❛ 10 ❜
U N P L A N N E D
diez
❀̸
❛ 𝓛os ebrios siempre
dicen la verdad ❜
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❝ Realmente no quieres mi corazón, simplemente disfrutas saber que sigues siendo la única que puede romperlo. ❞
ㅡTaken.
29 DE ENERO, 2019
20:46 pm.
❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫
LA PRESENTACIÓN DE JIMIN resultó ser, sin lugar a dudas, tan espectacular como seguramente todos esperábamos que fuera. Objetiva y sinceramente, lo que ese chico era capaz de transmitir a través de la danza era maravilloso, alucinante. Park Jimin, indudablemente había nacido para esto.
—¡Demonios! —maldijo Seulgi en voz baja—. Me dan ganas de llorar cada vez que veo lo veo en un escenario, estoy harta.
Se quejó infantilmente, mirando hacia arriba para retener en su lugar las lágrimas no derramadas. Yo quise reírme pero me encontraba exactamente en la misma situación.
—Nunca ha dejado de asombrarme lo talentoso que es, me deja sin palabras —expresó ella.
—Es impresionante —estuve de acuerdo—. Creo que su talento y pasión por la danza es definitivamente de otro planeta.
—Y si es apasionado para eso, ya puedes hacerte una idea cómo de apasionado es para otras cosas.
Oh, por Dios.
—¡Seulgi! —chillé escandalizada—. ¿Tienes que ser tan perversa?
—¡Lo siento! —exclamó, riéndose abiertamente de mi reacción—. Tenía que hacerlo, es divertido verte toda escandalizada.
¿Por qué ahora todos me decían eso? Desde luego que no era divertido para mí. Bueno, no tan divertido.
—¿Crees que los chicos lo vieron? —indagó Seulgi, cambiando el tema.
Tal vez, tal vez no. Jeongguk no regresó después de su supuesta ida al baño, Mingyu tampoco lo hizo. Taehyung se fue a buscarlos y ¿adivinen qué? tampoco regresó.
—Seguro lo vieron desde otro lugar —opiné, encogiéndome de hombros.
Sólo estábamos Seulgi y yo ahora, y pensé que tal vez debía de sacar provecho de nuestro momento a solas para sacarle un poco de información.
Sabía que corría el riesgo de parecer interesada, Seulgi podía fácilmente malinterpretar mi curiosidad, pero...al diablo. Ser curioso era de humanos, además después de la reacción de todos, ella no podía esperar que no quisiera saber más.
—¿Seulgi? —llamé su atención, vacilante, como quien no quiere la cosa—. La chica que se presentó hace un rato, la ex novio de Jeongguk, ella...uhm...¿por que no te agrada?
—Porque es una arpía —respondió de inmediato—. Y de la peor calaña.
Oh, bueno.
—¿Viste lo que hizo hace un rato? Pues eso es lo que lleva haciendo con Jeongguk durante años.
¿Años?
—Es una manipuladora, una víbora y una falsa, le gusta interpretar ese papel de víctima y que los otros sientan lástima por ella. Ugh, no la soporto.
Bueno, si lo ponía de esa manera no era precisamente difícil sentir cierto rechazo por la chica.
—¿Y tú por qué crees que lo hace? —curioseé—. Digo, es un extraño método para recuperar a tu ex, ¿no? si quieres a alguien, ¿por qué lo expondrías de ese modo frente a otros?
No tenía ningún sentido.
Si la chica quería que Jeongguk regresara con ella, entonces ¿por qué hacía esa clase de cosas? Me refiero a que, ensuciar su imagen y victimizarse no sonaba como el mejor método para recuperar a alguien, cualquiera con sentido común entendería eso.
—Sowon está acostumbrada a que Jeongguk acuda a su rescate, y eso es lo que busca conseguir al hacer todos estos teatritos. En el pasado, ella solía soltar un par de lágrimas de cocodrilo y eso era suficiente para que Jeongguk cediera, sin importar lo que fuera.
Ah.
Vaya.
Eso no sonaba nada bien.
—En realidad, hasta hace muy poco eso seguía siendo así. Tal vez no lo parece, pero cuando Jeongguk quiere a alguien, lo hace con cada pedacito de su corazón, y para bien o para mal, su amor es incondicional, supongo que por eso se tardó tanto tiempo en darse cuenta, y lo que es más importante aún, en aceptar eso que ya todos sabíamos: que ella no es buena para él, y que él no es bueno para ella.
Eso sonaba...triste. No podía decir que lo entendía porque nunca había pasado por algo así pero podía imaginar lo difícil que debía de ser asumir que la persona con la que querías estar no era la correcta para ti.
—Hasta cierto punto creo que puedo entender su dependencia hacia ella —agregó Seulgi—, a pesar de lo que hizo y todo lo que ocurrió después de eso, nada cambia el hecho de que ella fue su primer amor. El primero y el último hasta ahora, desgraciadamente.
Un primer amor.
Esos eran intensos, ¿no?
—Eso en la vida de muchas personas significa algo, así que supongo que es por eso que le ha costado tanto desprenderse de sus sentimientos hacia ella. Bueno, eso y el hecho de que ella no se lo permite.
Dependencia, ese era un concepto con el que no estaba muy familiarizada. Sabía lo que significaba, pero jamás había sentido algo así, mucho menos por una persona, y era curioso porque probablemente jamás la habría relacionado con Jeongguk.
Sabía que había mucho más detrás de esa actitud desinteresada suya, siempre supuse que tenía una historia con un trasfondo mucho más profundo del que aparentaba, sin embargo, esto era de verdad inesperado. Creía que Jeongguk era la clase de chico por quien podías generar cierta dependencia, no al revés. Pero ahí estaba de nuevo, el universo gritándome que en realidad yo no sabía nada sobre él.
—Recién dijiste: "a pesar de lo que ella hizo" —señalé finalmente—. ¿A qué te referías? ¿Qué es lo que ella le hizo?
—Durmió con uno de sus mejores amigos...muy poco tiempo después de que su madre muriera.
La sorpresa que sentí al escuchar la primera declaración de Seulgi, rápidamente fue sustituida por el desconcierto que experimenté al escuchar la segunda.
¿Qué demonios?
Realmente, ¿qué demonios? Pensé que tal vez había escuchado mal, así que mi cabeza rápidamente se sacudió en confusión.
—¿Cómo?
—Así como escuchaste...cruel, ¿verdad?
—¿Por qué diablos haría algo así? —inquirí, incrédula.
