar con alguien como Yoongi, eran completamente diferentes, sin embargo, aunque podía ser difícil de creer, el chico podía mover el cielo, el mar y la tierra con tal de verla feliz. Eso era bastante admirable.
Y un poco envidiable, en el buen sentido.
El idiota se superaba en cada ocasión, después de componerle una canción en su cumpleaños pasado creí que se quedaría sin ideas, pero hasta a mí me sorprendió esta vez.
Se la había pasado trabajando como loco en los últimos meses sólo para ver esa sonrisa en la cara de Seulgi. Y cuando los veía tan felices juntos, me hacía aspirar...desear tener algo así.
Pero no todos éramos tan afortunados.
Como sea, ver el espectáculo de Seulgi chillando de felicidad mientras que literalmente saltaba sobre Yoongi fue lo único que logró distraerme después de no poder ser capaz de dejar de pensar en que Haye me estaba evitando, o ignorando, no podía saberlo, pero ambas opciones...me enfermaban, a pesar de que sabía que lo merecía. También me habría molestado si sintiera que alguien no me estaba tomando en serio, pero...mierda, a veces podía ser un imbécil.
Lo peor de todo era que eso no era lo único que me tenía jodidamente tenso y cabreado, sino el hecho de que ya había escuchado a más de cuatro de los amigos de Seulgi mencionar lo hermosa y encantadora que les pareció Haye, claro, entre otras cosas que me fastidiaban de sólo recordarlas. Cuatro. Y eso porque no podía escuchar a todos los idiotas de la fiesta.
También había tenido que ser testigo de como tres de ellos trataron de acercársele con las excusas más absurdas y patéticas. Sus vergonzosos intentos se detuvieron sólo cuando llegó Jimin, quien había permanecido al lado de Haye todo el maldito tiempo.
Todo.
El.
Maldito.
Tiempo.
Me estaba volviendo loco. No había visto mucho a Jimin los últimos días, aparentemente había estado ocupado, pero ahora que estaba aquí, me hacía pensar en si tal vez él había continuado hablando con Haye después de prácticamente dejarla plantada para correr con su ex.
Mierda.
No me gustó la dirección que comenzaban a tomar mis pensamientos. Jimin era mi amigo, mi amigo de toda la vida, pero no iba a mentir, no podía negar que me molestaba lo bien que él y Haye conectaban. Se habían visto muy pocas veces, pero parecían amigos de años. Y Haye no dejaba de sonreír con todo lo que él le decía. Demonios, y yo parecía un idiota por no poder quitar mi atención ni mi vista de ellos.
Tenía problemas mucho más grandes, mi vida era un verdadero desastre en este momento, tenía decisiones que tomar, cosas que hacer, pero aquí estaba, jodiéndome la cabeza por una chica.
—Noté eso —señaló Taehyung.
¿Cuándo carajos había llegado?
Creí que celebrar en mi casa el cumpleaños de Seulgi sería una buena idea, pero ahora que no tenía ningún lugar hacia donde escapar, comenzaba a reconsiderarlo.
—Ni siquiera sabes disimular —agregó.
¿Y ahora de qué demonios estaba hablando?
Lo miré, tratando de disimular el fastidio palpable que sentía, esperando a que se explicara. Estaba cabreado, no con él, pero no podía hacer la diferencia ahora.
—No has dejado de ver a Haye en ningún momento, no finjas demencia —aclaró—. Digo, sé que es bonita, pero te estás viendo muy...acosador. No seas tan intenso.
—No la estaba viendo —mentí, mirando instintivamente en otra dirección—. Sólo estaba...no importa, pero ¿y tú qué, huh? ¿qué haces mirándome?
Caminé en dirección a los bocadillos. Ya me había comido más de la mitad de ellos, pero comer me mantenía ocupado.
—Nada, sólo comprobaba mi teoría —se explicó, encogiéndose de hombros con una socarrona sonrisa dibujada el su rostro—. Verás, hice una apuesta con Dani.
—Genial, felicidades por dar ese nuevo paso en su relación —ironicé, palmeando su hombro.
—Ja, ja, como te decía, hice una apuesta con Dani —él repitió, esperando que le hiciera la pregunta.
Volteé mis ojos, esto era molesto. —Bien, ¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
—Le dije que gustabas de Haye —replicó con simplicidad, ¿qué mierda?—. Dije que estabas interesado en ella, mejor dicho. Dani dijo que no había forma de que eso fuera cierto, piensa que Haye no es tu tipo, así que apostamos. Te tomé una foto como prueba de que andas baboso por ella.
Agregó muy seguro, poniéndome la cámara en todo el rostro para que viera la fotografía. Lo que me faltaba.
—Quita eso, ¿es una puta broma...? —cuestioné, quitando con un manotazo el artefacto lejos de mi vista, me veía patético, por cierto—. ¿De dónde sacaste que me gusta Haye?