Seulgi se encogió de hombros. —No lo sé, supongo que esa fue su inmadura forma de vengarse.
—¿Vengarse? —repetí indignada. Sencillamente no podía entender por qué alguien querría vengarse de una persona que acababa de perder a un ser querido, especialmente cuando esa persona era su novio.
—Ella y Jeongguk estaban juntos cuando su madre murió, por supuesto que eso lo cambió todo. Jeongguk y su madre eran muy cercanos, él la adoraba, así que puedes imaginar lo destrozado que quedó después de su muerte.
Sentí mi corazón encogerse al escuchar las palabras de mi amiga, y es que ni siquiera podía imaginar esa clase de dolor, perder a alguien a quien amas, ¿qué podía haber peor que eso?
—Todo el mundo lidia con el dolor de diferentes maneras, Jeongguk lo hizo apartándose de todos. Durante semanas no quiso ver ni hablar con nadie, no lo estaba pasando nada bien, era natural que necesitara tiempo, eso todos pudimos entenderlo. Menos Sowon. Supongo que ella lo tomó como algo más personal, como se piensa que el mundo gira en torno a ella.
Seulgi consideraba a Jeongguk como su mejor amigo, y a pesar de sus infantiles y constantes riñas, yo sabía lo mucho que ella lo quería y se preocupaba por él, así que ahora comprendía un poco mejor de donde venía todo su rechazo por la tal Sowon.
—Durante ese tiempo, Jeongguk estaba perdidamente enamorado de Sowon, y no exagero ni un poco, el chico besaba el suelo que ella pisaba, todos lo sabíamos, ella lo sabía —enfatizó—. Por supuesto que Jeongguk no haría nada para lastimarla, al menos no a propósito, pero estaba sufriendo, no era él mismo así que le pidió un tiempo. Y cuando su padre viajó fuera del país durante dos meses, Jeongguk se fue con él.
Oh.
Creo que podía imaginar lo que venía a a continuación.
—Pero mientras Jeongguk trataba de salir de ese profundo agujero en el que estaba, Sowon se encargó de arruinar por completo todo lo que había entre ellos. Yo no la detestaba en ese entonces, no tanto, pero vi todas las cosas que hizo mientras Jeongguk no estaba, no sé qué rayos intentaba probar, pero mientras Jeongguk se esforzaba constantemente por estar mejor, ella se pasaba sus ratos libres coqueteando con todos los supuestos amigos de él. Incluso ahora me parece horroroso. Dime, ¿Qué clase de persona hace eso? No te imaginas lo difícil que era tener que ocultarle esas cosas a Jeongguk cada vez que me preguntaba por ella. ¡Ugh, me enoja sólo recordarlo!
Podía recordar a Seulgi mencionar que uno de sus amigos estaba pasando por un mal momento hace unos años atrás, recordaba vagamente algo sobre eso, pero no conocía a Jeongguk en ese entonces. Y si para mí era difícil escuchar la historia, no podía imaginar lo difícil que fue ser parte de ella. Sí te hacía sentir cólera y cierta sensación de impotencia e indignación.
—Recuerdo que cada vez que Jeongguk me llamaba sintiéndose más animado, sólo podía pensar en lo triste que se pondría al saber todas las cosas que Sowon estaba haciendo.
Auch.
Definitivamente comenzaba a comprender el desagrado de Seulgi hacia a esa chica. No, no sólo eso, también comenzaba a sentirlo en carne propia.
Ahora entendía varias cosas. Yo no llevaba mucho tiempo aquí, pero usualmente veía un lado diferente de la amistad entre Jeongguk y Seulgi. Siempre estaban bromeando o tratándose mal, se molestaban e insultaban la mayor parte del tiempo, pero ahora veía que su amistad no era sólo eso, Seulgi realmente lo apreciaba.
—Cuando Jeongguk se sintió mejor, finalmente regresó, pero las cosas eran diferentes. Por supuesto que él escuchó los rumores, nosotros no podíamos hacer nada al respecto y no íbamos a mentirle, y yo sé que le dolió, pero aún así él no la culpó. Aish, recuerdo tan vívidamente la rabia que sentí cuando me dijo que no podía reclamar nada porque él la había abandonado. Él estaba tan enamorado que se encontraba dispuesto a olvidarse de todo lo que ella hizo, ¿puedes creerlo?
No, la verdad era que no podía.
¿Tanto la quería?
—Pero entonces se enteró que Sowon no simplemente coqueteaba y se besaba con sus supuestos amigos, sino que durmió con uno de ellos. Supongo que pensó que Jeongguk también olvidaría y perdonaría eso.
—Por favor, dime que no lo hizo.
—No, gracias a Dios no llegó a ese punto. Ella lo hizo para hacerle daño, ese era su único propósito, afortunadamente Jeongguk pudo verlo.
—Que jodido. Su madre murió, ¿en verdad ella no pensó que él la estaba pasando lo suficientemente mal?
—Si es inmadura ahora, sólo imagínate como era antes, además nunca ha sido precisamente muy empática, dudo que sus padres le hayan enseñado a ser un ser humano decente. Sowon solamente pensó en ella, quería que Jeongguk se sintiera tan mal como ella se sintió cuando él se marchó, sabía que él la quería y desde luego sabía cómo manipular la situación para que Jeongguk se sintiera culpable y se arrepintiera de dejarla, pero dormir con su amigo...eso fue llevarlo demasiado lejos.
Coquetear con sus amigos fue llevarlo demasiado lejos, involucrarse con uno de sus amigos de esa forma fue otra cosa completamente diferente.
—Jeongguk sabía que no podía confiar en ella, no más, así que terminó la cosas entre los dos —uf, bien por él, pensé—. Fue difícil para él, no creo que su corazón pudiese estar más roto pero eventualmente lo superó, aunque nunca se alejó completamente de ella...ese es su problema.
Podía ver por qué.
—Después de todo eso nunca regresaron oficialmente, pero sí continuaron viéndose, y es que...ugh, Jeongguk siempre creía todas sus mentiras, la chica se inventaba historia tras historia para provocarle lastima y Jeongguk caía, siempre lo hacía, luego se enrollaban, ella quería más, él no, discutían, Jeongguk salía con otras chicas, Sowon lo buscaba, se disculpaba, él la rechazaba, ella lo llamaba de nuevo, y se repetía la misma historia.
—¿A eso te referías con lo de que tenían una interminable relación tóxica?
—Ya ves—bufó Seulgi—. Después de un tiempo Jeongguk no sentía mucho más que lástima por ella, creo que se sentía comprometido de alguna forma porque sé que quería terminar las cosas de una vez por todas, pero era como si no pudiera hacerlo, de hecho no fue capaz hasta hace muy poco tiempo, aunque...ya ves que eso no le agradó mucho a Sowon.
—En sus canciones hacía parecer que Jeongguk era el malo.
—Tampoco es tan inocente, digo...Jeongguk ha hecho muchas cosas cuestionables. Te dije que tiene ciertos problemas para comprometerse pero no es sólo eso, a él le asusta dejar entrar a la gente, se cierra cuando alguien sobrepasa sus límites y a veces hiere a otros con sus palabras y sus acciones.
—¿De qué manera?
—Para empezar, todo eso de seguir liándose con Sowon cuando no quería nada serio, sabiendo que ella sí, al final sólo fue para hacerle daño, incluso si no fue con esa intención, ella acabó toda ilusionada y luego decepcionada.
—Entonces...¿dices que él sí juega con ella?
—No, digo que él no es completamente inocente, ninguno lo es, esa es la cosa. La diferencia es que Jeongguk no va por el mundo victimizándose ni ensuciando la imagen de Sowon, él es capaz de reconocer que es parcialmente culpable, ella no, y va por todos lados descaradamente interpretando el papel de pobrecita cuando fue ella quien comenzó todo.
—Cuanto drama —definitivamente aquí no tenías cómo aburrirte—. Bueno, supongo que su estrategia sigue funcionado, ella sí logró llamar la atención de Jeongguk.
—Espero que el idiota no haya ido a buscarla.
Lo veía poco probable, pensé. —Me parece descabellado que siquiera siguieran en contacto después de todo eso, me es difícil entender cómo de malintencionadas y crueles pueden llegar a ser algunas personas, y me es aún más difícil de entender cómo alguien querría estar cerca de una persona así.
Podía decirse que eran jóvenes cuando ocurrió, pero cualquier persona a esa edad ya sabe lo que es bueno y lo que es malo, y si a pesar de eso decide inclinarse por lo segundo, entonces eso no decía nada bueno sobre ella. Pero, ¿quién era yo para juzgar?
—Te lo dije, dependencia—reiteró mi amiga—, entre otras cosas. Por eso es que no la tolero ni a ella ni a sus estúpidos juegos mentales. Y por eso no quiero que regrese con ella.
Al parecer nadie quería.
—Yo sé que Jeongguk no es ningún santo, comete más errores que una persona promedio y a veces es un patán, pero sé que puede ser mucho mejor, quiero eso para él y sé que sólo lo logrará si se quita de encima toda esa mierda que acarrea consigo. Sowon es parte de toda esa mierda, ella es la peor parte.
—¿Tú...crees que aún está enamorado de ella?
—No, lo dudo, pero...la quiere y se preocupa por ella, si tan sólo ella no lo utilizara en su contra, entonces no sería tan malo.
—¿Qué no sería tan malo? —preguntó alguien de pronto, sacándonos a Seulgi y a mí de nuestra conversación.
Alcé mi rostro instantáneamente ante el sonido de aquella familiar voz y a las espaldas de Seulgi pude ver al dueño de esta. Mi corazón casi se detuvo ante la presencia de Jimin y es que, ¿qué rayos? ¿cómo era posible que fuese tan condenadamente atractivo?
Podía llegar a ser intimidante.
Era algo...uhm, menjor iba a detenerme ahí, como sea, vi a Jimin pasar descuidadamente una de sus manos por su cabello y bastó aquel simple gesto para lograr acelerar mi corazón. Mi sistema nervioso rápidamente comenzó a sufrir las consecuencias.
—¡Hey! —saludó Seulgi, medio girándose para poder verlo—. Te luciste allá arriba, como siempre, estuviste grandioso —halagó ella, tirando una de las sillas hacia atrás para que Jimin pudiera sentarse—. ¿Verdad, Haye?
—Oh, sí, estuviste realmente...impresionante.
—Gracias —expresó, sonriéndome con inesperada timidez—. Significa mucho viniendo de ti.
—Oh, pero claro, fingiré que eso no me dolió —bromeó Seulgi—. También fingiré que no me has ignorado deliberadamente.
—Sabes a lo que me refiero —contestó él, aún con una linda sonrisa adornando su rostro—. ¿Y los chicos? Creí que estarían con ustedes.
—Los perdí después de la presentación de la que-no-debe ser-nombrada.
Respondió Seulgi de mala gana, encogiéndose de hombros con desinterés.
—Ah, cierto, eso estuvo...intenso —opinó Jimin—. Vi a Jeongguk hablar con Sowon hace un rato.
—¿Es en serio? —jadeó Seulgi, indignada—. Ese idiota, es que no aprend...¿Parecía que estaban discutiendo o...?
—No se veía muy contento —contó Jimin y yo puse más atención—. No estaba teniendo un buen día, dudo que aprecie todo el drama de Sowon en este momento.
—¿Lo dices por lo de su abuelo? —indagó Seulgi—. Mencionó que estuvo con él esta tarde.
—Supongo que sí, ya sabes que cuando ese señor está involucrado nunca es nada bueno.
—No sé si debería preocuparme —contempló ella, frunciendo ligeramente sus labios y poniéndose repentinamente de pie—. Iré a hablar con él.
Oh.
Y el momento había llegado.
—Confío en que Haye estará en casa sana y salva antes de las...—comenzó Seulgi y yo me vi en la obligación de hacer que se callara.
—No te pases —advertí, mirándola mal. Jimin simplemente se limitó a verla con diversión.
—Estará en casa sana y salva, paranoica —aseguró él, y aunque yo sonreí tratando de parecer segura, por dentro estaba que vomitaba.
—Más te vale, niño —amenazó ella, aunque por el tono en su voz supe que no hablaba en serio—. Me quedaré con Yoongi esta noche pero si necesitas algo, cualquier cosa, me llamas, ¿sí?
—Vale —dije a modo de despedida—. Estáte tranquila, sobreviviré una noche sin ti.
Realmente apreciaba que Seulgi se preocupara por mí, sin embargo, no era una niña, podía cuidarme sola, lo había hecho durante más tiempo que ella, y desde luego que podía sobrevivir a su ausencia por una noche.
—Bien —me lanzó un beso con su mano—. Nos vemos mañana. Diviértanse.
Esta vez le guiñó un ojo a Jimin y yo instantáneamente sentí mis mejillas calientes, supe entonces que se estaban tornando rojas. Demonios.