—¿De dónde? por favor —se rió—, No me vengas con eso de hacerte el desentendido, te conozco muy bien, Jeon Jeongguk, eres mi hermanito, por supuesto que iba a notarlo —se jactó, dándome dos golpecitos en la espalda y sonriéndome con arrogancia—. Además, no eres precisamente discreto, ¿acaso crees que no noté que te escribes con ella?
Taehyung, o era demasiado observador, o estaba tratando de sacarme verdades con mentiras.
—La otra noche, cuando me quedé en tu casa, te pasaste horas hablando por teléfono con ella —mencionó, llevándose un bocadillo a la boca—. Las paredes son delgadas, escuché todo.
Ah, también podía ser eso.
—Ya, ¿y qué te hace pensar que es Haye con quien estaba hablando? —indagué, prolongando mi negación.
—Vi su foto en tu celular —confesó sin ningún remordimiento—. ¿Cómo la tenías registrada? ¿Futura...?
—Ya.
—Lo siento, pero sabes que soy curioso, necesitaba saber con quién hablabas tanto. Estabas muy pegado al celular, creí que estabas hablando nuevamente con...uh, ya sabes.
—-Por supuesto que lo creíste —resoplé, digo, sabía que había cometido ese error muchas veces en el pasado, pero era molesto que en este punto aún pensaran que quería regresar con Sowon. Tal vez me había tardado un poco en cerrar ese capítulo, pero ya estaba...no volvería a lo mismo.
Ojalá dejaran de recordármelo.
—Aunque, si te soy sincero, no sé si debería preocuparme más porque vuelvas a lo mismo de siempre o por tu repentino interés por Haye.
Ninguna de las dos.
—Sólo somos amigos —aseguré, muy a mi pesar.
—¿Es en serio?—se burló él, soltando una carcajada burlona y exagerada—. Es más que evidente que no quieres sólo ser su amigo, llevas media hora arrastrando y pateando a Jimin con la mirada.
—No exageres —contrarié, sólo estaba un poquito amargado.
—Oye, a mí no me mientas, no es necesario, sabes que ocultaré tu sucio secreto.
—No hay nada que ocultar, es en serio, nosotros...sólo hablamos —ofrecí, encogiéndome de hombros, porque era cierto.
—¿Así como ella está hablando ahora con Jimin?
Ah, Taehyung estaba tratando de tocarme las narices. Sabía lo que estaba intentando hacer.
—¿Eres muy entrometido, lo sabías? —respondí, no iba a caer en su juego.
—Mh, ya me lo habías dicho, pero no has respondido.
—Sí, de la misma forma en la que ella está hablando con Jimin.
—¿Sí? —cuestionó, frunciendo su ceño con divertida confusión—. Porque a mí me parece que ahí hay algo más. Jimin y Haye tienen una química...explosiva, puedo verlos como algo más que amigos —añadió en tono burlón, entonces supe que sólo buscaba conseguir una reacción de mi parte—. ¿Tú no lo ves? Tal vez Haye y tú sí son amigos, pero Haye y Jimin...
—Son amigos —lo corté, no quería que lo dijera ni en broma, no era divertido—. A Haye no le gusta Jimin.
—¿Estás seguro de eso?
—Sí.
Ochenta por ciento seguro. Haye dijo que admiraba a Jimin, sólo eso...quería creer que era cierto.
—Bu, no eres divertido —refunfuñó Taehyung—, pero sí obstinado. Sólo admítelo, Jeongguk.
Por Dios, sí que podía ser un dolor en el culo cuando se lo proponía. ¿Qué importaba si me gustaba o no? Eso no cambiaba nada.
—No sé qué es lo que quieres que admita.
—Esta negación no te llevará a ningún lado —sostuvo.
—No le des tantas vueltas a esto, no estoy en negación, tú estás viendo cosas donde...
—Mira —me interrumpió abruptamente—, ni siquiera escucharé esa basura. Te diré algo y espero que no me ignores como siempre lo haces. Haye es una chica dulce, es amable y es...desafortunadamente para ti, demasiado bonita, así que no pienses ni por un segundo que serás el único en interesarse en ella. No sé si te diste cuenta, pero ya está comenzando a llamar la atención de todas estas aves rapaces. Incluso escuché a Jaehyun decir que quería invitarla a salir.
¿Huh?
Genial.
Haye incluso había llamado la atención de mis amigos. Fantástico.
—Así que te aconsejaré que si realmente te interesa, y con esto me refiero a que si piensas que ella podría ser más que una simple conquista, haz algo, si no es así, entonces no te involucres con ella, porque no es una chica con la que puedas simplemente tontear.
Eso lo sabía, lo tenía más que claro, pero no era tan sencillo. Llevaba mucho tiempo sin tomarme en serio nada de esto, sin comprometerme con nada ni con nadie, ¿Y si metía la pata? ¿Y si luego cambiaba de opinión? ¿Y si al final me arriesgaba y nada bueno salía de ello? Haye no era ningún experimento, no podía utilizarla sólo para ver si podía haber algo más, tenía que ser cuidadoso y no podía tener dudas si deseaba intentar algo con ella.