—Lo siento —me disculpé, algo avergonzada—. No sé porqué le gusta actuar como una mamá oso.
—Sólo es Seulgi siendo Seulgi —comprendió él—. Es un poco sobre protectora con la gente que quiere.
—¿Un poco?
—Un poco bastante —estuvo de acuerdo, sonriéndome de una manera peligrosamente encantadora—. Tienes pinta de tener hambre.
—Estoy famélica.
—Define famélica.
—Podría hacer el reto de las doscientas porciones de pizza yo solita.
Jimin se rió. —Wow, eso es...estoy igual, así que cien y cien —bromeó, poniéndose de pie—. ¿Más postre?
—Si insistes —jugué, imitando su acción—. Jeongguk dijo que hay un lugar cerca donde venden hotteoks.
—¿Quieres empezar por el postre?
—Dicen que son buenos —le sonreí. La verdad, necesitaba comer algo de pasada, mi estómago estaba comenzando a comerse a sí mismo, además...Jeongguk me había antojado.
Jimin me devolvió la sonrisa y asintió. —Te llevaré allí entonces.
29 DE ENERO, 2019
21:06 pm.
❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫
SABÍA QUE SOWON era obstinada, nunca entendía cuando carajos detenerse, cuando algo se le metía en la cabeza no podías sacárselo y no había nadie que pudiera hacerla entrar en razón, pero esto era demasiado, incluso ahora, estando justo frente a ella, sentía que estaba hablando con una jodida puerta.
Entendía que ignorar su reciente espectáculo era muy posiblemente la mejor opción, me ahorraría el pasar un mal rato y el estrés que todo eso conllevaba, sin embargo, sabía que si hacía eso, entonces ella no se detendría. Y ya estaba más allá del límite con toda esta mierda. Traté de no ser un idiota con ella, quise terminar las cosas bien, pero podía ver ahora que eso era imposible. Ella no iba a permitirlo y no parecía dispuesta a aceptarlo. Maldita sea, ¿por qué no podía simplemente seguir con su puta vida? Yo no quería estar involucrada con ella. No quería que me escribiera ni dedicara canciones. No quería seguir recibiendo sus mensajes y desde luego que no quería que la situación de hace un rato volviera a repetirse. Me tenía jodidamente exhausto.
Trataba de no permitir que me afectara lo que otros pensaran sobre mí, algunas veces era sencillo, en algunas ocasiones lo lograba, pero siempre hasta cierto punto, y es que simplemente no podía evitarlo, era humano después de todo, y estaba cansado del ser el malo de la historia. Era consciente de lo que las personas pensaban de mí, básicamente cualquiera fuera de mi círculo de amigos me veía como el idiota desconsiderado que rompía constantemente el corazón de la perfecta Sowon. Yo era el mentiroso, el infiel, el mujeriego, el desconsiderado, el imbécil, el manipulador...en pocas palabras, en la vista de todos, yo era un patán y ella era una inocente paloma, eso...en algún punto había comenzada a molestarme. Sabía que yo no era ningún santo, tenía veintiún años, por amor de Dios, por supuesto que cometía errores, pero no era tan malo.
Al menos no como a todo el mundo le gustaba pintarme.
Y ya estaba cansado de esa mierda.
—"Tú sabes como arruinarme y luego hacer que todo esté bien" —recité con todas mis emociones contenidas la última estrofa de su canción, esperaba que se sintiera avergonzada al ser expuesta a sus propias declaraciones, esperaba que se sintiera avergonzada si usaba sus absurdos truquitos en su contra, así como de avergonzado me sentía yo cada vez que trataba de exponerme con mentiras frente a otros. Ella se percató de lo que estaba haciendo y casi de manera simultánea la vi removerse incómoda en su lugar—. "Supongo que ese es tu juego, y yo soy con quien juegas...una y otra vez".
Contuve el impulso de reír cuando interpreté mejor el significado de aquella última frase, y es que aunque ese realmente había sido un muy mal chiste, no dejaba de ser divertido, o irónico, si lo pensaba detenidamente, digo...considerando el hecho de que había sido yo el imbécil que constantemente había caído en sus juegos de manipulación. Su canción sonaba más a mi punto de vista que al suyo.
—Dime, ¿de verdad quieres ir por ahí, hm? —cuestioné, curioso por saber hasta qué punto estaba dispuesta a llegar con sus tonterías—. Hoy realmente tuve un día de mierda, sólo quería venir aquí a distraerme con mis amigos, pero tú...tú en verdad disfrutas joder mi puta existencia.
Vi a Sowon entrecerrar sus ojos, escudriñándome con la mirada y sacudiendo su cabeza, incrédula, como si no pudiera creer mis palabras. Había terminado de ser considerado con ella.
—¿En serio no te cansas de hacer esto? —pregunté sin rodeos—. Ya no tenemos diecisiete años, ¿cuándo lo dejarás ir?
Supongo que habíamos tenido una "linda" relación en el pasado, mucho tiempo atrás, y de eso no quedaba nada, apenas un muy vago recuerdo. Y me resultaba insignificante ahora. Después de todo lo que había sucedido ni siquiera podía atesorar ni recordar con cariño esa etapa de mi vida, para mí, lo nuestro era sólo un recordatorio de lo mal que la había pasado por permitir que las cosas me importaran demasiado.
—¿Querías llamar mi atención, no? Pues aquí me tienes, así que responde, ¿cuándo carajos vas a detenerte?
Era extraño hacer esa pregunta y sentir que eso era lo que quería realmente, sin fingirlo. En el pasado, ni siquiera podía imaginarme estando lejos de Sowon, sin embargo, ahora...estar lejos de ella era todo lo que quería.
—Tal vez tú te rendiste con lo nuestro, Jeongguk, pero yo no —declaró finalmente—. Que tú estés listo para dejar de quererme no significa que yo también lo esté. No sé cómo "dejarlo ir", ¿vale? Mira, si tú puedes olvidar todos nuestros planes, toda nuestra historia, nuestros recuerdos...pues bien por ti, me alegra que sea tan fácil para ti porque para mí no lo es.
Nuestro planes.
¿Esa era la carta con la que estaba decidiendo jugar?
¿Ahora le importaba eso?
Era risible porque me había aferrado a esa estupidez ciegamente hasta que entendí lo absurdo e inútil que era. A ella no le importó antes, ¿por qué debía importarme a mí? ¿por qué...?
"Nos casáremos en el mismo lugar en donde se casaron mis padres, es muy elegante, espacioso y tiene una atmósfera muy romántica. Ah, y tiene que ser en la misma fecha en la que nos conocimos, y tenemos que hacerlo en algún momento antes de cumplir los veintiuno".
Sowon decretó en una de nuestras absurdas charlas sobre el futuro. No quería pensar en eso, no había pensando en eso en mucho tiempo, pero fue un recuerdo fugaz que no pude sacudir fuera de mi mente.
"Quiero una boda justo como la de mis padres, aunque... espero que seamos más felices que ellos, no, sé que seremos mucho más felices que ellos, seremos como tus padres, ellos sí se quieren".
"Y tendremos una gran casa y cuatro hijos, pero antes practicáremos con hijos perrunos. Ah, y tenemos que irnos muy lejos en nuestra luna de miel, de hecho, deberíamos mudarnos muy lejos de aquí, ¿no lo crees? tendríamos una muy buena y feliz vida, sólo nosotros".
Dijo, y podía ver su sonrisa en mi cabeza, podía oír su alegre risa, convencida de que así ocurriría. Sowon no siempre era así de soñadora, tal vez por eso recordaba ese momento con exactitud.
"Me siento ansiosa cuando pienso en nuestro futuro juntos, aunque...es ese buen tipo de ansiedad. No siempre lo digo pero lo hago con regularidad, no hay nada que me haga más feliz que saber que podremos cumplir todos nuestros sueños juntos, ¿a ti no te parece emocionante?".
Podía recordar sus palabras exactas, podía recordar ese momento con mucha claridad y aquel repentino y muy vívido recuerdo me hizo estremecer, tuve que recordarme a mí mismo que todo aquello era parte del pasado. Ya no significaba nada. Ese futuro ya no era nuestro. Había dejado de serlo hace mucho.
—Estás en mi corazón y en mi mente, no puedo sacarte de ahí, no puedo no aferrarme a lo que éramos, a quien eras...quiero creer que algún día volverás a ser el dulce chico del que me enamoré, ese Jeongguk nunca me dejaría —agregó en voz baja, haciendo alusión a esa versión de mí que durante tanto tiempo ella quiso transformar—. Ese Jeongguk me amaba genuinamente.
Sí, lo hacía, pero en ese entonces eso no era suficiente para ella, siempre quería más, quería que fuera más esto, más esto otro, y mucho menos yo, nunca fui suficiente cuando era ese Jeongguk, siempre había algo que mejorar, algo que modificar, pero ahora que sí era todo eso que ella quería que fuera, como no me tenía como un perrito faldero detrás de ella, quería que volviera a ser lo que era. Increíble.
—Y yo lo amaba de la misma forma, no supe demostrarlo entonces porque era una niña tonta, pero...
Sowon trató de alcanzar mi mano con la suya pero no se lo permití, puse distancia entre nosotros, apartándola con un movimiento inconsciente y algo brusco, no iba a volver a caer, ya estaba cansado de esto, de todo su drama innecesario y de sus palabras sin sentido.
—¿No escuchas nada de lo que te digo? —cuestioné, ya más que sobrepasado en este punto—. Creí que te lo había dejado claro la última vez.
Sus manipulaciones ya no funcionaban conmigo, durante mucho tiempo había permitido que mis sentimientos por ella condicionaran mi comportamiento y mis acciones, pero no podía seguir haciéndolo. No valía la pena. Nunca lo valió.
—Ya no quiero verte, Sowon, no quiero verte ni escucharte, no quiero estar contigo, yo...sólo quiero que me dejes en paz.
Sí, eso era lo que quería, pero demonios, ¿por qué aún sentía una presión en el pecho al decirlo?
—De verdad no entiendo, ¿qué carajos es lo que quieres? ¿qué es lo que buscas haciendo todo esto? ¿acaso quieres hacerme sentir mal? ¿o qué? ¿nuevamente estamos haciendo eso de que si yo te lastimo, tú me lastimas de vuelta, hm? ¿es eso? —inquirí—. Porque te recuerdo que la última vez no te resultó muy bien, esa es la razón por la que ahora estamos así.
En el pasado era así, si yo hacía algo que no le gustaba, entonces ella hacía algo que yo odiaba; si yo hacía algo que la lastimaba, ella hacía algo que me lastimaba el triple; incluso cuando mi intención no era molestarla, ella siempre me pagaba con la misma moneda. Cuando mi madre murió, no podía estar con ella, no porque no la quisiera, yo simplemente...no podía, entonces la aparté, la lastimé, y ella durmió con uno de mis malditos mejores amigos.
¿Y había aprendido algo de eso?
Una mierda.
—No, yo no...no estaba...—balbuceó, pero la interrumpí, en este punto ya conocía su defensa de memoria.
—Te aferras a la delirante idea de que las cosas volverán a ser como antes...¿en serio no puedes verlo?
—No lo digas—me cortó, sonando sorpresivamente desesperada—. Por favor, si tan sólo pudieras...
—Incluso si volviéramos a estar juntos no sería lo mismo, ¿lo entiendes, no? nunca sería lo mismo —intervine, esperando ser lo suficientemente claro esta vez—. No confío en ti. Y tú no confías en mí.
—Yo...
—Y todo eso que creía que amaba de ti, todo eso que veía en ti, ya no lo veo más, no existe. Te arrepientes ahora, pero debiste pensar en lo nuestro antes de cogerte a mi amigo, no, antes de eso, debiste pensarlo antes de darme la espalda cuando sí te necesitaba. Ya no lo hago. No te necesito. Y no te quiero en mi vida.
Aseveré, siendo finalmente honesto con respecto a cómo me sentía y lo que pensaba. No había podido hacerlo antes, no me atrevía, era algo que me costaba admitir incluso para mí mismo, eso sin contar que siempre tuve ese miedo a perderla definitivamente si lo hacía, no me importaba perderla ahora.
Mis amigos tenían razón, esto que ella hacía, no era correcto. Constantemente trataba de hacerme sentir culpable por herir sus sentimientos cuando era ella quien comenzó todo esto. Y ni siquiera se trataba de eso. No se trataba de pagarle con la misma moneda. No hería sus sentimientos porque ella había herido los míos, no la rechazaba porque deseaba que ella sintiera lo mismo que yo sentí en algún momento. No. Yo simplemente no confiaba en ella. No podía hacerlo. No podía sólo olvidar todo lo que había sucedido e ignorar todo el daño que nos habíamos hecho. No era sano.