Pero, Taehyung también tenía un punto.
Yo había tenido la suerte de relacionarme con ella gracias a Seulgi, pero eso no sería siempre así. Haye entraría a la universidad, conocería a más personas, haría su propio grupo de amigos y era muy poco probable que no llamara la atención de otros chicos, chicos que podrían...agh, no quería pensar en eso. Taehyung había metido esa idea en mi cabeza ahora, y me enojaba porque era cierto.
—Aunque, considerando que no puedes quitarle los ojos de encima, y de que evidentemente estás celoso de Jimin cuando nunca antes te había visto serlo con nadie, yo creo que ya estás más que enganchado —señaló.
¿Y desde cuándo se había vuelto tan perspicaz y observador? Sentía que Taehyung me había analizado y leído perturbadoramente bien, eso era inusual. Me sentía...aún más extraño. Este tipo de conversaciones sólo las tenía con Seulgi, sin embargo, tal vez necesitaba tener esta conversación en específico con alguien que no fuera yo mismo.
—Creo que te encuentras en una situación un poco complicada porque se trata de la mejor amiga de Seulgi, pero eso no tiene nada que ver con ella, no es como si pudieras elegir por quien sientes cosas y por quien no.
—Pero podía hacerlo —resoplé, cediendo finalmente. Podía escoger, lo había hecho los últimos años, ¿qué había cambiado?
Era desesperante no poder controlar lo que sentías. Nunca antes había sido celoso, pero no podía negar que así era como me sentía cuando veía a Haye reír con Jimin. Y eso era muy jodido.
—Uh, no, no podías —negó Taehyung, volviendo a alcanzar otro bocadillo—. Antes podías escoger con quien querías enrollarte y pasar el rato, eso es diferente.
Bueno, eso...tenía sentido.
Era diferente cuando no existían responsabilidades detrás. Salía con chicas que, aunque no me sentía orgulloso de ello, no significaban mucho para mí, chicas que en realidad no generaban ningún cambio en mí ni en mi vida. Podía estar con ellas o sin ellas y todo permanecía igual.
En este caso era diferente, muchas cosas podían cambiar si hacía mal las cosas.
—Ya. ¿Y qué te hace un experto en el tema? —cuestioné, tratando de aliviar un poco la tensión que comenzaba a sentir.
—He estado enamorado de la misma chica durante más de seis años.
—Que dedicado.
—Sí, pero ese no es el punto, el punto es que...muchas veces traté de olvidarla, de superarla y seguir adelante, pero no pude ¿sabes por qué? porque va más allá de mi control. Puede sonar cursi, pero no importaba lo mucho que tratara de convencerme de que iba a olvidarla, cada vez que la veía se me paraba el maldito corazón. Porque es así, no podemos elegir a la persona que nos hace sentir...cosas raras.
Ya, y el universo había escogido a la persona menos indicada para generarme esos sentimientos. Por supuesto que tenía que ser precisamente la chica que era demasiado buena para mí.
Me generaba demasiados conflictos internos. Quería sentirme lo suficientemente bueno como para estar con alguien como ella, pero...aún no me sentía de esa forma. ¿Entonces que tenía que hacer? ¿olvidarme del tema hasta estar listo? porque no creía poder hacer eso.
Al diablo.
Necesitaba un consejo.
—Vale, de acuerdo, entiendo, entonces si...uhm, si sintiera algo por Haye —teoricé—. ¿Qué es lo que debería hacer? porque yo soy...
Me detuve por un instante. No era sencillo decirlo en voz alta. Me gustaba que la gente creyera que era más seguro de lo que en realidad era.
—¿Qué? —presionó, levantado curiosamente una ceja—. ¿Eres qué?
—No creo ser lo suficientemente bueno para ella.
Admití, encogiéndome de hombros. No podía dejar de pensar de esa forma, era como si todas las inseguridades que había estado tratando de ocultar e ignorar, quisieran salir a la superficie. Y no sabía si me hacía más daño fingiendo que no existían o asumiendo que ahí estaban.
—Yo pienso que eso es algo que ella debería decidir por su propia cuenta —sugirió Taehyung después de pensarlo por unos eternos cinco segundos—. Tal vez siente algo por ti, o podría sentirlo, pero al decidir por ti mismo que no eres bueno para ella, no le estás dando la oportunidad de averiguarlo. Deja que te conozca, date la oportunidad a ti y a ella, y permítele decidir.
¿Y si terminaba siendo una decepción para ella también? joder, como detestaba tener esa clase de pensamientos.
—Mira, yo sé que la última vez la pasaste fatal, no te has permitido sentir nada después de esa última decepción, pero no siempre será así...e incluso si lo fuera, créeme, te arrepentirías más de no haberlo intentando que de sí haberlo hecho.
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