Yo no era la misma persona que era hace tres años. No era la persona de la que ella creía estar enamorada, nunca volvería a ser esa persona. Solía ser ingenuo y crédulo, pero ya no era un niño. Las cosas que en ese momento me parecían tan importantes, ya no lo eran más. Había crecido y aprendido, era alguien diferente, al igual que ella. Solía creer que Sowon era la chica para mí, creí que siempre sería ella, pero ese era sólo el patético y lamentable pensamiento de un niño que no tenía idea de nada.
—Eso dices...pero luego vuelves a buscarme.
—¿Lo hice? —pregunté con ese tono burlón que sabía que le fastidiaba—. ¿Volví a buscarte después de que tú estuviste mensajeándome y llamándome?
—Es cosa de tiempo.
—No lo creo, ya no te sobrestimes, no eres tú quien está en mi cabeza ahora.
Hice esa confesión inconscientemente, hablando precipitadamente cuando recordé que después de hablar con Sowon esa noche, lo primero que hice al llegar a casa fue buscar a Haye. Mierda. Tal vez eso sí me convertía en un idiota, pero la verdad era que desde que conocí a Haye, incluso cuando no quería hacerlo, porque no quería, no podía evitar pensar en ella. Se había vuelto peor las últimas cuarenta y ocho horas. Pero Sowon no tenía que saberlo. Nadie, de hecho.
—¿Qué estás...? ¿Tratas de ponerme celosa?
—Trato de hacerte ver la realidad...a ver si así sigues adelante de una puta vez.
—¿Qué? ¿Piensas que conseguirte una nueva novia significa que seguiste adelante?
—¿Quién dijo que conseguí una nueva novia?
—No juegues conmigo —farfulló, presionando sus labios juntos—. Estás mintiendo.
Viré mis ojos. —Es lo que la gente hace, Sowon.
—No tú.
—¿No yo?
—No te tomas en serio tus esporádicas relaciones, siempre regresas a mí.
—Seguro —repliqué, condescendiente.
—No hagas eso.
Vale. No dije nada y todo su rostro se contrajo en una mueca de disgusto. —Te conozco, Jeongguk. Y sé lo que estás haciendo.
—¿El qué?
—Tratas de convencerme y de convencerte de que no me quieres más, quieres que crea que este eres tú ahora, pero yo sé quien eres realmente, esta persona —me señaló, con la decepción haciendo añicos su mirada—. No eres tú.
Ya.
Pero que equivocada estaba, era irrisorio que se jactara con tanta seguridad de una mentira, ella no me conocía, nunca intentó conocerme, sólo creía que sí...yo también lo creía.
De cualquier manera, ella podía decir lo que quisiera, no me interesaba si vivía de esa ilusión, sólo quería dejar las cosas en claro de una puta vez. No estaba dispuesto a seguir teniendo esta conversación, tenía que seguir adelante, al igual que ella.
—Seguro —contesté irónicamente—. Bueno, como te lo dije antes, en verdad apreciaría que dejaras de hacer esos patéticos teatritos tuyos, no creo que quieras que otros sepan que en realidad no eres tan inocente...no te lo volveré a pedir.
30 DE ENERO, 2019
00:24 pm.
❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫
MIERDA, EN VERDAD era un desastre. No, era deprimente. Un muy triste y lamentable intento de hombre. Eso era en lo que me había convertido, eso era a lo que había sido reducido en los últimos años.
Era tan jodidamente decepcionante.
Patético.
Me maldije a mí mismo y golpeé con torpeza la puerta del departamento de Seulgi. Daba pena. Ni siquiera sabía cómo carajos había conducido hasta aquí, apenas podía mantenerme de pie. Mieeeerda. No estaba bromeando, realmente apenas sí podía pararme.
Esta no había sido una buena idea.
Otra vez había puesto mi vida en peligro debido a mi inconsecuencia, Seulgi no iba a estar nada feliz conmigo, por supuesto que no ¿en que estaba pensando? ¿qué demonios era lo que esperaba? desde luego que no estaría feliz de verme, no en las condiciones en las que me encontraba. Iba a regañarme una semana.
Ni siquiera sabía porqué diablos había bebido de esa manera, no lo había disfrutado ni un poco, nunca lo hacía, ¿y mis problemas? todos mis jodidos problemas seguían aquí. Había sido una estupidez, inútil.
Dejé de golpear la puerta cuando mi alcoholizada consciencia hizo su entrada y traté de pensar un poco mejor las cosas. Si Seulgi me veía en estas condiciones, muy probablemente me echaría patadas del lugar, sin embargo...necesitaba verla. Necesitaba hablar con ella antes de perder por completo la cabeza. No confiaba en mí mismo, si alguien no me hacía entrar en razón ahora, seguramente iba a cometer un error. Y no confiaba en nadie más que en ella para eso.
Entonces el celular en mi bolsillo vibró, y yo olvidé lo que estaba pensando. Torpemente metí la mano en mi bolsillo y apenas leí el reciente mensaje de Seulgi.
¿Huh?
¿Qué?
¿En qué momento le había escrito?
Leí nuestros mensajes anteriores y me descolocó el hecho de que ni siquiera recordaba haberle hablado. O al menos haber intentando hablarle, porque ni yo entendía qué carajos trataba de decir.
¿Era una puta broma?
Había conducido todo el camino hasta aquí y Seulgi ni siquiera estaba en su bendito departamento. ¿Por qué lo hacía todo mal?
¿Y dijo Haye?
Na, Haye dijo que saldría con Jimin, se suponían que tendrían una cita, recordé en un fugaz momento de lucidez, lo más probable era que aún estuviesen juntos, así que no importaba si...
Aquel pensamiento quedó a medio formular en mi atontado cerebro pues antes de acabarlo, la puerta frente a mí se abrió, y como el sostenerme de ella era lo único que me mantenía firmemente de pie, perdí el equilibrio en cuanto me despojaron de aquella estabilidad.
—Oh, ¿qué...? —exclamó una sorprendida Haye al verme casi caer de cara en la puerta de su departamento.
Mierda.
Es que esto no podía ir peor.
Me encontraba en mi peor estado y ella definitivamente no debía ser testigo de eso. No quería que me viera así, pero sabía que eso debía de haberlo pensado antes de venir...demonios, que imbécil.
Haye se apresuró en echarme una mano, ayudándome casi de forma automática a sostenerme sobre mis pies.
—Jeongguk, oye...—musitó ella—. Hey, ¿te encuentras bien?
No.
Sí.
Bueno, algunas veces.
Aunque nunca por la noche.
Alcé mi rostro y pude ver como sus cejas se juntaban, estaba confundida pero mientras me miraba, su expresión era de preocupación.
—Lo siento —pronuncié apenas, arrastrando las palabras, esta vez tratando de sostener mi peso, recargándome en el umbral de la entrada—. Creí que...uh, creí que Seulgi estaría aquí.
—Pasará la noche en casa de Yoongi —explicó ella, mirándome con atención—. ¿Pasó algo? Puedo llamarla si quieres, ella dijo que...
—No, no, no hagas eso —por mi bien, era mejor si no se enteraba—. Sólo...regresaré a casa, la llamaré luego.
—Uh, no, no lo creo —dijo ella, con un tono de voz que no aceptaba réplicas, lo cual realmente me tomó por sorpresa—. Jeongguk, ni siquiera puedes mantenerte en pie —señaló lo evidente—. ¿Manejaste hasta aquí?
¿Por qué sentía como que estaba a punto de ser regañado?
Haye puso las manos en su cadera, frunciendo el ceño en el proceso. Y fue recién en ese momento en el que me percaté que ella ya llevaba puesta su pijama. Su cabello estaba atado en una coleta alta y no llevaba puesto nada de maquillaje, lo que significaba que ahora podía ver en todo su esplendor su bonito rostro, aunque...lucía molesta, así que quedarme admirando su belleza no parecía ser una muy buena idea.
—Tal vez —fue todo lo que dije—. Pero no estoy tan mal, sólo...sólo un poquito mareado.
Mentí y ella obviamente no me creyó. Traté de sonreír para quitar esa expresión seria en su rostro, pero no funcionó.
—No es divertido, Jeongguk, pudiste haberte hecho daño, y pudiste haber provocado un accidente —su tono de voz era igual de serio que su expresión, pero esta vez sus ojos eran más suaves.
—¿Mencioné que lo siento, no? —repetí, porque sinceramente lo hacía.
Había hecho una estupidez y era consciente de eso, lo único que podía hacer ahora era disculparme con la persona a quien estaba fastidiando por culpa de mi irresponsabilidad.
—Vamos adentro.
Dijo Haye, más como una orden que otra cosa, agarrando uno de mis brazos y tirando cuidadosamente de mí hacia ella. Uno de sus brazos se envolvió alrededor de mi cintura y de esta forma me ayudó a hacer el corto camino hacia el sofá. Estaba cansando y me sentía adormilado, y por un segundo, cuando finalmente me encontré cómodamente sentado sobre el sofá, creí que me quedaría dormido, pero entonces Haye habló y me trajo de vuelta a la realidad.
No me gustaba esta realidad. No quería que Haye tuviera esta imagen tan lamentable de mí, no quería que me viera como el resto de las personas lo hacía, no estaba seguro de porqué, pero anhelaba su respeto.
Pero ni siquiera eso podía hacer bien.
Siempre lo echaba todo a perder.
—Tienes que hidratarte así que no te duermas —pidió ella, para luego proceder a caminar hacia la cocina.
Cuando regresó, traía una jarra con agua y un vaso de vidrio. Sí, bueno, tal vez la jarra era un poco exagerado.
—Ten, bebe esto —me tendió el vaso con agua y a continuación tomó asiento a mi lado.
—De verdad lamento molestarte —volví a disculparme, sentía que si incluso lo hacía mil veces no sería suficiente.
A veces podía ser jodidamente inoportuno.
—Está bien, no me molestas, es sólo que...manejar en tus condiciones es algo muy peligroso, no puedes hacer cosas como esas, te pudo haber pasado algo malo.
Volvió a reprenderme, pero esta vez con su usual y dulce tono de voz. Realmente me gustaba su voz. La verdad era que aún no encontraba algo que no me gustara de ella. Y no sabía si era el efecto del alcohol u otra cosa, pero la veía y ella lucía...radiante.
Ni siquiera merecía verla en estos momentos. Haye se veía preciosa y yo parecía un pordiosero.
—¿Te sientes bien? —volvió a preguntar—. Sé que no soy precisamente la persona a la que querías ver, pero si puedo ayudarte en algo, de verdad me gustaría hacerlo.
Haye era una buena chica, sabía que reaccionaría de la misma forma con cualquier otra persona, sin embargo, ahora mismo, me gustaba creer que se preocupaba por mí.
—Estoy bien —volví a mentir, bebiéndome todo el vaso de agua—. Nada sucedió, yo sólo soy...así de patético.
Las palabras salieron de mi boca con total torpeza y antes de que yo pudiera siquiera procesarlas.
—Me refiero a que siempre soy así de...penoso y lamentable —le di una media sonrisa y entendí que no era yo quien estaba controlando ni mis acciones ni mis palabras—. Aunque...si mañana pudieras actuar como si no lo recordaras, te lo agradecería.
Estaba siendo honesto porque estaba borracho.
Tenía que callarme.
—Ah, soy decepcionante ¿verdad? —me apresuré en añadir, haciendo caso omiso a las ordenes de mi inconsciente—. No soy más que un mal chiste, yo sólo soy una muy...muy mala broma.
¿Qué carajos estaba diciendo?
—No es cierto —negó ella, por Dios, debía de sentir lastima por mí, ¿qué diablos estaba haciendo?—. No eres nada de eso, no pienses esas cosas sobre ti mismo.
Haye sostuvo mi mirada y por un segundo creí que si le contaba lo que en verdad sucedía, ella podría entenderlo. Pero no, no creía que nadie pudiera entenderlo, y apenas podía hablar sobre ello sin hundirme más en la mierda.Yo era un pobre diablo llorón, lo sabía, pero no necesitaba que alguien más me viera de esa forma.
—¿Por qué te desmereces así, hm? —cuestionó—. Eso no está bien.
—Hago cosas muy estúpidas —admití en contra de mi propio juicio—. Siempre tomo las decisiones incorrectas y arruino cada cosa buena que tengo, soy muy bueno haciendo eso.
No pude frenar las palabras hasta que me perdí inadvertidamente en los ojos de Haye, en esos ojos que me miraban atentamente y sin prejuicios, sinceramente esperaba ver algo de eso en su mirada, lo había visto mucho en el último tiempo, pero al parecer Haye en verdad no hacía eso de juzgar gratuitamente a las personas, a pesar de que podía hacerlo, me refiero a que...estaba aquí, dándole material para que lo hiciera, pero ella se limitaba a escuchar, a tratar de entender, y la verdad era que el gesto de comprensión en su semblante era algo a lo que no estaba acostumbrado, eso me confundió, me provocó querer acercarme, querer...tocarla, así que de una manera casi instintiva estiré mi mano en su dirección, acomodando cuidadosamente los cabellos que se colaban en su rostro detrás de su oreja.
Su expresión se suavizó ante mi gesto y ella tragó, estremeciéndose ligeramente cuando mis nudillos rozaron su mejilla, recordándome que no podía tocarla, que ni siquiera debería estar aquí a pesar de que lo quería, ¿y por qué? pues porque sencillamente no era bueno.
Aparté mi mano y me recordé que debía mantener mi distancia, esto era una mierda, me sentía abrumado con todas mis emociones, era vergonzoso sentir tanto. Enterré mi rostro entre mis manos y resoplé. —Ah, soy un desastre.
—¿De dónde sacas todo eso?
—¿No lo sabes? —alcé mi cabeza y suspiré—. Sé que has oído cosas.
—¿Y esas cosas te definen?
Y era lista.
Por supuesto que tenía que ser lista.
—No deberías darle tanta importancia a lo que desconocidos piensen o digan sobre ti, tú conoces tu verdad, ¿no?
—Pero no son sólo desconocidos —eso era lo más doloroso—. Son...todos. Mi abuelo, mi hermano, mi padre, mi madre...—sentí el nudo en mi garganta volverse considerablemente más asfixiante ante la mención de mi madre. No podía ir por ahí—. Seulgi también lo cree.
—No es así, ella es tu amiga, nunca pensaría esas cosas sobre ti, estoy segura de que ninguno de tus amigos lo creería —contrarió ella—. Estás siendo muy duro contigo mismo.
—Estoy siendo honesto. Piénsalo, ¿por qué crees que Seulgi no me quiere cerca de ti?
—No lo dice en serio.
—Sí lo hace, sabes que sí, y es porque ella lo cree. A ella...a ella no le molesta que salgas con Jimin, y no le molesta porque él es un buen chico, ella cree que podría ser bueno para ti, pero yo...uh, Seulgi sabe que no soy lo suficientemente bueno.
No había querido pensar en eso, al menos no sobrio porque Seulgi era mi amiga, era una de las pocas personas en las que confiaba, y yo la quería a pesar de todo, pero podía ver lo que estaba frente a mí. Y sí dolía. Seulgi era increíble, ella me quería y se preocupaba por mí, sabía que siempre podía contar con ella pero me conocía lo suficientemente bien como para saber que no era bueno para nadie. Y esa era una realidad un tanto cruel para aceptar.
—Eres su mejor amigo —mencionó Haye, como si eso cambiara en algo aquel hecho—. No es así como ella te ve.
—Está bien, Haye, yo también lo sé —tomé una respiración profunda y sonreí—. De verdad espero no recordar esta conversación mañana.
Bromeé, porque si no lo hacía, quizás que otra cosa acabaría por decir, y no quería eso, ya era suficiente ñoñería, dolor y carencia personal por una noche. Nunca debí decir nada en primer lugar, estaba fuera de lugar.
—Bebe otro poco de agua —indicó ella, ignorando mi muy mala broma e inclinándose para poder servirme otro vaso.
Sabía que le había dado a la pobre de Haye mucho en qué pensar y no era correcto. Yo ni siquiera debería estar aquí, sin embargo, no podía negar que el hecho de que ella estuviera aquí conmigo y no con Jimin me hacía sentir culposamente feliz. Había estado pensando en su "cita" más de lo que debería.
—Creí que aún estarías con Jimin —comenté y quise darme una bofetada mental por haberlo hecho.
¿Qué era esto?
¿Acaso esta noche no tenía un jodido filtro?
Todo lo que pensaba lo decía, me asustaba pensar algo más profundo y escupírselo en la cara.
—Por eso vine —agregué, y aunque era un dato completamente innecesario, de cierto modo era verdad. Si hubiera sabido que ella estaría aquí, no me habría expuesto de esta manera tan penosa.
—Ya veo —me tendió el segundo vaso con agua—. No querías verme, ¿es eso lo que tratas de decirme?
Sacudí mi cabeza. —Dulce Haye —dije antes de volver a tomarme de un sólo sorbo el contenido del vaso, necesitaba ponerme sobrio—. ¿Quién en su sano juicio no querría verte?
—Mh, bueno, no creo que estés precisamente en tu sano juicio —respondió, que lista.
—Puede que tengas razón —concedí—. Supongo que no quería que me vieras así.
Haye me miró y noté como trataba de mantener una expresión neutra en su rostro mientras hablaba, aunque sin mucho éxito. —Creo que tendrás que aprender a vivir con ello.
—Supongo que sí —asentí, y vi como Haye se removía en su lugar para acomodar su coleta, fue entonces cuando el dulce aroma de su perfume invadió mis fosas nasales.
Haye olía a vainilla.
Amaba el olor a vainilla.
La miré atentamente acomodar su cabello, como quien ve la cosa más interesante y cautivadora del mundo. A decir verdad, así me sentía, cautivado, idiotizado por ella. Y mientras la observaba, olvidé todo aquello que martirizaba mis pensamientos.
—¿Por qué eres tan bonita? —pensé en voz alta, Haye detuvo su actuar al instante y me observó, como si no estuviera muy segura de haber escuchado bien.
—¿Qué?
—¿Por qué eres tan bonita? —repetí—. Eres tan, tan perturbadoramente hermosa. No puedo dejar de mirarte.
—"Perturbador" no es una palabra muy bonita.
—Significa que alteras el orden en mi corazón. Y aquí también —apunté mi cabeza.
—Ya va, muy gracioso —puso sus ojos en blanco y continuó arreglando su cabello—. Te prepararé un café porque creo que ya estás comenzando a delirar.
—Lo digo en serio, estoy siendo honesto—juré—. Va más allá de mí, las palabras sólo salen de mi boca.
—Eso es porque estás borracho, nada de lo que digas será tomado en serio de ahora en adelante.
—Hay un dicho, algo de que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad...creo que así era. Además, no estoy tan borracho, sólo un poco...
—¿Mareado? —completó ella, ofreciéndome finalmente una de sus lindas sonrisa—. Si tú lo dices.
—Da igual —protesté, cruzando los brazos sobre mi pecho—. De cualquier modo nunca me crees así que sólo lo diré de una vez.
Ella levantó una de sus cejas. —¿Tienes algo más que decir?
—Mucho.
—Pues te escucho.
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